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domingo, 19 de julio de 2015

LA COCINA DEL DOMINGO - Plato principal: Guiso de calamares,./ La obsesión por el cuerpo herido,.

TÍTULO: LA COCINA DEL DOMINGO  -  Plato principal: Guiso de calamares,.


Plato principal: Guiso de calamares - foto

Tiempo de preparación: 1 h y 30 min
Ingredientes para 4 personas: 1 kilo de calamares congelados, 3 dientes de ajo picados, 2 cebolletas picadas, 1 pimiento verde picado, 700 gramos de patatas pequeñas cortadas en rodajas gruesas, 2 dientes de ajo (con la piel), una pizca de armañac, un vaso de vino blanco chacolí, una pizca de guindilla, un poco de perejil picado, aceite de oliva virgen extra, una pizca de sal y agua.
Elaboración: colocamos una olla al fuego con el aceite de oliva. Echamos los ajos, las cebolletas, el pimiento y la sal. Dejamos que poche durante unos 20 minutos. Para entonces habremos descongelado ya el calamar, que limpiaremos dejándole la piel. Lo cortamos en pedazos hermosos, teniendo en cuenta que cuando los guisemos estos mermarán. Por lo tanto, no los cortaremos muy pequeños. Mojamos y escurrimos las patatas, las secamos después con un trapo y las sumergimos en aceite de oliva con los ajos aplastados en una sartén y las freímos. En una antiadherente salteamos a su vez los calamares. Los salteamos de a pocos y con sal. Los añadimos después a la verdura que teníamos en la olla y desglasamos con el armañac. Repetimos esta misma operación con todos los calamares e incorporamos también al conjunto la pulpa de guindilla.Presentación y acabado: ya en este último paso, antes de guisar, agregamos el vino chacolí, medio vaso de agua y entonces guisamos los calamares con las verduras. Es importante guisarlo con la olla tapada y a fuego muy suave durante unos 40 minutos aproximadamente Para terminar, añadimos las patatas al guiso de calamares y los dejamos hervir unos minutos más.Retiramos del fuego y, antes de servirlo, espolvoreamos un poco de perejil.
Paso a paso
1. Se colocan en una olla con aceite de oliva los ajos, las cebolletas y el pimiento. Se deja pochar al fuego 20 minutos.

2. Se corta el calamar en trozos no muy pequeños: cuando los guisemos, tienden a mermar.

3. Se desglasan con armañac los trozos de calamar mientras los salteamos en una sartén, de a pocos y con sal.

4. Se añadenlas patatas a los calamares, una vez guisados estos 40 minutos, y se dejan hervir unos minutos más.

Mis trucos
El reposo es esencial para los guisos. Está mejor, sin duda, de un día para otro. Por ello, si podemos, lo preparamos con un día de antelación, lo dejamos reposar, para comerlo al día siguiente. Gana un montón.
Reinos de humo por Carlos Maribona
Pasta y pizza como bandera
Aunque muchos no lo crean, la cocina italiana va más allá de las popularísimas pastas y pizzas que los transalpinos, con su habilidad comercial, han extendido como bandera de su gastronomía por los cinco continentes. Es difícil encontrar una ciudad en el mundo en la que no exista, al menos, un restaurante italiano. La pasta y la pizza como hilos conductores de una cocina sobresaliente por variedad y por calidad. Pero así como no se puede hablar de una sola cocina española, tampoco hay una única italiana. Entre el Norte y el Sur hay enormes diferencias, marcadas por el entorno y por la historia. Pero en todos los casos son cocinas fascinantes, siempre apegadas al producto local y al recetario tradicional. En España, durante muchos años, la gastronomía italiana estuvo muy mal representada. Faltaba autenticidad y sobraban tópicos. Por suerte, un grupo de cocineros transalpinos llegó para traernos lo mejor de su recetario. Entre los pioneros, Andrea Tumbarello, un economista siciliano que dejó todo para viajar a Madrid tras los pasos de una rubia española. Personaje singular, de personalidad arrolladora, abrió una pequeña trattoria donde empezó a servir una pasta casera excelente. Surgió así Don Giovanni, que este mes celebra su décimo aniversario convertido en uno de los restaurantes imprescindibles en España para descubrir esa gran cocina italiana. 


 TÍTULO: La obsesión por el cuerpo herido,.
 
Cómo mirar un cuadro...foto

La obsesión por el cuerpo herido

El Museo Guggenheim de Bilbao acoge una de las mayores retrospectivas de Basquita, el "enfant terrible" de Brooklyn
El autor: Jean-Michel Basquiat (Nueva york 1960-1988)
Grafitis y vida callejera. El Museo Guggenheim de Bilbao acoge una de las mayores retrospectivas de Basquiat, el 'enfant terrible' de Brooklyn.Hijo rebelde de una familia mixta de clase media: su padre era haitiano y su madre, puertorriqueña. Dejó los estudios y se fue a vivir a la calle. Con Al Diaz firmaba sus grafitis como SAMO (Same Old Shit, la misma mierda de siempre). Fue amigo de Andy Warhol, con quien colaboró en varios proyectos. Murió en la cresta de la fama, a los 27 años, de una sobredosis de heroína. Es uno de los artistas más cotizados. Se han pagado hasta 44 millones de euros por su obra Dustheads.

1. La composición: motivo recurrente.
Basquiat puso el mundo del arte patas arriba con sus grafitis, sus figuras esqueléticas y garabatos que recuerdan a una pizarra de colegio. La figura en primer plano, de Sin título, de 1982, domina la composición. Los brazos estirados, las manos simplificadas, gesticulan de forma amenazante y tienen un componente traumático autobiográfico: su madre padeció problemas mentales.
2. La cabeza: icono de la muerte
La figura humana es un tema central en toda la obra de Basquiat. Es una figura heroica con fuerte carga personal, pero también política, y con una clara influencia histórica y mitológica. Con la cabeza retrata a la muerte con unos cuernos que se funden en una aureola de la que salen líneas cortas que podrían insinuar rayos solares a la vez que espinas. Recuerda a la corona de Jesús.
3. La influencia:'Anatomía de Gray'
Basquiat empezó a obsesionarse con el cuerpo humano a los siete años. A esa edad, lo atropelló un coche. Pasó una larga convalecencia durante la que leyó el libro Anatomía de Gray, que le había regalado su madre. Entonces emergió en él la idea del cuerpo deformado, fracturado, con cicatrices o incompleto. Son los orígenes de esa estética que tanto caracteriza sus trabajos.
4. Las letras: casi ausentes
Mientras que otros cuadros de Basquiat se encuentran repletos de palabras o de frases íntegras, aquí escasean. Algunas letras sueltas y aisladas se encuentran dispersas por el lienzo, como las letras E o A, pero hacen dudar de si se trata de trazos intencionados o si son el resultado casual de pinceladas espontáneas.
5. El color: paleta viva y fuerte
La figura monolítica está coloreada con tonos fuertes y chillones sobre un fondo blanco y manchado que el artista ha sobrepintado antes de que la pintura se secase. Le fascinaba el expresionismo abstracto, sobre todo las creaciones de Franz Kline, uno de sus artistas favoritos. En esta obra queda patente esa admiración. Sus colores son como gritos: «El 80 por ciento de mi trabajo trata sobre la ira», proclamó.
6. Las formas: un cúmulo de todo
El cuerpo y todo su entorno están llenos de diversos tipos de formas y espontáneas pinceladas conglomeradas que, a menudo, no tienen relación entre sí. >Los círculos conviven con las líneas rectas, cortadas, onduladas, en zigzag, paralelas o en diagonal. Las pinceladas son caóticas, y de muchas de ellas se desprenden gotas de la pintura que recorren el cuadro a modo de dripping.
PARA SABER MÁS
Museo Guggenheim Bilbao. Exposición Jean-Michel Basquiat: ahora es el momento. Hasta el 1 de noviembre. www.guggenheim-bilbao.es.

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