BLOC CULTURAL,

BLOC CULTURAL,

sábado, 22 de octubre de 2022

REVISTA FARMACIA - Los caminos de los investigadores para vencer a la diabetes ,. / CAFE, COPA Y Reloj el cambio de hora invierno . / El escarabajo verde - Cómo adquirir un mamut, enviarlo a casa y montarlo ,. / Días de cine clásico - Cine - El Dorado , Miercoles -2 , 9 - Noviembre ,./ Un país para escucharlo - Soy mujer y quiero tocar la guitarra flamenca ,. / Documental - El ciclo virtuoso de la biomasa sostenible.

 

 TITULO: REVISTA FARMACIA - Los caminos de los investigadores para vencer a la diabetes ,.

REVISTA FARMACIA -  Los caminos de los investigadores para vencer a la diabetes    , fotos,.

 

Los caminos de los investigadores para vencer a la diabetes,.

Terapias de células madre producen insulina en pacientes con diabetes

Las células madre en investigación han conseguido restaurar la secreción natural de insulina en modelos animales y los nuevos fármacos, además de controlar el nivel de glucosa en sangre, ayudan a bajar de peso y protegen el corazón y el riñón,.


Dos investigadores canadienses, Frederick Banting y Charles Best, descubrieron en 1921 la molécula de la insulina, un hito científico que marcó el inicio de un siglo de innovaciones en el cuidado de la diabetes que han salvado la vida de millones de personas. Leonard Thompson, un niño de 14 años con diabetes tipo 1, fue la primera persona que sorteó una muerte inmediata gracias a la insulina. Un siglo después, la perspectiva de los pacientes ha cambiado radicalmente: los investigadores dan por supuesto que en el futuro hay muchas posibilidades de curar la enfermedad, lo que no pueden precisar es cuándo.

Como en otras enfermedades, la esperanza de curación reside en las células madre. De momento, el objetivo se centra en la diabetes tipo 1. Las investigaciones en modelos animales desarrolladas hasta ahora confirman que se puede lograr la secreción natural de insulina en ratones a los que se ha inducido previamente la enfermedad. Las personas con diabetes tipo 1, y en ocasiones también las que sufren la tipo 2, carecen de las suficientes células beta cuya función es producir insulina para regular el nivel azúcar en la sangre. Hasta ahora no se ha conseguido que el organismo las regenere, pero sí incorporarlas desde otras fuentes.

Los investigadores han cultivado células madre en laboratorio con éxito. El alcance de la investigación lo avanza Klaus Langhoff-Roos, vicepresidente de la Unidad de Células Madre de Novo Nordisk, una de las compañías farmacéuticas que investiga en esta línea: “Las células beta implantadas reaccionarían a los niveles de azúcar en sangre de forma similar a las células beta que hay en el páncreas de una persona sin la enfermedad. Cuando hay niveles altos de azúcar en la sangre al comer, las células producen insulina, y viceversa”.

Disponer de un tratamiento que libera a los pacientes de la obligación de administrarse varias veces al día insulina, como ocurre en la diabetes tipo 1, supone un salto impresionante, según Francisco Merino, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital La Fe de Valencia. “Esta modalidad de diabetes se manifiesta en personas jóvenes que conviven con la enfermedad toda la vida y en su evolución pueden aparecer complicaciones como insuficiencia renal, ceguera o cardiopatía que merman su calidad y esperanza de vida”.

En la diabetes tipo 1 el cuerpo es incapaz de producir insulina porque el sistema inmune destruye accidentalmente las células beta. La diabetes tipo 2 se da en edades más avanzadas, a partir de los 45 años, y su origen está vinculado al sedentarismo y la obesidad. Estos factores de riesgo hacen que las células beta funcionen parcialmente y el organismo no produzca suficiente insulina para regular el nivel de glucosa en sangre o se vuelva resistente a ella. La segunda modalidad se controla en la mayoría de los casos con terapia oral, ejercicio físico y dieta, mientras que la diabetes tipo 1 requiere que el paciente se inyecte insulina desde el momento del diagnóstico. Por este motivo y por el hecho de que la diabetes tipo 1 se presenta en edades muy tempranas y la persona que la padece es susceptible de sufrir más secuelas justifican que la investigación se haya iniciado en esta variante de la enfermedad.

¿La investigación en diabetes tipo 1 podría trasladarse a la diabetes tipo 2 que afecta a la mayor parte de las personas con la enfermedad? En opinión de Langhoff-Roos, “es algo que se planea emprender a partir de los aprendizajes con diabetes tipo 1″. No obstante, la investigación en curso en humanos ha de superar antes un importante escollo: evitar que el sistema inmune ataque las células beta al interpretar que son algo ajeno al organismo, igual que hace cuando un virus o una bacteria intenta penetrar en él. Los investigadores han pensado encapsular las células beta antes de introducirlas en el cuerpo, una defensa que puede ser muy eficaz, sostiene el doctor Merino. “La membrana permite la salida de insulina y la entrada de glucosa y nutrientes, pero no de anticuerpos ni glóbulos blancos que puedan atacar las células beta”.

El resultado obtenido en modelos animales demuestra el valor de apostar por la investigación. Más que un gasto, es una inversión a futuro porque, entre otras cosas, mejora la calidad de vida de los pacientes y supone un ahorro económico para el sistema sanitario porque reduce las complicaciones, algo especialmente importante en enfermedades muy frecuentes, como la diabetes. “La investigación permite ir avanzando en cualquier patología. Sin ella no tendríamos nuevas insulinas o nuevos dispositivos de sensor glucémico, y no estaríamos hablando de células madre como potencial tratamiento”, apunta Francisco Merino.

Uno de los avances más esperados por los pacientes con diabetes tipo 1 son las insulinas inteligentes que solo harán efecto cuando la glucosa esté alta y se prevé que estén pronto disponibles. Entre las investigaciones farmacológicas desarrolladas en los últimos años que han supuesto un mayor adelanto terapéutico para las personas con diabetes tipo 2 figuran los agonistas del péptido similar al glucagón tipo 1, más conocidos como GLP 1. Sus beneficios alcanzan a todo el cuerpo.

Otro tipo de medicamentos con similares efectos a los GLP 1 son los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa tipo 2 (SGLT-2). Ambos han supuesto un salto cualitativo, en palabras de Francisco Merino: “Protegen el corazón y el riñón, que son los dos órganos más afectados en la diabetes tipo 2. Es algo capital. Amén del control de la glucemia, contribuyen al control del peso y a una disminución muy importante del riesgo cardiovascular”.

Desde hace un siglo, cuando se descubrió la insulina cada innovación médica y tecnológica ha facilitado la vida a los pacientes y ha mejorado su salud. Cada avance en el conocimiento de la diabetes ha aportado nuevas esperanzas de una vida plena y saludable. Y ahora, con la investigación en células madre, se da un salto adelante y la ilusión de una curación posible a medio plazo aparece como una certidumbre en el horizonte.


¿Cuándo es el cambio de hora 2022? España pasa al horario de invierno,.

En la madrugada del último sábado al domingo de octubre los relojes se atrasarán una hora, a las 03.00 serán las 02.00,.

 Otoño 2021: ¿Cuándo es el cambio de hora? Este fin de semana España pasa al  horario de invierno | Sociedad | EL PAÍS

foto / La madrugada del domingo 30 de octubre se producirá el cambio al horario de invierno en España, el segundo del año. En esta ocasión, atrasamos el reloj una hora y a las 03.00 serán las 02.00. El efecto más inmediato será el aprovechamiento de la luz natural, ya que a partir del cambio amanecerá y anochecerá antes, lo que conlleva una mejora de la eficiencia energética.

¿Por qué cambiamos la hora?

Los europeos ajustamos nuestros relojes para cumplir con la directiva comunitaria 2000/84/CE dos veces al año. Normalmente el último fin de semana de octubre se atrasa el reloj para entrar al horario de invierno, y el último de marzo se adelanta para entrar en el horario de verano.

Esta medida de cambio horario responde a la idea de adaptar nuestros horarios la luz natural y lograr un ahorro energético, aunque son muchos los que dudan de que dicho ahorro se llegue a producir. Sí, tenemos más luz por la mañana, pero a cambio tenemos menos luz al salir de trabajar.

En España contamos con la particularidad de compartir dos horas oficiales, una para la Península y el archipiélago balear y otra para las Islas Canarias, que van una hora por detrás desde 1922. Ambas se adelantan o atrasan una hora según corresponda, aunque únicamente durante los 60 minutos posteriores al cambio la península y las Canarias contarán con la misma hora.

¿Puede ser uno de los últimos cambios horarios?

La Comisión Europea realizó una consulta al respecto en 2018 en la que más de un 80% de ciudadanos se mostraron a favor de dejar atrás el cambio de hora para mantener el mismo horario durante todo el año. El órgano propuso entonces abolir la directiva y que la decisión quedase en la elección de cada país, sin embargo, la falta de consenso entre los países, y también dentro de los mismos, hace que por el momento se continúe con los dos cambios horarios al año.

En España, la comisión de expertos puesta en marcha por el Ejecutivo decidió que se mantendría el huso horario actual y el cambio de hora estacional por lo que por el momento se mantendrá el huso horario actual y el cambio de hora estacional.

 

 

TITULO: El escarabajo verde - Cómo adquirir un mamut, enviarlo a casa y montarlo ,.

  Cómo adquirir un mamut, enviarlo a casa y montarlo ,.

EL PAÍS sigue el proceso de ensamblado del espectacular esqueleto de paquidermo prehistórico adquirido por Cosmocaixa para su colección,.

 Cómo adquirir un mamut, enviarlo a casa y montarlo | Cataluña | EL PAÍS

foto / Si pegabas la oreja a las tres grandes cajas de madera con el letrero de “frágil” y le echabas imaginación oías como un rumor lejano de poderosos pasos acolchados en la tundra. Entre la expectación y el temor, daban ganas de gritar como el guerrero prehistórico Naoh de La guerra del fuego, la novela de J. H Rosny (seudónimo de los dos hermanos belgas Boex) que dio origen a la película de Jean-Jacques Annaud En busca del fuego: “¡Los mamuts son fuertes!, ¡el gran mamut es más fuerte que los otros!: ¡él aplastaría al tigre y al león como gusanos, derribaría a diez uros de un golpe de su poderoso pecho! ¡Nosotros somos amigos del gran mamut!”.

 

Las cajas, arribadas al CosmoCaixa de Barcelona, contenían, en efecto, un mamut (a trozos). Uno de esos poderosos animales emblemáticos de la prehistoria, el icono de la Edad del Hielo. El extinto paquidermo peludo y de impresionantes defensas curvas tan representativo del pasado remoto como el T. Rex, monarcas cada uno de sus respectivos reinos perdidos. Al mamut uno siempre lo imagina abrigado, salvaje y melancólico caminando pesadamente hacia el crepúsculo. Ante las cajas cabía recordar también el pasaje de otra novela, El clan del oso cavernario, de Jean M. Auel, cuando Ayla, la protagonista, contempla boquiabierta la manada de enormes criaturas, una descripción muy exacta: “Los mamuts lanudos estaban bien adaptados al rudo clima periglacial de su frío entorno. Sus gruesas pieles estaban protegidas por un forro denso de pelos suaves y una cubierta de pelos ásperos, largos, de un moreno rojizo, de hasta cincuenta centímetros de largo. Además, estaban aislados por una gruesa capa de grasa subcutánea de unos ocho centímetros. Eran compactos y medían un promedio de tres metros de alto hasta la cruz. Sus enormes cabezas, grandes en proporción con su estatura general y casi la mitad de largas que el tronco, se erguían por encima de los hombros en forma de cúpula puntiaguda. Sus orejas eran pequeñas, sus rabos cortos y sus trompas relativamente cortas. Presentaban una alta joroba de grasa acumulada en la cruz. Sus lomos se inclinaban abruptamente hasta la pelvis. Pero lo más impresionante eran sus largos colmillos arqueados”.

Todo eso había en las cajas. E iban a abrirlas.

Al frente de la operación estaba, vestido como para una secuela de Parque Jurásico, Àlex Pérez Jiménez, curator de CosmoCaixa responsable de exposiciones de ciencia, acompañado por la técnica en conservación Imma Machí, en bata blanca. Había nervios en el aire. “Vamos a ver si está todo”. Los operarios del transporte, de la firma Feltrero, levantaron la tapa de la primera caja tras sacar unos tornillos. Entre bolsas rellenas de material de protección de embalaje se podían ver objetos alargados envueltos cuidadosamente. “Esto parecen costillas”. La conservadora tomaba fotos. “Vaya, no hay packing list, deducimos que aquí van la cabeza y las defensas”.

Cosmocaixa, el museo de la ciencia de la Fundación La Caixa, ha adquirido en EE UU el ejemplar de mamut que ha viajado en las cajas. Es un esqueleto completo, que va a ser el centro de una gran exposición itinerante sobre estos animales y que luego se quedará en la sede barcelonesa como una de las grandes atracciones de la colección`permanente. La muestra Mamut. El gigante de la Edad de Hielo, se verá en CaixaForum Sevilla del 1 de diciembre al 10 de abril y en CaixaForum Zaragoza de mayo a septiembre. Recién llegado de EE UU a trozos y antes de partir para Sevilla, el espécimen ha recalado en Barcelona para ser montado a fin de examinar que todo encaje bien, y que no les hayan dado gato por mamut. La operación ha requerido tres días de trabajo minucioso, tras los cuales el mamut ha sido vuelto a desmontar y embalado de nuevo, con la tranquilidad de que todo está correcto.

“Aunque hablamos de un mamut, en realidad puede que haya huesos de más de uno”, señalaba durante el desembalaje Pérez Jiménez, que es quien se ha encargado de conseguir el animal. “Procede originariamente de un sitio donde aparecieron muchos huesos y lo extrajeron cazadores de fósiles, no fue un levantamiento paleontológico”. En todo caso, “el grado de originalidad del fósil es muy alto”, y es un magnífico ejemplar. “Un mamut lanudo (Mammuthus primigenius, de hace entre 50.000 y 40.000 años, de la zona del río Irtish, en la región de Tiumén, en Siberia occidental; no sabemos el año del hallazgo”, señalaba el especialista. El esqueleto no tiene apenas partes reconstruidas, excepto el encaje de las defensas en la cabeza y alguna falange.

No ha viajado desde Siberia, sino desde Tucson, donde estaba a la venta en el almacén de un paleontólogo ruso afincado en la localidad, que es donde se celebra una famosa feria paleontológica y mineralógica en la que puedes adquirir desde meteoritos a pterodáctilos. “Son como las Galerías del Tresillo de los fósiles”, señalaba el curator. “Tienen hasta tiranosaurios, estegosaurios y triceratops”. El mamut se ha comprado a través de la empresa GeoDecor, especialista en suministrar fósiles excepcionales a coleccionistas y museos. ¿Y cuánto cuesta un mamut? “Este, 480.000 euros, precio de mercado, lo justo para un ejemplar tan bueno”. El precio es “con transporte incluido”, vamos, el mamut puerta a puerta.

“Lo vimos en fotos, era justo lo que queríamos y a un precio razonable”, continuaba el científico. “Un mamut así es un activo importantísimo para un museo como CosmoCaixa, siempre habíamos querido tener uno, son unos animales impresionantes y que caen simpáticos”. ¿Cotizan al alza los mamuts? “No sabría decir, es la primera vez que compramos uno, pero es un hecho que los dinosaurios, por ejemplo, suben de precio; por el T. Rex Stan se han pagado más de veinte millones, y hay duras pugnas en las subastas por los ejemplares notables”. El mamut de CosmoCaixa, que no tiene nombre ni se lo pondrán (aunque podría haber sido Manny, como el de Ice Age), mide 3,5 metros de alto por 6 de largo (un buen tamaño para mamut lanudo) y parece ser un macho. No requiere conservación.

Los mamuts, que no son los ancestros de los elefantes actuales sino que comparten un antepasado común con ellos, entraron en barrena hace 11.000 años y desaparecieron definitivamente -por distintas razones entre las que se mencionan el cambio climático y la presión cinegética humana- hace tan sólo unos 4.000 años, pues en esas fechas quedaba aún una pequeña población enana en la isla de Wrangel, en el ártico ruso. Los mamuts, de los que se cuentan hasta 11 especies, aparecieron en África hace 5 millones de años y salieron de allí hace 3,5 millones. Hace 40.000 años y durante los siguientes 20.000 años los mamuts lanudos vagaron por Eurasia y luego cruzaron por el helado estrecho de Bering hacia Alaska.

El actual elefante asiático es el pariente vivo más cercano al mamut. En Siberia se han conservado mamuts intactos congelados en el permafrost. Lo que ha permitido apreciar cómo era el pelaje (tres capas) e incluso que poseían un pliegue de piel en el ano para evitar la congelación (eran tiempos duros y fríos). Hay quien incluso ha probado su carne. No es filete de ternera. Sabe tan fuerte que se usa como cebo de primera para las trampas de zorros. Entre los ejemplares más notables de los millares de restos encontrados están el primero hallado, el mamut Adams; Jarkov, llevado en helicóptero en su bloque de hielo, el Berezkova, con su pene erecto, y las momias de mamut bebés Lyuba y Dima, en la que hasta se encontró restos leche de la madre en su estómago. Contar con restos frescos de mamut (se ha hallado incluso testículos en buen estado relativo) ha alimentado el sueño de poder clonar algún día al animal y resucitar la especie. Hay toda una industria de extracción de mamuts en Rusia, con algunas facetas oscuras. El marfil de mamut es muy valioso pues no es ilegal su tráfico como el de los elefantes.

¿Qué relación tenían los cazadores prehistóricos con el mamut? “Era como el cerdo de la época, se aprovechaba todo. Incluso hay evidencias de que se emplearon sus huesos como armazón para cabañas”. Poco a poco las piezas del mamut de CosmoCaixa iban siendo extraídas de las cajas, desenvueltas y colocadas alineadas en el suelo y en unas mesas al efecto para establecer el orden de montaje (van numeradas). Las costillas, las vértebras, un enorme omoplato… Mamut, modelo para armar. Aparecieron las defensas (los mal llamados colmillos son en realidad incisivos superiores modificados). Preciosas y recurvadas, pulidas. Las llevaron los operarios a hombros como en una película de Tarzán. “Parecen falsos de tan bonitos, ¿verdad?”, apuntaba Pérez-Jiménez.

El mamut sustituirá en la exposición permanente de CosmoCaixa al dinoterio que estaba cedido por el Institut Crusafont de Sabadell y que volverá a su casa. Con el de CosmoCaixa, Barcelona aumenta su población de mamuts, reducida a la popular escultura del parque de la Ciutadella de 1906 tras el cierre en 2016 del privado Museo del Mamut de la calle de Montcada, que exhibía un esqueleto completo y una reproducción a tamaño natural además de otros restos.

Finalmente, el mamut de CosmoCaixa se alzaba en toda su impresionante envergadura. La mirada recorría el esqueleto tratando de averiguar si faltaba una clavícula intercostal como la que le robaba al brontosaurio del sufrido Cary Grant el fox terrier George de Katherine Hepburn en La fiera de mi niña. Pero todo parecía perfecto. Habemus Mammuthus.

 

 

TITULO:  Días de cine clásico - Cine -  El Dorado . , Miercoles -2, 9 - Noviembre,.

  Este  Miercoles - 2 , 9 - Noviembre a las 22:00 en La 2 de TVE, foto,.

El Dorado
Reparto
 
 Un pistolero llamado Cole Thornton (John Wayne) acude a El Dorado por encargo de poderoso terrateniente, Bart Jason. El cacique le ofrece un trabajo: expulsar de unas tierras próximas a una familia de granjeros, los McDonald. Thornton acaba rechazando el encargo a instancias de Jean Paul Harrah (Robert Mitchum), el sheriff de El Dorado y viejo amigo de Cole. Tiempo después, Thornton se entera de que otro pistolero ha aceptado el trabajo que él rechazó, así que decide regresar al pueblo para defender a los granjeros y ayudar a su amigo Harrah, que tiene problemas con la bebida. Le acompaña Mississippi (James Caan), un joven habilidoso con el cuchillo.

TITULO:   Un país para escucharlo - Soy mujer y quiero tocar la guitarra flamenca  ,.

 
Un país para escucharlo,.
 

Este martes- 1, 8 - Noviembre ,  a las 23.00 por  La 2, foto.

 

 Soy mujer y quiero tocar la guitarra flamenca ,.

 

 Son todavía rara avis dentro del flamenco. No existen referentes fuertes. Pero las mujeres empiezan a consolidarse en el toque jondo cada vez con más fuerza. Españolas y extranjeras, derrumban clichés y empiezan a inspirar a nuevas generaciones. Hasta un maestro como Tomatito augura que la guitarra va camino de pulverizar los géneros.

 Las Migas, alimento para el empoderamiento de la mujer flamenca | Cultura |  EL PAÍS

 

LA BAILAORA se lleva todo el color del tablao, que no es mucho. Y en éxtasis flamenco, gira sobre sus tacones. Giran con ella sus medias de rejilla, su vestido de volantes azules y verdes, su pelo largo recogido en un broche, sus labios carmín y sus ojos pintados. Detrás, cuatro hombres vestidos de negro y una mujer que más tiene que ver con ellos que con ella. Viste una camisa azabache. Del mismo color el pantalón y los mocasines. El pelo lo lleva corto. Ni rastro de maquillaje. No se permite ningún atributo femenino, ya los luce todos la bailaora.

Esa mujer de aspecto sobrio permanece sentada con las piernas cruzadas en una perpendicular perfecta sobre una silla de madera y esparto. Se llama Antonia Jiménez y sostiene en sus brazos las curvas femeninas de una guitarra flamenca. Al público del Corral de la Morería de Madrid, en su mayoría extranjero, no le ofende ver a una tocaora. En su vida han oído que ese cuerpo de madera solo lo deben tocar los hombres. Jiménez sí ha escuchado ese cuento. Casi cada día. Desde que era una niña. Lo escucha todavía ahora que, con 45 años, ha logrado convertirse en la más internacional de las guitarristas flamencas.

“Aún no hay referentes femeninos fuertes”, dice. “A la altura de Vicente Amigo, por ejemplo, no hay ninguna mujer. Nosotras seguimos en esa lucha por abrir camino”. Pasito a pasito. Sin hacer ruido. Son pocas, se han sentido solas en sus carreras. Pero ahora están cada vez más presentes e intentan convertirse en espejos para que las nuevas puedan mirarse en ellos. El camino recorrido ha sido árido, quizá por eso los ojos azules de Jiménez parecen agotados. Ya los debía de llevar cansados a los 27 años, porque entonces, después de muchos portazos, estuvo dispuesta a romper relaciones con su guitarra. Por suerte, vio en Jerez que una compañía buscaba tocaor para una gira por Japón y se presentó al casting. Fue la única mujer que hizo las pruebas. “Hubo audiciones en Barcelona, Madrid y Sevilla. Solo en Sevilla se presentaron más de 100 músicos, así que imagínate”. Ofertaban una plaza. La cogieron. “Estuve en Japón un año. Me cambió la vida. Ahí te subes al escenario todos los días tres veces. Ganas dinero. Al volver a España me encontré de nuevo con la misma batalla, pero yo ya estaba fortalecida. Podía esperar, tenía ahorros, trayectoria y una mínima seguridad en mí misma. Me empezaron a bailar grandes figuras”. Jiménez da importancia a esto último porque la salida más habitual del guitarrista flamenco es acompañar al cante y al baile. Y si un cantaor o bailaor se niega a que sea una mujer quien le pone música a su arte, cosa habitual, se acaba su carrera.

Las oportunidades son muy reducidas para ellas. Las alumnas son escasas y poquísimas también las profesoras. En Andalucía, cuna del flamenco, hay 68 docentes de guitarra flamenca que dan clases en conservatorios profesionales y superiores. Solo 6 son mujeres. Una de cada 10. Laura González, una de ellas, enseña en el Conservatorio Profesional de Música de Jaén y no le sorprende el desequilibrio en la plantilla. En su época ya era reducido el número de alumnas. Y aunque percibe que la situación se normaliza y cada vez observa más niñas, en su centro estudian cerca de 20 chicos y una única chica. González lleva suelto y liso su pelo rubio. Se ha pintado de negro el contorno de los ojos y de rosa los labios. Ella no ha podido recorrer tablaos con su guitarra a cuestas, como sí lo ha hecho Jiménez. No la han dejado. “Yo me he acabado dedicando a la docencia, pero me hubiera gustado dar bolos, tocar acompañando al cante y al baile. Hoy día ya no lo sé, porque tengo un hijo, familia y me gusta la docencia. No soy profesora porque no pueda dar conciertos, lo soy por vocación, pero sí es verdad que hace unos años me hubiera ido adonde me hubieran dicho. Tenía muchas ganas”. ¿El problema fue la falta de opciones? Le sale de la boca un sí sequísimo.

Las tocaoras son tan escasas que Eulalia Pablo, profesora de flamenco y catedrática ahora jubilada de la Universidad de Sevilla, se enfrentaba muy a menudo a las mismas preguntas de sus alumnos. ¿Por qué no hay tocaoras? ¿Alguna vez hubo? Pablo analizó los recortes de prensa del siglo XVIII y XIX para tratar de responderlas en su libro Mujeres guitarristas (Signatura Ediciones). “Es un bulo que ellas no hayan tocado nunca la guitarra. Pero el flamenco ha sido un mundo muy machista, muy recalcitrante. Se ha mantenido así hasta el siglo pasado”. Las mujeres no lograban hacer carrera en la guitarra de igual forma que no lograban profesionalizarse en ningún otro ámbito. Pero sí se las educaba para hacer música. El papel que desempeñaba la mujer era decorativo. Debía entretener al hombre. Cuenta Pablo que por eso las mujeres de clase alta sabían tocar instrumentos. “Eso sí, tocar fuera de casa estaba vedado para ellas. Muy pocas se profesionalizaban y, si lo conseguían, su carrera duraba poco. Al casarse debían retirarse a sus hogares”. Influyó también que en el siglo XIX alcanzaron popularidad los cafés cantantes, locales para ir a beber y disfrutar de espectáculos de flamenco. “Acudían hombres porque ellas no salían de casa por la noche y ellos querían ver mujeres. Les gustaba la cantaora si era guapa o la bailaora si tenía buen cuerpo. En estos locales, el director del cuadro era el guitarrista. Decidía a quién contrataba. Y claro, ¿en aquella época un tío iba a aguantar que una mujer mandara?”.

A pesar de tenerlo todo en contra, hubo una mujer que por entonces consiguió mucho: Adela Cubas. Tocaora excepcional y “fea”. Escribe Pablo en su libro que a principios del siglo XX Cubas bate el récord femenino de noticias en prensa, en las que se refleja su trayectoria y lo característico de su toque. Incluye la investigadora una entrevista a la propia tocaora en la que se la presenta como la guitarrista flamenca más sobresaliente de su época. Y a una de las preguntas, Cubas contesta con humor: “Yo soy muy fea y las mujeres feas en el teatro no hacen suerte, por artistas que sean. No hay quien las empuje, ni periodistas, ni empresarios. Y si no se les da bombo, no pasan de medianías, no llegan a la fama. Con el trabajo solo no se hace ninguna rica. Cualquier cupletista gana más que yo, aunque acabe de soltar el estropajo”. Autodidacta, de niña tuvo que empezar a trabajar como guitarrista para mantener a flote una familia pobre. Era muy buena y con los años acabó por convertirse en tocaora profesional. Reflejan las críticas de la época que en España terminaba cada actuación con una ovación tremenda. Pero no tuvo suerte cuando intentó sacar su arte de las fronteras nacionales. “He estado dos veces para contratarme para América y las dos he fracasado. La primera porque el empresario me encontró tan horrible que me dijo que me cogería si pudiera salir al escenario de espaldas. La segunda contrata me la quitó un perro (…). Entre un perro sabio y una mujer fea, el empresario prefirió el perro”.

No fue fácil para Cubas ni para las mujeres de su generación, pero las posteriores todavía sufrirían un retroceso. Escribe Pablo en Mujeres guitarristas: “La dictadura franquista supuso una vuelta atrás en los logros conseguidos por los movimientos feministas en su lucha por los derechos de la mujer al mundo profesional, especialmente en determinados contextos”. A ello se une el férreo machismo de la tradición gitana. Empieza la democracia y las tocaoras emprenden la lucha de nuevo. Pero las niñas españolas que se interesan por el instrumento, como Antonia Jiménez y Laura González, escuchan a diario frases que les minan las ganas. “La mujer no puede tocar la guitarra porque no tiene fuerza”. “Si eres niña, haces clásica. El flamenco es para los hombres”. “Ellas no saben seguir el ritmo”. Muchas abandonan y la responsabilidad de continuar con la huella femenina recae entonces sobre las extranjeras. Bettina Flater, Elena San Román, Noa Drezner, Kati Golenko, Afra Rubino… Se iniciaron en la guitarra en sus respectivos países y jamás escucharon que ese instrumento no se creó para ellas. Cuando alcanzaron la edad adulta, vinieron a España a pulir técnica. Pero aquí se encontraron que no solo lo iban a tener difícil por ser extranjeras, también por su condición de mujer. Recuerda Afra Rubino, tocaora sueca, que en una fiesta en Sevilla se le acercó la dueña de la casa y preguntó a varias qué hacían. Una dijo: “Yo canto”. Otra: “Yo bailo”. “Yo le contesté que tocaba la guitarra. Pues me dijo la tía: ‘¿Tocas la guitarra? ¿Y por qué no te cortas el pelo y te pones un pene?’. Yo me eché a reír porque, claro, cómo reaccionas ante un comentario así. Pero la mujer me miraba tan seria que al final le tuve que decir que también bailaba y cantaba. Y se acabó el problema. Me han llegado a decir también que las mujeres no pueden tocar la guitarra porque se les estropea el esmalte. Por ser de fuera no he recibido tantos comentarios y suelen ser del tipo: ‘Ay la sueca, no veas tú que bien toca la sueca’”. Ellas no jugaban en casa, pero tenían más fuerza. Venían muy enfocadas a hacer carrera. Los comentarios despectivos los oían ya de adultas y sabían lidiar con ellos.

“El problema es que el flamenco es aún un arte muy étnico que está en camino de hacerse más universal. A Camarón, de niño, le llegaron a decir que cómo iba a cantar bien si era rubio. Ahora está mucho más abierto porque ya hay muchos extranjeros que de forma convincente han demostrado que se puede tocar bien. Los flamencos más ortodoxos empiezan a admitir que se puede. Lo mismo con las mujeres. Antes no había tocaoras y ahora mira a mi Antonia”. Habla Enrique ­Vargas, profesor de Jiménez. También de Kati Golenko, una estadounidense de 31 años de la que dice que en un futuro dará mucho que hablar en la guitarra flamenca. Vargas fue transcriptor de Paco de Lucía y recuerda que este le confesó en una ocasión que le habría gustado tener compañeras de profesión. “Me lo comentó hace más de 25 años, por lo menos”, prosigue Vargas. “Deduzco que no había visto ninguna hasta ese momento. A Paco le encantaba la mujer en el flamenco, seguro que a una tocaora le habría jaleado unos cuantos oles. Un hombre a veces es demasiado bruto. Ellas aportan el lado más lírico, más romántico y sensible. Esto es ideal para el flamenco. Hay mucha mujer en este arte sin la cual sería distinto y mucho más pobre. La humanidad somos hombres y mujeres; si el hombre predomina, significa que nos estamos perdiendo la otra mitad”. Pero en sus clases ellas también escasean. Vargas enseña a unos 50 alumnos y solo tres o cuatro son mujeres que le transmiten lo difícil que les resulta hacerse un ­hueco. “Cuántas veces no habré escuchado yo: ‘¿Cómo va a tocar bien una mujer? Si no tiene pulsación, no tiene fuerza’. Me pongo negro. Es una estupidez, no tiene fundamento”.

Se enerva también Tomatito al oír esos argumentos. “¿Fuerza? La fuerza es pa cargar sacos de cemento. Pa los bueyes. No tiene na que ver con tocar”. El tocaor almeriense, referente de la guitarra flamenca, apenas ha visto mujeres durante su carrera. Se acuerda de una que andaba por su barrio, la llamaban María y era extranjera. Ninguna más. “Es muy nueva la cosa y no hay tocaoras consolidadas. Pero en un futuro la guitarra se dejará de géneros. Sí o sí. Qué tonterías son esas, fuera tópicos. O tocas bien, o a la calle”. 

 

 

TITULO: Documental - El ciclo virtuoso de la biomasa sostenible.

 

El ciclo virtuoso de la biomasa sostenible ,.

 El ciclo virtuoso de la biomasa sostenible | Especial RSC | Economía | EL  PAÍS

foto / Ence es la primera empresa europea en certificar con la verificación SURE la biomasa con la que genera energía renovable en sus plantas de energía y en sus biofábricas de celulosa. Su apuesta ayuda a la descarbonización, a la economía circular y al desarrollo del mundo rural,.

La biomasa es el nombre que recibe toda la materia orgánica natural, desde madera hasta restos agrícolas y forestales, utilizada para generar energía renovable. La española Ence se ha convertido en la primera empresa de Europa en iniciar el proceso de verificación de la sostenibilidad de su biomasa mediante el sistema voluntario de certificación SURE, una herramienta desarrollada para asegurar el cumplimiento de las exigencias de la Directiva de Energías Renovables de la UE de 2018. En ella se establecen los criterios que han de cumplir todas las biomasas empleadas en el sector de la bioenergía. Tres de las ocho plantas generadoras de energía renovable de Ence y una de sus dos biofactorías productoras de celulosa de eucalipto ya se nutren de masa agrícola y forestal certificada. El objetivo que ahora pasa por que toda la materia prima de sus diez instalaciones haya obtenido esta certificación a finales de 2021.

Esta apuesta, que puede resumirse fácilmente en un párrafo, tiene unas enormes repercusiones positivas para el medio rural y la España vaciada, para la descarbonización del mix energético y para la economía circular. “La producción de energía renovable con biomasa agroforestal viene a completar nuestra visión sobre la sostenibilidad y la importancia de caminar en la senda de la economía circular, la bioeconomía y la descarbonización, de la mano de la producción de celulosa”, expresa Felipe Torroba, CEO de Ence Energía.

La empresa inició este camino en 2017, con su pionero Decálogo para la Sostenibilidad de la Biomasa como Combustible, “puesto en marcha para garantizar una total sostenibilidad en la utilización de la biomasa y el cuidado del medio ambiente en su aprovechamiento como fuente de energía”, recuerda Torroba. El decálogo establece cuáles han de ser los principios de actuación en relación al uso de la biomasa, identificando qué tipos de materiales y en qué condiciones pueden ser usados para la generación de energía.

En busca del equilibrio

El siguiente (y reciente) paso ha sido la obtención del sello SURE, que ha sido diseñado por REDcert (empresa alemana con experiencia en la certificación de sostenibilidad de biocarburantes) y Bioenergy Europe, la asociación europea de la bioenergía. Y que pone el foco, entre otros aspectos, en garantizar la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la eficiencia energética o un correcto balance de masas.

Las ocho plantas de Ence generan 253 MW de energía renovable, a los que se suman otros 112 MW de cogeneración sostenible derivados del proceso de producción de celulosa en las biofábricas de Navia y Pontevedra, según informa la compañía. “Pensamos que la energía eléctrica renovable con biomasa está llamada a desempeñar un papel clave en la transición energética y en el proceso de descarbonización. Se trata de la única fuente renovable que, además, es gestionable y que, por lo tanto, no depende de las circunstancias meteorológicas. Además, es capaz de dar respuesta al sistema para adaptarse a los picos y valles de la demanda eléctrica, de tal modo que actúa como almacenamiento energético”, reflexiona Torroba.

A su juicio, la actividad de Ence representa un ejemplo paradigmático de economía circular, tanto en las biofábricas de celulosa, que se autoabastecen con la energía producida a partir de la madera que no se emplea para la pasta de papel (corteza y lignina, fundamentalmente), como en las plantas de energía renovable, que utilizan como materia prima los restos de la actividad agroforestal. “Cerramos, así, un círculo virtuoso”, subraya Torroba, que defiende la búsqueda de un aprovechamiento integral de los recursos, tanto madereros, en el monte, como de los restos agrícolas, en el campo. E insiste en que competitividad y sostenibilidad van de la mano, y en que la creación de valor y riqueza sostenibles para el entorno conlleva la creación de valor como compañía.

Según datos de APPA Biomasa, patronal empresarial del sector en España, la biomasa es la tecnología renovable que más puestos de trabajo genera por megavatio instalado: 30. “Supone una clara contribución a la fijación de población en el medio rural, en el que se ubican estas plantas de generación eléctrica renovable”, señala Torroba. De manera que, además de permitir una solución “adecuada y sostenible” a los restos agroforestales, evitando problemas medioambientales derivados de una gestión incorrecta (como plagas o incendios), la actividad de Ence “supone una importante contribución a la vertebración del territorio”, asegura el CEO de Ence Energía.

Pero no solo importa lo que se cuece dentro de las instalaciones de la compañía sino lo que ocurre de puertas para fuera, a lo largo y ancho de su cadena de valor, desde que los restos vegetales son recogidos hasta que se valorizan y transforman en energía. “Transmitimos nuestra visión de sostenibilidad a todos los actores de la cadena de valor con los que colaboramos, que han de regirse por los mismos criterios de sostenibilidad con los que trabaja la empresa”, declara, rotundo, Torroba.

Hasta el momento, Ence ya ha llevado a cabo formaciones a propietarios y suministradores sobre su decálogo de la sostenibilidad de la biomasa, y ahora los ayuda a implantar el esquema de certificación SURE. “Desarrollamos una labor de transmisión de los principios que forman parte de nuestro ADN”, sostiene Torroba.

Decálogo de Ence para la sostenibilidad de la biomasa como combustible

  1. Respetará el entorno natural: la gestión de la biomasa será respetuosa con los recursos naturales y no producirá daño al entorno.
  2. Será compatible con las prácticas agrícolas y silvícolas sostenibles.
  3. Ence no utilizará como combustible madera en rollo de más de 10 centímetros de diámetro, salvo que su única posibilidad de consumo sea el uso energético.
  4. Respetará los usos prioritarios de la biomasa, y no competirá con otros posibles usos industriales.
  5. No utilizará biomasa que compita en recursos con la alimentación.
  6. No competirá con usos ganaderos de la biomasa.
  7. La gestión de la biomasa se acometerá siempre con respeto a la legislación, los derechos humanos y de las comunidades.
  8. A fin de minimizar el impacto ambiental, Ence aplicará las mejores prácticas en el aprovechamiento, transporte, tratamiento y almacenamiento.
  9. Minimizará la emisión de carbono: considerará el balance de emisiones de gases de efecto invernadero en todo su ciclo de vida.
  10. Perseguirá siempre la mayor eficiencia energética con criterios de sostenibilidad, mediante tecnología para el aprovechamiento del calor residual de sus plantas para otras industrias y usos locales.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario