Quien menos vale.

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La mediocridad es la base que fundamenta la sociedad de hoy, y cada día se demuestra en el Congreso de los Diputados, aunque de manera excepcional haya habido algunas intervenciones extraordinarias a las que nos tienen acostumbrados nuestros políticos, entre insultos, faltas de protocolo y actuaciones

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indignas de quienes nos representan en el Congreso. Pero es ese nivel de los políticos de hoy el que también nos representa en nuestras administraciones donde se ha instalado la mediocridad como la carcoma se acomoda en alguno de nuestros muebles, en direcciones gestionadas por personas que el único mérito que han tenido ha sido el de ganar una oposición, estar en el momento y en lugar adecuado y que con un dedo con la suficiente autoridad las señalase con la varita mágica. Pero esto no es suficiente para llevar a cabo una dirección o cualquier otra responsabilidad, y es semejante a la película de 'El Candidato', que tras discursos brillantes y ser un animal televisivo consigue liderar un país como Trump. En dicha película y tras ganar los comicios, los electores, tras varios meses de dislates y disparates gestionados por una imagen más que por un buen político, se preguntan: «¿Y ahora qué?». Y esa es la mediocridad que se ha instalado en muchas de nuestras administraciones gracias a quienes dejaron la responsabilidad de poderlo evitar. Y es que quien menos vale más caro cuesta.

TITULO: EL DIVAN DE OLGA VIZA - Fernando Estévez: «Espero que la afición se sienta orgullosa de este equipo»,.

Fernando Estévez: «Espero que la afición se sienta orgullosa de este equipo»,.

«Los partidos se cierran o están más cerca de ganar cuando haces el 2-0 que cuando se especula»,.

Fernando Estévez, nuevo técnico del Badajoz, en el túnel de vestuarios del Nuevo Vivero. / JOSÉ VICENTE ARNELAS

Fernando Estévez es consciente de la exigencia que conlleva el banquillo del Badajoz. Lo supo desde el mismo instante que sonó su teléfono a tres días de comenzar la liga. Pero no le asusta y lo asume con responsabilidad y la perspectiva de conocer una plantilla con garantías de aspirar a todo. Correcto, reflexivo y con los pies en el suelo en su discurso, el técnico granadino ha conseguido rebajar la presión asfixiante que borboteaba por el Nuevo Vivero, aunque sin perder de vista el gran objetivo para esta temporada. El manual de estilo de Fernando Estévez Martín (Capileira –Granada–, 1978) es de los que gustan en el Nuevo Vivero y encaja a la perfección con un proyecto de la envergadura del Badajoz.

–¿Cómo se llega a un equipo para empezar en la segunda jornada?

–Es complicado porque es muy poco tiempo de trabajo. Todos los entrenadores tenemos una forma de hacer y es evidente que el equipo tiene que adaptarse a mí y yo al equipo. Es verdad que partimos de una buena base porque hay una buena plantilla, pero no es menos cierto que hay una pretemporada que no hemos hecho y tenemos que acelerar los procesos y prácticamente en dos semanas comprimir la información importante.

«A los clubes les da vida los socios y que puedan asistir si las condiciones sanitarias lo permiten» PÚBLICO EN LOS ESTADIOS

–Un entrenador sin equipo siempre está pendiente del teléfono, pero ¿se espera esa llamada tres días antes de arrancar la competición?

–Además fue una semana atípica. Hubo bastante run-run, pero yo estaba tranquilo. Los entrenadores vivimos más los inicios de pretemporada porque estás pendiente del mercado, pero no esperas que tan pronto surja esta posibilidades. Entendíamos que podía llegar en el corto plazo sobre noviembre-diciembre, pasadas ocho o diez jornadas. Un poco inesperado y a la vez sospresivo y una alegría que uno de los candidatos al banquillo del Badajoz fuera yo y después de varias conversaciones creo que las dos partes estábamos convencidos que había que dar un paso adelante.

–¿Y cómo se encontró el vestuario?

–Bien. Me he encontrado un vestuario relativamente joven, pero sobre todo muy receptivo, muy profesional, con ganas de trabajar y muy ávido de absorber contenidos. Creo que ellos también estaban un poco enfadados con la situación, querían empezar a navegar y un capitán de barco. Los primeros beneficiados en tener entrenador y que esto tuviera continuidad, estabilidad y un rumbo eran los propios jugadores. Esas ganas, por una parte, y por otra, esa predisposición que he encontrado en ellos al trabajo creo que es bastante positiva, asimilando conceptos y con mucho trabajo todavía por hacer.

–Viendo los motivos que expuso Munitis de su marcha por la presión del entorno y dada la exigencia del proyecto, ¿no le da vértigo aceptar este reto?

–No le voy a quitar la ilusión al entorno que vende un proyecto y una idea de proyecto. Yo ahí no tengo potestad ni poder para poder hacerlo. En el día a día yo tengo que vivir el presente y en el corto plazo porque sabemos lo que es este mundo del fútbol. Con respecto al míster cada uno toma sus decisiones. Yo desde fuera llego limpio. Soy una persona que se informa bien de los sitios a los que va, suelo hablar con jugadores, el contexto... Y lo más importante es la plantilla que había y el entorno para crecer creo que era una posibilidad importante. Si no hubiera estado convencido no habría abandonado mi puesto fijo de trabajo y me hubiese desplazado 400 kilómetros de lo que más quiero que son mis hijos. Dí el paso convencido porque estoy seguro que por infraestructura, calidad de plantilla. y por hambre que hay en el entorno, que no veo como un hándicap, sino como algo a favor a utilizar en el desarrollo de la competición creo que se han dado los ingredientes para que yo estuviera aquí en Badajoz.

«Si no estuviese convencido no habría dejado mi puesto fijo ni desplazado a 400 km de mis hijos» NO LE ASUSTA EL RETO

–¿Qué le parece la plantilla?

–Creo que tenemos una plantilla a nivel competitivo bastante alto en todos los puestos. La lesión de Isi Ros nos abre la posibilidad de hacer algún pequeño ajuste en un puesto que veamos en las próximas semanas pueda haber carencias. Es una plantilla que está diseñada para ser competitiva y adaptarse a diferentes estructuras de juego. Estoy contento con la plantilla. Cuando empezamos a rodar y de aquí al mercado de invierno veremos las posibles carencias. Por númoer y estructura es una plantilla compensada. El perfil de jugador es receptivo al trabajo y a mí me encanta un perfil con hambre. Jugadores con una media de edad por debajo de 26-27 años y veteranos que quieren sumar, que les duele esto y que quieren aspirar a estar en un proyecto de superior categoría superior para mí eso es determinante para poder traducir eso en comportamiento en el terreno de juego.

–Ha mencionado la opción de utilizar la ficha de Isi Ros, ¿le gustaría reforzar algún puesto específico?

–Eso está en manos de la dirección deportiva, David (Vizcaíno) tiene mucho recorrido en esto, sabe donde podemos tener un pequeño déficit y seguramente estará trabajando para resolverlo.

–¿Cómo va a ser el Badajoz de Fernando Estévez?

–Soy una persona que vive esto con pasión. Soy muy racional, pero también en lo que me gusta y en el estrés soy muy impulsivo y me gusta tomar decisiones desde el instinto y lo que siento. No concibo esto sin disfrutar, sin ilusionar, sin transmitir que al final es lo más importante. Yo espero que la afición se sienta orgullosa de este equipo. Habrá días que estemos más o menos lúcidos, pero que sea un equipo que corra, que transmita y cuando no salgan las cosas como mínimo se reconozca que el equipo lo intentó. Prometo que lo intentaremos mucho y prometo que vamos a intentar que desde arriba se identifique con esa proactividad y esos comportamientos proactivos que debe tener tanto en ataque como en defensa.

–Tras el partido del Don Benito comentaba en rueda de prensa que no se podía llegar a los minutos finales con el 1-0. ¿Es una declaración de intenciones de lo que pueda esperar la afición?

–Es que yo soy de esa convicción. Creo que los partidos se cierran o están más cerca de ganar cuando haces el 2-0 que cuando estás especulando con el resultado. Sobre todo en casa y con el nivel de jugadores que tenemos siempre hay que dar un pasito adelante. Hay momentos en los que hay que sufrir y esa virtud también la tenemos que tener. Lo que marca la diferencia de un equipo es que siga teniendo los mismos comportamientos por delante y por detrás en el marcador y a mí me gusta que si el equipo va ganando 1-0 tenga esos comportamientos de ir a por el 2-0 que especular con el resultado.

–¿Qué le parece el nuevo sistema de competición?

–Un poco peculiar porque al final te condiciona bastante. Como llegues a la segunda fase va a depender de cómo se desarrolle la primera. El margen de maniobra es estrecho y como siempre digo el trabajo y la atención se tiene que multiplicar por diez o por cien si podemos. Este formato tiene que hacer que lleguemos a cada partido como si fuera una final, no relajarnos ni un ápice porque es importante dar ese primer paso y como mínimo asegurar el ascenso a la liga Pro y a partir de ahí luchar por cotas mayores. Hay que ir trazándose miniobjetivos para conseguir el gran objetivo. Me parece muy bonito que el entorno tenga esa ilusión, pero ahora todos tenemos que tener el foco en el primer miniobjetivo de terminar entre los 3 primeros..

–¿En su condición de médico cómo ve el desarrollo de la competición y la aplicación de los protocolos?

–Al no ser un fútbol profesional todavía los protocolos están un poco indefinidos. Hay equipos que se ciñen al protocolo de la comunidad, otros tienen un protocolo interno basado en el de LaLiga. La Federación ha delegado la responsabilidad en los clubes para que sean ellos los que tomen decisiones sobre el criterio a seguir, sabiendo que hay criterios a nivel del fútbol profesional y de Sanidad que son peculiares en cada comunidad autónoma. Nosotros tenemos la suerte de contar con un gran profesional, que lleva muchos años en el deporte de élite y que está bien asesorado. Respecto a la población en general creo que tenemos que convivir con esto, a pesar de que hay un estado de alarma a nivel interno las comunidades van a seguir funcionando y el fútbol tiene que seguir igual, cuando haya más casos sin público y con menos ojalá sea con público, pero siempre con las medidas de seguridad porque la salud está por delante de cualquier cosa. En el fútbol modesto y ahí incluimos la Segunda B, a los clubes les da vida que tengan socios y que puedan asistir a los partidos si las condiciones sanitarias lo permiten y hay que tratar de incentivar eso. Esa regulación va a depender por el número de casos.

–Ya desde la primera jornada se han aplazado partidos. ¿Cree que se podrá terminar la liga?

–Creo que sí. Igual que los colegios van a seguir funcionando, salvo que lleguemos a una situación crítica donde el sistema sanitario esté bloqueado. Vamos a tener que convivir con esta realidad durante el próximo año y la idea es que los colegios y las competiciones se terminen. Soy optimista. Las circunstancias son diferentes ahora, se conoce más, existen unos protocolos establecidos. Los clubes de una manera u otra están más controlados y eso va a permitir con bajas y algún aplazamiento que la competición siga adelante y se desarrolle.

–Se puede dar el caso de llegar el viernes como la semana pasada y que un positivo trastoque el plan de trabajo de toda la semana, ¿no le genera angustia? ¿Cómo lo gestiona el cuerpo técnico tanta incertidumbre?

–Es evidente que te genere angustia y te pueda trastocar los planes del fin de semana, pero en las mismas circunstancias pueden estar los rivales y tienes que ajustarte. Sabemos que es una realidad con la que tienes que convivir y con más motivos todavía. En lugar de tener a once jugadores enchufados el domingo tener al máximo de jugadores y que no dejen duda que si decides dar la oportunidad el domingo la hayan merecido entrenando durante la semana.