La hora de los Fósforos - La Cope - CARLOS HERRERA - La 'Ruta de los 18 héroes' hace parada en la región ,fotos.
La 'Ruta de los 18 héroes' hace parada en la región,.
TITULO: RADIO - TELEVISION - EL TRANVÍA DEL TIEMPO -El relato extremeño,.
RADIO
- TELEVISION - EL TRANVÍA DEL TIEMPO - El relato extremeño ,
fotos,.
El relato extremeño,.
Para una región como Extremadura, el fracaso de la investidura y la inestabilidad en el Gobierno durante tantos meses es una malísima noticia,.
¿Qué consecuencias puede tener para Extremadura la continuidad de un Gobierno en funciones en Madrid durante tanto tiempo? Cualquier respuesta es mala.
En el caso de que concluyamos que sí, que sus efectos son relevantes, podemos preocuparnos. Desde la disolución de las Cortes y luego la entrada en funciones del Gobierno con las elecciones de abril, hasta que se constituya uno nuevo, en otoño como pronto, van a pasar muchos meses de inactividad. Se nos dice siempre que los ministerios funcionan al 100% pero cuesta creerlo cuando se trata de impulsar acciones importantes, o cuando los propios titulares ven que sus departamentos participan del cambio de cromos.
Hace unos días informábamos de que Extremadura tiene pendiente recibir 75 millones de euros por los cambios introducidos en el IVA, una decisión que se va retrasando. No es una cantidad grande, ni siquiera para nuestra región, pero tendrá repercusión sobre el déficit y es solo un ejemplo. Con un gobierno en funciones se resuelve lo urgente y poco más, y podemos agotar el año 2019 en esta tesitura.
Si en cambio respondemos que no, que la ausencia de Gobierno afecta poco o casi nada, estaríamos cuestionando el papel de la clase política y su peso en la vida cotidiana de las personas con sus decisiones. Es decir, nos llevaría a preguntarnos para qué sirven, si la economía funciona de manera autónoma.
Esta semana hemos conocido los buenos resultados de la Encuesta de Población Activa del segundo trimestre, abril-mayo-junio, cuando el país estaba inmerso en una campaña electoral permanente. El viernes, el Consejo Económico y Social de Extremadura subrayaba el crecimiento económico. Puede decirse que estos datos responden a unas bases puestas con anterioridad, y que por supuesto obedecen también a decisiones adoptadas desde la propia región, con las competencias que ejerce la comunidad. Si se tiene un Gobierno autonómico es para algo.
Pero una región como la extremeña, dependiente de la solidaridad territorial y con problemas como las infraestructuras o el paro estructural, pendiente de inversiones en regadíos y de las decisiones que faciliten el desarrollo de las energías renovables, con tantos asuntos, en fin, que requieren del impulso de un Gobierno central, por no hablar de la incertidumbre que genera en los ámbitos empresariales el estar siempre en funciones, para una comunidad como Extremadura, digo, el fracaso de la investidura es una malísima noticia.
Ahora que se habla tanto de construir el relato para salir airoso ante la opinión pública, ese es el relato extremeño:_Extremadura no se puede permitir el lujo de que no haya un Gobierno estable en Madrid. Seguramente el País Vasco sí, y Cataluña también, pero nuestra región carece del mismo dinamismo económico de esas comunidades y nuestra realidad es muy distinta.
Así que, puestos a elegir, sí, la acción política es importante, la economía puede marchar sola en sus cifras macro, o ser dependiente de otros foros mundiales, pero el bienestar de los extremeños también depende de lo que se decide en los ministerios, esos que apenas sabemos hoy quiénes los ocupan.
Si el PSOE pensó que Podemos no se arriesgaría a soportar el coste de impedir por segunda vez un gobierno de izquierdas; y si Iglesias creyó tener en sus manos a Sánchez, se han equivocado ambos de medio a medio, y cuando se han dado cuenta ya fue tarde. Pero que sean conscientes ambos partidos, como el PP (exculpado en parte porque ellos también sufrieron el no es no que ahora se ve bastante menos razonable) y sobre todo Ciudadanos, enrocado en su estrategia de impedir la gobernabilidad en lugar de aprovechar la oportunidad de participar en el Gobierno, que están complicando muchas decisiones que afectan a las personas que les han votado. Se lo crean ellos mismos o no.
TITULO:
Adivina qué hago esta noche -Los centros urbanos no quieren humo.
Lunes -5 - Agosto a las 22:55 por La Cuatro, fotos.
Los centros urbanos no quieren humo.
Las
principales ciudades extremeñas han ido adoptando medidas para expulsar
a los vehículos de sus cascos históricos en favor de los peatones,
aunque de forma desigual
Solo el 0,5% de los turismos matriculados en Extremadura podrían acceder sin restricciones al famoso Madrid Central. Este reducido porcentaje lo forman los coches que cuentan con los distintivos Eco o Cero Emisiones.
Y es que del total del parque de turismos, formado por 589.861 unidades
y que ha crecido en más de 45.000 en los últimos cinco años, únicamente
2.919 están en posesión de la etiqueta que certifica sus bajas
emisiones.
En un futuro no muy lejano tres ciudades de la región –Mérida,Cáceres y Badajoz–
deberán tener proyectos similares al de la capital de España y
restringir el tráfico de vehículos contaminantes en determinadas calles.
Esto se debe a que el anteproyecto de Ley de Cambio Climático,
que el Gobierno aprobó el pasado 22 de febrero, prevé la creación de
zonas de bajas emisiones no más lejos de 2023 en los municipios de más
de 50.000 habitantes.
La todavía lejana aplicación de esta medida
hace que los conductores no tengan prisa por solicitar su distintivo y
el 40% de los turismos no disponen de su etiqueta, aunque es cierto que
la inmensa mayoría no lograría los identificativos no contaminantes.
Serán
los ayuntamientos los encargados de delimitar esa zona de bajas
emisiones. Por tanto, deberán decidir si amplían los espacio peatonales
que hay actualmente o habilitan calles solo para coches Eco y Cero
Emisiones. De momento, las zonas sin tráfico rodado de los grandes
municipios de la región son una medida interesante de la posible
evolución.
Lo que es evidente es que, más allá de razones medioambientales, la peatonalización
de los centros en las ciudades extremeñas responde a criterios
relacionados con el mayor protagonismo de los peatones, el turismo y la
protección del patrimonio, ya que en la región no existen los graves
problemas de contaminación del aire que se detectan en las grandes
capitales, como Madrid o Barcelona, cuyos niveles de partículas en
suspensión de monóxido de carbono y de dióxido de nitrógeno han supuesto
una sanción a España por parte de la Unión Europea.
En
Badajoz, informa Natalia Reigadas, las primeras restricciones de para
circular por el centro de la ciudad comenzaron hace diez años, pero la
zona cerrada al paso de vehículos apenas ha crecido en esta década.
En
2009 se iniciaron las obras para instalar plataforma única en Menacho,
la calle comercial y la más conocida de la capital pacense. Esta reforma
eliminó los bordillos, por lo que las aceras y la calzada van a la
misma altura. En ocasiones este cambio va acompañado de restricciones de
tráfico, pero no siempre. En otros casos hay plataforma única, pero los
coches siguen circulando con normalidad.
Entre 2009 y 2012 se
crearon dos ejes de plataforma única. Uno va desde Menacho por Francisco
Pizarro, la Plaza de la Soledad y San Pedro de Alcántara hasta la
Alcazaba, y el segundo desde Minayo, que pasó de ser una plaza con
tráfico a estar cerrada al paso de vehículos.
Sin embargo, no
todas las calles se cerraron al tráfico. Solo se restringió el paso de
vehículos en Menacho, Francisco Pizarro y la Soledad. A esta área solo
pueden acceder los residentes pidiendo permiso. Hay cámaras con lectores
de matrícula. A pesar de que la prohibición lleva casi diez años en
marcha, hay muchos infractores. La memoria de la Policía Local de
Badajoz revela que en 2018 impusieron 3.168 multas por este motivo, es
decir, cada día ocho coches se cuelan por la zona cerrada.
Badajoz, Cáceres y Mérida, al tener más de 50.000 habitantes, deberán
crear zonas de bajas emisiones antes de 2023 según marca la Ley de
Cambio Climático
En
2012 también se cerró la Plaza Alta al tráfico. Se colocaron pivotes en
los arcos y solo se abre para descargar en eventos puntuales. Desde
entonces se ha instalado plataforma única en otros puntos de la ciudad,
pero no se han producido nuevas restricciones de tráfico.
La
peatonalización llegó con polémica a Badajoz. Los comerciantes de
Menacho desconfiaron de la medida y temieron que bajasen las ventas.
Recordaban que San Juan, la antigua calle comercial en pleno Casco
Antiguo, decayó cuando los coches dejaron de subir a la zona monumental.
Sin embargo, en pocos meses variaron su postura y aplaudieron la
medida.
En estos momentos se está instalando la plataforma única
en San Andrés y los residentes de la zona han pedido insistentemente que
el Ayuntamiento aproveche para limitar el paso de coches. Pretenden con
esta medida que sea una zona más tranquila y segura para los peatones y
también dificultar la venta de drogas que se da en esta área.
El
objetivo de la Ley de Cambio Climático es reducir el movimiento de
coches en las zonas más transitadas del centro. La Policía Local realizó
un estudio que reveló que el cruce entre Ronda del Pilar y la avenida
de Europa, la plaza Dragones de Hernán Cortés, es el punto con más
tráfico de la zona centro. Pasan unos 21.000 vehículos al día.
El
Día sin Coches, que se celebra anualmente en Badajoz, también puede ser
una referencia para diseñar la futura zona de bajas emisiones. Esa
jornada se prohibe la circulación en la calle Prim, Juan Carlos I,
Minayo, Dragones de Hernán Cortés y en todo el Casco Antiguo.
Monumentos
Las cámaras de vigilancia han sustituido a las pilonas para limitar el paso de vehículos
En Cáceres, como cuenta Cristina Núñez, es
un problema antiguo el de controlar a los coches que acceden hasta la
zona monumental de la ciudad, a la que muchos recuerdan plagada de
automóviles, en tiempos de menor mimo hacia la riqueza arquitectónica de
las ciudades. El primer sistema de pivotes se puso en marcha en 2003,
pero no consiguió la efectividad deseada y en 2016 se inauguró un
sistema de cámaras para controlar estos accesos y evitar que los no
residentes accedieran al corazón de la ciudad.
Las multas por
acceder al recinto monumental ascienden a 80 euros y durante el primer
año se denunció a 14.000 conductores, lo que da una media de 38
sanciones diarias. Alrededor de 1.300 residentes cuentan con
autorizaciones, además de las 1.500 concedidas a servicios de reparto,
390 de servicios públicos, 159 de mantenimiento y 430 de instituciones.
Desde
la imagen de una Plaza Mayor hace 20 años atestada de coches aparcados
hasta verla convertida en un lugar de esparcimiento ha habido un cambio
de mentalidad acorde con lo que sucede en el resto de España y de
Europa.
Las obras de plataforma única fueron una de las primeras medidas adoptadas en la región
Supuso un hito la peatonalización de San
Pedro de Alcántara, que ya lleva cuatro años siendo un lugar sin
automóviles. Más que al comercio, este proceso ha beneficiado a la
hostelería, ya que se han instalado grandes terrazas en la ancha
superficie de esta vía en la que solamente hay dos bancos para sentarse.
Otro
de los proyectos que se esperan es la peatonalización de las conocidas
como calles de los Obispos, una céntrica zona cacereña cargada de
opciones gastronómicas. Las obras cambiarán la cara de esta vía, que ya
se cierra durante los fines de semana para dar más aire a la actividad
de ocio. Sigue en proyecto, también en esta zona del centro moderno, la
peatonalización de la calle Gómez Becerra, un área comercial en la que
se han hecho varias experiencias para eliminar los coches durante los
viernes y los sábados para ver cómo funciona, sin llegar a acometer
obras. Este ensayo ha sido acogido con variedad de opiniones por
comerciantes y vecinos, sin consenso sobre el beneficio de la medida.
El
proceso de peatonalización va aparejado a la pérdida de plazas de
aparcamiento. El parking de Primo de Rivera, que se inauguró en 2016,
surgió para compensar esa reducción. Las críticas por eliminar
aparcamientos libres y aumentar la zona azul, algo que ha pasado también
en Cáceres, arrecian cuando se toman estas medidas.
Más cerca del
casco histórico plazas como las de la Concepción o San Juan también se
han transformado (ésta última más recientemente) para dar holgura al
peatón, aunque siempre con el enfoque claro de llenar de terrazas
espacios que no parecen concebidos para otra actividad que no sea comer o
beber al fresco. Colectivos para discapacitados ponen el foco en la
sobreabundancia de veladores, a los que llaman 'camalote urbano'.
Se
avanza algo en el uso de las bicicletas como alternativa al coche, son
cada vez más los que se ponen a dos ruedas para ir al trabajo o sus
quehaceres. Son escasos aún los carriles bici, que pueden encontrarse en
la Ronda Norte y el carril hacia el ferial. El próximo proyecto que
dará brío a las bicis será el del Parque del Príncipe, en cuya obra se
contemplan cuatro kilómetros para su circulación. El proyecto de las
bicicletas de alquiler, que se puso en marcha en 2010 duró solo dos años
y no tuvo éxito entre los usuarios. Tampoco ha funcionado una
iniciativa privada de vehículos eléctricos.
La primera
En
Mérida, según informa Juan Soriano, la peatonalización de calles del
casco histórico supuso en la década de los 90 del pasado siglo un cambio
radical en la ordenación del tráfico y la utilización de la vía
pública. El objetivo era contar con una ciudad más amable para el
turista y para el peatón, lo que se logró con el cierre a la circulación
de parte de la plaza de España, la plaza del Teatro Romano, el acceso
al Parador de Turismo y la Puerta de la Villa, entre otras.
En
otros casos, se permite la presencia de vehículos, pero solo para
acceder a viviendas y garajes, como sucede en las inmediaciones de la
Asamblea de Extremadura y en las vías que comunican las calles Valverde
Lillo y Almendralejo, que tradicionalmente han estado abiertas al
tráfico.
Esta medida se vio acompañada por la semipeatonalización
de otras calles, que pasaron a contar con plataforma única. Permanecían
abiertas al tráfico, pero se obligó a reducir la velocidad. Además, la
creación de zonas peatonales en los principales puntos del centro hizo
que la circulación se derivara a otros itinerarios, disminuyendo la
presencia de vehículos. Así ocurrió en calles como Sagasta, Trajano y
Graciano.
El tiempo evidenció que se necesitaban medidas para
evitar el acceso de coches a estas zonas. El Consistorio impuso primero
unas tarjetas identificativas que, en función de la zona, permitían el
paso a residentes y profesionales. El siguiente paso, a principios de
2011, fue la colocación de cámaras en puntos de entrada que multaban a
las matrículas no autorizadas. Estos dispositivos llevan sin funcionar
al menos desde 2016 y la intención es que se pongan de nuevo en marcha.
La
implantación de la zona azul en 2013 supuso un paso más. Aunque esta
medida no implica control del tráfico, tiene un efecto disuasorio para
la circulación por determinada vías donde aparcar cuesta dinero, lo que
ha dejado imágenes de céntricas calles vacías de coches.
Fuera de la Ley
Plasencia
no llega a los 50.000 habitantes y, por tanto, no se verá afectada por
las obligaciones que marca la Ley de CambioClimático. Pese a ello, la
ciudad tiene una de las zonas peatonales más amplias de la región, que
se diseñó con la intención de hacer más amable para los peatones el
casco antiguo y sus monumentos.
Sus inicios se remontan más de
diez años. La opción de eliminar paulatinamente el tráfico estuvo
motivada por la idea de oficializar la candidatura de la ciudad a
patrimonio de la Unesco, algo que se hizo pero no se consiguió. En la
actualidad, el tráfico de vehículos está prohibido en la Plaza Mayor y
las calles que desembocan en ella.
El 40% de los turismos no disponen de etiqueta que identifica sus emisiones
Una de las primeras acciones que se
realizaron intramuros para dotar de una identidad conjunta a este
espacio fue el Centro Comercial Abierto. Las isletas de metal, que eran
interactivas y permitían la conexión a internet de los paseantes,
comenzaron a funcionar en 2009, pero a finales de 2011 ya no quedaba
ninguna y bastante tiempo antes habían dejado de funcionar. Sí duraron
más las pilonas que impedían el acceso a los vehículos por determinadas
calles y que se instalaron en 2006.
Sin embargo, durante mucho
tiempo fueron un coladero. Hubo, incluso, que duplicar algunas porque
los coches pasaban entre el pivote y la pared. Con el paso del tiempo
fueron evolucionando y se dotaron de sensores magnéticos para permitir
el acceso a los vecinos y trabajadores de empresas de transporte.
Finalmente, las pilonas se cambiaron por cámaras, que funcionan desde el
10 de septiembre de 2014.
La reducción de plazas de aparcamiento es un problema para los municipios
Estas tampoco han sido todo lo efectivas que
se pensó en un primer momento. En la actualidad, el Ayuntamiento de
Plasencia confirma que vuelven a estar en funcionamiento después de
varios meses en los que se desactivó la conexión con la Policía Local,
por lo que estuvieron inutilizadas.
El acceso de vehículos al centro de la ciudad se permite para residente y repartidores y las multas son de hasta 80 euros.
Al
igual que Madrid Central, la zona peatonal de Plasencia tiene sus
críticos. Los más duros son los comerciantes del centro, que a través de
su asociación siempre se han mostrado disconformes con la prohibición
del tráfico intramuros, ya que entienden que los límites peatonales son
excesivos para el tamaño de la población. Recientemente han solicitado
la apertura de la plaza las 24 horas. También los residentes, que forman
la asociación Intramuros, entienden que se debería permitir el tráfico.
Igualmente,
comerciantes y residentes piden la vuelta de la zona azul, que se
eliminó en diciembre de 2014, para que haya más rotación de coches en
los pocos lugares de estacionamiento que existen en el casco antiguo.
«Las cosas no se hicieron bien, primero se cerró el centro y luego se
empezaron a hacer aparcamientos», reconocen desde el Ayuntamiento
placentino, a la vez que añaden que a mediados de 2020 habrá 500 plazas
más de aparcamiento en los alrededores de la zona monumental y que no
hay previstas más peatonalizaciones en la ciudad ni volver a establecer
la zona azul.
TITULO: El escarabajo verde - Jeremy Wade: «El pez no tiene la culpa»,.
Jeremy Wade: «El pez no tiene la culpa»,.
DMax
estrena este sábado 'Grandes ríos (con Jeremy Wade)', un nuevo formato
del ilustre pescador y divulgador británico que enseña a «comprender a
las criaturas»,.
foto / No
tenía suficiente con los 'Monstruos de río', y ahora Jeremy Wade
(Ipswich, Reino Unido, 63 años) regresa a DMax para recorrer y examinar
con lupa los 'Grandes ríos (con Jeremy Wade)'. El biólogo, pescador y
divulgador vuelve al canal este sábado a las 22.00 horas con una nueva
serie, en la que visita los territorios próximos a los cauces del
Ganges, Danubio, Yangtsé, Zambeze, Misisipi y Amazonas para observar y
analizar los efectos de la contaminación y la sobreexplotación en la
naturaleza, pero también los problemas que ha provocado entre los
habitantes de estas zonas.
Wade reconoce que nadie en su familia
pescaba y que comenzó viéndolo como algo «estúpido», sin poder dejar de
pensar que «podría estar aprovechando mejor el tiempo». Sin embargo,
todo cambió cuando, tras recibir los consejos de un compañero de clase
cuyo abuelo sí pescaba, logró hacerse con su primer pieza.
Pescador,
pero sensible con las especies, sostiene que, «normalmente, si alguien
es mordido o herido por un pez, no es culpa del pez, y sí de la persona
que no sabía que ese pez estaba ahí, o que no entendía su
comportamiento». De hecho, también asegura que, al final de cada
programa, no mata sus capturas, sino que las pone nuevamente en el agua:
«Las dejo ir».
El programa que ha hecho famoso a Jeremy Wade se
llama 'Monstruos de río', pero él explica que, en este tipo de formatos,
el espectador acaba perdiendo esa percepción y empieza a «comprender a
las criaturas» de la naturaleza. Y en el río, precisamente, encuentra
muchas claves para entenderlas. Este es el argumento del biólogo:
«Muchos de los peces que viven en el mar son muy bonitos, algo muy
distinto a lo que ocurre en agua dulce, que puede ser muy fangosa y
donde no se ve nada». Es un hecho que «dificulta la realización de los
programas», pero le sirve para 'quitar' a sus habitantes el complejo de
feos.
Misterios bajo el agua
«Si eres un pez que vive en
aguas turbias y te quieres aparear con otro, no importa cómo seas,
porque no pueden verte, así que no tiene sentido ser guapo», bromea. Y
pone el ejemplo de los siluros, bagres o peces gato, «una especie de
babosas gigantes, pero con tentáculos». Para Wade, son «feos y hermosos
al mismo tiempo». Feos, desde «un punto de vista artístico y estético»; y
hermosos, ateniéndose a «la visión de un biólogo». Su animal de río
favorito es el paiche, por su tamaño (mide más de tres metros) y lo que
impresiona, «casi tanto como haber estado haciendo programas de
televisión tanto tiempo».
El nuevo formato arranca hoy en el río
Ganges, venerado por millones de hindúes y afectado por altísimos
niveles de contaminación, y el Danubio, cuyos peces están a punto de
desaparecer. Tras las seis entregas, que se emitirán en tres semanas, el
sábado 24 de agosto Wade estrenará también en DMax 'Aguas profundas'. A
la misma hora (22.00), el pescador y biólogo volverá a sumergirse en
los fondos marinos para investigar las causas y consecuencias de algunos
de los fenómenos más misteriosos y desconcertantes que se producen bajo
las aguas de ciertos puntos remotos del planeta. Entre ellos, la
leyenda de un monstruo en el italiano lago de Garda, cuya historia se
remonta al siglo XVI, cuando fue descrito como «enorme bestia jorobada:
mitad serpiente y mitad dinosaurio».
Las principales ciudades extremeñas han ido adoptando medidas para expulsar a los vehículos de sus cascos históricos en favor de los peatones, aunque de forma desigual
En un futuro no muy lejano tres ciudades de la región –Mérida,Cáceres y Badajoz– deberán tener proyectos similares al de la capital de España y restringir el tráfico de vehículos contaminantes en determinadas calles. Esto se debe a que el anteproyecto de Ley de Cambio Climático, que el Gobierno aprobó el pasado 22 de febrero, prevé la creación de zonas de bajas emisiones no más lejos de 2023 en los municipios de más de 50.000 habitantes.
La todavía lejana aplicación de esta medida hace que los conductores no tengan prisa por solicitar su distintivo y el 40% de los turismos no disponen de su etiqueta, aunque es cierto que la inmensa mayoría no lograría los identificativos no contaminantes.
Serán los ayuntamientos los encargados de delimitar esa zona de bajas emisiones. Por tanto, deberán decidir si amplían los espacio peatonales que hay actualmente o habilitan calles solo para coches Eco y Cero Emisiones. De momento, las zonas sin tráfico rodado de los grandes municipios de la región son una medida interesante de la posible evolución.
Lo que es evidente es que, más allá de razones medioambientales, la peatonalización de los centros en las ciudades extremeñas responde a criterios relacionados con el mayor protagonismo de los peatones, el turismo y la protección del patrimonio, ya que en la región no existen los graves problemas de contaminación del aire que se detectan en las grandes capitales, como Madrid o Barcelona, cuyos niveles de partículas en suspensión de monóxido de carbono y de dióxido de nitrógeno han supuesto una sanción a España por parte de la Unión Europea.
En Badajoz, informa Natalia Reigadas, las primeras restricciones de para circular por el centro de la ciudad comenzaron hace diez años, pero la zona cerrada al paso de vehículos apenas ha crecido en esta década.
En 2009 se iniciaron las obras para instalar plataforma única en Menacho, la calle comercial y la más conocida de la capital pacense. Esta reforma eliminó los bordillos, por lo que las aceras y la calzada van a la misma altura. En ocasiones este cambio va acompañado de restricciones de tráfico, pero no siempre. En otros casos hay plataforma única, pero los coches siguen circulando con normalidad.
Entre 2009 y 2012 se crearon dos ejes de plataforma única. Uno va desde Menacho por Francisco Pizarro, la Plaza de la Soledad y San Pedro de Alcántara hasta la Alcazaba, y el segundo desde Minayo, que pasó de ser una plaza con tráfico a estar cerrada al paso de vehículos.
Sin embargo, no todas las calles se cerraron al tráfico. Solo se restringió el paso de vehículos en Menacho, Francisco Pizarro y la Soledad. A esta área solo pueden acceder los residentes pidiendo permiso. Hay cámaras con lectores de matrícula. A pesar de que la prohibición lleva casi diez años en marcha, hay muchos infractores. La memoria de la Policía Local de Badajoz revela que en 2018 impusieron 3.168 multas por este motivo, es decir, cada día ocho coches se cuelan por la zona cerrada.
Badajoz, Cáceres y Mérida, al tener más de 50.000 habitantes, deberán
crear zonas de bajas emisiones antes de 2023 según marca la Ley de
Cambio Climático
En
2012 también se cerró la Plaza Alta al tráfico. Se colocaron pivotes en
los arcos y solo se abre para descargar en eventos puntuales. Desde
entonces se ha instalado plataforma única en otros puntos de la ciudad,
pero no se han producido nuevas restricciones de tráfico.La peatonalización llegó con polémica a Badajoz. Los comerciantes de Menacho desconfiaron de la medida y temieron que bajasen las ventas. Recordaban que San Juan, la antigua calle comercial en pleno Casco Antiguo, decayó cuando los coches dejaron de subir a la zona monumental. Sin embargo, en pocos meses variaron su postura y aplaudieron la medida.
En estos momentos se está instalando la plataforma única en San Andrés y los residentes de la zona han pedido insistentemente que el Ayuntamiento aproveche para limitar el paso de coches. Pretenden con esta medida que sea una zona más tranquila y segura para los peatones y también dificultar la venta de drogas que se da en esta área.
El objetivo de la Ley de Cambio Climático es reducir el movimiento de coches en las zonas más transitadas del centro. La Policía Local realizó un estudio que reveló que el cruce entre Ronda del Pilar y la avenida de Europa, la plaza Dragones de Hernán Cortés, es el punto con más tráfico de la zona centro. Pasan unos 21.000 vehículos al día.
El Día sin Coches, que se celebra anualmente en Badajoz, también puede ser una referencia para diseñar la futura zona de bajas emisiones. Esa jornada se prohibe la circulación en la calle Prim, Juan Carlos I, Minayo, Dragones de Hernán Cortés y en todo el Casco Antiguo.
Monumentos
Las cámaras de vigilancia han sustituido a las pilonas para limitar el paso de vehículos
En Cáceres, como cuenta Cristina Núñez, es
un problema antiguo el de controlar a los coches que acceden hasta la
zona monumental de la ciudad, a la que muchos recuerdan plagada de
automóviles, en tiempos de menor mimo hacia la riqueza arquitectónica de
las ciudades. El primer sistema de pivotes se puso en marcha en 2003,
pero no consiguió la efectividad deseada y en 2016 se inauguró un
sistema de cámaras para controlar estos accesos y evitar que los no
residentes accedieran al corazón de la ciudad.Las multas por acceder al recinto monumental ascienden a 80 euros y durante el primer año se denunció a 14.000 conductores, lo que da una media de 38 sanciones diarias. Alrededor de 1.300 residentes cuentan con autorizaciones, además de las 1.500 concedidas a servicios de reparto, 390 de servicios públicos, 159 de mantenimiento y 430 de instituciones.
Desde la imagen de una Plaza Mayor hace 20 años atestada de coches aparcados hasta verla convertida en un lugar de esparcimiento ha habido un cambio de mentalidad acorde con lo que sucede en el resto de España y de Europa.
Las obras de plataforma única fueron una de las primeras medidas adoptadas en la región
Supuso un hito la peatonalización de San
Pedro de Alcántara, que ya lleva cuatro años siendo un lugar sin
automóviles. Más que al comercio, este proceso ha beneficiado a la
hostelería, ya que se han instalado grandes terrazas en la ancha
superficie de esta vía en la que solamente hay dos bancos para sentarse.Otro de los proyectos que se esperan es la peatonalización de las conocidas como calles de los Obispos, una céntrica zona cacereña cargada de opciones gastronómicas. Las obras cambiarán la cara de esta vía, que ya se cierra durante los fines de semana para dar más aire a la actividad de ocio. Sigue en proyecto, también en esta zona del centro moderno, la peatonalización de la calle Gómez Becerra, un área comercial en la que se han hecho varias experiencias para eliminar los coches durante los viernes y los sábados para ver cómo funciona, sin llegar a acometer obras. Este ensayo ha sido acogido con variedad de opiniones por comerciantes y vecinos, sin consenso sobre el beneficio de la medida.
El proceso de peatonalización va aparejado a la pérdida de plazas de aparcamiento. El parking de Primo de Rivera, que se inauguró en 2016, surgió para compensar esa reducción. Las críticas por eliminar aparcamientos libres y aumentar la zona azul, algo que ha pasado también en Cáceres, arrecian cuando se toman estas medidas.
Más cerca del casco histórico plazas como las de la Concepción o San Juan también se han transformado (ésta última más recientemente) para dar holgura al peatón, aunque siempre con el enfoque claro de llenar de terrazas espacios que no parecen concebidos para otra actividad que no sea comer o beber al fresco. Colectivos para discapacitados ponen el foco en la sobreabundancia de veladores, a los que llaman 'camalote urbano'.
Se avanza algo en el uso de las bicicletas como alternativa al coche, son cada vez más los que se ponen a dos ruedas para ir al trabajo o sus quehaceres. Son escasos aún los carriles bici, que pueden encontrarse en la Ronda Norte y el carril hacia el ferial. El próximo proyecto que dará brío a las bicis será el del Parque del Príncipe, en cuya obra se contemplan cuatro kilómetros para su circulación. El proyecto de las bicicletas de alquiler, que se puso en marcha en 2010 duró solo dos años y no tuvo éxito entre los usuarios. Tampoco ha funcionado una iniciativa privada de vehículos eléctricos.
La primera
En Mérida, según informa Juan Soriano, la peatonalización de calles del casco histórico supuso en la década de los 90 del pasado siglo un cambio radical en la ordenación del tráfico y la utilización de la vía pública. El objetivo era contar con una ciudad más amable para el turista y para el peatón, lo que se logró con el cierre a la circulación de parte de la plaza de España, la plaza del Teatro Romano, el acceso al Parador de Turismo y la Puerta de la Villa, entre otras.En otros casos, se permite la presencia de vehículos, pero solo para acceder a viviendas y garajes, como sucede en las inmediaciones de la Asamblea de Extremadura y en las vías que comunican las calles Valverde Lillo y Almendralejo, que tradicionalmente han estado abiertas al tráfico.
Esta medida se vio acompañada por la semipeatonalización de otras calles, que pasaron a contar con plataforma única. Permanecían abiertas al tráfico, pero se obligó a reducir la velocidad. Además, la creación de zonas peatonales en los principales puntos del centro hizo que la circulación se derivara a otros itinerarios, disminuyendo la presencia de vehículos. Así ocurrió en calles como Sagasta, Trajano y Graciano.
El tiempo evidenció que se necesitaban medidas para evitar el acceso de coches a estas zonas. El Consistorio impuso primero unas tarjetas identificativas que, en función de la zona, permitían el paso a residentes y profesionales. El siguiente paso, a principios de 2011, fue la colocación de cámaras en puntos de entrada que multaban a las matrículas no autorizadas. Estos dispositivos llevan sin funcionar al menos desde 2016 y la intención es que se pongan de nuevo en marcha.
La implantación de la zona azul en 2013 supuso un paso más. Aunque esta medida no implica control del tráfico, tiene un efecto disuasorio para la circulación por determinada vías donde aparcar cuesta dinero, lo que ha dejado imágenes de céntricas calles vacías de coches.
Fuera de la Ley
Plasencia no llega a los 50.000 habitantes y, por tanto, no se verá afectada por las obligaciones que marca la Ley de CambioClimático. Pese a ello, la ciudad tiene una de las zonas peatonales más amplias de la región, que se diseñó con la intención de hacer más amable para los peatones el casco antiguo y sus monumentos.Sus inicios se remontan más de diez años. La opción de eliminar paulatinamente el tráfico estuvo motivada por la idea de oficializar la candidatura de la ciudad a patrimonio de la Unesco, algo que se hizo pero no se consiguió. En la actualidad, el tráfico de vehículos está prohibido en la Plaza Mayor y las calles que desembocan en ella.
El 40% de los turismos no disponen de etiqueta que identifica sus emisiones
Una de las primeras acciones que se
realizaron intramuros para dotar de una identidad conjunta a este
espacio fue el Centro Comercial Abierto. Las isletas de metal, que eran
interactivas y permitían la conexión a internet de los paseantes,
comenzaron a funcionar en 2009, pero a finales de 2011 ya no quedaba
ninguna y bastante tiempo antes habían dejado de funcionar. Sí duraron
más las pilonas que impedían el acceso a los vehículos por determinadas
calles y que se instalaron en 2006.Sin embargo, durante mucho tiempo fueron un coladero. Hubo, incluso, que duplicar algunas porque los coches pasaban entre el pivote y la pared. Con el paso del tiempo fueron evolucionando y se dotaron de sensores magnéticos para permitir el acceso a los vecinos y trabajadores de empresas de transporte. Finalmente, las pilonas se cambiaron por cámaras, que funcionan desde el 10 de septiembre de 2014.
La reducción de plazas de aparcamiento es un problema para los municipios
Estas tampoco han sido todo lo efectivas que
se pensó en un primer momento. En la actualidad, el Ayuntamiento de
Plasencia confirma que vuelven a estar en funcionamiento después de
varios meses en los que se desactivó la conexión con la Policía Local,
por lo que estuvieron inutilizadas.El acceso de vehículos al centro de la ciudad se permite para residente y repartidores y las multas son de hasta 80 euros.
Al igual que Madrid Central, la zona peatonal de Plasencia tiene sus críticos. Los más duros son los comerciantes del centro, que a través de su asociación siempre se han mostrado disconformes con la prohibición del tráfico intramuros, ya que entienden que los límites peatonales son excesivos para el tamaño de la población. Recientemente han solicitado la apertura de la plaza las 24 horas. También los residentes, que forman la asociación Intramuros, entienden que se debería permitir el tráfico.
Igualmente, comerciantes y residentes piden la vuelta de la zona azul, que se eliminó en diciembre de 2014, para que haya más rotación de coches en los pocos lugares de estacionamiento que existen en el casco antiguo. «Las cosas no se hicieron bien, primero se cerró el centro y luego se empezaron a hacer aparcamientos», reconocen desde el Ayuntamiento placentino, a la vez que añaden que a mediados de 2020 habrá 500 plazas más de aparcamiento en los alrededores de la zona monumental y que no hay previstas más peatonalizaciones en la ciudad ni volver a establecer la zona azul.
TITULO: El escarabajo verde - Jeremy Wade: «El pez no tiene la culpa»,.
Jeremy Wade: «El pez no tiene la culpa»,.
DMax estrena este sábado 'Grandes ríos (con Jeremy Wade)', un nuevo formato del ilustre pescador y divulgador británico que enseña a «comprender a las criaturas»,.
foto / No tenía suficiente con los 'Monstruos de río', y ahora Jeremy Wade (Ipswich, Reino Unido, 63 años) regresa a DMax para recorrer y examinar con lupa los 'Grandes ríos (con Jeremy Wade)'. El biólogo, pescador y divulgador vuelve al canal este sábado a las 22.00 horas con una nueva serie, en la que visita los territorios próximos a los cauces del Ganges, Danubio, Yangtsé, Zambeze, Misisipi y Amazonas para observar y analizar los efectos de la contaminación y la sobreexplotación en la naturaleza, pero también los problemas que ha provocado entre los habitantes de estas zonas.Wade reconoce que nadie en su familia pescaba y que comenzó viéndolo como algo «estúpido», sin poder dejar de pensar que «podría estar aprovechando mejor el tiempo». Sin embargo, todo cambió cuando, tras recibir los consejos de un compañero de clase cuyo abuelo sí pescaba, logró hacerse con su primer pieza.
Pescador, pero sensible con las especies, sostiene que, «normalmente, si alguien es mordido o herido por un pez, no es culpa del pez, y sí de la persona que no sabía que ese pez estaba ahí, o que no entendía su comportamiento». De hecho, también asegura que, al final de cada programa, no mata sus capturas, sino que las pone nuevamente en el agua: «Las dejo ir».
El programa que ha hecho famoso a Jeremy Wade se llama 'Monstruos de río', pero él explica que, en este tipo de formatos, el espectador acaba perdiendo esa percepción y empieza a «comprender a las criaturas» de la naturaleza. Y en el río, precisamente, encuentra muchas claves para entenderlas. Este es el argumento del biólogo: «Muchos de los peces que viven en el mar son muy bonitos, algo muy distinto a lo que ocurre en agua dulce, que puede ser muy fangosa y donde no se ve nada». Es un hecho que «dificulta la realización de los programas», pero le sirve para 'quitar' a sus habitantes el complejo de feos.
Misterios bajo el agua
«Si eres un pez que vive en aguas turbias y te quieres aparear con otro, no importa cómo seas, porque no pueden verte, así que no tiene sentido ser guapo», bromea. Y pone el ejemplo de los siluros, bagres o peces gato, «una especie de babosas gigantes, pero con tentáculos». Para Wade, son «feos y hermosos al mismo tiempo». Feos, desde «un punto de vista artístico y estético»; y hermosos, ateniéndose a «la visión de un biólogo». Su animal de río favorito es el paiche, por su tamaño (mide más de tres metros) y lo que impresiona, «casi tanto como haber estado haciendo programas de televisión tanto tiempo».El nuevo formato arranca hoy en el río Ganges, venerado por millones de hindúes y afectado por altísimos niveles de contaminación, y el Danubio, cuyos peces están a punto de desaparecer. Tras las seis entregas, que se emitirán en tres semanas, el sábado 24 de agosto Wade estrenará también en DMax 'Aguas profundas'. A la misma hora (22.00), el pescador y biólogo volverá a sumergirse en los fondos marinos para investigar las causas y consecuencias de algunos de los fenómenos más misteriosos y desconcertantes que se producen bajo las aguas de ciertos puntos remotos del planeta. Entre ellos, la leyenda de un monstruo en el italiano lago de Garda, cuya historia se remonta al siglo XVI, cuando fue descrito como «enorme bestia jorobada: mitad serpiente y mitad dinosaurio».
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