BLOC CULTURAL,

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lunes, 12 de septiembre de 2022

DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - REVISTA BLANCO Y NEGRO - Un desastre nuclear en Zaporiyia tendría efectos diez veces peores que en Chernóbil ,. / Las rutas Capone - Corpus Christi en Fuentes de León ,. / Un país mágico - La belleza interior de Aracena ,. / Diario de un nómada - Las huellas de Gengis Khan - Bicicletas, mujeres e historias de exclusión ,. / Un trío en la cocina - Los artesanos chocolateros que enamoran a Barcelona ,. / Documentos TV - Ciberacoso, el infierno en un clic,.

 TITULO:  DESAYUNO CENA FIN DOMINGO -  REVISTA BLANCO Y NEGRO -  Un desastre nuclear en Zaporiyia tendría efectos diez veces peores que en Chernóbil ,.

 DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - REVISTA BLANCO Y NEGRO - Un desastre nuclear en Zaporiyia tendría efectos diez veces peores que en Chernóbil ,. , fotos,.

Un desastre nuclear en Zaporiyia tendría efectos diez veces peores que en Chernóbil,.

Crece la alarma mundial en torno a la central y Moscú avisa que es «cuestión de tiempo que haya un accidente grave» si siguen los ataques,.

 El riesgo de una catástrofe en la central de Zaporiyia es diez veces peor  que Chernóbil | leonoticias

 La central nuclear de Zaporiyia, en Ucrania.

Una delegación del Organismo Internacional de Energía Atómica viajará a la planta nuclear antes de septiembre para acometer una inspección en profundidad y verificar su estado,.

 

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 ( Desayuno )

La reunión mantenida el jueves en Nueva York a petición de Moscú por los 15 miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha arrojado al mundo la idea de que la situación en la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, la mayor de Europa con seis reactores en servicio y en poder del Ejército ruso desde comienzos de marzo, es «crítica».

 

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( Cena )

Se hace urgente, por tanto, la adopción de medidas para evitar que los enfrentamientos armados terminen desencadenando una fuga atómica de grandes proporciones. Sin embargo, Rusia rechazó la mayor parte de las propuestas que se pusieron sobre la mesa aunque apoyó la idea de que una delegación del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) viaje a la planta nuclear ucraniana antes de septiembre para acometer una inspección en profundidad y verificar su estado.

El problema principal lo constituyen los misteriosos ataques que vienen sufriendo las instalaciones de la central de Zaporiyia. Kiev sostiene que están siendo llevados a cabo por las tropas rusas con el objetivo de provocar un accidente nuclear y culpar de ello a las fuerzas ucranianas a fin de justificar un recrudecimiento de la intervención militar mientras que Moscú tacha de «absurda» tal acusación, ya que son sus soldados los que ocupan la central y se supone que no van a disparar contra ellos mismos.

Catástrofe más letal que Chernóbil

Un escape nuclear de envergadura podría afectar, según los expertos, a prácticamente toda Ucrania en su conjunto, a la anexionada Crimea, a algunas zonas del sur de Rusia e incluso a países como Moldavia, Rumanía, Bulgaria y Bielorrusia. El ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, cree que una hipotética catástrofe en Zaporiyia sería «diez veces» más letal que la ocurrida en Chernóbil en 1986. Por su parte, el representante chino ante la ONU, Zhang Jun, advirtió durante su intervención en el Consejo de Seguridad que «la central nuclear de Zaporiyia es una de las más grandes de Europa. Si se produce un accidente nuclear a gran escala, puede ser más grave que el acaecido en Fukushima» en 2011.

El director de la OIEA, Rafael Grossi, dijo al tomar la palabra que «estas acciones militares cerca de una instalación nuclear tan grande podrían tener consecuencias muy graves». Aseguró que ahora mismo «no existe una amenaza inmediata» para la seguridad del funcionamiento de la planta, pero alertó que «esto podría cambiar en cualquier momento». Según sus palabras, «prevenir una catástrofe nuclear debe ser un objetivo colectivo y global. He pedido a ambas partes que cooperen con el OIEA. Estamos en un momento complicado, en una hora grave y se debe permitir que el organismo lleve a cabo su misión en Zaporiyia lo antes posible». Aseguró que él mismo encabezará la delegación.

Luego intervino el representante ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, para denunciar que «los ataques criminales de Kiev contra instalaciones de infraestructura nuclear están poniendo al mundo al borde de una catástrofe nuclear comparable en escala a la de Chernóbil». Según señaló, los bombardeos ucranianos dañaron varios dispositivos importantes para el suministro de energía, se destruyeron tuberías, se incendió hidrógeno en el centro de distribución y quedó cortada una línea eléctrica de alto voltaje. En el curso de otro ataque, resultó alcanzado un almacén de residuos atómicos, un panel de monitoreo automatizado para la medición de radiación y un empleado resultó herido. Nebenzia, no obstante, reconoció que «el nivel de radiación en la central de Zaporiyia es normal por el momento», pero advirtió que, de continuar los ataques, «es cuestión de tiempo que se produzca un accidente grave».

Controlada por Rusia

El diplomático ruso calificó de «cínicas», «absurdas» y «contrarias al sentido común» las acusaciones de Kiev de que es Rusia la que ataca la central. «La planta nuclear de Zaporiyia está controlada por las Fuerzas Armadas rusas. La lógica elemental sugiere que nuestros militares no tienen motivos para bombardear ni la central, ni la ciudad, ni a ellos mismos», añadió, y terminó rechazando la propuesta de desmilitarizar la zona circundante a la planta atómica ante la amenaza de «provocaciones o atentados terroristas contra una instalación que debemos defender nosotros».

El jueves, el secretario general de la ONU, António Guterres, pidió la retirada del personal ruso y las tropas enviada por Moscú a la central nuclear y la creación de un «perímetro seguro desmilitarizado». Estados Unidos apoyó inmediatamente la idea así como también el representante ucraniano, Serguéi Kislitsa, quien llamó además a que Rusia desmonte las minas «colocadas en distintos puntos la central nuclear». Kislitsa condenó también que las fuerzas rusas bombardeen desde la planta atómica las ciudades de Nikopol y Márganets, situadas en la orilla opuesta del río Dniéper. El representante ucraniano aseguró que su país «está listo para brindar a la misión de la OIEA toda la asistencia necesaria y garantizar el paso por el territorio controlado por Ucrania (...) si Rusia deja de bombardear Nikopol y Márganets». En esta última localidad el miércoles perecieron trece civiles a causa de los disparos de cohetes 'Grad' lanzados, según las autoridades ucranianas, por el Ejército ruso precisamente desde la central de Zaporiyia.

La embajadora norteamericana ante la ONU, Bonnie Jenkins, afirmó que «Rusia es la única que ha provocado estos riesgos al lanzar una invasión a gran escala. Y solo ella puede eliminar la amenaza retirando sus tropas de Ucrania». Según su punto de vista, «la difícil situación en torno a la planta de energía nuclear es otro trágico resultado de la agresión de Rusia contra un Estado independiente (...) algo de lo que Ucrania no tiene la culpa».

Crear una zona desmilitarizada

Jenkins señaló que Washington apoya la propuesta de Kiev de crear una zona desmilitarizada alrededor de la central y «devolver el control total de la planta a los ucranianos. Esto permitirá a la parte ucraniana mantener la seguridad y el funcionamiento del complejo con todas las precauciones, como ha estado ocurriendo durante décadas», posibilidad que Moscú ha rechazado en redondo.

Los representantes del Reino Unido y Francia, así como los delegados de otros países occidentales que ahora son miembros no permanentes del Consejo de Seguridad, se expresaron en la misma línea que EE UU. Sin entrar en los detalles de la autoría de los bombardeos, insistieron repetidamente en que no habría problemas en la central nuclear ucraniana si no fuera por la operación militar iniciada por el presidente Vladímir Putin.

El ministro ucraniano de Interior, Denís Monastirski, ha manifestado que la central de Zaporiyia «no está solamente en manos de enemigo, sino también de especialistas no cualificados que pueden llegar a provocar una tragedia con su impericia». Según sus palabras, «a los especialistas ucranianos que permanecen allí no se les permite acceder a las áreas donde deberían estar mientras el equipamiento bélico de los rusos se encuentra dentro del perímetro de la infraestructura. Todo esto ha sido evaluado con el nivel de amenaza máximo».

El pasado 4 de marzo, la central nuclear de Zaporiyia fue alcanzada por misiles y disparos de tanques de las tropas rusas dispuestas a acabar con un foco resistencia en su interior de militares ucranianos. Se produjo un incendio y uno de los reactores tuvo que ser desconectado. El suceso disparó todas las alarmas mundiales ante el temor a una fuga radiactiva y motivó una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU. Pero no llegó a pasar nada grave. A partir de aquel momento, la planta cayó completamente en poder de las tropas rusas, que llegaron al lugar el 28 de febrero, cuatro días después del inicio de la invasión por parte de Rusia.

   TITULO:  Las rutas Capone - Corpus Christi en Fuentes de León ,. 

Corpus Christi en Fuentes de León ,. 

 Corpus Christi en Fuentes de León (Badajoz) - YouTube

foto / La localidad extremeña celebra el Corpus con antiguas danzas. La cofradía Sacramental se responsabiliza de los actos festivos que con motivo del Corpus Christi se organizan en Fuentes de León. Se basan principalmente en antiquísimas danzas, alguna originaria de León y otras de raíces incaicas.

 

TITULO:Un país mágico - La belleza interior de Aracena,.

 

El sabado - 17 , 24 - Septiembre a las 18:30 por La 2, foto,.

 

 La belleza interior de Aracena,.

 

 

En el norte de la provincia de Huelva, en la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, esta localidad es famosa por muchas de sus joyas, monumentales y gastronómicas. En este sentido, el artículo destaca la belleza de la Gruta de las Maravillas, cuyas increíbles formas, fruto de la erosión y el paso del tiempo, enamoran a todo aquel que se adentra en sus profundidades.

Vista de Aracena.
Vista de Aracena.

También el encanto del pueblecito de Aracena reside en sus empinadas calles, sus paredes blancas y sus monumentos, testigos del paso de numerosas civilizaciones por estas tierras, como son el castillo-fortaleza, la iglesia prioral o las ermitas mudéjares.

Como no podía faltar, el jamón y el Museo del Jamón-Centro de Interpretación del Cerdo Ibérico también aparecen reflejados en el reportaje, al igual que otras exquisiteces propias de la zona como las setas, el queso de cabra, las castañas y las hortalizas, siendo la tierra que rodea al municipio, ingente en vegetación, castañares y dehesas, la que, además de proporcionar un remanso de paz al visitante, permite disfrutar de tan variada gastronomía.

 

TITULO: Diario de un nómada  - Las huellas de Gengis Khan - Bicicletas, mujeres e historias de exclusión ,.

Diario de un nómada - Las huellas de Gengis Khan: De Barnaul al Altair ruso  - RTVE.es

El domingo- 18, 25 - Septiembre , a las 19:00 por La 2 , fotos,.

 

  Bicicletas, mujeres e historias de exclusión ,.


Aumenta su uso en todo el mundo. Facilita la movilidad. Pero las mujeres, suelen ir a la zaga por cuestión de seguridad. En Lima, Perú, un grupo de ciclistas, superando prejuicios y discriminaciones, comienzan a tomar las calles en dos ruedas para reivindicar igualdad,.

 Cerca de las diez de la mañana de un frío domingo limeño, a pocos días de la celebración de los 200 años de la independencia de estas tierras, Katiuska Ojeda, Kely Alfaro y otras ciclistas han llegado pedaleando al Bulevar de las Patricias, una rambla limeña en honor a las mujeres que, en ese trance histórico y en otros, lucharon sin descanso. O que incluso entregaron su vida.

 

 Perú: Bicicletas, mujeres e historias de exclusión | Planeta Futuro | EL  PAÍS

“Poca gente conoce su historia”, dice Ojeda, integrante del colectivo Cicleando en Lima, mientras deja un ramo de flores al pie de la estatua de Marcela Castro Puyacahua, una líder indígena que se levantó contra el Virreinato en 1781, junto con Túpac Amaru, y que dos años después fue ejecutada. Para ella y sus compañeras, este pequeño acto tiene una carga simbólica fundamental: dejar constancia, sobre dos ruedas, que la discriminación continúa.

Cuidado con la calle

Reivindican que la actuación heroica de estas mujeres no se consignó tan claramente en los libros y que hoy, incluso en el habitualmente contestatario movimiento ciclístico, hay formas de discriminación que subsisten. Por eso realizan estos paseos y, a la vez, procuran hacer de tal deporte otro territorio para la equidad. Hay datos del uso de este vehículo en Lima que alientan sus esfuerzos.

No existen cifras muy precisas del aumento de usuarios de bicicleta en esta capital, aunque la pandemia ha hecho que el número crezca notablemente. El año pasado, hacia septiembre, el portal Mercado Libre informó de que la búsqueda de bicicletas en línea se había disparado hasta llegar a un pico de 282%. En estos tiempos ya es posible que, en el residencial distrito de Miraflores y en otras zonas, las ciclovías tengan cierto tráfico entre las ocho y nueve de la mañana.

 

Sin embargo, seguiría sucediendo lo registrado en el 2017, cuando una encuesta virtual hecha por el movimiento Actibícimo y respondida por 2.240 personas, arrojó que el 61,56% de los usuarios son hombres, el 37,9% son mujeres y el 0,54% pertenecen a la comunidad LGTBI. No parece casual. Para ellas no se trata solo de que haya rutas adecuadas, sino de la seguridad. Ni es algo aislado de Perú, también en España las expertas en movilidad piden impulsar carriles bici seguros y potenciar la formación vial para luchar contra una brecha de género que se mantiene desde hace años.

Alfaro, integrante precisamente de Actibícimo, ofrece una explicación al respecto: “En los distritos donde hay más ciclovías y más seguridad, como Miraflores, el uso de bicicletas por parte de ambos sexos es casi equivalente”. No ocurre lo mismo en todos los lares limeños. La sensación de amenaza en la capital peruana sigue siendo constante, y para las mujeres lo es más.

En su tesis de Maestría de Estudios Culturales Resignificación del derecho a la ciudad: inclusión de una agenda feminista en dos ediciones del Foro Mundial de la Bicicleta (Lima, 2018, y Quito, 2019), Nohelia Pasapera cita datos reveladores que retratan ese magno problema.

Una encuesta del Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica del Perú arroja que en 2016 un 61,2% de las interrogadas sufrió alguna modalidad de acoso callejero. A eso se suma un estudio de la Fundación Thomson Reuters, de 2019, donde Lima aparece como la quinta ciudad más insegura para ellas, luego de Nueva Delhi, El Cairo, Kinshasa y Karachi.

Menos acoso, más inclusión

Pero hay más. Para Ojeda, Alfaro y sus otras compañeras, la infraestructura ciclística se mantiene en clave androcéntrica. No tanto como las pistas, hechas para el uso frenético —principalmente masculino— del auto. Solo que no están hechas, por ejemplo, en función de las labores de cuidado un rol de género que en el Perú aún es ejercido sobre todo por féminas, como resalta un estudio de la CEPAL.

Como apunta Alfaro, “las ciclovías no están imaginadas para que conecten colegios, hospitales”. No se anticipa que una hija puede ir a cuidar a su padre a un hospital —o una madre a dejar a su hijo en un colegio— usando la bicicleta. Mayormente se construyen para que alguien vaya al trabajo, o para que se movilice el actual enjambre de mensajeros ciclísticos de varias compañías.

Los 226 kilómetros de ciclovías que hay en esta ciudad, y los 75 más que ha ofrecido construir la Autoridad de Transporte Urbano de Lima y Callao (ATU), deberían conectar de acuerdo a ellas centros de salud, colegios, puestos policiales, mercados. De modo que cuando se llegue a los 301 kilómetros anunciados por esta entidad, se haga en una clave más inclusiva.

 

Al mismo tiempo, esperan más seguridad y un cambio cultural, a fin de que la falta de inclusión y el acoso disminuyan. A la propia Pasapera le siguió un auto por varias cuadras cuando iba por una ciclovía; a Mariella Meza, una activista feminista del ciclismo, un motociclista le contestó malamente, luego de que ella le reclamara por una mala maniobra. A Ojeda también la acosaba un señor, todos los días, cuando pasaba camino a su trabajo. Hasta que tuvo el coraje de pararlo.

Incluso en el Foro Mundial de la Bicicleta (FMB) realizado en Lima en febrero del 2018, se denunció un caso de acoso, dentro del mismo evento, lo que hizo que cobrara más fuerza un Manifiesto, ya preparado con antelación por las activistas. En este se llamó a promover “la movilidad sostenible con alegría y valentía” y a que “se incorporen voces y votos diversos con paridad de género en el proceso de toma de decisiones, planificación y participación”,

Según la investigadora brasileña Roberta Raquel (citada por Pasapera en su tesis), en las versiones anteriores (Medellín 2015, Santiago de Chile 2016 y Ciudad de México 2017), la asistencia femenina superaba el 50%, pero quienes lideraban el evento y exponían eran hombres en un 70%. En el Foro de Lima, el 40% de las mujeres ya tomaba decisiones o daba una ponencia.

“Hay que hacer justicia social con la movilidad dentro de la ciudad”, sostiene Pasapera. Añade que, dado que el movimiento ciclístico es un “movimiento de justicia social”, tendría que tener en cuenta todas las categorías de opresión, entre las cuales están las que se ejercen contra las mujeres, “que son las que han recibido más violencia”. También en el territorio ciclístico.

Creencias que aún ruedan

“En mi comunidad nadie tenía bici”, cuenta Sarita Castro, una socióloga de 36 años que creció en San Francisco de Asís, un centro poblado del distrito de Morococha, ubicado a 146 kilómetros al este de Lima, en la sierra, y a 4.300 metros sobre el nivel del mar. En esas alturas, en medio de la pobreza, apenas quedaba tiempo para criar llamas y ovejas para sobrevivir. Y a pesar de eso también rondaba la discriminación dirigida hacia las chicas.

A contracorriente de lo que muchos usuarios limeños —o de otras partes del mundo— creen, el providencial vehículo no estaba, ni está, al alcance de todos. De hecho, la familia de Castro nunca pudo comprar uno y ella no aprendió a manejarlo, porque además un día su madre le dijo que simplemente no era posible, y que era algo para “machonas” (lesbianas, en lenguaje despectivo).

Más aún. Tanto ella como Maricarmen Panizo —una abogada, de 50 años, y que tampoco sabe montar— escucharon de niñas una vieja leyenda urbana que al parecer todavía sobrevive en algunos ámbitos: “si la manejas, vas a perder la virginidad”. Una creencia que no tiene sustento científico alguno, pero que parece dirigirse a controlar cuerpos y mentes.

Acaso por eso, entre las 29 prohibiciones que los talibanes establecieron para las mujeres, está la de no montar en bicicleta. Lima no es Kabul, en modo alguno, pero en esta ciudad sobreviven viejos prejuicios contra los que se han levantado Castro, Panizo y Ojeda, quien aparte de ser una activista enseña a manejar solo a sus congéneres, en una esquina tranquila de Lima.

“Me percaté que, entre las personas no sabían hacerlo, ellas eran mucho más”, explica ella luego de una bicicleteada por Barranco, un distrito tradicional, en la que los participantes sudan fuerte a pesar del húmedo invierno costero. “He llegado a enseñarle a una señora de 72 años —agrega—, que al final aprendió, y siempre te encuentras que entre los motivos está el machismo”.

Kathy Serrano, una actriz y dramaturga de 53 años, tampoco aprendió a montar de pequeña y su recuerdo es más tormentoso. “Mi mamá me bajó furiosamente de una bicicleta —relata— cuando tendría unos nueve o diez años porque para ella eso era algo que no deberían hacer las mujeres”. Hoy es otra alumna de Ojeda, que está dispuesta a reparar ese viejo asunto infantil.

 

Pero al mismo tiempo hay casos en los cuales la atmósfera social detiene los pedales. Vanessa Sanz, diseñadora gráfica, tiene poco más de 40 años y dejó este vehículo a los 21, ya que un día cualquiera salió a un parque, cercano a su casa, y de un carro le gritaron groserías irrepetibles. “Ya me asustaba el tráfico de Lima —recuerda—, y eso hizo que no volviera a manejar”.

Equidad sobre dos ruedas

La consecuencia posterior fue que, a pesar de que vivía cerca de su universidad, nunca fue a ella en ese medio de transporte. Pronto quizás tome clases con Ojeda, para reciclarse y volver sobre el pedal. Panizo, por su parte, dice que aprender a montar será su “personal manera de festejar el Bicentenario (de la Independencia del Perú) acabando con un símbolo de opresión”.

Serrano afirma que en sus clases “ha avanzado como nunca en su vida” y Castro, muchos años después, ya aprendió a manejar con Katiuska Ojeda… “Me perdí de tener un poco más de libertad”, sostiene al acordarse de su infancia modesta, en la cual no tuvo bici y menos a alguien que le enseñara a usarla. “Ahora estoy muy feliz —agrega— y siento más independencia cuando me paro en la bici y miro el horizonte”. Es como si, finalmente, hubiera logrado vencer al destino pedaleando.

 

 

TITULO: Un trío en la cocina -  Los artesanos chocolateros que enamoran a Barcelona ,.

 

fotos ,  Un trío en la cocina - Los artesanos chocolateros que enamoran a Barcelona ,. 


Los artesanos chocolateros que enamoran a Barcelona ,. 


Úrsula Pérez Pomar y Cristian Larrosa se conocieron en Perú y pasaron un lustro recorriendo Ecuador, Perú y el Amazonas para aprender todos los secretos del cacao. En su tienda y obrador artesanal, Lot Roasters, tratan, refinan, maduran y envasan el chocolate en un proceso 100% artesanal.

 “¿Qué hacemos en Lot? Nos dedicamos a completar el ciclo del cacao”. Para un neófito, la misión de Cristian Larrosa puede sonar algo críptica, pero en realidad tiene una explicación sencilla. En casa de este cocinero, el cacao se trata con devoción. Sería complicado encontrar en la capital catalana una apuesta más firme por aprovechar al 100% todas las posibilidades de una planta a la que Larrosa cita siempre con su nombre científico, Theobroma, que en griego significa “alimento de los dioses”.

 Lot Roasters: Los artesanos chocolateros que enamoran a Barcelona | EL PAÍS  Semanal | EL PAÍS

Larrosa dejó España en 2009 tras una carrera que incluía temporadas junto a grandes chefs: había sido segundo de Ramon Freixa y Jean Luc Figueras, y también trabajó con Ferran Adrià y Carme Ruscalleda. Tras años entre los fogones de la alta cocina, el chef —tocado siempre con gorro y que solía ir en monopatín a todas partes— dio un giro a su carrera cuando se especializó en crear conceptos y planes logísticos para lanzamientos de nuevos restaurantes. Para uno de esos proyectos se le tentó con un viaje a Lima con el fin de hacer allí lo que mejor sabía: pilotar la apertura de un local. Larrosa aceptó: “Porque me apetecía mucho la idea y porque también me venía bien un cambio de aires”.

Sin embargo, lo de Perú no salió como estaba previsto. Además de conocer a su mujer, Úrsula Pérez Pomar, allí nació una obsesión por el cacao que ya no le ha abandonado. Se fue con la idea de vivir en Perú un año y acabó quedándose siete. Y su carrera volvió a dar un giro: de asesor en el mundo de la hostelería a experto en cacao.

 

 

“Trabajando en restaurantes de alta cocina, noté algo que me pareció bastante desconcertante: los grandes chefs se pasaban la vida buscando las mejores carnes, el mejor pescado, la mejor trufa, las mejores ostras, pero el cacao y el café eran siempre comerciales y de mala calidad. Era algo que ya sabía, pero que noté con mucha intensidad cuando visité Perú por primera vez. Entonces pensé: tenemos todo este producto maravilloso y no lo estamos usando”.

La zona que engloba Perú y Ecuador genera más del 90% de la producción de cacao mundial, con más de 20 variedades, así que Larrosa estaba en el sitio correcto. Su visión se confirmó con una visita en 2015 a una feria en Lima: “Observando las máquinas que utilizaban para producir chocolate, que cada vez eran más pequeñas y por tanto más económicas, empecé a pensar que podría arrancar mi propio proyecto. Las anteriores eran gigantescas, pero estas eran viables. Aquello fue clave para la idea de Lot”.

La experiencia peruana de Larrosa y Pérez ha acabado convertida en una de esas cosas que empiezan con modestia y buena letra y que acaban en un terremoto. Con un amplio local de aires minimalistas, obrador a la vista, una atmósfera pensada para invitar al curioso a pasar un buen rato allí y una audiencia constante, adicta al chocolate y al café, Lot Roasters ya se ha colado en la lista de lo más deseado de Barcelona en gastronomía.

 

Es fácil comprobar que la apuesta ha funcionado, no solo porque la propia entrada del local ya invita a la visita —el olor a chocolate es un imán irresistible—, sino porque la casa cuenta con una numerosísima clientela habitual, entre los que se cuentan multitud de turistas que beben de un fuertísimo de boca en boca. Pero en Lot también es habitual encontrar a chefs, sumilleres y rostros conocidos del mundo de la hostelería catalana, muy atentos al doctorado en cacao que luce el establecimiento desde su fundación el pasado diciembre, después de años de preparativos y experimentos sobre el terreno.

Úrsula Pérez se encargó también de la imagen de la marca, que huye de lo llamativo para jugar en la sobriedad: “Con el blanco y el negro no hay fallo, siempre aciertas”, dice sonriendo. Para la parte gráfica contaron también con el empujón de la hermana de Cristian Larrosa, Ana, diseñadora gráfica.

Larrosa juega con todas las partes del cacao del mismo modo que un alquimista trata de resolver el enigma del oro: extrae en frío, licua, tritura, juega con sabores y texturas y maduraciones, y demuestra que los límites están para esquivarlos, romperlos o ignorarlos. Su chocolate ya circula por algunos de los mejores paladares de Barcelona, luce en las redes de muchos foodies y desafía la idea de que, en términos chocolateros, ya estaba todo dicho.

 

El cambio de asesor gastronómico a copropietario y cocreador ha generado en él la necesidad de no estancarse, de seguir generando productos. De momento, ya sirve su chocolate première a hoteles de lujo, pastelerías de altos vuelos y tiendas gourmet, aunque sus objetivos por ahora siguen siendo los que le empujaron a inaugurar su negocio a unas pocas calles del paseo de Gràcia. “Pensamos crecer en un espacio donde se puedan crear y producir toda clase de elementos de alta calidad, siempre con la misma filosofía que tenemos en Lot. Justo ahora estamos desarrollando bebidas no solo ricas y de calidad, también sanas y que te aporten algo, un plus inesperado”, explica.

Pero Pérez Pomar y Larrosa no van a pararse ahí, ni consideran el cacao la última frontera. Los responsables de Lot quieren volver (a su manera) al terruño: “Si abrimos algo relacionado con los lácteos encontrarás fermentos, mantequillas, cremas y quesos que habrán sido creados en ese mismo espacio en el que te encuentras en ese momento. Si en cambio lo relacionamos con el trigo, te encontrarás harinas, panes, fermentos y masas madre para hacerte tu propio pan en casa. Siempre con la misma piedra filosofal que hemos colocado con el cacao: el producto, la calidad, la innovación y la sostenibilidad. Son y serán siempre los protagonistas”, remata Pérez Pomar.

TITULO:  Documentos TV -Ciberacoso, el infierno en un clic,.  


Documentos TV,.

Documentos TV - Ciberacoso, el infierno en un clic ,. 


Martes -20, 27 - Septiembre a las 00:00 horas en La 2, foto,.

 Ciberacoso, el infierno en un clic,.

Documentos TV muestra la cara más cruel de internet en ‘Ciberacoso, el infierno en un clic’. El insulto, la amenaza y el odio navegan, cada vez con mayor intensidad y frecuencia en la red, donde las víctimas son humilladas delante de millones de usuarios.

 Ciberacoso, el infierno en un clic

Las redes sociales linchan y ajustician sin piedad

Hoy día, la identidad digital es accesible en cualquier lugar y en todo momento. Internet se ha convertido en una plaza digital en la que los ciudadanos del mundo se asoman en busca de interconexión y donde afloran experiencias y sentimientos de todo tipo. También el odio.

“Te destruiré en dos clics y nunca volverás a caminar con la cabeza alta”. Este tuit se hizo público en Suiza, después de que una adolescente se suicidara por ciberacoso.

Con la impunidad que brinda el anonimato, los troles lanzan a sus jaurías contra las víctimas para que las acosen sin descanso. Para ellos, el que entra en las redes debe estar preparado para este tipo de agresiones, porque, dicen, son las reglas del juego. Y de este modo justifican el linchamiento público y el ajusticiamiento sin piedad.

‘Ciberacoso, el infierno en un clic’ presenta la cara más cruda de los agresores virtuales y la desprotección y vulnerabilidad de las víctimas.

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