BLOC CULTURAL,

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lunes, 19 de septiembre de 2022

El paisano - Viernes -16, 23, 30 - Septiembre - ¿En el Callejón del Agua de Sevilla está la casa donde Rossini se inspiro para "El barbero de Sevilla"?,. / VACACIONES - EUROPA DE PELICULA - Tenis - Nadal y Alcaraz marcan el paso ,. / HOSPITAL - Herido al tirarse al agua en una zona de piedras en la piscina natural de Las Mestas,. / VUELTA AL COLE - Eddie Redmayne ,. / EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles -21, 28- Septiembre - Mario Casas debutará como director. ¿El protagonista? Su hermano Óscar ,. / EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes -16, 23 , 30 - Septiembre -Arturo Pérez-Reverte - La noche en la que volvió a fumar,.

 

   TITULO: El paisano - Viernes - 16, 23, 30 - Septiembre -  ¿En el Callejón del Agua de Sevilla está la casa donde Rossini se inspiro para "El barbero de Sevilla"?,.

Viernes -16, 23, 30 - Septiembre  a las 22:10 horas en La 1 , foto,.

  ¿En el Callejón del Agua de Sevilla está la casa donde Rossini se inspiro para "El barbero de Sevilla"?,.

 Callejeando | ¿En el Callejón del Agua de Sevilla está la casa donde  Rossini se inspiro para "El barbero de Sevilla"?

En el Callejón del Agua, en Sevilla, se pueden ver dos tubos incrustados en la muralla. Nos cuenta Carmen Costa, guía turística de la ciudad, que esos dos tubos tienen un significado especial y es que al no haber antiguamente grifos en las casas, el agua llegaba a Sevilla a través del acueducto. Y lo hacían, continúa, a través de los caños de Carmona. Y al Palacio del Alcázar tenía que llegar el agua y en el interior de la muralla metieron los dos caños para abastecer a los reyes.

El acueducto de Sevilla fue construida en la época de Julio César y tenía 17 kilómetros sin embargo en 1912 la comisión de monumentos tuvo la fatal idea de considerarla una obra vulgar y lo demolió casi todo.

Además, respondemos a la pregunta si es verdad lo que cuenta la leyenda que en el Callejón del Agua, enclavado en pleno barrio Santa Cruz, la antigua judería sevillana, se ubica la casa en la que cuentan que Rossini se inspiró para la ópera "El barbero de Sevilla".

 

TITULO:   VACACIONES - EUROPA DE PELICULA  -Tenis - Nadal y Alcaraz marcan el paso,.


 Tenis - Nadal y Alcaraz marcan el paso,.


A la hora de la verdad, Nadal y Alcaraz marcan el paso,.

foto / Los españoles, citados con Tiafoe y Cilic en octavos, respectivamente, registran el mejor promedio de victorias del año y muestran credenciales en Flushing Meadows,.

 US Open 2022: A la hora de la verdad, Nadal y Alcaraz marcan el paso |  Deportes | EL PAÍS

A la hora de la verdad, cartas arriba. Se abre la puerta de la segunda semana y, tomada la temperatura del torneo y despedida ya Serena Williams, los ojos se van descaradamente hacia otros dos nombres propios. En Nueva York, estos días, no hay jugador ni jugadora que arrastre tanto como Rafael Nadal, a cuyo paso se generan remolinos con el objetivo de conseguir una foto o una firma. También es muy reclamado Carlos Alcaraz, que enfila sudoroso el mismo recorrido hacia el vestuario de la Arthur Ashe y acepta los selfies, luciendo siempre dentadura. “¡Vamos, Rafa!”. “¡C’mon Carlitos!”. Ambos enganchan, los dos marcan el ritmo. Pasan los días y uno y otro empiezan a crecer: efectivamente, ya están aquí.

El discurso de Nadal (6-0, 6-1 y 7-5 a Richard Gasquet en la tercera ronda) deja ver entre líneas que empieza a reconocerse y que lo del jueves –colapso ante Fabio Fognini– fue “una situación un pelín anormal”. Dos noches después, completa una sesión reconstituyente contra el francés Gasquet, viejo amigo e incluso aliado: 18-0 ya en el particular. Solo Novak Djokovic (18-0 con Gael Monfils) ha firmado un ensañamiento similar. “Superar momentos complicados te refuerza mental y tenísticamente”, valora el balear, que por primera vez en esta edición actuará (hacia las 20.00, Eurosport) en el turno diurno, contra el estadounidense Frances Tiafoe (26º del mundo, 24 años).

“He elevado el nivel. Ha sido un partido importante para mí, con una sensación mejor, pero ahora hay que seguir aumentándolo”, se exige. “Las situaciones difíciles te ayudan a conseguir un nivel medio-alto que te da tranquilidad. Había hecho una buena semana previa de entrenamientos, pero sin jugar partidos, con lo cual llevaba muchas semanas sin competir [tras la retirada en Wimbledon por el abdominal]. Confío en que los dos sets del otro día [frente a Fognini] y el partido de hoy [ante Gasquet] me permitan afrontar la segunda semana con opciones de subir el nivel”, prorroga el campeón de 22 grandes, invicto esta temporada en los majors (22 triunfos, ninguna derrota).

Pese a todos los contratiempos, él marca el paso de un torneo y un curso que también subraya el rendimiento soberbio de Alcaraz. El joven de El Palmar (triple 6-3 a Jenson Brooksby) ya es el tenista que más victorias (47) ha firmado en 2022, por delante del griego Stefanos Tsitsipas (46). Después de un verano agitado, en el que se le escaparon los títulos de Hamburgo y Umag, y en el que reconoció haber sentido la presión en Montreal y Cincinnati, va recuperando el brío en Flushing Meadows, cada vez más suelto y más resolutivo.

Cuatro trofeos por cabeza

“Sí, estoy disfrutando y pasándomelo bien. Creo que lo confirma el nivel al que he jugado, estoy haciéndolo bastante bien. Y eso es lo que debo seguir haciendo, disfrutar”, señala el murciano, que el año pasado progresó hasta los cuartos de final y esta vez asiste como uno de los candidatos. “La verdad es que tengo bastante confianza en mi juego y mi físico, en cómo estoy sintiéndome en la pista”, añade mientras en el horizonte se divisa un potencial choque entre él y Nadal en las semifinales. Todos lo desean. Al fin y al cabo, él y el mallorquín son las ruedas a seguir en este ejercicio en el que imponen ritmo.

 

CARREÑO Y DAVIDOVICH SE QUEDAN SIN PREMIO

A. C. | NUEVA YORK

La épica no rescató a Pablo Carreño, que comenzó fuerte y luego fue penalizado por unos problemas estomacales que lo dejaron fuera de combate durante parcial y medio. Cedido ese terreno, fue atendido por el servicio médico del torneo y repuntó, pero al final impuso su brazo el ruso Karen Khachanov: 4-6, 6-3, 6-1, 4-6 y 6-3 (en 3h 20m). El asturiano, doble semifinalista en Flushing Meadows (2017 y 2020) y reciente ganador en Montreal, no pudo con un rival que el año pasado le privó de la final olímpica y que se le niega: 6-4 para Khachanov en el global de los cruces. Se medirá en los cuartos con Nick Kyrgios (7-6(11), 3-6, 6-3 y 6-2 a Daniil Medvedev).

Antes se revolvió  Alejandro Davidovich, pero su rebeldía también fue insuficiente. El malagueño logró forzar el quinto set contra Matteo Berrettini, un jugador que ya acostumbra a pisar las estaciones finales de los grandes torneos; sin embargo, el italiano –finalista en Wimbledon en 2021 y semifinalista en Nueva York (2019) y Australia (2022)– se mantuvo firme y vencio: 6-3, 6-7(2), 6-3, 6-4 y 6-2 (en 3h 45m). El andaluz acabó lesionado de la rodilla izquierda. El martes, el romano se enfrentará a Casper Ruud (6-1, 6-2, 6-7(4) y 6-2 a Corentin Moutet).

En el cuadro femenino, la joven Coco Gauff (18 años) derrotó a Shuai Zhang (doble 7-5) y avanzó por primera vez hasta los cuartos del torneo. La estadounidense es la gran esperanza local y pese a su juventud ya ha logrado acceder en seis ocasiones a la segunda semana de un major. Su próximo reto se llama Caroline Garcia, la tenista más en forma del circuito. La francesa (28 años, 17ª de la WTA) superó a Alison Riske (6-4 y 6-1) y es la que más victorias (29) ha obtenido desde el cierre de Wimbledon.

En los otros pulsos del día, Ajla Tomljanovic se deshizo de Liudmila Samsonova (7-6(8) y 6-1) y se topará con la tunecina Ons Jabeur, superior a Veronika Kudermetova (7-6(1) y 6-4).

 

La estadística anual refleja que el veterano (36) es el tenista con mejor promedio de victorias (90,2%) y que el aprendiz de 19 años (83,6%) es su inmediato perseguidor, ambos por delante del ausente Novak Djokovic (82,1% en su escasa intervención), Nick Kyrgios (79%) y Jannik Sinner (78,4%). No hay tampoco tenista que haya levantado más trofeos que ellos dos, cuatro por barba: Melbourne, Australia, Acapulco y Roland Garros para Nadal, y Río, Miami, Barcelona y Madrid en la vitrina de Alcaraz.

“En términos de creatividad, él [Alcaraz] es el mejor del circuito. En ese sentido podemos compararlo con Rafa; los dos son capaces de adaptarse a cada situación de una forma fantástica. Él ha mejorado en todo. Es increíble cuando mete un pie dentro de la pista y sabe jugar a lo grande. Tiene un abanico extenso de posibilidades con su juego”, le elogia su rival en los octavos, el croata Marin Cilic. Se medirán al cierre de la jornada (hacia las 3.00); Nadal, en cambio, se estrenará en la sesión diurna después de las tres rondas nocturnas.

 

 

TITULO: HOSPITAL - Herido al tirarse al agua en una zona de piedras en la piscina natural de Las Mestas,.

 

 

Herido al tirarse al agua en una zona de piedras en la piscina natural de Las Mestas,.

El hombre, de 53 años, ha sufrido policontusiones y ha sido trasladado en estado menos grave al Hospital de Plasencia,.

 Herido un hombre al golpearse en una zona de piedras en la piscina natural  de Las Mestas - El Periódico Extremadura

foto /  Piscina natural de Las Mestas, en Las Hurdes.

foto / Segundo accidente deportivo en el agua este sábado en la región. Un hombre de 53 años ha sido trasladado en estado menos grave al Hospital Virgen del Puerto de Plasencia tras accidentarse en la piscina natural de Las Mestas, en la comarca cacereña de Las Hurdes. Según ha informado el 112 Extremadura, el varón se ha tirado al agua en una zona,.

 

TITULO: VUELTA AL COLE - Eddie Redmayne,.

 Eddie Redmayne,.

foto - Eddie Redmayne: “Después de ganar un Oscar los directores dejan de dirigirte”,.

 Los lugares del actor Eddie Redmayne a través de sus películas | Traveler

El actor inglés, ganador del Oscar al mejor actor de 2014, que este otoño estrena ‘The Good Nurse’ en Netflix, es un actor tan inseguro como genial que se sale del canon habitual en Hollywood,.

 

¡Serás cabrón!”, bromea Eddie Redmayne (Westminster, 40 años) desde su casa de Londres. Resulta que la conversación ha girado de repente hacia nuestras respectivas vacaciones y al ganador del Oscar al mejor actor de 2014 por La teoría del todo le han dado pelusa las de este redactor, aunque él también esté descansando. “Estuve haciendo Cabaret en teatro y fue una producción muy física que me llevó al límite. Seis días a la semana. Ocho funciones semanales. Y, pensando en mi familia, aprovecho el verano para tomarme un descanso y tratar de llenar el depósito. Pero no me voy de viaje a Asia como tú”, se justifica riendo.

En realidad, lo suyo también es bastante especial. Uno no recuerda haber hablado nunca con un intérprete de su nivel que reconozca no tener proyectos en marcha. Por lo general, todo actor tiene una película en la recámara. “Ya, no es lo normal, pero es la verdad, no tengo nada. El próximo año probablemente me arrepentiré de no estar trabajando ahora. Pero es verano, hoy se esperan 40 grados en Inglaterra... es hora de parar”.

Es una decisión que le pega. Cada generación necesita estrellas de talento con aires de galán como su amigo, el exmodelo Jamie Dornan. Pero también intérpretes con belleza enigmática y una carrera en el teatro, como es su caso. Actores que combinan superproducciones y películas de poco presupuesto, pero grandes pretensiones artísticas. A ellos se les reservan personajes destinados para la gloria, como el del científico Stephen Hawking, aquejado de esclerosis lateral amiotrófica degenerativa, que le dio un Oscar. “Cuando entré en La teoría del todo todo el mundo empezó a compararlo con Daniel Day-Lewis en Mi pie izquierdo y a recordarme que él había ganado el Oscar. Casi me pongo enfermo de tanta responsabilidad”, recuerda del papel que, asegura, “me cambió la vida”. Han pasado casi 10 años, pero sigue viviendo en Londres con su mujer y sus dos hijos y hablando de Hollywood con la distancia del que lo mira desde fuera.

 

Este ha sido un curso intenso para él. Entre noviembre y marzo interpretaba en Londres al maestro de ceremonias de Cabaret, papel con el que ganó el premio Laurence Olivier a mejor actor de musical. “Tras años de pandemia estaba de repente en un escenario diminuto de Londres [el Playhouse Theatre] rodeado por una audiencia que bebía champán y, con los teléfonos desconectados, interactuaba. Es emocionante para un actor retar al público y ver su reacción”, cuenta.

En abril se estrenaba la tercera parte de Animales fantásticos y dónde encontrarlos, la precuela de Harry Potter, en la que el actor con la sonrisa más grande del momento interpreta al protagonista, Newt Scamander. Este otoño se estrena en Netflix The Good Nurse. Es un duelo interpretativo con Jessica Chastain basado en una historia real: el caso del enfermero Charles Cullen, de quien se sospecha que, a lo largo de 16 años, llegó a matar a 300 pacientes, aunque solo se pudieron demostrar 29 muertes. “Venía de trabajar en películas gigantes, que son como sinfonías en las que tú eres una pequeña parte. Con esta película traté de volver al por qué me hice actor, que es algo más parecido al jazz, más improvisado. Me encantan las grandes orquestas, pero también me gusta poder hacer un dúo con una compañera, algo que nos rete mutuamente. Con Jessica me sentí así”.

“Pero para eso necesitas un director brillante que te dé espacio”, concluye. The Good Nurse ha sido dirigida por el danés Tobias Lindholm, realizador pero sobre todo guionista, conocido por la serie Borgen y por ser colaborador de Thomas Vinterberg en películas como La caza o la oscarizada Otra ronda (2020). Más que una historia sobre un asesino en serie, es un filme casi social sobre el deterioro de la calidad de vida de la clase media de Estados Unidos. Ciudades grises y frías de Nueva Jersey y Pensilvania. Enfermeros mal pagados con un trabajo físico agotador. No hay ningún glamur en los personajes de Chastain y Redmayne, quien interpreta a un asesino que demuestra la banalidad del mal, un tipo al que, cuando le preguntan por qué actuó así se limita a contestar: “Nadie me detuvo”. Mataba por matar, eso es todo. Sin lucirse, sin contarlo, sin aspavientos. La suya es una pulsión tan natural como la del que se enciende un cigarrillo nada más levantarse de la cama. “Parte de lo que me intrigaba de este papel fue que se escondía a la vista de todos. En apariencia era increíblemente empático y, al mismo tiempo, carecía completamente de empatía. Cuando hablas con personas que le conocían dicen que parecía un gran enfermero. Era el compañero que querías que se hiciera cargo de tus pacientes cuando te ibas a casa, porque era rápido y eficiente. Charlie siempre estaba allí, a veces antes de lo que le tocaba, entendía cada caso y trabajaba en horarios que nadie quería. Parecía un excelente enfermero. A todo el mundo le caía bien. En el libro en el que se basa la película [The Good Nurse, del periodista Charles Graeber] se le describe como alguien divertido que se burlaba de sí mismo y de su desastrosa vida personal”.

La película casi parece una obra de teatro. Pocos personajes, escenarios que son interiores claustrofóbicos y mucha penumbra. Un reto para un intérprete que es daltónico. “Eso fue un de las mejores cosas del rodaje. Mira, para hacer tu mejor trabajo como actor tienes que estar lo más relajado posible”, dice. “Pero nada en el proceso de hacer películas es relajante. Te levantas al amanecer, te maquillan a las seis y vas a un plató donde hay cientos de personas y una cámara. Entonces te dicen: ‘Relax’. Pues no. Todavía se me revuelve el estómago cada vez que oigo acción. Dicho esto, los grandes directores como, en mi opinión, es Tobias, crean un ambiente lo más relajado posible, una atmósfera que a los actores nos permite jugar y cometer errores sin temor a ser juzgados. En esta película, el director de fotografía hizo algo extraordinario: el primer día tenía que caminar por un pasillo del hospital a oscuras. Con mis problemas de visión casi no sabía dónde iba. Es una técnica que consiste en rodar con la menor cantidad de luz posible para que la imagen tenga grano. Cuando se encendía la luz, ahí seguía toda la maquinaria, pero mientras rodaba no podía ver a las personas sentadas detrás de la cámara. Fue muy liberador. Creo que en el futuro voy a poner en mi contrato que solo trabajaré con directores de fotografía que trabajen en total oscuridad”, bromea.

Habla mucho de la importancia de ser dirigido, porque, según él, hay dos cosas que ocurren cuando uno gana un Oscar: “Una es que dejé de tener que hacer pruebas para papeles, que fue como, guau. De repente, la capacidad de elegir se convierte en algo real y hasta ese momento nunca la has tenido. Hasta entonces hacía una prueba y si me daban el papel, lo hacía. Y no estás preparado para eso. Nadie te prepara para tener tu propio gusto. Algunos actores lo tienen y otros no”.

Cuando le dieron el Oscar, aclara, ya estaba rodando La chica danesa (2015). Es decir, aceptó ese papel en la época en la que, según él, cogía lo que le daban. Consiguió una segunda candidatura al Oscar, pero la historia de la pintora danesa Lili Elbe, la primera mujer trans en someterse a una cirugía de reasignación de sexo, ha sido quizás la mayor polémica de la carrera del actor. Se cuestionó que un hombre heterosexual como él interpretara un papel que podría haber ido para un intéreprete trans. En una entrevista con The Sunday Times en 2021, Redmayne declaró que se arrepentía de haberlo aceptado. “Hice esa película con la mejor intención, pero creo que fue un error. El problema es que todavía queda mucha gente con la que no se cuenta. Tiene que haber un equilibrio o estas discusiones seguirán repitiéndose”, explicó en el periódico británico. También se posicionó sobre las declaraciones tránsfobas de J. K. Rowling, autora de Harry Potter y Animales fantásticos, saga que también ha producido. “Como alguien que ha trabajado tanto con J. K. Rowling como con miembros de la comunidad trans, quería dejar absolutamente clara mi postura: no estoy de acuerdo con los comentarios de Jo. Las mujeres trans son mujeres, los hombres trans son hombres y las identidades no binarias son válidas”, remató. Al mismo tiempo condenó la “inquina” con la que se trata a la autora. Redmayne dijo que los insultos en las redes sociales que soporta Rowling y los insultos contra las personas trans son “igualmente repugnantes”.

La segunda consecuencia de ganar un Oscar, afirma, es que “de repente, dejan de dirigirte. El día después de darte el Oscar, te dicen: ‘Tú haz lo que hiciste en La teoría del todo’. Sí, claro. Yo soy el mismo actor que ayer. Y soy alguien que disfruta siendo dirigido. Ese es mi rollo. Uno de los grandes placeres de The Good Nurse fue ser dirigido por una mano fuerte”. Al parecer, la experiencia del rodaje fue tan intensa que le llevó a tomar una decisión curiosa para un actor que lleva más de 25 años de oficio. “Cuando terminé el rodaje estaba tan emocionado que renació mi pasión por actuar y antes de los ensayos de Cabaret me apunté a un curso en una escuela de teatro en París”. La École Internationale de Théâtre Jacques Lecoq, donde pasó dos semanas, es una institución fundada en 1956 que da primacía al gesto frente a la palabra. “Tienen unos profesores asombrosos que te tratan como si fueras mierda y te llevan más allá. Eso está bien, porque me encanta lo que hago y no quiero volverme perezoso. Creo que es un gran privilegio estar donde estoy y quiero seguir retándome y llevándome a situaciones incómodas”.

Eddie Redmayne se crio en una familia acomodada. Su bisabuelo, sir Richard Redmayne, fue un ingeniero que contribuyó a modernizar y mejorar las condiciones de seguridad en las minas de carbón. Su padre, ahora retirado, fue un banquero de la City. Los Redmayne pasaban los veranos en su villa de la Provenza francesa. Eddie, como antes su progenitor, estudió en Eton, el exclusivo internado donde compartía equipo de rugby con el príncipe Guillermo. “A mí me daba un poco de pena”, contó en un talk show. “En todos los partidos iban a por él, para poder contar el resto de sus vidas que habían placado al heredero al trono”. Hoy pasa de puntillas sobre el tema. “No tengo mucho más que añadir. En esos programas siempre te piden que cuentes algo de tu vida que no hayas contado antes. La verdad es que ya no sé de donde sacar”, dice, encogiéndose de hombros.

No había actores en la familia, pero sus padres no le pusieron pegas. Empezó a participar en las obras teatrales de su colegio y pronto ya lo hacía en montajes profesionales. “Cuando tenía 11 años, conseguí un pequeño papel en el musical Oliver! en el London Palladium Theatre, un teatro enorme y antiguo del West End. Recuerdo que un día me levanté en medio de mi clase de matemáticas y dije: ‘Adiós, chicos, me voy al teatro’. Y cuando iba en el metro, a iniciar esa maravillosa experiencia de cuatro meses, pensé: ‘Esto está muy bien’. Ese fue probablemente el momento en el que decidí ser actor”. La primera mitad de su carrera, cuenta, discurrió en escenarios. “En EE UU comienzan en los anuncios o la televisión infantil. Yo solo conocía el teatro. Durante años, mi agente me mandaba a pruebas de televisión y cine y no conseguía nada, porque en vez de hablarle a la cámara proyectaba la voz al fondo del patio de butacas. Nadie me había enseñado. Cuando empecé en el cine, aunque mi trabajo a menudo me horrorizaba, se convirtió en una nueva forma de vida. En el teatro opinan que solo lo suyo es actuación de verdad y no estoy de acuerdo. Cuando empecé a filmar descubrí que la cámara lo ve todo. Cuando volví al teatro tras haber hecho cine, sentí que había progresado mucho”.

Tenía 20 años cuando empezó a aparecer en papelitos en series de televisión. Su peculiar físico (alto, desgarbado, de cara angulosa y edad indeterminada), lo hacía inolvidable. Su primer personaje importante en cine llegó en 2011, con Mi semana con Marilyn. Llevaba desde 2005 intentando entrar en Hollywood. Entonces formaba parte de una hornada de actores de las islas que compartían piso cada año unos meses en Los Ángeles mientras buscaban su oportunidad. Quizás les suenen sus nombres: Andrew Garfield, Robert Pattinson, Charlie Cox y Jamie Dornan. “Ahora nos reímos mucho con eso. Se ha convertido en la historia que todo el mundo quiere oír. Así que cuando nos vemos, lo comentamos: ‘Chicos, esto es genial porque es buen material para los talk shows’. Como no hay mucho que contar estamos pensando en inventar historias sobre la locura que era aquello. Pero la verdad es que sólo éramos un puñado de actores británicos e irlandeses sin trabajo que, en teoría, íbamos a Los Ángeles en enero para buscar. La realidad es que en Londres era invierno y llovía, así que ibas porque hacía buen tiempo y, ya de paso, intentabas conseguir un papel en alguna serie. Lo extraordinario ha sido que nuestro pequeño grupo tuvo tanta suerte que todos hemos catado el éxito. Ahora tengo el consejo y el apoyo de mis amigos. Eso de: ‘Sí, he pasado por lo mismo. Te diré lo que yo hice’. Y te fias de su palabra, porque estábamos juntos cuando no éramos nadie”.

Él, asegura, necesita consejo. Afirma ser tan inseguro que cuando le dieron el Oscar lo que sintió fue alivio porque no había decepcionado a nadie. “Mira, la mayoría de los actores te dirá que de lo difícil es conseguir el papel. Y que cuando lo tienes, ya está, se acabaron las dudas. Es el momento. Y es cierto, entras en éxtasis. Pero, en mi caso, dura unos tres segundos y medio antes de que vuelva el miedo. Por eso me vino muy bien trabajar con Jessica Chastain, porque ella tiene una formidable confianza en sí misma y me ayudó. No aceptaba mis autoflagelaciones. Me decía: ‘No sigas por ahí’. Y se lo agradezco mucho”.

The Good Nurse no hubiera funcionando si ellos dos no combinaran tan bien. Nunca habían trabajado juntos, pero sí habían coincido en shows como el del cómico James Corden, donde parecían amigos de toda la vida. “No la conocía mucho. Es una de esas cosas de Hollywood: coincides en programas como el de Corden, en alfombras rojas o tienes amigos en común. Supongo que es una especie de amistad social, un espacio común. Pero siempre he admirado su trabajo”.

No se quiere plantear si su papel en The Good Nurse es carne de premios. “No hables de eso, por favor. Para mí, de lo que trata mi trabajo es de aspirar a la perfección, reconociendo que nunca voy a conseguirla. Cuanto más viejo te haces más aprendes que el objetivo es aspirar a ello, no lograrlo. Y lo que realmente me encantó de esta película fue la confianza en Tobias. Después de ver algunas tomas del primer día vi que era una película de Tobias Lindholm. Confié de verdad en su gusto y él en el actor con el que estaba trabajando. Fue muy liberador no tratar de microgestionar el exterior, sino simplemente poner mi corazón y mi alma. Así que, olvidemos lo de los premios y vayámonos de vacaciones, que nos lo hemos ganado”.

 

TITULO:  EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles -21 , 28 - Septiembre -  Mario Casas debutará como director. ¿El protagonista? Su hermano Óscar,.

 

En la tuya o en la mía  - Miercoles -21, 28 - Septiembre   ,.

 En la tuya o en la mía', presentado por Bertín Osborne, acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en La 1 a las 22:30, el miercoles  - 21, 28  - Septiembre , etc.

  

EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles -21, 28- Septiembre  - Mario Casas debutará como director. ¿El protagonista? Su hermano Óscar,.

 

Mario Casas debutará como director. ¿El protagonista? Su hermano Óscar,.

 Mario Casas debutará como director con una película quinqui. ¿El  protagonista? Su hermano Óscar | Actualidad | ICON | EL PAÍS

 

foto /  Los hermanos Mario y Óscar Casas posan en exclusiva para ICON vestidos de Dior Men. En vídeo, contestan un cuestionario acelerado.

“Me crie en el barrio”, defiende la estrella sobre el argumento de ‘Mi soledad tiene alas’. Su hermano: “Él confía en mí más que yo”. Ambos posan y lo cuentan en exclusiva para ICON,.

 Todo empezó en los albores del confinamiento. “El mundo se paró y sentí la necesidad de hacer algo con mi vida. Así que empecé a escribir con la guionista Deborah François”, recuerda Mario Casas (A Coruña, 36 años). El resultado será su primera película como director, Mi soledad tiene alas, que empezará a rodar en Barcelona a mediados de octubre. “Sigue a unos chavales que viven sin miedos y que se dedican a dar palos en joyerías hasta que tienen que huir a una barriada madrileña”, resume el hasta ahora actor. Desde el principio, tuvo claro que el protagonista sería su hermano Óscar y que el resto del reparto lo compondrían actores no profesionales.

 “Fui de los últimos en leer el guion, lo hice hace poco”, confiesa Óscar (Barcelona, 23 años). “En el momento en el que mi madre se lo leyó y le gustó, dije: ‘Ya está’. Mario confía en mí más de lo que yo confío en mí mismo”. El director ha pasado más de un año buscando a intérpretes que aporten a la película un tono naturalista, inspirado en “el cine quinqui”, ese género sobre delincuentes juveniles que nació en la España de la Transición. Casas va más allá: “Mis referentes del suburbio son películas crudas como Barrio, 7 vírgenes, El odio, Shéhérazade, Los miserables. No me quiero ir a esa cosa más pomposa que hay ahora con el trap y con el reguetón”.

 

La otra fuente de inspiración ha sido su propia infancia en la periferia de Barcelona. “Me he criado en el barrio”, recuerda Mario. “Es verdad que mis padres han seguido trabajando y les han ido bien las cosas, pero yo me crié en zonas muy humildes de Martorell y de Esparraguera”. La labor principal de documentación se ha centrado en los artistas grafiteros y en los pandilleros que atracan joyerías. “El grafiti es un segundo personaje en la película. Todas las ciudades están completamente dibujadas, pero no hay apenas películas sobre ese arte. El personaje de Óscar, al ser introvertido, expresa su mundo a través del grafiti. Es un chaval con mucha sensibilidad, el personaje que me habría gustado hacer con su edad”.

A la de Óscar, Mario estaba en vías de convertirse en el mayor ídolo adolescente español gracias a A tres metros sobre el cielo (2010). “Yo al principio era como Óscar, muy para fuera. Pero cambié mucho. No supe gestionarlo bien. Mi vida dio un vuelco y además empezaban a surgir los móviles con cámara. Me sentía observado. No podía hacer lo que me diera la gana y mes tras mes, año tras año, eso se convirtió en una coraza”, reconoce. Los chistes a su costa, ya fuese en la prensa o en la calle, tampoco ayudaban: “Me metía a leer críticas y leía barbaridades sobre mí. Pero barbaridades. Eso me hizo daño. Iba por la calle y me decían que si me quitaba la camiseta, que si no vocalizaba. Me da pena porque he perdido momentos y la chispa que tiene Óscar”.

Óscar Casas agradece que Mario recorriese ese camino porque ahora él puede pasearlo con más seguridad. Sabe que los prejuicios se pueden derribar con tiempo y determinación. Y sabe que es mejor no leer según qué críticas. “Ver cómo mi hermano se ha construido como persona y como profesional me ayuda a relativizar”, afirma.

Su carrera como actor empezó en 2005 con la serie Abuela de verano, a los cuatro años, y su madre cuenta que el set de rodaje era el único lugar donde se concentraba. Tras estudiar el bachillerato en Irlanda, regresó a Madrid en 2017 y decidió tomarse en serio la profesión. Aunque primero se hizo famoso como influencer (tiene más de tres millones de seguidores en Instagram) en estos cinco años ha rodado cinco películas y ocho series, entre ellas Instinto, Jaguar o Cuéntame cómo pasó.

El clan Casas es joven, numeroso y goza de una considerable popularidad instagrámica. Ramón y Heidi, tenían 19 y 17 años cuando nació Mario. Después llegaron Sheila (34 años, 450.000 seguidores en Instagram), Christian (30, 350.000 seguidores), Óscar (24) y Daniel (8 años, no tiene Instagram). Viven todos juntos en una casa de El Escorial. Mario tiene tatuados los nombres de todos. Hay quien les ha apodado “los Casashian”, porque no parece haber familia española más exitosa y más estéticamente armoniosa. Y porque toda la familia, de una manera u otra, participa en la carrera profesional de Mario. “Mi madre lee los guiones, su criterio conecta con el gusto del público”, explica el actor. Desde 2016, Sheila (licenciada en Derecho) y Christian (licenciado en Económicas) ejercen como representantes y managers. La empresa familiar se llama Memento Cine, en honor a la película de Christopher Nolan, y su creación supuso un punto de inflexión en la carrera el actor. A partir de 2016 empezó a ganar el respeto que anhelaba. “Tener ese estigma me hizo trabajar aún más duro. Y ha habido un cambio por parte del público que empezó con Contratiempo (2016). De repente me empezaron a respetar. Ya no me gritan las tonterías que me decían cuando tenía 20 años”, afirma. El fotógrafo de Mauthausen (2018), El practicante (2020) o No matarás (2020) le han dado las mejores críticas de su carrera. Gracias a esta última ganó un Goya que, por cuestiones pandémicas, recibió en sintonía con la marca Casas: en el sofá y rodeado de toda su familia.

 Óscar trabaja con otras agencias de representación. En plural: una como actor y otra como influencer. Esa dualidad profesional no parece incordiarle. “Lo llevo con naturalidad. Si puedo compartir mis proyectos con mis seguidores, pues genial. Si además puedo hacer publicidad y comprarme un piso, pues también genial”, afirma. Mario ha experimentado varios tipos de fama. La de la televisión, la de las revistas del corazón y la de las redes sociales. Hoy tiene claro dónde traza la línea. “TikTok no me voy a hacer”, advierte. Quizá hacerse mayor consista en alcanzar una edad en la que la nueva red social de moda te hace sentir ridículo. “Aunque al final tienes que hacerlo porque vas a El hormiguero y haces tiktoks, vas a promociones y te piden que poses para tiktoks. Me siento absurdo, pero entiendo que hay que hacerlo”.

 ¿Ha llegado el momento en el que Mario Casas, hasta no hace tanto considerado el joven ídolo oficial del cine español, se siente mayor? “A veces, sí. Durante las pruebas para mi peli me impresionó que lo primero que hacían los chavales al acabar la toma era ir corriendo a la pantalla para verse. Daban su opinión. Y yo me quedaba en plan: ‘Esto no está bien’. Porque eso demuestra que algunos jóvenes de ahora no están en el aquí y ahora, sino viéndose a sí mismos desde fuera”.

 

TITULO:   EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes -16 , 23, 30 - Septiembre -  Arturo Pérez-Reverte  - La noche en la que volvió a fumar,.

 

MI CASA ES LA TUYA - VIERNES - 16, 23 , 30 - Septiembre ,.

MI CASA ES LA TUYA -', presentado por Bertín Osborne,.

acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en Telecinco  a las 22:00, el viernes -16, 23 , 30  - Septiembre ,etc.

 EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes-16, 23 , 30  - Septiembre -Arturo Pérez-Reverte  - La noche en la que volvió a fumar,.
 
 Arturo Pérez-Reverte  - La noche en la que volvió a fumar,.
 
 Arturo Pérez-Reverte  -foto,.
 Arturo Pérez-Reverte: La noche en la que volvió a fumar
 

El médico era un viejo amigo y no le anduvo con paños calientes. Te quedan seis meses, dijo. Sé que no enciendes un cigarrillo desde hace veinticinco años y que has procurado llevar una existencia sana, pero te ha tocado. De todas formas, quien no se consuela es porque no quiere: la tuya no ha sido una mala vida, cumpliste los setenta, tus hijos se ganan la vida y a tu perrita Penélope tuviste que sacrificarla por vieja hace diez meses. No dejas nada detrás, así que puedes liar el petate sin dramatismos. Ordena tus asuntos y tómalo con calma. Los cuidados paliativos ayudan mucho.

Decidió, en efecto, tomárselo con calma. Regaló libros a los amigos más queridos, llevó flores a la tumba de su mujer, pasó un fin de semana con sus hijos, nueras y nietos. De lo otro no dijo nada a nadie. En cuanto al futuro inmediato, hizo averiguaciones. Conservaba contactos de su antiguo trabajo, así que fue fácil reunir información: lugar, día, hora y circunstancias. En determinados ambientes, ciertas cosas eran secretos a voces. Por fin obtuvo los detalles necesarios. Sonreía al anotarlo y planearlo todo: una sonrisa de lobo cansado, dispuesto a morder no por hambre, sino por placer. Por darse el gusto. Durante esos días comprendió muchas cosas, incluida la verdadera libertad, que es la de quien nada espera. Un recuerdo escolar acabó por llevarlo a la vieja Eneida que conservaba desde que la tradujo de jovencito. Abrió el libro y allí estaba el párrafo subrayado cincuenta y cinco años atrás: Una salus victis nullam sperare salutem. La única salvación de los vencidos es no esperar salvación alguna. Arrancó la página y se la metió en un bolsillo.

Durante esos días comprendió muchas cosas, incluida la verdadera libertad, que es la de quien nada espera

El día señalado, temprano, fue a la armería y compró cuatro cajas de cartuchos de postas del calibre 12. De vuelta a casa estuvo aceitando las dos escopetas y cambiándoles el cargador convencional por otro más largo –no era cazador y odiaba matar animales, pero vivía en un chalet de las afueras y siempre le pareció oportuno tomar precauciones–. Cuando estuvieron listas, cargó las escopetas, que eran una Remington y una Mossberg, ambas de corredera: seis cartuchos en cada cargador y uno en las recámaras.  Después sacó del armario, envuelta en trapos aceitados, la pistola Astra del 9 largo que su padre había usado en la Guerra Civil, con el cargador largo de 16 balas, a las que añadió una en la recámara. Lo metió todo en una bolsa, hizo una comida ligera y durmió dos horas y media de siesta.

Condujo al anochecer hasta el lugar señalado, que era un almacén casi en ruinas en una barriada marginal. Detuvo el coche, apagó las luces y aguardó con un termo de café. La información era exacta y los vio llegar poco a poco. Casi todos eran hombres, y sólo dos o tres mujeres. Varios tenían aspecto peligroso y se había informado bien sobre ellos: posiblemente alguno fuera armado. Aguardó en la oscuridad hasta que consideró llegado el momento, y entonces se metió la pistola en el cinturón, se colgó una escopeta al hombro, empuñó la otra después de quitarle el seguro a las tres armas y con paso tranquilo se dirigió al almacén.

Disparó primero a los que estaban de guardia en la puerta. Un sólo taponazo de postas a bocajarro los reventó a los dos. Cruzó el umbral y vio, en el interior, a una treintena de personas en torno al círculo de arena donde dos perros se mataban a dentelladas entre gritos de entusiasmo e intercambio de apuestas por parte de los espectadores. Había una mujer con un manojo de billetes arrugados en alto, animando el espectáculo. Le disparó primero a ella y a los que estaban cerca –el desparrame de la andanada de postas resultó devastador–, y luego, accionando la corredera, disparó los otros cuatro cartuchos a mansalva, moviendo el arma en semicírculo. Tiró la escopeta vacía, se descolgó la otra y repitió la operación sobre los que huían despavoridos: con seis disparos alcanzó a muchos por la espalda, y el último cartucho lo empleó en arrancarle media cabeza a un fulano que había sacado una pistola. Luego dejó caer la segunda y ya inútil escopeta, empuñó la Astra y se paseó por la escabechina rematando a los heridos que gemían y se arrastraban en charcos de sangre. También, entristecido, tuvo que sacrificar a los dos perros, que habían sido alcanzados en el tiroteo. Con una última mirada hizo balance: dieciséis muertos no era una mala cifra. Se habría dado por satisfecho con menos.

Salió a respirar el aire de la noche. Nunca en su vida se había sentido tan aliviado, tan bien. Tan en orden con la vida y la muerte. Estuvo un momento inmóvil ante la puerta del almacén, disfrutando de la sensación. Al cabo sacó un paquete de tabaco, encendió un cigarrillo, el primero en veinticinco años, y aspiró el humo con deleite mientras escuchaba acercarse las sirenas de la policía,.

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