TITULO: Comando
actualidad - Te lo dije'. Pocas frases se dicen tanto y ayudan tan poco , Jueves - 13, 20 - Enero .
Te lo dije'. Pocas frases se dicen tanto y ayudan tan poco, - Jueves - 13 , 20 - Enero , 23.40 - después de ‘Néboa’, en La 1 / foto,.
Te lo dije'. Pocas frases se dicen tanto y ayudan tan poco,.
De poco sirve avisar a las personas de que van a fallar si cuando yerran no te importa su caída emocional,.
Te lo habrán dicho más de una vez –por otras cuantas que lo hayas pronunciado tú–. «Te lo dije». Esta frase no solo no cambia nada, sino que molesta a quien la oye. Si elaborásemos un ranking de frases huecas, esta probablemente lo encabezaría. Primero te escuchan y luego asienten. Entonces, llega el jarro de agua fría: «Si me hubieras hecho caso, no estarías en esta situación». Y es en ese momento cuando, precisamente, te da la sensación de que la situación incluso empeora.
«No es una frase que ofrezca ninguna enseñanza, ni ninguna crítica constructiva, con lo que veo difícil que aporte serenidad a quien la escucha. Cuando compartimos algo importante para nosotros y que nos preocupa, esperamos encontrar validación emocional y ayuda práctica», explica Aída Rubio, jefa de contenido clínico en el servicio de psicología en TherapyChat. La experta advierte que el 'te lo dije' no proporciona ni lo uno ni lo otro. «Invalida emocionalmente a la persona que lo recibe, ya que no se centra en darle escucha sin juicio a lo que siente. De hecho, le juzga y critica». Por otro lado, Rubio cree que tampoco proporciona ayuda práctica, ya que no aporta a la persona ningún tipo de alternativa de actuación, ni le ayuda a ver en qué se ha equivocado o qué podría haber hecho mejor. «Sencillamente hace saber que la 'verdad' es la de la otra persona».
Nuestra habilidad para tomar decisiones puede verse anulada debido a nuestra indecisión o a las malas elecciones que hemos tomado con anterioridad. Este fenómeno se conoce como 'fatiga de decisión' y es un condicionamiento psicológico muy bien estudiado, sobre todo entre los profesionales cuyas elecciones tienen importantes consecuencias para las personas.
«Es una forma de 'ganar'»
¿Por qué nos da satisfacción decir la dichosa frase? «Reconocer tener la razón en algo es una forma de 'ganar', y esto puede engordar el orgullo», explica la experta. Pero aunque nos deje muy orgullosos pronunciar esta frase es «un error», insiste la especialista, ya que la única función que cumple es la de recalcar que has metido la pata. Más que eso, denota da a entender que el criterio de quien te la dice está sobre el tuyo.
Así que, ¿por qué frase podemos sustituirla que sea más empática y comprensiva? La psicóloga recomienda aplicar como alternativa esta otra frase: «Realmente temía que esto pudiera suceder, pero deseaba que no. Mira que lo siento. ¿En qué puedo ayudarte? ¿Necesitas hablar?». ¿Puede una frase así influir en la toma de decisiones posteriores? «Depende del impacto que tenga en la persona y hasta qué punto es permeable a las opiniones ajenas. Si resta en la autoconfianza que siente una persona, puede generar mayor indecisión o una toma de decisiones inadecuada. Ante todo, es importante que, si erramos, nos responsabilicemos de la parte que nos toca, analicemos qué podríamos mejorar de cara a futuro, y desde ahí tomemos decisiones, sabiendo que ni siquiera esto nos salva de volver a fallar, ya que el fallo forma parte de la vida. Pero esta opción es más sana que correr hacia delante guiados por un malestar o una duda personal creada a partir de un 'te lo dije'», afirma Rubio.
Consejos para otros
A propósito de esta reflexión, surge otra: ¿por qué somos mejores dando consejos que tomando decisiones propias? Según explica un reciente estudio liderado por Evan Polman, profesor de marketing en la Wisconsin School of Business, el hecho de opinar acerca de qué debe hacer otra persona es más placentero y menos agotador. «Es más fácil distanciarnos de nuestro sentir emocional cuando la decisión es para otro. De hecho, es bien conocida una técnica en psicoterapia que es la denominada 'disociación'. Cuando nos hacemos una idea de la realidad objetiva y subjetiva del otro, la parte prefrontral de nuestro cerebro se pone a funcionar al completo, pudiendo manejar de menor manera los pros y los contras de la decisión».
No obstante, es muy difícil recurrir a esta técnica por uno mismo porque a veces, en lugar de decidirnos por la mejor opción, «el sistema límbico, la parte del cerebro que regula las emociones, nos empuja a la opción que más nos alivia en el momento», lo que a menudo no coincide con los que habríamos aconsejado a otro de estar en nuestra misma situación.
Piensa lo que decir
«A llorar a la llorería»
La usamos con menosprecio o falta de interés ante las quejas de alguien. «Dar oportunidad a alguien de expresarse y hacerle sentir seguro mientras lo hace, ayuda a que él o ella se sienta validada, apoyada y comprendida», explican los expertos en psicología de TherapyChat.
«Todos nos hemos sentido así alguna vez»
Aunque las emociones son universales, las circunstancias son propias. «Si alguien se acerca a nosotros para hablar de sus problemas o a contarnos que está pasando por un mal momento, no busca que resuelvas su situación. Tu comprensión, apoyo y cariño es todo lo que necesita», apunta el experto.
«Seguro que no es para tanto»
Nuestro lenguaje cotidiano tiene algunos prejuicios preprogramados incorporados. «Debemos evitar un lenguaje que implique que los sentimientos de una persona son incorrectos o extraños o defectuosos».
«Siempre estás triste o eres muy negativo»
Todos hemos pasado por épocas difíciles donde no estamos al 100% y es completamente normal. «A veces necesitamos una ayuda extra para llegar a nuestra mejor versión y salir adelante. Estar mal, también está bien»
«Se feliz»
¿Tienes problemas?, no los tengas. Otra de las frases que ayudaron a cero personas en la vida, es sin duda esta. «Es mejor preguntar en qué podemos ayudar. Las enfermedades mentales son igualmente debilitantes y más comunes de lo que parecen. Visibilizar esta situación es una herramienta poderosa para reducir el estigma de las enfermedades mentales»,.
TITULO: LAS GAFAS ROJAS - La cabalgata seguirá el guion previsto con alguna adaptación ,.
LAS GAFAS ROJAS - La cabalgata seguirá el guion previsto con alguna adaptación , fotos.
La cabalgata seguirá el guion previsto con alguna adaptación,.
noche mágica,.
El acto de la plaza Mayor se hará rápido, por lo que los Reyes no se acercarán a dar la mano a los pequeños, ni los recibirán,.
La cabalgata de los Reyes Magos volverá hoy a la ciudad. No obstante, los responsables municipales deberán tener la vista puesta en el cielo, ante la previsión de lluvia. Por ahora, se mantiene el guion previsto y Melchor, Gaspar y Baltasar saldrán desde el Mercado Regional de Ganados a las siete de la tarde para recorrer las calles principales. Desde la Concejalía de Cultura y Festejos, se hace hincapié en que el público se reparta durante todo el itinerario para evitar aglomeraciones, además el uso de mascarilla.
El desfile estará compuesto por ocho carrozas y dos carros llenos de regalos. Lo encabezarán los pajes montados a caballo. Seguidamente irá la alegoría 'la noche mágica' de la hermandad Virgen de la Piedad, que llevará a Melchor, seguida de la asamblea local de la Asociación Española contra el Cáncer, con su 'sueño de Reyes'. A continuación, estará el colectivo del Entierro de la Sardina, que portará a Gaspar con 'su mundo ideal'. Baltasar irá con la Asociación Juvenil de Belén, creando 'la magia del cascanueces'. La comitiva será cerrada por la Junta de Cofradías con su particular 'Navidad 3.0. Estos participantes contarán con unos 200 kilos de caramelos.
Tras recorrer las calles principales, los Reyes llegarán a la plaza Mayor, donde serán recibidos por las autoridades municipales y seguidamente, se procederá a la adoración al Niño. Fuentes municipales confirman que habrá belén viviente y escenificación, aunque no participarán habituales en esta iniciativa, como la banda de música Antonio Flores y la Asociación Francisco Pizarro.
Aunque la pandemia no ha podido con la cabalgata, lo cierto es que se ha querido adaptar a la situación. Por ello, el concejal delegado, Enrique Borrega, matiza que el acto de la plaza se hará rápido. Además, los Reyes no se acercarán a dar la mano a los más pequeños, como era habitual antes de la crisis sanitaria. Tampoco se hará el recibimiento que suelen hacer Melchor, Gaspar y Baltasar a los niños y niñas, actividad organizada por la hermandad Virgen de la Victoria. La idea es que desde la plaza Mayor vuelvan a su punto de partida, el Mercado Regional.
TITULO: EN PORTADA CRONICAS MUJERES VIAJERAS - Comerse los mocos, una práctica más habitual de lo que se cree., . Jueves - 13, 20 - Enero,.
El Jueves - 13, 20 - Enero a las 23:30 en La 2,./ foto.
Comerse los mocos, una práctica más habitual de lo que se cree,.
Los investigadores que han realizado estudios al respecto no se ponen de acuerdo sobre si esta es una conducta saludable o perjudicial,.
Nadie lo reconocerá nunca porque es una conducta que se penaliza socialmente, pero «los estudios al respecto consideran que la mucofagia (comerse los mocos) es una práctica más habitual de lo que se cree», asegura la psicóloga Laura Montero, del Colegio de Psicólogos de Bizkaia.
Y no solo sucede en la infancia, cuando este gesto se considera parte de nuestra exploración personal, sino también en la edad adulta. «En general, a los humanos nos da asco que todo aquello que sale de nuestro organismo (los mocos, la orina o las heces...) vuelva a entrar. Cuando somos pequeños, sin embargo, es habitual probarlo todo a través de los cinco sentidos, como una forma de descubrir el mundo y nuestro propio cuerpo. Por eso, los niños tienden a llevarse cualquier cosa a la boca», explica la psicóloga Rosana Pereira, directora de Haztúa Psicología Positiva y colegiada del Colegio de Psicólogos de Madrid.
Las causas de por qué lo hacemos no están claras, e incluso se valora la posibilidad de que sea un reflejo filogenético de nuestros antepasados los simios, quienes lo representan de manera habitual porque, según dicen los investigadores, los compuestos que contienen los mocos, como agua, proteínas, hidratos de carbono y otras células, pueden ser necesarios para ellos. «Eso podría explicar por qué en los primeros años de vida esta conducta aparece de forma natural, casi instintiva, sin tener por qué haberla visto previamente en otras personas a su alrededor», declara Montero.
En situaciones de estrés
Pereira añade que, además, hay ciertos gestos que de pequeños asociamos a sensaciones de bienestar, como puede ser meterse el dedo en la nariz, al ayudarnos a calmar los nervios o la ansiedad. «El problema es que, si dicho comportamiento se mantiene en la edad adulta, dejará de ser un recurso de alivio y pasará a convertirse en un hábito, siendo mucho más difícil de modificar y eliminar».
La psicóloga vasca da una posible explicación: «Que la mucofagia se instaure como hábito en la adultez se relaciona con un trastorno de la conducta que puede derivar en ansiedad, bloqueos emocionales o simplemente malos hábitos y, en función de la frecuencia, se considera como manía o una consecuencia de algún trastorno obsesivo de conducta».
«Es más frecuente en personas con trastornos de ansiedad, como algún tipo de TOC, y en situaciones de estrés o miedo«
Laura Montero
Psicóloga
Lo que se ha comprobado es que existe una diferencia entre el inicio y el momento en que la mucofagia se instaura como hábito. «En el primer caso, comerse los mocos se asocia con mayor frecuencia a estados de nerviosismo y ansiedad; pero, una vez se adquiere el hábito, se observa más en situaciones en las que la persona se encuentra relajada», expresa Montero.
Además, añade que, si bien no hay un perfil concreto de gente más propensa a comerse los mocos, «la mucofagia es más frecuente en personas con trastornos de ansiedad, como algún tipo de trastorno obsesivo compulsivo ( TOC), y en situaciones de estrés o miedo. Pero es importante analizar las causas específicas en cada caso para conocer las motivaciones personales que llevan a alguien a comerse los mocos y cómo se ha instalado el hábito en su vida».
Consejos prácticos
En la infancia
«Lo primero que nos sale al ver a nuestros hijos comerse los mocos es darles un manotazo para que dejen de hacerlo o regañarles, pero lo ideal es explicarles por qué está mal con argumentos para que lo entiendan. Hay que evitar que lo hagan pero sin castigos, pues, si no, solo provocará que lo hagan a escondidas», advierte la psicóloga Laura Montero. «Otra alternativa es lavarles las manos cada vez que lo hagan y, con el fin de que tengan las manos ocupadas y se les olvide volver a hacerlo, entretenerles dándoles algún objeto, como un juguete», agrega Rosana Pereira.
De adultos
«Lo primero será tomar conciencia de cuándo ocurre y, después, buscar fórmulas de modificación de conducta, como ponerse una tirita en el dedo que solemos llevarnos a la nariz», aconseja Pereira. «También es útil pintarse las uñas con un esmalte con sabor desagradable para que no nos apetezca llevar los dedos a la boca tras tenerlos en la nariz».
Infecciones
Sobre sus efectos, aquellos que señalan que comerse los mocos puede ser beneficioso se basan en que, si tanta gente lo hace y no ha provocado ningún problema grave, no debe ser tan malo, y señalan que podría mejorar el sistema inmune. Un gran defensor de esta teoría es el médico austriaco Friedich Bischinger, aunque no hay estudios que lo respalden.
Por el contrario, varias investigaciones publicadas en la revista 'Science Insider' advierten de que podría ser perjudicial y alegan variados motivos. «En primer lugar, las mucosas de las fosas nasales actúan como un filtro protector ante ciertos patógenos (bacterias, virus...), así que al ingerir los mocos por la boca eliminamos esa barrera. En este sentido, una infección grave que puede ocurrir por este motivo es la causada por la bacteria estafilococo, presente en la piel humana. En segundo lugar, las uñas acumulan mucha suciedad y bacterias que, al hacerlo, introducimos en nuestro cuerpo. Además, si se hace de forma compulsiva, podemos provocar heridas sangrantes en las fosas nasales difíciles de contener, al haber muchos vasos sanguíneos en esta zona, lo que deja una ventana abierta para todo tipo de patógenos», enumera Montero.
Por otro lado, la especialista alerta de que siempre que algo se vuelve obsesivo, independientemente de si es una conducta perjudicial o no lo es tanto, acaba generando malestar a nivel psicológico, y pone el ejemplo de la vigorexia. «Aunque el deporte es un hábito saludable, cuando se convierte en obsesión se vuelve dañino».
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