TITULO: BOLIGRAFO Y LIBRETA - EL BINGO - Maestros de la Costura - Los emoticonos del artista Fernando Sembrador ilustran libretas solidarias ,. Miercoles -12- Mayo ,.
BOLIGRAFO Y LIBRETA - EL BINGO - Maestros de la Costura - Los emoticonos del artista Fernando Sembrador ilustran libretas solidarias ,. Miercoles -12- Mayo , fotos,.
Los emoticonos del artista Fernando Sembrador ilustran libretas solidarias,.
El icono de 'Estremaúra' junto a varios corazones que invitan a amar ayudará a la Fundación Sorapán Rieros,.
El artista villanovense Fernando Sembrador, creador de los emoticonos extremeños conocidos como 'Emoticonus Estremeñus', es uno de los nuevos colaboradores de la Fundación Sorapán de Rieros de Plasencia, a quienes ha cedido los derechos de reproducción de su obra 'Ama y ensancha el alma'.
Siempre tengo una libreta en la mesilla. Está ahí, preparada por si una noche se me ocurre la columna definitiva, esa columna que me procurará un premio Camba o miles de retuits, la que me sacará del anonimato, la que hará que me cuelen en la carnicería del barrio, la que me consagrará pasados los cincuenta como columnista revelación, que cosas más raras se han visto en los Goya. Y, anoche,
sucedió. Se me ocurrió una columna buenísima. Una columna perfecta, redonda, brillante, producto del insomnio clarividente de las tres de la mañana. Pero, cuando fui a apuntarla, la libreta no estaba. Perezosa, en lugar de levantarme de la cama para ir a buscar un papel, confié las palabras a la memoria y me dormí. Al despertar, no me acordaba de nada. Ni siquiera de qué iba la cosa.
Mi memoria es cada vez más inútil. Me he vuelto impermeable al conocimiento nuevo (leo y olvido, releo y vuelvo a olvidar), y el viejo se va difuminando: sólo recuerdo cosas absurdas, como los novios de Chabelita por orden cronológico, pero ni una fecha importante, ni un dato con fuste. He olvidado hechos históricos, autores, capitales del mundo. Mi hijo estudia el Novecentismo; me pregunta sobre Gómez de la Serna y sólo acierto a decirle «el de las greguerías». Veo su mirada de decepción: su confianza en mí se resquebraja cada vez que le contesto que sí, que me suena, pero que no me acuerdo bien, que lo busque. Se da cuenta de que soy un fraude, que sé muy poco en el fondo aunque parezca que sé algo en la forma cuando consigo hilvanar un par de nombres propios en una frase. Resignada ante mi desmemoria, ya ni siquiera pretendo recitar de corrido la tabla periódica; sólo con recordar la columna de anoche sería feliz. Pero nada, que no hay manera. Hoy también tendré que hacer cola en la carnicería. Y en la papelería: voy a por una libreta nueva.
TITULO:
El Juego Rana - El Juego Oca - RADIO ANTIGUA - Solos en la madrugada ,.
El Juego Rana - El Juego Oca - RADIO ANTIGUA - Solos en la madrugada ,. , fotos,.
Solos en la madrugada,.
De repente, abres los ojos. Las cuatro de la mañana. Aún te quedan tres horas para levantarte, pero tú ya estás despierta. Sabes que no vas a volver a dormir y, aún así, lo intentas: cierras los ojos, cambias de postura, sacas los pies por debajo de las sábanas, los escondes, abrazas la almohada, das otra vuelta en la cama. Son las cuatro ,.
Esta madrugada, a las 3 serán las 2. Podremos dormir una hora más. Vale. Como si pudiéramos hacer otra cosa por las noches, ahora que tenemos sobre nuestras cabezas el toque de queda. O «esa limitación de la movilidad nocturna», como quieren llamarlo en Galicia. Es el nuevo «ese señor del que usted me habla». Los gallegos y sus eufemismos. Y sus plegarias: «Que no se rompa la noche, por favor, que no se rompa», cantaba otro gallego, el que nació en Madrid y emigró a Miami. Pues se ha roto. Por lo menos, una temporada.
La noche se rompe y yo vuelvo a la adolescencia: tras muchos años bajo el yugo del heteropatriarcado opresor, una lleva el toque de queda tatuado en el hipotálamo, que servidora siempre ha tenido hora de llegada a casa. Y bien temprana: mis amigos seguían de farra cuando yo ya estaba en el sofá, en pijama
y zapatillas, por orden gubernopaternal. Sin posibilidad alguna de recurso de alzada o de reposición, la niña zangolotina apuraba la cerveza, las risas tontas y los minutos que le quedaban para llegar a casa, y abría la puerta asfixiada y mosqueada, temiendo que se estaba perdiendo lo mejor. Porque lo mejor siempre pasa de noche, cuando vagabundeamos por las calles casi vacías con el cuello del abrigo subido y los pies fríos, peregrinando de un bar a otro, sabiendo que lo que hacemos en las sombras es mucho más divertido que lo que hacemos en la luz. Y merendar no es divertido, a no ser que cambiemos el té con pastas por un Martini con aceitunas. Entonces, a lo mejor, nos transformamos en un escritor maldito que se emborracha solo en casa en una tarde idiota. Si eso me llevara a escribir como Scott Fitzgerald, lo firmaba ya. Pero me da que solo me va a llevar a la Betty Ford.
TITULO: EL JUEGO LA PERA - EL JUEGO RELOJ - Universo Valdano - Ganna se viste de rosa a toda prisa ,.
EL JUEGO LA PERA - EL JUEGO RELOJ - Universo Valdano - Ganna se viste de rosa a toda prisa. , fotos,.
Ganna se viste de rosa a toda prisa,.
A Filippo Ganna le gustan los coches rápidos. Pero... malditas multas. En cambio, sobre la bicicleta le piden que corra, que embista en las curvas, que se salte los semáforos en rojo. Le abren las calles y las vacían para él en las 'cronos'. Puede ir en sentido contrario. No frena. Su bicicleta se llama 'Top
Ganna' y cuesta 25.000 euros. Como un coche. Pero es una bici de guerra, un avión como los de la película 'Top Gun'. 'Pinarello' se la ha hecho a medida, azul brillante. Y sobre ella vuelta raso pese a su casi dos metros de altura para ganar, como en 2020, la etapa inicial del Giro y ponerse la maglia rosa. Ganna siempre ha tenido prisa. De crío salía pateando de clase para ir a casa a ver el final de las etapas. Para vestirse esta vez de rosa rodó a 58,7 kilómetros por hora. Velocidad prohibida en el centro de Turín. «No escuchaba nada por la emisora, así que, simplemente, he ido a tope», declaró.
El rosa tiene su historia en el Giro. De ese color eran y son las páginas de 'La Gazzetta dello Sport', el periódico que creó la carrera en 1909. Y eran rosas porque las hacían con un papel reciclado que resultaba más barato. Luego, en 1931, vistieron así al líder, hace justo 90 años. Aquellas ediciones del Giro eran de supervivencia, de ciclistas oscuros, fantasmas barnizados en barro y sudor. El rosa resplandecía. Se llevaba las miradas de aquella Italia de entreguerras. Desde entonces, ese color distingue al mejor del Giro. Y, como ya hizo en la etapa inicial de la pasada edición, ya viste así el italiano Filippo Ganna, vencedor de la contrarreloj de 8,8 kilómetros por las calles barrocas de Turín.
Ganna, con un registro de 8 minutos y 47 segundos, superó en 10 segundos a Edouardo Affini y en 13 a Tobias Foss. Ninguno de ellos cuenta para la clasificación general. De entre los favoritos, los mejores fueron los dos líderes del Deceuninck, el luso Joao Almeida, con 9.04, dos segundos menos que Remco Evenepoel. El joven belga asombra a diario. Una aparición. Nueve meses sin competir tras la caída en el Giro de Lombardía que casi le ata a una silla de ruedas y ya está de vuelta. Durante la cruel rehabilitación, a punto estuvo de perderse en el laberinto de una depresión. «El Giro es vida para mí», dice. Revivido. Ya están todos advertidos. Es su primera gran vuelta y la quiere.
Almeida y Evenepoel, tan jóvenes, son las primera referencia del Giro. Otro candidato nuevo, Vlasov (9.11), cedió apenas 7 segundos en relación al portugués y relanza su candidatura a ser la sorpresa de esta edición. Entre ellos y el resto se cavó la primera pequeña zanja. Con el tiempo de Almeida como medida, Sivakov perdió 17 segundos y Dani Martínez, 19. Pello Bilbao, Simon Yates y Carthy se fueron a 21, por delante de Bernal (a 22), Nibali y Bennett (a 24), Soler (25), Hindley (29), Mikel Landa (32) y Bardet (35). A Landa, los primeros ocho kilómetros del Giro le han penalizado con medio minuto sobre sus rivales. Es su sino. Siempre estará obligado a remontar. El alavés tiene un consuelo: la próxima contrarreloj no llegará hasta el último día.
El Giro 2021 ha comenzado como acabó la primera edición. Con un Ganna al mando. Ahora ha sido Filippo, que es de Verbania, hijo de un remero olímpico y con planta para hacer cualquier deporte. En 1909, el ganador fue Luigi Ganna. Otra Italia. Luigi era de un pueblo a 50 kilómetros de Varese. Iba y venía en bici a diario para trabajar como albañil. Así, con ladrillos al hombro, endureció músculos y carácter. A esa fuerza natural unió un pizca de fortuna en la última etapa para ganar aquel primer Giro. Un pinchazo le había dejaba atrás, pero le salvó el paso a nivel cerrado que por delante frenó a sus rivales.
El Giro es la carrera de las sorpresas. Sin Roglic ni Pogacar, con las montañas más duras y con una meteorología extrema, todo es posible. En el cuello de la maglia rosa de esta edición han escrito: «Dispuesto a escalar a las estrellas». Es de la 'Divina Comedia', de Dante, el poeta a quien este Giro rinde homenaje por el séptimo centenario de su muerte. Evenepoel cayó diez metros por un barranco del Muro de Sormano el pasado 15 de agosto. Se partió la pelvis. A punto estuvo de sufrir el corte de un nervio que le hubiera dejado inválido. Aún tiene 21 años y tiempo de sobra para aprovechar esta segunda vida que comienza a la vez que este Giro en el que un italiano, Filippo Ganna, viste de rosa desde el primer día. Al otro Ganna, a Luigi, vencedor en 1909, le preguntaron tras la última etapa cómo se sentía. «Me quema el culo», respondió. Este Giro apenas ha encendido su hoguera. Tras la 'crono', cuando ya iba al hotel, Krists Neylands (Israel) se cayó y se partió una clavícula. Es la primera víctima del fuego rosa.
TITULO:
El país de Dudas para el Gran Bud ,.
El Martes -11- Mayo 22:00 por la Sexta,foto,.
Dudas para el Gran Buda,.
Cáceres es una ciudad que empieza a agonizar y no puede permitirse el lujo de renunciar a proyectos transformadores de su economía mientras expele muy lejos a miles de jóvenes sin oportunidades laborales,.
Hace unas semanas una delegación institucional de Nepal llegó a Extremadura para presentar el singular e interesantísimo proyecto de Gran Buda a las autoridades municipales y regionales, que han dado el beneplácito a una iniciativa que conlleva una notoria inversión.
Desde que la especie humana tomó conciencia de serlo hemos necesitado representarnos para entendernos y comunicarnos. Hace 35.000 años aparecían las primeras y primitivas manifestaciones artísticas. Pero hace 10.000 el arte se refinaba, se llenaba de matices, posibilidades e intencionalidades que no han dejado de evolucionar hasta hoy. Y esos diez milenios son los que recorre la espectacular exposición 'La imagen humana. Arte, identidades y simbolismo', en cartel hasta enero del año que viene en las salas de CaixaForum Madrid.
Organizada junto al British Museum, reúne 155 piezas sobre ese fabuloso viaje del ser humano en torno a su imagen e identidad. Desde que se colocó ante el espejo del arte, el hombre ha tenido el empeño de responder a través de él a cuestiones como ¿quién soy? ¿cómo me ve el mudo? o ¿cómo debo mostrarme? No en vano, un gran espejo recibe al espectador junto a una reveladora cita de Herbert Read: «Solo si conseguimos una imagen del cuerpo podemos situarnos en el mundo exterior».
La muestra se abre con el que podría ser el primer retrato de un ser humano, una inquietante efigie realizada hace casi 10.000 años en Jericó, la actual Cisjordania, y en la que el protoartista decoró el cráneo de un semejante con barro y conchas en las cuencas los ojos. Considerado uno de los artefactos más notables de las colecciones del British Museum, es la pieza más antigua de la exposición. La más reciente es una serigrafía del artista iraní Parviz Tanaroli realizada en 2016.
'La imagen humana' cubre ese arco de casi 10.000 años en un apasionante recorrido por todas las formulaciones del arte, de Egipto, Grecia y Roma al pop; de Mesopotamia y sus bajorrelieves a la fotografía; de las efigies chinas y mayas a los videorretratos de Esther Ferrer. Es una muestra realmente universal en la que la sensualidad y lo dionisíaco conviven con la política, la propaganda, la guerra, las religiones, las creencias y la constante reflexión sobre la muerte y el más allá. Una rica miscelánea con ingredientes del arte maorí, japonés, hindú, griego, romano, africano, chino, austral, oceánico, neoclásico y de cualquiera de los 'ismos' más recientes que explora la representación del ser humano a lo largo de la historia del arte en diferentes culturas y épocas.
Grabados, monedas, fotos...
Con un centenar y medio de obras marcadamente diversas y heterogéneas, incluye esculturas, pinturas, dibujos, grabados, estampas 'collages', monedas, fotos, filmaciones, instalaciones y objetos de todo tipo. En su mayoría proceden de la colección del British Museum, con aportaciones de la colección de La Caixa.
Las icónicas piezas de civilizaciones antiguas y autores anónimos se confrontan con otras contemporáneas que permiten comparaciones transculturales, como la de una nívea y marmórea Madonna del siglo XV con otra africana y contemporánea, una madre sudanesa que amamanta a dos críos en una espectacular foto de Vanessa Beercroft. O la efigie de Marco Aurelio y otros emperadores romanos, utilizadas con las mismas intenciones propagandísticas y políticas con las que se emplearon en el siglo XX las de Barack Obama y Donalad Trump, o las de dictadores como Mao Tse Tung o Sadam Hussein.
Tambien están representadas todas la deidades, de Visnú a Buda pasando por Amon-Ra, y todos los fantasmas y temores de la humanidad. Los terrenales, como las invasiones de los imperios más vastos o a la amenaza nuclear, y los espirituales conjurados con máscaras funerarias, esqueletos o cabezas de difuntos.
Hay piezas de creadores tan relevantes como Matisse, David Hockney, Goya, Manet, Alberto Durero, Madrazo, Christopher Williams, Koyo Abe, Tàpies, Juan Navarro Baldeweg, Oscar Muñoz, David Oxtoby o Tom Wesselman.
«Esta muestra es una revisión de esa imaginería humana desde los tiempos más antiguos hasta la actualidad, en todas las culturas y en los cinco continentes, con maestros de arte contemporáneo y piezas milenarias muy diversas en su diseño, forma y función, pero todas unidas con un propósito común: la expresión de la identidad del ser humano sobre cómo nos vemos, quiénes somos y cómo queremos que nos vean», resume Brendan Moore, conservador el British Museum. Es el comisario de una atractiva muestra que ha dividido en cinco áreas temáticas que rehuyen la cronología: belleza ideal, retratos, el cuerpo divino, el cuerpo político y la transformación corporal.
Las piezas que ha seleccionado ofrecen unas representaciones del cuerpo «que responden al deseo primordial de definir y explicar el lugar que ocupamos en el mundo». «Encarnan nuestros conocimientos sobre la vida, son modelos de quiénes queremos ser y de lo que aspiramos a ser», dice Moore. «Pese a la asombrosa variedad que presentan en cuanto a su estética y finalidad, las figuraciones que recoge la exposición encarnan ideas y conceptos comunes a todas las sociedades y pueblos» reitera el comisario.
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