LAS HUCHAS DE LAS MONEDAS - El Gobierno parte con hasta el 90% del presupuesto de 2021 ya comprometido ,. / LOS 50€ BILLETES - BILLETE 1.000 PESETAS - LOS ARBOLES PERDIDOS - La llegada de recursos europeos reduce la necesidad de subir los impuestos,. / LOS LIMONES - EL BOMBON DE HELADO - PAPELES QUEMADOS - Chimenea - El infierno enseña sus dientes en Estados Unidos,.
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LAS HUCHAS DE LAS MONEDAS -El Gobierno parte con hasta el 90% del presupuesto de 2021 ya comprometido ,.
LAS HUCHAS DE LAS MONEDAS - El Gobierno parte con hasta el 90% del presupuesto de 2021 ya comprometido ,. ,
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El Gobierno parte con hasta el 90% del presupuesto de 2021 ya comprometido,.
María Jesús Montero, ministra de Hacienda, durante una intervención en el Congreso esta semana ,.
La pandemia puede reducir el margen discrecional del Ejecutivo por debajo del 15% del total disponible,.
Los
presupuestos generales del Estado constituyen el principal instrumento
de un Gobierno para desarrollar su programa electoral. Pero este
principio se encuentra sometido a dos limitaciones importantes. La
primera pasa por que, en el caso de que el Ejecutivo no cuente con una
mayoría suficiente en el Congreso de los Diputados, como es el caso, ha
de modular sus preferencias para concitar el apoyo de otros grupos
parlamentarios.
La segunda es menos visible, pero puede ejercer
una mayor constricción, ya que se deriva de los compromisos adquiridos
por el Estado en forma de leyes o contratos laborales o con empresas que
pueden tener carácter plurianual, y que actúan como un mandato
independientemente del signo del Ejecutivo de turno. De hecho, según
Jorge Onrubia, profesor titular de Economía Aplicada de la Universidad
Complutense, las obligaciones del Estado suelen representar, recurrentemente, entre un 80% y el 85% del total del presupuesto.
Si
tomamos como referencia las cifras de ejecución presupuestaria de 2019,
comprobamos que la remuneración de asalariados de la Administración
ascendió a los 134.063 millones; que se han de sumar a los casi 30.000
millones que se destinaron a pagar los intereses de la deuda, una
obligación ineludible; montantes a los que hay que añadir los relativos a
las prestaciones sociales, también impepinables porque hay leyes que
consignan los derechos que tienen sus perceptores a recibirlas, como los
pensionistas y las personas desempleadas, y que hacen un total que se
acerca a los 200.000 millones. Estas tres cifras en
conjunto suman más de 360.000 millones, el grueso, casi un 70%, del
total del gasto público ejecutado y que superó los 520.000 millones.
En
ese presupuesto cautivo hay que incorporar parte del capítulo de
inversiones, puesto que hay algunas que están comprometidas. Si bien,
como afirma Onrubia, normalmente, la inversión es la que se suele
sacrificar para mantener a raya el gasto público. En todo caso, sería la
rúbrica que llevaría el gasto comprometido hasta el 80% del total del
presupuesto. Ante el diseño de las cuentas públicas de 2021, el Gobierno
puede tener las manos más atadas aún.
Menor margen
Onrubia explica que ese margen del 15% o 20% del gasto con el
que suele contar un Ejecutivo para su uso discrecional y que refleja en
gran medida el signo de sus prioridades puede ser ahora algo más
estrecho: en las cuentas del año que viene el Ejecutivo no va a poder
abordar una reorientación de las políticas de gasto público, sino que
ésta va a estar marcada por una coyuntura que va a necesitar más
inversión en educación o en sanidad, independientemente de las
preferencias de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Las consecuencias de la pandemia de coronavirus van a determinar las prioridades del gasto, opina Onrubia.
Según
los cálculos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal,
las partidas «comprometidas» ya están registrando un importante ascenso
este año, debido a la incidencia de la covid-19 en el crecimiento y en
el gasto público. Así, la remuneración de los asalariados puede saltar
desde el 10,8% del PIB hasta el 13%; las prestaciones sociales en
efectivo, desde el 16% hasta el 21,9%; mientras que los intereses pueden
llegar a llevarse hasta una cifra equivalente al 2,6% del PIB desde el
2% correspondiente a la anterior previsión pre-pandemia. Que se
mantengan –o crezcan– estos niveles en 2021 dependerá de cómo
evolucionen tanto el virus como la economía.
Ángel de la Fuente,
de Fedea, afirma que si bien la mayor parte del presupuesto hay que
mantenerlo, gobierne quien gobierne, también se puede modular. Y si bien
hay que contemplar que la reducción de los ingresos públicos puede
reducir aún el margen de actuación, De la Fuente recuerda que va a haber
entrada extraordinaria de recursos procedentes de la Unión Europea,
tanto del SURE para afrontar el pago de los ERTE, como del fondo de
reconstrucción europeo. Ello puede favorecer un importante incremento
del techo de gasto. El partido más «nuevo» en el ejercicio del poder,
Podemos, si bien es consciente de las limitaciones a la hora de
elaborar los presupuestos, se ampara en esos recursos y en la apertura
que ahora muestra Bruselas para defender más políticas de gasto.
Una
vez se celebre el consejo de política fiscal con las autonomías, el
consejo de ministros aprobará el techo de gasto, que acto seguido se
someterá a votación en el Congreso de los Diputados y en el Senado. La
ministra de Hacienda, María Jesús Montero, confía en que este proceso
concluya a finales de septiembre.
Montero avanzó el pasado agosto
que el techo de gasto registrará un aumento sin precedentes para hacer
frente a los efectos de la pandemia y, además, para recoger la inyección
de recursos de Bruselas. Previó elevarlo en 20.000 millones. Pero César
García-Novoa, catedrático de Derecho Financiero y Tributario de la
Universidad de Santiago de Compostela, recuerda que la primera anualidad
de transferencias europeas sería de 59.000 millones de euros. El techo
de gasto que se aprobó en febrero, antes del estallido de la pandemia,
para el próximo ejercicio, ascendía a 131.437 millones de euros. En el
caso de que el Ejecutivo incorpore las dos partidas europeas, el
techo de gasto superaría los 200.000 millones, con lo que se rebasaría
el máximo más reciente, que se marcó en el año 2010, en plena crisis
financiera, cuando se colocó por encima de los 182.000 millones.
Dónde está la capacidad de actuación
Pero esta visión del presupuesto como un documento prácticamente hecho de antemano es un poco cínica y no es del todo correcta.
Según
explica García-Novoa, hubo un momento, antes del estallido de la crisis
financiera de hace más de una década, en que estaba tratando de
imponerse la idea de unas cuentas públicas que partieran de cero, porque
todo lo previo debía ser susceptible de puesta en revisión y de
enmienda total. En cambio, ahora se ha vuelto a la filosofía
«incrementalista», que consiste en arrancar de lo existente el ejercicio
previo.
García-Novoa defiende que el Gobierno sí tiene
discrecionalidad para trasladar al presupuesto sus prioridades
políticas. Y De la Fuente recuerda que el Ejecutivo puede cambiar las
leyes que rigen los compromisos adquiridos, como las pensiones, las
prestaciones o la retribución a los funcionarios. De hecho las primeras
se encuentran en revisión. Y esta semana ha saltado la posibilidad de
que el Ejecutivo «toque» los salarios de los funcionarios.
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La llegada de recursos europeos reduce la necesidad de subir los impuestos,.
María Jesús Montero, ministra de Hacienda, Pablo Iglesias (vicepresidente) y José Luis Ábalos (Transportes).
Hacienda
admite que los presupuestos se basarán en el acuerdo de coalición, pero
indica que se tendrán que adecuar al contexto económico provocado por
la pandemia. Unidas Podemos incluye en la ecuación la inyección de
recursos comunitarios,.
Uno
de los debates más peliagudos de los presupuestos del año 2021 versará
sobre los impuestos. Especialmente si el PSOE busca no sólo reforzar la
mayoría de la investidura –de izquierdas y filosóficamente a favor de
elevar la presión fiscal–, sino también atraer a los liberales de
Ciudadanos. La otra fuerza de la coalición, Unidas Podemos, menos
partidaria de lo último, esgrime el acuerdo de gobierno para recordar
las subidas de impuestos pactadas –el IRPF a las rentas altas, un tipo
mínimo en Sociedades para las grandes empresas o la revisión de la
fiscalidad de las grandes fortunas–. Hacienda recuerda que las
circunstancias actuales no son las del momento del pacto, ya que una
pandemia ha asolado la economía, y sugiere adaptar la agenda fiscal al
ciclo, lo que podría retrasar las subidas impositivas hasta el final de
la legislatura. Como recuerda el catedrático César
García-Novoa, la OCDEha lanzado mensajes en este sentido: desaconseja
las subidas del IRPF o la tributación de las empresas ahora, pero señala
la conveniencia de gravar la riqueza o reforzar la fiscalidad verde.
Aunque García-Novoa es escéptico sobre la capacidad recaudatoria de
estas figuras.
Unidas
Podemos confía en que los presupuestos de 2021 incluyan alguna subida
fiscal. Al menos, para lanzar el mensaje de que el Ejecutivo quiere
mejorar la progresividad del sistema y la redistribución de la renta.
La
formación morada también es consciente de que la inyección de recursos
de la Unión Europea, además de elevar el margen de actuación del
Gobierno, alivia la necesidad perentoria de más recursos elevando la
recaudación con subidas tributarias. El Ejecutivo va a disponer de más
dinero del que asumía Unidas Podemos en su programa electoral.
Estas
circunstancias pueden dar opción al acuerdo con Ciudadanos. Los
naranjas se muestran dispuestos a «pelear para que no se produzcan
subidas de impuestos generalizadas, como Podemos ha pedido siempre y en
ocasiones ha acordado con el PSOE». Y se refieren a los 140.000 millones
europeos que va a recibir España, respecto a los que afirman que «si
los empleamos bien», se puede afrontar la recuperación sin esfuerzos
fiscales.
Desde
Fedea, Ángel de la Fuente señala que el sistema necesita recaudar más y
sugiere un recargo temporal sobre el IRPF, aunque no para aplicar en
2021. Con vistas al largo plazo, el objetivo, defiende, ha de ser una
reforma ambiciosa del sistema, con la ampliación de las bases fiscales
limpiando deducciones, no elevando tipos. «Ahora, en medio de la recesión, no es aconsejable subir los impuestos. Pero luego algo habría que subir»,
asegura. Desde Fedea piden mirar a largo plazo y que el acuerdo
presupuestario sea amplio, no sólo porque concite a muchas fuerzas
políticas, sino también porque sea plurianual.
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LOS LIMONES - EL BOMBON DE HELADO - PAPELES QUEMADOS -
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El infierno enseña sus dientes en Estados Unidos,.
Un bombero sujeta un cartel pidiendo circular despacio por el humo de los incendios forestales en una carretera de Oregón.
La
meteorología da un leve respiro a los bomberos mientras el país se
prepara para lamentar «un número considerable de muertos» por la ola de
incendios sin precedentes,.
No
hay precedentes en la memoria de los bomberos estadounidenses de una
cadena de incendios forestales como la que devasta desde hace una semana
la costa Oeste del país. Desde la frontera con Canadá hasta la de
México, parece que el destino ha querido convertir esta inmensa franja
plagada de parques nacionales abiertos a la acción del inmisericorde
viento seco, cálido y potente en un infierno. Y lo peor es que éste
comienza a abrir sus dientes. Las autoridades contabilizan ya 30
víctimas mortales -algunas fuentes las elevan a medio centenar-, pero la
sociedad se prepara para lamentar más, bastante más, un «número
considerable de muertos», cuando las llamas pasen, las temperaturas de
las zonas afectadas desciendan y los equipos de rescate puedan penetrar
en los cientos de miles de hectáreas calcinadas, sobre todo en los
Estados de California, Oregón y Washington. Se trata de una vasta
costa donde predomina una vegetación sometida a una larga y pertinaz
sequía; ideal para que todo haya ardido como la yesca. Los bomberos
hablan de bosques enteros que se inflaman repentinamente como
consecuencia del insoportable calor de los incendios. Los troncos
alcanzan tal temperatura que simplemente estallan. Otras veces son las
nubes de chispas o la inconsistencia de los cortafuegos ante la magnitud
de los muros de fuego. La
meteorología ha concedido este fin de semana un leve respiro a los
20.000 bomberos que combaten la catástrofe repartidos por los tres
Estados. Ha refrescado algo -hasta ahora el termómetros no bajaba de los
43 grados, especialmente en California- y aumentado la humedad. Pero
muchos temen que resulte un espejismo. Todavía hay decenas de grandes
incendios descontrolados. La superficie afectada rebasa los 1,4 millones
de hectáreas y anoche se mantenía una vigilancia extraordinaria en
torno a Portland, escenario de algunos de los disturbios más violentos
durante las manifestaciones antirraciales del mes pasado y asomado ahora
a las lenguas del infierno. Esta ciudad, junto a San Francisco y
Seattle, figuraron el viernes entre las más contaminadas del mundo
debido a la ceniza y un humo que incluso pudo olisquearse en el valle
del Ebro español, tal es la envergadura del desastre. Sin embargo, sus
vecinos pueden considerarse con suerte. Otras urbes como Graham o Malden
han desaparecido entre las llamas y barrios enteros también han sido
consumidos en Phoenix, mientras en diferentes condados, como el de
Fresno, se ha evacuado a toda la población.
«Nos
estamos haciendo a la idea de que hay un número considerable de
muertos, según lo que sabemos sobre el número de edificios destruidos»,
ha declarado Andrew Phelps, director de servicios de gestión de
emergencias de Oregón, donde hay medio millón de desplazados. La
combinación de calor, viento y vegetación seca ha sido tan violentamente
agresiva que en tres días han ardido en este Estado las hectáreas
(360.000) que pueden calcinarse en todo un año.
Porque
lo terrible es que lo peor aún está por llegar. La mayoría de los
expertos coincide en que las fuertes tormentas de agosto, con abundantes
rayos, sembraron la tierra de llamas con demasiada prontitud. Aliado
con el resto de factores, este fenómeno ha hecho reventar temprano una
temporada de incendios forestales cuyo pico se produce habitualmente
entre octubre y noviembre. Una variación inédita que la gobernadora de
Oregón, Kate Brown, atribuye sin dudas al cambio climático. «Me gustaría
que los incendios de 2020 fueran solo una anomalía, episodios únicos.
Desafortunadamente, son solo precursores del futuro», lamenta. Uno de
los más populares negacionistas de este cambio, el presidente Donald
Trump, visitará mañana California.
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