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Entre la esencia y el desapego
España se renueva bien camino de la Eurocopa, pero ya no engancha a la afición
«España es una selección que se está
renovando, pero todos los jugadores que llegan son de primer nivel y el
grupo mantiene su esencia. Obliga a sus rivales a realizar un gran
desgaste y a correr detrás del balón, y su defensa sigue siendo muy
sólida». Aliaksandr Jatskevich, seleccionador de Bielorrusia, resumió el
modelo que ahora representa el combinado de Vicente del Bosque, feliz
por cumplir sus cien partidos al frente del combinado nacional con una
victoria tan merecida como exigua e importante en Borisov, y decidido a
jubilarse tras la Eurocopa de Francia 2016. Nada menos que un 78% de
triunfos, el mejor promedio de un seleccionador centenario, avalan el
trabajo del técnico salmantino, el Ancelotti español por su talante y
señorío. Se le pueden discutir criterios técnicos, cintura táctica y
trabajo estratégico, pero es difícil poder encontrar, a día de hoy, un
entrenador mejor para España. Se irá tras consumar lo que ha definido
como una renovación tranquila, sin prisa pero sin pausa.
«Este es un grupo amplio y bueno que no está pasado
de edad, en el que todos son titulares en sus equipos, y que son
punteros en Europa. Cuento con estos chicos para lo que viene. Es verdad
que nos estamos renovando, que en Bielorrrusia había siete que no
estuvieron en el Mundial de Brasil, pero todavía hay muchos de ellos que
tienen que ofrecer grandes cosas. Con la llegada de los que se
incorporan, hay un grupo competitivo», destacó Del Bosque tras agradecer
el «esfuerzo, interés y entrega» que, a su juicio, pusieron todos sus
pupilos en una concentración que alargó una temporada extenuante, con
esa final de la Champions que agotó física y mentalmente al bloque del
Barça.
«Los futbolistas han demostrado, una vez más, su
compromiso con la selección, su profesionalidad y su deseo de seguir en
la misma línea con la que llegaron los éxitos», zanjó Del Bosque, muy
molesto por los silbidos recibidos en Las Rozas y en León por Gerard
Piqué, y sabedor de que quizá la selección ha dejado de enganchar a la
afición desde su fracaso en el pasado Mundial. Sin llegarse al
desafecto, sí puede hablarse de cierto desapego
Hay
varios problemas que pueden explicar esa falta de química. No hay un
once fijo que los hinchas se sepan de memoria, las dudas afectan a todas
las líneas, incluida la portería, y es necesario que las figuras
emergentes, como Isco y Morata, entre otras, den un golpetazo encima de
la mesa y se ganen el puesto con actuaciones descollantes. La falta de
gol no es nueva. Se trata de un problema tradicional, casi endémico, en
la selección española. En Borisov careció de pegada para poder vivir más
tranquila. Silva fue el salvador y anotó su gol 23, igualando al mítico
Alfredo di Stéfano. Sin ser delantero, solo le superan como artilleros
de la selección Butragueño (26), Morientes (27), Hierro (29), Torres
(38), Raúl (44) y Villa (59). «Me siento importante en este grupo y
espero seguir siéndolo. Ha sido mi temporada más goleadora y soy muy
feliz. En la selección marco más porque gozo de mayor libertad. El
míster ha hecho grandes cosas en todos estos años y vamos a continuar
así en el futuro», subraya el astro del Manchester City.
Del Bosque deja atrás el curso y ya piensa en el gran
examen del 5 de septiembre ante Eslovaquia, en el Carlos Tartiere. «Hay
que preparar bien ese partido porque nos jugaremos mucho», avanza el
seleccionador. Los centroeuropeos se presentarán en Oviedo con pleno de
puntos en seis partidos y tres de ventaja sobre los españoles, que no
pueden tropezar si no quieren ir luego a Kiev con excesiva presión,
jugándose incluso el billete a Francia.
TÍTULO: Ardenas, la caja negra del infierno,.
Es ridículo decir que Hitler fue un gran estratega» asegura el exmilitar, que analiza en su último libro el inútil órdago del líder nazi- foto
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Antony Beevor desvela las «silenciadas» matanzas de prisioneros nazis en Bélgica
«No pienso leer ese libro», asegura Beevor sin ocultar su desdén por la tesis de Bergströn. Para el británico, lo que ocurrió en Bélgica entre el 16 de diciembre de 1944 y el 29 de enero de 1945 evidencia la ineptitud como estratega de Adolf Hitler, que pretendía llegar a Amberes con un ataque relámpago en un órdago inútil que debilitó el frente oriental. «Era un plan loco, diga lo que diga el historiador sueco. Todos los generales alemanes se oponían. Sabían que era imposible, que incluso si alcanzaban Amberes hubiesen sido aplastados».
«Fue una lucha salvaje. Sabía que había sido tremenda, pero no calibraba el alcance de la barbarie», reconoce Beevor 70 años después. A las muertes en combate se suman «las matanzas de prisioneros, las bajas civiles -más de ocho mil, entre muertos y desaparecidos, y 23.584 heridos-, y la revancha alemana por los bombardeos aliados y la dura resistencia belga durante su retirada tres meses antes».
Hubo unas 80.000 bajas de cada lado, entre muertos, heridos y desaparecidos. Murieron cerca de 20.000 soldados, entre 8.000 y 10.000 por cada ejército contendiente. «Sobre estas cifras no hay discusión -apunta Beevor-, la dificultad está en las matanzas de civiles, con cifras mucho más altas si Estados Unidos no hubiera logrado evacuar a los civiles antes de los ataques», señala.
También las de los fusilamientos de prisioneros de guerra perpetrados por ambos bandos. «Todos sabíamos de las ejecuciones sumarias de prisionero americanos en Malmedy por parte de las SS, pero no se ha tratado la revancha americana en Chenogne, una matanza de al menos 70 prisioneros alemanes alimentada por oficiales y generales americanos como Bradley y que muchos historiadores americanos han esquivado», denuncia Beevor.
Los aliados jamás sospecharon lo que se les venía encima. Los generales Eisenhower, Bradley y Montgomery habían descartado un contraataque alemán por las Ardenas y los nazis silenciaron las comunicaciones por radio que 'Enigma' desvelaba siempre. Beevor cuenta cómo al único coronel de inteligencia que dio la alarma, B. Dickson, «jamás le hicieron caso y lo mandaron de vacaciones a París». La inteligencia aliada marró. «El instinto humano de los espías es buscar material que apoye su visión preexistente», apunta Beevor. «Los aliados no creían que Hitler estuviese en disposición de montar una ofensiva y la evidencia fue ignorada. Aunque los judíos alemanes sabían que los generales de Hitler hablaban sobre la ofensiva, la información se rechazó como una fantasía».
Tampoco los generales alemanes pudieron parar «a un Hitler obsesionado como en Stalingrado en 1942». «Sabían que la ofensiva estaba condenada al fracaso, pero contradecir al Führer se pagaba con la vida». Hitler había superado un atentado el 20 de julio «y se creía protegido por el destino. No habría escuchado a unos generales que tenía por cobardes o traidores», asegura Beevor.
El gran error alemán fue «minusvalorar la capacidad de reacción y resistencia de los americanos, y fue una estupidez». «Creían que Eisenhower debería hablar con Churchill y pedir permisos en Washington. Su desprecio por el ejército americano les indujo a pensar que no lucharían sin el apoyo la aviación, imposible en el bosque de las Ardenas, pero los americanos probaron su valentía».
Como en el frente ruso, «puede que el invierno matara más soldados que las balas, las minas y los obuses». Beevor describe escenas dantescas, con soldados congelados de pie y miles de cadáveres rígidos con las cuencas de los ojos vaciadas por los cuervos y rellenadas por la nieve. «Los heridos morían de frío en tres minuto de no ser atendidos». Como escribió Luis Simpson, poeta americano de la división aerotransportada 131: «En este frío la vida de los heridos se apaga como una cerilla».
TÍTULO: MIERCOLES - JUEVES - CINE - Larry Crowne, nunca es tarde ,.
- Reparto
- Tom Hanks, Julia Roberts, Bryan Cranston, Nia Vardalos, Pam Grier, Jon Seda, Cedric the Entertainer, Tom Budge, Peter Scolari, Holmes Osborne, Rami Malek, Bob Stephenson, Margot Farley, Rita Wilson, Wilmer Valderrama, Taraji P. Henson, Julia Cho,.
- Tras ser despedido de su trabajo, Larry Crowne (Tom Hanks), un hombre de mediana edad, quiere darle un nuevo rumbo a su vida. A pesar de tener graves deudas, decide volver a estudiar y se matricula en la Universidad. Allí conoce a Mercedes Tainot (Julia Roberts), una atractiva profesora de la que se enamora.
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