TITULO: Metrópolis - Ventana con sonrisa ,.
El lunes -7, 14 - Noviembre , los lunes a partir de las 00:30, en La2, foto,.
Ventana con sonrisa,.
Asomadas a sí mismas: el arte de mirar por la ventana,.
Una exposición en Londres analiza la omnipresencia de mujeres pegadas a cristales y miradores en la pintura de los últimos siglos,.
“Lo que se puede ver al sol es siempre menos interesante que lo que ocurre detrás de un vidrio. En ese agujero negro o luminoso vive la vida, sueña la vida, sufre la vida”. Lo escribió Baudelaire en ‘Las ventanas’, uno de los poemas en prosa que formaban parte de El spleen de París, donde observaba a una mujer madura, “arrugada ya, pobre, siempre inclinada sobre algo”, reclusa en su hogar pero asomada a su mirador sobre los bulevares. Con su rostro, su ropa y sus gestos, “con casi nada”, reconstruía la historia de esa señora, “o más bien su leyenda”. Si hubiera sido un hombre, aseguraba Baudelaire, lo hubiera narrado con la misma facilidad. La cuestión es que no lo era. Pese a que asegurase lo contrario, el poeta se inscribía en una larga tradición en la historia del arte, que durante los últimos 3.000 años no ha dejado de representar a mujeres pegadas a la ventana, motivo presente en tantas civilizaciones a la vez que no puede obedecer a la simple casualidad. Una exposición en la Dulwich Picture Gallery, en el sur de Londres, explora ahora los significados de este tropo pictórico, que ha convertido a la mujer en “un lienzo sobre el que proyectar unos ideales y una moral que dicen mucho sobre las preocupaciones de una sociedad en particular”, escribe la comisaria Jennifer Sliwka, especialista en el Renacimiento y Barroco italianos del King’s College, en el catálogo de la muestra.
Desde la Antigüedad clásica hasta la actualidad, la exposición recorre una suma de obras de calidad variable, que analiza con una erudición accesible y apta para un público familiar, y que a ratos puede resultar poco exigente. Por suerte, las tesis son tan apasionantes, y su asunto, tan poco abordado hasta la fecha, que poco importan estas reservas. La idea fundamental de la muestra es la polisemia que desprende esta figura, símbolo de confinamiento y de libertad, de visibilización de las mujeres pero también de anhelo por el mundo al que no tuvieron acceso durante los muchos siglos que pasaron recluidas en sus casas.
Antes de la eclosión de la sociedad del espectáculo, en la que la mercancía concluyó “su colonización de la vida social” —en palabras de su principal teórico, Guy Debord—, mirar por la ventana fue una de las principales actividades de ocio en el mundo occidental. Las aperturas en las fachadas permitían el paso de la luz y la ventilación, pero también eran instrumentos para la socialización, lugares donde ver y ser visto, donde exponerse a las miradas ajenas y exhibir belleza u opulencia. Por ese motivo, asomarse al balcón siempre estuvo sujeto a un debate moral e incluso a la censura religiosa. Sobre todo, en las sociedades católicas, donde se consideraba un signo de ostentación impúdica e incluso de holgazanería femenina.
Pese a todo, durante el Quattrocento, la tradición florentina, representada por Botticelli o Lippi, popularizó las imágenes de mujeres mirando por la ventana, convertidas en recatados objetos sexuales, ideales inalcanzables de mujeres aletargadas que también retomaría Veronese décadas más tarde en Venecia. En La vita nuova, Dante Alighieri se repuso de la muerte de Beatrice observando a una doncella anónima sentada en su balcón. Esa proyección de deseo sin atributos, casi abstracta, fue el único remedio que encontró para reemplazar a su amada, igual que hizo el prerrafaelita Rossetti, siglos más tarde, cuando sustituyó a Elizabeth Siddal, recién fallecida, por otra dama pegada al cristal a la que retrató en uno de sus óleos.
En los países protestantes, asomarse a la ventana generaba menos recelo. El propio Lutero recomendaba rezar con los ojos mirando al cielo, y no ante iconos religiosos. La práctica se toleraba en un marco estrictamente espiritual, pero esa permisividad acabó abriendo camino a otros usos, hasta desembocar en los escaparates de la prostitución de algunos barrios rojos. En Países Bajos se puso de moda vivir sin cortinas, emblema de una sociedad de la transparencia que no tenía nada que esconder, porque todo en ella era virtud. Rembrandt sigue siendo considerado el gran artífice de este subgénero, con su retrato de Agatha Bas (1641) o su Muchacha en la ventana (1645). Más tarde, otros maestros holandeses escogieron a mujeres en la ventana como protagonistas de viñetas intimistas y domésticas donde cocinaban, bordaban o tocaban instrumentos mientras una luz tenue y existencial iluminaba la estancia. La más conocida es la Mujer leyendo una carta (1663-1664), de Vermeer, reinterpretada por el fotógrafo Tom Hunter en una imagen en que la misiva de amor del original se ha convertido en un aviso de desahucio en el Londres de la primera gentrificación, allá por 1997.
Con el siglo XX, la mujer y la ventana cobran otros significados. Vanessa Bell retrató a una dama que descansa en la campiña, a salvo de la contienda de la Primera Guerra Mundial, aunque las vistas al exterior le recuerden que su quietud podría ser efímera, como indica su rostro quebrantado. Picasso pintó a Françoise Gilot en La femme à la fenêtre (1952), retrato en el que apoya sus manos contra el cristal, como si buscara una escapatoria, en un dramático claroscuro que anticipa el final de su turbulenta historia de amor. Desde los cuarenta, con el alejamiento de las mujeres del espacio doméstico, el subgénero entra en declive. O, mejor dicho, pervive en una versión adulterada. Cindy Sherman o Marina Abramovic lo subvierten convirtiendo a las castas doncellas del pasado en mujeres sexualmente activas. Por su parte, Wolfgang Tillmans escogió como modelo de uno de sus primeros retratos londinenses a Smokin Jo, reconocida DJ afrobritánica, añadiendo nuevas capas de significado al resultado.
La muestra concluye con la pandemia, cuando la ventana recobró, contra todo pronóstico, el rol que tenía en otro tiempo: proporcionaba un acceso visual al mundo y, a la vez, nos protegía de sus peligros. Por desgracia, la muestra lo ejemplifica con fotografías sentimentales y algo anecdóticas, que no reflejan la brutalidad del encierro de 2020. Puede que no hubiera otras mejores, pero seguro que las habrá. Visto lo visto, los artistas seguirán asomándose a la ventana.
TITULO: DIAS DE TOROS - Rafa Camino: «Soy muy crítico conmigo mismo», .
foto / Antes de que todo el barullo y alboroto que ha traído el coronavirus nos pusiera en estado de alarma, me propusieron hacerle una entrevista a un joven novillero sin caballos que debutaría en Marzo, y en Méjico, con los del castoreño. Se apellida Camino, apellido ilustre en el toreo el de éste novillero que se enfrenta, junto a sus compañeros, a una de las épocas más complejas para la tauromaquia, dentro y fuera de los ruedos. Él es Rafael Camino, emparentado con el eterno Paco Camino, y que busca hacerse un hueco en el escalafón. Sin más dilación, les dejo con nuestras preguntas y sus respuestas. Empezamos, para abrir boca, hablando un poco de su trayectoria, de su pasado…
P- ¿Cómo describirías tu trayectoria en el mundo del toro?
R- Mi trayectoria es como la de cualquier chaval que quiere ser torero, me he hecho asistiendo de aficionado a la tapia por todas las ganaderías de Cádiz. Empezé en la escuela taurina de jerez y luego en la del Puerto del maestro José Luis Galloso. Él que confió en mí y me puso en certámenes, me enseñó lo que eran los terrenos y la técnica… le estoy muy agradecido. He podido torear en estos tres años unas 30 novilladas y muchas por sitios donde los novillos pesaban más de 400 kg sin picar, de lo cual no me quejo, al revés, me ha enseñado lo duro que es ser torero.
De este modo, pasamos a una visión de los planes futuros, de lo que estápor venir:
P- ¿Qué esperas de ésta nueva etapa de tu debut con picadores?
R- De esta nueva etapa espero que sea mi lanzamiento en este sueño de ser torero. Voy a darlo todo y creo que lo más importante en mí es la actitud delante del toro. El arte y el sentimiento vienen solos, pero el valor no viene, eso está en uno mismo y esa es mi posición, el no dejarme nada.
P – ¿Cómo ves actualmente tu progresión? ¿Dónde te ves dentro de cinco o seis años?
R- Creo que mi progresión es, francamente, positiva, pues no vivo para otra cosa que para ser torero. Espero que en 5 o 6 años verme en los carteles anunciado como matador de toros, en todas las ferias y compartiendo con los mejores.
P- ¿Qué crees que debes mejorar?
R- Debo de mejorar todo. Me gusta entrenar e ir al campo y grabarme para después verme y analizar los fallos, que son muchos. Soy muy crítico conmigo mismo.
P- ¿Cómo vives el debut con picadores? ¿Te preparas de manera especial?
R- Mi debut afronto con mucha ilusión. Cuando me hablaron de Méjico, y en una plaza de primera ahora en marzo, no lo dudé. Méjico está muy ligado a la familia Camino, mi tío abuelo Paco Camino ha sido un idolo en ese país. Para ello, me preparo como todos los días: con ilusión. Me levanto y a las 8 me voy a entrenar. Vuelvo a las 14 y me voy otra vez a las 17 para volver a las 20 todos los días, y siempre con la misma ilusión.
Visto su futuro, pasamos a hablar de temas másactuales y que nos conciernen a todos, además de la estricta defensa del toro.
P- Los jóvenes novilleros son el futuro ¿Cómo se debe adaptar la tauromaquia a los tiempos modernos?
R- Hay un poblema grande con el tema de las novilladas y es que se dan pocas y, para colmo, muchas le cuestan dinero a los novilleros. Ésto es nefasto para la Fiesta, ya que somos la sabia nueva, los que tenemos que ilusionar al aficionado presente y también futuro.
P- En éste medio defendemos el toro por encima de todo ¿Cuál es tu opinión sobre el tercio de varas y qué importancia le das? ¿Y sobre el afeitado, ahora tan de moda?
R- Es muy importante. Durante toda la historia, en este tercio se ha medido la bravura del toro, pero hoy en día se ha perdido. Me gustaría poder ver más cómo un toro se arranca de lejos al caballo, deberíamos recuperar ese tercio en plenitud. Sobre el afeitado, creo que el toro debe que llegar íntegro, en todos los aspectos.
P- Hace poco dijo Justo Hernández que habría que eliminar el reglamento. Quizá quitarlo no, pero ¿Qué modificaría de él?
R- Creo que debería crearse una comisión de profesionales y aficionados que se unieran para reescribirlo. El torero es el que se pone delante, pero el aficionado es el que paga y mantiene el espectáculo en definitiva.
Y ya, en las estribacionesde esta entrevista, nos metemos en los terrenos del torero y le preguntamos por aspectos más personales:
P- ¿Cuál es tu toro? ¿Algún encaste o hierro predilecto?
R- No tengo un toro o un encaste predilecto. Me gusta el toro que se mueva y que cree emoción, que le llegue al torero y le transmita al que se sienta en el tendido.
P- ¿Qué plazas te gustan, te llenan o te emocionan más?
R- Me emocianan todas, pero Sevilla y Madrid son especiales. Sevilla ya la pisé de novillero sin caballos y pude dar la vuelta al ruedo, Madrid… Sólo decir que cada vez que paso por Las Ventas y veo la puerta grande se me ponen los pelos de punta.
Resumiendo ya, y para dejarles a ustedes, lectores, con un último apunte sobre Rafa Camino:
P- ¿Cuál es tu sueño en el toro?
R- Mi sueño es llegar a ser figura del torero y ser reconocido por todos los aficionados.
Sueño con algún día llegar hacer la gesta de Paco Camino y encerrarme en Madrid con seis toros de distintas ganaderías y encastes ¡Qué bonito es ser torero!
Ya ven ustedes, e aquí uno de los valores futuros de los ruedos, que con toda seguridad y si la suerte (y el Covid-19) lo permiten tendremos el gusto de ver torear a no mucho tardar en las más grandes plazas de nuestra Piel de Toro.
TITULO: Retratos con alma - Folklore extremeño en fiestas populares ,.
La periodista Isabel Gemio regresa a la televisión para presentar 'Retratos con alma', el nuevo programa producido por RTVE en colaboración,.
Lunes-7, 14 - Noviembre - a las 22:40 horas en La 1 / foto,.
Folklore extremeño en fiestas populares,.
Además de las verbenas y otro tipo de actuaciones musicales que se llevan a cabo en Extremadura a lo largo del verano, proliferan las de los grupos folklóricos que, desafiando el intenso calor, actúan luciendo sus voluminosos y abrigados trajes típicos, interpretando canciones y danzas que, gracias a ello, se mantienen en el tiempo.
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