BLOC CULTURAL,

BLOC CULTURAL,

sábado, 28 de mayo de 2022

DESAYUNO CENA FIN SABADO - La matemática del espejo - Javier Cámara ,. / Viaje con nosotros - El huevo de colon telecinco - Las tres puertas - José Luis Hernández; Jorge Luengo, mago y mentalista; Gabriel Moreno,Fátima Mulero ,. / POLICÍAS EN ACCIÓN - Pegasus: seguridad, vigilancia y libertad./ 3 RAZONES CON - Justicia en derecho,.

            TITULO: DESAYUNO CENA FIN SABADO - La matemática del espejo -  Javier Cámara ,.

DESAYUNO CENA FIN SABADO  - La matemática del espejo -   Javier Cámara , fotos,.

La matemática del espejo -  Javier Cámara,.

Esta semana en ‘La matemática del espejo’Carlos del Amor charlará con Javier Cámara. El actor revelará detalles poco conocidos de su vida, como los episodios de bullying que sufrió en su adolescencia, y hablará de sus inicios en la profesión y de cómo le han cambiado la fama y la paternidad.


El actor, que fue camarero antes de subirse a los escenarios, dice que esa experiencia le enseñó a observar a la gente. Tras más de 30 años de carrera, ha conseguido convertirse en uno de los actores más queridos y emblemáticos de nuestro país y ha ganado, entre otros muchos galardones, dos Goyas, una Concha de Plata y dos premios Feroz.

( Desayuno),.

El actor riojano empezó haciendo de cura en la serie ‘Ay señor, señor’, y en el cine le conocimos como compañero de fatigas de Torrente. Ha sido tres veces chico Almodóvar y ha protagonizado incontables películas y series de impacto mundial.( Cena ) 



Con Carlos del Amor, Javier Cámara conversará frente al espejo y revelará detalles de su complicada adolescencia marcada por el bullying, de la compleja relación con su padre y de sus inicios en la profesión. También hablará de cómo le ha cambiado la paternidad, su visión de la vida y recibirá la visita sorpresa de uno de sus vecinos más queridos.

TITULO:   Viaje con nosotros - El huevo de colon telecinco -  Las tres puertas -    Luis Hernández; Jorge Luengo, mago y mentalista; Gabriel Moreno, Fátima Mulero. 


 

Viaje con nosotros,.

Javier Gurruchaga lo presenta - Comenzó a emitirse el 26 de enero de 1988. Tenía una periodicidad semanal (martes) y se emitió hasta el 31 de diciembre de ese mismo año. Ese día se emitió el programa titulado "La última cena", espacio promovido por Pilar Miró, por aquel entonces directora general de RTVE, en el que también participó Elton John y que no estuvo exento de polémica. Entre los personajes famosos que "viajaron" con Javier Gurruchaga estuvieron: Luis Antonio de VillenaIñaki PerurenaPedro AlmodóvarChumy ChúmezJosé Luis CollAna ObregónJosé Luis GarciInés SastreJoaquín Sabina y Sara Montiel. Gurruchaga ejercía de coguionista junto al colectivo Lo que yo te diga.


El huevo de Colón,.

Javier Gurruchaga lo presenta - Fue estrenado en Telecinco el 4 de julio de 1992, y se emitía los sábados a las diez de la noche. Era un programa de variedades que incluía actuaciones musicales, una sección de cámara oculta y varios juegos de habilidad en antena.

 Las tres puertas -  Luis Hernández; Jorge Luengo, mago y mentalista; Gabriel Moreno, Fátima Mulero. 

Extremadura se cita con el talento el 10 de mayo

Un mago, un profesor, un restaurador y una emprendedora social compartirán su exitosa experiencia en Cáceres,.


foto / ¿Qué tienen en común un mago, un profesor, un restaurador y una emprendedora social? Es algo que se descubrirá la semana que viene, concretamente el martes 10 de mayo a partir de las 20:00, en el evento 'Talaya. Jóvenes referentes'. El Teatro Capitol de Cáceres acogerá esta cita gratuita organizada por Fundación Caja Extremadura y el Diario,.Si ellos han podido, ¿por qué yo no?’ Con esa idea debió de salir más de uno de los presentes en el evento ‘Talaya. Jóvenes referentes’ que tuvo lugar la noche del martes en el Teatro Capitol de Cáceres y que reunió durante una hora a un mago, un restaurador, una emprendedora y un profesor. Cuatro protagonistas que a priori nada tenían que ver, pero que desmontaron esta idea al final del encuentro tras la charla mantenida entre ellos. Lograron el objetivo marcado en este primer encuentro organizado por Fundación Caja Extremadura y el diario HOY, trasmitir las experticias y valores que les han permitido llegar a lo que son y a donde están para contagiar su inquietud. Era una muestra de la apuesta de ambas marcas extremeñas por los jóvenes de la región, por los emprendedores y por el futuro de la tierra.

Cuando se piensa en emprender a menudo se asocia con crear una empresa, «pero va más allá. Se trata de desarrollar el talento y capacidad de cada uno a lo largo de los años a través de un área personal«, así lo definía Pilar García Ceballos-Zúñiga, presidenta de la Fundación Caja Extremadura.La vida es una sucesión de pequeños detalles, acciones, conversaciones, pensamientos y sueños, y anoche se vivió una jornada con muchos de estos ingredientes. El restaurador de Versátil, con una recién estrenada Estrella Michelin, José Luis Hernández; Jorge Luengo, mago y mentalista; Gabriel Moreno, profesor de Universidad de Extremadura y conferenciante; y Fátima Mulero, fundadora de la empresa auTICmo, una empresa especializada en tecnología aplicada a personas que padecen trastorno del espectro autista, fueron los protagonistas que en un momento de su vida tuvieron un gran sueño e ilusión y decidieron emprender.

Para lograrlo tuvieron que recurrir a la triada clásica conformada por la constancia, el esfuerzo y la dedicación, aunque Moreno añadía una más, la concentración. «Es cada vez más necesaria que esta capacidad sea cultivada, sobre todo en esta época de multiconexión y multitarea que impide pararse a pensar». El resto de los ponentes fueron añadiendo más características a la ecuación. A él le ayudó a lograrlo estar de pequeño en casa llena de vida en el salón, un ejemplo de afrontar las adversidades. Mulero sumaba «un toque fuerte de creatividad y pasión» porque no se trata sólo de perseguir eso que se ansía lograr, sino que juega una baza primordial el cómo hacerlo. Aportar pasión al condimento teórico es una unión poderosa. Aunque Luengo lo tenía claro, «añado locura. Hacer algo que no estaba previsto y que te diferencie de los demás». Al final se trata de coger cosas distintas y pasar a la acción.


Gabriel Moreno, Jorge Luengo y José Luis Hernández / A. MÉNDEZ

A la hora de emprender no es todo un camino de rosas, hay baches a los que hacer frente. «Superar los momentos difíciles es lo que nos hace diferentes y especiales», concluía el mago Jorge Luengo tras explicar cómo fue su traumática experiencia en un concurso de magia en el que escoger al voluntario equivocado lo convirtió en el mejor candidato. «Hay que asumir los defectos. Lo mejor que me ha pasado es tener una ceja blancaֿ», explicaba también el ilusionista para mostrar que, a veces, un defecto es la mejor seña de identidad. Para seguir creciendo y logrando los objetivos también es necesario saber adaptarse, así lo mostraba Gabriel Moreno mientras explicaba cómo tuvo que cambiar su forma de vestir para parecer más mayor cuando con 23 años tuvo que sustituir a un profesor de Derecho. Porque ser joven tiene muchas ventajas, pero a veces desventajas. Juega en contra de la credibilidad en un mundo empresarial donde sigue inserta la idea de que «lo que dice una persona mayor tiene más valor que una joven», exponían los ponentes. «Son prejuicios que hacen necesarios 10 minutos para que te valoren», relataba Fátima Mulero quien lleva ofreciendo terapia desde que rondaba los veinte años. De ellos se habló durante la noche y de la necesidad de conectar con ellos. Eventos como ‘Talaya’ ayudaban a lograrlo, expresaron los oradores. Ante este planteamiento destacaba la contundencia de las palabras de José Luis Hernández, que respondía con un «principalmente ganas, con ellas nada y nadie prácticamente te echa para atrás» cuando el moderador, el periodista Álvaro Rubio, le preguntaba qué características le pedía a las personas que contrataba en su restaurante. Al final no son más que un reflejo de su propia personalidad y de lo que le ha llevado a obtener el prestigioso reconocimiento.

Fátima Mulero. / A. MÉNDEZ

Ante estos momentos difíciles a los que hacer frente en reiteradas ocasiones a lo largo de toda la trayectoria en materia de emprendimiento entendiéndose en la referencia a la que hacía mención la directora de la Fundación Caja Extremadura, Fátima Mulero destacó de forma firme una frase ante un posible ¿cómo lo hago?ante el que muchas veces aquellos que luchan por sus sueños han de enfrentarse «tirándose a la piscina en plancha», o lo que es lo mismo, simplemente haciendo. El primer paso es el más difícil. Porque «si las cosas van a salir mal van a salir mal. O sale ahora o no sale».

Finalizaron exponiendo los retos personales a futuros. Cada uno de ellos con la cabeza revolucionada con diferentes y variopintos proyectos, todos ellos partiendo desde Extremadura.

Escuchando a los cuatro jóvenes talentos que ayer deleitaron al público cacereño, se puede deducir que al final todo suma, todo el mundo aporta e importa y todo el mundo puede cambiar las cosas. La edad no importa, la suerte puede influir, pero la actitud es de los aspectos más importantes a tener en cuenta en la relatividad del éxito.

Decía el empresario Jim Rohn que somos el promedio de las 5 personas que nos rodean. Si esto es cierto, de la cita ‘Talaya. Jóvenes referentes’ no puede salir nada malo porque talento había en cada una de las butacas del Teatro Capitol de Cáceres, no solo en el escenario. Parafraseando a Gabriel Moreno, Extremadura es una dehesa cargada de futuro. Esta noche se demostró.


TITULO: POLICÍAS EN ACCIÓN  -Pegasus: seguridad, vigilancia y libertad,.

Los riesgos asociados a las nuevas tecnologías que permiten invadir la intimidad deberían propiciar un debate sobre su uso por parte del Estado,.


foto / El descubrimiento de un presunto y masivo espionaje al independentismo catalán destapado por un medio estadounidense y un centro universitario canadiense ha puesto en riesgo la legislatura y la estabilidad del Gobierno. Pedro Sánchez ha resuelto la crisis con una maniobra chapucera que pone en cuestión el crédito de la inteligencia española ,.El espionaje al que fueron sometidos diferentes líderes independentistas ha originado estos días un embarazoso conflicto que pone contra las cuerdas al primer Gobierno de coalición existente en España. A ello se suma ahora la noticia de que el presidente Pedro Sánchez y la ministra Margarita Robles también han sido espiados. Estos sucesos, aunque no asimilables en magnitud a otros conocidos en Europa, en el fondo se refieren a un mismo hecho: la vigilancia digital ilegítima. Recordemos, por ejemplo, la conmoción generada en el año 2013 por el sistema global de espionaje masivo que puso al descubierto Edward Snowden. Emergió entonces la inseguridad de la ciudadanía ante este tipo de pesquisas sin apenas límites ni fronteras en la era digital.

Sin embargo, estas acciones de espionaje no fueron ni son ni serán las únicas. Hace escasos días, apareció la noticia del rastreo de los movimientos de millones de personas a través de sus teléfonos móviles con un flujo constante de datos adquiridos directamente de las redes sociales por una empresa presuntamente al servicio del Gobierno estadounidense, cuyos servicios secretos fueron a su vez espiados por la misma empresa contratada. No se trata de Pegasus; se trata de Anomaly Six. No se trata de ciencia ficción; se trata de la realidad digital.

El ciberespacio, ese mundo en el que cohabitamos a diario con desconocidos, está repleto de amenazas que acechan a cualquiera que se asome a internet. La vigilancia y la usurpación de datos e identidades son riesgos cotidianos. Si no somos conscientes de ello, deberíamos serlo cuanto antes mejor. Ciberataques de este calado son posibles gracias a las vulnerabilidades digitales que facilitan incidentes de ciberseguridad que comprometen la disponibilidad, autenticidad, integridad o confidencialidad de los datos e informaciones almacenados o transmitidos por nuestros dispositivos inteligentes, así como los servicios ofrecidos por redes y sistemas de información a través de infraestructuras digitales, las cuales vienen siendo ya consideradas en Europa como “entidades críticas” por peligrosas.


Ello significa que los derechos fundamentales y sus garantías no tienen hoy en el entorno digital el encaje deseado. Este ajuste, tarea laboriosa donde las haya, incluso podría ser inalcanzable, por lo que el ejercicio de los derechos constitucionales, e incluso su misma existencia, estarían abocados a rectificaciones sustanciales; siempre recordando que los derechos fundamentales son el bien jurídico más preciado que guardan las constituciones europeas, al que no deberíamos estar dispuestos a renunciar.

Es así que el derecho al secreto de las comunicaciones, y, “en especial, de las postales, telegráficas y telefónicas”, según la literalidad del artículo 18.3 de la Constitución Española, ha de ser forzosamente interpretado acorde con el avance tecnológico que caracteriza a los medios de comunicación electrónica. La sofisticación de los artilugios mediante los cuales ejercemos este derecho fundamental posibilita complejos mecanismos de vigilancia masiva creados por operadores privados que los ponen a disposición de los Estados para que ejerzan, de acuerdo con las garantías jurídicas preceptivas, las acciones de investigación y vigilancia que tienen legalmente atribuidas.

No podemos obviarlo. Pese a las circunstancias actuales concurrentes, el ciberespionaje constituye una modalidad de vigilancia institucional legítima cuando se ejerce conforme a derecho, es decir, a los contrapesos previstos por el ordenamiento jurídico. La vigilancia a través de la intercepción de comunicaciones se prevé en la legislación vigente en materia de telecomunicaciones, que será en breve modificada para incorporar a nuestro sistema el Código Europeo de Comunicaciones Electrónicas y cumplir con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la economía española (PRTR) en el sector de la digitalización. Como decía, la ley vigente obliga a los operadores a realizar las intercepciones que se autoricen judicialmente de acuerdo con la Ley de Enjuiciamiento Criminal y la ley 2/2002, de 6 de mayo, reguladora del control judicial previo del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

Luego, la legalidad del espionaje, en tanto que injerencia directa en el derecho al secreto de las comunicaciones que corresponde solo al Estado, está subordinada a la correcta ejecución de las garantías por las instancias competentes. La primera garantía es el control judicial, regulado, a grandes rasgos, en la mencionada ley orgánica 2/2002, que complementa la ley 11/2002 de regulación del CNI, cuyo artículo 11 se refiere de manera expresa a la segunda: el control parlamentario.

La resolución judicial autorizadora de la afectación del secreto de las comunicaciones recae en un solo magistrado del Tribunal Supremo, propuesto por el Consejo General del Poder Judicial para un periodo de cinco años. Dicho control se activa cuando la persona en la que recae la dirección del CNI solicita al magistrado la autorización judicial correspondiente, que ha de ser motivada en todo caso. También debe motivarse el escrito de solicitud, en el que constarán las medidas concretas de intervención y la identificación, si es conocida, de la persona o personas afectadas por el espionaje. La resolución judicial exige un análisis previo de las medidas a adoptar por el CNI que afecten a la inviolabilidad del secreto de las comunicaciones y, asimismo, una ponderación de la necesidad de las mismas para el cumplimiento de las funciones asignadas al Centro Nacional de Inteligencia, es decir, proporcionar al Gobierno la información precisa para prevenir y evitar cualquier riesgo o amenaza que afecte a la independencia e integridad de España, los intereses nacionales y la estabilidad del Estado de derecho y sus instituciones.

Ahora bien, la mencionada sofisticación tecnológica de los medios con los que actúan los servicios de inteligencia y, en el caso de investigaciones criminales en el marco de una instrucción penal, los cuerpos y fuerzas de seguridad, demanda una reforma urgente de la legislación para reforzar la garantía del control judicial. A nadie escapa que los jueces y magistrados, sin el auxilio de expertos en el campo del spyware, difícilmente podrán autorizar actuaciones concretas de vigilancia con todas las tutelas exigibles. Las limitaciones de conocimiento respecto del funcionamiento del software específico y del alcance pernicioso de su uso pueden ser más que relevantes. El refuerzo técnico del control judicial, así como la ampliación del número de magistrados intervinientes, otorgaría una legitimidad mayor a las resoluciones judiciales autorizadoras de la vigilancia institucional en la era digital. Ante la complejidad tecnológica, al Estado de derecho no le queda otra que armarse con más garantías en el ejercicio de potestades que suponen una injerencia directa en los derechos fundamentales. Sin esas garantías, las conductas podrían ser penalmente punibles, pese a las dificultades probatorias que concurren en los delitos tecnológicos, cuya autoría y participación no son fáciles de identificar.

En cuanto al control parlamentario, la ley obliga al CNI a comunicar al Congreso de los Diputados, a través de la comisión que controla los créditos destinados a gastos reservados, la información apropiada sobre sus actividades, incluidas las clasificadas, con excepción de las relativas a las fuentes y medios del Centro Nacional de Inteligencia. Del contenido de las sesiones y deliberaciones de la comisión debe guardarse el debido secreto por parte de los diputados asistentes, como secretas son las actuaciones del magistrado que resuelve sobre la legalidad del espionaje.

Nos encontramos, pues, ante una contraposición de secretos oficiales que habrá de ser resuelta según la ley reguladora de dichos secretos, de 1968, que urge adaptar también a las especificidades de las informaciones reservadas acorde con la era del Estado digital de derecho.


TITULO: 3 RAZONES CON - Justicia en derecho ,.

Justicia en derecho ,.

foto / Hay derechos allí donde hay justicia: que de las normas jurídicas o de los contratos deriven derechos quedaría como una proclamación inútil si no hubiera jueces que los tutelaran cuando son vulnerados. Por ello en el Derecho Romano, origen y nutriente de los sistemas jurídicos del mundo occidental, la acción procesal precedió a los derechos. Los ciudadanos, en suma, tienen derechos, de manera efectiva, porque pueden acudir a los tribunales de justicia para hacerlos valer. Esa es, sin duda, una de las grandes conquistas de la civilización.

Pero la justicia, como actividad institucionalmente organizada, no puede descansar sólo en la existencia de jueces y tribunales independientes, ya que requiere, además, de la actuación de unos profesionales con suficientes conocimientos jurídicos, los abogados, que asesoren a las partes en los procesos judiciales. Los abogados son, así, colaboradores imprescindibles de la justicia en cuanto que ayudan a acceder a ella y hacen posible que en el proceso judicial haya contradicción entre los argumentos de las partes. Sin esa condición dialéctica, la justicia podría solicitarse, pero difícilmente obtenerse con un cierto grado de objetividad. Es el principio de contradicción, con el pleno ejercicio por las partes, asistidas por sus abogados, del derecho a discutir y probar, el que obliga a que las decisiones judiciales deban de manifestarse públicamente explicando por qué, ante argumentaciones enfrentadas, aceptan unas y rechazan otras. Una explicación que no puede estar basada en la voluntad, sino en la razón, en las razones del Derecho, que es la única legitimidad que tiene el juez para decidir de manera imparcial.

Las razones del Derecho, que no deben oponerse al sentido común, no pueden basarse, sin embargo, exclusivamente en él, porque el Derecho no es accesible mediante la mera “razón natural”, ya que se rige por un lenguaje técnico: una “razón artificial”, como hace más de cuatro siglos ya le advirtió el juez Coke al Rey Jacobo I de Inglaterra. De ahí la necesidad de que los jueces sean expertos ese lenguaje técnico, pero también de que las partes en el proceso no estén privadas de él a la hora de defender sus pretensiones y para eso están los abogados: para hacer efectivo, con sus conocimientos jurídicos, el derecho de defensa ante los tribunales de justicia. Por ello, sin los abogados no habría justicia, o sólo habría un remedo de ella: una justicia puramente inquisitorial. Abogacía, derecho y justicia son, por ello, realidades inseparables.

Ahora bien, la justicia, además de una institución, es también un valor que se satisface cuando se protege al débil frente al poderoso, al oprimido frente al opresor, en suma, cuando se defiende la libertad y se lucha contra la desigualdad. El largo recorrido histórico de la lucha por la democracia y los derechos humanos (que son la misma cosa) ha estado, y está, jalonado de acciones ejemplares llevadas a cabo por la abogacía, que no es sólo una profesión, sino también una vocación: una vocación por la justicia.

Estas consideraciones sobre la abogacía como profesión y vocación, aunque bien conocidas por cualquier jurista, me han parecido relevantes para entender debidamente una noticia de hace pocos días: la distinción que la World Jurist Organization acaba de otorgarle a un gran abogado español Javier Cremades, presidente del Despacho Cremades & Calvo-Sotelo, al concederle el premio al Jurista del Año. Premio que esta prestigiosa organización mundial ya había otorgado en el pasado a personalidades tan destacadas en el ámbito internacional como el Nobel René Cassin, Manfred Lasch, presidente del Tribunal Internacional de Justicia, o Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos. Estos premios anuales reconocen, no al abogado más próspero o con más potente despacho profesional, sino al jurista que más se ha destacado en la defensa de los derechos humanos o, como se dice por la propia organización concedente, en la búsqueda de “la paz mundial a través del Derecho”.

Javier Cremades, doctor en Derecho Constitucional por la Universidad alemana de Regensbug, autor de numerosas publicaciones en materias de Derecho Público, en especial sobre las libertades de expresión e información, y de Derecho Privado, en particular sobre sociedades mercantiles, no sólo ha creado un Despacho que, en los últimos 25 años ha alcanzado una expansión internacional indudable, con presencia en 15 grandes ciudades de ocho países, sino que lo ha dotado de los rasgos que a él, como abogado, le caracterizan: no perder nunca de vista los intereses generales que se proyectan en todos los sectores del Derecho, incluido el Derecho Privado; no ver en el cliente un asunto, sino sobre todo una persona; proteger a los débiles frente a los fuertes, impulsando los derechos de los accionistas minoritarios de las grandes sociedades de capital o luchando a favor de los perjudicados por fraudes financieros; defender a los políticos demócratas perseguidos por regímenes autoritarios, como ha hecho, con denuedo, en el caso del venezolano Leopoldo López. De ese modo, Javier Cremades ha demostrado ser un excelente ejemplo de abogado que ha dedicado su vida a la justicia como institución, y a la justicia como valor. El premio otorgado no puede estar mejor concedido.

Vuelvo a las consideraciones generales que antes expuse con ocasión de la noticia comentada. Un buen abogado sólo lo es, a mi juicio, cuando no separa su profesión (que no es otra que colaborar en la actividad de la justicia como institución) de su vocación (que tampoco puede ser otra que la promoción de la justicia como valor). Ambas facetas únicamente pueden desarrollarse con efectividad si están servidas por una sólida preparación técnica, que exige un conocimiento teórico de la “ciencia” del Derecho y una experiencia práctica de la “vida” del Derecho. Cuando así sucede, como pone de manifiesto el ejemplo de Javier Cremades, el ejercicio de la abogacía puede ser no sólo una de las profesiones más nobles por sus fines, sino también una de las más satisfactorias para quienes la realizan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario