TITULO:España Directo - Casi un centenar de personas perdieron su empleo en Monesterio durante 2020 ,.
Casi un centenar de personas perdieron su empleo en Monesterio durante 2020,.
El sector más afectado es el de los servicios, seguido de la construcción,.
Monesterio dijo adiós al 2020 con un total de 481 personas en situación de desempleo. Esta cifra muestra la severidad con que la crisis provocada por la covid-19 ha azotado a la localidad, dando cuenta de que supone que 96 personas han perdido su trabajo a lo largo del pasado año.
En la misma fecha de 2019 el número de parados era en Monesterio de 385, según los datos publicados por el Sexpe. Además, si se comparan estos datos con los obtenidos durante el mes de noviembre, se observa cómo el conjunto de personas sin empleo continúa subiendo. Así, el número de pardos era en Monesterio en noviembre de 2020 fue 464, por lo que 17 personas más perdieron su trabajo en el último mes del año. Por sexos, las mujeres continúan siendo el colectivo más afectado, acumulando 323 paradas. Los hombres parados son 158.
El sector más afectado por el desempleo en el municipio es el de los servicios, con 80 hombres y 275 mujeres (en total, 355) y supone un 74%. Le sigue la construcción con 53 parados y el sector de la industria, con 30.
Viernes -22- Enero , a las 22.00, en Telecinco, foto,.
África Hurtado,.
África Hurtado: «En la Comunitat hay dramaturgas muy talentosas, con historias que contar»,.
La escritora teatral, que acaba de ganar el Premio Escalante por el texto infantil 'Abril a casa', afirma que es «una pena» que el teatro no tenga una sede estable,.
'Abril a casa', un texto para público infantil inspirado en el confinamiento, le ha valido a la dramaturga castellonense África Hurtado el Premio de Teatro Escalante, dotado con 5.000 euros. La autora, que es la primera vez que aborda este género más allá de algunos pequeños textos, asegura que en los últimos años las mujeres dramaturgas han comenzado a tener visibilidad.
-¿Cómo ha recibido el Premio Escalante?
-Como una alegría. No se ganan premios todos los días ni todos los años. En realidad, me lo tomo como una palmadita en la espalda que me dice: «Sigue con lo que estás haciendo». Cuando una escribe, espera una respuesta satisfactoria. Y el premio representa que no lo estoy haciendo tan mal.
LAS FRASES PANDEMIA «El sector de las artes escénicas sigue luchando y no lo tiene fácil. Todo es muy complicado» ESCALANTE, SIN ESCENARIO «El equipo del teatro es muy peléon. Otros hubieran tirado la toalla en esas circunstancias»
-El galardón conlleva una cantidad económica, la publicación de la obra y la representación del espectáculo. ¿Cuándo subirá a las tablas?
-No tengo ni idea. De momento sé que se va a publicar en Bromera, algo que me ilusiona mucho. Pero de cuándo se representará no lo sé. El teatro es algo tan vivo que todo puede cambiar.
-Usted, que ya había escrito distintos textos para el público adulto, habrá tenido que adaptarse al público infantil. ¿Cómo es ese proceso?
-Distinto. Pero no solamente tienes que tener en cuenta la visión de los niños, en la que obviamente la gramática no es igual. También la de los padres porque los más pequeños no van solos al teatro. Busco que las familias se puedan enganchar a estas historias, porque así irán más al teatro.
-El texto está inspirado en el confinamiento. ¿Cómo ha afectado la pandemia a las artes escénicas?
-Es un sector que sigue luchando y que no lo tiene fácil. Hace poco, ha cerrado el Teatro Kamikaze. Es un ejemplo del momento tan difícil que se atraviesa. Puede que los teatros grandes o las compañías más fuertes no lo sufran tanto pero los más pequeños, los que se gestionan todo ellos, los están pasando mal. Yo tengo amigos trabajando en Valencia a los que se les ha cancelado muchos bolos. Es muy complicado porque además están los aforos reducidos en los patios de butaca, siempre pensando en si habrá más restricciones...
-En los últimos años, en la Comunitat han surgido nuevas voces de mujeres en la dramaturgia. ¿Hay más visibilidad?
-Sí, desde hace unos años la hay. Cuando yo estudié dramaturgia, donde había más alumnas que alumnos, cuando terminabas te preguntabas: «¿Y ahora qué?». Pero por suerte, en la Comunitat hay autoras muy talentosas, con muy buenas historias que contar y que nos han abierto el campo a las demás
-¿Cómo es trabajar para un proyecto teatral, el del Escalante, que no tiene sede estable ni director?
-Lo de la sede es una pena. Yo tengo un gran recuerdo del teatro. No sé quién debería haber invertido para rehabilitar el espacio. Pero he de decir que el equipo del teatro es muy peleón. Otros, en esas circunstancias, hubieran tirado la toalla. Pero lo están haciendo muy bien.
TITULO: Detrás del muro - PÁGINA DOS - Emilio Bueso ,.
Martes -19- Enero a las 20.00, en La 2, foto.
Página Dos - Emilio Bueso,.
En Página Dos entramos en una gruta para conocer mejor Los ojos bizcos del sol de Emilio Bueso. Visitamos otros lugares fantásticos de la literatura universal. Pablo Martín Sánchez y Elísabet Benavent nos cuentan cómo se han trabajado sus "trilogías".
Veinte años de pleitos por sus viviendas en Mérida,.
Sentencia. Un juzgado de Mérida condena a dos arquitectos por los desperfectos del edificio Las Cigüeñas de La Corchera y solicita la ejecución inmediata de las obras,.
En 2021 se cumplen veinte años desde la entrega de las viviendas del edificio Las Cigüeñas, en el que por entonces era el emergente barrio de La Corchera. Ese es el tiempo que han tenido que esperar sus vecinos para que se solucionen los desperfectos en las obras. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Mérida ha condenado a los arquitectos autores del proyecto a reparar los errores cometidos, origen de los ruidos y malos olores que sufren los vecinos desde hace dos décadas. Incluso ha solicitado la ejecución inmediata del fallo, pero ambas resoluciones están recurridas y no se han llevado a cabo.
A la espera de que se acometan esos trabajos de forma definitiva los vecinos ven la luz al final de un túnel plagado de escollos que les ha tenido veinte años buscando una solución para sus viviendas. Se trata de 72 familias que forman la comunidad de propietarios de Las Cigüeñas 1 y que ahora han decidido iniciar acciones penales y presentar una querella contra los arquitectos por presuntos delitos de estafa procesal y contra la integridad moral.
El abogado de las familias, Gonzalo García de Blanes, afirma que desde el principio todos los agentes intervinientes conocían las deficiencias de habitabilidad existentes en las viviendas, «pero obligaron a un peregrinaje administrativo y judicial de veinte años».
Según explica, en primer lugar los vecinos presentaron reclamaciones ante la Junta de Extremadura por tratarse de viviendas de protección oficial. Así estuvieron desde que se produjo la entrega, en 2001, hasta 2009 «sin que por parte de la administración se diese solución».
En 2009 se presentó la primera demanda ante los juzgados de Mérida y después de once años de trámites judiciales se ha obtenido un fallo favorable, pero a día de hoy está recurrido por los arquitectos y pendiente de resolución por la Audiencia Provincial de Badajoz.
La demanda definitiva se presentó contra la constructora, el arquitecto técnico y los dos arquitectos autores del proyecto. En los dos primeros casos se pudo llegar a un acuerdo, de modo que tanto la empresa como el aparejador pagaron su parte de una reparación estimada en alrededor de 400.000 euros. Sin embargo, los arquitectos decidieron ir a juicio.
La sentencia, del pasado mes de abril, señala que son responsabilidad del arquitecto los defectos que afectan a elementos constructivos de gran incidencia en la estructura, seguridad, habitabilidad y funcionalidad del edificio, como sus cubiertas, muros de cerramiento, fachadas o sistema de impermeabilización y cuando los mismos, además, se producen de una forma generalizada, evidente y grave.
En este caso, la juez acepta el informe elaborado por un perito judicial. Tras visitar 38 viviendas de las 72 existentes en los cuatro portales del edificio, se apreció que en todas ellas se dan de manera generalizada fisuras en el solado y rotura de baldosas, humedades en las ventanas, ruidos y malos olores. Asimismo, se puso de manifiesto la existencia de humedades en paramentos y lavaderos, así como deficiencias en los garajes.
La sentencia considera responsables a los arquitectos de los problemas de ruidos por un error en el diseño del proyecto y en un 50% de los malos olores por la mala ejecución de los conductos de ventilación de las cocinas. También se les achaca en un 70% las humedades en los paramentos por deficiencias en el proyecto y los problemas en los garajes por un defectuoso diseño del sistema de impermeabilización.
El fallo no se ha cumplido porque ha sido recurrido, pero los vecinos han solicitado la ejecución provisional. El mismo juzgado dictó el pasado 5 de noviembre un auto en el que da la razón a los demandantes y requiere a los arquitectos que procedan a la reparación de las deficiencias constructivas del edificio Las Cigüeñas, acordando un plazo de diez días para el inicio de las obras y de dos meses para su finalización. Sin embargo, los trabajos no se han iniciado «argumentando que la licencia de obras del Ayuntamiento para poder iniciar las mismas tardaría meses y no diez días», explica el abogado de los propietarios.
Mal asesoramiento
Como indica, la situación de malos olores se ha visto agravada durante el estado de alarma decretado en marzo del pasado año, «en una época de obligado confinamiento que lo hace más humillante, difícil y desesperante». Lo mismo ocurre con el ruido, que se hizo inevitable durante las semanas en las que todas las familias tuvieron que quedarse en sus casas.
Para García de Blanes, parte de la responsabilidad de estos veinte años de trámites es imputable a los abogados por un mal asesoramiento, «quizás por la falta de recursos o por el alto coste que tiene contratar un despacho de abogados competente». El letrado emeritense asumió el encargo de los vecinos en 2017, tras lo que se ha conseguido una sentencia favorable.
Junto a esto, destaca que mediante estrategias administrativas y procesales se puede retrasar durante veinte años las responsabilidades por una deficiente construcción, perjudicando gravemente a 72 familias que compraron sus viviendas en el año 2001, en buena parte «jóvenes padres de familia que después de veinte años ya no lo son».
TITULO: Jordi Évole y Lo de Évole - Jill Biden,.
Jill Biden, la Primera Dama que corregirá exámenes en la Casa Blanca,.
El próximo presidente de EE UU la vio en un anuncio y se enamoró, pero tuvo que pedirle matrimonio hasta cinco veces. Profesora en un college público, «es la única de nosotros con un trabajo de verdad», dice Michelle Obama,.
Tiene un aire a Linda Evans, la protagonista de 'Dinastía', lo que no está nada mal cuando una frisa los 70 años y se tienen cinco nietos. La señora Biden, de soltera Jill Tracy Jacobs (su padre americanizó el Giacoppo que se trajo de Italia), parece no dejarse intimidar por tanto oropel como se le viene encima. De entrada, esta profesora de Inglés ha dejado claro que seguirá dando clases, lo que la convertirá en la primera esposa de un presidente estadounidense que recibe un salario por trabajar fuera de la Casa Blanca. Y nadie, empezando por su marido, parece dispuesto a contradecirla, quizá porque todavía conserva mucho de aquella adolescente que un día estampó los morros a un chaval que la había tomado con una de sus hermanas. Como Rocky Balboa, Jill es de la escuela de Filadelfia. De los suburbios, nada menos.
A Jill Biden, sus alumnos del Northern Virginia Community College (Nova), la alternativa para los norteamericanos que no pueden pagarse una Universidad al uso, se dirigen como 'Dr. B'. Tiene dos másters y un doctorado que obtuvo con un tesis sobre cómo reducir el abandono escolar y retener a los estudiantes en el sistema educativo, y ha trabajado casi tres décadas en la red pública. Pese a estar casada con un político de primera línea -congresista, senador y después mano derecha de Barack Obama durante dos mandatos- ha conseguido hasta ahora mantener un perfil bajo. Incluso pedía a los escoltas del Servicio Secreto que la acompañaban al campus que se hicieran pasar por alumnos.
«Estoy segura de que muchos compañeros no sabían ni quién era cuando terminó el semestre», ha relatado a The Guardian una de sus alumnas. Una tesis que abona la propia Jill: «Cuando alguien me pregunta si estoy casada con el vicepresidente -explicaba hace años-, le digo que somos parientes, eso generalmente les calma». Quienes la conocen no dudan de que, cuando su presencia sea requerida en algún acto, se cambiará de ropa en los lavabos del colegio y abandonará el recinto cargada de exámenes por corregir.
«Siempre se me olvida que tiene un trabajo de verdad», decía de ella su amiga Michelle Obama, acostumbrada a verla en el Air Force One bolígrafo en ristre, puntuando a sus alumnos, dicen que con severidad. La profesora sólo ha suspendido su trabajo en las aulas en dos ocasiones: en 1981, cuando nació su hija Ashley, y esta pasada primavera para sumarse a la recta final de la campaña presidencial. Y esta última vez no sin resistirse, porque si hay alguien que ha tratado de quitarle de la cabeza a Joe Biden la idea de presentarse a la presidencia, es ella.
Unidos por la tragedia
Jill conoció al congresista Biden en 1975, cuando ya estaba separada de su primer marido. Joe había quedado impresionado tras verla en el anuncio de un supermercado. Consiguió el teléfono a través de su hermano, que sabía de Jill y de sus escarceos como modelo. Ella cuenta que después de la primera cita -y de dejarla en casa sin más abordaje que un casto apretón de manos- le dijo a su madre: «Por fin he encontrado a un caballero». Biden, que había perdido tres años antes a su mujer Neilia y a su hija Naomi en un atroz accidente de tráfico, tuvo que emplearse a fondo para conquistarla. Cinco veces le pidió matrimonio antes de que ella decidiera dar el paso.
En 1977 se casaron en la capilla de las Naciones Unidas, se instalaron junto a los hijos de Joe que sobrevivieron al accidente en Wilmington (Delaware) y, cuatro años más tarde, tuvieron a su hija Ashley. La familia aún recibiría otro duro golpe. Su primogénito, Beau, llamado a seguir los pasos de su padre después de haber sido fiscal general de su estado y de postularse para convertirse en gobernador, falleció en 2015 víctima de un tumor cerebral. Apenas tenía 46 años. Biden volvió a hundirse y renunció a competir por el liderazgo demócrata con Hillary Clinton, que resultaría derrotada por Donald Trump.
A la sombra de nadie
Cuatro años más tarde. Joe y Jill no sólo han sacado fuerzas de flaqueza, sino que se han llevado el gato al agua. No ha pasado desapercibido que ambos sean católicos (como los Kennedy), ni su complicidad después de 43 años de matrimonio. «Joe tiende a sacarme de mi caparazón y yo trato de que mantenga los pies en el suelo», dice ella. Tampoco el afán protector que ha demostrado en campaña. Por ejemplo en las primarias, cuando se interpuso entre su marido y una manifestante que, impetuosa, subió al estrado donde éste intervenía; o defendiendo a su hijo Hunter, con problemas de adicción a las drogas, convertido en la diana de Trump para debilitar la candidatura de su padre. Y sin perder la compostura.
En los mítines, su marido suele presentarse a sí mismo como «el marido de la doctora Biden», un guiño hacia esa parte del electorado cansado de que a las mujeres estén siempre a la sombra de sus esposos. Hace un mes, Joseph Epstein, columnista de The Wall Street Journal, la criticó por hacerse llamar 'doctora' pese a no dedicarse a la medicina. La reacción no se hizo esperar: Twitter se llenó comentarios de mujeres que firmaban con un 'Dr.', reivindicando su doctorado y calificando al articulista de misógino y machista. Punto para Jill.
Ella no quiere que la definan por el trabajo que hace su marido y tampoco está dispuesta a ser ningún objeto de decoración. Así lo demuestra la elección de Kamala Harris como vicepresidenta, en la que, si hemos de hacer caso al The Washington Post, Jill Biden parece haber jugado un papel destacado.
Su principal compromiso como primera dama, ha dicho, será impulsar la educación gratuita en las escuelas universitarias (trabaja en una), apoyar a las familias de los militares y respaldar la investigación del cáncer. Tiene cuatro años por delante.
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