Arranca en verde - A Coruña ,./Chester -La escritora colombiana Piedad Bonnett ,./ Menudos Vecinos Canal Extremadura - Minuto para Ganar KIDS -Los jaraiceños celebran su día grande con el tradicional ofertorio a la patrona ,. / PERRO REX - EL LADRON DE TOALLAS - La Guardia Civil desarticula una organización dedicada al tráfico de drogas en el Campo Arañuelo,.
TITULO: Arranca en verde - A Coruña ,.
El Domingo -5- Mayo a las 9:35 por La 1, foto,.
El coche de Arranca en Verde circula por A Coruña, un auténtico balcón
con vistas al océano Atlántico. Leonor Lavado recibe a tres
concursantes: Sara, vigilante medioambiental de 24 años; Édgar,
ingeniero técnico naval de 38 años; y Alfredo, un simpático jubilado de
96 años.
TITULO: Chester --La escritora colombiana Piedad Bonnett ,. El Domingo -5- Mayo a las 21:30 por La cuatro , foto,. Risto Mejide, su presentador original,.
La escritora colombiana Piedad Bonnett ,.
Los hombres tramitan muy mal las penas,.
La
narradora y poeta colombiana Piedad Bonett cierra con su nueva novela,
'Donde nadie me espere', el 'ciclo de la herida' que abrió con la
escritura del libro en el que reflexionaba sobre el suicidio de su hijo
La escritora colombiana Piedad Bonnett, en Madrid.
A Piedad Bonnett (Analfi, Colombia, 1951) la vida le asestó un zarpazo brutal. Su hijo Daniel, esquizofrénico, se suicidó lanzándose al vacío
desde una azotea de un edificio de Nueva York. De aquello salió un
libro con algo de conjuro y de daño inabarcable: Lo que no tiene nombre
(Alfaguara, 2013). El recuento de aquella experiencia que tiene algo de
imposible y de cierto, de dentellada y de ¿alivio? Era el descargo de
una mujer concretada en el dolor del otro. Y la vida siguió como siguen
las cosas que no tienen mucho sentido.
Seis años después
de aquel exorcismo, Bonnett (narradora, poeta y ensayista) regresó a
otro tema de intemperie. Esta vez la locura sobrevuela, pero no es el
centro de Donde nadie me espere (Alfaguara). La indigencia, la deriva,
el desbarrancadero de una caída vital, los males de Colombia después de
la «guerra» de las últimas décadas. Una historia de desubicación.
Gabriel,
el protagonista, es un joven desabrigado con una familia descompuesta
donde hay más difuntos que vivos. Al comienzo de la treintena la
existencia se le vuelve del revés por inadaptación, por una sensibilidad
atropellante. La vida no le es buena, ni noble, ni sagrada. No es capaz de tomarle la postura al tiempo. Y en esa falta de tregua que asesta al extravío la biografía se le desencaja.
Piedad Bonnett vuelve a reflexionar sobre la carne cruda de una juventud expuesta a la mandíbula del triunfo
como normativa. Y deja que la poesía (austera, contenida, incluso
tajante) deje sus ráfagas en esta novela de intensidad desconcertante.
De lucidez y dentellada.
La historia de Gabriel es también la crónica de una huida.
Lo
es. Este tema me venía rondando desde hace mucho tiempo. Y tiene varios
orígenes. Uno de ellos, principal, es el ataque de locura que sufrió mi
hijo Daniel cuando íbamos a embarcar en un avión que nos llevaba de
Brasil a Colombia. Allí nos dijo: 'Papá, mamá, váyanse. Yo puedo vender
mi cámara hacerme indigente'. Al escucharle decir eso me estremecí. Es
de una dureza y de un abandono extremo. El tema de la indigencia,
además, es algo que desde muy joven me había interesado mucho. Soy muy
sensible a esa figura.
¿Qué pensó ante una declaración como esa?
En
lo fácil que es caer en algo así, en el deseo de abandono. En algunos
encuentros que he tenido con indigentes siempre sale, antes o después,
el asunto de la renuncia, del extravío. Alguna vez miré a esos chicos a
los ojos y ese cruce de miradas fue un impacto... Fue en ese momento en
que mi hijo propuso esa posibilidad cuando comencé a pensar en esta
novela. En la vida de alguien que cae en la indigencia. Pero entonces
Daniel estaba vivo y no quería que se sintiese ofendido si escribía algo
así. Comencé, pero la abandoné.
¿Después de 'Lo que no tiene nombre' era más sencillo asumir esta novela?
Aquel
libro sobre mi hijo me puso las cosas difíciles para seguir
escribiendo. No sabía qué podría hacer después. Temía perpetuarme en lo
testimonial. No me parecía ético insistir, así que recuperé esta
historia.
¿Existe relación entre el protagonista de 'Donde nadie me espere' y su hijo?
Están
lejos uno del otro. Más bien está inspirado en algunos de mis alumnos.
Entre ellos encontré testimonios de muchachos desubicados, que no
encajaron en ningún sitio desde niños. Es algo que entiendo bien.
¿Por?
También
fui una niña de tendencia angustiada. Era muy exitosa socialmente, pero
en mí había en mí una discordancia con el mundo. Así que comprendo a
esos chicos, a esos hombres que quedan varados en el desasosiego. El
personaje de Gabriel está hecho a partir de muchas historias de vidas
ciertas que quedaron a la intemperie.
La caída es otro de los 'síntomas' que recorre la novela.
No
es algo nuevo en mi escritura. En un libro anterior, Para otros es el
cielo (2004), también está tratado ese asunto del descenso, del fracaso,
tan fructífero en la literatura. Lo que quería mostrar en esta ocasión
es en cómo creemos que llegar al infierno es difícil, pero en realidad
no hace falta más que un pequeño paso para cruzar ese umbral. Me
interesa la imagen del tipo que aún tiene algo de dignidad en su
apariencia y poco tiempo después se ha deslizado hasta la nada, y en esa
caída se ha instalado en lo animal, de donde es tan difícil salir.
Y que, sin embargo, encierra una extraña atracción.
Pues
quién no ha fantaseado alguna vez con dejarlo todo, con abandonar
obligaciones, con vivir de una manera libre en lo salvaje... El deseo de
la postergación. Eso es lo que había en la frase de mi hijo Daniel al
decir que él quería «hacerse un indigente»: una necesidad de escapar de
este mundo de exigencia y de éxito. De qué manera no estamos induciendo a
tantos jóvenes a esa encrucijada por tanta obligación de triunfo.
¿Esa renuncia es una de las formas de la rebeldía?
Puede serlo. Y va muy unida al sentimiento de libertad.
¿¿Cómo convivía en la universidad donde impartía clases con la presión del éxito por el éxito que se impone a los estudiantes?
Siempre
me ha conmovido mucho ver a tantos muchachos que salen de la
universidad a la incertidumbre. Y también esa carrera loca de los
grados, los posgrados y los posposgrados. Salen al mundo cuando ya
tienen 30 años, después de empeñar todas la juventud en una extraña
reclusión. Por no hablar de los que estudian carreras vinculadas a las
Humanidades. Para esos, la posibilidad de encontrar un empleo con sueldo
digno es casi un milagro. Muchos acaban mal pagados como correctores en
editoriales. Cómo no me va a angustiar algo así. El filósofo coreano
Byung-Chul Han dice que la exigencia está tan asimilada que ya no hace
falta que venga de fuera. Uno mismo se la aplica. Mi propio hijo se
forzó para estudiar en la Universidad de Columbia, cuando si se hubiese
dejado llevar por su verdadera vocación, la pintura, quizá podría haber
sobrellevado mejor su carga en vez de ponerse a estudiar leyes y
economía. La universidad puede ser un espacio maravilloso de creatividad
y plenitud y, a la vez, la profecía de un futuro de cierta comodidad
por el que hay que pagar el peaje de cierta aniquilación de los
instintos.
Es decir, un yugo.
Y
una contradicción perversa. Por un lado nos imponen la idea del
triunfo, del sacrificio, del esfuerzo; y por otro, la ventana del mundo
occidental asoma publicitariamente al hedonismo, al disfrute, a la
relajación... Los jóvenes responden cada vez más a imperativos que les
llegan de fuera antes que a sus propios intereses o entusiasmos.
¿Por qué fijar la aventura de tanto desarraigo en un hombre?
Quizá porque los hombres tramitan muy mal penas. No las verbalizan.
Algunos conflictos extremos sucedidos en Colombia también están aquí: el narcotráfico, los asesinatos selectivos...
Gabriel,
el personaje, viaja a la región de la Sierra Nevada. La vida le pone la
trampa de cuidar esa caleta [almacén] llena de marihuana. Es otra forma
de ser expulsado de un lugar de protección. Todo ese entorno de la
droga es siniestro y conecta con una de las mayores atrocidades de la
guerra que hemos vivido aquí en Colombia. El ejército mató en pocas
décadas a más de 2.000 muchachos indigentes o sin hogar haciéndolos
pasar por guerrilleros. Cada una de esas muertes, que se denominaban
falsos positivos, ha sido un negocio. Aquella operación infame de
limpieza benefició económicamente a muchos. Es uno de los asuntos más
vergonzosos de la guerra que hemos padecido en mi país.
¿Es posible hablar hoy en Colombia de aquellos atropellos sin una cuota de riesgo?
Hasta
mi editor me sugirió que olvidara esa parte y me centrara sólo en el
drama del individuo. Pero no puedo, ni debo mirar a otro lado. Muchos
periodistas desconocían (o dijeron desconocer) la realidad de los falsos
positivos. Y es muy necesaria hacerla saber. Evitarla será conceder a
los criminales impunidad. Es importante que no olvidemos algunas llagas
en estos tiempos de posconflicto que estamos experimentando en Colombia.
Estamos tan connaturalizados con el horror que asumimos sin preguntas
que a aquellos que viven en el desabrigo puedan ser víctimas de
cualquier infamia.
Y entre todo esto, un cierto impulso poético empuja la novela.
Los
narradores que me gustan son los que tienen ese poder de la poesía en
su escritura. Pienso en Proust, en Isak Dinesen, John Banville, Mircea
Cartarescu... Es la veta que me interesa. Y cuando hablo de poesía no
hablo de exuberancia, sino de lo opuesto: de una poética de la
austeridad. Todo gran arte está impregnado de poesía. Pero no me
interesa tanto la poesía de las palabras como la fuerza de lo poético,
capaz de impregnarse en lo narrado.
La permisividad con el alcohol es otro de los estigmas que denuncia.
Es
que soy profundamente contraria a la permisividad que esta sociedad
tiene con el alcohol. Nací en una familia muy austera y me tocó aprender
a tomar. Aunque pronto lo rechacé. No soy una radical enemiga, ni una
puritana, pero tengo conciencia de los estragos familiares que puede
provocar. El alcohol, en ocasiones, es una pulsión de muerte.
Y la enfermedad mental, que está pero no está.
Poner
al protagonista en ese umbral donde la locura se deja ver cerca tiene
que ver con mi infancia. De niña temía volverme loca. Y me salvó la
literatura. Era una muchacha tremendamente ansiosa. Ya en la
adolescencia la ansiedad se convirtió en un estado permanente e
insoportable, así que veía la locura como una amenaza. Creo que en mi
genética había algo que predisponía a allá, pero fue a mi hijo a quien
le tocó la mala suerte de la locura.
¿Continúa la ansiedad?
Por
fortuna pasó hace muchísimos años, más de cuatro décadas que no siento
los horrores que derivaban tantas veces en pequeñas depresiones. Quizá
por eso intenté mostrar en el personaje de Gabriel la fragilidad de
quien no tiene horizonte desde el mismo despertar de cada día. Eso es
una amenaza. En cualquier caso, el protagonista de Donde no me espera
nadie no padece una enfermedad mental, ésta tan sólo le ronda. No
tendría sentido que hubiese incurrido de nuevo en ese asunto después de
escribir Lo que no tiene nombre, donde la esquizofrenia de mi hijo lo
ocupa todo.
¿La literatura tiene el poder de cauterizar?
Pues
sí. Verdaderamente cumple un papel sanador. Algunos psiquiatras me
explicaron que en el estrés postraumático, a algunos pacientes les ayuda
volcar en escritura aquello que vivieron. Y el alivio (si se tiene la
fortuna) muchas veces es posible. Incluso la sanación. Eso sucede en
Colombia con miles de víctimas de la guerra que padecimos. Escriben
sobre sus experiencias, o las fijan en dibujos. Y eso les concede un
cierto distanciamiento que hace más asumible la vida. Si ordenas,
organizas, reflexionas, ahondas y haces analogías, se te va
esclareciendo la vida.
Gabriel, como su hijo Daniel, también dibuja.
Pero
no tienen nada que ver uno con otro. De niña yo también dibujaba mucho y
el contacto con el papel a través del lápiz me permitía un acercamiento
al mundo de otra manera. Ese ejercicio de apoderamiento del mundo ayuda
mucho. Las horas más felices de mi vida, en la niñez y la adolescencia,
fueron dibujando a solas en mi habitación. Por eso es que le concedí
ese don al pelado de mi novela.
El
poeta venezolano Vicente Gerbasi tiene un verso que se podría acoplar
bien al espíritu de la novela y de ciertas vidas. Dice así: 'El hombre
es de la noche que lo sigue'.
¡Díos mío! Qué cierto es en
algunos casos. Cómo algunos seres intentan de todas las maneras crear
lucecitas para su vida, pero sólo se les concede el fracaso.
¿Por qué esta novela tan dura después de la que dedica a su hijo y el suicidio?
Necesitaba
cerrar de una vez este ciclo de la herida para pasar a otras cosas. Lo
que ahora estoy escribiendo son unos textos de tono muy kitsch.
¿Y en poesía?
Pues
algo que también está más cerca de la ironía. Unos poemas para un libro
que lleva por título Los hombres de mi vida. Quiero cambiar el tono.
Necesito salir ya de lo grave y lo dañado.
Cambiar el registro de esas memoria que dispensa ya demasiado daño.
Sí,
pero a la vez no puedo escapar de ella. La memoria es muy buena
herramienta para mi escritura. Me permite comunicarme con el lector de
un modo muy particular. La memoria, de alguna manera, también puede ser
contagiosa. Aquello que uno vive puede ser sentido (a su manera) por el
lector. Y eso a mí me ha sucedido con el libro sobre Daniel. Recibí
centenares de cartas de lectores que habían sufrido algo semejante. La
memoria nos unió. La memoria puede ser un motivo de recuperación, y
también de dolor. Todo ejercicio de memoria conlleva un exorcismo.
¿Ya lo ha hecho?
Lo hice, sí. Hoy camino con menos peso.
TITULO: Menudos Vecinos Canal Extremadura - Minuto para Ganar KIDS -Los jaraiceños celebran su día grande con el tradicional ofertorio a la patrona,.
Los jaraiceños celebran su día grande con el tradicional ofertorio a la patrona,.
foto - Ofertorio del pasado año.
Hoy
domingo, 28 de abril, se celebra el día grande de las fiestas en honor
de la Virgen del Salobrar, patrona de Jaraíz de la Vera, que dieron
comienzo el pasado 21 de abril, con el traslado de su imagen desde su
ermita hasta la iglesia parroquial de Santa María.
Los
cultos comenzarán a las 9.00 horas, con una misa. Posteriormente, a las
11.00, habrá una procesión por calles engalanadas, que abrirá la banda
de tambores y cornetas de la cofradía del Nazareno.
A
continuación, una misa solemne, cantada por la rondalla Velaile. Y, a
su término, un convite de los mayordomos, en la plaza Mayor, que acogerá
por la tarde el tradicional ofertorio a la Virgen.
La patrona
presidirá este singular emporio, a partir de las 18.00 horas, a
beneficio de su cofradía, en los soportales altos, y abajo, en la
bandeja central, decenas de personas pujarán por los variopintos
productos donados para ser subastados. Desde dulces típicos hasta
lechones, pasando por macetas, manojos de espárragos trigueros o
manualidades.
TITULO:
PERRO REX - EL LADRON DE TOALLAS - La Guardia Civil desarticula una
organización dedicada al tráfico de drogas en el Campo Arañuelo,.
PERRO REX - EL LADRON DE TOALLAS - La Guardia Civil desarticula una
organización dedicada al tráfico de drogas en el Campo Arañuelo,fotos.
La Guardia Civil desarticula una organización dedicada al tráfico de drogas en el Campo Arañuelo,.
La operación se ha realizado en Navalmoral de la Mata y en varios municipios de las provincias de Madrid y Toledo,.
Agentes
de la Guardia Civil, pertenecientes a la Unidad Orgánica de Policía
Judicial de la Comandancia de Cáceres, han detenido, dentro de la
operación 'Yehuda', a seis personas y han incautado 355.000
euros, 2.376 dosis de cocaína, 111 pastillas de metanfetaminas, 70
gramos de anfetaminas, 39 de marihuana, dos kilos de sustancias
de corte, dos pistolas, numerosos teléfonos móviles y otros efectos
relacionados con el tráfico de drogas, así como cuatro vehículos. Gracias
a la colaboración ciudadana, agentes del equipo de Policía Judicial de
la Guardia Civil de Navalmoral de la Mata pudieron verificar que un
vecino de esta localidad se dedicaba al tráfico de estupefacientes,
concretamente al suministro de cocaína en la comarca de 'Campo
Arañuelo'.
La Guardia Civil pudo averiguar que, la mujer de este vecino mujer, realizaba en algunas ocasiones labores de suministro de drogas a
los consumidores habituales. Igualmente, se pudo detectar cómo un
vehículo accedía en varias ocasiones hasta la puerta de la finca del
objetivo de la investigación, y su conductor introducía en el coche del
sospechoso un paquete blanco.
Tras ampliar la investigación, los agentes pudieron determinar que los mismos suministradores realizaban transporte de drogas a Toledo, Madrid, Bilbao, Alicante y Valencia, además de Cáceres.
Tras
averiguar que el sospechoso iba a recibir una partida de cocaína, el
pasado, 20 de marzo, agentes de la Guardia Civil llevaron a cabo nueve registros;
en un principio, al matrimonio, ambos de 51 años, objetivos y
cabecillas de la organización morala. Así, fueron reconocidos dos
domicilios de esta localidad, una nave en Pueblonuevo de Miramontes y
una taquilla del trabajo de la mujer, en Oropesa de la Calzada (Toledo).
En una segunda fase de la operación, se llevaron a cabo cinco registros al resto de los integrantes de la organización,
uno en Seseña Nuevo (Toledo), dos en Madrid, otro en Coslada (Madrid) y
un último en Ensanche de Vallecas (Madrid), utilizados por cuatro
ciudadanos colombianos, de 32, 33, 37 y 44 años, encargados de proveer y
suministrar la droga.
Como resultado, la Guardia Civil ha conseguido aprehender 2.280
dosis de cocaína, 96 dosis de cocaína rosa, 70 gramos de anfetaminas,
111 pastillas de metanfetamina, 39 de marihuana, dos kilos de sustancia
de corte, 355.000 euros en efectivo, una pistola de 9 milímetros con la
numeración borrada y 55 cartuchos, otro arma del calibre 45, varias
básculas de precisión, una prensa, numerosos teléfonos móviles, cuatro
vehículos utilizados para el transporte de drogas, una avioneta y una retroexcavadora.
La
organización criminal desarticulada operaba en todo el país y
suministraba cocaína de forma habitual y continua, no solo en Navalmoral
de la Mata, sino en toda la comarca de 'Campo Arañuelo'.
Los seis detenidos, por los supuestos delitos de tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal, tras ser puestos a disposición del Juzgado de Instrucción 3 de Navalmoral de la Mata, ingresaron en el centro penitenciario de Cáceres.
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