BLOC CULTURAL,

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sábado, 7 de noviembre de 2015

9 DIAS EN HAITI,./ REVISTA MUJER HOY PORTADA DE CERCA -¿ ERES DE PIJAMA CALENTITO O DE LENCERIA SEXY?,.

TÍTULO: 9 DIAS EN HAITI,.


J.A. BayonaEl sábado 7 de noviembre a las 01.30 horas,.foto

Cuatro estrena '9 días en Haití', documental de Bayona sobre una escuela de desplazados,.

El director de 'Lo imposible' refleja la labor educativa en un campo de desplazados,.

 Dirigido por el realizador español, '9 días en Haití' se enmarca en la campaña 'Sí me importa' de Oxfam Intermón y cuenta con el apoyo de la iniciativa de acción social '12 Meses' de Mediaset España. 

El sábado 7 de noviembre, tras la finalización del programa 'Un tiempo nuevo', Cuatro estrena en televisión '9 días en Haití', el documental de J.A. Bayona sobre la labor educativa que se desarrolla en la escuela del campo de desplazados de Corail-Cesselesse, un proyecto que lucha por sobrevivir cada año para poder seguir dando formación y alimentación básica a 400 niños y niñas desplazados tras el terremoto de 2010.
J.A. Bayona recoge los sueños y la creatividad de los niños que acuden a un taller de animación y defiende en la cinta su derecho a un futuro mejor. Para ellos, y para millones de niños y niñas en muchos países, la cooperación internacional resulta esencial para poder construir ese futuro.
'9 días en Haití' forma parte de la campaña de Oxfam Intermón 'Sí me importa', encaminada a sensibilizar a la ciudadanía desde el cine, el arte, el teatro o el cómic para que se movilice a favor de la política pública de cooperación al desarrollo, y cuenta con el apoyo de la iniciativa de acción social  '12 Meses' de Mediaset España, que ha emitido en todos sus canales dos spots, uno de ellos dirigido y locutado por el propio J.A. Bayona, con el objetivo de lanzar un mensaje claro, directo y empático para sensibilizar a la sociedad de la importancia fundamental de los programas de cooperación internacional.   
Cientos de miles de personas en Haití y millones en muchos otros lugares del mundo, encuentran esperanza de futuro gracias a los miles de proyectos de desarrollo que año tras año batallan por seguir vivos. La ayuda funciona, cambia y salva vidas: ha contribuido a que entre los años 1990 y 2015, 1.100 millones de personas hayan conseguido salir de situación de pobreza extrema, la tasa de mortalidad de niños/as menores de 5 años haya caído un 52%, y la proporción de niños escolarizados en África Subsahariana haya pasado del 52% al 80%.
A pesar de los avances todavía queda mucho por hacer: 836 millones de personas siguen viviendo en la pobreza extrema, 57 millones de niños y niñas siguen sin poder escolarizarse y 2,8 millones de niños recién nacidos mueren cada año por causas que se pueden evitar.

TÍTULO:  REVISTA MUJER HOY PORTADA DE CERCA - ¿ ERES DE PIJAMA CALENTITO O DE LENCERIA SEXY?,.
¿Eres de pijama calentito o de lencería sexy?

¿Eres de pijama calentito o de lencería sexy?

  • La ropa interior no se deja ver, pero dice mucho de nosotras. ¿Lo tuyo son los ligueros o vas desparejada y con prendas desgastadas? ¿Será cierto que las españolas somos más sexys por fuera que por dentro?
Hace ya 15 años que Hugh Grant se espantó ante las enormes bragas de Bridget Jones y aún sonreímos al acordarnos. ¿Quién no ha pensado "tierra, trágame" por culpa de una ropa interior antítesis de la lujuria? Pero las cosas han cambiado mucho. Nuestros preferencias han evolucionado, las opciones se han multiplicado y hasta los hombres entran en una corsetería como si se tratara de una tienda de ropa deportiva. Y nuestro cuerpo (y nuestra alma) lo agradecen.
Porque la lencería tiene efecto terapéutico. "Deberíamos probar las buenas sensaciones que provoca dice una portavoz de la firma Etam. Es mejor que una tarde en la peluquería o un buen taconazo. Es fundamental sentirte a gusto con tu cuerpo y reforzar lo bueno que tienes. Y esa es nuestra misión".
  • Una cuestión sexual es también cultural
¿Una italiana con un sujetador deportivo? ¿Una caribeña con culotte de florecitas? Raro, muy raro. En materia de lencería, también hay diferencias culturales. Y la firma francesa Etam, con más de 700 tiendas y 2.000 puntos de venta en 24 países, las conoce bien. "La española, en su día a día, es pragmática y busca la comodidad. Le gustan el negro y los tonos que no se transparenten, nude o tierras; solo en ocasiones especiales se atreve con prendas más sexys".
"La corsetería está muy ligada a la sexualidad, y en España éste ha sido un tema tabú durante mucho tiempo, somos más puritanos. En Francia la mujer es más sofisticada. Le gusta que la ropa interior se transparente, quiere insinuar. Y a la árabe le gustan los diseños recargados, con mezclas de tejidos y profusión de adornos. Aquí, ni siquiera se venden los push up para la copa C, mientras que en los países del este arrasan. Pero las generaciones más jóvenes ya son más lanzadas".
Incluso somos diferentes en la forma de comprar. "La francesa incluye la tienda de lencería en su circuito de shopping porque para ella es un placer adquirir ropa interior; para la española es solo una necesidad, se equipa". De hecho, en estas fechas, se venden más pijamas calentitos que ropa interior, y muchas veces solo se consigue vender un bonito sostén si se arropa en un maniquí con una chaqueta polar con capucha de osito. ¿Queremos seguir siendo niñas para siempre?
En Alma Bloom también ven muchas diferencias culturales. De hecho, la marca surgió como respuesta a la escasa oferta en España. "Tanto la fundadora de Alma Bloom, Silvia Santos, como yo explica Piedad García, directora gerente de la firma hemos vivido en muchos países y no dábamos crédito a lo poco que se cuidaba este aspecto respecto a Estados Unidos o Latinoamérica. Somos muy pudorosas, se nota lo poco que nos miramos al espejo, aunque vamos avanzando".
  • Lo que la lencería dice de ti
La corsetería no se deja ver (como mucho, se asoma), pero dice mucho sobre quien la lleva. Es ropa interior y, sí, también tiene mucho que ver con lo que llevamos dentro. "La más natural refleja confianza en una misma -explica Domingo Delgado, coach experto en imagen-. La tradicional va unida a la lealtad. Si es elegante, busca el respeto, la excelencia. La romántica refleja necesidad de contacto e ingenuidad. Y si es seductora, quieres que te miren. Ninguna elección es mala y hay que usarla en función de lo que quieras transmitir. La lencería está muy cerca de tu cuerpo y es un reflejo de la relación que tienes contigo, de lo que quieres mostrar y lo que no. Pero también de cómo te valoras. Abandonarse en este aspecto es falta de amor por uno mismo. Hay que tener la autoestima equilibrada y la lencería la refuerza".
Piedad García, de Alma Bloom, lo ve así: "La autoestima es la punta del iceberg. Si no estás bien contigo misma, todo lo demás se complica. La lencería está demasiado enfocada en agradar a los demás, cuando lo más importante es que tú te gustes. Pero nunca es tarde para empezar."
  • Todo al negro
El portal Vente Privee, que vende tres millones de prendas interiores cada año, hizo en 2014 este retrato robot de las preferencias españolas.
  • Solo una de cada cinco compras tiene un toque "picante".
  • El negro es el color favorito.
  • Para el día a día, preferimos las prendas funcionales.
  • No nos importa llevar sujetador y braguitas diferentes.
  • Valoramos el efecto segunda piel.
  • No odiamos la lencería color carne (ellos sí).
  • Las mujeres de 40 años son las que más gastan.
Desde otras firmas, añaden más datos: "Las clientas de Andrés Sardá prefieren las prendas conjuntadas y tienen debilidad por el femenino y ponible encaje lievers -explica Nuria Sardá, brand manager de la firma-. El color negro es el rey, aunque también funcionan el azul marino combinado con coral, el verde oscuro o el fucsia". Pero habitualmente somos clásicas. "Somos muy de blanco, negro y beis" revela la directora gerente de Alma Bloom.
Mientras en Intimissimi, del grupo Calzedonia, reafirman la apuesta por lo oscuro: "Los favoritos son el negro (desde el tul a la ecopiel), la clásica combinación blanco-negro, el rojo, los estampados florales, el encaje, el tul y el terciopelo. Nuestros best-seller son el sujetador Sofía, con la gama más amplia de tallas y copas, y el Manuela, con efecto push-up."
  • La talla sí importa
"Lo primero que deberíamos saber en el terreno de la lencería es nuestra talla pero, paradójicamente, solemos estar perdidas. ¡Es increíble la cantidad de mujeres que no la conoce!", dice Nuria Sardá. Fabricantes, diseñadores y médicos están de acuerdo con ella.
El hecho de que el tallaje varíe según el diseño, la marca y la "nacionalidad" no ayuda. Y es fundamental. No solo porque estéticamente el resultado puede ser desolador, sino porque un sujetador de la talla incorrecta pierde su finalidad: sujetar y retrasar el descenso de los senos provocado por la pérdida de elasticidad de la piel.
También puede provocar dolores de espalda y molestias mamarias. Para conocerla solo necesitamos una cinta métrica. En corsetería, España sigue el tallaje francés, no el europeo. La talla del sujetador consta de una cifra un múltiplo de cinco, entre 80 y 105 y una letra (A, B, C, D y E).
Mídete el contorno del tórax donde el pecho es más voluminoso y luego, justo debajo del surco submamario. Si a esta segunda cifra le añades 15, tendrás tu talla de contorno. Por ejemplo, si este tiene 75 cm, la talla será la 90. Para calcular la copa, resta las dos medidas. Si la cifra es 15, la copa será la B. Con una variación de más o menos tres centímetros saldrán las otras letras: A (12 cm), C (18 cm), D (21 cm) y E (24 cm).
Además, el sujetador tiene que quedar cómodo y adaptarse al cuerpo. Los aros deben recoger toda la mama y los tirantes, mas o menos anchos según del tamaño del pecho, han de estar tersos para repartir el peso en los hombros.
  • Ellos las prefieren sexys
Hasta hace poco, un hombre en una tienda de lencería daba para varios capítulos de Mr. Bean. Titubeante, torpe, sonrojado... o derrochando naturalidad impostada, como si fuera a cometer un atraco y tratara de despistar al personal. Hay que decir, en su defensa, que tampoco era bien recibido. Pero, afortunadamente, hemos evolucionado: los hombres compran y regalan lencería con más frecuencia.
"Yo creo que antes se sentían intimidados pero ahora vienen muchos a la tienda y quieren que les asesores -cuenta Piedad García-. Entre ellos se nota un cambio generacional. Los mayores van a lo más clásico, mientras que los más jóvenes conocen bien a sus parejas y saben cómo acertar". Etam también ha observado el cambio: "Por San Valentín, compran mucho. Casi siempre rojo y muy picante, pero pasados unos días vienen ellas y lo cambian por algo negro."
A los hombres les gusta la lencería. Admitámoslo. Les encanta y les estimula, aunque nosotras nos empeñemos en decir que a nuestro chico le da igual porque, y cito a una amiga, "te la quita en un minuto sin ni siquiera mirarla." Así nos sentimos menos culpables por mezclar un tanga verde y un top rosa de cuando ibas al instituto. Pero, ¿de dónde te crees que salen los 10 millones de espectadores que cada año convocan frente a la pantalla los 50 ángeles de Victorias Secret?
Por eso, sabed que lo que nunca regalaría un hombre es una prenda color carne. Las detestan. "Color faja", dicen. Tampoco corsetería a mayor gloria de Hello Kitty, ni bragas grandes, aunque sean comodísimas y estén de moda. "Estoy de acuerdo con los hombres en el tema de los dibujos infantiles, son un horror -dice Piedad García-, pero no en la lencería nude, que es un fondo de armario. El secreto está en encontrar el modelo adecuado. En cuanto a las prendas más grandes, entiendo su punto de vista, pero te hacen sentir cómoda y protegida, que también es el objetivo de la lencería. No hay que olvidar que se trata de ti."

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