TITULO: Cartas Olvidadas - Darfur, el genocidio sudanés
Darfur, el genocidio sudanés,.
La región, devastada por guerras civiles intermitentes, permanece sin voz en la comunidad internacional, foto,.
Las diversas causas han ido encadenándose hasta desembocar en los enfrentamientos armados que vienen desarrollándose con mayor virulencia desde que el Gobierno de Omar Hasan al Bachir armara a los Janjaweed, milicianos árabes, otorgándoles carta blanca para actuar contra la población rebelde de Darfur.
El continuo sometimiento que la raza árabe ha ejercido sobre la negra, de mayoría cristiana, ha sido factor decisivo en el choque entre las partes beligerantes, llegando a una 'limpieza étnica' por parte del Gobierno central contra la población no musulmanas del país. Frente a la masacre cometida, acontece la pasividad y actuación interesada de la comunidad internacional, que ha permitido que el conflicto se intensificara dando lugar a una crisis humanitaria de dimensiones abrumadoras.
A día de hoy, todavía ninguna potencia ha dejado a un lado su sed de poder en la zona para frenar el problema. Idéntido esquema sigue la Liga Árabe, de la que el presidente de Sudán es miembro y que considera mayor el peligro de una intervención contra uno de los suyos, que el daño sufrido por el pueblo de Darfur, a pesar de que la Corte Penal Internacional emitiera una orden de detención contra el presidente por los crímenes cometidos.
Independencia
La espiral de desgracias que condena a la región, se ha visto incrementada al perder la escasa atención que los principales actores internacionales le prestaban, en favor de la independencia de Sudán del Sur. La zona occidental del país africano, no solo se enfrenta al hecho de pasar a un segundo plano en la agenda internacional, sino que tiene que combatir con la idea de que surja una nueva ola de violencia generalizada que empeore la situación. El nacimiento del nuevo país, abre la posibilidad de que la castigada región occidental pueda ser, en un futuro, el próximo territorio que adquiera la independencia de Sudán. Cabe barajar también la posibilidad de que la escisión meridional ocasione un aumento de violencia, por parte del Gobierno central sobre Darfur, sofocando a la población e intentando impedir así la creación de un nuevo Estado.
La posible libertad de la región sudanesa, o su autonomía en calidad de comunidad, fue tratada el pasado 14 de julio en la ceremonia celebrada con motivo de la firma de un acuerdo de paz entre el Gobierno de Al Bachir y uno de los grupos rebeldes de Darfur, el Movimiento de Liberación y Justicia. El documento, elaborado gracias a la mediación de la ONU, Catar y la Unión Africana, recoge, entre otros asuntos, la indemnización a los refugiados y la reconciliación. La firma representa un primer paso hacia la paz, pero queda todavía un largo camino hasta su resolución, ya que uno de los principales grupos insurgentes se ha negado a sentarse en la mesa de negociación.
Mientras los acontecimientos se suceden, los darfureños, eternos vilipendiados, continúan luchando contra el pillaje, las agresiones y las disputas interétnicas, que aumentan formando parte de una rutina que afecta cada día tanto a la población civil, como a las organizaciones humanitarias que desarrollan su trabajo en la zona.
TITULO: Cartas en el Cajon - Vida nueva para la vieja aduana,.
Vida nueva para la vieja aduana,.
Valencia de Alcántara intenta rescatar el proyecto para que su viejo puesto de frontera sea un centro policial ibérico | La Delegación del Gobierno ya ha remitido al Ministerio del Interior la documentación de la iniciativa, que lleva nueve años dormida en un cajón,.
El pasado 30 de agosto, el alcalde recibió en su despacho a la delegada del Gobierno, Yolanda García Seco, y a responsables de la Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Local. Sobre la mesa, un asunto principal: darle vida a la vieja aduana, convirtiéndola en un CCPA (Centro de Cooperación Policial y Aduanera), al estilo del que funciona en Caya, junto a Badajoz. En rigor, de lo que se trata es de recuperar de algún cajón oficial el proyecto concebido en 2009.
El 28 de julio de ese año, la embajada de España en Lisboa, en nombre del Gobierno central, escribió una carta dirigida al Ministerio de Negocios Extranjeros de Portugal. Esa misiva se publicó como nota verbal en el Boletín Oficial del Estado en febrero del año 2012, o sea, dos años y medio más tarde. El texto empieza refiriéndose «a las negociaciones que se desarrollaron entre el ministro de Administración Interna de Portugal y el ministro del Interior de España durante la celebración de la XIV Cumbre Hispano-Portuguesa, que tuvo lugar en Zamora el día 22 de enero de 2009». «En el transcurso de dicha cumbre -sigue-, los mencionados ministros consideraron conveniente la creación, en el más breve plazo posible, de dos nuevos CCPA». En el siguiente párrafo, la embajada propone «un acuerdo entre el reino de España y la República Portuguesa por el que se crean dos nuevos CCPA, en las localidades de Valencia de Alcántara-Marvão y Quintanilla-Alcañices».
España y Portugal acordaron hace siete años habilitar el centro «a la mayor brevedad posible», según se publicó en el BOE
Todos de acuerdo
Acto seguido se explica que una contestación en sentido positivo por parte lusa tendría la validez de un acuerdo entre los estados para crear los dos centros de colaboración policial hispano-lusos. Y así fue, porque tres días después de la nota verbal de la embajada en Lisboa, llegó la respuesta portuguesa, que expresaba su conformidad con la propuesta española.Sin embargo, desde entonces hasta hoy no se ha hecho nada visible sobre el terreno. Han pasado más de seis años y la antigua aduana de Valencia de Alcántara sigue sin utilidad. Sí existe el CCPA de la localidad zamorana, pero no el extremeño-alentejano, que hasta el momento se ha quedado en sucesivas declaraciones de intenciones.
En el verano del año 2012 fue el propio Cuerpo Nacional de Policía el que se refirió al asunto. En una nota de prensa del día 22 de junio informaba de la entrevista mantenida entre los directores generales de las policías española -que entonces era Ignacio Cosidó- y lusa, y en su último párrafo adelantaba que el encuentro había servido, entre otras cosas, para «impulsar la puesta en marcha del CCPA de Valencia de Alcántara-Marvão». Destacaba «la utilidad de estos centros y su contribución en la lucha contra la inmigración ilegal, la trata de seres humanos y la criminalidad asociada».
Casi tres años más tarde, en concreto a principios de marzo de 2015, la entonces subdelegada del Gobierno en la provincia de Cáceres, Jerónima Sayagués, se reunió con el alcalde de Valencia de Alcántara, Pablo Carrillo (los dos del Partido Popular), y aseguró que mediaría ante el Gobierno para que rescatara el proyecto del CCPA. Tampoco fructificaron esas gestiones, porque tres años y medio después el antiguo inmueble de la frontera continúa cerrado.
Ahora, el proyecto olvidado vuelve a resucitar. El ayuntamiento de la localidad cacereña se lo ha trasladado a la Delegación del Gobierno, quien ya ha remitido la documentación preceptiva al Ministerio del Interior, que es el dueño del edificio ubicado al pie de la carretera N-521, en el paraje de Puerto Roque. «El edificio necesita algunos arreglos, porque está algo deteriorado, aunque su estructura permanece en buen estado», explica Alberto Piris, alcalde socialista de Valencia de Alcántara. Él, como el resto de los que tienen algo que ver con esta iniciativa olvidada que ahora se intenta rescatara, tiene una aspiración: volver a ver ese edificio lleno de agentes de la Policía Nacional, la Guardia Civil, la GNR (Guardia Nacional Republicana) y la Policía Judiciaria.
TITULO: REVISTA TENIS - Nueva York, la ciudad vampira,.
Nueva York, la ciudad vampira,.
El US Open arranca este lunes en su edición más extraña, sin público y con la higiene y la responsabilidad como bandera,.
Parafraseando al cantante asturiano Nacho Vegas en su canción 'Ciudad Vampira', Nueva York y, en concreto, el complejo de Flushing Meadows, es «la ciudad más triste que jamás una mente triste pudo imaginar».Las impresionantes instalaciones del Abierto de los Estados Unidos, uno de los torneos más sobrecogedores del circuito, permanecen estos días prácticamente vacías. Solo los tenistas, sus entrenadores y fisioterapeutas y los trabajadores del recinto deambulan por unas calles que en otros tiempos estarían a rebosar.
Xavier Budó es uno de los pocos afortunados que este año tiene acceso al US Open. Es el entrenador de Paula Badosa, número 94 del mundo, y atiende a este periódico por teléfono desde Nueva York.
«La atmósfera del torneo este año es totalmente distinta. Todo el mundo viene con uno o dos acompañantes como máximo. En las zonas de restaurante o en las de descanso antes había mucho movimiento de gente y ahora es mucho más tranquilo y reducido. Si a esto le añades que se acaba de jugar el torneo de Cincinnati sin público... Es una atmósfera muy tranquila, muy ordenada, con todo el mundo muy concienciado y responsable«, explica el técnico.
Un test al llegar
Por primera vez, los tenistas han tenido que dejar de lado los hoteles de Manhattan, una de las zonas de más contagio de la ciudad, y se han distribuido en dos hoteles, Long Island Marriott y el Garden City, ambos a 45 minutos del torneo. «Es un hotel burbuja porque alrededor no hay nada y estamos alejados de todo», apunta.Solo hay unas pocas excepciones a este hotel. Los cabezas de serie, entre los que se encuentran los españoles Garbiñe Muguruza, Pablo Carreño y Roberto Bautista, pueden hospedarse en las suites de la pista principal, la Arthur Ashe, con inmejorables vistas a lo que sucede en la cancha. Otra excepción es la de Serena Williams, quien rechazó ambas opciones por sus problemas respiratorios y el miedo a un posible contagio. La estadounidense ha podido alquilar una casa.
«Las normativas de seguridad están muy bien. Cuando llegas al torneo lo primero que te hacen es el test de la Covid-19. Después estás 24 horas confinado sin poder moverte fuera, ni ir al club a acreditarte ni nada, hasta que sale el negativo. Luego te hacen test cada 48 horas para asegurarse de que estás bien«, aseguró Budó.
Desde los hoteles salen autobuses (a la mitad de su capacidad) cada 15 minutos y los tenistas solo están autorizados a estar en Flushing Meadows, ya sea entrenando o compitiendo, o en el hotel.
«No puedes ir ni a una cafetería que está a 300 metros»
Para liquidar las horas muertas, la organización ha montado una serie de zonas de entretenimiento. «Hay una zona de recuperación física, otra de juegos, donde hay ping-pong, baloncesto, un simulador de golf... Han intentado que en el hotel haya mucha vida ya que vamos a pasar muchas horas ahí».
En cuanto a las medidas de higiene, su pupila, Badosa, fue muy crítica con lo vivido en el torneo de Palermo, el primero tras el parón, donde la supuesta burbuja no fue más que una pantomima.
«Aquí lo desinfectan absolutamente todo, desde la zona de restaurante, hasta la zona de descanso, los autobuses cada vez que se utilizan...«, cuenta Budó.
«Del 1 al 10 les pondría un 10. Es excelente. La cantidad de personas que hay pendientes de cada detalle es increíble. Si hay un solo segundo que se te olvida ponerte la mascarilla te viene alguien por detrás y te lo recuerda. Son muy estrictos«, puntualiza.
Badosa buscará este lunes su primera victoria en el US Open ante la rusa Varvara Gracheva, número 102 del mundo. Lo hará en un torneo diferente a otros años y que ha necesitado de mucho esfuerzo y sacrificios para salir adelante. Se disputará en una Nueva York diferente, se disputará en la ciudad vampira.
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