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lunes, 7 de enero de 2019

NOCHE SEXO - Relato erótico de sexo con la sexy jefa antes de una junta,./ EL TELEFONO ROJO - Breve historia del teléfono rojo,.

TITULO: NOCHE SEXO -Relato erótico de sexo con la sexy jefa antes de una junta,.

Relato erótico de sexo con la sexy jefa antes de una junta,.

Relato erótico de sexo con la sexy jefafoto / Esta no es una historia erótica propia, mi amigo Rodrigo me ha contado varias anécdotas y hoy les dejo aquí una de ellas. Esta historia es de mis preferidas por que no solo es sexo, es salvajismo y cariño.
Rodrigo es una persona tímida cuando se trata de mujeres que realmente le atraen, sus ojos se desvían y los escalofríos no se hacen esperar. Hace tiempo que María le parece de lo más atractiva, ella es jefa de la empresa y por ello la ve seguido, cada vez que ella se acerca a él se siente la tensión en el aire. María parece despistada, pero en el fondo siente la misma vibra cuando está junto a él, su razón no se ha dado cuenta, pero su cuerpo lo sabe.
Era un viernes de junta en la empresa, se encontraban todos en la sala de junta, excepto Rodrigo que estaba en el baño. Al salir se encontraba todo solo y recordó la junta, cuando caminaba hacia la sala se encontró con María, venía caminando a prisas, había olvidado un folder importante.
Ambos se encontraron y sonrieron, ella le dijo a Rodrigo que si podía ayudarla a buscar el folder para agilizar el tiempo, ambos fueron a buscar ese folder sin saber que encontrarían algo más que papeles.
Se encontraban en la oficina de ella, entre las caminadas de aquí para allá María y Rodrigo se encontraron muy cerca, Rodrigo actuó sin pensar y le dio un beso, pidió disculpas de inmediato. María sonrió nerviosa y a la vez intrigada, pero una intriga traviesa, María colocó sus manos en sus mejillas, sintió su barba que le parecía sexy y le regresó el beso.
Se fundieron en un beso pasional que también llevaba dosis de ternura, ella se retiró y los dos se miraron a los ojos. Por primera vez Rodrigo pudo mirarla a los ojos por un tiempo más prologando.
Rodrigo la tomó de la cintura y se acercó a ella, María gemió, Rodrigo se posó en su cuello y lo besó como siempre lo había deseado y como nunca lo había imaginado.
Lo que aconteció en todas sus noches de sueños y fantasías sexuales lo estaba reviviendo, pero ningún sueño era tan perfecto como aquel momento. Ella recorría su espalda y lo invitaba a continuar.
Rodrigo movió su mano a sus pechos, su abdomen, sus nalgas…, ambos estaban muy fogosos y extasiados. La sexy jefa tomó la mano de Rodrigo y la metió adentro de su pantalón. Ella misma se sorprendió de su acción, él la miró y entendió, movió sus dedos en su clítoris de manera delicada pero con fuerza a la vez.
Ella le susurró:
— Adentro.
Él obedeció y metió dos dedos a su vagina, ella grito y él le cubrió la boca. Comenzó lento pero la calentura les ganó y en poco tiempo estaban salvajes y sudorosos.
Ella se escurrió en esos dedos maravillosos y estalló de placer.
Se miraron de nuevo y ella dijo:
— Rayos, ¡la junta!
Se limpiaron, acomodaron y regresaron a la junta. Olvidaron el folder y ella tuvo que inventar que no pudo encontrarlo. Nadie parecía sospechar de aquel momento que parecía imposible, nadie se dio cuenta del calor que emergía de aquella oficina. Pero ella sí, se dio cuenta de la pasión y el amor que llevaba reprimido hacia Rodrigo.


TITULO:  EL TELEFONO ROJO - Breve historia del teléfono rojo,.

foto / Un teléfono rojo. Así, visto con calma, es inofensivo. No muerde, tampoco ataca… Algo normal. Y, sin embargo, de este artefacto tan sencillo dependió la vida de todos los seres del planeta durante décadas. Historia del teléfono rojoGracias a él, se evitó lo peor en numerosas ocasiones. Siendo lo peor, por poner un ejemplo, que nos hubiéramos evaporado ya hace tiempo en forma de cenizas tras una antológica ensalada de pepinazos nucleares. Por ejemplo, como digo. De ésa y unas cuantas más nos salvó este teléfono rojo de marras, que como tal entró en funcionamiento hoy hace cincuenta y tres años. Más que nada como elemento de comunicación directa entre el presidente de los Estados Unidos de América y el secretario general del Partido Comunista de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Abreviando, entre los presidentes de las dos grandes potencias nucleares que se disputaban poder y áreas de influencia allá donde pudieran. La Crisis de los Misiles de 1962, cuando nos faltó lo que se dice un suspiro para marcharnos todos al otro barrio en un abrir y cerrar de ojos, sirvió para que rusos y americanos comprendieran la importancia de contar con un medio directo y sin interferencias. Una cosa rápida, así, para entenderse y decirse a la cara todo lo que, antes, se interpretaba tras traducir la oportuna nota de prensa, comunicado o discurso oficial. Más enrevesados que el recibo de la luz, dicho sea de paso.
Cable que transmitía mensajes escritos en sus inicios, línea satelital con posterioridad, ya en los años setenta, para compartir mapas, documentos, y lo que se terciara, arregló más de un malentendido. Ambos gobiernos negarán cuántas veces lo usaron, pero se sabe que, por lo menos, sí le dieron candela durante las guerras entre árabes e israelíes de 1967 y 1973 y la invasión soviética a Afganistán en 1979. Y, como suele pasar en estos casos, culo veo, culo quiero: con el tiempo países, como China decidieron tener su propio teléfono rojo con según qué interlocutores -que se sepa, con Estados Unidos y Rusia-, además de otros países cuyas tiranteces -India y Paquistán, sin ir más lejos- provocan más de un escalofrío cuando armas nucleares están de por medio. Incluso EE.UU. le propuso uno a pachas a Irán por idéntico motivo, a lo que Teherán dijo que gracias, pero no.
No obstante, el fetén, el que dio origen a películas tan delirantes como ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú, de Stanley Kubrick, fue el que adoptaron americanos y soviéticos desde hoy hace cincuenta y tres años. Por lo que pudiera pasar.

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