- Reparto
- Jake Gyllenhaal, Michael Peña, Anna Kendrick, Frank Grillo, America Ferrera, Cle Sloan, Natalie Martinez, David Harbour, Jaime Fitzsimons, Cody Horn, Kevin Vance,.
- Taylor (Gyllenhaal) y Zavala (Peña) son dos agentes de policía que patrullan las calles de Los Ángeles. Taylor decide grabar todo lo que les sucede mientras recorren las calles de los barrios más peligrosos de la ciudad. Al mismo tiempo se ven cada vez más involucrados en una guerra entre dos bandas, una de afroamericanos y otra de hispanos, que pretenden controlar el tráfico de drogas en la zona.
TITULO: MIERCOLES -8- JUEVES -9 - VIERNES -10- MAYO - CINE - Pasión ,.
- Reparto
- Cornel Wilde, Yvonne De Carlo, Raymond Burr, Lon Chaney Jr., Rodolfo Acosta, John Qualen, Anthony Caruso, Frank DeKova, Stuart Whitman,.
- Hacia 1800, debido a la fiebre del oro, acuden a Sonora, en California, hombres violentos, duros y valientes: son los pioneros. En este territorio abundan también los cuatreros y las mujeres indómitas.
TITULO: SABADO -11- DOMINGO -12- MAYO - CINE - De repente, el amor,.
- Reparto
- Beau Garrett, Brenda Strong, Ben Ayres, Garwin Sanford, Peter Graham-Gaudreau, Zahf Paroo,.
- Claire, una joven chef, está muy ocupada dirigiendo su nuevo restaurante. Su madre está preocupada por ella, ya que en su vida no existe el amor, y por ello quiere buscarle al hombre perfecto y que su encuentro parezca casual.
TITULO: LUNES -6- MAYO - HISTORIA DE NUESTRO CINE - CINE - Y de repente tú ,.
El lunes -6- MAYO a las 22:30 por La2, foto,.
- Reparto
- Amy Schumer, Bill Hader, Tilda Swinton, Brie Larson, Colin Quinn, Vanessa Bayer, John Cena, Ezra Miller, LeBron James, Randall Park, Jon Glaser, Daniel Radcliffe, Marisa Tomei, Matthew Broderick, Leslie Jones, Devin Fabry, Norman Lloyd, Dan Soder,.
- Desde pequeña, Amy ha oído a su padre decir que la monogamia no es un estado realista. La periodista vive de acuerdo con las creencias de su padre, disfrutando de una vida sin ataduras, libre de aburridas promesas románticas. Sin embargo, ha llegado a un punto muerto. Cuando descubre que se está enamorando del hombre al que dedica un artículo, un encantador y exitoso médico deportivo llamado Aaron Conners, Amy se replantea sus creencias y su estilo de vida.
TITULO: DESTINO DE PELICULA - CINE - Límite: 48 horas.
- Reparto
- Nick Nolte, Eddie Murphy, Annette O'Toole, Frank McRae, James Remar, David Patrick Kelly, Sonny Landham, Brion James, Jonathan Banks, Denise Crosby, James Keane, Ola Ray,.
- Cuando un par de asesinos sin escrúpulos consigue huir de prisión, dejando tras de sí un horrible reguero de sangre, al malhumorado detective Jack Cates no le queda otra opción que sacar al timador Reggie Hammond de la cárcel para que le ayude a encontrar a los criminales. Sin embargo, sólo dispondrán de 48 horas porque Hammond debe regresar a prisión.
TITULO: Maneras de educar - Aquel colegio cómplice .,Sabado -11- MAYO, .
Maneras de educar - SABADO -11- MAYO ,.
Programa que descubre los proyectos educativos más
innovadores del país de la mano del profesor James Van der Lust. El
espacio recorre diferentes colegios . El sabado -11- MAYO,. ,.a las 10:15 por La 1, etc.
Aquel colegio cómplice,.
Entre visitas al apartamento del profesor, el mismo que organizaba
los campamentos de verano, fueron pasando los años. Nadie hizo nada.
Solo él,. foto,.
QUERIDO E IRRESPONSABLE colegio: hubiese querido escribirte para
darte las gracias, más de 30 años después, pero necesito ser franco
contigo. La verdad es como el agua subterránea, que trata de buscar un
hueco para salir al exterior. Ese hueco lo ha abierto la novela que he
publicado antes de dirigirte esta carta. Porque la escritura nos ayuda a
ir señalando las máscaras con las que nos vamos protegiendo año a año.
Ahora es el momento de dejar caer la tuya. Solo la caída de las
apariencias —esas que te importaban tanto— nos permite aprender algo de
valor.
Tenías la obligación de educarnos, y, sin duda, lo intentaste a tu modo, tratando de inculcarnos lo que tú considerabas valores ejemplares. Al mismo tiempo, contratabas a un pederasta en tu plantilla. Desde luego, era el más moderno de los profesores, la mayoría religiosos de tu congregación. Él no lo era. Habíamos cumplido 12 años. Y nos hablaba con altiva normalidad de algunos tabúes de entonces: la masturbación, por ejemplo, o el franquismo. Luego, después de clase, nos invitaba a tomar un refresco que, con el tiempo, se convirtió en una cerveza o un gin-tonic, ya en su casa, en formato de fiesta. Quizá te llegaban rumores al respecto.
Al ser el profesor más avanzado, el más proclive a los nuevos métodos, le permitiste organizar los campamentos de verano, adonde —confiando en el colegio— nos enviaban nuestros padres. Entre su casa y las tiendas de campaña, el profesor obtenía madrigueras propicias para atraer a sus alumnos favoritos. Quizá esto último no lo supieras. Hasta que yo mismo me encargué de advertírtelo.
Recuerdo la mañana en la que hablé con el director del colegio, antes de terminar el último curso que pasé entre tus aulas. No quise marcharme sin decirte la verdad por primera vez, una verdad compartida hasta el momento solo con algunas víctimas que habían guardado entre telarañas su secreto.
El director fue muy cordial y comprensivo. Me aseguró que tomaría medidas y yo me fui tan tranquilo hacia el resto de mi vida, liberado por fin de tu influencia. En efecto, según supe, los campamentos fueron cancelados temporalmente. Sin embargo, el profesor continuó en ejercicio y así fue durante años, a pesar de las advertencias que, anónimas o no, te fueron llegando. Incluso los campamentos volvieron a organizarse. Y el campo de caza continuó intacto.
Es obvio que priorizaste proteger tu buen nombre, evitar el escándalo (a saber con cuál te amenazaría el profesor). Es obvio que preferiste enmascarar tu realidad para seguir justificando tu existencia, tus ingresos, tu inmaculada misión. Y así te convertiste en el cómplice interesado del mal maestro, en lugar de cumplir con tu deber de cuidar y educar a tus alumnos.
Decía Emilio Lledó: “Igual que se cultiva la tierra, el maestro cultiva las mentes. Lo que hace es impedir que caigan en esas mentes semillas estériles que no den ni libertad ni posibilidad”. Con esa libertad te escribo. Con esa posibilidad te muestro las semillas que sembraste. Para que ahora las veas en tus manos, tal como fueron. Para que ningún colegio vuelva a cultivarlas tan mal como tú lo hiciste.
Tenías la obligación de educarnos, y, sin duda, lo intentaste a tu modo, tratando de inculcarnos lo que tú considerabas valores ejemplares. Al mismo tiempo, contratabas a un pederasta en tu plantilla. Desde luego, era el más moderno de los profesores, la mayoría religiosos de tu congregación. Él no lo era. Habíamos cumplido 12 años. Y nos hablaba con altiva normalidad de algunos tabúes de entonces: la masturbación, por ejemplo, o el franquismo. Luego, después de clase, nos invitaba a tomar un refresco que, con el tiempo, se convirtió en una cerveza o un gin-tonic, ya en su casa, en formato de fiesta. Quizá te llegaban rumores al respecto.
Al ser el profesor más avanzado, el más proclive a los nuevos métodos, le permitiste organizar los campamentos de verano, adonde —confiando en el colegio— nos enviaban nuestros padres. Entre su casa y las tiendas de campaña, el profesor obtenía madrigueras propicias para atraer a sus alumnos favoritos. Quizá esto último no lo supieras. Hasta que yo mismo me encargué de advertírtelo.
Recuerdo la mañana en la que hablé con el director del colegio, antes de terminar el último curso que pasé entre tus aulas. No quise marcharme sin decirte la verdad por primera vez, una verdad compartida hasta el momento solo con algunas víctimas que habían guardado entre telarañas su secreto.
El director fue muy cordial y comprensivo. Me aseguró que tomaría medidas y yo me fui tan tranquilo hacia el resto de mi vida, liberado por fin de tu influencia. En efecto, según supe, los campamentos fueron cancelados temporalmente. Sin embargo, el profesor continuó en ejercicio y así fue durante años, a pesar de las advertencias que, anónimas o no, te fueron llegando. Incluso los campamentos volvieron a organizarse. Y el campo de caza continuó intacto.
Es obvio que priorizaste proteger tu buen nombre, evitar el escándalo (a saber con cuál te amenazaría el profesor). Es obvio que preferiste enmascarar tu realidad para seguir justificando tu existencia, tus ingresos, tu inmaculada misión. Y así te convertiste en el cómplice interesado del mal maestro, en lugar de cumplir con tu deber de cuidar y educar a tus alumnos.
Decía Emilio Lledó: “Igual que se cultiva la tierra, el maestro cultiva las mentes. Lo que hace es impedir que caigan en esas mentes semillas estériles que no den ni libertad ni posibilidad”. Con esa libertad te escribo. Con esa posibilidad te muestro las semillas que sembraste. Para que ahora las veas en tus manos, tal como fueron. Para que ningún colegio vuelva a cultivarlas tan mal como tú lo hiciste.
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