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LAS HUCHAS DE LAS MONEDAS - La UE busca reformar el órgano de comercio mundial atrayendo a Biden ,.
LAS
HUCHAS DE LAS MONEDAS -La UE busca reformar el órgano de comercio mundial atrayendo a Biden ,. , fotos,.
La UE busca reformar el órgano de comercio mundial atrayendo a Biden ,.
Es «prioritario» para Bruselas,
mientras en la OMC asumen que «el mundo nos está dejando atrás» al
desconfiar de su capacidad para actuar,.
«No
puede continuar siendo lo de siempre». Con este mensaje directo y gesto
de preocupación asumía a principios de mes la nigeriana Ngozi
Okonjo-Iweala su nombramiento como nueva directora general de la
Organización Mundial de Comercio (OMC) para un período de cinco años
renovables. Es la primera mujer que llega al puesto –y la primera nacida
en África– en los 25 años de historia de un organismo que, a priori,
debería ser decisivo para la economía global.
La nueva responsable
se refería al anquilosamiento de una institución que se ha visto
superada por los tiempos, a la que las tensiones comerciales –las
disputas entre China y EE UU han tenido un peso especial en ello– han
agarrotado y que la propia debilidad de sus mecanismos internos ha
terminado prácticamente por paralizar. De hecho, hoy día su principal
función casi es solamente estadística.
Su
último barómetro sobre el comercio mundial de bienes cerró diciembre en
casi 104 puntos, lo que al superar el promedio de 100 indica un
crecimiento por encima de la tendencia internacional. Esto es, sus
expertos anticipaban una recuperación de la economía aunque, a la vez,
apuntaban que «el impulso puede ser de corta duración».
El
transporte de contenedores ha bajado en los dos primeros meses de 2021
tras reducirse casi un 10% el comercio marítimo el ejercicio pasado,
según la consultora IHS Markit. Y marzo puede terminar igual, sobre todo
tras el cierre del canal de Suez esta semana al quedar atascado uno de
los buques portacontenedores más grandes del mundo.
En este
entorno tan complicado debe moverse la esperada reforma de la OMC, en la
Comisión Europea (CE) quiere jugar un papel decisivo junto al
presidente de Estados Unidos. El desbloqueo de Joe Biden al nombramiento
de Okonjo-Iweala –Donald Trump apostaba por la candidata surcoreana–,
apoyada por Bruselas, puede ser un buen principio.
Mayor peso
tiene el siguiente paso dado desde Washington. El pasado día 5 alcanzaba
un acuerdo con Bruselas para congelar cuatro meses los aranceles
vinculados a los subsidios a Airbus, un día después de hacerlo con
Londres dado que a raíz del 'brexit' Reino Unido lleva sus propias
negociaciones. Un respiro, más allá de la aviación, para productos de
otros sectores como la alimentación, donde se veían afectados el vino y
el aceite españoles –sus ventas a EE UU cayeron un 80% el año pasado–.
Aún así, persiste el conflicto con la aceituna negra, que data de 2018.
El
último acercamiento en la tradicional alianza transatlántica –que las
autoridades europeas quieren reforzar tras la marcha de Trump– fue el
día 8, con el acuerdo para reajustar las cuotas agrícolas tras la salida
británica. Con ellas se fija la cantidad de productos agroalimentarios
europeos que pueden ser importados desde Estados Unidos con unos
aranceles menores a los generales, o incluso nulos.
El
vicepresidente ejecutivo de la CE, Valdis Dombrovskis, ve un «punto de
inflexión» en esas relaciones bilaterales, hasta incluso considerar que
hay una «oportunidad única» para trabajar con la Casa Blanca en la
transformación verde y digital de la economía, uno de los retos del
Ejecutivo comunitario de Ursula Von der Leyen. Otro, y con carácter
«prioritario», es una reforma «importante» de la OMC, con «nuevos
compromisos mundiales» que apoyen la transición climática, nuevas normas
sobre el comercio 'online' –eliminando «barreras injustificadas» en la
economía digital para «aprovechar las ventas de las nuevas
tecnologías»–, reglas «reforzadas» para «hacer frente a las distorsiones
de la competencia» y el «restablecimiento» de su sistema de solución de
diferencias vinculante, paralizado desde 2019, explica el 'número dos'
de Bruselas.
«Tensiones sin precedentes»
Este problema se ha visto agravado por «una serie de tensiones
comerciales mundiales sin precedentes», alertan desde la OMC. En su
último informe anual, la organización advertía que las restricciones en
ese ámbito se mantenían en «niveles excepcionalmente altos». Tanto es
así que a finales de 2019 el valor del comercio internacional abarcado
por dichas limitaciones se estimaba en 1,7 billones de dólares (200.000
millones más en solo un año), mientras que las medidas restrictivas
aplicadas desde 2009 y aún en vigor afectaban al 7,5% de las
importaciones mundiales (datos al cierre de 2018), tras triplicarse en
solo cinco años.
Washington y Bruselas apuestan por el
multilateralismo –lo respaldó en febrero el G7–, aunque la UE también
quiere implicar a China –con la que cerró en diciembre un acuerdo de
inversiones– para garantizar que «asume mayores obligaciones en el
comercio internacional», a la vez que la UE concluye la ratificación de
acuerdos pendientes como el de Mercosur. En este contexto de cambios, en
la OMC asumen que se juegan su futuro. «He notado que el mundo nos está
dejando atrás», admitía hace poco su nueva responsable, que reconoce
«una pérdida de confianza cada vez mayor en la capacidad de la OMC para
producir resultados». Recuperarla será su gran reto.
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LOS 50€ BILLETES - BILLETE 1.000 PESETAS - LOS ARBOLES PERDIDOS
- Bruselas modifica su reglamento para responder a las disputas comerciales sin esperar a la OMC ,.
LOS 50€ BILLETES - BILLETE 1.000 PESETAS
- LOS ARBOLES PERDIDOS - Bruselas modifica su reglamento para responder a las disputas comerciales sin esperar a la OMC ,. , fotos.
Bruselas modifica su reglamento para responder a las disputas comerciales sin esperar a la OMC,.
Este sábado entró en vigor la nueva
normativa que permitirá a la Unión Europea (UE) defender sus intereses
comerciales sin necesidad de esperar a que el panel de arbitraje de la
Organización Mundial del Comercio (OMC), bloqueado ante la falta de
renovación de sus miembros, dicte el fallo definitivo sobre las disputas
de Bruselas con terceros países.
La UE podrá
contraatacar con medidas comerciales coercitivas cuando la OMC le dé la
razón en una primera decisión, pero no tendrá que esperar a que el panel
de arbitraje resuelva posibles recursos, como ocurría hasta ahora.
Además,
la normativa que hoy entra en vigor permite a la UE tomar medidas ante
las disputas en el comercio de servicios y la propiedad intelectual,
ampliando su capacidad de actuación más allá de la coerción en el
comercio de bienes.
Y no sólo se aplicarán a los acuerdos
comerciales bilaterales que la Bruselas ha firmado con terceros países,
sino también a los regionales.
Con esta normativa la UE reacciona
al bloqueo existente en la OMC para crear un nuevo mecanismo de
resolución de conflictos, problema que espera poder solucionar con la
llegada a la Casa Blanca del nuevo presidente de Estados Unidos, Joe
Biden.
"La UE tiene que ser capaz de defenderse ante prácticas
comerciales desleales. Estas nuevas normas nos ayudarán a protegernos de
aquéllos que tratan de aprovecharse de nuestra apertura", dijo el
vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, responsable
también de la cartera comercial.
Aseguró también que Bruselas
trabajará para reforzar el orden multilateral, pero "mientras tanto",
dijo, "no podemos permitirnos permanecer indefensos".
Política
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Carmen Calvo: el Gobierno impulsará "políticas de discriminación positiva" para alcanzar la igualdad real,.
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LOS LIMONES - EL BOMBON DE HELADO - PAPELES QUEMADOS - Chimenea - El pobre Jimmy ,.
LOS LIMONES - EL BOMBON DE HELADO - PAPELES QUEMADOS - Chimenea
- El pobre Jimmy,. , fotos,.
El pobre Jimmy,.
Hambre de poder,.
El
primer Kennedy, el que dio origen a toda la saga americana, era un
pobre granjero irlandés que emigró huyendo de la miseria y murió un 22
de noviembre, como su bisnieto,.
La familia Kennedy.
Siempre
cerca del poder y de su erótica. Siempre cerca del escándalo y la
tragedia. Los Kennedy, la 'familia real' americana, deben parte de su
leyenda a John Fitzgerald Kennedy. El clan político del que más se ha
escrito nunca, la saga que marcó la historia americana del siglo XX
siempre irá ligada a JFK. Pero tan cierto como eso es que cada vez que
se menta al presidente Kennedy aparece a continuación el nombre de algún
Kennedy golpeado por la fatalidad o envuelto en la polémica. Ponga
usted la palabra poder, riqueza, sexo, asesinatos, desgracias, glamur...
y además de salirle una telenovela le saldrá seguro un Kennedy.
En
realidad la palabra que dio origen a toda esa leyenda es pobreza. Pues
fueron las estrecheces y el hambre lo que empujaron al primer Kennedy
americano a abandonar la granja familiar en Dunganstown, en el condado
de Wexford, al sureste de Irlanda. Aquel pobre hombre se llamaba Patrick
Kennedy (1823-1858), era el benjamín de una familia de granjeros (con
lo que frente al primogénito sus posibilidades de heredar eran nulas) y
como cientos de miles de compatriotas, decidió embarcarse rumbo al Nuevo
Mundo en busca de mejor fortuna. Tenía 26 años e ignoraba que estaba
iniciando la historia más célebre que jamás protagonizó en América un
clan irlandés. El joven Patrick y su mujer arribaron a Boston
(Massachusetts) huyendo de la que se denominó 'Gran hambruna irlandesa',
un catastrófico periodo de falta de alimentos y enfermedades que arrasó
los cultivos y que provocó millones de muertes y un éxodo masivo, sobre
todo a Estados Unidos. Entre fallecimientos y emigraciones, se calcula
que el país perdió en solo unos años un cuarto de su población.
No
le fue mal a Patrick en tierras americanas, donde enseguida se hizo un
hueco en la comunidad irlandesa de Boston, una de las más activas del
partido demócrata, tal vez porque los católicos-irlandeses se sentían
excluidos de la alta sociedad dominada por la 'vieja guardia'
norteamericana, anglosajona, republicana y protestante. Su hijo Patrick
J. Kennedy empezó trabajando de estibador en los muelles de Boston y
acabó amasando una pequeña fortuna como propietario de cantinas y sobre
todo gracias al comercio de licores y a su creciente influencia entre
los emigrantes irlandeses, lo que le fue abriendo las puertas de la
política. Los líderes demócratas entendieron que Patrick J. era una
pieza importante para poder movilizar al potente electorado irlandés. Su
padre, sin embargo, no pudo ser testigo de la notable prosperidad
familiar pues murió antes. En una de esas casualidades que tanto gustan a
los coleccionistas de coincidencias, Patrick, el bisabuelo de JFK,
falleció un 22 de noviembre y también lo hizo muy joven, con solo 35
años. Así pues el 50 aniversario de la muerte de John Kennedy será
también el 105 de su bisabuelo.
El pelotazo de Joe
Pero
quien realmente dio el pelotazo económico fue su nieto Joseph 'Joe'
Kennedy (1888-1969), y padre de JFK, quien se encargó de multiplicar esa
incipiente fortuna y cimentar sobre ella las carreras políticas de sus
vástagos, alcanzando su cima con la elección de su hijo John (al que la
familia llamaba Jack) como 35 presidente de Estados Unidos.
Próspero
y sagaz inversor (ganó millones de dólares en la Bolsa de Nueva York),
constructor y poderoso empresario industrial del acero, Joe jamás dejó
de aprovechar una oportunidad para hacer crecer su fortuna. Ahí van dos
ejemplos: cobraba a sus sirvientes 10 céntimos de dólar por cada Coca
Cola que bebieran en su mansión de Boston. Pero sacó más partido cuando
en plena Ley Seca, y con el apoyo del hijo del entonces presidente
Franklin Delano Roosevelt, viajó a Irlanda para adquirir los derechos
sobre la importación del Scotch Whisky para Estados Unidos. Aunque ya
estaba forrado, aquella jugada le cubrió de oro y le dio aún más poder
financiero para, por ejemplo, prestar dinero a los estudios de Hollywood
(fue accionista de RKO, una de las cinco grandes compañías
cinematográficas de la época dorada de Hollywood) o comprar el edificio
más grande de Chicago, por aquel entonces una ciudad tan poderosa como
Nueva York.
Paralelamente continuó con su influyente actividad
dentro del Partido Demócrata y logró presidir las comisiones Marítima y
de Comercio y Seguridad bajo la presidencia de Roosevelt. Su cénit
político le llegó con 50 años cuando fue nombrado embajador de Estados
Unidos en Londres, cargo en el que permaneció entre 1938 y 1940, y del
que le obligaron a dimitir por tratar de impulsar un acercamiento a la
Alemania de Hitler. Cercenada su carrera política por aquella torpeza, a
su regreso a Estados Unidos, el patriarca de los Kennedy puso todo su
empeño en impulsar la de sus hijos, convirtiéndose en su principal
asesor y benefactor, pues solo con un sólido apoyo económico detrás
resulta viable alcanzar un asiento en las cámaras de Washington. En ese
sentido los Kennedy nunca tuvieron problemas, sí en el de disputarse las
novias en su fabulosa residencia de Boston pues si alguno de los tres
hermanos mayores se despistaba, se arriesgaba a encontrar a la chica de
turno en la cama del viejo Joe, otro adúltero compulsivo. Pero esa es
otra historia.
Rose, o santa o tonta
Joe y
su mujer 'oficial', la muy paciente Rose Elizabeth Fitzgerald
(1890-1995) tuvieron nueve hijos (Joseph, John, Rosemary, Kathleen,
Eunice, Patricia, Robert, Jean y Edward). El la colmaba de caprichos,
pero le era infiel. El ferviente catolicismo de Rose le hizo vivir los
cuernos con resignación y aunque en una de las aventuras de Joe abandonó
a su esposo y se refugió en el hogar de sus padres, su propio padre le
recordó que como católica no podía divorciarse instándole a regresar
junto a su marido. La pobre Rose vivió con tanta resignación esas
infidelidades que la actriz Gloria Swanson, una de las mujeres con las
que se revolcó el cabeza de familia dijo de ella: "Esa Rose debe de ser
una santa, una tonta o una mejor actriz que yo". La vida, eso sí, le
sonrió con una longevidad muy generosa: murió a los 105 años.
Pero
volvamos a la descendencia del matrimonio y sobre todo al primero de la
saga, a Joseph Patrick Kennedy Jr. (1915-1944), el primogénito en quien
su padre había depositado sus esperanzas de colocar a un Kennedy en la
Casa Blanca. Lo tenía todo para triunfar. Rico de cuna, el mayor de los
hermanos era un tipo apuesto, deportista, graduado en Harvard y ya había
hecho sus pinitos en la política como delegado en la Convención
Nacional Demócrata. El joven se disponía a casarse con una modelo y
actriz a su regreso de Europa, donde combatía a los nazis como aviador.
Pero murió antes pilotando un bombardero de la Marina estadounidense el
12 de agosto de 1944. Tenía solo 29 años, había participado con éxito en
25 misiones y se había ganado el derecho a volver a casa coronado como
un héroe de guerra y con una prometedora carrera política por delante.
Joe
era un tipo con arrestos. Podía haberse embarcado en el primer avión a
Estados Unidos y prefirió ofrecerse como voluntario para una última
misión, la arriesgada Operación Afrodita, en la que él y su copiloto
tenían que saltar en paracaídas antes de estrellar su bombardero cargado
de explosivos contra una base alemana al norte de Francia. Un accidente
fortuito (aún se especula con que fue una señal de radio o un fallo en
el control remoto, pero también se habla de un error humano del piloto)
provocó la detonación de las diez toneladas de bombas. El avión se
desintegró en pleno vuelo con Kennedy y su compañero dentro.
Con
la desaparición del primogénito de los Kennedy, los esfuerzos de Joe se
centraron en el segundo de los hermanos, nuestro carismático JFK, de
quien ahora se cumplen 50 años de su asesinato en Dallas. Nada le hizo
más feliz al viejo jefe del clan que asistir a la investidura de su hijo
como trigésimo quinto presidente de Estados Unidos en enero de 1961. En
el mes de diciembre de ese mismo año, cuando tenía 73 años, Joe sufrió
una embolia que le dejó sin habla y postrado en una silla de ruedas
hasta su muerte en 1969 a los 81 años de edad. A pesar de la enfermedad,
fue consciente de los asesinatos de su hijo el presidente en noviembre
de 1963 y de su otro hijo Robert 'Bobby', Kennedy en 1968.
Bob, el sucesor natural
Bobby
(1925-1968) era el sucesor natural de JFK. Seguramente habría acabado
sentado en el Despacho Oval de no haber muerto tiroteado cuando apenas
tenía 42 años. Fue fiscal general de Estados Unidos (equivalente a
ministro de Justicia) con JFK de presidente y uno de los consejeros de
mayor confianza de su hermano, con quien trabajó estrechamente durante
la Crisis de los Misiles de Cuba, que a punto estuvo de llevar al mundo a
una guerra nuclear. Tras el asesinato de John, Robert continuó en el
cargo hasta su renuncia en 1964 debido a sus discrepancias con el
presidente Johnson por su postura en la Guerra de Vietnam (él estaba en
contra de la intervención). Ya elegido senador por Nueva York, inició su
particular batalla para ser nominado candidato presidencial de los
demócratas. Había ganado las primarias en Indiana y Nebraska, así como
en Dakota del Sur y en el muy decisivo bastión de California. Al día
siguiente de aquel triunfo postrero, se dirigía a pronunciar un discurso
de agradecimiento a sus electores en el Hotel Ambassador de Los
Ángeles. Cuando se encontraba en un pasillo lleno de gente, un hombre de
24 años con ascendencia palestina irrumpió disparando con un revólver
del calibre 22. Las balas alcanzaron a Bob, que fue traslado con heridas
de gravedad al Hospital El Buen Samaritano, donde murió al día
siguiente. Su asesino, Sirhan Bishara Sirhan, justificó su acción por el
apoyo que el senador Kennedy brindaba a Israel. Ahí quedaba truncada la
prometedora carrera del Kennedy que más batalló por la integración
racial y contra la guerra de Vietnam.
El accidente de Ted
Continuó
la estirpe política Edward, 'Ted', Kennedy (1932-2009), el benjamín de
los nueve hijos de Joe y Rose, el incombustible senador por
Massachusets, que mantuvo su acta ininterrumpidamente desde 1962 hasta
su muerte a los 77 años. Tras Jack y Bob, Ted estaba llamado a las más
altas esferas de poder, pero su prestigio quedó empañado para siempre a
raíz de un oscuro accidente de automóvil en Chappaquiddick, una pequeña
isla cercana a la elitista Martha's Vineyard (Massachusetts) en el que
murió Mary Jo Kopechne, la joven de 28 años que le acompañaba aquella
noche.
Ted y Mary Jo habían abandonado la fiesta en la que se
encontraban a bordo de un automóvil conducido por él. El coche volcó al
atravesar un puente sobre el mar y el joven senador logró salir del
vehículo hundido y nadar hasta la orilla para huir corriendo. Mary Jo
murió ahogada. El pequeño de los Kennedy tardó diez horas en dar cuenta
del accidente a la Policía. Juró que no había bebido y que se sumergió
varias veces tratando de salvar a su acompañante. La Justicia le condenó
a solo dos años de cárcel, aunque la sentencia nunca fue ejecutada.
Desde entonces Chappaquiddick ha quedado ligada en el vocabulario
político a la impunidad de los ricos y poderosos, lo que no impidió que
aquel incidente frenara en seco la carrera política del Kennedy con más
posibilidades de suceder a su hermano en la Casa Blanca.
Ed
continuó su trayectoria en el Senado, aunque su vida personal ya no fue
la misma: Su mujer Joan Bennet y su hija le abandonaron y a su hijo
Edward júnior, enfermo de cáncer le amputaron una pierna. En 1980, con
48 años, el patriarca del clan hizo el último intento por llegar al 1600
de la Avenida Pensilvania, perdiendo las primarias frente a Jimmy
Carter, quien luego se convertiría en el 39 presidente de Estados
Unidos. La derrota no impidió que Ted protagonizara una fructífera
carrera como senador hasta convertirse en uno de los legisladores más
influyentes en la historia del país. Se mantuvo al pie del cañón hasta
el final. De hecho fue uno de los pilares en los que se apoyó Obama para
llegar al Despacho Oval, y padre de su propuesta estrella, la reforma
sanitaria. Conocido como 'El León' del Senado, Ted, que se volvió a
casar en 1992, era el único superviviente varón de los nueve hijos de
Joseph y Rose, de los que en la actualidad solo queda viva Jean Ann
Kennedy (1928), la anteúltima de la saga, que también ocupó un cargo
político como embajadora en Irlanda entre 1993 y 1996. En 2009 había
muerto Eunice Mary Kennedy (88 años); Patricia falleció en 2006 a los 82
años, y mucho antes Kathleen, que murió en 1948 con apenas 28 años,
cuando el avión en el que viajaba junto a su amante (había enviudado
cuatro meses después de casarse) se estrelló en los Alpes franceses
cuando iba a visitar a su hermano John, que por entonces se encontraba
en Europa.
Rosemary, la 'loca'
La mayor de
las hermanas, Rosemary, que murió en 2005 a los 86 años de edad merece
unas líneas aparte. Rosemary nació con un más que discutible retraso
mental. Su coeficiente intelectual era algo inferior al del resto de la
familia, lo que avergonzaba a su padre. Convencido de que una lobotomía
(ahora un ejemplo de operación cruel e inhumana, pero en aquella época
estaba tan bien vista que hasta se le concedió el Nobel a su
descubridor) corregiría esa "leve" deficiencia, la operación en lugar de
ayudarle la incapacitó aún más quedando con apenas 23 años con una edad
mental de un niño de tres. De Rosemary se dice que la familia ocultó su
verdadero estado y que hasta la escondía en manicomios para tenerla
alejada del núcleo duro de los Kennedy y no estropear esa idílica imagen
de éxito, fortaleza y seguridad que deseaban transmitir. Sea como
fuere, lo cierto es que Rosemary fue la primera del clan en morir por
causas naturales. Y lo hizo acompañada de su hermano Ted y su hermana
Jean.
Las dos cervezas de Joseph
La saga
Kennedy continúa hasta nuestros tiempos. Hoy todas las esperanzas están
depositadas en un Kennedy de cuarta generación, Joseph Patrick Kennedy
III, uno de los pocos americanos capaz de recordar perfectamente cuántas
cervezas se ha bebido en su vida: dos. Una, el día en que cumplió 21
años y otra, cuando se graduó en la Universidad. Apodado 'El lechero'
(es su bebida favorita), este pelirrojo de 33 años, 1,90 de estatura y
con la misma cautivadora sonrisa de su abuelo Robert, lleva un año de
congresista en la Camara de Representantes, aunque los cronistas de
Washington sostienen que Joseph ha despuntado más por su apellido que
por sus iniciativas políticas. De momento.
Pero quizá la Kennedy
más famosa siga siendo Caroline, la única hija viva de JFK. Con permiso
de otra Kennedy célebre (Maria Shriver, sobrina de JFK y exmujer de
Arnold Schwarzenegger), Caroline se ha mantenido durante años alejada de
los focos que ocupaba su hermano John-John, el niño más querido de los
americanos. Pero desde la muerte de John-John en 1999 en un accidente de
avioneta junto a su mujer y su cuñada, La hija de América, como se la
conoce en Estados Unidos, no ha dejado de estar en boca de todos los
analistas como la heredera de Camelot (así se conocen los tres años de
la presidencia de su padre). En 2008 decidió dar el salto a la política
para tratar de hacerse con un escaño en el Senado. La expectación era
máxima, pero se diluyó tras una entrevista en televisión en la que
Caroline ofreció una sarta de vagas respuestas aliñadas con la típica
muletilla pija del "you know" (¿sabes?), que repitió 144 veces.
Consciente del ridículo, abandonó sus pretensiones de convertirse en
senadora por "motivos personales". Actualmente Caroline, que cumple este
mes 56 años y es madre de tres hijos, es la embajadora de EE UU en
Japón.
Los otros Kennedy malditos
Joe y
Rose tuvieron una vida larga y fructífera, no así buena partede su
descendencia. Primero murió el primogénito con 29 años en aquella
terrible explosión sobre el Canal de la Mancha, luego le siguió
Kathleen, que falleció a los 28 años en otro accidente de avión. Más
tarde JFK y Robert, que cayeron asesinados por las balas con menos de
cinco años de diferencia. A Rosemary la repudiaron internándola en
centros psiquiátricos para evitar que su presencia afectara a la idílica
imagen de los candidatos al poder la historia familiar enseña que por
encima del poder y la riqueza, ser un Kennedy puede ser una bendición o
todo lo contrario. John-John, el hijo varón de JFK, el Kennedy más
esperado, un joven con el magnetismo de su padre, también murió en otro
accidente aéreo en 1999. Y cuando no ha sido la muerte en trágicas
circunstancias, han sido las drogas, los escándalos sexuales o los
divorcios los que han ido desdibujando la 'monarquía' de América, sin un
líder claro desde que murió de cáncer Ted Kennedy, 'El León' del
Senado. David Kennedy, uno de los once hijos de Robert Kennedy, falleció
por sobredosis en su cuarto en un hotel en Palm Beach, Florida; William
Kennedy Smith, sobrino de JFK, fue juzgado por violación y declarado
inocente, aunque jamás fue vuelto a ser admitido en el clan; y Michael
Kennedy, otro de los hijos de Robert, falleció en un accidente esquiando
en Aspen, Colorado.
En mayo de 2011, Mary Richardson Kennedy, la
mujer de Robert Kennedy Junior, se ahorcó en su casa; unas semanas más
tarde, Kerry Kennedy, exmujer del gobernador de Nueva York, Andrew
Cuomo, tuvo un grave accidente de automóvil, y Conor Kennedy, otro de
los nietos de Bobby, mantuvo con 18 años un romance con la estrella del
pop Taylor Swift que se rompió el pasado otoño, dejando al muchacho con
el corazón roto. Igual se quedó Maria Shriver, sobrina de JFK, tras la
humillación pública que sufrió cuando se supo que su marido, el actor y
exgobernador de California, Arnold Schwarzenegger, había tenido un hijo
de 14 años con su empleada de hogar. Los Kennedy dieron, dan y seguirán
dando que hablar.