¿Qué tipo de estadio acoge la despedida de Raúl del fútbol?,.
Conoce el campo donde Raúl y Senna se despedrián del fútbol en el James Shuart Stadium de la Universidad de Hofra en Nueva York.Hoy dice adiós - foto- Raúl González, un 7 para la historia
El eterno 7 español puede culminar su carrera con el título de la NASL.Jugará esta noche (hora española) su último partido en activo con el Cosmos.La cúpula del Madrid se vuelca con Raúl en su despedida.Raúl, excapitán del Real Madrid y de la selección española, además de jugador clave en el Schalke 04 alemán y el Al-Sadd catarí, parará el motor del ferrari -así le denominó su amigo Fernando Hierro- este fin de semana en Nueva York, donde puede culminar su carrera con el título de la Liga de Estados Unidos, etc.TÍTULO: REVISTA MUJER HOY PORTADA DE CERCA La actriz Irene Escolar,.
-foto--La actriz Irene Escolar: "La realidad ha sido para mí mejor que mis sueños",.
Perfeccionista y llena de talento, la nieta de Irene
Gutiérrez Caba lleva dos años brillando en el teatro. Ahora (por fin)
le ha llegado su primer protagonista en el cine. Y deslumbra.
Bella sin estridencias, trabajadora incansable, perfeccionista impenitente, profesional sin ínfulas curtida en las tablas de mil teatros, ha forjado a sus 27 años una carrera de sólidos cimientos y nutrida de títulos, y lo ha hecho al estilo de los que admira (Blanca Portillo, Carmen Machi, José Luis Gómez...), asumiendo retos. El último ha sido su primer papel protagonista en cine, en la película 'Un otoño sin Berlín', que se acaba de estrenar. Es el relato del rescate de un amor que no quiere ser rescatado, la historia de un desamor.
Su interpretación se ha ganado una mención especial en el Festival de cine de San Sebastián, lo nunca visto. Aunque ella recibe los halagos con la modestia de los adictos a aprender. Pero ya nadie dice de ella que es una de las mejores actrices de su generación. Ahora solo dicen que es una de las mejores.
Mujerhoy. Por primera vez, el Festival de San Sebastián dio una mención especial a un intérprete fuera de la sección oficial. ¿Cómo se sintió?
Irene Escolar. Es lo más emocionante e inesperado que me ha pasado. Haces una película pequeña, pones en ella durante tres meses tu alma, tu corazón, tu vida... y que el jurado valore así mi trabajo y que todos los compañeros lo aplaudieran es algo que me emocionó. No podía parar de llorar.
MH. A partir del 13 de noviembre, será el público quien juzgue. ¿Cómo es June, su personaje?
IE. Es una mujer que vuelve a su pueblo tras una larga estancia en el extranjero para enfrentarse a algunos conflictos pendientes y de los que salió huyendo. Ahora es consciente de que debe resolverlos si quiere evolucionar y encontrar su camino. Se reencuentra con su padre; con Diego, su primer amor; con la que fue su mejor amiga...
MH. La huida no fue la solución.
IE. Puedes salir corriendo, pero no puedes escapar de tus conflictos interiores. Se van contigo. Y más si eres una mujer sensible, introvertida.
MH. ¿Los seres humanos somos más fuertes de lo que creemos?
IE. Yo creo que somos muy frágiles y eso nos lleva a una inseguridad que nos hace ser menos fuertes de lo que podríamos ser. Somos muy vulnerables. En el momento en el que te falta una persona, el trabajo o cualquier otra cosa de las que forman parte de tu identidad, te desestabilizas y todo lo que has construido se viene abajo.
MH. ¿Y qué pinta Berlín en una historia vasca?
IE. Es una metáfora de la felicidad, de la salvación, un lugar en el que todo irá bien. Es el clavo ardiendo al que se agarran Diego y June para que su relación tenga esperanza de futuro. Todos nos creamos mundos paralelos para ser felices.
MH. ¿Es una película de amor?
IE. Para mí, es de desamor. Es una historia que habla de aceptación, de respetar las opciones y las necesidades del otro, pero también de abrir los ojos a las propias.
MH. ¿Tan difíciles son las relaciones?
IE. Es que las personas somos muy complejas. Y unir dos complejidades es muy difícil. Las relaciones con tu familia, con tus amigos, con tu pareja, lo que necesitas que te dé uno y lo que el otro necesita de ti... Esta película habla de incomunicación, pero también de aprender a aceptar a los demás como son, no intentar cambiarlos. Entre otras cosas, porque no se puede.
MH. Diego, el protagonista tiene miedo a salir de casa, a enfrentarse al mundo. ¿Cuál es el miedo de Irene Escolar?
IE. Temo perder la ilusión o, más bien, no poder realizarla. Tener demasiadas ganas y que se vean frustradas.
MH. ¿Ser actriz es tan bonito como cuando solo era un sueño?
IE. En mi caso, el sueño de ser actriz viene desde que era muy niña. A los nueve años ya hacía dos funciones cada día y me sentía muy feliz. Después he tenido mucha suerte y he podido trabajar siempre con gente muy buena. O sea, que la realidad ha sido para mí mucho mejor que el sueño.
MH. ¿Cuáles son sus primeros recuerdos del teatro?
IE. Ir con mi abuela cuando ella actuaba. Me ponía su ropa, me pintaba y observaba a los actores. Cuando acababan la función, yo me quedaba en el escenario repitiendo lo que les había visto hacer. Y en casa, la abuela y yo jugábamos a Romeo y Julieta.
MH. ¿Cambia las cosas leer a Shakespeare a esa temprana edad?
IE. Mi casa estaba llena de libros y de cine. Yo soy la sexta generación de actores, así que mi vida entera ha estado llena de belleza. La poesía activa la imaginación y la imaginación activa la esperanza. Y cuando digo poesía me refiero a todo: el teatro, el cine, el arte, la lectura... La cultura nos hace mejores personas, mucho más sensibles, humanas y felices.
MH. Perteneciendo a una larga saga de actores, en su casa no escucharía aquello de "haz una carrera y búscate un trabajo normal".
IE. ¡No creas! El "estudia, hija, estudia" sí lo oí. Mi madre insistió mucho, a ella le hubiera gustado más que yo fuera médico. Estoy estudiando Filología Inglesa, por si acaso... Cuando no estás trabajando, es una forma de ocupar tu cabeza.
MH. También pone mucho empeño en su instrucción como actriz...
IE. Sí, creo en la formación, porque es lo que he visto hacer a los que admiro... Veo trabajos míos y pienso que se pueden mejorar: tengo que trabajar más el cuerpo, insistir con el verso... En cualquier momento debes recurrir a esas herramientas.
MH. ¿Cuáles son sus referentes?
IE. Blanca Portillo, Carmen Machi, José Luis Gómez... gente que no deja de prepararse nunca, y siempre quieren superarse. Me gusta el riesgo, esa mezcla de responsabilidad, reto, emoción, aprendizaje.
MH. Ha trabajado con grandes de la escena, como Mario Gas, Gerardo Vera... ¿Imponen?
IE. Cuanto más grande sea quien tienes al lado, mejor. Yo lo que hago es empaparme de todo. Lo observo, lo registro todo.
MH. ¿Sueña con Broadway?
IE. Ya no. Hace mucho que dejé de soñar con Broadway y con Hollywood. De pequeña, te imaginas en los Oscar. Pero cuando te dedicas a esto de verdad, te das cuenta de que esta profesión no van de eso.
MH. ¿Y de qué va, entonces?
IE. Hay algo precioso en trabajar en tu país, en tu lengua. Aunque me encantaría también hacerlo en Europa, en inglés o francés... Mis sueños no pueden ser lejanos, porque dejarían de ser realistas.
MH. ¿Se considera una mujer con suerte?
IE. Sí, me considero muy afortunada, porque hay mucha gente que jamás consigue una oportunidad como esta de 'Un otoño sin Berlín'. Llevar el peso de una película en la que aparezco en el 95% de los planos sé que no me va a ocurrir muchas veces más. Es muy difícil conseguir que alguien confíe en ti.
MH. Su carrera ha sido hasta ahora mayoritariamente teatral. ¿Ha sido una opción voluntaria?
IE. Totalmente. Siempre he tenido claro que quería empezar en el teatro y no he tenido ninguna prisa por hacer otras cosas porque he sido muy feliz. Pero el cine también me gusta y es verdad que me ha costado mucho acceder a ciertas pruebas. ¡Parece que si no sales en la tele no existes!
MH. ¿La fama rápida que da la televisión es contraproducente?
IE. No. Jamás entraré a juzgar qué carrera han escogido otras personas. Esta es una profesión muy difícil y hay actores que no han hecho teatro nunca y que son magníficos. Cada uno ha hecho lo que ha podido. Yo he elegido lo que me servía a mí, dentro de mis posibilidades, que no quiere decir, en absoluto que lo que hayan hecho los otros sea peor. "El éxito no es un valor, es un accidente", decía Roberto Bolaño, y coincido con él.
MH. ¿Qué fue lo que la convenció para que se decidiera a decir sí a la serie Isabel?
IE. Juana la Loca. No había querido hacer televisión, quizá, porque no había encontrado un personaje del que pudiera sentirme orgullosa. Pero Juana es uno de los más maravillosos que te pueden ofrecer: tiene tanto a lo que agarrarse, tantas capas, tantos matices, tanto trabajo... He descubierto a esta mujer y he tratado, en la medida de mis posibilidades, de dignificar su imagen, de pelear por ella y devolverle el honor que merece.
MH. ¿Y sigue pudiendo tomarse un café tranquila, sin que la molesten por la calle?
IE. Sí, me lo tomo tan tranquila y eso es una maravilla. Aunque es verdad que, después de salir en Isabel, se me acerca más gente, pero siempre con muchísimo respeto y me encanta. Aunque me gusta más observar a ser observada. Yo voy en el metro y en el autobús a diario, para mí son como la biblioteca de los actores, donde contemplo los comportamientos de las personas. Sería una lástima perder eso.
MH. Y de momento, ha sabido mantener a buen recaudo su intimidad...
IE. Valoro el anonimato, porque cuando alguien está en una película o una función mía me gusta que vean al personaje y no a mí. Y si estamos demasiado presentes en los medios, se lo ponemos más difícil. Por eso uso las redes sociales en su justa medida. No es necesario que sepan qué hago todo el rato, porque se pierde el misterio.
Sin prisa, pero sin pausa
Su película favorita es Eva al desnudo y su libro de cabecera, Las uvas de la ira. Siempre tuvo algo de niña sabia, de esponja, y a su lado ha tenido a los mejores. Ya en 2011, el jurado del Premio Ojo Crítico de Radio Nacional destacaba "su madurez teatral" por su trabajo en Agosto. Pareja del también actor Martín Rivas, este otoño podremos verla, además de en el cine, en El público, de Lorca, dirigida por Álex Rigola en La Abadía (Madrid).
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