TITULO: Cartas Olvidadas -El Partido Conservador británico anuncia este lunes el sucesor para remontar la ‘era Johnson’,.
El Partido Conservador británico anuncia este lunes el sucesor para remontar la ‘era Johnson’,.
Todas las encuestas dan por seguro que la ministra de Exteriores, Liz Truss, será la nueva inquilina de Downing Street. Se enfrenta a una crisis aguda del coste de la vida y a un prolongado ciclo de huelgas,.
foto / A las 12.30 de este lunes (13.30, hora peninsular española), 67 millones de británicos sabrán por fin en manos de quién han puesto el futuro del Reino Unido los 160.000 afiliados conservadores que han elegido al sucesor del primer ministro, Boris Johnson. Se desvelará finalmente si, como sugieren con firmeza todas las encuestas, los tories se habrán entregado al mensaje optimista y difuso de la ministra de Exteriores, Liz Truss, o al jarro de rigor y agua fría que ha propuesto el exministro de Economía, Rishi Sunak. Todo sugiere que será lo primero.
Muchos militantes no han perdonado a Sunak su “traición”, al propiciar con una dimisión abrupta el hundimiento del Gobierno de Johnson. Nadie discute su capacidad y preparación, ni siquiera la seriedad con que ha planteado durante la campaña de primarias la necesidad urgente de plantar cara a la inflación, antes de lanzarse alegremente a bajar impuestos, como promete su rival Truss. Pero muchos conservadores han caído seducidos ante el discurso fuertemente ideológico de la candidata; ante su reivindicación del legado más polarizante de Johnson —Brexit, inmigración, fuerte gasto en defensa...— y ante una táctica muy similar a la del primer ministro conservador más popular de las últimas décadas: prometer a los ciudadanos un futuro de rosas, sin aclarar cómo pretende alcanzarlo. “Miénteme, dime que me quieres”, pedía Johnny a Vienna en la película Johnny Guitar. El Partido Conservador ha pedido a Truss que le prometa una nueva victoria electoral, en los próximos dos años, a pesar de que todas las circunstancias se conjuran hoy contra esa posibilidad.
“Si soy elegida primera ministra, actuaré de inmediato en dos frentes: en la factura del gas y la electricidad, y en el suministro energético”, ha anunciado Truss este domingo en la BBC. “Porque ambos problemas van de la mano. Necesitamos ayudar inmediatamente a los hogares y a las empresas, pero es necesario además dar con una solución al problema del abastecimiento”, ha explicado. Ante la urgencia más grave que afronta el Reino Unido, como el resto de Europa, no ha ido más allá. A diferencia de su todavía rival, Sunak, que en ese mismo programa detallaba los tres segmentos a los que deben ir dirigidas distintos tipos de ayuda directa —consumidores en general, población más vulnerable económicamente y pensionistas—, Truss no revela los fundamentos de su plan. Y genera la duda de si juega con el factor sorpresa o si realmente lleva en la mochila más voluntarismo que ideas.
El relevo de poder
Aunque el vencedor de las primarias ofrecerá un pequeño discurso a los afiliados este lunes, cuando la dirección del Partido Conservador revele su nombre en el Centro de Conferencias Isabel II, la maquinaria del traspaso de poder se producirá al día siguiente. Boris Johnson ofrecerá su discurso de despedida ante la puerta del número 10 de Downing Street, antes de volar en un avión de la RAF (las Fuerzas Aéreas británicas) hasta el aeropuerto escocés de Aberdeen. De allí, al castillo de Balmoral, donde comunicará su dimisión a Isabel II y sugerirá su sustituto.
En 70 años de reinado, es la primera vez que la monarca, de 96 años, desempeña este ritual —el mismo que con 14 primeros ministros anteriores— en su residencia de verano, y no en el londinense Palacio de Buckingham. “Problemas de movilidad”, según ha explicado la Casa Real británica, han forzado el cambio de planes. El sucesor (o más bien, con una alta probabilidad, la sucesora) de Johnson viajará también hasta allí, poco después, en otro aparato de la RAF. Motivos de seguridad obligan a que se desplacen por separado. La reina pedirá al sucesor que constituya un Gobierno en su nombre.
A la vuelta a Downing Street, en torno a las cinco de la tarde del martes, hora peninsular española, el nuevo jefe de Gobierno británico pronunciará su primer discurso ante los medios y la nación, de nuevo frente a la emblemática puerta de madera negra de Downing Street. Si el tiempo acompaña, porque el nuevo Gobierno conservador comenzará a andar en una semana que los servicios meteorológicos prevén cargada de tormentas.
Si finalmente se confirma que Truss será la nueva primera ministra, el temporal que deberá capear desde el primer minuto al mando será descomunal. Los precios disparados de la energía, con facturas que van a aumentar casi un 100%; una recesión en ciernes, anunciada por el Banco de Inglaterra; un potencial conflicto con Bruselas, a cuenta del Protocolo de Irlanda del Norte que ella misma se encargó de desguazar como ministra de Exteriores; y un otoño e invierno plagado de conflictividad laboral —las primeras señales se vieron este mismo verano—, con huelgas anunciadas en la mayoría de los sectores públicos.
Truss reunió la semana pasada al núcleo de sus colaboradores en la majestuosa casa de campo de Chevening, en el condado de Kent —la residencia de verano que utiliza habitualmente el ministro de Exteriores—, para preparar un plan de desembarco en el Gobierno. No habrá periodo de gracia, ni 100 ni 10 días, para el nuevo primer ministro conservador. El cuarto en más de una década que ha visto cómo la economía del Reino Unido se ralentizaba, el Brexit emponzoñaba el país y depreciaba su potencial comercial y las promesas de Johnson de redistribuir la riqueza entre las regiones se quedaban en papel mojado. Quedan oficialmente dos años para que deban convocarse nuevas elecciones generales. Muy pronto se sabrá si el sucesor de Johnson consigue el milagro de dar la vuelta a las expectativas electorales, hoy desastrosas para los conservadores, o se limita a gestionar la derrota definitiva.
TITULO: Cartas en el Cajon - Patxi López reconoce que al PSOE le «perjudica» tener a Bildu como aliado,.
Patxi López reconoce que al PSOE le «perjudica» tener a Bildu como aliado,.
El portavoz del PSOE en el Congreso,( foto ) Patxi López, ha afirmado que al Gobierno le "afecta" y "perjudica" tener pactos con aliados como ERC y Bildu, pero que el Ejecutivo no puede "quedarse de brazos cruzados, hay que seguir haciendo cosas".
En una entrevista en El Correo, López recuerda que con Bildu han pactado subir las pensiones, el ingreso mínimo vital, los estados de alarma para salvar millones de vidas porque el PP no quería. No podemos quedarnos de brazos cruzados, hay que seguir haciendo cosas".
Según el portavoz socialista, el Partido Popular utiliza esa relación con Bildu, partido del que, dice, les separa "un abismo". "¿Me gusta? Pues no, pero en el Gobierno no estamos para darme gusto, sino para hacer cosas", añade.
"Estamos mal, pero no es un cataclismo"
López señala que el Gobierno "ha hecho tantas cosas que no te acuerdas", como "quitar el copago farmacéutico para millones de jubilados, los ERTE en la pandemia, los bonos eléctricos, aumentar los derechos como la eutanasia".
"Tenemos un Gobierno que posiblemente sea el que ha hecho más cosas enfrentándose a una crisis tras otra para ayudar a los más vulnerables y además invertir en cuestiones que van a poner a España en el mundo que viene. Sin embargo, el discurso imperante es el que transmite la derecha, que todo está fatal y que es catastrófico cuando los datos no dicen eso. Claro que estamos mal, pero no es un cataclismo", indica.
Sobre el debate energético, López asegura que "estamos pidiendo un pequeño esfuerzo para ahorrar el 7%, que es lo que pide la Unión Europea. Es que a veces se nos olvida, estamos en una guerra y eso está teniendo consecuencias muy duras".
También reconoce que "en otoño y en invierno pueden llegar curvas gordas porque va a depender de lo que haga Putin". En este sentido, advierte que si Rusia "cierra el grifo del gas y se paralizan muchas empresas en Alemania, esto es una cadena". "¿Cuántas de las pequeñas y medianas empresas vascas venden productos de automoción en Alemania? Hay que prepararse, como dijo Calviño", insiste.
TITULO : REVISTA TENIS -US Open 2022: Nadal sufre, pero escapa,.
US Open 2022: Nadal sufre, pero escapa,.
foto / El campeón de 22 grandes cede un set contra el 198 del mundo, Hijikata, aunque se corrige (4-6, 6-2, 6-3 y 6-3) y encara a Fognini en la segunda ronda de Nueva York,.
La noche nace con un borrón, pero Rafael Nadal restablece el orden. Rara vez no lo hace. Rinky Hijikata se crece, sorprende y caza un premio, pero termina sucumbiendo a la inmensa silueta ganadora del balear, que cierra con un pasante de manual y festeja con ganas: 4-6, 6-2, 6-3 y 6-3, en 3h 08m. Hacía tres años que no desfilaba por la central de Nueva York –desde aquella volcánica final que ganó ante Daniil Medvedev– y, más allá del marcador y del set entregado, la radiografía es positiva. Los biorritmos son buenos. El saque, principal preocupación por eso de proteger el abdominal, lastimado desde Wimbledon, describe porcentajes y velocidades optimistas. Pese a la falta de rodaje competitivo, la exposición acompaña.
“Ha sido una larga espera, durante un largo tiempo pensaba que no iba a ser capaz de volver”, introduce. “No he jugado mucho durante el último mes, así que se trata de sobrevivir. Necesito mejorar, y creo que voy a mejorar”, agrega Nadal en mitad de la pista, con el billete a la siguiente ronda en el bolsillo y relativamente satisfecho. Se enfrentará a un viejo diablo conocido, Fabio Fognini. Quedan lejos los buenos días del italiano, pero su nombre es de amargo recuerdo para el mallorquín en Flushing Meadows. Es, de hecho, el hombre que le remontó dos sets en contra y lo apeó en la edición de 2015.
En su estreno, Nadal se encuentra con un rival dinámico y respondón que le reta una y otra vez, al abordaje todo el rato porque al fin y al cabo, Hijikata tiene poco que perder. Puestos a caer, mejor con valentía. En busca de su momento de gloria, el australiano, un veinteañero (21) que ocupa el puesto 198 del ranking y ha sido invitado por la organización, sale a pecho descubierto y hace honor a la descripción de la ficha: seguidor de Spiderman, devuelve los pelotazos del balear dibujando todo tipo de posturas y hace un guiño tras otro en la ejecución a Kei Nishikori, el japonés vertiginoso que hoy está pseudo desaparecido (370º) y que hace no mucho daba más de un disgusto a los gigantes. Un verdadero quebradero de cabeza.
Nadal empieza bien, fino en los movimientos y tocando correctamente la bola, pero no encuentra agujeros y sí un sobresalto inesperado: nunca había cedido el primer set en los 15 trazados previos en el grande neoyorquino, tan solo en cuatro ocasiones (1.277 partidos ha jugado ya) en los otros tres grandes escenarios; se lo birlaron Daniel Brands (Roland Garros 2013), Steve Darcis (Wimbledon 2013), Martin Klizan (Wimbledon 2014) y Fernando Verdasco (Australia 2016). Es decir, susto de entrada. Hijikata, un dolor de muelas, llega a todo y todo lo devuelve, y termina arrebatándole el saque en el séptimo juego. Desvío fugaz, se piensa en la grada. Pero no. No ha sido un farol.
“Preparado para sufrir”
El desliz le obliga a Nadal a remar a contracorriente, pero reacciona serio, sin torcer el gesto, de manera contundente: a la primera que tiene hace diana. No ha conseguido costearse una sola opción de break en el primer set, pero aprieta en el segundo y empieza a desgajar al rival. Hijikata ha celebrado con tanta efusividad el logro que ha perdido un punto de fuerza, se agrieta y baja de la nube. Enfrente, un imperio, y aun así sigue desafiando. Le azuza la jaranera grada de la Arthur Ashe, y lo presencia desde el palco de personalidades el actor Ben Stiller, asiduo ya en la central y devoto seguidor del español, con quien compartió mesa y mantel en un italiano del Soho hace unos días.
Todo transcurre muy rápido y pasan muchas cosas. El juez debe intervenir hasta una decena de veces para reclamar a la grada que baje el tono durante el punto y reduzca los decibelios a la hora del saque; empieza a gotear en la ciudad y se ordena el cierre del techo; a un grupo de amigas se les cae la pizza y el queso fundido chorrea por la escalera; van y vienen las cervezas, los nachos, hidratos y calorías por todos lados; y en cuanto el Nadal hegemónico se ha puesto por encima, lógica aplastante, el duelo queda reducido a una productiva sesión de peloteo y buenos números al servicio, apartado a tener especialmente en cuenta dadas las circunstancias: 57% de promedio, 77% de puntos ganados con primeros y 65% con segundos. También 9 aces.
“Lo he cambiado un poco, me tiro la bola un poco más baja”, precisa el campeón de 2010, 2013, 2017 y 2019; “hoy día sigo con pies de plomo. La cicatriz que tengo debe flexibilizar”.
Y antes, Hijikata enreda hasta el último aliento. No se rinde, no se entrega. Bravo por él, digno e intrépido de inicio a fin. Pero enfrente hay una sobredosis de mística. La primera piedra hacia el altar del día 11 ya está puesta. “El torneo no se iba a ganar hoy, pero sí se podía perder hoy. Uno debe ser inteligente e ir sobreviviendo”, valora cuando el reloj ya ha alcanzado casi la medianoche; “hay que estar preparado para sufrir. Las cosas no son tan fáciles, ya seas Rafa Nadal, Djokovic, Federer o seas quien seas. Se necesita de ese extra de energía cuando uno viene de jugar prácticamente el segundo partido en los últimos 50 días. Cada día que gano aquí, es un día de tranquilidad”.
DOBLE TRASPIÉ: OSAKA Y RADUCANU
La recta final de la jornada deparó la despedida de dos referencias en el circuito femenino. Naomi Osaka, que elevó el título en 2018 y 2020, perdió por 7-6(5) y 6-3 contra la estadounidense Danielle Collins, prolongando así su crisis en un curso anodino para ella. Firmó la tercera ronda en Australia, la primera en Roland Garros y decidió no acudir a Wimbledon. Ahora, de nuevo, otra salida a las primeras de cambio.
La misma senda siguió la joven Emma Raducanu, una de las jugadoras más mediáticas. Deslumbrante campeona del torneo en 2021, cuando se convirtió en la primera participante en ganarlo procedente de la fase previa y sin ceder un solo set en 10 partidos, continúa en un limbo. Desde entonces, la inglesa, de 19 años, ha ofrecido un rendimiento muy discreto tanto en los grandes escenarios como en citas de menor relieve.
Este martes fue superada por la francesa Alize Cornet, en una victoria (doble 6-3) que vino acompañada de un récord. La francesa, de 32 años, enlaza 63 participaciones consecutivas en los majors, por lo que desbancó a la japonesa Ai Sugiyama (62),.
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