TITULO: Domingo -11- Julio - LIARLA PARDO - Margarita del Val ,.
El domingo -11- Julio a las 18:00 por La Sexta, foto,.
Margarita del Val,.
La advertencia de Margarita del Val sobre las fiestas y el coronavirus: "Se puede propagar fácilmente"
La viróloga del CSIC pide "aguantar" y se inclina por donar las vacunas destinadas a los jóvenes a los países más necesitados: "No hace falta darles una vacuna a personas jóvenes que tienen un sistema inmunitario muy potente".
La viróloga del CSIC Margarita del Val ha asegurado que las fiestas callejeras "son una manera de que si hay alguien contagiado lo pueda propagar muy fácilmente". Por eso, pide "aguantar" por "respeto" a quienes están a punto de recibir la vacuna.
Del Val también se ha pronunciado sobre la intención de la OMS de no vacunar a personas jóvenes para donar las dosis a las personas más vulnerables de países en vías de desarrollo. "En algún momento tenemos que pasar a las personas de altísimo riesgo en países con muy pocos recursos", ha insistido la viróloga, que ha aseverado que "este virus nos ha puesto patas arriba todo el planeta, pero no es el más tremendo que nos hemos encontrado. Este virus nos ha pillado desprotegidos porque nadie en todo el planeta teníamos inmunidad, en cuanto la tengamos este virus es uno más. No hace falta darles una vacuna a personas jóvenes que tienen un sistema inmunitario muy potente".
TITULO: ESPAÑOLES POR EL MUNDO - Belgrado,.
Españoles en el mundo' despide temporada en Belgrado
- foto / Cierra su periplo en la capital de Serbia, cruce histórico entre Oriente y Occidente,.
‘Españoles en el mundo’ despide temporada en la confluencia de los ríos Sava y Danubio: Belgrado. Allí cierra una etapa marcada por los cambios que ha generado la pandemia en todo el mundo y que ha mostrado cómo han vivido esta crisis sanitaria los españoles residentes en distintos puntos de planeta. Lucas, Jennifer, Pau, Pablo, Paula y Alfonso serán los anfitriones de esta semana y descubrirán los lugares más emblemáticos de la capital de Serbia.
Comenzará el recorrido junto a Lucas, un ejecutivo de cuentas oscense que mostrará la arquitectura brutalista heredada de la época soviética; el barrio de Dorcol, uno de los más antiguos de la ciudad; la Plaza de la República y la calle Skadarlija, que concentra la mayoría de sus tabernas típicas. También visitará la fortaleza Kalemegdan.
A poco menos de hora y media en coche se encuentra Novi Sad, la segunda ciudad más grande del país. Allí, el reportero Antonio Montero se encontrará con Jennifer, una tinerfeña que triunfa como cantante e influencer con la que conocerán la Plaza de la Libertad, donde se encuentran la catedral católica y el Ayuntamiento.
De vuelta a la capital con Pau, analista de datos barcelonés, para pasear por el parque Kosutnjak, y la antigua azucarera, y disfrutar de un espectáculo de stand up comedy en el Danubio.
A continuación, Pablo, su mujer, Paula, y sus ocho hijos en común. Además de comprobar cómo se organiza esta familia numerosa de misioneros, el programa descubrirá la pequeña ciudad de Zajecar y los restos del emperador Galerio en Felix Romuliana: Gamzigrad.
En el tramo final, tiempo para explorar la zona nueva de Belgrado con Alfonso, un diseñador de videojuegos madrileño que reside en la ciudad desde hace tres años. La Torre Genex, el Palacio de Serbia, el museo Nikola Tesla, la Catedral de San Sava y las huellas que han dejado los sucesivos conflictos bélicos que ha padecido el país balcánico serán las principales paradas.
Más de 200.000 kilómetros por el mundo
Los reporteros y cámaras de ‘Españoles en el mundo’, producido por RTVE en colaboración con Secuoya Studios, han recorrido esta temporada más de 200.000 kilómetros para conocer la vida y testimonios de españoles de todas las edades, profesiones y niveles sociales fuera de nuestras fronteras. De la mano de estos anfitriones excepcionales, el programa de La 1 ha conocido las riquezas históricas, naturales, gastronómicas y culturales de sus países de adopción. Los espectadores han viajado a Maldivas, Kenia, las Islas Feroe, Ciudad de México, Malta, Madeira, Ghana, Occitania, Roma, Suecia, Bosnia, Turquía Egeo y Belgrado con los reporteros Antonio Montero, Arantzazu Fuertes, Eva Rojas, Gorka Vallejo y Laura Martí.
TITULO: Donde viajan dos -"Los Repobladores" visita Chercos (Almería) y Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) ,.
"Los Repobladores" visita Chercos (Almería) y Sanlúcar de Barrameda (Cádiz),.
En estos municipios conoceremos a Isabel, que tiene una fábrica de
mermeladas gourmet que ha cautivado al Príncipe Carlos de Inglaterra y a
Alejandro, viticultor. ( foto),.
El espacio “Los Repobladores” de Canal Sur Televisión viaja este sábado hasta Chercos (Almería) y Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), donde conoceremos a Isabel y Alejandro, dos vecinos que desarrollan sus vidas y sus profesiones en estos pueblos. Ella tiene una fábrica de mermeladas gourmet y el es viticultor.
Isabel hizo su sueño realidad y consiguió fabricar una mermelada que ha cautivado al Príncipe Carlos de Inglaterra. Pero su vida no siempre fue así. De hecho, antes de irse a vivir a Chercos (Almería) vivía en la capital, trabajando en una asesoría. Y es que su ritmo era frenético y lleno de estrés. En 2009 hizo un viaje a la India y el destino iba a querer que allí conociera a un italiano, Biagio, que se convertiría en su pareja y compañero de repoblación. Juntos decidieron abandonar ese ritmo desenfrenado de las ciudades e irse al pueblo de origen de Isabel para montar una fábrica de mermeladas gourmet con las frutas de la zona. Y esas dulces y deliciosas mermeladas fueron las que cautivaron, en un concurso internacional, a uno de los miembros más distinguidos de la realeza británica.
Alejandro estudió Arquitectura pero la vida quiso que los cimientos de sus planes se tambalearan. Y es que en un viaje a Francia, Alejandro conoció el mundo del vino y a uno de los productores de Champagne más famosos del mundo, que además le introdujo en la agricultura biodinámica, es decir, aquella que respeta los ciclos naturales a la hora de producir los vinos. Alejandro cambió toda su vida pero para ello necesitaba un escenario perfecto. Y lo encontró en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), donde decidió convertirse en un viticultor en un entorno cercano al parque de Doñana y a la desembocadura del Río Guadalquivir, donde los langostinos y la manzanilla hacen el maridaje perfecto con la nueva vida de Alejandro.
TITULO : Escala
humana -Prismáticos y cámara de fotos: así me hice activista medioambiental ,. , Miercoles -7- Julio ,.
El Miercoles -7- Julio a las 21:00 por La 2, fotos,.
Prismáticos y cámara de fotos: así me hice activista medioambiental,.
El científico Fernando Valladares recuerda cómo ha llegado a convertirse en una de las voces más reconocidas contra el cambio climático,.
Si tuviésemos que elegir un par de elementos decisivos a la hora de construir la conciencia ecológica habría que elegir sin duda unos prismáticos y una cámara de fotos o de filmar, esto último ahora resuelto con un buen móvil aunque la satisfacción no llegue a ser la misma. Con 4 años, el francés Jacques Cousteau (1910-1997) era un niño enfermizo al que recomendaron olvidarse de los deportes de contacto y abrazar la natación. Aquello le acercó al océano.Al borde de la adolescencia, su padre le regaló una cámara para registrar pequeñas grabaciones y fue también cuando descubrió la película muda '20.000 leguas de viaje submarino' (1916), la primera cinta rodada bajo el agua con un sistema ideado por unos hermanos estadounidenses, los Williamson; a partir de entonces leyó todo lo que pudo sobre ellos y ya solo pensó en cómo mantener seca su cámara para rodar bajo el mar. Fue el inicio de una fascinación que lo condujo a ser uno de los mayores activistas medioambientales de todos los tiempos.
En España, Félix Rodríguez de la Fuente (1928-1980) no se separaba de los prismáticos que le regaló su padre al cumplir los 12. Gracias a ellos descubrió que el lobo al que tanto llegó a amar no era el monstruo que le habían pintado: «Lo que vi jamás se borrará de mi memoria. La faz del lobo era de una belleza indescriptible; la amplia bóveda de su cráneo, coronada por dos pequeñas y triangulares orejas, reflejaba gran inteligencia; sus claros, serenos y profundos ojos, con el iris del color del ámbar, miraban hacia mí con aire interrogante (...). Aquella faz no podía ser mala. La nobleza, la serenidad y la gallardía emanaban de la manera más conquistadora del rostro del perseguido carnicero. Aquella tarde fría de diciembre decidí que todo cuanto me habían contado era falso», contaba él mismo acordándose de su infancia.
Fernando Valladares nació en Mar del Plata en 1965 porque su familia materna, catalana, salió de España para evitar el franquismo y recaló en Argentina. Pero con 7 años ya estaba de vuelta en Tarragona (más tarde se instalaría en Madrid definitivamente, donde vive). Fue en esa ciudad donde el hoy profesor investigador del Museo Nacional de Bellas Artes, dependiente del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y una de las voces más autorizadas y reclamadas contra el cambio climático en España, tuvo la primera revelación que le conduciría a ser un activista medioambiental convencido. «Me encantaba ir al puerto con mis prismáticos porque era un espectáculo de vida, especialmente cuando llegaban los barcos cargados de peces y se acercaban las aves y aquello se convertía en una orgía taxonómica, por la cantidad de cosas hay en el mar».
Debía tener él unos 11 años y se dedicaba a sacar fotos de aquella fiesta con una cámara bastante elemental... «Pero hacía unas fotos que me parecían buenísimas de gaviotas a distancia. Me sentía naturalista y me quedaba a ver todo el proceso, incluida la subasta, donde los pescados más bonitos eran los que menos valían...».
«Yo veía a esos hombres tirando toda la mierda por la borda y no entendía nada, era pura incomprensión»
Hasta aquí, todo muy hermoso, como en una película con música de Burt Bacharach. Pero sin desenlace feliz: «Lo que más me impactó fue ver el final... con los pescadores tirando toda la mierda al mar. Yo no lo comprendía, no era que sintiese la rabia que podría sentir ahora, sino pura incomprensión, de decir 'pero si estáis cogiendo de ahí lo que necesitáis cómo lo ensuciáis ahora'... Porque no solo tiraban los desechos de pescado, sino que luego era una red rota, después una navaja que no cortaba, y por último el combustible, el chorro de gasoil dejando esas manchas multicolores... Y yo decía '¡si hace unas horas esto era la fiesta de la vida!'. Más adelante ya hablé con otros pescadores y fui entendiendo que su visión era que el océano era infinito y que ellos por supuesto que querían a la mar, como la llaman, y que la tienen veneración, pero...».
Luego, 15 años más tarde, cuando fue a la Antártida, Valladares seguía viendo que los marineros del buque de investigación oceanográfica 'Hespérides' tiraban las cosas por la borda: «Hacían contenedores con la basura y la arrojaban al mar. Y como había un tratado de la Antártida que prohibía tirar cosas al sur de determinada línea, esperaban a cruzarla y aprovechaban entonces. Otra vez lo mismo, '¿cómo puede ocurrir esto, no hacéis conexiones, no veis lo que pasa?'».
Lanchas de Greenpeace
Aparte de aquellos episodios experimentados en primera persona, si se le pregunta por otros hitos que marcaron su conciencia ecológica responde con los nombres de Cousteau y Félix, y como tercer hecho, aquellas imágenes inolvidables que los españoles contemplaron en los informativos de 1982, con las lanchas de Greenpeace asaltando a un barco holandés que lanzaba a la fosa atlántica, a 500 kilómetros de las costas gallegas, bidones con residuos radiactivos. Activistas de la ong medioambiental junto a ecologistas y pescadores gallegos se jugaron el tipo en la primera y gran acción ecologista que dio la vuelta al mundo. «Aquello me impresionó muchísimo, el 'Rainbow Warrior', es que algo había y hay que hacer».
Tras estudiar Biológicas y hacer la tesis sobre los líquenes, enseguida se dio cuenta de que lo que le interesaba era ver cómo sobrevivían en condiciones de estrés, y no solo los líquenes, sino el resto de organismos... «Y uno de los estreses era el cambio climático». Hoy, aparte de su trabajo como científico del CSIC, que le saca de su despacho no tanto como él quisiera para ir a investigar al campo –«a hacerme preguntas sobre los sistemas naturales»–, y de su labor educativa en la Universidad Rey Juan Carlos, donde es profesor asociado –aparte de en múltiples másteres de otros centros–, se dedica a atender a los medios, en una labor divulgativa que ha centrado su mundo. Son muchos los periodistas que recurren a él para saber qué pasará con nuestro planeta si no cambiamos el rumbo: «No me da la agenda, pero estoy encantado. Hace un par de años decidí saltar más a la comunicación y he aprendido mucho y hay complicidad para lograr que el mensaje llegue».
«Lo que más me preocupa es que la reacción social llegue tarde y que tengamos en la mano menos soluciones»,.
Para todo lo que hace se desplaza en una moto grande, «aunque no soy supermotero pero quería una sostenible en el tiempo, pues en transporte público no llegaría». También se desplaza en bicicleta, hay días que pedalea 100 kilómetros con una tartera llena de calorías por el desgaste, «aunque luego está la cosa de llegar sudado, que a veces no se puede». Valladares hace mucho entrenamiento físico, una parte importante de su día a día que le aporta «energía y tolerancia con la mezquindad y los cenutrios que encuentras por el camino». ¿Su objetivo? La carrera de montaña, «ultramaratones, resistencia. Y para entrenar no puedes hacer todo corriendo, combinas carrera con gimnasio, bicicleta y natación. Por eso a veces voy a trabajar en bici y me planto en Móstoles por caminos secundarios y aprovecho para disfrutar de los descampados, poco valorados pero llenos de vida, arbustos, aves, vías pecuarias, jardines y parques... Y un recorrido que en moto tardo 30 minutos, en bici puede que lo haga en 40».
Ecoenfadado y ansioso
Pertenece a cuatro ongs, Greenpeace, Save the Children, Acnur y Cruz Roja, y defiende las acciones empujadas por el ecoenfado de Extinction Rebellion... «Tocando muchos palos, porque sin armonizar todo eso no estaremos sanos psicológica, social o físicamente.Me gusta mucho desafiar a los nacionalistas de Vox cuando hablan de migrantes y España, porque hay muchos españoles que son migrantes climáticos dentro de este país. Y les descabalga porque no se creen el cambio climático y se piensan que los migrantes son negros que vienen a molestar. Las tres fuentes de migrantes españoles son gente de zonas costeras donde se saliniza el agua o se altera la costa, de áreas de incendios recurrentes y de sitios donde la sequía hace inviable la agricultura y empuja a sus habitantes a desplazarse dentro de España, empujados por un clima que hace insostenible sus actividades».
¿Lo que más le preocupa? «Que la reacción social llegue tarde, los plazos lentos para traducir la información que la sociedad va absorbiendo en cambio real. Los ecologistas están aún más preocupados, se desesperan porque no se hace nada, porque para cuando nos pongamos lo suficientemente de acuerdo, será más tarde y tendremos en la mano menos soluciones». Por ello, cuando se mete en la cama por la noche, su cerebro bulle de preocupaciones: «He sufrido ecoansiedad y lo he analizado, he leído sobre ello. Porque me paso el día en un 'non stop', hablando sobre ello, haciéndome preguntas, y cierro los ojos y veo permafrost que se descongela, plásticos por todos lados...».
TÍTULO:
LA MAQUINA DE ESCRIBIR - Esta noche, 'En primera línea -Estar todo el día con la pareja en vacaciones... ¿un lujo o un agobio? ,.
LA MAQUINA DE ESCRIBIR - Esta noche, 'En primera línea - Estar todo el día con la pareja en vacaciones... ¿un lujo o un agobio? ,. , fotos,.
El Miercoles -7-Julio a las 22:00 por antena 3,.
Estar todo el día con la pareja... ¿un lujo o un agobio?,.
El problema de la intimidad constante,.
Hay división de opiniones, pero parece que la intimidad, tan necesaria, puede llegar a hacerse «no soportable» para la mayoría. Ahí están las rupturas tras el confinamiento y las vacaciones,.
Hay un dicho popular que, con la sutileza acumulada durante generaciones, reza así: «Tanto me quieres, que me jodes». Resume en seis palabras la idea ancestral de que el 'exceso' de apego puede resultar agobiante, atenazador y, a la larga, poco beneficioso para el 'amado'. Y es aplicable a todo tipo de relaciones afectivas, no sólo las románticas. Miren por dónde, esa refinada aseveración está avalada por las tesis de algunos de los intelectuales más brillantes de nuestros días (que vienen a decir lo mismo sin utilizar la palabra con jota). La famosa socióloga francoisraelí Eva Illouz, cuyos libros sobre el amor y los lazos entre parejas son auténticos 'best sellers', ha manifestado recientemente en medios internacionales que «la intimidad constante y continua no es soportable para la mayoría de las parejas».
Según explica, muchas relaciones se fundamentan en el hecho de que los dos miembros de la pareja «toman caminos diferentes durante el día». Es decir, ambos disponen de su tiempo lejos del otro y también de sus horas de intimidad para disfrutar juntos. ¿Qué ocurre cuando este 'equilibrio' se rompe, por ejemplo por un confinamiento –como el del año pasado– o porque estamos de vacaciones, y afrontamos sin 'respiraderos' 24 horas al día con la pareja? Pues pueden pasar dos cosas: que ambos vivan esta situación como un paraíso y un regalo o, por el contrario, que estallen conflictos que llevaban tiempo gestándose y que permanecían 'enterrados' bajo una buena capa de rutina y separaciones diarias. Ahí están los datos: tras el confinamiento aumentaron más de un 20% los divorcios y muchos estudios indican que tras las vacaciones estivales también es 'temporada alta'.
Parejas mimetizadas
Esto de las relaciones es como el juego de las siete y media, que 'o te pasas o no llegas', como recordaba jocosamente 'La venganza de Don Mendo'. Es vital mimar los momentos de intimidad, pero si esta se vuelve constante... «Son necesarios los momentos para nosotros mismos y los ratos para socializar y estar con amigos y familia, es decir, para mantener nuestros círculos sociales y nuestra propia intimidad personal», advierte la psicóloga Gema Sánchez Cuevas. Según recalca, no es recomendable que nuestra atención y nuestro tiempo se enfoquen al 100% en nuestra pareja. «Porque, entonces, ¿dónde estamos nosotros? Llega un punto en el que casi somos unos desconocidos para nosotros mismos», alerta.
«Muchas relaciones se fundamentan en el hecho de que los dos miembros de la pareja «toman caminos diferentes durante el día»
Y otra consecuencia de estar todo el día juntos: algunas parejas se acaban mimetizando. ¿Saben ese dicho que dice que las mascotas acaban por parecerse a sus dueños? Pues entre personas que pasan mucho tiempo juntas ocurre igual. «Es normal que las parejas se adapten y asuman ciertas cosas en conjunto, pero hay que seguir preservando la propia individualidad». Según indica Sánchez Cuevas, existe un tipo de pareja que establece lo que se conoce como relaciones simbióticas. Es decir, que hacen todo juntos y nada separados. Sus miembros se comportan como si fueran uno solo. «Podríamos decir que están ahogados en el 'nosotros' y no existe nada más. Han perdido su individualidad, lo que conlleva también la pérdida de parte de su identidad –afirma Sánchez Cuevas–. El problema aquí son las creencias y las conductas que mantienen esta relación, como pensar que amar es necesitar, el hecho de responsabilizarse constantemente del dolor del otro, la pérdida de libertad e incluso las inseguridades y la baja autoestima. Hay que tener claro que la pareja no puede ser nuestro salvavidas y que somos responsables de nosotros mismos».
El exceso de horas juntos –por ejemplo, en el caso de parejas que trabajan en la misma empresa– puede provocar, salvo en honrosas excepciones, «agotamiento, roces, la continuación de las discusiones e incluso puede afectar a la productividad, es decir, tiene cierto coste emocional, sobre todo si no se sabe separar bien el trabajo de la pareja». De hecho, hay gente que no se relaciona igual con sus compañeros de trabajo si sus parejas están presentes.
Aquí es importante mencionar que, aunque a la mayoría de las parejas no les viene del todo bien este '24 hours non stop', hay otras a las que «la intimidad constante no les supone ningún inconveniente», añade Sánchez Cuevas. La psicóloga y socióloga Alicia López Losantos comulga más con esta postura. Para ella, si una pareja tiene problemas cuando está a solas mucho tiempo, es mala señal. «Si una pareja entra en conflicto serio en el confinamiento o en vacacienes por estar juntos todo el tiempo, quizá haya que revisar por qué», advierte. ¡Es que toooodo el día juntos! ¡¿Quién lo aguanta?! «En vacaciones es muy frecuente que las parejas discutan. Y es porque su relación funciona en algunos aspectos, pero no saben divertirse juntos, sin otra gente alrededor, ni tienen una relación de amistad, ni mecanismos para compartir la alegría o el ocio. Y tampoco saben respetar el tiempo de su pareja con otras personas si es que lo necesitan», subraya López Losantos. Según ella, eso no es una pareja «aunque ambos hayan asumido que lo es». Y de ahí vienen muchas engañifas. Para 'rascar' tiempo con los amigos, nos inventamos de todo y mentimos. «Es lamentable tener que estar así. Se hacen hasta chistes en Tik Tok y se crean estereotipos, pero es muy serio», apunta López Losantos, quien recuerda la historia de un grupo de hombres que dijeron a sus esposas que iban una semana de caza y en realidad pensaban 'huir' a Santo Domingo. Los pillaron y acabaron saliendo en la prensa. «Si tienes que andar así, mal vamos. La confianza es lo fundamental».
Las 'bestias' del verano: conversación sin interés, expectativas muy altas...
s. v.
«Todos hemos visto anuncios de divorcios exprés y megabaratos tras el confinamiento, ¿verdad?», indica Nayara Malnero, psicóloga, sexóloga y embajadora de la marca Tenga de bienestar sexual. Y vaticina que, cuando finalice el verano, volverán con fuerza. A su juicio, los largos periodos con la pareja todo el día al lado pueden servir para reforzar la relación o «para destrozarla». ¿Por qué la debacle, si se supone que estamos con la persona que hemos elegido para convivir? «Porque estar las veinticuatro horas juntos hace que nos quedemos sin conversación, que toquemos siempre temas recurrentes (si trabajamos juntos, todo trabajo, o los hijos). Entonces, dejamos de ser interesantes el uno para el otro, porque no aportamos creatividad, diversión o diferencia a la relación», argumenta.
Para Malnero, debe haber un equilibrio entre el tiempo personal y el común para seguir siendo atractivo para la pareja. Y esto sirve tanto a nivel social como a nivel sexual. «Es muy recomendable aprender a disfrutar de nuestro cuerpo a solas para luego estar bien con otra persona, para saber qué nos gusta y comunicarlo», advierte la sexóloga.
Para Malnero, la intimidad constante que impuso el confinamiento y que ahora impondrán las vacaciones es una buena oportunidad para, dado que disponemos de más tiempo, «probar novedades y juguetes sexuales y buscar puntos comunes».
¿Cómo podemos evitar que el veranito termine con una visita al abogado para repartir bienes y hablar de custodias? Gema Sánchez Cuevas apunta algunos 'tips'. Para ella, comenzando por el principio, es importante llegar a un consenso y dialogar sobre «qué se quiere hacer» en vacaciones. Muchas broncas se inician así. Solucionada la intendencia, es primordial «no resolver los asuntos pendientes» en estos días de descanso, en los que debemos ser especialmente flexibles con el otro y desconectar del trabajo.
«Tambien hay que tener mucho cuidado con la tendencia a imponer el criterio personal y con crearse expectativas poco realistas... Y, sobre todo, no esperar que la pareja satisfaga todas nuestras necesidades». Por último, si el conflicto llega, cosa muy probable, es importante no adoptar la actitud de atacar y de criticar al otro de forma constante, sino superarlo.
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