BLOC CULTURAL,

BLOC CULTURAL,

sábado, 7 de agosto de 2021

Mi casa es la tuya - Carmelo Gómez - Actor ., Viernes-6- Agosto,. / Pekín Express - EXIGEN SILENCIO,./ UN BUEN PLAN ES IR AL CINE - El escuadrón suicida ,. / Días de cine -' Cine - Regina Casé ,. Viernes-6- Agosto . / Saber Vivir - Finaliza el taller de teatro Ceres del Festival Internacional de Mérida,.

 

TITULO: Mi casa es la tuya - Carmelo Gómez - Actor .     , Viernes-6- Agosto ,.

 

Mi casa es la tuya',


Este viernes  -6- Agosto a las 22.00, Telecinco emite una nueva entrega de 'Mi casa es la tuya', con Bertín Osborne charlando con   Carmelo Gómez - Actor , foto,.

 Carmelo Gómez - Actor,.

 

«Ahora lo que todo el mundo quiere es jubilarse»,.

Alejado del cine y la televisión, uno de los mejores actores españoles vive volcado en el teatro. Libre, inmanejable, hipercrítico consigo mismo y con la realidad que le rodea: «Demasiados sinvergüenzas alrededor, demasiada gente sin escrúpulos»,.

Puede ser Carmelo Gómez (Sahagún, León, 1962) el más fiero de los hombres o mostrar ante el mundo, desnuda sin complejos, su alma profundamente herida. Puede dar pánico o conmover, puede hacer que le odies o que saltes confiado junto a él en parapente. Pasan los años y este excelente actor sigue moviéndose en el infierno como un ángel. Alejado, incomprensiblemente, del cine y de las series de televisión, triunfó en el teatro con 'Todas las noches de un día', de Alberto Conejero y dirigido por Luis Luque, dando vida a un personaje en las antípodas de la imagen poderosa que lo adorna en algunas de las icónicas películas del cine español que ha protagonizado con un éxito arrollador, como 'Días contados', dirigida por Imanol Uribe, o 'El perro del hortelano', un acierto redondo de Pilar Miró. En 'Todas las noches de un día' encarnaba al sensible, misterioso, frágil, huidizo y fantasmal jardinero Samuel. Ahora, recorre los escenarios del país con su proyecto más personal: 'A vueltas con Lorca'. Y tiene la suerte de que la magia del teatro no lo suelta de su mano.

- ¿Qué tiempos vivimos?

- Tiempos difíciles, con demasiados sinvergüenzas alrededor. Demasiada gente sin escrúpulos.

- En sus últimos trabajos en teatro da vida a personajes muy sensibles, nada que ver con esos hombres duros que usted encarnó a la perfección en el cine.

-Hace ya tiempo que entré en una deriva de búsqueda de la fragilidad, y puedo decirle que ahora me siento mejor que haciendo personajes fuertes, que tienen muy pocos matices los pobres, porque siempre tienen que estar resolviendo problemas y exhibiendo una personalidad arrolladora. Me interesa ahora más el trabajo minucioso de abordar la fragilidad, que es una fortaleza sin duda alguna. En eso estoy, y por eso he terminado con Federico [García Lorca], porque él constantemente está en esa fragilidad y en el mundo primoroso de las pequeñas cosas y de los pequeños acontecimientos.

- ¿Por qué no hace cine y series de televisión?

- No lo sé. Lo que sí sé es que hubo una época en la que hacía pruebas y no las pasaba. Y me dije: 'Si después de 48 películas no paso las pruebas, es que quizás alguna tecla se ha roto dentro de mí y ya no suena'. Y decidí que no volvía más a hacer pruebas, ni a pasar por ningún tipo de tiranía de ese orden. Por otro lado, es cierto que el cine ha cambiado radicalmente y que ahora casi todo mira hacia las series. Tengo esperanza en las grandes plataformas, más que en las cadenas de televisión, que son absolutamente terribles, jerárquicas y de mano dura. Veremos...; lo que no quiero hacer ya es determinados personajes, porque no deseo repetir el esquema. Estoy un poco harto de ese cliché de macho, de tipo duro.

- ¿Echa de menos rodar películas?

- Es lo que más me gusta. Hace poco he hecho una con Imanol Uribe, sobre la matanza [en 1989] de los jesuítas españoles en El Salvador; se llama 'La mirada de Lucía'. Cuando me lo propuso le dije: '¡Contigo me voy al fin del mundo!'. Lo volví a pasar muy bien y a sentir que el cine es mi hogar, como lo es también el teatro.

«No tengo vocación de títere»

- ¿Es usted conflictivo?

- Si conflictivo es quien se opone a determinados atavismos, sí, lo soy. Y en el trabajo, a un director que, de pronto, quiere poner ahí un huevo giratorio, yo le puedo decir que yo ahí no veo para nada un huevo giratorio. Y si me dice que es su propuesta y punto, yo tengo la libertad de decirle que no quiero estar en esa propuesta. No tengo vocación de títere. También soy muy reivindicativo en cuanto a las condiciones laborales, y no me gusta, ni tolero, que me lleven y me traigan como un paquete, como un producto. ¿Sublevarse cuando las cosas no se hacen bien está mal? No lo creo.

- ¿Qué no es?

- No soy servil, ni acomodaticio.

- Y a cambio, ¿qué?

- Quiero mucho a mi gente, muchísimo.

- ¿Qué le distingue?

- Soy un personaje sonámbulo, duermo poco y me paso el día soñando. También me cabreo mucho y soy ciclotímico; de pronto lo quiero todo y, de pronto también, al día siguiente digo '¡lo dejo todo, no puedo más!'. Soy un poco inestable en ese sentido, pero muy trabajador. Y creo que tengo talento, aunque muy por encima está mi capacidad de trabajo. Soy frágil en un envoltorio fuerte. Siempre he sido una persona frágil, temerosa. Me afecta todo. El cine me colocó en otro lugar.

- Incluso en el de 'sex symbol'.

- Yo no he sido consciente de eso, y no es que me quiera hacer el tonto, porque todo el mundo me lo decía. Pero ni me lo he creído, ni he jugado a eso, de modo que me ha sido fácil soslayar ese asunto, que ha llevado a mucha gente a pensar o a tratarme como si yo fuese especial o estuviese fuera del grupo, y yo no quiero ni estar fuera del grupo, ni ser especial.

Soñaba con ser panadero

- ¿Vive como llegó a soñar?

- He vivido siempre mejor de lo que soñé, he conseguido más cosas en la realidad de las que era capaz de soñar. De niño soñaba que sería panadero, y hacía mis panes de barro... Cuando, años después, [el aclamado director de escena] Miguel Narros, en clase de interpretación, me decía que podría hacer grandes cosas, yo es que no me lo podía creer y pensaba que estaban todos alucinando y que se estaban dejando llevar por mi voz, por mi presencia... Pero sí, aquí estoy, haciendo esta función que para mí es muy importante porque me pone delante del público, algo que siempre quise. Empecé a hacer teatro por las calles, con un puntero y unos dibujos, contando historias en verso. Nunca hubiese imaginado estar hoy en los escenarios haciendo lo que me pide el cuerpo y nada más que lo que me pide el cuerpo.

- ¿Cómo era de niño?

- Un niño frágil, pequeño, que no salía mucho a la calle por miedo a la violencia de los demás niños; era feo y enjuto, me llamaban mono. Así es que, mucha veces, me quedaba en casa y, en un corral inmenso que teníamos, pasaba las horas hablando solo. Creo que en esos momentos de recogimiento, de darme cuenta del daño que podemos causar a los otros, curiosamente desarrollé una ternura interior que me acompaña hasta hoy.

- ¿La inmensa popularidad que alcanzó llegó a agobiarle?

- El cariño de la gente es la hostia, y lo agradezco, pero la popularidad me llegó a perturbar, me volvió loco. Nadie nos prepara para eso, y en aquella época yo decía lo que fuese y ya había un titular de periódico de máxima tirada. ¡Joder, eso es brutal! Padecí bastante, porque tuve que pedir perdón en muchas ocasiones y llamar a mucha gente por teléfono para disculparme.

- ¿Cómo son los hombres que aparecen en el universo de Lorca?

- En el 'Romancero gitano', por ejemplo, hay una presencia del macho muy fuerte; a Lorca el macho le ponía mucho, y le cantaba por ese pansexualismo suyo. Le gusta el macho, pero fíjese cómo, en 'Bodas de sangre', ese centauro a caballo que es Leonardo es más frágil que la novia. Los personajes machos de Lorca terminan siendo frágiles y víctimas.

- ¿Qué le ha enseñado el poeta?

- Lorca era, como lo soy yo, español por encima de todo, pero español sin fronteras. ¡Y su país se lo cargó a tiros! Cuando iba a Barcelona, por ejemplo, él respondía así a la pregunta de si era español o qué era: 'Soy de la república independiente de Granada'. Pero era español a saco, un gran español andalucista universal y poseedor de un corazón panorámico.

Estigmatización

- ¿A usted qué le sorprende?

- Todavía hay quienes están empeñados en estigmatizar al homosexual, al que es distinto a ti. Resulta curioso que vengamos de culturas como la grecolatina, donde no era un problema el pansexualismo. Siempre digo que toda revolución es la búsqueda de lo perdido. En España ya teníamos una sociedad plural, abierta, pero hay quienes se empeñan en volver otra vez a fijarse en las razas, en la orientación sexual...; y hay gente a la que le sobra otra gente, en vez de buscar la convivencia entre todos. Está claro que ningún país puede acoger a todos los pobres del mundo, pero creo que nos hace mejores ayudar en lo que se pueda, en lo que esté en nuestras manos.

- ¿Nunca ha sentido un impulso homoerótico?

- No. Una parte de los homosexuales me consideraban un 'sex symbol' también, y algunos me decían: 'Probablemente seas más homosexual de lo que te crees'. Y me lo planteaba, '¿a ver si me estoy perdiendo algo aquí?'. Pero no, nunca, tengo muy claro que tengo pasión absoluta por las mujeres en todos los sentidos, no solo en el sexual. Ahora las chicas están muy sexualizadas, y me da mucha pena. Son objetos sexuales constantemente y lo aceptan y les encanta el juego, un juego terrible, muy machista y muy peligroso para ellas. A ellos les viene muy bien, les encanta que ellas se comporten como Lolitas.

- ¿En qué no cambia España?

- Hay algo en lo que no cambia nunca: sus viejas estructuras. Pero también hay algo que está en constante proceso de evolución, porque somos mediterráneos y pasamos, en lo superficial, de una cosa a otra con una rapidez salvaje. Pero lo superficial no hace que lo profundo se transforme. La presencia de Vox, por ejemplo, es preocupante. Somos un país que se ha ido forjando poco a poco en la libertad y en el reconocimiento del otro. Las masas hoy no viven en el pensamiento, sino solamente en el compra y venta. Y es muy fácil decirles: 'Este es el bueno, este es el malo, y yo agarro a los negros y los cuelgo a todos'. Y eso es muy peligroso, porque más de un anormal cree que, en efecto, esa es la solución a las cosas. Por otro lado, también es cierto, España es especial, tiene un punto ingobernable pero también aquí se dio la democracia después de una larga dictadura, y además se dio con una evolución rapidísima. Todos teníamos mucha ilusión y mucha esperanza y todo el mundo quería currar, mientras que ahora lo que todo el mundo quiere es jubilarse. Yo pienso que hoy tenemos la obligación de ilusionarnos, porque sino se lo vamos a poner a huevo a los que pueden acabar directamente con todo lo construido a base de tanto esfuerzo. En el ámbito personal, cada uno de nosotros podemos hacer muchas cosas, aunque tengo muy claro que la tentación de ser un capullo es enorme; lo fundamental es darle al otro la importancia que se merece, entre otras cosas porque yo no me construyo solo. Nos necesitamos.

«Veo tanta violencia»

- ¿A qué teme?

- Tengo miedo a los demás, aunque luego vengo al teatro y veo aquí al público y me inspira un sentimiento amoroso. Pero salgo por ahí y veo tanta violencia... Me ha dado miedo que durante esta pandemia no nos hayamos unido de verdad todos. ¡Ya pelearemos después, lo que tocaba era estar unidos! Ni siquiera los jóvenes, y esto es lo más triste de todo, se han portado con auténtica ponderación, siendo conscientes de lo que estaba en juego aunque a ellos no les pasase nada; les pasaba a sus abuelos y a sus papás, y ellos con el '¿qué hay de mi fiesta?' Me da miedo internet, me da mucho miedo la Red, y a nivel existencial me da miedo la muerte, aunque soy consciente de que cuando llegue la voy a estar esperando tranquilamente.

- ¿De dónde le viene su pasión por la naturaleza?

- Creo que en el origen está el hecho de tener un padre que era campesino y que me enseñaba, por ejemplo, un modo de trabajar la tierra que no contemplaba en absoluto sacarle el máximo rendimiento y luego ignorarla. El campesino sabe que tiene que cuidarla para los que vienen detrás. Recuerdo que mi padre sembró una higuera que él ya no podría ver dando higos. Me dijo: 'Ahí estarán para los que vengan'. Ese estar atentos al futuro, a los que seguirán aquí cuando nosotros ya no estemos, encierra un montón de valores. 

 

TITULO:   Pekín Express  - EXIGEN SILENCIO ,.

 

Pekín Express ,.

  Cristina Pedroche conduce 'Pekín Express: La ruta de los elefantes', una aventura en mitad del Índico, en la que 10 parejas con perfiles muy diferentes, etc.

 

EXIGEN SILENCIO,.

Nuestro tiempo tiene sus Valera y sus Zorrilla, señores con presencia e influencia que prefieren el silencio de algunas mujeres y que, a veces, lo consiguen,.

foto / Se ha convertido en algo normal que señores columnistas de toda ideología (desde los que se autodenominan de izquierdas a los que visten brazo derecho en alto y camisa azul, pasando por el extremocentro) ataquen desde sus columnas de opinión a mujeres feministas que previamente han señalado algún tipo de injusticia, abuso o desigualdad, ya sea en sus propias columnas, en redes sociales o en cualquier medio de comunicación. Los ataques normalmente no están sustentados en una argumentación intelectual o política, sino que se centran en ridiculizar, humillar a la mujer señalada metiéndose con su físico, insultándola burdamente o incluso mintiendo sobre su vida o hábitos privados. Una vez publicada la columna, el señor de turno la comparte en sus redes sociales para que sus muchos y fervientes seguidores acaben su trabajo con una campaña de acoso plagada de insultos violentos entre los que hay amenazas físicas, a menudo sexuales, contra ella. Esto último, la utilización de la violencia sexual como amenaza, se da, diría que exclusivamente, contra las mujeres feministas. La mujer entonces tiene tres opciones: responder y atenerse a la escalada de acoso e insultos, hacerse invisible (si puede) hasta que pase el vendaval, o callarse, incluso abandonar temporalmente o para siempre las redes sociales. Muchas optan por la tercera opción por salud mental y también por su integridad física. Esa reacción -miedo, silencio, abandono de un espacio público donde compartir su conocimiento y exponer sus opiniones- es exactamente lo que se espera de ella cuando se inicia el ataque.

Las herramientas a través de las cuales se expulsa a las mujeres del espacio público de discusión (transmisión digital de la información, redes sociales, viralización de mensajes) son nuevas, pero el empeño en silenciar la voz de la mujer discordante y la violencia con la que se lleva a cabo ese empeño no lo son. Es decir: el cómo se transforma, pero no tanto el qué y el por qué. Podríamos remontarnos a San Pablo, a esta famosa sentencia suya, exigiendo que «las mujeres guarden silencio en las asambleas, pues no se les permite hablar, sino que deben estar sumisas, como también dice la Ley», o tantos preceptos eclesiásticos y tantas leyes civiles que han prohibido expresamente que la mujer tome la palabra en público; podríamos hablar de luchas encabezadas por mujeres en contra de estos silencios impuestos, pero no habría suficiente espacio en todo este periódico para hacerlo. Como señala Rebeca Solnit en su excelente ensayo 'La madre de todas las preguntas' (Capitán Swing): «La historia del silencio es fundamental en la historia de las mujeres». Hemos sido entrenadas para no ocupar con nuestra voz espacios que tradicionalmente no nos han pertenecido, nos hemos sentido fuera de lugar al exigir que se nos escuche, pero somos ya demasiado conscientes de que tener una voz (hablada o escrita) es fundamental: es ser capaz de comunicar los propios deseos e ideas, es ser capaz de intervenir en el mundo. «El silencio es la condición universal de la opresión», señala Solnit, «el silencio ha sido la condición histórica de las mujeres». En España esa condición histórica no es tan lejana. Solo hay que recordar cómo Pilar Primo de Rivera, fundadora de la Sección Femenina de Falange, resumió en dos palabras el papel de la mujer para la España de Franco: «Abnegación y silencio».

¡Pero hemos avanzado tanto! la mujer es libre para decir lo que quiera, usted misma tiene esta tribuna, me dirán, tenemos ministras y mujeres en los más altos cargos políticos, periodistas en los espacios informativos más importantes, insistirán. Y faltaría más. Esto no significa, sin embargo, que todas las mujeres con poder sean feministas y usen su voz para señalar la opresión o la desigualdad (de género, clase, raza, etc.). Tampoco significa que las mujeres con poder que señalen injusticias no sean atacadas del modo anteriormente descrito, es decir, no a través de críticas centradas en su trabajo, su intelecto o su opinión, sino acosadas a través del insulto degradante y la humillación, con violencia. Les daré un ejemplo que no es actual pero que explica bien esta realidad y sus continuidades históricas. Emilia Pardo Bazán sufrió algo parecido a esto que describo hace más o menos un siglo. Además de ser una excelente escritora de ficción, Pardo Bazán escribió numerosos artículos en defensa de la educación de la mujer y en contra del maltrato machista. Se postuló para miembro de la Real Academia Española en tres ocasiones y en las tres fue rechazada. No sabemos qué molestó más a los señores académicos, si su excelente escritura -de la que algunos mediocres de los que hoy ni siquiera recordamos el nombre debían sentir verdadera envidia-, sus opiniones sobre los derechos de la mujer o su tenacidad para ser considerada una escritora tan grande como lo fuera su querido Benito Pérez Galdós o su no tan querido Leopoldo Alas 'Clarín'. En cualquier caso, la gallega tuvo que soportar que en la prensa cultural del momento la llamaran, entre otras cosas, «marimacho» y comentarios soeces como el de Juan Valera, quien denegó su ingreso porque «su trasero no cabría en un sillón de la RAE», o José Zorrilla, quien argumentó que las mujeres que escriben son «un error de la naturaleza».

Las herramientas para expulsar a las mujeres del espacio público son nuevas, pero no la violencia para lograrlo

Nuestro tiempo tiene sus Valera y sus Zorrilla, señores con presencia e influencia en el medio cultural y de opinión que prefieren el silencio de algunas mujeres y que a veces lo consiguen por métodos similares a los de sus antecesores. Si la mujer responde y lo hace con agresividad o con cierta desmesura (algunas estamos un poco hartas y se nos nota) nos invitan a relajarnos, a no ser histéricas. Hablamos mucho del ruido y la violencia que generan las redes sociales, pero la culpa no es del medio, sino de quien crea el mensaje sabiendo cómo se va a utilizar. Uno tira la piedra y no esconde la mano, sino que con su dedo señala a la víctima que hay que acosar, vejar y humillar, hasta que aprenda que si habla debe ser lo suficientemente inane como para no levantar la ira de un señor. «Es una verdad universalmente reconocida que a la mujer en posesión de una opinión le hace falta una buena corrección», decía Solnit con ironía sobre ese afán masculino de poner a la mujer en «su lugar». A veces esa corrección es simplemente irritante, pero en demasiadas ocasiones es extraordinaria y recuerda al escarnio público de antaño, cuando la mujer era avergonzada ante el pueblo por haber traspasado los límites de su espacio. 

 

TITULO: UN BUEN PLAN ES IR AL CINE - El escuadrón suicida,.

 Crítica de 'El escuadrón suicida'

Reparto
 
 
 
Un grupo de super villanos se encuentran encerrados en Belle Reve, una prisión de alta seguridad con la tasa de mortalidad más alta de Estados Unidos. Para salir de allí harán cualquier cosa, incluso unirse al grupo Task Force X, dedicado a llevar a cabo misiones suicidas bajo las órdenes de Amanda Waller. Fuertemente armados son enviados a la isla Corto Maltese, una jungla repleta de enemigos. 
 
 

TITULO: Días de cine - Cine - Regina Casé , . Viernes- -6- Agosto .


Viernes -6- Agosto a las 20:35 horas en La 2 / foto,.

 Regina Casé,.

 Tarde de estenos en ‘Días de cine’,.Regina Casé

Fiel a su cita de los viernes, Días de cine realizará un repaso con los estrenos de la cartelera, como Pequeños milagros en Peckham Street, una aguda tragicomedia ambientada en el Londres post Brexit. El programa ha entrevistado a sus directoras, Vesela Kazakova y Mina Mileva. Además, llegan a al os cines El escuadrón suicida y Madres verdaderas. Además, repasará el Atlántida Film Fest, que acaba de celebrar en Mallorca su decimoprimera edición y entrevistará a Sandra Kogut, directora de Tres veranos, producción brasileña cuya protagonista, Regina Casé, ganó el premio a mejor actriz en el Festival de Málaga de 2020.


TITULO: Saber Vivir -  Finaliza el taller de teatro Ceres del Festival Internacional de Mérida,.

 

Finaliza el taller de teatro Ceres del Festival Internacional de Mérida,.

Ha sido impartido por la directora de la Compañía Albadulake, que ha realizado otro la semana pasada en el centro jaraiceño de Aspace,.

foto / La Casa de la Cultura de Jaraíz de la Vera ha acogido del 5 al 20 de julio el taller de teatro Ceres, impartido por Ángeles Vázquez, directora de la Compañía Albadulake, que tiene su domicilio en la vecina localidad de Cuacos de Yuste.

Esta actividad formativa de temática grecolatina ha estado dirigida a personas mayores de 16 años aficionadas al mundo del teatro y la interpretación.

El taller, que ha sido gratuito, ha contado con el patrocinio del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, que ha corrido con su financiación. Además de la Junta de Extremadura ha colaborado en su realización la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Jaraíz de la Vera.

Taller en Aspace

Asimismo, la pasada semana, Ángeles Vázquez impartió otro taller de teatro en el centro jaraiceño de Aspace (Asociación de Paralíticos Cerebrales de Cáceres).

Según Aspace la experiencia ha resultado muy gratificante para los usuarios, encuadrándose esta actividad dentro Proyecto de Normalización, en la modalidad de Información a la Población y Promoción de la Imagen de las Personas con Discapacidad, financiando por el Sepad,.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario