Viva la vida - Santiago Posteguillo - Escritor ,. .SABADO- 12 -Septiembre ,./ VIVA LA VIDA - Banksy , DOMINGO -13- Septiembre . / Ese programa del que usted me habla con - El clan Kennedy, golpeado por una inesperada derrota política en su feudo . / Tarde de toros - Ponce sufre una cogida en la plaza de El Puerto de Santa María con polémica incluida por el aforo,.
TITULO:
Viva la vida - Santiago Posteguillo - Escritor ,.SABADO - 12-Septiembre
El sabado - 12-Septiembre a las 16:00 por Telecinco , foto,.
Santiago Posteguillo - Escritor,.
«El término nueva normalidad es una burrada»,.
Santiago Posteguillo, en Mazarrón (Murcia), donde hace unos días ofreció una conferencia dentro del ciclo 'Mares de papel'.
«Ningún político debería estar hoy cobrando su sueldocon la que está cayendo», dice el literato,.
A
veces me gustaría vivir anestesiado mentalmente», dice el escritor
Santiago Posteguillo (Valencia, 53 años), harto de la clase política
española. El autor de 'Y Julia retó a los dioses' prepara la serie de
televisión 'El corazón del imperio', que él presentará y que se grabará
en latín.
-Le pregunto: -¿Qué anda buscando con tanto ahínco?
-Un sobre de té, ninguna excentricidad. He recorrido todo el bufé del hotel, de arriba a abajo, sin el menor éxito.
No
se puede tener éxito en todo, le digo a Santiago Posteguillo, escritor
afortunado en ventas que cuenta con una legión envidiable de fieles
lectores que siguen, fascinados, sus novelas ambientadas en la Antigua
Roma; la última, 'Y Julia retó a los dioses' (Planeta), cuyos actos de
promoción fueron cancelados por la Covid-19. Estamos en Mazarrón, donde
la tarde anterior fue el protagonista del ciclo 'Mares de papel', junto a
un mar bellísimo. Desayuna frugalmente, algo de fruta y un yogur, y
mantiene ese particular rostro suyo que no se altera ni aunque una
máquina del tiempo lo deje caer en pleno desembarco de Normandía. «Hay
que seguir sea como sea, no hay otra». Ahora anda enfrascado preparando
el siguiente personaje con el que abrirá nueva serie de novelas, también
ambientadas en la Antigua Roma, «y trabajando en la serie de
televisión, para el Canal #0 de Movistar+, que estoy rodando en
Bulgaria, 'El corazón del imperio': seis episodios documentales, con
recreación histórica, en la que yo actúo de presentador; introduzco a un
personaje femenino de la Antigua Roma, y luego actrices y actores
interpretan escenas vitales muy potentes de ese personaje». Y añade algo
que le hace especial ilusión: «Grabamos en latín». -¿Qué le ha quedado claro tras estos últimos meses?
-Que
los políticos en general, de todos los colores, no quieren que el
pueblo lea porque así es más manipulable. Estoy en un país que hace un
decreto de actividades esenciales, y resulta que el tabaco es una de
ellas, pero se cierran las librerías; vivo en una sociedad que considera
más importante fumar que leer. Alemania no cerró nunca las librerías en
toda la pandemia. Y esto no es una crítica a la gente que, privadamente
y sin molestar a nadie, fume, ni estoy yo sugiriendo que se cierren los
estancos. Pero, ¿por qué cierran las librerías?, ¿realmente el
coronavirus se iba a expandir por ellas?, ¿realmente íbamos a tener en
las librerías problemas de aglomeraciones?, ¿o en las bibliotecas? -No parece, no.
-Aquí,
cuando hay una crisis, lo primero es cargarse la cultura; se saca el
rifle, se apunta en el centro de la cultura y se dispara. Por ejemplo,
cuando en Barcelona estaban empezando los rebrotes, claramente adscritos
al botellón y al ocio nocturno, en su mayoría, o a celebraciones no muy
controladas, lo que se propone es ¡cerrar cines y teatros! Bueno, ya
vale, ¿no? Yo acabo de dar una conferencia en el ciclo 'Mares de papel'
[en Mazarrón], en un espacio enorme, al aire libre, todos con
mascarillas y guardando las distancias. Lo importante es seguir haciendo
cultura. En este país, el poder político, sea del color que sea, se
llena la boca diciendo que es muy importante leer, pero no hace nada
para que la gente lea.
«Destrozos psicológicos»
-¿Qué no acepta?
-No acepto de ninguna
manera, me rebelo y me parece demoledor psicológicamente, el término
'nueva normalidad'. Es una burrada. Tú no le puedes decir a la gente que
esto es su nueva vida, porque esto es asqueroso, muy desagradable, muy
deprimente. Si tú le dices a la gente que esto es su nueva vida, la
gente se va a deprimir, y de la depresión a, como consecuencia de ella,
perder capacidad inmunológica no hay nada; eso es ciencia pura. A la
gente hay que animarla como se pueda; Churchill, en la Segunda Guerra
Mundial, ¿qué hace? Lo primero, no se va de vacaciones, y tampoco le
dice a la gente que esto va a ser chachi piruli. Los alemanes bombardean
a diario, pero acostumbraros, ¡es vuestra nueva normalidad! ¡Claro que
no! Lo que tienen que decir es que estamos viviendo una excepcionalidad,
muy dura, sí, pero de la que vamos a salir, aunque probablemente más
despacio de lo que habíamos imaginado; de este modo, la gente se pone el
chip de 'esto va a ser duro, pero no ha venido para quedarse'. Lo otro
es destrozarla psicológicamente, y me meto no solo con el Gobierno
central, sino con todos: también con los nacionalistas,
independentistas, del PP...; todos son unos caraduras, y yo me rebelo
con que cobren su sueldo, ningún político debería estar hoy cobrando su
sueldo con la que está cayendo. Creo que todos los diputados y senadores
deberían devolver todo su sueldo del confinamiento, porque no ha valido
para nada. Porque, además, la clase política es la única que no vive en
sus carnes, económicamente, el deterioro; todos los demás lo vivimos. Y
no lo digo por fastidiarlos, sino por pedagogía: si no sienten el dolor
que hay, no se enteran, están anestesiados en su burbuja magnífica;
entonces, tienen que sentir el dolor en sus carnes, ver que de pronto
cobran menos y preguntarse, '¿qué está pasando en el país?'. Y que
reaccionen. -¿Qué no espera ya?
-Eso de
que intenten gobernar con ejemplaridad, como Trajano, eso ya no lo
espero. Y sería muy necesario porque esto va a ser muy sufrido y lo peor
está por venir, y no es el virus, es la crisis económica que llega.
Cada vez tengo menos paciencia para la estupidez en el liderazgo
político, se me va acabando. A veces me gustaría vivir anestesiado
mentalmente...; el otro día escribía Arturo Pérez-Reverte que quería
irse a una isla desierta porque estaba harto de la estupidez humana. Yo
no he llegado todavía a ese punto, pero si me va guardando un sitio en
la isla, igual en unos años me voy. Hace falta una regeneración de la
clase política española. El nivel es penoso, de ínfima calidad, y esto
es inadmisible. -¿Y la ciudadanía?
-Hay
gente cabal, hay gente que no sabe por dónde ir, y hay gente que es
inconsciente, o imprudente, por decirlo suavemente, porque, con la que
está cayendo, ciertas actitudes no son nada brillantes. La gran mayoría
lo intenta hacer bien, pero no está bien guiada, ni aconsejada. Si un
día les dices A y al siguiente B, cuando ya les has dicho todo el
abecedario no saben qué hacer, y eso no es culpa de la ciudadanía, a la
que le han inoculado un tercer virus; tenemos el virus del coronavirus,
el virus de la crisis económica y, por si fuera poco, en su
inconsciencia la clase política ha tenido a bien inocularle el virus del
miedo; y una cosa es la prudencia, la inteligencia y el saber
desenvolvernos en una situación crítica como es esta, y otra cosa es
inocular miedo a la gente, porque la gente con miedo puede hacer
cualquier barbaridad. Y, además, la tienes aterrorizada y bloqueada.
Mucha gente piensa ya en no llevar a los niños al colegio; ¡hombre, no
lo sé, pero los niños tendrán que ser escolarizados en algún momento! El
miedo, nuevamente, conduce a la depresión y a la pérdida de inmunidad.
Si lo que quieren es tener una gente predispuesta a caer enferma, si ese
es el plan, vamos muy bien. -¿Usted qué propone?
-Lo
que creo es que hay que hacer una buena campaña de información,
eliminar el miedo y enfatizar la prudencia, el sentido común, y el uso
de la mascarilla y de la distancia social, incidiendo en que esto es
algo temporal, porque hay que volver a abrazarse y a besarse. Y mantener
la economía funcionando con todas las medidas de prevención que sean
necesarias. Soy de los que piensan que un segundo confinamiento no iba a
solucionar el problema, sino que iba a crear más problemas de depresión
y sanitarios de lo que nos podamos imaginar, además de que yo no sé
cómo la economía iba a poder resistir. No sé de dónde piensan sacar el
dinero. Yo he pagado de IVA el 50% menos en el último trimestre.
Entonces, ¿qué va a pasar? Si todo el mundo que tiene actividad
económica paga el 50% de impuestos, usted me dirá cómo se pagan las
pensiones, los sueldos de los funcionarios...; a mí no me salen las
cuentas. La actividad económica, con todas las prevenciones, hay que
mantenerla. Y si quirúrgicamente es preciso tomar alguna medida más
drástica en alguna zona concreta, porque se expande el virus de una
manera descontrolada, se hace.
El título de 'Diez negritos'
-Tras el episodio con 'Lo que el viento se llevó', ahora
el bisnieto de Agatha Christie propone cambiar el título de 'Diez
negritos' por el de 'Eran 10'. En esas seguimos.
-Cualquier
exageración es una perversión en sí misma. Margaret Mitchell incluye
personajes racistas en 'Lo que el viento se llevó' porque está
describiendo el sur de Estados Unidos en el siglo XIX. Por esa misma
razón, yo no debería entonces escribir sobre Roma, porque Roma era una
sociedad esclavista. Pero ella no escribe a favor de los racistas del
sur, describe una guerra civil, muy cruenta, y las motivaciones de un
bando y de otro. Tampoco la película es racista, simplemente refleja lo
que escribió la autora. ... Si seguimos así, hay que coger y tirar a la
basura la 'Odisea' porque, en un episodio, cuando Penélope se dirige a
hablarle a la asamblea de gobierno del reino de Ítaca, se le interpone
en el camino su hijo Telémaco, de 16 años, y le dice: 'Detente madre y
cállate, porque hablar en público es cosa de hombres'. No podemos
evaluar obras de arte del pasado con parámetros del siglo XXI. No
podemos cargarnos el arte interpretado desde el presentismo actual, eso
es absurdo. -Feministas italianas protestan contra las actuaciones de Plácido Domingo en Verona.
-Si
tenemos un sistema judicial, o creemos en él o lo cerramos. Y otra
cosa: o bien la presunción de inocencia vale para todo y para todos, o
no vale para nada y para nadie. Si pasamos a sojuzgar a la gente y a
sentenciarla sin juicios, a lo que vamos encaminados es a la caza de
brujas, y esta es mala siempre; la caza de brujas no es aceptable, los
juzgados y las sentencias judiciales sí. -¿Quién protagonizará su próxima novela?
-No
puedo decírselo, pero creo que será de gran interés para los lectores.
De todos los personajes que he novelado pienso que son admirables y
dignos de aprender de ellos; me paso con cada uno de ellos entre cuatro y
siete años, así que si no cojo a alguien que admire, ¡menudo
padecimiento! Ya tengo bastantes ejemplos de líderes absolutamente
deleznables, empezando por Trump, como para pasar el tiempo con alguien
insoportable. Escipión era muy noble, Trajano era un gobernante
ejemplar... -¿A quién está muy agradecido?
-A
mi padre. Recuerdo que un día me dijo: 'A la hora de comer te quiero en
la mesa, y sácame bien todos los estudios'. Por lo demás, libertad
absoluta. Siempre me apoyó en esto de escribir. Cuando a mitad de
carrera de Filología Inglesa le dije que yo lo que quería era aprender a
escribir, me preguntó que dónde se aprendía a hacerlo. Estábamos en los
80, le comenté que en Estados Unidos y se puso a hacer cálculos. 'Te
puedo dar 500.000 pesetas', concluyó. El curso costaba dos millones de
pesetas, pero tuve la suerte de que pedí una beca y me la dieron. Mi
padre me compró el billete de ida y me indicó: 'Aquí no vuelves hasta
que acabes, ni el turrón por Navidad, ni la madre que te parió'. Pero
llegó Navidad y me envió un billete. Se leyó mi primera novela, que me
rechazaron en todos lados, y me tranquilizó: 'A mí me ha gustado'. Me
tranquilizó porque mi padre, que contrataba a expresidiarios para darles
una segunda oportunidad en la empresa en la que estaba, tenía una
enorme intuición, solía atinar siempre. Lo echo muchísimo de menos.
TITULO: VIVA LA VIDA - Banksy ,. DOMINGO -13- Septiembre .
El domingo -13- Septiembre a las 16:00 por Telecinco , foto.
Banksy,.
Banksy, el grafitero sin rostro, ahora armador humanitario,.
La
pista del cotizado guerrillero anónimo del aerosol se acaba en
Burriana, de donde partió el barco de rescate de inmigrantes que sufraga
con su dinero para afear la indolencia de la UE,.
Hasta 48 días y 47 noches pasó atracado en el puerto de Burriana el 'Louise Michel', el
barco de 30 metros de eslora que Banksy ha puesto a patrullar por el
mar con el combustible de su dinero para socorrer inmigrantes a merced
de las olas y de las ONG. Sin embargo, ni en la cofradía de
pescadores de este pueblo castellonense de 36.000 habitantes, ni en el
restaurante El Morro, con vistas al astillero, ni tan siquiera en el
Aloha, el único hotel de la zona, han visto, dado de comer o de dormir
al enigmático, cotizado y escurridizo grafitero. «Si hubiera venido por
aquí nos habríamos enterado. Más aún este verano, en que no hay un
turista», coinciden en señalar a este periódico. La autoridad portuaria
de la localidad, la misma que el pasado 26 de junio permitía el acceso al varadero para su reparación a una llamativa embarcación de color rosa,
tampoco supo de la identidad de su armador hasta que los medios de
comunicación se hacían eco de la publicación, hace unos días, de su
último 'post' en Instagram: «Como muchas personas que han triunfado en
el mundo del arte, me he comprado un yate para surcar el Mediterráneo»,
escribía con su habitual estilo escueto y sarcástico, antes de anunciar
que ha destinado parte del dinero de una de sus millonarias subastas a
un barco humanitario con el que quiere afear la indolencia de la Unión Europea ante las llamadas de auxilio de refugiados a la deriva.
Ha
sido el último movimiento de ficha del anónimo guerrillero del aerosol,
una sombra en la noche de las grandes ciudades que ha acabado
convirtiéndose en uno de los nombres más cotizados del mundo del arte
preservando sus mejores cualidades, la invisibilidad y la ubicuidad.
Aunque en sus más de dos décadas de andanzas ha sido objeto de más
avistamientos que los platillos volantes que sobrevolaban los campos de
cereales tejanos de Forth Worth, allá por los años cincuenta, nadie puede ponerle cara, voz, ni apellidos sin temor a patinar.
Blindado por el misterio, Banksy campa a sus anchas. Lo mismo para
rociar su aerosol cáustico y tierno a la vez en Burriana, -su barco luce
la mítica plantilla de la 'Niña con globo', reemplazado por un flotador
de emergencia con forma de corazón-, que para llenar con sus célebres
ratas enmascaradas el metro de Londres o colarse disfrazado en el Museo
Brooklyn y colgar algunas de sus obras de manera clandestina. A estas
alturas de la película, y después de hacer hablar a las paredes de medio
planeta con el lenguaje de la creatividad y la subversión, pocos
dudan de que detrás del enigmático hombre sin rostro hay un engrasado
equipo de leales colaboradores, una cuidadosa planificación y una
brillante estrategia de márketing.
Por
ahora, Burriana entierra la última pista fiable de este esquivo
artista, en torno al que se tejen un puñado de teorías. Una de las más
repetidas sostiene que el autor del óleo que representó la Cámara de los
Comunes británica repleta de chimpancés y que se vendió hace apenas un
año en una subasta en Londres por la friolera de 11 millones de euros es Robert del Naja, fundador y líder de la banda Massive Attack.
El
periodista Craig Williams enarboló en su día esta hipótesis tras
comprobar cómo, en al menos una decena de veces, la aparición de sus
grafitis en Melbourne, San Francisco, Nueva Orleans, Toronto o Boston
coincidieron en el tiempo con una gira de ese grupo de trip hop por esas
ciudades. Por su parte, Del Naja, apodado 3D, y grafitero antes que
músico, siempre ha negado tal posibilidad, si bien admite ser amigo de
Banksy.
El
otro gran sospechoso es un practicante del 'street art' de Bristol, de
44 años, llamado Robin Gunningham, famoso, entre otras cosas, por su
dentadura de oro. La Universidad Queen Mary de Londres defendió esta suposición después de que le tratara de estrechar el cerco.
Para ello, científicos crearon un mapa con puntos calientes o lugares
por los que el grafitero se movía de forma recurrente. Al comparar los
datos obtenidos mediante ese rastreo geográfico con la escasa
información pública disponible que hay sobre Banksy, comprobaron que
varias direcciones relacionadas con Gunningham se repetían. Entre ellas
un pub, un parque y un apartamento en Bristol.
Cócteles molotov y Picasso
De los inicios de su sibilina carrera en esa ciudad británica
dataría 'The Mild Mild West', su primer mural a gran escala, en el que
un oso de peluche lanza cócteles Molotov a tres antidisturbios.
'Trip-hopero' con sonrisa metálica o no, su estilo se ha ido
sofisticando y politizando durante los años sin renunciar a cometer
sonadas gamberradas. La más impactante la perpetró hace un par
de años, cuando una de sus obras se autodestruyó justo después de haber
sido vendida por 1,2 millones de euros en una subasta en Sotheby's. «La urgencia de destruir también es urgencia creativa», se regocijó en las redes parafraseando a Picasso.
«Después
de tantos años seguimos sin saber si se ríe del arte, lo usa en su
beneficio propio o en el de las causas sociales. Lo que es
incuestionable es su extraordinaria capacidad para conceptualizar los
grandes problemas del mundo», valora desde Huelva Manomatic, el nombre
artístico de Adrián Pérez, uno de los artistas urbanos más considerados
de España, un país en donde Banksy no ha dejado aún su huella. Los dos
guardias civiles que aparecieron besándose en abril de 2018 en Canido,
un barrio de la periferia de Ferrol, bien podían haber salido de sus
espráis. Pero no lo hicieron. El esquivo artista se ocupó de desmentirlo. Ocho meses después, 70 de sus piezas se exponían por primera vez en Madrid bajo la sempiterna disyuntiva '¿Genio o vándalo?'.
Disruptivo
y provocador, el ahora armador humanitario ha saltado en más ocasiones
de las paredes para abrir en Belén el Hotel Walled Off, junto al muro de
hormigón de ocho metros de alto construido por Israel para separar los
territorios palestinos, o levantar Dismaland, la antítesis de
Disneyland, cerca de Bristol. Estos días, su fragata,
capitaneada por la activista alemana Pia Klemp, ha sacado de las garras
del mar y de la indiferencia a 219 personas. Ninguno conocerá a Banksy, pero ya saben que pinta y mucho.
TITULO:
Ese programa del que usted me habla con - El clan Kennedy, golpeado por una inesperada derrota política en su feudo .
El martes -9- Septiembre por La 2 a las 21:30, foto,.
El clan Kennedy, golpeado por una inesperada derrota política en su feudo,.
Joe Kennedy III habla con la prensa el martes pasado, cuando faltaban pocas horas para su caída.
Con
una ventaja en las encuestas, una campaña bien financiada y apoyos de
nivel, Joe Kennedy III no pudo amarrar el voto del Partido Demócrata
para el escaño del Senado,.
Todo
iba a velocidad de crucero para Joe Kennedy III en su apuesta electoral
al Senado por el Estado de Massachusetts. Con una cómoda ventaja en las
encuestas, una campaña bien financiada, apoyos políticos de nivel. Y el
blasón de la familia más famosa del país en un Estado donde un
candidato Kennedy, después de todo, nunca ha conocido una derrota. Pan
comido. El nieto del venerado senador Bobby Kennedy, sobrino-nieto del
legendario presidente John Fitzgerald Kennedy y sobrino-nieto del
prestigioso y entrañable senador Ted Kennedy, tenía la victoria escrita
en bandeja de plata.
El martes por la noche, pocas horas después
del cierre de los colegios electorales, se rompió el 'hechizo': el
veterano senador Ed Markey clamaba victoria con un 55% frente al 45% de
Kennedy, que hacía historia como el primero de la familia en perder unas
elecciones. El mito de las 26 victorias en las primarias en el Estado
de Massachusetts se desvanecía ante el asombro general. Una derrota que
no se venía venir. Hasta hace unos meses todas las encuestas le daban
como ganador. En mayo Kennedy lideraba con 16 puntos de ventaja en las
encuestas mientras un desesperado Markey trataba de conseguir en medio
de la pandemia las firmas necesarias para entrar en la papeleta de voto.
En
la esfera política incluso se manejaban ya estrategias para la salida
del veterano senador. Algunos sugerían una retirada digna para evitar
una derrota vergonzosa y dejar paso a la nueva generación Kennedy. Todo
tenía sentido. 39 años, educado, liberal, graduado en Stanford, un
doctorado en Derecho en Harvard y dos años de voluntariado en los
Cuerpos de Paz en República Dominicana engalanaban el currículum del
elocuente joven. Kennedy apenas se estrenaba en su puesto de ayudante
del fiscal de distrito a la espera de la oportunidad al Congreso que se
materializó con el retiro del congresista de Massachusetts Barney Frank y
una fácil victoria para la legislatura de 2013 en la Casa de
Representantes.
LAS CLAVES:
Fracaso familiar.
El veterano senador Ed
Markey clamaba victoria con un 55% frente al 45% del nieto de Kennedy
Mala estrategia política.
Confiado en ganar sin
mucho esfuerzo, Joe presentó a Markey como alguien desconectado
Respaldo total.
Markey creó una gran
coalición con demócratas y los alineados con la izquierda del partido
En 2019
llegaba otra elección y el ambicioso nuevo congresista ya tenía los ojos
en un escaño del Senado, el que ocupaba otro compañero demócrata, el
veterano Ed Markey, de 74 años. Una encuesta privada en el verano de
2019 le daba una ventaja de 14 puntos sobre Markey. Kennedy vio una
oportunidad y se lanzó a por ella. En septiembre anunciaba su
candidatura para el Senado. Que no hubiera una razón clara para lanzar
una campaña contra un senador compañero de partido en la línea
progresista, era lo de menos. Un nuevo Kennedy con la marca de la
juventud, rico, famoso y sobrado de contactos políticos se abría paso en
Washington para hacerse con una posición de poder que por derecho de
nacimiento se entiende que le pertenece. Toda la familia se movilizó.
Niño mimado y oportunista
En diciembre Joe Kennedy III sobrepasaba el capital de campaña
de Markey en un millón de dólares. Confiado en repetir una victoria sin
mucho esfuerzo, Kennedy pensó que sería fácil presentar a Markey como
alguien desconectado después de décadas en el Congreso. Pero el veterano
senador Markey, con más de cuatro décadas en el Congreso, tenía más de
una carta debajo de la manga. No por nada en marzo de 2019, selló sus
credenciales en el terreno despejado del progresismo demócrata al
introducir como coautor, junto a la congresista Alexandria
Ocasio-Cortez, el 'Green New Deal', la legislación ambiental más
potencialmente transformadora de la historia de Estados Unidos para
abordar el cambio climático y la desigualdad económica. Y aunque fue
derrotada en el Senado, la iniciativa, inspirada en el 'New Deal' de
Roosevelt, permanece como el gran bastión legislativo en la lucha contra
el cambio climático.
Como demócrata moderado que había crecido
hacia el progresismo, Markey había construido una gran coalición que
incluía desde los principales grupos demócratas hasta a los alineados
con la izquierda del partido. Una coalición que le granjeó el valioso
apoyo del joven Movimiento Sunrise, el respaldo de la campeona del
progresismo Ocasio-Cortez y el de figuras del 'establishment' demócrata
como el senador Chuck Schumer y la senadora Elizabeth Warren de
Massachusetts.
Con
ello, Markey concibió una campaña mucho más sincronizada con el momento
de cambio que demanda la realidad social del país que la que la mayoría
de los demócratas manejan actualmente a nivel nacional. Una campaña
que, en el profundamente demócrata Estado de Massachusetts, no sólo
reconocía los resultados de Bernie Sanders que ganó allí en 2016, sino
que respondía a las aspiraciones de la nueva generación de demócratas
milenials.
Los críticos de Joe Kennedy vieron en él a otro niño
rico mimado y oportunista que se presentaba a las elecciones 'porque
podía', no porque tuviera algo que decir o deseos de cambio, no más que
un mero intento de elevar su pedestal de juventud y de familia a otra
posición de poder. Joe Kennedy, el portador de la juventud, fue al final
derrotado por la veteranía de Ed Markey. Pero si algo ha demostrado
esta elección es la viabilidad del movimiento progresista creando
alianzas con los veteranos del establecimiento demócrata. Nada mal para
una derrota Kennedy.
TITULO: Tarde de toros - Ponce sufre una cogida en la plaza de El Puerto de Santa María con polémica incluida por el aforo,.
Ponce sufre una cogida en la plaza de El Puerto de Santa María con polémica incluida por el aforo,.
fotos / Ponce se llevó el susto nada más entrar a matar a su primero en La Plaza Real del El Puerto de Santa María ,.
La plaza estaba repleta en ese momento acogiendo a un 5.000 espectadores,.
El torero Enrique Ponce sufrió una cogida en su brazo al entrar a matar al primer toro de la tarde durante una corrida en El Puerto de Santa María (Cádiz) ayer jueves y resultó levemente herido.
El toro, de nombre Rompeolas, pertenecía a la ganadería de Juan Pedro Domecq.
La plaza estaba repleta en ese momento acogiendo a un 5.000 espectadores que realizaron un minuto de silencio al inicio del festejo en memoria de los fallecidos por la pandemia de la Covid-19.
Las
imágenes de los tendidos de la plaza de toros de El Puerto de Santa
María daban la sensación de que no se habían cumplido las medidas de
seguridad que exigen las autoridades sanitarias, aunque varios carteles
recordaban el uso obligatorio de la mascarilla y se apelaba a la
responsabilidad de cada cual.
En la entrada de los tendidos se tomaba la temperatura y rociaban con gel hidroalcohólico.
Tras
los consejos, apareció el primer astado, 'Rompeolas', para el diestro
valenciano, que entraba a matar a su primer toro cuando sufrió el
percance, al enterrar la estocada, el toro lo prendió por el brazo, lo
encunó unos segundos y lo lanzó al ruedo.
Con Ponce inmóvil, afortunadamente el toro no hizo por él y no hubo consecuencias que lamentar.
La Plaza del Puerto de Santa María, abarrotada.El
maestro de Chiva saludó una gran ovación y estrechó luego su mano con
la de Ana Soria, con el corazón aún encogido en una barrera.
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