El sabado - 5-Septiembre a las 16:00 por Telecinco , foto,.
Bernd Schuster,.
Bernd Schuster: “Messi ya había visto que el Barça no tiene arreglo”,.
El exfutbolista recuerda su salida del club azulgrana y analiza la situación actual del argentino,.
Si existe un exfutbolista de élite, ahora entrenador, que
puede interpretar con total conocimiento de causa la situación por la
que atraviesa Leo Messi ese es Bernd Schuster (Ausburgo, Alemania, 60 años).
Su vida deportiva fue un doctorado en situaciones parecidas a la que
ahora vive el argentino. Se fue del Colonia al Barcelona con 19 años.
Dejó por voluntad propia la selección alemana después de haber sido
campeón de Europa con 20 años. Abandonó una final de la Copa de Europa
[1986]. Tras ser sustituido se subió a un taxi y se fue al hotel, donde
vio cómo su equipo perdía la final en los penaltis. Se fue del Barça al
Real Madrid. Del Real Madrid al Atlético…
Pregunta. Su tarjeta de visita está repleta de situaciones límite…
Respuesta.
Sí, sí, todo eso y más. Hice cosas mal, seguro. No siempre tomé las
decisiones acertadas. A veces pienso que me faltó alguien a mi lado que
me aconsejara y me dijera “Bernardo, eso no, eso sí”. Un representante,
un consejero. No un matrimonio. Alguien que te coma el coco y no te deje
montarte la película que tú tienes en la cabeza. De lo que más me
arrepiento es de no haber vuelto a la selección alemana cuando el propio
seleccionador Beckenbauer me lo propuso antes del Mundial de México 86.
Me hice una película de malos, que si había pasado mucho tiempo, que si
no iba a tener apoyos... Me equivoqué. La gran decepción de mi vida
deportiva fue no jugar un Mundial. Y pude hacerlo en el 86 y en el 90,
donde los de mi generación, los de 1959-60, Völler, Brehme, Littbarski,
Matthäus… se tomaron la revancha de México y ganaron la final a la
Argentina de Maradona. Yo tenía que haber estado allí.
P. ¿Qué opina del caso de Messi?
R.
Es un paso más de los que hemos vivido ya en los clubes grandes. Muchas
veces parece que las grandes estrellas se tienen que ir por la puerta
de atrás. Ya ha pasado con muchos jugadores, no solo en el Barcelona. El
caso de Messi es más curioso porque es un jugador de la casa. Más de lo
que ha hecho él no se puede hacer. Crecer ahí, llegar a profesional,
tener éxito, ser el mejor jugador del mundo durante muchos años, casi
ganando todo. El gran problema siempre es cómo finaliza esto. Cómo se
puede cambiar de aires y acabar la carrera en otro sitio.
P. ¿Usted le entiende, se pone en su papel?
R. Yo
le entiendo totalmente. La idea de Messi no era esta, dejar el Barça,
pero con el tiempo te das cuenta de que el fútbol es así, no perdona. El
fútbol son resultados, seguir ganando y, a veces, el fútbol no es justo
y entonces decides irte a otro sitio. Hace tiempo dije públicamente que
Messi se merecía que el club le hiciera otro equipo competitivo para
dos o tres años más. Él tiene todavía dos o tres años. Los jugadores
vamos con la nariz, vamos con los ojos, y nos damos cuenta de todo.
Vemos muchas cosas. Él ya vio desde el año pasado que esto no iba a
cambiar, que no tenía arreglo. No iba a mejorar y por lo tanto tenía que
llegar a esa decisión. El palo del Bayern fue el punto final.
P. ¿Cree entonces que sin el 2-8 no se hubiera llegado a esta situación?
R.
Estos resultados te hacen es decir “basta, mi etapa ha terminado”. Los
jugadores, a veces, tenemos más confianza de la normal y por haber
ganado un título como la Liga del año pasado, te engañas un poco a ti y a
todos. Pensamos que tenemos equipo para más todavía, pero no, no y no.
Antes del confinamiento tenía claro que este Barça no podía ganar a
nadie y menos un título como la Champions. No tenía equipo. Después del
confinamiento nada mejoró. Messi lo dijo. Se veía que no cambiaba. Y en
este caso yo no le echaría la culpa al entrenador. Es el equipo el que
ha terminado un ciclo y hay que cambiarlo. El jugador siente cuando se
acaba algo, cuando por dentro ya no es lo mismo que hace un par de años.
Leo ha decidido no seguir y terminar su carrera en otro sitio. Y punto.
Es el momento.
P. ¿Y las formas?
R. Es que siempre las formas, las maneras, son las más difíciles. Casi
siempre te equivocas o no aciertas. Hagas lo que hagas sale mal aunque
lo quieras hacer bien. Solucionar bien estas situaciones límite es
complicado, casi imposible. No te ayuda nadie. Aquí hay una pelea de
poderes. Por un lado el presidente con el club, por el otro el mejor
jugador de la historia. ¿Quién cede ahí? Nadie quiere ceder. En el club,
el presidente no quiere pasar a la historia por ser el que ha permitido
que Messi se vaya. En el resto de su vida solo le iban a recordar por
eso, por ningún título, solo por eso. Solo le queda reconocer que es el
momento del cambio y decir que va a hacer un equipazo para dos o tres
años, pero su problema es que le quedan meses de mandato. Por eso solo
piensa en no ser quien ha echado a Messi, o se ha ido por él.
R.
Sí, mi consejo sería negociar una salida digna. Si está convencido, es
lo mejor. Él siempre ha dicho que debe mucho a este club y por su parte
tendría que intentar llegar a un buen final. El caso Cristiano es una
buena solución. Él fue inteligente, el Real Madrid también. También se
veía que Cristiano se iba. También pensaba como Leo que se acababa su
ciclo. No fue de hoy para mañana. Ahora la decisión de Messi ha sido más
rápida por lo que ha pasado estos meses.
P. Aunque tuviera la carta de libertad, en su caso tampoco debió de ser fácil marcharse directamente al Real Madrid.
R.
Pero no fue por venganza. Mi camino era ir a la Juventus y se cruzó el
Real Madrid. No tenía ningún rencor hacia el Barcelona, al revés, estaba
agradecidísimo por los ocho años allí. Quería irme al mejor sitio para
mí y para mi familia. Tampoco fue venganza cuando luego fiché por el
Atlético. Estaba en casa sin equipo y me llamaron. Fui sin pensar que
venía del Madrid. Creo que Leo también está en ese plan. Él no quiere
joder a todo el mundo. Quiere irse porque es el momento y esas
decisiones hay que tomarlas. Estas situaciones no se pueden programar
nunca.
P. ¿Usted quiere seguir entrenando?
R.
Sí, por supuesto. Echo de menos el banquillo. El sitio de un entrenador
está en el campo, entrenando, jugando partidos. Seguro que voy a
volver, cuanto antes mejor. Estoy ilusionado. Del fútbol no se quiere ir
nadie. A veces cuesta no encontrar nada, pero no me rindo. Si tengo que
salir de España, salgo.
P. De donde no le llaman nunca es de su país, de Alemania.
R. Esa
es la gran decepción de mi vida. No haber podido volver al país en el
que nací y haber puesto en práctica todo lo que he aprendido en España
como jugador y como entrenador. En los últimos 10-15 años hemos estado a
punto, pero nunca se ha dado. Estoy convencido de que la combinación
del fútbol español y alemán funciona muy bien. Mezclar los dos estilos,
las dos mentalidades. Estoy convencido de que con esa mezcla triunfaría
en Alemania. Es sorprendente para mí que nadie se haya acordado de mí.
P.
Hablando del fútbol español y del fútbol alemán, ¿usted hubiera pensado
hace unos años que sus compatriotas iban a venir a España a aprender el
estilo de juego de la selección, sus métodos de entrenamiento, de
organización, como hicieron después del 2008 y 2010?
R.
Y aprendieron bien porque ganaron el siguiente Mundial, el de Brasil,
jugando a la española. Que vinieran a ver, preguntar, copiar cosas, no
lo vi raro. Los alemanes a veces hemos sido un poco burros y parecía que
siempre teníamos que jugar de una forma. Fui el primer entrenador que
se dio cuenta de esto, quizás porque estaba aquí, al otro lado de la
frontera.
P. En la Champions el fútbol alemán, representado por el Bayern, ha vuelto a demostrar su poderío y de qué manera...
R. Alemania
es un país en el que sobre todo nos gusta lo nuestro. Nuestras virtudes
futbolísticas son las mejores. La fuerza. Correr 95 minutos, pero nada
más. Con Joachim Löw eso cambió. A lo largo de la historia yo no estaba
de acuerdo en que solo fuéramos un equipo fuerte, correoso y luchador.
Si miramos a los setenta, a los ochenta, teníamos unos verdaderos
jugones: Beckenbauer, Overath, Netzer… Eran jugadores inteligentes,
organizadores y los teníamos ahí. No aprovechábamos su técnica y no
éramos variados en el juego. No aprovechamos la mezcla. No se hacía, era
impensable.
P. En el Alemania-España de este jueves, ¿usted con quién va?
R. Yo gano seguro. En Alemania dicen que soy ya español y aquí todavía soy el alemán.He vivido 36 años en España y 24 en Alemania. Casi podría jurar ya la bandera.
TITULO: VIVA LA VIDA - Jordi Évole . , ,. DOMINGO -6- Septiembre .
El domingo -6- Septiembre a las 16:00 por Telecinco , foto.
Jordi Évole,.
Jordi Évole: «Entrevistarme a mí mismo me da repelús»,.
«Ahora me muerdo más la lengua, antes la originalidad pasaba por el atrevimiento», dice el periodista y productor,.
Sus interlocutores son dispares -Sabina, Pepe Mujica, el papa Francisco, Rosa María Sardá, Rosalía, la camionera Coti o enfermeras, cajeras y celadores de residencias temerosos de perder su trabajo por hablar- pero «unidos por flagelo de la pandemia, como resumió el actor Ricardo Darín». Con una 'webcam' creó Évole una intimidad «inmediata y difícil de alcanzar en un set y con producción aparatosa» «Charlábamos a solas sobre la que se nos había venido encima», explica.
No
cree que del confinamiento saliera lo mejor de nosotros. Más bien lo
contrario. «Nos pusimos las expectativas muy altas, creímos que nos
transformaría y eso cuesta mucho. Nos abonamos a frases como 'las crisis
son oportunidades' y 'saldremos mejorados'. Nos flipamos un poco»,
reconoce desde el mismo rincón de su casa, con los paños colgando del
horno en la cocina.
Se hizo famoso como el Follonero, un tocapelotas que incomodaba a los invitados de Buenafuente. Creía y cree que no hay preguntas indiscretas, pero admite que «ahora me muerdo más la lengua que entonces». «Lo importante es preguntar desde sitios distintos, desde donde otros no preguntan. Subir a colinas desde donde la perspectiva de la entrevista es diferente. Para mí es una obsesión, ante el papa o ante un personaje anónimo. Antes la originalidad pasaba por el atrevimiento y no siempre debe ser así», concede.
¿Tenemos buena o mala información sobre la pandemia? «Desde que nos confinaron a todos fue muy difícil obtener información. Con miedo es difícil informar. Se juega con él, y ese pavor alcanza a los periodistas. En el caso de una segunda ola será diferente», dice Évole sin ocultar sus temores. «Tengo miedo, pero trato de convertirlo en prudencia. Cuando hemos trabajado fuera guardé quince días de cuarentena sin ver a mi familia, como cuando fuimos a ver a Pau Donés en el Pirineo».
Le impresionó la actitud del compositor y cantante de Jarabe de Palo a dos semanas de su muerte. «Nunca conocí a alguien que afrontara su final con esa serenidad y esa calma. No es que Pau se marchara por la puerta grande: salió de la vida por una puerta enorme», dice recordando el largo encuentro del que saldría 'Eso que tú me das', el documental que llegará en octubre a los cines. «Cambió mi visión de la muerte y de la vida. Deberíamos suministrarnos las frases de Pau cada ocho horas como medicamentos» agradece. Como productor, donará sus beneficios a la investigación del cáncer.
Lamenta que la cultura esté «muy tocada». «No podemos dejarla en la cuneta, y menos ahora. En el confinamiento nos salvaron los libros, las series, las películas, y ahora necesitamos ese alimento imprescindible para el espíritu. Debemos ir a cines, teatros y conciertos, donde se nos ofrece con todas las medidas de seguridad. No hay ni un brote en estos espacios. La organización de festival de Málaga ha sido modélica y hace bueno el lema de que la cultura es segura», se felicita.
Le falta autoentrevistarse, como hicieron Oscar Wilde, Ionesco, Truman Capote o Norman Mailer, pero no está por la labor. «No me gustaría. Me da pudor y rechazo. Verme en una pantalla partida contra mí mismo me causa repelús. Si algún día lo hago, que me recuerden, por favor, lo que digo ahora».
Cuando era un bisoño reportero de Ràdio Cornellá, Sabina le dejo tirado en el vestíbulo de un hotel de Barcelona. Ahora ha logrado que el huidizo cantante hablara desde su casa durante una hora y sin tabaco. «Le entrevistamos en 'Salvados' y en 'Confinados'. Soy muy cabezón, muy tozudo. Nunca me rindo» dice orgulloso de contar hoy con la amistad de Sabina, para quien reclama el Premio Cervantes. «Si a Dylan le dieron el Nobel, Sabina se merece el Cervantes», reivindica el talento del poeta de la voz quebrada.
Se hizo famoso como el Follonero, un tocapelotas que incomodaba a los invitados de Buenafuente. Creía y cree que no hay preguntas indiscretas, pero admite que «ahora me muerdo más la lengua que entonces». «Lo importante es preguntar desde sitios distintos, desde donde otros no preguntan. Subir a colinas desde donde la perspectiva de la entrevista es diferente. Para mí es una obsesión, ante el papa o ante un personaje anónimo. Antes la originalidad pasaba por el atrevimiento y no siempre debe ser así», concede.
¿Tenemos buena o mala información sobre la pandemia? «Desde que nos confinaron a todos fue muy difícil obtener información. Con miedo es difícil informar. Se juega con él, y ese pavor alcanza a los periodistas. En el caso de una segunda ola será diferente», dice Évole sin ocultar sus temores. «Tengo miedo, pero trato de convertirlo en prudencia. Cuando hemos trabajado fuera guardé quince días de cuarentena sin ver a mi familia, como cuando fuimos a ver a Pau Donés en el Pirineo».
Le impresionó la actitud del compositor y cantante de Jarabe de Palo a dos semanas de su muerte. «Nunca conocí a alguien que afrontara su final con esa serenidad y esa calma. No es que Pau se marchara por la puerta grande: salió de la vida por una puerta enorme», dice recordando el largo encuentro del que saldría 'Eso que tú me das', el documental que llegará en octubre a los cines. «Cambió mi visión de la muerte y de la vida. Deberíamos suministrarnos las frases de Pau cada ocho horas como medicamentos» agradece. Como productor, donará sus beneficios a la investigación del cáncer.
Ego controlado
Dice que el éxito no se le ha subido a la cabeza y le choca que alguien le llame Jordi 'Égole' por lo crecido de su ego. «Es difícil controlarlo, pero en los momentos de subidón me doy un paseo por Cornellá y relativizo el éxito y el fracaso. Estamos de paso. Nada es para tanto, ni en lo bueno ni en lo malo», dice. Está atento a las audiencias -«es nuestro negocio»-, pero asegura que no le quitan el sueño. «Todo marcha y no nos quejamos; es un milagro que lo que hacemos interese a tanta gente» se felicita. «Vienen tiempos difíciles y tendremos que ayudar al espectador en momentos chungos, de zozobra e incertidumbre».Lamenta que la cultura esté «muy tocada». «No podemos dejarla en la cuneta, y menos ahora. En el confinamiento nos salvaron los libros, las series, las películas, y ahora necesitamos ese alimento imprescindible para el espíritu. Debemos ir a cines, teatros y conciertos, donde se nos ofrece con todas las medidas de seguridad. No hay ni un brote en estos espacios. La organización de festival de Málaga ha sido modélica y hace bueno el lema de que la cultura es segura», se felicita.
Le falta autoentrevistarse, como hicieron Oscar Wilde, Ionesco, Truman Capote o Norman Mailer, pero no está por la labor. «No me gustaría. Me da pudor y rechazo. Verme en una pantalla partida contra mí mismo me causa repelús. Si algún día lo hago, que me recuerden, por favor, lo que digo ahora».
El Cervantes para Sabina
Para entrevistar al papa por primera vez Évole necesitó seis años. Para la segunda charla con el pontífice «bastaron 21 horas y trece minutos». Preguntarle al santo padre si dejó en algún momento de creer en Dios o cómo le ha ido la siesta le confirmó que las mejores preguntas se improvisan. «Hablar con el papa Francisco por Skipe es insólito, pero fue casi más difícil conseguir a Joaquín Sabina, que no fumara y que se pusiera un pinganillo», confiesa risueño.Cuando era un bisoño reportero de Ràdio Cornellá, Sabina le dejo tirado en el vestíbulo de un hotel de Barcelona. Ahora ha logrado que el huidizo cantante hablara desde su casa durante una hora y sin tabaco. «Le entrevistamos en 'Salvados' y en 'Confinados'. Soy muy cabezón, muy tozudo. Nunca me rindo» dice orgulloso de contar hoy con la amistad de Sabina, para quien reclama el Premio Cervantes. «Si a Dylan le dieron el Nobel, Sabina se merece el Cervantes», reivindica el talento del poeta de la voz quebrada.
TITULO: Ese programa del que usted me habla con - Negacionismo pernicioso.
El martes -1 - Septiembre por La 2 a las 21:30, foto,.
Negacionismo pernicioso,.
En el mundo de la ciencia este fenómeno se ha repetido muchas veces a lo largo de la historia, creándose facciones contrarias a aquellas teorías que hacían tambalear postulados a menudo anclados no en evidencias empíricas, sino en dogmas de la religión; es el caso, por ejemplo, de evolucionistas versus creacionistas, los negacionistas del heliocentrismo o, en fin, de la redondez de la Tierra. En este sentido, negar que los neandertales pintaran manos en la cueva de Maltravieso no es especialmente perjudicial para nuestra salud. Y aquel negativismo antiguo tampoco se podía considerar dañino, salvo tal vez el acoso a quienes tenían que luchar contra él: Newton, Colón, Darwin y especialmente Galileo, que a punto estuvo de ir a la hoguera.
Ahora bien, la cosa cambia cuando este negacionismo recalcitrante ya compromete seriamente el bienestar y la salud de la gente, incluso su vida. Se me ocurre ahora la negativa de los testigos de Jehová a someterse (ellos o sus hijos) a transfusiones de sangre debido a anacrónicas convicciones evangélicas. Y no digamos ya cuando ese negacionismo se convierte en un movimiento organizado, incluso con líderes icónicos, al que no parece importar las repercusiones perniciosas de su irracional negatividad. Aquí ya podríamos incluir a quienes niegan el cambio climático, los contrarios al uso de vacunas y, más concretamente, los que opinan que todo esto de la covid-19 es un montaje del Gobierno para zaherir nuestras libertades. Dice Michael Specter, periodista americano especializado en tecnología y salud, que el negacionismo grupal aparece cuando «todo un segmento de la sociedad, a menudo luchando con el trauma del cambio, da la espalda a la realidad en favor de una mentira más confortable». Este fenómeno es susceptible de ser analizado por la psicología social. Sí, usar obligadamente mascarilla, mantener distanciamiento social y no poder fumar donde te gusta es incómodo, ya lo sabemos; pero ampararse en una supuesta falta de evidencias científicas para ir contra medidas –las únicas que conocemos, lamentablemente- que pueden eliminar contagios, no colapsar la sanidad y salvar finalmente vidas, a muchos nos parece un comportamiento que, lejos de su carcasa esnobista y de cualquier concepción friki, encaja mejor en una conducta acultural y borreguil de muy bajo nivel. Fíjense, es algo muy parecido a las llamadas teorías de la conspiración, posverdades convertidas en pesado armamento político para uso y disfrute de oposiciones perdedoras y separatismos mesiánicos. Señores, estamos hablando de la vida de las personas. Adolecemos de 'influencers' con cabeza. Personajes como Miguel Bosé están mucho mejor ubicados en las páginas de las revistas del corazón, de donde no deberían salir a estos jardines quizás para relanzar irresponsablemente una popularidad a la baja.
TITULO: TIERRA DE TOROS - Aficionados prácticos pacenses en Casar de Cáceres,.
TIERRA DE TOROS,.
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