El Domingo -7- Abril a las 9:40 por La 1, foto,.
Arranca en verde - Soria,.
Arranca en verde circula esta
semana por la ciudad que, como decía Gabinete Caligari, existe a la
ribera del Duero: Soria. Los tres concursantes que concursan esta semana
son: Estefanía, farmacéutica de 29 años; Ismael, estudiante de 18 y con
el carnet de conducir recién sacado; y Aitor, un simpático artesano de
48 años. Axier Raya nos explica, con la ayuda de Alejandro Ramos,
coordinador del taller Norauto, el estado de los frenos de un coche y
juntos realizarán un cambio de pastillas. Por último, los niños de
"Ellos lo saben" nos contarán lo que significa "aparcar" un coche.
TITULO: Chester - Alfonso Silos, el pintor de los frescos,.
El Domingo -7- Abril a las 21:30 por La cuatro , foto,.
Risto Mejide, su presentador original,.
Alfonso Silos, el pintor de los frescos,.
Sus familiares y su tradición agrícola y ganadera están presentes en muchas de sus creaciones Hace 15 años que este placentino comenzó a decorar las paredes de su casa con grandes murales,.
Son solo algunas de las pinturas en las que Alfonso Silos comenzó a trabajar hace más de una década en los muros y paredes de su casa. Una vivienda palaciega en pleno casco histórico, que pertenece a su familia desde el siglo XVIII, en la que él nació y la que heredó de su madre. Más de 2.000 metros cuadrados que guardan restos de su larga historia y que su propietario actual, además de conservar, mejora con su arte, con sus frescos. Los que está plasmando en paredes y muros y que quiere mostrar a los demás. «Yo estoy convencido de que en esta vida hay que compartir lo que se tiene», asegura.
Su hospitalidad hace posible, de hecho, que sean muchos los que conocen los encantos de una vivienda que poco a poco se está convirtiendo en un pequeño museo de arte. Por la historia que guardan sus paredes, las adquisiciones de su propietario y también, sobre todo, por sus creaciones. Con las que Alfonso Silos se expresa.
«La pintura es mi lenguaje, para mí más directo que el oral, y más real, porque es puro sentimiento»
«La pintura es mi lenguaje, para mí más
directo que el oral, y más real, porque con él no se puede engañar,
porque es puro sentimiento», afirma. Formado en Madrid e Italia, Alfonso
Silos asegura que ha pintado toda la vida y que seguirá haciéndolo
«mientras pueda». A pesar de las caídas que también ha sufrido de los
andamios a los que una y otra vez se sube para decorar las bóvedas de la
casa, y para comprobar que la última pincelada dada es la correcta.
Para que los frescos por los que se ha decantado sigan avanzando en la
vivienda y, de su mano, los pequeños o grandes homenajes que rinde a sus
familiares, que protagonizan algunas de las pinturas; la agricultura y
la ganadería, a las que la familia se ha dedicado durante generaciones; e
Italia, ese país en el que ha crecido como pintor y al que regresa de
vez en cuando.
A la caseína
Por eso, la 'alegoría a la agricultura' que luce en uno de los salones de la primera planta, inspirada en un tapiz de Rubens; el gran paisaje italiano que protagoniza su primer mural, en otra habitación; y las golondrinas, «las que durante toda la vida han anunciado en casa la llegada de la primavera».Todos ellos centran los frescos ya ultimados y otros en los que trabaja Alfonso Silos; los frescos que ha elegido por vocación y que habitualmente pinta con la técnica llamada 'a la caseína'. «Es el aglutinante que se mezcla con los pigmentos naturales y que cuando se plasma en la cal se compacta y hace que la pintura permanezca».
Aunque ni esta técnica ni los propios frescos son lo único que domina Alfonso Silos. Ahora está ultimando en su taller una pintura al óleo de La Soledad, que le ha encargado la cofradía del mismo nombre. Un cuadro que se expondrá en Santo Domingo, al que han precedido otros encargos, al que a buen seguro seguirán otros, de dentro y fuera de la ciudad. «Pero no me planteo vivir de la pintura», afirma el artista. «De hecho, no quiero, porque yo necesito tiempo para pensar, para reflexionar sobre qué quiero pintar». Calma también para crear, plasmar y expresar. Y continuar con sus proyectos personales, con los frescos que van cubriendo las paredes y las bóvedas de su casa.
TITULO: Menudos Vecinos Canal Extremadura - Minuto para Ganar KIDS - LA VERDADERA HISTORIA DE LA CHICUELA Y UNA SOLEMNE BARBARIDAD,.
LA VERDADERA HISTORIA DE LA CHICUELA Y UNA SOLEMNE BARBARIDAD,.
Como estoy enfadado con el difunto Sanjosé, ya no se me aparece en casa... pero hace de las suyas en mi puesto de trabajo . foto,.
El pasado martes, al llegar a la Redacción del Diario HOY y encender el ordenador, vi en la pantalla una carpeta con el nombre 'Para el juntaletras'. Al abrirla apareció un texto con la foto de Javier que publicamos la semana pasada, la de la avenida de España en los años 30 con un solo coche aparcado. El texto decía así:
«El pasado domingo publicaste esta foto. Te hago un regalo de periodista: Si yo fuera tú, investigaría sobre la historia de la Casa de la Chicuela, que está detrás del coche. Te gustará descubrir cosas sobre esta casa que los cacereños dejaron que se derribara en 1984. Cuando sepas por qué se llamaba así, vas a alucinar. Por cierto, creo que por nuestra vieja amistad deberías perdonarme el haber ido a tu casa con dos de los veinte ángeles malos de Talaván. Ellos están contentos con el reportaje que has hecho denunciando su deterioro. Ya no te van a hacer nada. Bueno, cuando quieras me vas a buscar un atardecer a San Mateo y damos una vuelta por nuestra querida Ciudad Monumental. Cuídate».
Me encogí de hombros, aún rencoroso, y me entretuve en buscar en internet fotos de la hermosa casa modernista desaparecida.
En mis tiempos libres he estado investigando sobre la casa y sí, tiene una historia hermosa.
Todo empieza con un guardia civil de Valdefuentes llamado Juan Pérez Pérez, que a finales del siglo XIX estaba destinado en Sevilla. Allí se enamoró y se casó con Esperanza Vera Ruiz, de Triana. Juan Pérez dejó la Guardia Civil y se afincó con su mujer en Cáceres, en donde se dedicó a ser empresario. Era el gerente del Parador del Carmen, un lugar ya desaparecido que estaba junto a la Cruz de los Caídos, que era el destino y salida de los coches de línea de la época. Juan Pérez tenía buena mano para los negocios y se dedicó a comprar y vender terrenos en la ciudad. También promovía la construcción de casas. Una de esas casas es la que levantó en el número 5 de la avenida Virgen de La Montaña con tres plantas, en la tercera se instaló la pensión Gertrudis, la segunda la alquilaron y en la primera vivió el matrimonio, que tuvo cuatro hijas.
La mujer de Juan, la trianera Esperanza, siempre estaba pendiente de su familia de Sevilla, teniendo especial cariño a su sobrino Manuel Jiménez Moreno, que con cinco años se había quedado huérfano. Su padre Manuel Jiménez Vera, que fue torero con el sobrenombre de Chicuelo I se murió en 1907, con 28 años, por culpa de la tuberculosis.
El niño se hizo torero siguiendo los pasos de su padre, con el sobrenombre de Chicuelo, y fue uno de los más famosos en los años veinte, pasando a la historia por ser el inventor de 'la chicuelina', un vistoso pase que consiste en que cuando el toro embiste de frente, el torero gira media vuelta sobre sí mismo en sentido contrario al del toro, quedando su cuerpo envuelto por el capote. La hizo por primera vez en Valencia, en 1924. Lo cierto es que cada vez que venía a torear a Cáceres se quedaba en casa de su tía, en donde se llevaba muy bien con su prima pequeña, María Pérez Vera, a quien su padre le había regalado, al cumplir los 18 años, un coche descapotable color cereza con el que iba a los toros cuando toreaba su primo. Chicuelo toreó en Cáceres en los años 1921, 1922 (dos veces), 1925, 1926, 1927 y 1938.
La hija de María Pérez, la periodista Marisol Rodríguez que trabajó en Radio Cáceres, ha asegurado que no hubo amoríos entre su madre y el torero, pero en Cáceres se inventó el romance y a su madre le señalaron como 'La Chicuela'. En 1927 es cuando el empresario Juan Pérez levanta el hermoso edificio modernista en la entrada de la calle San Antón, utilizando azulejos y otros ornamentos traídos de La Cartuja de Sevilla. La gente preguntaba quién vivía en tan peculiar casa y recibía como respuesta: «La Chicuela», y se quedó con el nombre de la Casa de la Chicuela.
El tiempo pasó y 'La Chicuela' se casó con el perito agrónomo Pedro Rodríguez Domínguez, natural de Badajoz; y Chicuelo se casó en 1927 con Dolores Castro Ruiz, una cupletista y bailaora conocida artísticamente como 'Dora la Cordobesita', al ser Córdoba en donde nació en 1902. De gran belleza, fue modelo del pintor Julio Romero de Torres. Al casarse se retiró del espectáculo y tuvo seis hijos. Chicuelo se retiró en 1951 del mundo del toreo. En 1965 se murió su mujer Dora con 63 años, y en 1967 él con 65.
De aquellos inventados amores sólo quedó en pie la Casa de la Chicuela... pero no por mucho tiempo.
Una constructora compró la casa con la idea de tirarla y hacer pisos de lujo. El 17 de agosto de 1978, con la autorización del alcalde, iba a derribar la casa, pero según se publicó en su día, «el pueblo se opuso, invadiendo la casa». Empezó entonces un tira y afloja entre la constructora y quienes decían que no se podía tirar una de las casas más hermosas de la ciudad. Se creó una comisión ciudadana para proteger la Casa de la Chicuela. Se opuso al derribo el PSOE, el PC, Adenex, la CNT, la Joven Guardia Roja... En 1980 la Dirección General del Patrimonio del Ministerio de Cultura prohibió el derribo y la constructora acudió al Tribunal Supremo, que le dio la razón. Y en 1984 se derribó, aunque el presidente de la Comisión de Monumentos, Carlos Callejo, dijera que demoler este edificio, «era una solemne barbaridad».
Murió el hermoso edificio. Nació en el mismo solar, otro que se llama exactamente igual; pero, desde luego... no es lo mismo.
El pasado martes, al llegar a la Redacción del Diario HOY y encender el ordenador, vi en la pantalla una carpeta con el nombre 'Para el juntaletras'. Al abrirla apareció un texto con la foto de Javier que publicamos la semana pasada, la de la avenida de España en los años 30 con un solo coche aparcado. El texto decía así:
«El pasado domingo publicaste esta foto. Te hago un regalo de periodista: Si yo fuera tú, investigaría sobre la historia de la Casa de la Chicuela, que está detrás del coche. Te gustará descubrir cosas sobre esta casa que los cacereños dejaron que se derribara en 1984. Cuando sepas por qué se llamaba así, vas a alucinar. Por cierto, creo que por nuestra vieja amistad deberías perdonarme el haber ido a tu casa con dos de los veinte ángeles malos de Talaván. Ellos están contentos con el reportaje que has hecho denunciando su deterioro. Ya no te van a hacer nada. Bueno, cuando quieras me vas a buscar un atardecer a San Mateo y damos una vuelta por nuestra querida Ciudad Monumental. Cuídate».
Me encogí de hombros, aún rencoroso, y me entretuve en buscar en internet fotos de la hermosa casa modernista desaparecida.
En mis tiempos libres he estado investigando sobre la casa y sí, tiene una historia hermosa.
Todo empieza con un guardia civil de Valdefuentes llamado Juan Pérez Pérez, que a finales del siglo XIX estaba destinado en Sevilla. Allí se enamoró y se casó con Esperanza Vera Ruiz, de Triana. Juan Pérez dejó la Guardia Civil y se afincó con su mujer en Cáceres, en donde se dedicó a ser empresario. Era el gerente del Parador del Carmen, un lugar ya desaparecido que estaba junto a la Cruz de los Caídos, que era el destino y salida de los coches de línea de la época. Juan Pérez tenía buena mano para los negocios y se dedicó a comprar y vender terrenos en la ciudad. También promovía la construcción de casas. Una de esas casas es la que levantó en el número 5 de la avenida Virgen de La Montaña con tres plantas, en la tercera se instaló la pensión Gertrudis, la segunda la alquilaron y en la primera vivió el matrimonio, que tuvo cuatro hijas.
La mujer de Juan, la trianera Esperanza, siempre estaba pendiente de su familia de Sevilla, teniendo especial cariño a su sobrino Manuel Jiménez Moreno, que con cinco años se había quedado huérfano. Su padre Manuel Jiménez Vera, que fue torero con el sobrenombre de Chicuelo I se murió en 1907, con 28 años, por culpa de la tuberculosis.
El niño se hizo torero siguiendo los pasos de su padre, con el sobrenombre de Chicuelo, y fue uno de los más famosos en los años veinte, pasando a la historia por ser el inventor de 'la chicuelina', un vistoso pase que consiste en que cuando el toro embiste de frente, el torero gira media vuelta sobre sí mismo en sentido contrario al del toro, quedando su cuerpo envuelto por el capote. La hizo por primera vez en Valencia, en 1924. Lo cierto es que cada vez que venía a torear a Cáceres se quedaba en casa de su tía, en donde se llevaba muy bien con su prima pequeña, María Pérez Vera, a quien su padre le había regalado, al cumplir los 18 años, un coche descapotable color cereza con el que iba a los toros cuando toreaba su primo. Chicuelo toreó en Cáceres en los años 1921, 1922 (dos veces), 1925, 1926, 1927 y 1938.
La hija de María Pérez, la periodista Marisol Rodríguez que trabajó en Radio Cáceres, ha asegurado que no hubo amoríos entre su madre y el torero, pero en Cáceres se inventó el romance y a su madre le señalaron como 'La Chicuela'. En 1927 es cuando el empresario Juan Pérez levanta el hermoso edificio modernista en la entrada de la calle San Antón, utilizando azulejos y otros ornamentos traídos de La Cartuja de Sevilla. La gente preguntaba quién vivía en tan peculiar casa y recibía como respuesta: «La Chicuela», y se quedó con el nombre de la Casa de la Chicuela.
El tiempo pasó y 'La Chicuela' se casó con el perito agrónomo Pedro Rodríguez Domínguez, natural de Badajoz; y Chicuelo se casó en 1927 con Dolores Castro Ruiz, una cupletista y bailaora conocida artísticamente como 'Dora la Cordobesita', al ser Córdoba en donde nació en 1902. De gran belleza, fue modelo del pintor Julio Romero de Torres. Al casarse se retiró del espectáculo y tuvo seis hijos. Chicuelo se retiró en 1951 del mundo del toreo. En 1965 se murió su mujer Dora con 63 años, y en 1967 él con 65.
De aquellos inventados amores sólo quedó en pie la Casa de la Chicuela... pero no por mucho tiempo.
Una constructora compró la casa con la idea de tirarla y hacer pisos de lujo. El 17 de agosto de 1978, con la autorización del alcalde, iba a derribar la casa, pero según se publicó en su día, «el pueblo se opuso, invadiendo la casa». Empezó entonces un tira y afloja entre la constructora y quienes decían que no se podía tirar una de las casas más hermosas de la ciudad. Se creó una comisión ciudadana para proteger la Casa de la Chicuela. Se opuso al derribo el PSOE, el PC, Adenex, la CNT, la Joven Guardia Roja... En 1980 la Dirección General del Patrimonio del Ministerio de Cultura prohibió el derribo y la constructora acudió al Tribunal Supremo, que le dio la razón. Y en 1984 se derribó, aunque el presidente de la Comisión de Monumentos, Carlos Callejo, dijera que demoler este edificio, «era una solemne barbaridad».
Murió el hermoso edificio. Nació en el mismo solar, otro que se llama exactamente igual; pero, desde luego... no es lo mismo.
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