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jueves, 6 de mayo de 2021

MUY NEGOCIOS & ECONOMIA - El 44% de la población joven que trabaja en Extremadura sigue siendo pobre ,. / REVISTA PANTALLA SEMANAL CON Alberto Chicote. / CON LA PELOTA CON - Un sustituto para De Gea,.

 

TITULO: MUY NEGOCIOS & ECONOMIA -  El 44% de la población joven que trabaja en Extremadura sigue siendo pobre  ,.

MUY NEGOCIOS & ECONOMIA -  El 44% de la población joven que trabaja en Extremadura sigue siendo pobre ,. fotos.

 

El 44% de la población joven que trabaja en Extremadura sigue siendo pobre,.

 El 44% de la población joven que trabaja en Extremadura sigue siendo pobre

 

La Presidenta del CJEx, Olga Tostado, demanda políticas de presente para la población joven que garanticen un futuro para la región.

 Muy Negocios y Economía', el medio impreso y digital de economía para todos  los públicos

El 44 por ciento de la población joven que trabaja en Extremadura sigue siendo pobre, la tasa más alta de toda España, según los datos del Observatorio de Emancipación Juvenil del Consejo de la Juventud de España referidos a la región presentados este martes en Mérida.

En concreto, estas cifras recogen la situación en cuanto a población joven total y emancipada, activa y ocupada, en paro e inactiva, sus salarios y cualificación, la contratación o el acceso a la vivienda de las personas jóvenes en la región y su comparación con los datos del total del país.

Así pues, entre los datos más importantes destaca que Extremadura en 2019 registró la segunda tasa de paro juvenil más alta del país, solo superada por Ceuta y Melilla. De esta forma, solo el 31,5 por ciento de los jóvenes estaban trabajando antes del inicio de la pandemia, según ha informado el Consejo de la Juventud de Extremadura (CJEx) en una nota de prensa.

Asimismo, el 29 por ciento de toda la población joven extremeña seguía residiendo en el hogar de origen y solo el 19 por ciento ha logrado emanciparse y establecerse en una vivienda independiente.

Igualmente, a finales de 2019, el 41,3 por ciento de los jóvenes desempleados llevaba más de un año buscando trabajo, siendo parados de larga duración. En España, tan solo el 28,1 por ciento.

Por su parte, el riesgo de pobreza y exclusión social de la población joven en Extremadura es de los "más elevados" de España, solo por debajo del registrado en Ceuta, Melilla y Andalucía.

Otro dato a tener en cuenta es que solo el 3,5 por ciento de los nuevos contratos a personas jóvenes en Extremadura fueron a tiempo completo, y el 62,5 por ciento de la población joven con trabajo tiene contratos temporales, cuando la media estatal es del 55,4 por ciento.

Del mismo modo, la ocupación a tiempo completo es de 15 puntos más para los hombres que para las mujeres jóvenes en Extremadura, siendo la joven extremeña uno de los perfiles que más difícil tiene encontrar empleo de calidad en España.

Cabe destacar que en la rueda de prensa de presentación de los datos han participado la presidenta del CJEx, Olga Tostado; el sociólogo e investigador del Observatorio de Emancipación Juvenil del Consejo de la Juventud de España Joffre López Oller; el vicepresidente y responsable de Socioeconómica del Consejo de la Juventud de España, Adrià Junyent Martínez; y el como tesorero y responsable de socioeconómica del CJEx, Ismael Pérez Franco.

TITULO: REVISTA PANTALLA SEMANAL CON  Alberto Chicote,.

 

Alberto Chicote: "Si veo a un tío maltratando a un lenguado, me cago en la puta",.


Alberto Chicote: "Si veo a un tío maltratando a un lenguado, me cago en la puta"

  • La clave de Alberto Chicote para mantener su matrimonio "Si te peleas con alguien a quien quieres, eres un gilipollas"

Alberto Chicote. Madrid, 1969. El chef presenta Cocina de resistencia, un libro que surgió en el confinamiento con el objetivo de no desperdiciar nada. Se toma la fama televisiva con naturalidad, pero asume que algo, quizás todo, ha cambiado.

Un cocinero de vanguardia sacando un libro de recetas de supervivencia. ¿Es una declaración de principios?
Es que este libro no nace de la necesidad de hacer un libro, surge de "vamos a echarle una mano a la gente que durante el confinamiento tiene que cocinar siete días, mañana y noche, y se le acaba el repertorio". No hay ninguna receta en plan canónico, se trata de ver qué puedes hacer con lo que tienes en la nevera. Esta es la ensaladilla rusa que he hecho hoy, pero mañana hago otra porque no tengo gambas y no voy a dejar de hacer una ensaladilla porque me falte uno de los elementos que le suelo poner. Lo haré de otra manera y saldré del paso. Esa es la esencia y es lo que mi mujer y yo hacíamos durante el confinamiento.
O sea que te pasas 30 años sin parar en casa y, cuando te obligan a estar, te pones a cocinar. Es obsesión.
Es muy sencillo: a mí me gusta cocinar, me encanta. Mira, una cosa que me preguntan mucho, que ya hay que ser antiguo, es por qué cocino yo en mi casa, que si acaso mi mujer no cocina. Pues sí, mi mujer cocina, pero es que yo cocino más rápido. Yo me doy más brillo y tardo menos en picar una cebolla. Hay veces que nos ponemos juntos y hay veces que, por adelantar, me pongo yo solo.
También podías haberte puesto a ver series como el resto del mundo.
Vi alguna, leí mucho, pinté mucho e hice mucho ejercicio, porque tengo una cinta en casa y me subía ahí a darle. De hecho, ese rato era el que le dedicaba a las series, porque a mí lo de subirme a la cinta sin nada más me parece aburridísimo, pero me pongo un capítulo o una peli y ya me hago mi horita y media.
El rol de tu madre en este libro es muy importante.
Cuando me pongo a retrotraerme, a pensar a qué me recuerdan muchas de estas recetas, me llevan a mi casa. Allí quien cocinaba era mi madre, pero mi hermano y yo participábamos de eso, ayudábamos. Mi padre estaba todo el día fuera, trabajando en la fábrica de chocolate, y mi madre se encargaba de hacer todas esas cosas que formaban parte de su trabajo de ingeniera doméstica, que es lo que ella nos decía que era. Y es verdad.
En los 80, la cocina no era el fenómeno que es ahora ni una afición habitual entre los chavales, ¿cómo te entró tanto?
Es que para mí no era un hobby, no era algo que hiciésemos para entretenernos: lo hacíamos para ayudar a nuestra madre. Lo que pasa que sí es cierto que me divertía ponerme a hacer rosquillitas o cuando mi madre decía que había que hacer pan rallado porque ya teníamos muchos culos de las pistolas que se habían quedado secos. Pero para mí nunca fue ese rollo del divertimento. Nuestra madre nos decía: "Chavales, a echar una mano". Y nos poníamos.
¿Y cómo saltaste de la tarea doméstica a la profesión?
Es curioso porque nunca he sabido por qué me hice cocinero. Un día me voy a ir a psicoanalizar a ver si lo descubro. Sí recuerdo que en una orientación profesional de esas que hacían en los institutos, el que se encargaba de aquello en el colegio me dijo que creía que debería dedicarme a algo relacionado con la imagen y el sonido en el aspecto técnico. Y le respondí que me sonaba bien, que podía ser chulo, pero que si quisiese ser cocinero, ¿qué tendría que hacer? Y el tío me dijo que había una escuela de hostelería en la Casa de Campo de Madrid, que era la única entonces, y si luego quería estudiar alta cocina me tendría que ir a Lausana, en Suiza.
Diste con el orientador que más sabía de restauración del mundo.
Ya ves, tío, en esa época fíjate. Me quedé flipado porque ¿qué era eso de la cocina y la alta cocina? Yo no había pisado un restaurante más allá de las bodas, bautizos y comuniones de la familia. Soy de Carabanchel Alto, no se salía los domingos a comer a restaurantes. Y me dijo: "Hombre, Alberto, ¿no pensarás que es lo mismo estar cocinando en un restaurante aquí del barrio que en el Hotel Palace?". Conclusión, que pensé "hostia, cómo mola" y, encima, me tenía que ir a estudiar fuera que sonaba superguay, así que decidí probar. Eché la solicitud sin más y me cogieron aún no sé cómo.
¿Por?
Porque cuando entré éramos 42 y todo el mundo se preguntaba a quién conocías, porque siendo aquella la única escuela de hostelería de todo el país había hostias y todo el mundo había recurrido a alguien. Yo sólo había llevado mis notas, que tampoco eran especialmente buenas, y me cogieron, pero con un apellido como el mío todo el mundo pensaba que era algo de Perico Chicote y ese era mi enchufe. Pero nada de nada.
Igual los de la escuela también lo pensaban y te cogieron por eso.
Vete tú a saber, yo no pregunté por si acaso. De esos 42 que empezamos, terminamos 11... y hasta hoy.
Esa separación de cocina y alta cocina, ¿es tan real?
No, no lo es. Tendemos a ponerle etiquetas hasta al perro. Esto es vanguardia, tradición, alta cocina, cocina española, centroeuropea, vasca... Yo procuro evitarlas porque valoro la cocina no en términos de alta cocina o la que se supone que no es alta, que no sé cómo cojones se la puede llamar, sino en términos de emoción. ¿Por qué un plato está catalogado como alta cocina y otro no? ¿Por qué el trabajo de un restaurante se cataloga de ese modo y el de otro no? Es posible que unos canelones de pollo te hagan emocionarte más que un puturrú de foie. Al final es todo mucho más sencillo. Es una cuestión tener un conocimiento académico básico de cómo se hacen las cosas y, después un desarrollo personal y particular a partir de lo que sabes y de lo que quieres hacer. Además, no podemos olvidar que cualquier cosa que hoy es tradicional fue vanguardia en algún momento. El coulant de chocolate lo creó Michel Bras hace 40 años y aquello dio la vuelta al mundo, era la hostia, qué maravilla... Ahora te lo compras en cualquier supermercado. Ese tío ha conseguido que un plato de un grandísimo restaurante de tres estrellas Michelín y la madre que lo parió pase al lineal de supermercado y a la casa de cualquiera.
Ir a restaurantes caros, y contarlo, ha pasado a ser el deporte nacional. ¿Cómo has vivido ese boom desde dentro?
Ha habido varios factores que nos llevan a este punto. De repente, y no sé exactamente por qué, la figura física del tipo vestido de blanco con el mandil y el gorro salta a la vista pública y a todo el mundo le agrada. Esto ya había ocurrido en otros países que no tienen la tradición gastronómica que tenemos nosotros. Antes de que aquí se encumbrase, merecidamente o no, a los cocineros: en Francia, en Estados Unidos o incluso en Reino Unido, que tiene una tradición culinaria bastante cortita, ya eran la hostia. Aquí cuando la gente pudiente iba a un restaurante nunca preguntaba por el cocinero, preguntaba por el maître, que era el que te sentaba en la mejor mesa, te decía lo que tenías que comer e iba bien vestido. Nadie preguntaba por el chef, que es un término adquirido hace cinco años. Hemos sido jefes de cocina toda la vida y ahora de repente somos chefs, a mí me suena un poco raro, la verdad.
¿Te suena raro que te llamen chef?
Sí. Es que yo siempre quise ser jefe de cocina y creo que ya lo he logrado porque he sido jefe de cocinas ajenas y ahora soy jefe de cocinas propias. Soy como el capitán de mi propio barco. Anthony Bourdain decía que ser jefe de cocina era como ser el capitán de tu propio barco pirata y me parece la mejor comparación del mundo.
Es curioso eso que planteas de los maîtres. Es puro clasismo: el cocinero era plebe, un tipo que estaba allí para servir y callar.
Hace 30 años yo estaba en Zalacaín trabajando y el jefe de cocinas era Benjamín Urdiain, que ha sido de los grandísimos cocineros que ha dado este país aparte del primero en tener las tres estrellas Michelin. Si él siguiese en activo en esta época, estaría a la altura de Ferran (Adrià), de Juan Mari (Arzak), de Pedro (Subijana), de los más grandes, pero le tocó vivir otra época y entonces los amos y señores en Zalacaín eran el señor Blas, Custodio Zamarra, la gente que estaba atendiendo. En todo el tiempo que estuve trabajando allí, no vi a Benjamín salir de la cocina a saludar.
¿Te incomoda a que te aplaudan, por así decirlo?
Se me hace bastante raro, pero es una cosa que siempre he hecho porque entiendo que forma parte de mi trabajo: terminar el servicio y saludar a algunos clientes, pero me he sentido extraño y mira que no soy precisamente un tío introvertido.

No me preocupan nada las estrellas Michelin. Nunca he trabajado pensando en qué tengo que hacer si quiero una calificación

¿Cuánto te preocupa no tener estrella Michelin?
Nada, sinceramente no me preocupa nada. Cuando tú vas en busca de una calificación, hay determinadas reglas que has de seguir y como yo siempre he querido sentirme libre, me ha gustado hacer las cosas independientemente de que guste o no a los críticos y a los inspectores de determinadas guías. Quien lea esto dirá: "Esto lo dices porque no te han dado nunca nada, cabrón, si no bien que lo querrías". No te digo que no, pero sólo si alguien hubiese valorado el trabajo que he hecho como quería. En ese caso, bienvenido sea, evidentemente. A nadie le amarga un dulce y, si me la dan, no me voy a poner chulo y decirles que se la queden.
Que te encuentre la estrella a ti y no buscar tú la estrella.
Esto es. Pero nunca, nunca, he trabajado pensando en qué tengo que hacer si quiero una calificación. La mejor calificación que te puedes encontrar se llama libro de reservas y es tenerlo lleno todos los días durante años. Te juro por lo más sagrado, y tú me estás viendo la cara, que no necesito nada más. Es más: cuando abrí Yakitoro en 2014, pudiendo abrir lo que hubiese querido porque ya tenía la popularidad, el conocimiento y la pasta, decidí montar una taberna de a 25 pavos con muchísima gente, mucho bullicio y mucho ambiente. Yo cruzaba por la puerta y me lo pasaba que te cagas.
¿Te inquieta que la estrella de la tele se coma al cocinero?
La tele me llegó cuando tenía 42 años y llevo trabajando desde los 17. No es por tirarme el pisto, pero yo tenía una vida que me gustaba mucho: mi familia, mis amigos, mi mujer y trabajaba en lo que me gustaba. La tele me llegó, o así lo entendí yo, más como un reto que como un cambio vital. La oferta inicial era: vamos a hacer ocho programas de Pesadilla en la cocina, te vamos a dar tanto y después ya veremos, amigo mío, porque puede salir de puta madre, pero lo más normal es que salga mal como el 80 por ciento de los proyectos. Bueno, pues salió bien. Llevo unos años trabajando en esto, me divierto y lo compagino bien con mi lado de cocinero, aunque es verdad que ya no estoy tan metido en la cocina del restaurante.
Tienes que hacer de relaciones públicas
Exacto. La mayoría de la gente ya no quiere que esté cocinando, porque lo que quieren es que les salude y me haga una foto. Además, como todas mis cocinas son de cristal y se ven desde fuera, la gente se acerca al cristal como si fuese la jaula de los monos. Todo el mundo quiere ver cómo está la cocina de Chicote, que luego juzga las de otros. Desde NODO, siempre me ha gustado mostrar la cocina porque, hasta que lo hicimos allí, todo el mundo asumía que era un espacio sucio y desordenado y no, una cocina tiene que estar como los chorros del oro y lo que sucede allí parecer una coreografía.
O sea, que has logrado que las dos facetas convivan bien.
Sí, sin ningún problema. Lo que más me ha costado es preservar la vida que ya tenía, me gustaba y quiero seguir haciendo. Quiero seguir yendo al cine o a un concierto de AC/DC igual que iba antes.
La fama, vamos.
Sí, pero no es grave. Lo único que tengo que hacer es salir de casa una hora antes. Cuando estuve en aquel último concierto de AC/DC en el Calderón, pasaron dos horas desde que dejé el coche hasta que me senté. Tienes que contar con ello para no quedar mal y decir: "Lo siento, tío, es que va a empezar Angus Young y no puedo hacerme la foto".
¿No te agobia?
En la mayoría de las ocasiones, no. Lo que pasa es que siempre hay quien no entiende que en un momento dado estás haciendo otra cosa o hablando con otra persona y no puedes atenderle. Aunque parezca curioso, hay quien se molesta con esto. Son situaciones complejas de manejar, pero, chico, pues que le vamos a hacer, esto es así. Hay de todo como en botica.
¿Cómo un tío tan afable puede sacar esa mala leche en la tele? ¿Sobreactúas o explotas de verdad?
Todo depende de las cosas que a ti te muevan por dentro. Por ejemplo, yo no me llevo bien con el fútbol, me da igual, pero tengo un buen amigo del Atleti que, como pierda, no le llames ni por teléfono hasta el martes o el miércoles. ¿Eso lo entiendes?
Sí, podría llegar a entenderlo.
¿Ves? Sin embargo, a mí eso me la trae al fresco, pero veo a un tío que está maltratando un lenguado y me cago en la puta. No puedo remediarlo.
¿Se cuela mucho farsante en este boom de la cocina?
Lo que sí ha pasado es que somos un gremio en el que hay mucha intromisión. ¿Por qué? Porque todos conocemos a un tipo en nuestro barrio o en nuestro pueblo que se quedó sin trabajo, le dieron 50.000 pavos y montó un bar-restaurante con su mujer, porque cocinaba muy bien. No digo que esto no se pueda hacer, porque nuestro negocio es complejo pero tampoco hacemos aviones, ojito, pero con un poco de sentido común, profesionalidad, formación y experiencia puedes llegar a un cierto nivel. Los negocios que atendemos en Pesadilla no quieren una estrella Michelin, lo que quieren es sobrevivir, dar de comer a la gente, pagar a sus empleados y salir adelante. Al que le dan 50.000 se mete en un bar, al que le dan 100.000 en un restaurante y como le den 2 millones monta un hotel. Pero es necesario un control: hace ya muchos años que un grupo reclamamos que para poder dar de comer a la gente se tengan que cumplir unos mínimos. ¿Si tú vas andando por la calle y aparece un tío que no conoces de nada con una croqueta en la mano, y te la comerías? No, le dirías que se vaya a tomar por culo porque no sabes ni quién lo ha hecho ni en qué condiciones ni qué será eso. Pero si el mismo tío, en vez de ahí enfrente, lo hace aquí dentro del restaurante, eres tú el que le pide la croqueta. ¿Por qué? Porque das por sentado que tiene una formación, un conocimiento y una higiene. Bien, pues eso no siempre pasa y hay que controlarlo.
¿Ha sido Madrid el 'paraíso' para la hostelería que defiende Isabel Díaz Ayuso o la irresponsabilidad que señala la oposición?
No es una cuestión de que unas zonas sean más paraíso que otras. Todo el mundo del oficio lo que necesita, ya que no tenemos ningún otro tipo de ayudas, es poderte ganar el pan. Así de sencillo. Nos encontramos en una situación en la que tenemos que sacar los negocios adelante en las condiciones actuales, pero con las cargas pasadas, de cuando no teníamos esta lacra. Yo siempre voy a respetar las limitaciones que me pongan, pero si mi capacidad de negocio antes era de un 100% y ahora se ha reducido a un 25%, ¿por qué tengo que pagar el 100% de todo lo demás? Porque entonces no salgo adelante. Lo que reclama la gente del oficio es, una de dos, o me ayudas de algún modo directo quitándome impuestos o, por lo menos, déjame trabajar. Si resulta que no me dejas trabajar, pero me cobras lo mismo que me cobrabas antes y si mis cargas en términos de mantenimiento, de servicios, de personal son las mismas que antes, ¿cómo cojones sales adelante? Ya
te lo digo yo: no sales, es imposible.
Hay estudios que calculan que se cerrarán un 20% de restaurantes.
Lo firmo ahora mismo. Me parecen pocos, muy pocos, porque solamente seguiremos vivos mientras el pulmón que tenga cada uno sea suficiente y los pulmones se agotan, porque este negocio no da tanto como la gente se cree.
Eso desde el punto de vista del negocio, ¿y desde el de la seguridad?
Yo puedo valorar las cosas en términos de negocio, en términos de salud soy incapaz de hacerlo. Si como hemos trabajado en Madrid es una locura en términos sanitarios o puede provocar un enorme número de contagios, no lo sé y me tengo que fiar de quien sabe más que yo, que es cualquiera. Pero en términos de negocio sí que lo sé. La cosa empezó mal desde que el Gobierno dice que el aforo de los negocios se reduce al 50% . ¿Por qué? Si yo tengo un negocio en el que mis mesas ya están separadas dos metros, ¿por qué tengo que quitar la mitad? ¿Porque lo dices tú? ¿No sería más lógico decir que las mesas tienen que estar separadas dos metros? Si dicen eso, en Yakitoro, que las mesas estaban pegada, hubiera tenido que quitar el 80% en vez del 50%, pues muy bien, pues me jodo porque lo entiendo. Pero Mario Sandoval, que ya tiene las mesas a tres metros en Coque, no tendría que haber quitado ni una. Hostia, es tan incomprensible que empiezas a pensar que los que están al timón no saben mucho de lo que está pasando.

 

TITULO: CON LA PELOTA CON - Un sustituto para De Gea,.

 

Un sustituto para De Gea,.

En Inglaterra ya hablan de quién ocupara la plaza que dejará el español al final de la temporada. Tom Heaton, del Aston Villa, sería el elegido por Solskjaer.


Un sustituto para De Gea

fotos / La salida de David de Gea del Manchester United es un asunto cantado tanto que en Inglaterra ya están dando el nombre de su sustituto. Tom Heaton, guardameta del del Aston Villa, sería el elegido por Solskjaer para ocupar la plaza que dejará el madrileño al final de temporada. La idea del técnico noruego es fichar a un portero de segundo nivel y así no volver a pasar por el duro asunto del jugador que asume los mandos en la portería. Henderson es ya su guardameta oficial y no hay marcha atrás.

Sam Johnstone, del West Bromwich Albion era la primera opción que tenía el United, ya que el inglés se formó en la academia de Old Trafford. Sin embargo, Johnstone no está dispuesto a aceptar el rol de segundón y prefiere quedarse donde está, siendo el portero titular.

Heaton, que también se formó en los red devils, está dispuesto a aceptar este nuevo reto de uno de los grandes de la Premier. Aunque sea en la sombra tras Henderson. A sus 35 años, es un bonito proyecto antes del final de su carrera.

Con el adiós de De Gea,Solskjaer ve solucionado un tema que le ha dado muchos dolores de cabeza durante esta temporada. La constante lucha de poderes en la portería ha eclipsaso en parte la buena temporada del United, tanto en la Premier como en Europa. El asunto está claro: De Gea ya tiene sustituto. El United no da marcha atrás...

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