El sabado -18- Julio a las 16:00 por Telecinco , foto,.
María Galiana - Actriz,.
Tengo entusiasmo, pero el escepticismo va por delante»,.
Recibida en los hogares españoles como una más de la familia -lleva 19 años dando vida a Herminia en 'Cuéntame' (TVE)- María Galiana, 85 años, estrena el 19 de agosto en Mérida una 'Penélope' rompedora,.
Hubo un tiempo, a raíz del inesperado y rotundo éxito de 'Solas', la película de Benito Zambrano por la que en 2000 logró el Goya a Mejor actriz de reparto, en el que María Galiana (Sevilla, 1935), se enfrentó a algo nuevo: llegaban mujeres, llegaban hombres, mayores y jóvenes, y la besaban. Le daban besos, la abrazaban, le pedían consejos, le contaban sus vidas. «Fue un tiempo en el que alguna vez tuve que decir, '¡hija mía, que no soy la Virgen de Fátima, no hago milagros!'», cuenta la popular intérprete, amante de los zapatos rojos y de la cerveza, no sé si en ese orden. Cumple diecinueve años dando vida a Herminia en 'Cuéntame' (TVE), y a sus 85 años, el 19 de agosto estrena en el Festival de Mérida, junto a Belén Rueda y a las órdenes de Magüi Mira, 'Penélope'. Ha pasado el confinamiento «encantada», en su casa sevillana, donde al igual que Machado tiene un patio del que disfruta de la paz y la sombra.- ¿Qué tiene usted muy claro?
- Que somos animales capaces de todo, y también que es muchísima la gente que tendría que estar dándole gracias a Dios por la situación privilegiada que tiene, y yo me incluyo, porque muchas veces nos quejamos de vicio en comparación a tanto sufrimiento como hay por el mundo. Personas que son como trapos, gente que ya no sabe si merece la pena luchar... Esos éxodos terribles que vemos, con tantísimos muertos en el mar. Hay tanta miseria en el mundo.
- ¿Cómo está?
- En cuanto a mi vida personal, en un momento magnífico porque he llegado a la vejez, a la madurez, a la tercera edad o como quiera llamarse, en una situación privilegiada respecto a otras personas con mis años. De todas formas, no dejo de pensar que, en fin, tengo poco tiempo por delante; esa es la verdad, que me queda poco tiempo. Estoy en un momento agridulce. Por un lado, alegría, y por otro reflexión en el sentido de que la vida es una cosa bastante transitoria, efímera. Pero yo, ahora, a mis 85 años, presumo de tener mucha edad y seguir al pie del cañón.
Vitalista militante
María Galiana, profesora de Historia en un instituto sevillano hasta su jubilación a los 65 años, madre de familia numerosa y actriz vocacional desprovista del pánico escénico, pero de carrera tardía y sigilosa, ama el cine: del 'Ladrón de bicicletas' a los dramones de Bergman y las películas del Oeste -'Centauros del desierto', de John Ford, por ejemplo-. De fuerte carácter, se transforma si quiere en el ser más insignificante del mundo; es vitalista militante y come de todo, con gozo y sin rechinar de dientes, pero utiliza sacarina para el café «muy cortito» que suele pedir.- ¿Qué suele procurar?
-No darme importancia, aunque tampoco quiero pecar de falsa modestia. Yo he trabajado muy duramente en la vida.
- ¿Y cómo es?
- Una persona bastante adusta, bastante seca de expresión, brusca de carácter. Mis hijos se reían muchísimo de mí cuando me veían venga a dar abrazos a personas que no conocía de nada, como si fueran de la familia. ¡Pensarían que su madre es el doctor Jekyll y Mr. Hyde! (Risas). Recuerdo que cuando ensayaba con Juan Echanove 'Conversaciones con mamá', una función que él también dirigía, me decía: «¡Mira, María, eres mi madre, no eres Sancho Gracia haciendo 'Los camioneros'». O: «Pareces un puercoespín, chiquilla, ¡cógeme la 'manita' como la coge una madre, que como lo estás haciendo me la vas a destrozar!» (Risas). Quiero a la gente, pero muy difícilmente la beso. Con mis nietos, mis hijos, incluso con mi propio marido cuando vivía, yo no he sido besucona. Bueno, pero tampoco conviene desmitificarme demasiado...; lo que sí es cierto es que poseo una capacidad especial para meterme en otras vidas, para ponerme en el lugar de otros. Tengo una gran capacidad de transformación. Decía un amigo mío que puedo ser una médium estupenda, ponerme fácilmente en trance. También soy tolerante, la verdad; en mi casa no hay tabús para nada y cada uno hace lo que cree que debe de hacer, aunque existen una serie de virtudes, entre comillas burguesas, que parecen estar muy denostadas, pero que para mí son muy auténticas: el sentido del honor y el cumplimiento del deber, por ejemplo; por lo demás, soy una persona liberal que cree que el límite está en no lesionar los derechos de otras personas, en no hacerle una faena a nadie.
- Cuando se viene abajo, ¿qué hace?
- Meterme en el cuarto de baño y ponerme a llorar a lágrima viva en el filo de la bañera; yo soy de las que me autoanalizo. Eso sí, muy rara vez lloro a lágrima viva, la verdad, porque soy muy dura, más dura que el pedernal. Una de las cosas que más me gustan es conducir. He pasado por momentos muy malos, de verdadera angustia, en los que he cogido el coche y me he ido por ahí a un pueblo, escuchando música y echando mis lagrimitas, y a la vuelta me he dicho: «¡Eh, mariquita, lávate la cara que aquí hay que poner la cena!». Debo de ser muy orgullosa, sí.
- ¿Con qué se emociona?
- Me emocionan muchísimo cantidad de cosas: desde una banda militar pasando por la calle, hasta la cara de un niño o de una persona mayor. Me emociono con mucha facilidad también, por ejemplo, leyendo; me meto dentro de los personajes y vivo lo mismo que ellos. Cuando, siendo jovencita, cayó en mis manos 'Madame Bovary', me quedé patidifusa. La lectura es un refugio fantástico.
«¿Que si percibo desdén a los ancianos? La verdad, notas un desprecio condescendiente»
sus 85 años
«Decía un amigo mío que puedo ser una médium estupenda, ponerme fácilmente en trance»
su profesión
- ¿De qué huye?- Procuro no confundir el culo con las témporas, tener las cosas lo más claras posible.
- De está 'Penélope' que propone Magüi Mira, ¿qué le sedujo?
-Por supuesto, la manera en la que está enfocado el personaje de Penélope, porque aquí se ha acabado la Penélope sumisa, que no tiene más horizonte en su vida que esperar la vuelta de Ulises. Por otra parte, mi personaje, la vieja Euriclea, es una aya con mando en plaza, que no es lo habitual tampoco. Tengo mi discurso propio, no soy la sombra de Penélope ni de Ulises, e incluso me enfrento al consejo de los nobles pendiente de que Penélope, de alguna manera, consiga ser la reina de Ítaca y no solo la esposa calladita que está dale que te pego todo el día tejiendo. Es un papelón el que hago (ríe). Lo primero que digo en la función es: «Nobles de Ítaca, jurad lealtad a la reina Penélope». Me enfrento a los nobles y les digo que se dejen ya de tonterías y de esperas. Ahora estoy centrada preparando muy bien el personaje, en plan como si estuviera preparando oposiciones.
Confinada en Sevilla
- ¿Cómo ha llevado el confinamiento?- He estado desde el primer día encantada en mi casa, aunque me da cosa decirlo porque la gente se va a creer que soy tonta. Me vine a Sevilla al día siguiente de que cerraran el Teatro Español, donde solo llevábamos cinco funciones de 'Diálogo del amargo', de García Lorca. Y en mi casa he estado todo el tiempo encerrada, no he salido ni a hacer la compra. He visto muchísimo cine, hasta tres películas al día, incluido todo Woody Allen, y me lo he pasado bomba. Yo es que no sé lo que es aburrirse. También es verdad que me puse yo misma en cuarentena, a raíz de una comida que tuve con un médico amigo mío que amaneció un día con el coronavirus. Me informaron de las precauciones que tenía que tener, me dijeron que no me iban a hacer la prueba y que estuviese muy pendiente por si tenía algún síntoma. No tuve miedo, yo sé que me tengo que morir algún día, pero lo que me da pánico es entrar en los hospitales. La verdad, creo que lo he pasado, el coronavirus.
«¿Que si percibo desdén a los ancianos? La verdad, notas un desprecio condescendiente»
Sus 85 años
«Creo que he pasado el coronavirus. No tuve miedo; sé que tengo que morir algún día»
la cuarentena
- Woody Allen, ¿qué piensa de quienes proponer no ver sus películas?-Que no cuenten conmigo. Yo no juzgo, no sé si es verdad o no lo que dicen, ni siquiera entro. ¿Ha visto lo que ha pasado con la estatua de Fray Junípero Serra, pobrecito mío, que la han tirado? ¡Por favor! ¿Y qué hacemos con Velázquez, que tenía su esclavo negro? No se pueden juzgar las cosas pasadas con la mentalidad de hoy. ¿Quién le iba a decir a nuestros bisabuelos que, por ejemplo, íbamos a conocer el matrimonio homosexual? Tampoco es que me fíe mucho de lo que pueda decir Mia Farrow, fíjese. Ni tampoco digo yo que no haya podido estar Woody Allen muy perdido en una época de su vida, como lo pudieron estar Truman Capote y tantos otros. Y eso no quiere decir que si en un momento determinado tienen que purgar algunas de sus acciones, que lo hagan ante la Justicia, por supuesto. Que cualquier artista, a lo largo de su vida, haya cometido un delito de cualquier índole no quiere decir que yo tenga que abominar de su obra. La gente no es blanca ni negra, somos todos grises, y capaces de lo mejor y de lo peor. Mi intolerancia no llega a la censura, yo abomino de la Inquisición. No abomino de nadie, y desde luego no de las obras de arte.
- ¿Una descreída total, dice?
- Ahora mismo sí, una descreída total. No me creo nada. Es que, por ejemplo, el nivel de la política en España es ínfimo. Son políticos de colegio, pero de colegio básico, muy básico. No hay altura, no hay pensamiento político de ningún tipo, todo es a ver quién se lleva el gato al agua, a ver cómo podemos decir cosas lo más denigrantes posible del contrario; y eso pasa tanto por un lado como por otro, lo cual, francamente, a mí me parece una barbaridad.
«Conduzco todavía»
- ¿De qué se está dando cuenta?- De que tengo que luchar para sobreponerme a la vejez. Gracias a Dios, no he perdido reflejos, conduzco todavía y voy con el coche a todas partes. La pérdida de facultades propias de mi edad, en mí son muy cortas; pero ya me están entrando, porque antes no los tenía, unos leves miedos de no dar la talla, eso sí. No oigo bien, pero uso audífono, y veo estupendamente. He perdido la confianza ciega en mí misma; todavía la tengo, pero ya no ciega (risas)]. ¡Con 85 años ya está bien tener los primeros síntomas!
- ¿Percibe cierto desdén contra los ancianos?
- Tú notas un leve desprecio condescendiente, ésa es la verdad. Yo he sido siempre muy torpe para los papeleos, para la burocracia; pues bien, si ahora tengo alguna torpeza en ese sentido, ya parece que no es por mi forma de ser, sino por la edad que tengo. Una mañana me quedé durmiendo más de la cuenta, frita totalmente, y no vea usted mi hija la mayor lo preocupadísima la pobre que llegó a mi casa, pensaba que me iba a encontrar muerta en la cama. ¡Y yo durmiendo como una bendita!
- Y España, cuénteme.
- Ay, no sé qué decirle. Hubo una época en la que pensé: «Me he equivocado de país, yo tenía que haber nacido en Alemania». Soy muy organizada, muy seria, muy puntual, amo muchísimo la disciplina...; me gusta la fiesta, pero muy bien organizada, y me molesta muchísimo, como le decía antes, esta política a base de insultarse, sin verdadero debate, sin propuestas y sin, como decía Anguita 'programa, programa, programa'. Pero ahora estoy viendo que todo el mundo deja muchísimo que desear. Mire a Putin, al presidente Trump, que es Chiquito de la Calzada, y así... Yo sigo teniendo entusiasmo por muchas cosas, pero el escepticismo está por delante.
TITULO: VIVA LA VIDA - Mustafa Al Kadhimi , ,. DOMINGO -19- Julio.
El domingo -19- Julio a las 16:00 por Telecinco , foto.
Mustafa Al Kadhimi,.
Al Kadhimi, un espía al frente de un Irak ingobernable,.
Diecisiete años después de volver del exilio, la élite dirigente del país ha depositado su confianza en él para tratar de contener la ira de una sociedad que clama contra la corrupción y el desempleo,.
«Fue un mensaje a Kadhimi y su círculo más cercano», declaró a The New York Times Michael Knights, analista del Washington Institute for Near East Policy, sobre un asesinato que hasta el momento no ha reivindicado ningún grupo. El primer ministro ordenó abrir una investigación, puso al número dos de Interior a frente de la misma y anunció que nombraría una calle de Bagdad en honor a Al Hashimi. El primer ministro fue recibido con plomo por aquellos que se oponen a su promesa de reformas.
Kadhimi, de 53 años, es abogado de formación, pero ejerció de periodista durante 13 años hasta que le nombraron jefe del Servicio Nacional de Inteligencia en plena guerra contra el califato. Llegó a la jefatura de gobierno en mayo, después de seis meses de protestas en las principales ciudades del país, que dejaron cientos de muertos y obligaron a dimitir a Adel Abdul Mahdi, y los intentos fallidos de investidura de Mohammed Tawfiq Allawi y Adnan al-Zurfi, que no recibieron el respaldo de la cámara ni el de las calles. El perfil pragmático, apolítico y fuertemente nacionalista de Kadhimi, le sirvieron para tener la luz verde dentro y fuera del parlamento.
Entre Teherán y Washington
Este ex periodista reconvertido en jefe de Inteligencia y sin experiencia política tiene por delante la tarea hasta hoy imposible de gobernar un país roto por 17 años de sectarismo, convertido en un tablero en el que Teherán y Washington dirimen sus diferencias y con el precio del petróleo, la principal fuente de ingresos del país, por los suelos.«Por primera vez todos los partidos chiíes se ponen de acuerdo y apoyan a un candidato no islamista, que cree en la libertad y que puede resultar una amenaza para los intereses de las milicias apoyadas por Irán», escribió el difunto Al Hashimi al conocer el acuerdo para el nombramiento de Kadhimi. «Es un candidato de acuerdo entre Occidente y Oriente (Estados Unidos e Irán), con la aprobación de Bagdad», declaró al canal Rudaw el diputado Aliya Nsaif.
En su discurso de presentación prometió «combatir la corrupción» y sus primeras decisiones fueron la liberación de los manifestantes detenidos, colocar de nuevo a Abdul-Wahab al-Saadi al frente de la unidad antiterrorista, -su destitución fue la chispa que encendió las calles de Irak en octubre- y dar luz verde a una redada contra el cuartel general de las milicias pro iraníes. Pocos días después de esta redada se produjo el asesinato de su asesor, Hisham Al Hashemi, una de las voces más críticas con estos paramilitares a quienes acusó de disparar a manifestantes durante las protestas antigubernamentales.
Del exilio al poder
Nacido en Bagdad en 1967, un año antes de la Revolución del 17 de julio que trajo al baazismo al poder, el nombre original del jefe de Estado es Mustafa Abdellatif Mshatat y la represión del régimen de Sadam Husein le obligó a exiliarse en 1985. Primero viajó a la vecina Irán, refugio de opositores iraquíes, y de allí a Alemania y Reino Unido, país en el que obtuvo la nacionalidad. Licenciado en Derecho, regresó a su país natal en 2003, tras la invasión de Estados Unidos, y comenzó su carrera como periodista al frente de Iraqi Media Network, trabajo que compaginó con la dirección de la Iraq Memory Foundation, organización encargada de documentar los crímenes del antiguo régimen. En 2010 dio el salto a la web estadounidense Al Monitor, como coordinador de la sección dedicada a Irak, y seis años después, por sorpresa, dejó el periodismo para convertirse en el jefe del Servicio Nacional de Inteligencia. Dirigió desde ese despacho la guerra contra el califato establecido por el EI.Trece años de profesión dejan una hemeroteca importante con artículos como éste de 2013, cuando Nouri Al Maliki era primer ministro, en los que defendía que «solo un Irak fuerte y unido puede ayudar a defender los intereses a largo plazo del país y esto no puede ocurrir hasta que los actores nacionales e internacionales nos dejen de considerar un simple patio trasero de Irán. El Gobierno necesita poner en práctica políticas independientes».
Mustafa Al Kadhimi criticaba el sectarismo de la clase política que ascendió al poder en 2003 y no perdía ocasión para exigir reformas. Diecisiete años después, la supervivencia de esa élite dirigente ha depositado su confianza en él para tratar de contener la ira de una sociedad que clama contra la corrupción y el desempleo.
TITULO: Ese programa del que usted me habla con - Un plan para la España que agoniza,.
El martes -14- julio por La 2 a las 21:30, foto,.
Un plan para la España que agoniza,.
Emergencia nacional,.
La mayoría del Congreso respalda por primera vez un pacto para rescatar a las regiones sumidas en el abandono, despobladas y más envejecidas, donde el coronavirus ha causado estragos,.
Cuesta
en los tiempos que corren encontrar una causa que concite la casi total
unanimidad de sus señorías en el Congreso. Pero es lo que ocurrió días
atrás con motivo del debate planteado por Teruel Existe, desde las
últimas elecciones el rostro de la España despoblada. 295 síes y 52 abstenciones (Vox) respaldaron la urgente adopción de medidas para corregir un desequilibrio territorial endémico, cuya manifestación más evidente es el abandono en que está sumido el 53% del territorio nacional, una vasta extensión que apenas concentra el 15% de la población.
Un plan de reactivación que deberá estar listo el próximo 1 de enero
para aspirar a ayudas comunitarias, pero que va más allá, al incluir el
compromiso de los firmantes por alcanzar un Pacto de Estado para
rescatar un medio rural condenado al vagón de cola y en el que la
pandemia del coronavirus ha causado estragos.
Una preocupación que comparten los presidentes de Castilla y León -el popular Alfonso Fernández Mañueco-, Aragón y Castilla-La Mancha (los socialistas Javier Lambán y Emiliano García-Page, respectivamente), que esta semana pasada se reunían para instar al Gobierno a que declarase Soria, Cuenca y Teruel 'zonas desfavorecidas', en un intento por recabar financiación extraordinaria, ventajas fiscales y ayudas a empresas condenadas al ostracismo.
El abandono es el común denominador de amplias zonas del país y sus efectos se notan en todos los ámbitos, desde el educativo al sanitario, como se ha demostrado durante la cuarentena. A menudo todo comienza con el cierre de un cajero, que obliga a los vecinos a recorrer largas distancias para algo en apariencia tan simple como llevar dinero en la cartera. Que el colegio, el geriátrico o el cuartelillo de la Guardia Civil estén a 30 kilómetros de distancia no contribuye, precisamente, a fomentar el arraigo.
Por no hablar del centro de salud, o en su defecto el consultorio dotado con lo imprescindible que cierra los fines de semana. El Covid ha causado estragos en un territorio donde los vecinos a menudo tienen que cubrir largas distancias para someterse a un análisis de sangre. Tomemos como ejemplo Duruelo de la Sierra, en Soria, donde los escasos 1.100 vecinos que quedan después de que la última crisis enterrara la industria local del mueble han puesto rostro a una tragedia ante la que se han sentido solos. «Trece han muerto en apenas cuatro meses, cuatro el mismo día», relata su alcalde, Alberto Abad, que también cayó enfermo. «Lo cierto es que nos vinimos un poco abajo», admite. No son los únicos. En Cabrejas del Pinar, a 31 kilómetros, la lista de muertos ascendió a 9, relata Eusebio, «once días ingresado».
Unos y otros tenían que desplazarse a Soria, que está a 53 kilómetros, para recibir una asistencia que no siempre era posible por falta de ventiladores mecánicos. La situación se tornó tan dramática que despertó la solidaridad en Madrid, Valencia, Sevilla o el País Vasco, donde hicieron de la necesidad virtud y colaboraron enviando equipos de los que tampoco ellos estaban sobrados.
Una llamada de socorro cuyo eco llegó hasta Elon Musk, el magnate de Tesla, que colaboró con el envío gratuito de respiradores, que aunque aquí no se pudieron aprovechar permitieron aliviar las carencias en Burgos o en el mismísimo Ifema de Madrid.
Según el Centro de estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona, a principios del siglo XX uno de cada cinco habitantes de España, cuatro millones de personas, residían en municipios que en 2016 tenían menos de 1.000 vecinos. Ahora, esa población se ha reducido a la tercera parte y sólo representa el 3% del total. Su densidad es de 7,3 habitantes por kilómetro cuadrado, cuando la media nacional son 92. «Un vasto mundo vacío en el interior de la Península», describe el investigador Joaquín Recaño.
«Todos sabemos que este problema ni se ha producido en poco tiempo ni se arreglará de la noche a la mañana. Por eso urge que todos los partidos, estén o no en el Gobierno, coincidan en la necesidad de arbitrar una financiación estable, con independencia de las veleidades de quien esté en cada momento en el Gobierno». Tomás Guitarte, el solitario portavoz de Teruel Existe, se ha propuesto aprovechar la situación ventajosa en que le ha puesto el desquiciante juego de alianzas que preside la política española. «De lo que se trata es de cohesionar y vertebrar el país, hacer valer el principio de que el Estado tiene que estar igual de presente para un ciudadano de Cuenca que para uno de Madrid».
Una crisis como la que vivimos no parece el mejor momento para emprender más sacrificios. Pero Guitarte envida. «No es un problema sólo de las áreas deprimidas, sino de todo un país que sale empobrecido al no aprovechar recursos a su alcance. Es posible y ya se ha hecho. Alemania se encontró con dos situaciones de desarrollo económico opuestas cuando se unificaron el Este y el Oeste, destinó el 7% anual de sus impuestos a corregir ese desfase y 30 años después es una realidad. Nosotros nos hallamos ahora ante dos Españas, no las de Machado, sino una que es hija del desarrollo, y otra para la que ese mismo desarrollo ha pasado de largo».
Sea como fuere, para muchos de estos pueblos cualquier intervención, por ambiciosa que sea, llega ya tarde. Así lo ve también Sergio del Molino, autor de 'La España vacía', para quien «la historia de los pueblos abandonados es la crónica de una desconfianza. Como países extranjeros el uno del otro, por mucho que la España urbana no se entienda sin la vacía; que los fantasmas de la segunda habiten en las casas de la primera».
La brecha es abismal. Joaquín Recaño lo describe a la perfección cuando dice que Soria, Teruel y Cuenca forman un 'Triángulo de las Bermudas' sólo comparable en Europa a Laponia. ¿Por qué aquí ese proceso se ha exacerbado? «Partimos de un país más pobre -destaca Del Molino-, que se ha industrializado más tarde y que registró el último éxodo rural durante una dictadura que no se preocupó de tomar medidas que atenuaran ese fenómeno. Mientras Francia o Alemania tenían una agricultura próspera, aquí era de subsistencia, y eso ha dejado cicatrices en el paisaje».
El asunto es terreno abonado para el debate, empezando por el de si es mejor hablar de una España vacía o vaciada, término este último al que recurre Tomás Guitarte para explicar un expolio derivado de las decisiones políticas del Estado, «que es quien decide por dónde van las infraestructuras o dónde se levantan los polos de desarrollo». Del Molino, sin embargo, no lo comparte. Opina que «desde un punto de vista militante son muy útiles los culpables, porque te dan una razón por la que luchar». Pero la realidad, dice, es más compleja. «La emigración a Latinoamérica, el empobrecimiento... son hechos históricos que ocurren sin que nadie apriete un botón ni pueda hacer nada por evitarlos».
En este escenario, la alerta sanitaria ha llevado a girar la vista al medio rural, como si el confinamiento hubiera hecho más inhabitables unas ciudades que siempre han cargado con la etiqueta ingrata de la contaminación o el estrés. Así lo asegura Eva Puentes, politóloga y socióloga, reciclada en tareas de blogger. Desde la página 'Puebleando', comprometida con que estos núcleos vuelvan a generar riqueza, creen empleo y estabilicen así su población. «Si algo carece de visibilidad, sencillamente no existe. Y es un problema que no afecta sólo a las aldeas o los núcleos pequeños; también a cabeceras de comarca o a capitales pequeñas como Zamora, Soria o Guadalajara. Por supuesto que el turismo no es la solución más allá de los meses de verano, pero suma».
«Tomemos como ejemplo Castilla y León -ilustra Joaquín Recaño-, un área con un elevado nivel de formación académica. Si esta gente que estudia luego no tiene posibilidades de desarrollar sus habilidades, no le queda otra que acabar emigrando. Y la mayoría lo hacen a Madrid, que es ahora el mayor núcleo de absorción de titulados universitarios, seguido de Barcelona o Valencia.
Este escenario ha hundido en las zonas rurales los índices de natalidad, hasta situarlo en muchos sitios incluso por debajo de un hijo por mujer. «Son áreas donde la soltería se ha disparado sencillamente porque no había mujeres en el pueblo. Estas escogen abandonar el medio rural porque es una vida esclava, a menudo de doble jornada. Al trabajo del hogar se suma la explotación agraria, en especial si el entorno es ganadero, levantándose a ordeñar antes de que salga el sol, así los 365 días del año, no importa que haya tareas automatizadas». ¿Y la igualdad de género dónde queda? «Ese es un concepto que en el campo siempre ha sido difícil de lograr», advierte el experto.
El panorama no invita precisamente al optimismo. «Hablamos de zonas con un 50% más de hombres que de mujeres, muchas de las cuales no tienen interés en buscar pareja porque los que quedan no son los más apetecibles o son ya muy mayores» (en las zonas más deprimidas el 45% de los varones superan los 65 años). Este desequilibrio produce niveles de soltería importantes, que se traducen en generaciones donde entre el 30% y el 40% no se casan.
Una preocupación que comparten los presidentes de Castilla y León -el popular Alfonso Fernández Mañueco-, Aragón y Castilla-La Mancha (los socialistas Javier Lambán y Emiliano García-Page, respectivamente), que esta semana pasada se reunían para instar al Gobierno a que declarase Soria, Cuenca y Teruel 'zonas desfavorecidas', en un intento por recabar financiación extraordinaria, ventajas fiscales y ayudas a empresas condenadas al ostracismo.
El abandono es el común denominador de amplias zonas del país y sus efectos se notan en todos los ámbitos, desde el educativo al sanitario, como se ha demostrado durante la cuarentena. A menudo todo comienza con el cierre de un cajero, que obliga a los vecinos a recorrer largas distancias para algo en apariencia tan simple como llevar dinero en la cartera. Que el colegio, el geriátrico o el cuartelillo de la Guardia Civil estén a 30 kilómetros de distancia no contribuye, precisamente, a fomentar el arraigo.
Por no hablar del centro de salud, o en su defecto el consultorio dotado con lo imprescindible que cierra los fines de semana. El Covid ha causado estragos en un territorio donde los vecinos a menudo tienen que cubrir largas distancias para someterse a un análisis de sangre. Tomemos como ejemplo Duruelo de la Sierra, en Soria, donde los escasos 1.100 vecinos que quedan después de que la última crisis enterrara la industria local del mueble han puesto rostro a una tragedia ante la que se han sentido solos. «Trece han muerto en apenas cuatro meses, cuatro el mismo día», relata su alcalde, Alberto Abad, que también cayó enfermo. «Lo cierto es que nos vinimos un poco abajo», admite. No son los únicos. En Cabrejas del Pinar, a 31 kilómetros, la lista de muertos ascendió a 9, relata Eusebio, «once días ingresado».
Unos y otros tenían que desplazarse a Soria, que está a 53 kilómetros, para recibir una asistencia que no siempre era posible por falta de ventiladores mecánicos. La situación se tornó tan dramática que despertó la solidaridad en Madrid, Valencia, Sevilla o el País Vasco, donde hicieron de la necesidad virtud y colaboraron enviando equipos de los que tampoco ellos estaban sobrados.
Una llamada de socorro cuyo eco llegó hasta Elon Musk, el magnate de Tesla, que colaboró con el envío gratuito de respiradores, que aunque aquí no se pudieron aprovechar permitieron aliviar las carencias en Burgos o en el mismísimo Ifema de Madrid.
Financiación estable
Privados a menudo de fibra óptica, la pandemia ha puesto de manifiesto la dificultad, por ejemplo, del teletrabajo, colocando a muchas empresas de este medio rural en situación de desventaja. Otro problema es la falta de vivienda que tienen todas estas áreas abandonadas. Suena a paradoja, pero es así. Aunque las personas se han ido, las casas siguen teniendo dueño, así que no hay un mercado de alquiler ni de compraventa que permita asentarse a muchos de los emprendedores que quieren volver a los pueblos para trabajar desde allí.Según el Centro de estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona, a principios del siglo XX uno de cada cinco habitantes de España, cuatro millones de personas, residían en municipios que en 2016 tenían menos de 1.000 vecinos. Ahora, esa población se ha reducido a la tercera parte y sólo representa el 3% del total. Su densidad es de 7,3 habitantes por kilómetro cuadrado, cuando la media nacional son 92. «Un vasto mundo vacío en el interior de la Península», describe el investigador Joaquín Recaño.
«Todos sabemos que este problema ni se ha producido en poco tiempo ni se arreglará de la noche a la mañana. Por eso urge que todos los partidos, estén o no en el Gobierno, coincidan en la necesidad de arbitrar una financiación estable, con independencia de las veleidades de quien esté en cada momento en el Gobierno». Tomás Guitarte, el solitario portavoz de Teruel Existe, se ha propuesto aprovechar la situación ventajosa en que le ha puesto el desquiciante juego de alianzas que preside la política española. «De lo que se trata es de cohesionar y vertebrar el país, hacer valer el principio de que el Estado tiene que estar igual de presente para un ciudadano de Cuenca que para uno de Madrid».
Una crisis como la que vivimos no parece el mejor momento para emprender más sacrificios. Pero Guitarte envida. «No es un problema sólo de las áreas deprimidas, sino de todo un país que sale empobrecido al no aprovechar recursos a su alcance. Es posible y ya se ha hecho. Alemania se encontró con dos situaciones de desarrollo económico opuestas cuando se unificaron el Este y el Oeste, destinó el 7% anual de sus impuestos a corregir ese desfase y 30 años después es una realidad. Nosotros nos hallamos ahora ante dos Españas, no las de Machado, sino una que es hija del desarrollo, y otra para la que ese mismo desarrollo ha pasado de largo».
Sea como fuere, para muchos de estos pueblos cualquier intervención, por ambiciosa que sea, llega ya tarde. Así lo ve también Sergio del Molino, autor de 'La España vacía', para quien «la historia de los pueblos abandonados es la crónica de una desconfianza. Como países extranjeros el uno del otro, por mucho que la España urbana no se entienda sin la vacía; que los fantasmas de la segunda habiten en las casas de la primera».
La brecha es abismal. Joaquín Recaño lo describe a la perfección cuando dice que Soria, Teruel y Cuenca forman un 'Triángulo de las Bermudas' sólo comparable en Europa a Laponia. ¿Por qué aquí ese proceso se ha exacerbado? «Partimos de un país más pobre -destaca Del Molino-, que se ha industrializado más tarde y que registró el último éxodo rural durante una dictadura que no se preocupó de tomar medidas que atenuaran ese fenómeno. Mientras Francia o Alemania tenían una agricultura próspera, aquí era de subsistencia, y eso ha dejado cicatrices en el paisaje».
El asunto es terreno abonado para el debate, empezando por el de si es mejor hablar de una España vacía o vaciada, término este último al que recurre Tomás Guitarte para explicar un expolio derivado de las decisiones políticas del Estado, «que es quien decide por dónde van las infraestructuras o dónde se levantan los polos de desarrollo». Del Molino, sin embargo, no lo comparte. Opina que «desde un punto de vista militante son muy útiles los culpables, porque te dan una razón por la que luchar». Pero la realidad, dice, es más compleja. «La emigración a Latinoamérica, el empobrecimiento... son hechos históricos que ocurren sin que nadie apriete un botón ni pueda hacer nada por evitarlos».
Inversiones mal enfocadas
Es más, a menudo se dice que no se ha hecho nada por evitar la despoblación. Del Molino interviene de nuevo para negar la mayor y recuerda las «ingentes cantidades de recursos que se han destinado desde que España entró en la UE en forma de fondos FEDER, pero que se han invertido mal». Para Guitarte, estas ayudas puede que hayan servido para acercar a España a los estándares europeos, pero han acentuado las diferencias entre zonas desarrolladas y las que no lo están. ¿Cómo? «Desviándolas, por ejemplo, para construir el AVE que, en un país radial como es éste, ha dejado grandes extensiones fuera de juego». El plan de reactivación puesto en marcha tiene tarea por delante.En este escenario, la alerta sanitaria ha llevado a girar la vista al medio rural, como si el confinamiento hubiera hecho más inhabitables unas ciudades que siempre han cargado con la etiqueta ingrata de la contaminación o el estrés. Así lo asegura Eva Puentes, politóloga y socióloga, reciclada en tareas de blogger. Desde la página 'Puebleando', comprometida con que estos núcleos vuelvan a generar riqueza, creen empleo y estabilicen así su población. «Si algo carece de visibilidad, sencillamente no existe. Y es un problema que no afecta sólo a las aldeas o los núcleos pequeños; también a cabeceras de comarca o a capitales pequeñas como Zamora, Soria o Guadalajara. Por supuesto que el turismo no es la solución más allá de los meses de verano, pero suma».
Emigran más mujeres y el 40% de los hombres se quedan solteros
Esa España desolada que describe Sergio del Molino en su libro 'La España vacía' es un espacio masculinizado y en una fase de envejecimiento acelerado, a lo que contribuye una esperanza de vida por lo general alta. También la marcha de los jóvenes, en particular las mujeres. Y ése es otro reto que debe abordar el plan de intervención que debe salir de la iniciativa apoyada en el Congreso por todos los partidos menos Vox.«Tomemos como ejemplo Castilla y León -ilustra Joaquín Recaño-, un área con un elevado nivel de formación académica. Si esta gente que estudia luego no tiene posibilidades de desarrollar sus habilidades, no le queda otra que acabar emigrando. Y la mayoría lo hacen a Madrid, que es ahora el mayor núcleo de absorción de titulados universitarios, seguido de Barcelona o Valencia.
Este escenario ha hundido en las zonas rurales los índices de natalidad, hasta situarlo en muchos sitios incluso por debajo de un hijo por mujer. «Son áreas donde la soltería se ha disparado sencillamente porque no había mujeres en el pueblo. Estas escogen abandonar el medio rural porque es una vida esclava, a menudo de doble jornada. Al trabajo del hogar se suma la explotación agraria, en especial si el entorno es ganadero, levantándose a ordeñar antes de que salga el sol, así los 365 días del año, no importa que haya tareas automatizadas». ¿Y la igualdad de género dónde queda? «Ese es un concepto que en el campo siempre ha sido difícil de lograr», advierte el experto.
El panorama no invita precisamente al optimismo. «Hablamos de zonas con un 50% más de hombres que de mujeres, muchas de las cuales no tienen interés en buscar pareja porque los que quedan no son los más apetecibles o son ya muy mayores» (en las zonas más deprimidas el 45% de los varones superan los 65 años). Este desequilibrio produce niveles de soltería importantes, que se traducen en generaciones donde entre el 30% y el 40% no se casan.
TITULO: Toros para todos - Madrid blinda los toros: recuperará la escuela de la Venta del Batán y su presencia institucional en Las Ventas,.
Toros para todos,.
De la mano de su director y presentador, Enrique Romero, Toros para todos llega cada temporada a las pantallas de Canal Sur Televisión y Andalucía, etc,.
Madrid blinda los toros: recuperará la escuela de la Venta del Batán y su presencia institucional en Las Ventas,.
foto / El
Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad de Madrid firmarán "en los
próximos días" un convenio de actuación para "el fomento" y "la
protección" de la tauromaquia en la capital
"Apoyo total". Esa es la línea que seguirá el Ayuntamiento de Madrid con la tauromaquia y "en los próximos días" firmará un protocolo de actuación conjunto con la Comunidad de Madrid
para "el fomento" y "la protección" de un sector que en el Palacio de
Cibeles consideran "fundamental" como parte del patrimonio cultural de
la capital.
En ese protocolo que firmarán el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, y la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, se recogerá la unificación de las escuelas de tauromaquia municipal y autonómica en la Venta del Batán.
"Era necesario articular una sola escuela taurina en la capital, con
buenas instalaciones y rigor académico que se convierta en la escuela de
referencia", ha afirmado este martes en la comisión de su ramo la
delegada de Cultura, Andrea Levy. Según ha ahondado la edil popular, el área que ella dirige ha encargado un estudio a la Fundación Toro de Lidia para analizar las siete escuelas taurinas existentes en la capital y unificarlas en una que se ubicará en las instalaciones de la Casa de Campo. Una decisión que, según ha destacado Levy, aúna "el máximo consenso" de todo el sector tras las reuniones mantenidas por parte del Consistorio, la Comunidad y los representantes del sector.
Según ha afirmado la delegada Levy, el Ayuntamiento de la capital ha realizado diversas visitas a la Venta del Batán para "tener una foto real" sobre el estado de una escuela que cerró sus puertas en enero de 2018 tras retirar el anterior equipo de Gobierno las ayudas a este espacio. Esas visitas serán utilizadas por la corporación como "pliego de prescripciones técnicas para una futura licitación de un contrato de concesión de obras y explotación", ha remarcado la edil, y así acometer una "reforma integral" del lugar.
La intención del Gobierno municipal es elevar al Pleno, tras la firma del convenio con la Comunidad, la modificación de la gestión directa de la escuela Marcial Lalanda a Madrid Destino para que esta vuelva a depender directamente del Área de Cultura y que tras el verano se produzca la unificación de las escuelas municipal y autonómica en La Venta del Batán con la licitación de un concurso para la rehabilitación y la explotación del lugar.
Pero no será la recuperación de la escuela de Venta del Batán el único camino que explorarán Ayuntamiento y Comunidad de Madrid tras diversas reuniones con el sector de la tauromaquia. En el protocolo firmado por ambas administraciones se recogerá también recuperar los premios taurinos de la Feria de San Isidro, la promoción como Patrimonio Cultural de la región de la tauromaquia y la recuperación de la presencia institucional del Ayuntamiento de Madrid en la plaza de toros de Las Ventas.
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