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martes, 4 de enero de 2022

Juego de Niños - El concurso de decoración navideña de Losar de la Vera ya tiene ganadores ,. Sábado -1 - Enero,. / LA PANTERA ROSA - Y LUKE LUKE - Cuentos para leer en familia, de la mano de Ariel Andrés Almada ,./ EL CLUB COMEDIA - Cada noche te escribo, de Patricia Benito .

 

 TITULO:  Juego de Niños - El concurso de decoración navideña de Losar de la Vera ya tiene ganadores ,  ,. Sábado   - 1 - Enero  ,.
 

Juegos de niños,.

  Sabado  -1- Enero a las 22:00 por La 1, foto,.

 Juego  -El concurso de decoración navideña de Losar de la Vera ya tiene ganadores,.

 

El concurso de decoración navideña de Losar de la Vera ya tiene ganadores,.

 Fachada del restaurante Carlos V, uno de los vencedores. / A. L.

Cinco premios se han repartido con motivo del segundo Concurso Navideño de decoración de establecimientos y fachadas de Losar de la Vera. En la categoría de balcones y Fachadas ha resultado ganadora Gloria Amador, ubicada en el número 102 de la Avenida Campo Arañuelo, quedando en segunda posición Elena Rodríguez, en la calle San Isidro números,. a Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Tres Cantos ha hecho público el fallo del concurso de decoración navideña de balcones, ventanas y fachadas de viviendas, convocado para estas navidades de 2021.

El premio a la mejor iluminación de ventana, balcón o fachada ha sido otorgado a Francisco Javier García Gutierrez, en el Sector Embarcaciones, 26; María Teresa García ha ganado el premio a la mejor iluminación de chalé, en C/ Guadiana, 3; Y el premio a la mejor iluminación colectiva de comunidad de propietarios, ha sido para Ciudad Jardín, en Sector América, que repite éxito puesto que el año pasado también se hizo con el premio. 

Cada uno de los tres ganadores recibe un premio de 500 euros. En esta segunda edición del concurso se han presentado 22 ventanas, balcones y fachadas, 16 chalés y tres comunidades de propietarios. 

Los participantes han tenido plena libertad en cuanto a técnica y estilo de decoración, siempre y cuando hayan guardado relación directa con la Navidad. No se admitía a concurso ninguna iluminación con fuego, antorchas, velas o elementos pirotécnicos, así como cualquier tipo de publicidad o eslogan.

El jurado, integrado por la presidenta de la Asociación de artesanas, un fotógrafo profesional y dos estudiantes de Bellas Artes, ha hecho un recorrido por la ciudad, con visitas presenciales en horario nocturno a las propuestas participantes, para valorar la originalidad del diseño y la estética, la iluminación, el empleo de materiales reciclados y el uso de energía alternativa en las instalaciones. 

Elisa Lidia Miguel, concejal de Cultura, ha agradecido la numerosa participación de vecinos y comunidades de propietarios, “y más en estas circunstancias tan especiales que vivimos, donde se hace tan importante compartir sentimientos y que la Navidad sea más que nunca, algo que nos una y nos haga felices”.


 TITULO:  LA PANTERA ROSA - Y LUKE LUKE -   Cuentos para leer en familia, de la mano de Ariel Andrés Almada ,.

 LA PANTERA ROSA - Y LUKE LUKE -   Cuentos para leer en familia, de la mano de Ariel Andrés Almada   ,. , fotos,.

 Cuentos para leer en familia, de la mano de Ariel Andrés Almada ,.

 Imagen del libro Hermanos./

«A veces los adultos cuando crecemos nos olvidamos de dónde tenemos que buscar» (Hija, Ariel Andrés),.

Ariel Andrés Almada es consultor, inversor y emprendedor social. Estudió Ciencias Económicas en la Universidad de Palermo y realizó el Posgrado de Especialización en Marketing Avanzado en el Instituto Superior de Estudios en Administración y Negocios, (ISEAN). Ha trabajado durante más de una década, asesorando a diferentes entidades, tanto en el sector de la banca, como en el de los seguros, la tecnología o el consumo. Ha brindado conferencias por todo el mundo y ha publicado numerosos artículos en las principales revistas de negocios. Es autor de  Marketing de crisis (2009),  A través de la tormenta (2010) y  La gran ventaja (2011), que conforman la denominada «trilogía de la crisis». 

 Resultado de imagen de LUKE LUKE,.

La historia de este autor con la Literatura parte de una ruptura vital, que le impulsó a abandonar su país, Argentina, y a reinventarse. «Estuve viviendo cinco años con la mamá de mi hija, en Alemania, lugar al que no me adapté. Cuando sufrí una parálisis facial, decidí que era el momento de volver a España, para recuperarme. Siempre he sentido este país muy cerca, en cuanto a cultura e idiosincrasia. Es la tierra de mi abuelo. Yo ya había residido quince años en Madrid, pero buscaba un lugar más tranquilo, donde no hiciera tanto calor». Y en esa nueva ruta, a través de la narrativa de ficción, recaló, en plena pandemia, en León, donde reconoce que ha encontrado el ritmo en el que desea moverse. «Fue Emma Varela, escritora leonesa de Literatura infantil, quien me invitó a descubrir la ciudad. Me enamoré del casco antiguo, de su arquitectura, de sus cafeterías… Fui conociendo su gente, tan auténtica, su provincia, y me quedé. Es un lugar perfecto para vivir».

Resulta curioso encontrar en León un consultor, que escribe para niños, aunque Ariel nos asegura que, realmente, es al revés: «Mi madre era profesora de Literatura, mi padre, periodista. Desde pequeño, siempre me gustó leer ficción. Cuando terminé mis estudios en el instituto, la orientadora del centro me dijo que debía encaminarme hacia disciplinas relacionadas con el Arte y las Humanidades. No sé cómo estudié Marketing, actividad que me gusta, pero aplicada a cosas que me gusten más. Creo, sinceramente, que mis libros se venden, no por su calidad literaria, sino por el marketing y las ilustraciones que acompañan a mis palabras», confiesa humildemente.

Su primera obra de ficción, Los cerezos en diciembre, publicado en 2011, por la editorial Comanegra, fue un libro para adolescentes, «que vomité en una noche». La historia constituye un homenaje a la entrega, al sacrificio del pueblo japonés, tras el terremoto de Fukushima. Tras este, le siguieron : La niña que caminaba entre aromas, El miedo de Iván, El faro de las almas y quizás, su relato más personal, Las alas de la mariposa, en 2015, en el que cuenta la historia de una muchacha, Clara, que sufre ataques de pánico.

En 2019, de nuevo bajo el amparo de Cuento de Luz, nació Hija, la primera de las cinco historias que conforman Amor de familia; un precioso relato, «escrito con el corazón» e ilustrado por Sonja Wimmer, ganador al año siguiente del Independent Publisher Book Award, «para leer a las hijas curiosas. A las soñadoras a las que les gustan las trenzas. A las que prefieren el pelo suelto. A las que se llenan la boca con mermelada. A las que hablan hasta estando dormidas. A las que miran en silencio y sonríen. A las que descubren el mundo detrás de las cosas más pequeñas».

En 2020, llegó a las librerías el segundo de la citada serie, Hijo, cuyas palabras iniciales nos sitúan también ante el camino de la vida: «Anoche tuve un sueño. Un sueño en el que llegabas a nuestro hogar con los ojitos apenas abiertos y un montón de preguntas en la punta de la nariz...». Hijo es el legado que se le deja a un hijo. Es un mensaje lleno de amor, puro e incondicional, de confianza hacia el niño que siempre nos acompaña y hacia nuestro corazón, el faro que sabrá guiarnos siempre que tengamos dudas o miedos, siempre que nos sintamos solos o perdidos: «Y si alguna vez la noche es tan oscura que ni siquiera ves la luz de la luna, entonces recuerda mirar en tu interior porque no hay mejor brújula que tu corazón». Acoger, proteger, descubrir, aprender, amar… Todo eso es ser padre y madre, sin olvidar, como nos recuerdan Ariel y Sonja, que en este viaje hacia la libertad «estamos hechos de sueños, y todos tenemos dentro el deseo de volar».

Hasta la fecha, el último regalo de esta compilación es Hermanos. Los hermanos juegan, se pelean, se abrazan, ríen y lloran, pero por encima de todo permanecen unidos, como notas que comparten una misma partitura, sin que importen «las tardes de tormenta y las sombras de la noche que vengan a visitarnos».

Tres libros para leer en familia, una y otra vez, en los que cada metáfora visual de Sonja Wimmer se convierte en una pequeña obra de arte. Considerada como una de las mejores ilustradoras del mundo y galardonada con numerosos premios internacionales, su capacidad de crear infinitos mundos de colores, así como la dulzura y la fuerza con la que traza cada línea nos acercan a nuestra infancia. No podemos imaginar las horas de soledad que hay detrás de cada proyecto, haciéndose «amiga» de la historia, jugando con el lápiz, bailando con los pinceles. El diálogo que esta artista establece entre el mundo emocional y el mundo lírico es prodigioso; leer sus ilustraciones es mantener viva, en nuestra retina, la historia, sintiéndonos parte de ese mundo poético suyo, en el que «ilustrar es aportar luz a la gente, hacerle reír, conmoverse, reflexionar y soñar».

En esta danza de palabras y colores que nos brindan Ariel y Sonja, la melodía la compone Cuento de Luz, la primera editorial en Europa, y la tercera en el mundo, que recibe, desde el año 2015, la prestigiosa  certificación B Corporation, mención que distingue a las mejores empresas, en función del impacto socioambiental que estas ejercen sobre su entorno. Como su propio nombre revela, sus títulos, que han obtenido más de cien premios en Estados Unidos, buscan iluminar a pequeños y a grandes cómplices, que deseen embarcarse en una alocada aventura. Su filosofía se basa en una lectura en valores, que promueva la tolerancia, la multiculturalidad, la diversidad, la apuesta por proyectos solidarios, en países como Afganistán o Kenia, o el respeto al medio ambiente, compromiso que la editorial española no solo plasma en sus historias, sino también en sus procesos de producción. Como señala su fundadora, Ana Eulate, la compañía solo utiliza en la impresión papel de piedra, «procedente de la piedra caliza, uno de los minerales más abundantes de la naturaleza. Por eso la producción de este papel no conlleva tala de árboles, no necesita agua y no requiere productos químicos, porque su color original es el blanco». Un lienzo impermeable, extremadamente ecológico y sumamente sensorial, que estimula al tacto nuestra imaginación. «A los editores nos corresponde una responsabilidad en el contenido y en la calidad de los cuentos«, ha declarado Ana Eulate. «Leer es viajar, explorar; los cuentos pueden ayudar a los pequeños a formarse como seres humanos libres». Quizás por eso, para que el mundo sea un poco mejor, necesitamos navegar juntos por los mares de estos libros con alma.

En estas fechas de recuerdos y sorpresas, queremos desear a nuestro familia de lectores muchos momentos de fantasía e ilusión, con el anhelo de reencontrarnos en la magia de la lectura,.
 
    TITULO:  EL CLUB COMEDIA -  Cada noche te escribo, de Patricia Benito .
 
   Cada noche te escribo, de Patricia Benito .
 Portada del libro de Patrcia Benito./
 
 foto / Portada del libro de Patrcia Benito.

Si el amor es contradicción, en Cada noche te escribo, Patricia Benito nos orienta en su búsqueda, en su disfrute, en su pérdida, en la compasión y en la reconciliación con una misma, ayudándonos a reflexionar sobre sentimientos y emociones universales y atemporales. El yo lírico tiene voz de mujer que sabe que el amor son « resquicios de vida que te cargan el alma para seguir», pero que también se convierte en «píldoras momentáneas de vida y el corte de digestión posterior».

El amor en sí mismo es tan inabarcable como contradictorio, ya lo decían nuestros clásicos, y en estos poemas de Cada noche te escribo hay lugar para el desamor («Nudo en la garganta», «¿Cómo voy a volver a dormir?», «Labios rotos»); para la rendición dolorosa e irremediable («A tus pies», «Siempre lo haces»); para la reconstrucción emocional en la que una grita «no quiero pensar,/quiero sentir» («Cansada»), y ser lo suficientemente valiente / para salir sin mirar atrás» («Como una hiena») porque «ya nada de eso es por ti» («Bolsas llenas») «y ni aun así me arrepiento» («Partida perdida»).

Los poemas fluyen, los versos nos hablan, las palabras nos susurran tímidas, sin seguir una estructura predefinida o sin intentar explicar etapas o fases, como pueden ser las de la superación del amor o del desamor (la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación), sino que, como ya hiciera en su libro Primero de poeta (2015), la autora «dialoga» consigo misma y con el propio amor para entender mejor su estado de desánimo y su lucha por volver a ser una, recompuesta de los pedazos rotos que le ha provocado el darse sin remedio al ser amado. No obstante, ta mbién hay espacio para la autocrítica, pues las heridas siguen abiertas y la culpa siempre acecha ya que «sigo siendo una extraña / que no deja de lastimarse» («Una extraña»), con la crueldad de una vida que no se detiene, la vida de los demás, que te arrastra, y que «no espera para que tú te recompongas» («La vida sigue»).

El yo poético se permite ciertas concesiones personales o pequeños momentos de quietud como los descritos en «Cien noches para olvidarte», o recurre a su «Mala memoria» o la escritura de despedidas ante el hecho de que «Siempre vuelves», aunque «hace tiempo que lo que escribo no es para ti / aunque te nombre» («Para quien venga»). También hay poemas para sentir pena por el que se ha ido, aunque, en realidad, siga siendo una condena para una misma: «Pobre mortal», «Si no te alejas», «Imagino que ya no» o «Hasta que te olvide».

Los versos son teselas, de dolor y angustia, de tristeza, pero también de valoración personal, de intento de sanación emocional, de contrastes y de reconocimiento de lo inútil de la espera por aquello que no se puede (ni, tal vez, se deba) recuperar, en un intento por recomponer el mosaico roto y herido del amor. La empatía entre el yo lírico y nosotros, los lectores, es tan real y auténtica porque es imposible no reconocerse, no emocionarse, no sentir que esa es también una historia propia. Una historia en la que es tan válido el rechazo hacia las «Promesas» («no las quiero, / nos las pedí, / no las creo») como la lucha por algo hacia lo que «no estamos predestinados», pues «si a este mundo loco le da por hacer trampas, / por ponerlo todo patas arriba / y zarandear al destino, / quiero estar por aquí».

Cada noche te escribo se inicia con el prólogo de Lorena G. Maldonado en el que nos anticipa que «no sabemos nada, nada del amor. Quizá algunas cosas. Y Patricia Benito las conoce todas». En este poemario, publicado por la editorial Aguilar en la colección Verso & Cuento, en el diseño y en la s fotografías interiores han colaborado la propia autora y Paula Rosell, respectivamente. La obra finaliza con cuatro décimas en las que se afirma que «dejamos que la razón / nos rompiera el corazón / y lo volviera de acero» («Mis más oscuros secretos»), le reconoce al ser amado que lo necesita «aquí ahora / junto a este cuerpo vencido» («No me he ido»), le cuenta que «engullo mientras me arropa / el nudo de la derrota / bajo esta sabana rota» («La última copa») y admite que recuerda que «aquel / era el último verano» tras despertar «de aquel amago de invierno / que se convirtió en infierno» («Amor eterno»).

Tal vez porque estemos en el inicio de un verano incierto, como la propia vida, o porque, como dijera Anne Sexton, «es junio. Estoy cansada de ser valiente» o porque los poemas son lucha y rendición, la contradicción sin remedio, todos los poemas «tienen varias vidas / si los sabes mirar». Miremos, pues, leamos y, sobre todo, sintamos.

 
 

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