DESAYUNO - CENA - SABADO - DOMINGO - LUNES - UNA COMIDA EN ATRIO,./ ENREDATE - QUE HAY DE NUEVO - LA CASA DE GABILONDO Y LOS TROSPIDOS,.
TÍTULO: DESAYUNO - CENA - SABADO - DOMINGO - LUNES - UNA COMIDA EN ATRIO,.
Una comida en Atrio
Donde desvelamos el secreto del mejor restaurante de Extremadura,.
El otro día me invitaron a comer en Atrio. No pienso renunciar a mi
cutre condición de comensal low cost, pero me invitaron al mejor
restaurante de Extremadura y no supe decir que no. Lo primero que quiero
explicarles es por qué Atrio es como es. Yo lo resumo en dos detalles.
Uno: sus camareros llevan trajes negros de Zara y camisas blancas y
corbatas oscuras de Primark, pero lucen las prendas con tal gracia y
desenvoltura que parecen confeccionadas al alimón por Giorgio Armani y
Hugo Boss. Y dos: en Atrio, un plato con ingredientes tan humildes como
el nabo y el arenque alcanza la categoría de sublime. En resumen,
consiguen la perfección a partir de lo sencillo.
Se puede escoger entre dos menús: 119 euros y 129, bebida aparte. ¿Es
caro? Evidentemente, sí, pero como escribe un cliente en la web de Trip
Advisor: «Estoy un poco cansado de leer y escuchar tópicos sobre Atrio
como qué caro, sales con hambre, platos pequeños y chorradas varias.
Definitivamente es un tema cultural. En el norte jamás lo escuché».
Así que ya estamos sentados en una mesa magnífica, ante una
servilleta de hilo con el anagrama del restaurante, un precioso plato de
Raynaud-Limoges, un florerito con tres rosas blancas, copas magníficas y
una jarra plateada con agua Solán de Cabras. ¡Maldición, ya he escrito
florerito! Es lo que peor llevo de los restaurantes sofisticados:
enseguida se me pega la manía de los diminutivos: ensaladita, almejita,
salsita... La luz indirecta es armónica y suficiente para percatarte de
que los camareros son guapos y tocados con la gracia de la desenvoltura y
las camareras, tan profesionales, tan naturales, parecen haber sido
escogidas en un casting dirigido por 'Julio Romero de Torres pintó la
mujer morena'.
Llega el sumiller y nos explica el vino sin aspavientos. Es extremeño
y blanco, un Payva de uva cayetana blanca, con perfil verdejo y
sauvignon blanc, toque fresco de jara y amargor amable. Exactitud
descriptora y lo fundamental: el blanco entra solo. Y comienza la
sucesión de platos. Los camareros depositan ante cada comensal un plato
hondo y grande con una especie de zumo verde y dos raviolis de nabo con
arenque. El zumo es un licuado de pepino, manzana verde y apio. Y todo
eso se sabe porque el servicio lo explica, pedagógico y clarito. Lo
probamos y... A ver... Yo sé que quien come en Atrio luego dice muchas
tonterías describiendo sus sensaciones, pero es que no hay otra manera
de contarlo que poniéndose estupendo. Porque ese caldito (ito, ito)
verde con esos raviolis son capaces de conformar el sabor más limpio y
puro que mi paladar haya degustado nunca.
¿Éxtasis, cima de la delicia, misticismo...? Escojan la tontería que
prefieran, pero eso es lo que se siente al probar este plato y los que
se van sucediendo: una crema de guisantes con wasabi y crujiente de
cochinillo, unos berberechos con bloody mary y helado de cebolleta, un
brioche con tinta de calamar, calamar e ibérico (algunos compañeros de
mesa se animaron a buscar alguna pega y sentenciaron que el brioche era
demasiado grande y crujía poco), unas gambas de Huelva marinadas en
carpaccio con caviar y ensalada de brotes (según mis acompañantes: un
clásico de Atrio).
El pan me dejó de lado: una deliciosa torta de aceite de oliva con
aceitunas. Después, trajeron un bollito más canónico y un vino tinto
sorpresa, sorpresa: extremeño, de Feria, Sueño de Facio (garnacha con
toque de petit verdot y cariñena, 15 grados, envejecido ocho meses en
tinajas centenarias de arcilla y seis meses en barricas de roble francés
y americano) ¡Estamos haciendo unos vinos buenísimos (increíbles, que
diría un moderno)! La comida siguió con risotto, merluza, steak tartar,
helado de torta del Casar, varias texturas de chocolate... Comprimo los
títulos de los platos y obvio postres y golosinas. Es la única manera de
contar una comida que duró tres horas sin parar y fue más bien
ceremonia, fiesta, rito. Eso que llaman una experiencia inolvidable.
Desayuno - Cafe con leche - fruta,.
Cena - Pollo asado con esparragos trigueros - beber agua - pan - postre fruta,.
TÍTULO: ENREDATE - QUE HAY DE NUEVO - LA CASA DE GABILONDO Y LOS TROSPIDOS,.
La casa de Gabilondo y los 'tróspidos',.
10 años de Cuatro, la cadena que popularizó los reportajes
callejeros y los programas de 'coaching' y citas, incluyendo los
desnudos,.
Hola, bienvenidos a Cuatro, ya estamos aquí». Con estas palabras del
periodista Iñaki Gabilondo nacía el 7 de noviembre de 2005, hace justo
hoy diez años, Cuatro, la primera cadena en incorporarse al mercado de
la televisión nacional en el siglo XXI. El propio Iñaki se pondría
aquella noche a los mandos del primer informativo de la casa, que al
principio ocupó la frecuencia analógica que dejaba libre Canal +. «Una
televisión creíble, divertida y diferente», prometían los principales
rostros durante el primer día de emisión como Eva Hache, Boris Izaguirre
y Raquel Sánchez-Silva, que ya se han marchado, y otros que siguen
vinculados a la cadena.
Es el caso de Iker Jiménez, presentador de 'Cuarto Milenio', que
lleva pilotando 'la nave del misterio' desde el primer domingo de Cuatro
hasta ahora. O 'Los Manolos', el dúo formado por Manolo Lama y Manu
Carreño que importó desde la radio una forma de contar las noticias
deportivas que más tarde imitaron el resto de cadenas.
Pero lo que caracterizó desde el primer momento a Cuatro fue su
innovación a la hora de apostar por géneros televisivos que eran
desconocidos en nuestro país. Como los 'coach' con hijos difíciles de
'Hermano Mayor' y la 'Supernanny' u otros como 'El líder de la manada',
'Negocios al límite' y 'El encantador de perros', con César Millán.
Su gusto por el humor irreverente también ha quedado claro con
formatos como 'Quién quiere casarse con mi hijo', el 'dating show' que
popularizó el término 'tróspido', es decir, chicos apegados a sus madres
y sus pretendientes. O 'Adán y Eva', el primer programa en el que los
protagonistas concursaban completamente desnudos y que no han destacado
por su nivel cultural. Al comienzo de su emisión también apostó por el
'late night' con 'Noche Hache' que conducía la humorista Eva Hache y
cuya primera aparición cumple hoy justo 10 años.
Pero Cuatro ha sabido ponerse seria cuando ha hecho falta. El
programa de reportajes 'Callejeros' se especializó en temas sociales.
Igual que '21 días', en el que Samanta Villar experimentaba en carne
propia distintas situaciones, como la cárcel, las drogas o incluso el
mundo de la pornografía.
La cadena rescató también el género de aventuras descubriendo a un
entonces desconocido Frank Cuesta que se ganó el título de 'Frank de la
Jungla' a base de toquetear cada reptil y serpiente que le pasaba por
delante, o a Jesús Calleja, que ahora se codea con los principales
famosos y políticos del país y consigue someterlos a situaciones de
riesgo.
Fusión con Telecinco
En enero de 2011 se produce la fusión con Telecinco, lo que al
principio le costó a Cuatro un descenso de audiencias, aunque
actualmente ha recuperado fuelle. Su principal batalla la ha librado
siempre con su rival La Sexta. Ambas pelean por la tercera plaza en el
ranking nacional. El mes pasado el canal de Atresmedia superó al de
Mediaset por escasas décimas (7,3 y 6,7% de 'share' respectivamente),
pero el mes anterior se invirtieron los papeles (6,4 y 7,3%) por lo que
la lucha entre ambas no está decidida.
Lejos quedan los datos de la emisión más vista de la historia de la
cadena. Se alcanzó con la final de la Eurocopa de 2008, en un partido
que enfrentó a España con Alemania y que acabó con una sequía de 'La
Roja' de 44 años. Aquel partido fue seguido por 14.482.000 espectadores y
marcó un contundente 80,2% de 'share'', lo más visto en los diez años
de Cuatro. El lema que Cuatro eligió para promocionar las
retransmisiones queda para la historia: 'Podemos'.
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