El Banco de Sangre recorrerá 13.000 kilómetros para recoger 1.900 litros,.
Los equipos del SES, que iniciarán sus recorridos el día 2 en Piornal, Talavera la Real y Zafra, visitarán 60 poblaciones, algunas de ellas en varias ocasiones, como Cáceres (8), Badajoz (7), Villafranca de los Barros (4) y Talavera la Real, Mérida, Barcarrota y Fuente del Maestre (2). Las colectas se realizarán en centros de salud, consultorios y otros locales públicos, y la mayoría serán por la tarde.
Joao Félix se estrena ante una irreconocible Croacia,.
La selección lusa liderada por Bruno Fernandes, Joao Félix y Bernardo Silva pasó por encima de una selección croata que echó de menos a Modric y Rakitic.
foto / La actual campeona de la UEFA Nations League no pudo comenzar con mejor pie su andadura en la segunda edición de esta competición de selecciones europeas. Con Cristiano Ronaldo en la grada por una infección en un dedo del pie derecho, Portugal se aferró a la calidad de sus jóvenes talentos como Bernardo Silva, Joao Félix y sobre todo Bruno Fernandes. El centrocampista del United fue el motor de Portugal y casi todo el poder ofensivo luso pasaba por sus pies.
El partido comenzó con un aviso de Croacia tras un tiro lejano de Vlasik, que prácticamente fue la mejor ocasión del partido para los visitantes. Los de Zlatko Dalic echaron mucho de menos a Modric y a Rakitic y vieron como Portugal llevaba en todo momento el mando del partido. La pareja formada por Kovacic y Pasalic se vio superada durante los 90 minutos.
Portugal fue una apisonadora durante el primer tiempo en el que tuvo más de una decena de ocasiones, todas ellas guiadas por un excelso Bruno Fernandes. El marcador al descanso fue de 1-0 pero de no ser por los palos y por Livakovic pudo ser mucho más abultado. Joao Félix, Jota y Guerreiro se encontraron con el travesaño y Pepe tuvo dos ocasiones clarísimas al rematar un corner y al recoger su propio rechace que fueron desbaratadas por Livakovic.
Ante la falta de puntería tuvo que ser un defensa, Joao Cancelo, el que iba a abrir el marcador. El del City llegó hasta la semiluna del área con una rápida diagonal y la clavó por la escuadra con un impecable disparo con la pierna izquierda.
El segundo tiempo siguió el mismo guion con una ocasión tras otra para los de Fernando Santos. Diogo Jota fue el encargado de hacer el 2-0 con una muy buena definición tras una gran asistencia de Guerreiro. Con una Croacia fuera de combate, Portugal siguió volcándose y así llegó el tercer gol. Joao Félix se estrenaba con la selección de su país con un gol marca de la casa, un tiro potente desde la frontal del área ante el que nada pudo hacer Livakovic. Tuvimos tiempo para ver algún detalle de Trincao, el nuevo fichaje del Barcelona para esta temporada. Ambos equipos se relajaron en el tramo final y esto provocó que viéramos dos goles más. Croacia hizo el gol del honor con una gran jugada que finalizó Bruno Petkovic, pero en la siguiente jugada, y cerrando el partido, el exsevillista André Silva aprovechó los 5 minutos que estuvo en el campo marcando el 4-1 definitivo tras un impecable testarazo.
Con esta goleada Portugal confirma su candidatura a repetir como campeón de la UEFA Nations League y se coloca como líder del grupo 3 de la Liga A, que comparte con Francia, Suecia y Croacia.
TITULO: Documental - Sastrería 3.0 ,.
Sastrería 3.0 ,.
Los trajes a medida viven una nueva edad de oro gracias a una generación
que reclama acabados personalizados frente a la uniformidad,. ( fotos) ,.
ATAVIADA CON un conjunto de estética hipster, una anciana
saluda con un corte de mangas desde la pechera de un jersey. La procaz
prenda, en blanco y negro, cuelga de un perchero dispuesto en una de
las salas de prensa de Pitti Uomo, la feria de las tendencias
masculinas por excelencia que se celebra en Florencia. Su creador,
Carlo Volpi, ha ganado la versión italiana del premio Who’s On Next
para jóvenes diseñadores. Esa abuela punk, dice, es el “símbolo” de su
colección. La inspiración le llegó desde “los clubes nocturnos, y en
general de todo lo que le da asco a la gente”. Tejidas con lana, sus
ropas buscan recuperar la tradición artesanal para actualizarla, darle
una vuelta de tuerca. Todo, subraya, por una cantidad más o menos
asequible de euros. “Creo que es mejor tener buen precio que buena
calidad”, sentencia el modista florentino. “Cada vez menos gente está
interesada en la calidad. Y los que sí lo están compran marcas como Brunello Cucinelli”.
Traje de la colección PS by Paul Smith presentada en Pitti Uomo.Ed Alcock En pleno ecuador de la feria, una afirmación así merece ser contrastada. A un escaso centenar de metros, desde su estand en la sede de Pitti, el aludido Cucinelli se dirige poco después de la intervención de Volpi a las cámaras de televisión. Muestra al objetivo su nueva colección, fundamentada en la mezcla de acabados, colores y tejidos. Sus chaquetas esconden un patronaje arquitectónico. Sus pantalones tienen un remate perfecto. Le consultamos: ¿piensa él, el rey del cachemir, que los compradores están ahora menos dispuestos a dejarse el dinero en ropa? “No estoy totalmente convencido”, responde el diseñador. “De lo que sí estoy seguro es de que ahora la gente quiere adquirir artículos especiales y exclusivos, artesanos”. Ante el desplazamiento del gusto hacia lo informal, teoría comprobada –entre otras muchas señales– por el imparable éxito del athleisure (esa hasta no hace tanto inaudita combinación entre lo elegante y lo deportivo), Cucinelli confirma que la sastrería, uno de los emblemas de su empresa, no solo sobrevive en paralelo a las tendencias contemporáneas. De hecho, su evolución no deja de mirar hacia arriba. Cada vez más hombres, incluidos los más modernos, compran trajes. Y cada vez más los quieren a medida.
En la primera imagen, desfile de la colección primavera-verano de Gucci. En la segunda, diseño de Brunello Cucinelli.Ed Alcock Las apuestas de firmas de distintos perfiles –desde clásicas como Ermenegildo Zegna hasta vanguardistas como Vetements– confirman que el sector de la sastrería, sinónimo de calidad, está en alza. Renovado, pero en constante crecimiento.
Asistentes a Pitti Uomo en Florencia en junio de 2016.Ed Alcock Bajo la actual dirección de Alessandro Michele, en Gucci han decidido igualmente experimentar con los códigos a base de una selección de siluetas y la combinación de tejidos. En Tommy Hilfiger siguen un camino parecido. “Nuestros diseños combinan la sastrería tradicional con otros estilos más relajados que encajan con las necesidades del hombre de hoy”, explica el diseñador neoyorquino, quien también presentó colección en Pitti. “El hombre moderno ya no se viste para una ocasión, sino para un estilo de vida”. La manera de unir ambas tendencias, lo de ahora con lo de siempre, pasa por alcanzar una formalidad desplegada en su justa armonía. “Esto significa llevar siempre prendas de sastrería en la parte de arriba”, recomienda Cucinelli, cuya empresa, que da trabajo a 1.400 personas, facturó 414,2 millones de euros en 2015. “Lo que necesitas es un estilo reconocible y chic, y eso te lo proporciona normalmente la chaqueta. Por el otro lado, los pantalones los puedes alternar: con un solo pliegue, con dos, un poco más anchos…, y es esta mixtura lo que transforma el tono de tu look”.
Desfile de primavera-verano 2016 de Ermenegildo Zegna.Ed Alcock Graham Simpkins, responsable en Hackett London, asegura que durante los últimos siete años han percibido “un aumento muy grande en el crecimiento del hecho a medida” en sus tiendas de todo el mundo. Afirma que el año pasado facturó unos tres millones solo con esta rama del negocio, cuyas cifras totales rondaban en 2015 los 250 millones de euros. “Cada cliente pide algo diferente y no hay dos pedidos iguales: a la mayoría de los hombres les gusta vestir para reflejar su personalidad”.
Ya lo había dicho Brunello Cucinelli: frente a la fast fashion y su producción masiva, el lujo ha hallado resguardo en lo propio y exclusivo. También en lo que no se consigue en un solo segundo, sino que requiere de una espera y genera expectativas. De hecho, inspirado por su “maestro Epicuro”, Cucinelli ha desarrollado una triple teoría que arrojaría luz sobre el “cambio cultural” que el italiano percibe: “Junto a una voluntad de poseer cosas únicas”, indica, “ahora se da un claro rechazo del consumismo: las cosas ya no se desperdician o se tiran, sino que se utilizan. Además, se está prestando muchísima atención a dónde y cómo se manufacturan los productos, para saber si se ha afectado a las personas o a la naturaleza de algún modo durante el proceso”.
Modelos de la última colección de García Madrid.Ed Alcock Las coloridas palabras que pinta el modista resultan elocuentes, si bien entre los entendidos resuenan ecos de las no pocas voces que ya han sentenciado la sastrería al olvido. “Se habla de la muerte del traje, pero yo no veo que eso esté ocurriendo. Cada vez es menos común ir con ropa formal al trabajo, pero la gente lleva trajes en las ocasiones especiales”, refuta Paul Smith, invitado especial en Pitti, donde incluso la influyente crítica Suzy Menkes percibió –y escribió en la web internacional de Vogue– que “el péndulo de la moda está balanceándose de nuevo” hacia la sastrería. A juzgar por la colección que Smith presentó en la ciudad toscana, seguramente habría quien no lo hubiera dicho: montados en bicicleta y lanzándose vasos de agua por encima, los modelos lucían prendas impermeables, reflectantes o con un sistema antiarrugas. El quid reside en que son precisamente esas innovaciones tecnológicas las que perfilan el futuro (también el presente) de los trajes, sean o no a medida: “Moda es cambio, y nosotros sabemos observar, escuchar y adaptarnos”, certifica Manuel García. “Es algo que va en nuestro ADN: estamos en evolución continua”. Con la progresiva relajación de los códigos de género en la ropa –ya no se crea tanto para el hombre o para la mujer como para todo el mundo–, quizá sea esa la próxima cima. “La sastrería es un clásico que puede vestir cualquiera”, cuenta Tommy Hilfiger. “Este mismo año nosotros presentaremos una colección cápsula para niños. La sastrería tradicional es algo del pasado: ahora lo que se lleva es mezclarlo con piezas que sean más casual y divertidas. Por suerte, yo tengo a mis hijos, que me ayudan a estar al tanto de lo que se considera cool”.
Traje de la colección PS by Paul Smith presentada en Pitti Uomo.Ed Alcock En pleno ecuador de la feria, una afirmación así merece ser contrastada. A un escaso centenar de metros, desde su estand en la sede de Pitti, el aludido Cucinelli se dirige poco después de la intervención de Volpi a las cámaras de televisión. Muestra al objetivo su nueva colección, fundamentada en la mezcla de acabados, colores y tejidos. Sus chaquetas esconden un patronaje arquitectónico. Sus pantalones tienen un remate perfecto. Le consultamos: ¿piensa él, el rey del cachemir, que los compradores están ahora menos dispuestos a dejarse el dinero en ropa? “No estoy totalmente convencido”, responde el diseñador. “De lo que sí estoy seguro es de que ahora la gente quiere adquirir artículos especiales y exclusivos, artesanos”. Ante el desplazamiento del gusto hacia lo informal, teoría comprobada –entre otras muchas señales– por el imparable éxito del athleisure (esa hasta no hace tanto inaudita combinación entre lo elegante y lo deportivo), Cucinelli confirma que la sastrería, uno de los emblemas de su empresa, no solo sobrevive en paralelo a las tendencias contemporáneas. De hecho, su evolución no deja de mirar hacia arriba. Cada vez más hombres, incluidos los más modernos, compran trajes. Y cada vez más los quieren a medida.
En la primera imagen, desfile de la colección primavera-verano de Gucci. En la segunda, diseño de Brunello Cucinelli.Ed Alcock Las apuestas de firmas de distintos perfiles –desde clásicas como Ermenegildo Zegna hasta vanguardistas como Vetements– confirman que el sector de la sastrería, sinónimo de calidad, está en alza. Renovado, pero en constante crecimiento.
“El hombre moderno ya no se viste para una ocasión, sino para un estilo de vida”, asegura Tommy Hilfiger.
Zegna,
una de las insignias globales del lujo masculino, lleva en el negocio
desde 1972. Desde la compañía explican que, para sus chaquetas y
abrigos, los clientes pueden elegir entre más de 500 telas diferentes,
patrones y colores exclusivos. “Todo se realiza de manera artesanal,
puntada tras puntada, hasta la costura de la etiqueta con el nombre del
cliente”. En solo unas semanas, este será poseedor de un conjunto único,
cuyas más de cien piezas habrán sido seleccionadas y tratadas según su
particular sensibilidad y preferencias. Sabedora de la progresiva
inclinación hacia lo informal, la firma lanzó en 2014 el proyecto Casual
Luxury, con el que se incorporaron chaquetas desestructuradas o prendas
de cachemir a los trajes a medida.Asistentes a Pitti Uomo en Florencia en junio de 2016.Ed Alcock Bajo la actual dirección de Alessandro Michele, en Gucci han decidido igualmente experimentar con los códigos a base de una selección de siluetas y la combinación de tejidos. En Tommy Hilfiger siguen un camino parecido. “Nuestros diseños combinan la sastrería tradicional con otros estilos más relajados que encajan con las necesidades del hombre de hoy”, explica el diseñador neoyorquino, quien también presentó colección en Pitti. “El hombre moderno ya no se viste para una ocasión, sino para un estilo de vida”. La manera de unir ambas tendencias, lo de ahora con lo de siempre, pasa por alcanzar una formalidad desplegada en su justa armonía. “Esto significa llevar siempre prendas de sastrería en la parte de arriba”, recomienda Cucinelli, cuya empresa, que da trabajo a 1.400 personas, facturó 414,2 millones de euros en 2015. “Lo que necesitas es un estilo reconocible y chic, y eso te lo proporciona normalmente la chaqueta. Por el otro lado, los pantalones los puedes alternar: con un solo pliegue, con dos, un poco más anchos…, y es esta mixtura lo que transforma el tono de tu look”.
La firma Hackett London facturó 3 millones de euros con su división de sastrería a medida el año pasado.
Los
tiempos cambian y las marcas se ven obligadas a hacer equilibrios
caminando sobre lo que Hilfiger denomina “la fina línea que separa el
deseo de innovación y la importancia de mantenernos fieles a nuestra
herencia”. Además, “estamos viviendo un momento de cambio entre los
sastres de toda la vida y una nueva generación”, agrega Manuel García,
director creativo de García Madrid,
que coincide en señalar que “en estos momentos de globalización de la
moda, del producto rápido, el cliente busca de nuevo ese servicio más
personalizado”. “Nosotros llevamos trabajando el hecho a medida en nuestras tiendas tres años”, agrega, “y cada vez vamos a más”.Desfile de primavera-verano 2016 de Ermenegildo Zegna.Ed Alcock Graham Simpkins, responsable en Hackett London, asegura que durante los últimos siete años han percibido “un aumento muy grande en el crecimiento del hecho a medida” en sus tiendas de todo el mundo. Afirma que el año pasado facturó unos tres millones solo con esta rama del negocio, cuyas cifras totales rondaban en 2015 los 250 millones de euros. “Cada cliente pide algo diferente y no hay dos pedidos iguales: a la mayoría de los hombres les gusta vestir para reflejar su personalidad”.
Ya lo había dicho Brunello Cucinelli: frente a la fast fashion y su producción masiva, el lujo ha hallado resguardo en lo propio y exclusivo. También en lo que no se consigue en un solo segundo, sino que requiere de una espera y genera expectativas. De hecho, inspirado por su “maestro Epicuro”, Cucinelli ha desarrollado una triple teoría que arrojaría luz sobre el “cambio cultural” que el italiano percibe: “Junto a una voluntad de poseer cosas únicas”, indica, “ahora se da un claro rechazo del consumismo: las cosas ya no se desperdician o se tiran, sino que se utilizan. Además, se está prestando muchísima atención a dónde y cómo se manufacturan los productos, para saber si se ha afectado a las personas o a la naturaleza de algún modo durante el proceso”.
Modelos de la última colección de García Madrid.Ed Alcock Las coloridas palabras que pinta el modista resultan elocuentes, si bien entre los entendidos resuenan ecos de las no pocas voces que ya han sentenciado la sastrería al olvido. “Se habla de la muerte del traje, pero yo no veo que eso esté ocurriendo. Cada vez es menos común ir con ropa formal al trabajo, pero la gente lleva trajes en las ocasiones especiales”, refuta Paul Smith, invitado especial en Pitti, donde incluso la influyente crítica Suzy Menkes percibió –y escribió en la web internacional de Vogue– que “el péndulo de la moda está balanceándose de nuevo” hacia la sastrería. A juzgar por la colección que Smith presentó en la ciudad toscana, seguramente habría quien no lo hubiera dicho: montados en bicicleta y lanzándose vasos de agua por encima, los modelos lucían prendas impermeables, reflectantes o con un sistema antiarrugas. El quid reside en que son precisamente esas innovaciones tecnológicas las que perfilan el futuro (también el presente) de los trajes, sean o no a medida: “Moda es cambio, y nosotros sabemos observar, escuchar y adaptarnos”, certifica Manuel García. “Es algo que va en nuestro ADN: estamos en evolución continua”. Con la progresiva relajación de los códigos de género en la ropa –ya no se crea tanto para el hombre o para la mujer como para todo el mundo–, quizá sea esa la próxima cima. “La sastrería es un clásico que puede vestir cualquiera”, cuenta Tommy Hilfiger. “Este mismo año nosotros presentaremos una colección cápsula para niños. La sastrería tradicional es algo del pasado: ahora lo que se lleva es mezclarlo con piezas que sean más casual y divertidas. Por suerte, yo tengo a mis hijos, que me ayudan a estar al tanto de lo que se considera cool”.
TITULO: El escarabajo verde - De aquí a la eternidad,.
De aquí a la eternidad,.
foto / Se emite hoy el primero de los seis episodios del telefilme norteamericano) De aquí a la eternidad, que sustituye en la programación de Grandes relatos a la segunda parte de Hombre rico, hombre pobre.La
serie, estrenada con éxito en Estados Unidos por la cadena NBC (día 14
de febrero de 1979) viene precedida de la excelente acogida comercial
que en su día. tuvo la novela de James Jones (siete millones de
ejemplares vendidos en Estados Unidos) y de la película homónima que
dirigió Fred Zinnemann (1953), a los dos años de ser publicada la
novela, con Deborah Kerr, BurtLancaster (la escena amorosa de la playa
fue el escándalo del momento), Montgomery Clift y Frank Sinatra, al
frente del reparto. Largometraje que obtuvo Oscars Fiara todo el equipo,
entre ellos al guionista Dalton Trumbo.
La
nueva versión, veinticinco años después, producida también por ta
Columbia, fue lanzada al mercado internacional con el eslogan
publicitario de «La historia completa que Hollywood no pudo contar en
1953 ».
La
censura moral y militar del código Hays parcialmente periclitada, dicen
que da paso a una obra más respetusoa Con el original literario. Si
bien cabe la posibilidad de que sea censurada a su paso por TVE. Juan
Julio Baena, subdirector para los programas de producción ajena y tres
hombres de confianza, provenientes de otras áreas de TVE, visionan en el
mayor de los secretos, al lado de una moviola, este telefilme que
alarmó, en principio, ante la posibilidad de que no quede a salvo el
honor del Ejército norteamericano. Los productores, sin embargo, cuentan
con la asesoría militar del teniente coronel John Markantonum; la
película (excepto la escena amorosa de la playa, filmada en escenario
natural de Hawai) se rodó en el cuartel militar de Fort Mac Arthur
(Texas), con la participación de 250 marines en papeles de
extras, la crueldad de algunos mandos militares y la azarosa vida
sentimental de la base, han sido remitidas a su contexto: Pearl Harbour,
en torno al fatídico día 7 de diciembre de 1941, cuando la aviación
japonesa bombardea y Estados Unidos decide intervenir en la segunda
guerra mundial. El novelista James Jones estaba allí, a los diecinueve
años, para contarlo, y resultaría herido, más tarde, en acción de
guerra. La crudeza de su lenguaje, sería acolchonada por la película y
luego por el telefilme.
El soldado Robert Prewitt
(interpretado por Steve Railsback; Montgomery Clift en la versión
cinematográfica) llega,en 1941 al cuartel de la compañia G., en
Schofield Barracks (Honolulú). Prewitt se niega a formar parte del
equipo de boxeo del batallón, ante el recuerdo de la muerte accidental
en el ring de un rival. El coronel Dana Holmes (interpretado por
Roy Thinnes; Philip Ober en la película) ordena se aplique «el
tratamientoni al soldado que se niega a boxear. El sargento Warden
(William Devane; Burt Lancaster en la pantalla grande) admira la postura
de Prewitt, pero no impide las medidas del coronel para que éste no
descubra sus relaciones amorosas con la esposa de su superior: Karen
Holmes (interpretada por Natalie Wood; por Deborah Kerr en la primera
versión). Prewitt encuentra apoyo tan sólo en el soldado Maggio (Joe
Pantoliano encarna el primitivo papel de Frank Sinatra) y en la joven
Lorene (Kim Basinger), provinciana que viajó a Hawai para hacer fortuna
como prostituta. Los dos soldados serán víctimas de! sádico comandante
Fatson.
La serie tiene también una segunda parte, no
adquirida por TVE, que arranca precisamente con el ataque a Pearl
Harbour (final de la novela) y reconstruye las futuras vidas de los
supervivientes. Algunos actores, como Natalie Wood, no quisieron
participar en esta segunda aventura. Natalie Wood dijo del telefilme:
«No se trata de un remake. Es fiel al original y creo que resulta mejor que la película.»
TITULO: Días de cine clásico - Cine - Annie Hall , Miercoles -9- Septiembre ,.
Este miércoles -9-Septiembre a las 22:00 en La 2 de TVE, foto,.
- Reparto
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Woody Allen, Diane Keaton, Tony Roberts, Carol Kane, Paul Simon, Janet Margolin, Shelley Duvall, Christopher Walken, Colleen Dewhurst, Jeff Goldblum, Sigourney Weaver,.
- Alvy Singer, un cuarentón bastante neurótico, trabaja como humorista en clubs nocturnos. Tras romper con Annie, reflexiona sobre su vida, rememorando sus amores, sus matrimonios, pero sobre todo su relación con Annie. Al final, llega a la conclusión de que son sus manías y obsesiones las que siempre acaban arruinando su relación con las mujeres.
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TITULO: Un país para escucharlo - Véronique Nichanian, lujo a fuego lento,.
Un país para escucharlo -Véronique Nichanian, lujo a fuego lento,.
Este martes 8 Septiembre de , a las 23.00 por La 2, fotos.
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Véronique Nichanian, lujo a fuego lento,.
L A MODA vive tiempos hiperacelerados. Espídicos incluso para una industria basada en la renovación constante. No solo se trata del tan cacareado see now, buy now (lo veo, lo compro), que lleva a las tiendas las colecciones nada más ser presentadas y no seis meses después como venía sucediendo. Los proyectos creativos tienen una vida cada vez más corta. La marca que hoy es la más deseada, dentro de un año se habrá convertido en la más tediosa. El comprador vive instalado en la gratificación inmediata. Pero también las compañías.
La paciencia no es tendencia. Si las cifras de ventas fallan, las empresas no están dispuestas a dar una segunda oportunidad. Y así hay grandes diseñadores como Raf Simons en Dior, Alexander Wang en Balenciaga o Hedi Slimane en Saint Laurent que apenas han aguantado dos años en sus puestos. Un periodo insuficiente no ya para renovar una marca, sino para desarrollar cualquier concepto.
Fotografías del backstage del desfile de Hermès para este verano en París.Kyle Monk Y en este universo veloz surge una figura que se mueve a contracorriente y que además cimenta su éxito en esta singularidad. Véronique Nichanian (Boulogne-Billancourt, Francia, 1954) es la única mujer que diseña en exclusiva una línea de hombre: la de Hermès. Lo hace desde hace 27 años. Y además combina su condición de directora creativa con la directora general de esta división, algo también inédito en el sector. Pese a todo ello, resulta prácticamente una desconocida. Lo que le permite pasearse por la boutique parisiense de Rue Saint-Honoré, sobre la que tiene su despacho, y observar el comportamiento de sus clientes sin ser reconocida. Imposible imaginar a Karl Lagerfeld o Giorgio Armani en esa tesitura. Pero desde su discreta posición, la francesa ha visto a estrellas como John Galliano llegar e irse del prêt-à-porter femenino.
Una imagen del backstage del desfile de París.Kyle Monk Más que única, Nichanian es casi una especie en peligro de extinción. “Trabajar para Hermès es pasión y libertad, así que el tiempo vuela”, explica desde las oficinas de la firma francesa en Tokio. La diseñadora se encontraba allí en octubre para organizar un desfile-fiesta-performance para el mercado nipón, donde las ventas de la firma crecieron casi un 9% el año pasado, según datos facilitados por la propia compañía.
Esta sociedad hipertecnológica ama y admira los exquisitos productos artesanales de la enseña fundada en 1837, que también resulta una rara avis en el sector del lujo por ser una de sus últimas empresas familiares. En 2010, el conglomerado de marcas del lujo Louis Vuitton Moët Hennessy se hizo con el 17% de sus acciones. Llegó a poseer hasta 23%, pero, tras un largo conflicto y un posterior acuerdo entre ambas compañías, en la actualidad solo controla el 8,5%.
Dos de sus míticos pañuelos de seda, cuyas ventas crecieron un 11% en el último cuatrimestre de 2016.Kyle Monk Hermès es además una maison “donde no existe el tiempo” y Nichanian encarna sus valores inmutables mejor que nadie.
“Creo que estamos un poco perdidos. El see now, buy now es como una acción de marketing. Puede que encaje para otras marcas, pero no para nosotros. Nuestros productos necesitan tiempo: para preparar la piel, para construir la prenda… Porque cuando alguien compra algo de Hermès, que no es caro, pero sí costoso, tiene que ser capaz de tenerlo en el armario durante años y años. No solo una temporada. No queremos que el consumidor lo deseche porque ya no es tendencia. En Hermès decimos que el tiempo ayuda a hacer buenos productos”.
Famosas son ya las listas de espera para poder comprar uno de sus míticos bolsos Kelly, pero, más allá de la anécdota, la compleja elaboración artesanal de sus artículos hace que exista un número reducido de cada uno de ellos. Dos veces al año, Hermès organiza una suerte de feria interna. Los distintos metiers –los talleres que elaboran las piezas de seda, marroquinería, zapatos… y que Nichanian coordina “como una directora de orquesta”– muestran sus productos para la temporada. Las boutiques de todo el mundo compran aquellos que mejor encajan con su clientela. A veces hay luchas encarnizadas por llevarse un cinturón o una joya concreta porque no hay unidades para todas. Este singular sistema de distribución hace que el consumidor no encuentre los mismos artículos en la tienda de Madrid que en la de Nueva York. Lejos de ser un motivo de frustración, potencia la sensación de exclusividad; de que se está ante objetos realmente únicos en un mundo globalizado y cada vez más homogéneo.
Instalaciones de las que pudieron verse en la fiesta que la marca organizó en Tokio.Jean François Martin Para que estas prendas perduren lustros en el armario, Nichanian lleva tres décadas manteniendo un difícil equilibro. Deben ser atemporales sin caer en la monotonía; relevantes creativamente, pero fieles al legado de la maison. Nichanian asegura no inspirarse en ningún producto cultural o movimiento artístico, como hacen la mayoría de sus colegas. Desde Alessandro Michele, en Gucci, que toma como referente el situacionismo de Guy Debord, hasta Max Mara, que aplica los principios de la escuela sueca de diseño Svenska Slöjdföreningen. “Para mí es como escribir un libro, capítulo tras capítulo. Parto de las prendas básicas y luego incluyo variaciones, como el degradado de esta temporada primavera-verano. Es igual que si tienes una receta y le vas echando distintas especias”.
Esos condimentos son, en su caso, “los elementos innovadores” que provienen de la “investigación en el trabajo con los materiales”. Sin complejos, la diseñadora combina cuero con neopreno y la lana con papel. En sus palabras, vehementes y rápidas, parece más fácil de lo que en realidad es. En estas tres décadas, Nichanian ha sido testigo y, a la vez, responsable de la vertiginosa transformación del mercado masculino. Un sector que, como ella misma señala, ha pasado de ser el patito feo a “facturar casi lo mismo que el femenino”.
Propuestas de Hermès para esta temporada.Kyle Monk “Cuando yo empecé, los hombres decían: ‘Necesito un traje nuevo’. Ahora dicen: ‘¡Oh, qué traje tan bonito, necesito tenerlo!’. La sociedad ha cambiado y por eso ha cambiado el hombre. No ha sido la moda”, pregona.
Sus compradores son menos racionales, asegura. “Antes había un montón de códigos sociales que debían respetar y que se han roto. Ya no necesitan ir acompañados de su mujer o su madre que les diga si les queda bien. Expresan mucho más su personalidad, y yo cuido y me preocupo por eso”.
El desfile de Hermès en Tokio es la prueba que corrobora sus palabras. En primera fila, decenas de hombres visten orgullsos espectaculares abrigos, jerséis de cachemir tejidos con cuero y una concentración por metro cuadrado de bolsos Bolide Shark que haría olvidar a cualquiera que cuestan 11.400 euros. Este modelo, con un tiburón dibujado en un lateral, se ha convertido en uno de los últimos best sellers de Nichanian, demostrando que, efectivamente, el comprador de Hermès ha evolucionado más allá de sus míticos cinturones con una H en la hebilla.
Discos ilustrados con estampados de pañuelos y gabardinas de Hermès para esta primavera.Kyle Monk Las pasarelas masculinas se mueven más rápido aún. En los últimos años, algunas marcas han comenzado a presentar de forma conjunta sus colecciones de hombre y mujer, y otras plantean directamente la fusión entre el armario masculino y femenino. “Las mujeres siempre han intentado robar prendas del hombre. Lo nuevo es que suceda al revés. Estoy abierta a esa idea. Pero creo que cada marca debe tener su propio estilo y no cambiar según lo hagan las tendencias”, sentencia.
No es solo una cuestión de coherencia estética, sino también con respecto al modelo de negocio de la maison. Al fin y al cabo, Nichanian representa la antítesis del diseñador desconectado de la realidad. Es desde 2009 directora del universo masculino de Hermès. Y encierra en su propia cabeza la tensión que en otras firmas se da entre las ambiciones creativas del modista y las exigencias empresariales del equipo financiero. Asegura que esto no le ha hecho desarrollar un caso de personalidad bipolar: “Una de las partes de mi cerebro es práctica y la otra imaginativa, y trabajan juntas”. Las cifras de ventas, cuenta, funcionan como un barómetro de su trabajo. Y las que acaba de presentar la marca dicen que estas aumentaron un 7,6% en el último cuatrimestre de 2016. Aun así, el año pasado su crecimiento fue el más bajo desde 2009.
Instalación que la firma organizó en su fiesta del pasado octubre en Tokio y modelo de la colección de primavera.Kyle Monk “Cuando diseño sé que no se trata solo de que el producto sea bello, sino de que tenga el precio adecuado. Ambas cosas deben ir juntas. Porque lo que más me gusta del mundo es que la gente compre mi ropa”, cuenta.
El concepto “precio adecuado” también es diferente en Hermès. Su producto más barato, una corbata, ronda los 125 euros. Cuando la materia prima es la piel, ya sea cuero o alguna variedad exótica como el pitón, los ceros de la etiqueta se multiplican. Nichanian insiste en que sus productos no son caros, sino costosos. “Es la suma de una cadena de trabajo basada en la excelencia. Nuestros artesanos dedican horas a cada pieza y además los materiales son de gran calidad. Hay cachemir barato y caro, y yo elijo el que cuesta entre 120 y 150 euros el metro”, argumenta.
Crear segundas líneas más accesibles, como ha hecho Armani, es un anatema. Ni siquiera para captar a los llamados millennials, aquellos nacidos después de 1985 y que representan el oscuro objeto de deseo del sector del lujo. “Hay cosas que no puedes adquirir, pero que te hacen soñar por el camino. Prefiero que me digan que no compran mi ropa porque es cara que porque es fea”.
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