BLOC CULTURAL,

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viernes, 27 de mayo de 2022

A Crush, la pasta te aplasta - Gente Maravillosa - Raquel Mosquera ,./ La Roca - Jordi Cruz ,. / PUERTA CON PUERTA CANAL EXTREMADURA - Cabezuela del Valle,.

 

TITULO: A Crush, la pasta te aplasta - Gente Maravillosa  - Raquel Mosquera.

 

El viernes -3- Junio a las 22:00 por La 1, foto,.


Gente Maravillosa - Raquel Mosquera,.

Raquel Mosquera nos emociona con su reacción en una cámara oculta en la que un hombre con trastorno bipolar sufre la incomprensión de su entorno más cercano.


Con mucha dulzura y conocimiento de causa, la madrileña desmonta uno a uno los argumentos de quienes prejuzgaban a nuestro actor, Javier Moreno, que como es seña de identidad en el programa, recrea su propia historia. Durante el reportaje y la cámara oculta descubrimos que una de cada cuatro personas desarrolla a lo largo de su vida algún tipo trastorno de salud mental. Sin embargo, el estigma que pesa sobre los enfermos mentales hace que se sientan solos.

Esta cámara oculta y su guion cuenta con el apoyo de la Federación Andaluza de Familiares y Personas con Problemas de Salud Mental (FEAFES Andalucía).

Además, Raquel Mosquera vive una de sus noche más emotivas en televisión al recibir la sorpresa en plató de su hijo, el pequeño Romeo, y de su marido, Isi.

La propia Raquel fue diagnosticada de trastorno bipolar hace años y ha estado ingresada en varias ocasiones. Y ante la situación que vive con la cámara oculta no puede callarse y reacciona de la forma más maravillosa.

Cuando los actores discuten sobre Javier, Raquel se pone alerta y no puede evitar escuchar la conversación.

"Tengo un trastorno mixto de personalidad" le dice Javier a su amiga. Ella responde de una forma despectiva: "vienes del loquero, no? Yo sabía que bien de la cabeza no estabas".

En ese momento, Raquel se dirige a Javier y se sienta con ellos para hablar: "No me parece bien como estas tratándolo", le dice a la amiga.

 "Yo te digo por experiencia y he estado hospitalizada no encerrada, que a las personas nos puede pasar cosas así y hay que rodearse de amigos que te quieran".  

La actriz se marcha por que no quiere estar más cerca de Javier y Raquel se queda con él. "Todas las personas tenemos la capacidad de salir adelante. Por experiencia te digo que cuando estas así es muy fácil hablar por hablar de la gente que no ha estado en esta situación. En casa no te puedes quedar, tienes que salir a pasear, apuntarte a clases de algo". concluye Raquel que es nuestra persona maravillosa.

 TITULO:   La Roca - Jordi Cruz,.

 La Roca en La Sexta a las 15:30 Domingo -5- Junio  ,foto.

Jordi Cruz,.

Jordi Cruz: "Me divierte hacer de chungo: no soy gracioso, pero se me da muy bien ser gilipollas",.

Jordi Cruz. Manresa, 1978. En la tele es el rostro duro de MasterChef, pero fuera es uno de los grandes cocineros españoles (seis estrellas Michelin) y un conversador de lo más agradable. Ahora publica el libro de recetas Cuatro casas.

Cuando un cocinero de tu calibre escribe un libro de recetas siempre pienso que es como si Messi me explica cómo se tira una falta a la escuadra: no va a salir bien.
Bueno, yo no soy el Messi de la cocina, pero entiendo lo que dices. Un libro no es la panacea ni te va a salir la receta como a un profesional, pero tampoco es ese mi objetivo. Es una forma de ayudar a entender el trabajo de un cocinero. A mí me interesa mucho esa parte, es como cuando hago directos en internet. En realidad, los hago porque soy un deformado y el domingo, que es mi día de fiesta, no sé estar parado, pero en el momento en que decido hacer una receta para alguien que está en casa, la voy a hacer bien, no en minuto y medio para tener más visualizaciones. Voy a estar una hora explicándolo lentamente para que te salga lo mejor posible. Con este libro, igual. Son recetas que se pueden hacer, mejor o peor, y que incluso puedes reinterpretar a tu manera. Pretendo motivaros y abriros el apetito a cocinar, no que la claves en la escuadra a la primera.
Tienes seis estrellas Michelin (tres en ABaC, dos en Angle y una en Atempo), sólo Berasategui tiene más en España. ¿No te preocupa que el personaje televisivo se coma al supercocinero?
Me ha preocupado y soy consciente de ello. Pero si pongo en la balanza los pros y los contras, aún sabiendo que es malo para mi figura de cocinero, me sigue beneficiando en global. Trabajamos de cara al público, mucha gente nos conoce por la tele y, gracias a MasterChef, hemos podido divulgar un montón. Eso me da un gran placer: hacer que la cocina de nuestro país sea más conocida y la gente la valore más. Además, y esto es importante, me divierte lo que hago.
Perjudica al cocinero, pero beneficia al negocio.
Exacto. Cada día viene gente a mis restaurantes con un perfil de cliente nuevo, que no ha pisado nunca un gastronómico y llega con las orejas súper abiertas, ha ahorrado para venir a mi casa y es relativamente fácil hacerle muy feliz. Ese es un cliente que me gusta y que nos permite crecer. Además, tengo una visión de largo recorrido que me dice que, dentro de poco o mucho tiempo, no lo sé, voy a poder recuperar esa figura del cocinero pelado que, en el fondo, es la que más me gusta. Llegará el día en que MasterChef se acabe y yo no soy actor ni presentador, soy cocinero. Así que centraré el 100% de mi tiempo a mi cocinita, el ojo de Mordor se irá haciendo pequeño y sólo quedará foco para el cocinero.
¿Cómo compaginas ambas facetas? ¿Te queda tiempo para algo más?
No me queda tiempo para nada. Se me caducó la ITV del coche, el DNI, todo el papelamen, y el otro día ya tuve que buscar a gente que me ayudase a renovarlo todo porque no lograba ir yo. Hoy tengo una otitis de caballo que arrastro hace días y el médico me ha dado la receta de la medicación por teléfono. Llevo 300 otitis últimamente y siempre estoy en plan: "Bueno, a ver si se pasa sola" (risas). A mí me encanta mi vida, me divierte mucho currar, pero necesito que me saquen de mi casa a rastras para yo pasarlo bien, porque soy un poco oso, un poco vago, y necesito que se me obligue a hacer las cosas. Pero, claro, una vez que me han sacado, lo llevo al extremo.
Los cocineros de élite suelen tener un punto obsesivo con la creación. ¿Te sucede?
Sólo hasta un punto. Soy el tío más deformado del mundo, me obsesiono con lo que estoy haciendo, pero no soy de esos cocineros tan importantes que siempre están creando. Yo soy un quemacazos al que le divierte hacer recetas nuevas, pero, a partir de ahí, la presión se la crea cada uno. Yo no soy Dalí, no soy Picasso. Sólo soy un pelagambas que intenta hacerlo lo mejor posible y lleva 30 años cocinando. Como ya tengo esa culturilla y los conocimientos, si al mes hago cinco o seis platos nuevos, genial. ¿Que hago dos? También genial. Llevo escritos siete libros, he cocinado mucho y me meto la presión justa y necesaria. Es lo bueno de no sentirte Dalí o Picasso: ya te juzgarán cuando te hayas muerto. Yo sólo quiero pasármelo bien.
Llevas 30 años en esto porque empezaste con 14. ¿Cómo sucedió?
Que se me daba todo mal, la verdad. Yo era el pequeño de seis, un tío que se consideraba muy lelo y que no tenía muchas cosas buenas, y quería hacer algo en lo que me sintiese feliz y mi familia pudiera sentirse orgullosa de mí. Vi que la cocina se me daba medio bien y me dije: "Mira, como soy muy tonto tengo que meter el 100% a esto para hacer algo en esta vida que realmente esté bien". Lo que pasa es que me pasé de frenada. Puedes ser malo en el hula-hoop, pero si te pones ahí 30 años a darle vueltas al aro...
Hombre, algo de talento habría.
Sí, sí. El único talento que tengo es para la cocina, eso es verdad. Por eso lo disfruto tanto, porque me dio mi sitio en el mundo. Me divierte como un hobby, no como una obsesión, pero el cocinero los es las 24 horas del día, no hay término medio. Cuando te relajas, es cuando salen las ideas y tienes que aprovechar ese momento.

El rol de tío chungo que tienes en MasterChef, ¿cuánto es fingido y cuánto te sale natural?
A ver, yo no soy así, pero es una parte de mí que es real. Tú también puedes ser muy borde si quieres, ¿no? Cuando me metieron de jurado en MasterChef, que es el talent de cocina más duro del mundo, me dijeron: "Mira, no queremos que seas malo, queremos que te comportes como cuando estás en el restaurante tres estrellas Michelin". Y yo, cuando estoy en el restaurante, me transformo en un borde, en un tío que siente una enorme responsabilidad por el cliente que paga un dinero por venir a comer a tu casa y busca algo singular. Para mí no hay cocina de vanguardia: hay la buena y la mala. La receta está bien o está mal, el plato me motiva o es una mierda. Así que digo las cosas con crudeza, pero no soy borde. Lo que pasa es que tengo una facha que parezco un chulo y un idiota, pero es la facha que me ha tocado, lo siento mucho. Es verdad que me veo en la tele y pienso: "Parezco un imbécil". Lo parezco, pero nunca intento humillar o faltar al concursante, nunca le critico a él, sino a su plato. No le digo "eres un idiota" sino "tu plato no está bien por esto, lo podías haber hecho mejor y tienes que ser más exigente contigo mismo porque esto aquí no se puede servir". ¿Estoy siendo malo por ser tan claro? No. Te estoy diciendo lo que tiene que decirte un jurado de MasterChef que es un buen profesional y no está aquí para decirte las cosas bonitas. Te las dice con crudeza, que son las que realmente te hacen aprender. Ya está. Aunque últimamente me he suavizado un poco, porque antes no entendía de qué iba la película y lo hacía de una forma más tosca, menos natural. Ahora digo lo mismo, pero soy más yo.
Has llevado el personaje a tu terreno.
Es que no me gustaba aquel personaje porque actuaba como creía que se esperaba de mí. Era una exageración de la parte chunga que todos tenemos. A ver, yo puedo ser muy gilipollas (risas), lo que pasa que hay mucha gente que no lo enseña en pantalla. A mí no me importa que la gente me vea haciendo el papel de malo. Imagino que hay muchos actores en el cine a los que les podrías preguntar eso: "Oye, ¿a ti te gusta ser el asesino de Seven?".
Hay malos que molan, ser Darth Vader es un caramelo.
Sí, pero podría ser también Luke Skywalker, puedo hacer las dos cosas. ¿Significa que soy Darth Vader? No. Significa que puedo comportarme como Darth Vader. Y puedo ser chungo, eh, que hay gente que puede tener más miedo escénico o vergüenza. A mí me divierte hacer de chungo, porque no soy gracioso. Pepe [Rodríguez] es gracioso, yo no tengo su virtud del chascarrillo. Y Pepe me lo dice mucho: "Jordi, no vayas de gracioso porque no lo eres. Sé gilipollas, que se te da muy bien" (risas). Y tiene razón, se me da muy bien. Cada uno tiene sus talentos y yo exploto los míos.
¿Te ha preocupado que esa imagen pueda perjudicar a tu negocio?
No. Me preocuparía si hiciese caso a los cuatro comentarios que ponen en redes, pero creo que la mayoría de gente sabe entender que lo que ve en la tele seguramente no es así y que para conocer a un cocinero tienes que sentarte a su mesa, no verlo en un programa de televisión. Yo quiero que la gente no venga al restaurante de Jordi Cruz, sino que venga al ABaC. No viene a sentarse conmigo a la mesa, coño, viene a un Tres Estrellas con un equipo de 50 personas y que lo hacemos muy bien, más allá de que pueda empatizar más conmigo o menos.
Pero habrá quien vaya para verte.
Hay un montón de gente a la que le divierte verme y yo salgo a la sala todos los días, me hago fotos con todo el mundo y me parece graciosísimo. Me sorprende, porque soy una persona muy normal, pero también me hace sentir orgulloso. Con esto de las fotos a veces pienso: "Coño, a ver si el día que no pase lo voy a echar de menos".
¿Son caros los restaurantes de alta cocina o perdéis dinero, como aseguran algunos colegas?
La alta gastronomía española no es cara, al contrario, pero el cocinero que palma dinero es porque no hace bien los números. Nosotros siempre vamos tener un 5% de beneficios, ese es nuestro número. Y si mañana subo 20 euros el menú no será por capricho, será porque la gasolina ha subido, el de las gambas me las cobra más caras, yo hago mis números y, entre los sueldos, los gastos generales y mi 5%, da ese precio. No sé lo que hacen los demás, pero así es cómo lo hacemos en mi casa. No somos caros, al contrario, pero ganamos dinero. No hay más. Ahora, si tú subes el menú 200 pavos, la gente te dirá: "Coño, sí que han subido las gambas" (risas). Hay un término medio. Al final, en este negocio, como en todos, está el que hace bien las cosas y el que las hace mal. Yo las hago bien y, a partir de ahí, cada uno que haga lo que le dé la gana.
¿Qué aporta MasterChef al mundo de la cocina?
Una enorme labor de divulgación. Cuando ahora ves a un niño de ocho años que lleva toda su vida escuchando nombres de cocineros porque lo ha visto en la tele y sabe qué es un esférico... Coño, eso en mi época no pasaba. Ya no te hablo de esféricos, me vale con que un chaval sepa lo que es un cachopo. Gracias a MasterChef hay una generación que conoce la gastronomía de este país, sabe lo que es una estrella Michelin y le apetece ir a un buen restaurante. Sólo por eso ya vale la pena. Mola que un chico de Segovia que tiene un taller mecánico sepa quién es Joan Roca. Le hemos hecho entender a la gente que tenemos un país de gastronomía, que aquí se come muy bien.
Hace un par de semanas se montó revuelo con tu apoyo a Isabel Díaz Ayuso
Me gustaría explicar bien esto. Dije en broma que me casaría con ella y se llevó a la política cuando yo soy una persona que no habla de política nunca, ni se me ocurre. Yo soy cocinero, no sé nada de política, yo soy un imbécil. ¿Qué tengo yo que decir de política? ¿Tú crees que un cocinero puede hablar públicamente de política y se le puede tomar en serio? Que no, hombre, que no. Y tampoco hablo de la pandemia porque qué coño sé yo de gestionar pandemias. Lo que sí sé es de hostelería y en mi ciudad, Barcelona, ha sufrido mucho y se la ha apoyado muy poco desde las instituciones mientras, desde la lejanía, he visto cómo en Madrid una señora, que no sé de qué partido político es ni me importa, sí la ha apoyado y ha intentado que la hostelería no se resienta demasiado por la pandemia. Y lo ha hecho lo mejor posible. Con sus fallos, seguro, pero le he visto interés y eso lo pongo en valor. Punto. Es una reflexión personal y no política: "Gracias a Dios alguien se ha preocupado de la hostelería". Soy cocinero y sólo hablo de eso. A partir de ahí, que te insulten y te hablen de los muertos... ¿Qué habéis leído? ¿Qué no habéis entendido?
¿Te sorprenden estas reacciones tan virulentas?
Me preocupa que le estamos dando voz a todo cristo y la gente está opinando de todo sin saber necesariamente de qué está opinando. Es muy fácil decir: "Eres un imbécil". Tío, ¿te has parado a leer bien lo que he dicho, a entenderlo bien? Yo no me meto en las redes sociales de nadie a insultarle. Ni se me ocurre, aunque me caiga mal. Por eso me sorprende que haya gente que te meta caña tan gratuitamente por decir una cosa en la que sé que no estoy equivocado. Hay 100.000 puntos de vista, todos lo podemos ver de 100.000 maneras, pero que esta persona ha intentado ayudar a la hostelería de Madrid es un hecho. Y yo no discuto si ha hecho mal o bien otras cosas, pero de esto sé.
Tienes planeado abrir un restaurante en Madrid.
Sí, lo estamos viendo. Es innegable que Madrid es ahora mismo la ciudad en la que hay que estar. El otro día pasé en coche por Gran Vía y aquello era increíble: garitos abiertos, gente por la calle, ganas de ir a cenar. Piensas: "Joder, yo quiero montar un restaurante aquí". Lo que pasa es que nos gustaría montar un restaurante de nuestro rollo y nuestro rollo necesita un local muy especial y lo estamos buscando. Queremos hacerlo, pero con la prisa o la calma que requiere hacer las cosas bien. A ver si alguien lee esta entrevista y me llama: "Oye, yo tengo ese local que buscas". Yo no quiero venir a Madrid a forrarme, es que me pone, me motiva ver el ambiente que hay en la ciudad y me gustaría sumar mi parte.
Ya que estamos, te voy a sacar otra polémica que tuviste: cuando defendiste la existencia de los stagiers (becarios sin sueldo) en los restaurantes. ¿Sigues pensando igual?
Esto fue peor que lo de Ayuso. Me llama un periodista que había recibido críticas sobre cómo trataba a sus empleados otro cocinero y me pide que opine de la figura del chico de prácticas. Yo le digo que desconozco qué ha pasado con ese cocinero, pero le puedo hablar del modelo, de la figura del aprendiz, de ese chico que está en una escuela de cocina y, para completar su formación, tiene la obligación de ir a aprender al restaurante de alguien. Y le puse el ejemplo de El Bulli, donde había pocos contratados y mucha gente de prácticas porque les interesaba aprender allí. Y esa gente que estuvo de prácticas hoy son René Redzepi o Andoni Luis Aduriz. Yo creo que no le puedes cerrar la puerta a esa persona que llama y te dice: "Sé que tienes a tu equipo, pero yo quiero aprender contigo". El caso fue que eso se guardó hasta el día del trabajador y el titular fue "Jordi Cruz defiende que no se pague a los becarios".
¿Lo defiendes?
No, eso es lo mejor, que yo en mi restaurante no tengo becarios, no tengo chicos de prácticas, porque nuestro modelo no lo acepta: trabajamos mucho y nos da para tener una plantilla súper profesional. Somos un lujo y hay que pagar por narices un buen sueldo a todos nuestros trabajadores. Te genera mucha frustración cuando te pegan por algo que no estás haciendo y unas declaraciones que estás totalmente desdibujadas. El otro día me escribe un pájaro por Instagram: "Me cago en tus muertos. Muérete, imbécil. Y paga a tus trabajadores". Me contuve para no responderle: "Chico, mira, todos mis chavales cobran más que tú". Me parece muy injusto que siendo un tío que intenta currárselo, generar empleo y pagar lo mejor posible a su gente, se me tache de estas cosas. Me toca un poco la pera, pero no puedo hacer nada porque, como aquí opinamos todos, te tienes que callar y comerte esa mierda o que te llamen el Jordi Cruz malo y que haya otro que es el bueno.
Le entrevisté hace poco y me dijo que le daba cargo de conciencia eso.
Claro, porque seguramente ni yo soy tan malo ni él es tan bueno. En fin, que ya está, yo me callo y voy tirando con lo mío. Estoy muy tranquilo, duermo muy bien por las noches y estoy muy orgulloso de lo que hago.
Dices que no te ves en la tele para siempre, ¿en qué futuro te ves?
Yo soy cocinero y realista, no me considero una persona del espectáculo. Soy bueno en lo mío, que es cocinar, y hago una cosa que realmente creo que vale la pena, que es cocinar. Si en tres años viene Santiago Segura, que somos amiguetes, y me pide que haga de cocinero borde en una película, lo voy a hacer, pero cuando termine esto de MasterChef no me voy a ir a Hollywood ni me voy a poner a doblar películas. Ni me voy a poner a hacer lo primero que salga de cocina en televisión porque quiera sentir en pantalla. No tengo esa necesidad, de verdad. Yo no tengo ego.

TITULO: PUERTA CON PUERTA CANAL EXTREMADURA  -  Cabezuela del Valle,.


PUERTA CON PUERTA CANAL EXTREMADURA  -  Cabezuela del Valle,.


foto / En este capítulo de Puerta con Puerta nos sumergimos en el Valle del Jerte, concretamente en Cabezuela del Valle, donde todo gira en torno a la Cereza. Pepe nos explica los cambios que ha experimentado la recolección de este rico fruto, del que también vivían los padres de Elisa, dueños de una casa con mucha historia, que ella misma conserva como un auténtico museo. Pero Cabezuela es mucho más que cerezas, hay hermanos campeones de Escalada, como Javi y Juanjo, y de Judo como José Manuel y Laura. La profesora Yolanda nos enseña cómo se baila la danza del vientre, y los componentes de la Asociación Cultural “El Cantillo” como siguen bailando las jotas tradicionales. Como siempre no faltará el humor gracias a Calixto, conocido como el “Speaker” de Cabezuela, y a Mari Carmen, escritora y monologuista.

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