Viernes -26- Octubre a las 22:10 horas en La 1, foto,.
Las actividades extraescolares de la Junta retroceden pese a su gratuidad,.
Solo un 12% del alumnado cacereño acude a la oferta con la que cuentan los centros de Infantil y Primaria,.
Sin embargo, y aunque sobre el papel parece una alternativa interesante, esta opción no cuenta con la participación esperada. Según la información que aporta la Consejería de Educación, el curso pasado se inscribieron 1.116 alumnos a estas extraescolares en Cáceres ciudad. Es una cifra realmente baja si pensamos que el año pasado fueron 9.139 los cacereños matriculados en cursos desde 1º de Infantil (3 años) hasta 6º de Primaria (12 años). Por tanto, solo un 12% de los alumnos optaría por estas propuestas, que llegan a 12 de los 15 colegios públicos existentes y a ocho de los once concertados que imparten Infantil y Primaria. El centro de educación especial Proa también cuenta con estas actividades. La cifra de participación de este año está por ver, ya que aún están abiertas las inscripciones. En algunos casos la tardanza con la que se ofertan, disminuyen el interés. Es a finales de septiembre cuando las directivas de los colegios hacen públicas las actividades concedidas. El propio centro es el que las solicita, en muchos casos con el acuerdo de las familias, a las que en algunas ocasiones se le llega a consultar o encuestar para afinar la oferta a los gustos.
La situación varía en función de cada centro, pero la mayoría de los directores consultados por este periódico coinciden en que quedan muchas plazas libres, y sí tienen la sensación de que la oferta no se ajusta a la demanda. La cifra de inscritos ha bajado en la ciudad en los últimos tres años. En el curso 2015-2016 fueron 1.323 los inscritos, en 2016-2017 1.179, cifra que disminuyó en 63 plazas el curso pasado.
Por primera vez
Adrián Amarilla, director del colegio Delicias, cifra en unos 50 los niños apuntados a Teatro, una actividad que se inicia por vez primera en el centro. «Es verdad que últimamente estaban decayendo las extraescolares», reconoce, mientras asegura que cuando las mismas actividades llevan años seguidos realizándose se pierde el interés. En las ciudades, reflexiona, suele haber una gran oferta, tanto de Escuelas Deportivas Municipales como de escuelas y academias privadas. Según el decreto que regula estas iniciativas las actividades de Música y Educación Física y Deportiva, sólo podrán ser solicitadas por los centros ubicados en localidades inferiores a 10.000 habitantes.La cantidad de actividades se asigna en función del número de alumnos que tengan. Los que cuentan con más oferta son el Castra Caecilia con cuatro (Teatro, Francés, Inteligencia Emocional y tecnologías de la Información y la comunicación). En este centro su jefe de Estudios, Carlos Macías, también reconoce que «no existe la demanda deseada». Él cifra en unos 10 o 15 los alumnos que acude a cada una de estas actividades.
Javier Fuentes dirige el colegio Francisco de Aldana. Allí se imparte Plástica y Manualidades. Considera que la actividad sí funciona, entre otras cosas porque conocen a la persona responsable de impartirla y cuenta con la confianza de las familias.
Hay centros que califican de muy exitosa la experiencia de estas propuestas en el centro, como en el Francisco Pizarro, en donde Ajedrez ha conseguido crear, en los últimos cuatro años, una buena predisposición hacia esta práctica, con niños que acuden a competiciones a nivel regional, tal y como explica Conchi Román, su directora.
También muy satisfecha está María Jesús Silva, directora del colegio Cervantes, con las actividades que se desarrollan en este colegio. Ellos tienen Inglés, Fomento de la Lectura e Iniciativa Emprendedora, ya que forman parte de un programa sobre emprendimiento infantil por el que llegaron a ser premiados. «De 180 niños, participan 80, no nos podemos quejar».
TITULO:VACACIONES - EUROPA DE PELICULA -Cáceres se emociona con el rugido de 100 motores,.
Cáceres se emociona con el rugido de 100 motores,.
El encuentro de motos Goldwing y coches Ferrari eligió por primera vez Cáceres, donde recibió una cálida acogida del público,. / foto.
Cualquiera
que no estuviera avisado de la actividad que se desarrolla este fin de
semana en Cáceres podría pensar que por estas latitudes atamos los
perros con longanizas y el único coche que se maneja es el Ferrari, además de las motos Honda Goldwing.
Lujo sobre cuatro y dos ruedas, carrocerías relucientes, interiores
impecables y cientos de detalles llenaron ayer las calles de Cáceres de
interjecciones de admiración y muchos clics fotográficos. Hubo deleite
para los amantes del mundo del motor o los simples curiosos, que
pudieron disfrutar del despliegue por las calles de 32 coches Ferrari y
70 motos Honda Goldwing. Cáceres ha sido el punto elegido para celebrar
el XI encuentro de la asociación de dueños de este modelo de
motocicletas con presencia también poseedores de los míticos automóviles
italianos. Más de un centenar de familias llegadas de puntos muy diversos de todo el país disfrutaron de una jornada de convivencia y exhibición. «Extremadura nos ha acogido de una forma estupenda», señalaba ayer Francisco Molina, el presidente de Goldwing España. «La primera reacción del público es de sorpresa, la gente no se espera que esos coches o esas motos tan potentes se puedan mover con esa soltura y esa capacidad, pero esa sorpresa dura hasta que se acercan y lo ven».
Detrás de cada uno de esos vehículos hay una historia personal de aventuras y muchos kilómetros. «En el mundo de la moto todos hemos pasado por todo tipo de monturas, pero llega el momento en el que llegamos a la Honda Goldwing y después no hay otra moto, hay otra Goldwing», explica Molina, que ya va por el tercer modelo. «A la anterior le hice 200.000 kilómetros, a la anterior 150.000 kilómetros y ésta, recién comprada, ya tiene 37.000». Es una moto para viajar. Él ha ido a Noruega, Alemania o Italia a lomos de su máquina.
Juan Carlos Pérez, socio extremeño, ha sido el encargado de poner en marcha este acontecimiento. Resalta la importancia de la participación de personas de prácticamente todas las regiones de España, «Galicia, Mallorca, Asturias...», lo que supone una forma también de dar a conocer la región. Todos ellos vuelven hoy a sus hogares después de haber disfrutado de un completo fin de semana plagado de actividades. El viernes comenzó la concentración con visita al museo Vostell y una fiesta en el complejo Cantarrana. Ayer llevaron a cabo una ruta por la comarca. Ya de vuelta en la ciudad hicieron rugir sus motores en la Avenida Ruta de la Plata. Desde allí partieron hacia el Paseo de Cánovas, en donde fueron recibidos por la alcaldesa, Elena Nevado y en donde disfrutaron de un concierto y un aperitivo con productos de la tierra mientras sus vehículos quedaban expuestos. El castillo de la Arguijuela de Abajo, Patrimonio de la Humanidad, acogió el almuerzo de esta asociación.
Las lluvias que se desencadenaron por la tarde, que fueron intensas por momentos, impidieron que pudiera llevarse a cabo una ruta junto a la Policía Local por las principales calles de la ciudad. La hora prevista para llevar a cabo este desfile eran las siete de la tarde, momento en el que decidieron guardar sus vehículos.
El hotel Extremadura, lugar de concentración de estos visitantes con ruedas fue el lugar en el que se puso el punto y final de esta cita con una cena de gala, entrega de premios, dj y humorista.
TITULO: Lazos de sangre - Gran Wyoming - "El palco del Bernabéu es Halloween, la fuente del mal,.
El miercoles -24- octubre a las 21:30 por La 1, foto.
El palco del Bernabéu es Halloween, la fuente del mal"
José Miguel Monzón (1955) es la cara visible de ‘El Intermedio’. Pero sigue sacando tiempo para tocar con Los Insolventes. El próximo concierto, 26 de octubre en La Riviera.
¿De dónde le viene su afición por el Madrid?
Es el equipo universal. Nunca conocí a un niño de mi edad al que no le gustara el fútbol o que no jugara.
¿Y en casa?
Mi padre era del Atleti a muerte. Pero a muerte. Y el hermano de mi madre, que era del Madrid, para que no fuéramos tan desgraciados como mi padre, nos hizo socios como regalo de comunión. A los tres hermanos. Y nos pagó las cuotas hasta que fuimos mayorcitos… Porque mi padre decía que nanai, que él no pagaba carnets al enemigo.
Sí que era del Atlético, sí...
Era el socio 125 fundacional. Habría sido el número uno, seguro, si no se quita en la época de Jesús Gil. Ahí se encabronó.
¿Y usted, sigue siendo socio?
Me borré cuando me hice hippie...
¿Y eso cuándo fue?
Después de un viaje a Ámsterdam que hice cuando estudiaba medicina. Volví siendo otro.
¿Qué vio allí?
Era el año 72, y aquí estaba Franco puro y duro. Esto era un mundo de represión total donde no pasaba nada porque la ciudad estaba tomada y tú no te dabas ni cuenta.
¿A qué se refiere?
A que estabas acostumbrado. La plaza de Atocha estaba llena de antidisturbios, de tanquetas, y Cibeles, y la Puerta del Sol. ¡Pero tú no los veías porque formaban parte del paisaje! Yo nací así, en una ciudad tomada.
Hablaba de Ámsterdam…
De repente me encontré allí con el mundo hippie en todo su esplendor. Antes de que pasaran a ser perroflautas, a los hippies se les trataba con mucho respeto. Y la ciudad les había cedido el Vondelpark para que estuvieran allí, porque era gente que en realidad iba de camino a la India.
¿Si no hubiera ido a Ámsterdam ahora sería médico?
Probablemente sí. Claro, allí estaba la gente tocando la guitarrita, fumando porros… ¿Pero esto qué cojones es? ¿Cómo puede existir este mundo tan distinto al que yo habito?
Volviendo al fútbol, ¿qué tipo de aficionado es usted?
Depende del ambiente. Grito menos si estoy solo y me exalto como un loco cuando estoy con gente, como en la última final de la Champions, porque además era mi cumpleaños, que yo soy de San Isidro y lo celebré en casa. Y, aparte de la intoxicación etílica, gritamos mucho, sí.
Hasta que Cristiano les dejó fríos, supongo...
Yo no soy muy cristianista. Para mí era como el hijo del director del cole o como el hijo del entrenador. El juego consistía en coger la pelota y echársela a él. Y, sin quitarle mérito, cuando él estaba me costaba ver un estilo de juego como tiene, o tenía, el Barça. Para mí, un paradigma de estilo de juego era, por ejemplo, el que tenía el Madrid de la Quinta del Buitre.
¿Le caía mal Cristiano?
No sentí pena cuando se fue. Y eso que yo entiendo el fútbol como algo más funcionarial, como en la época en blanco y negro en la que las estrellas se jubilaban cuando a ellas les daba la gana. Y a mí me parecía bien. Yo he visto a Gento en un campo cuando le echaban balones largos y no llegaba. Y el tío seguía jugando. Y se fue porque se retiró él. Y la afición les tenía como ídolos independientemente de que no estuvieran en su mejor momento.
¿Cuáles son los primeros recuerdos que tiene del fútbol profesional?
Pues son del Atlético. Me llevaba mi padre de la mano al Metropolitano y veía a Mendonça, Cardona, Ufarte… ¡A Collar!
¿Y cómo recuerda aquellos domingos?
Pues un poco en nebulosa. Iba acojonado, casi no veía el partido de tan chiquitín que era, muy pequeño. Pensaba que si soltaba la mano de mi padre y me perdía no le iba a ver nunca más, y eso me aterrorizaba. Había una multitud a la que yo le llegaría por la rodillas.
¿Dónde vivían?
En el barrio de la ‘Prospe’. Allí ni llegaba el metro ni nada, estábamos aislados. Era un microcosmos, y en la calle donde mi madre tenía la farmacia estaba la lechería, la panadería, la tienda de ultramarinos… Todo se solucionaba en una calle.
Dibuja una España en blanco y negro…
Y las calles eran de tierra. Estaba al lado del Bernabéu. Yo vivía en la calle Marcenado, que va de López de Hoyos a Pradillo. Ahora eso es el centro, pero yo le hablo de los primeros 60.
Hijo de la boticaria, no pasarían penurias…
Y mi padre era funcionario, clase media-bien. Cuando yo tendría 13 años mi padre se compró un Seat 1.500, que lo recuerdo gigante, y cuando veo alguno ahora es hasta chiquito. Y ahí nos metíamos mis padres, mis cuatro hermanos y alguna chica que venía a cuidarnos… y p’alante.
¿Y sus primeros recuerdos de ir al Bernabéu?
Pues entonces los socios íbamos a los fondos y no había asientos. Esto significaba que cuando abrían las puertas había que salir a toda leche y pillar barandilla, porque si no, no veías el partido. Tenías que estar en primera fila para verlo bien. En realidad abrían por las esquinas y entraban filas de carritos de minusválidos. Y detrás de ellos, empujando, toda la peña del barrio que se colaba. A cada carrito lo empujaban seis u ocho tíos (risas). Y esos luego saltaban la valla y ya se metían donde estábamos nosotros. Era una agonía…
¿Y sobre el césped?
¡Yo he visto a Di Stéfano! Era como una especie de dios...
¿El primer jugador que le fascinó?
En realidad fue Amancio. Tenía un regate… Antes se jugaba con cinco delanteros. Era un 3-2-5. Amancio era extremo. Un figura. Y luego había una cosa muy curiosa de aquel fútbol en blanco y negro. Que si te regateaban era como jugar a la Tula, estabas eliminado. El tío regateado se quedaba quieto y dejaba de participar (risas). La verdad es que se corría la décima parte de lo que se corre ahora.
¿Usted jugaba al fútbol?
Yo hacía lo que podía, era malillo. Llegué con cierto retraso porque en el Ramiro de Maeztu jugaba al baloncesto, aquello era otra pasión porque el equipo del colegio estaba en Primera.
¿Le corresponden sus hijos a su pasión por el Madrid?
A la mayor le da igual, y el niño y la más pequeña son del Madrid, sí. La pequeña ha salido futbolera…
¿Echa de menos un Madrid femenino?
Supongo que será por la era del fútbol como negocio. Florentino no verá dinero y dirá que es una pérdida de tiempo. Porque ahora el fútbol tiene eso, que haces un fichaje gordo y no lo puedes sentar porque automáticamente baja en la bolsa. Y tiene que jugar por huevos…
¿Habla de Bale en temporadas anteriores?
O de Benzema, o de otros que tienen el puesto fijo. Y eso dificulta mucho la labor del entrenador, que no puede dar continuidad al que sale diez minutos y se lo curra.
Claro…
Mire, yo ahora soy del Madrid y no soy madridista. Extraño, sí. Una de las cosas que me ha apartado del madridismo es el caso Casillas...
No me diga.
A muerte con él. El legado de Mourinho fue horroroso.
¿Qué le parecía el personaje?
Horroroso. Nefasto. No me interesa como ser. Pero le consintieron mucho. Y Casillas es alguien que ha hecho mucho por el Madrid. ¡Pero mucho! Y lo que le hicieron no es algo propio del Madrid que yo conocí toda la vida, que es precisamente lo que le diferenciaba de otros equipos.
¿Lo cree?
Yo me acuerdo de Zubizarreta en el Barça, que llegó de un Mundial y se enteró de que ya no formaba parte de la entidad. Y esto en el Madrid no pasaba, ni de coña.
¿Cuándo empieza a pasar?
Es esa época. Ni Raúl ni Hierro se fueron bien del Madrid, y el club jamás había tratado así a sus futbolistas, y esto es Florentino, evidentemente. Por esta cuestión es un personaje que no me cae bien. Lleva esto como si fuera una más de sus empresas. Y el Madrid tenía otra vinculación más emocional.
¿Y por qué cree que pasa esto?
Por dinero. El fútbol se ha convertido en una fuente de poder brutal. Tu ves el palco del Madrid de una final y ahí está todo contado. El Rey, el presidente del Gobierno, el de la Comunidad, el alcalde… Está todo dios. ¿Es realmente casual que en una época todos los presidentes de fútbol fueran grandes constructores? ¿Pero por qué leches es eso? Porque en el palco se habla de lo que se tiene que hablar.
¿A usted le han invitado al palco del Bernabéu?
No, pero es que yo no quiero ir. Me da mal rollo, mala vibración. Para mí eso es Halloween, la fuente del mal. Sinceramente creo que esa es la gente que jode a los paisanos…
Lo tiene claro.
Santiago Bernabéu, con todo lo que se dice de él, es un hombre que murió siendo pobre.
¿Sigue siendo el fútbol el opio del pueblo?
Usted me hablaba de la diferencia entre el fútbol de antes y el de ahora. Y aquel de antes, como mucho, era un sistema de alienación durante la dictadura que consistía en dar fútbol a todas horas. El 1 de mayo, sin ir más lejos, se ponía un partidazo de postín siempre. Pero no era una fuente de ingresos, un polo de poder real, como es ahora. El fútbol ha sido un medio de desarrollo brutal para muchos presidentes de equipos. Han hecho muchísimo dinero fuera del fútbol gracias al fútbol.
¿No tiene miedo Wyoming a hablar de esta manera?
Bueno, yo tengo una Constitución que me ampara, y como son todos constitucionalistas, todos van a dar la cara por mí y me van a defender a muerte.
¿Cómo interpreta el hecho de que Florentino diera la espantada del Madrid en 2006 y que en 2009 volviera?
No lo sé… Lo que sé es que la modificación de Estatutos que ha hecho le garantiza ahora su permanencia como presidente. Con el tiempo se acaba aprendiendo y acabas creando una estructura para perpetuarte.
¿Sigue esos temas?
Me llegan. Cuando veo la modificación que hizo, pienso: “Esto lo ha hecho a mayor gloria de su perfil. Voy a hacer unos Estatutos que digan que Florentino tiene que ser presidente para siempre”.
Hubo debate sobre ese tema.
Y sólo le faltó decir: “Y otra condición es que se llame Florentino”. Pero esa no la llegó a poner.
Pero son los socios compromisarios (poco más de 2.000 sobre el total de 93.606) los que votan esos Estatutos.
Y si quieres ser compromisario, o eres de la cuerda, o no vas a entrar. Y se crea una estructura de fieles.
¿Cómo explica que el socio no diga nada ante eso?
Yo es que al socio del Madrid no le entiendo bien. A veces renuncian a privilegios que tienen a cambio de nada. Puede que piensen que si tienen al hombre más poderoso al frente de la entidad, este terminará haciendo los mejores fichajes. Pero es que esto a mí me da igual...
¿No cree que el Madrid también ha perdido esa capacidad de fichar a los más grandes?
Y da la casualidad de que ahora el equipo me gusta más. Los Isco, Ceballos, Asensio y compañía me parecen unos cracks. Yo el fútbol con el que más disfruté fue con el de la Quinta del Buitre. Porque tenían un estilo definido. Y no ganaron la Champions, pero me da igual porque se inventaron un estilo, y eso es como yo qué sé, como cuando Picasso se inventa el cubismo. Y ahí hay que morir. ¡Estos tíos son unos genios, están inventando un nuevo fútbol! ¡Están echando la pelota donde no hay nadie, aparece un tío, y mete gol! Y cuando Butragueño pisaba la pelota y se quedaba quieto… ¡Aquello nunca se había visto!
¿Está a favor de reformar el Bernabéu por 575 millones?
Son pelotazos en los que se benefician los que lo hacen. Lo que pasa es que el Madrid, aunque aún se vive con pasión, se convierte en un objeto de consumo más. Antes, estaba muy incorporado al sentimiento de la ciudad, no tanto a la globalidad.
¿Por qué cree que se fue Zidane?
Creo que tenía una autoridad por encima que no le convencía, porque a él se le veía a gusto y estaba consiguiendo cosas.
Dígame, ¿se encuentra cómodo en la tele en el papel de azote de los políticos?
Estoy muy cansado, muy traumatizado. Yo no soy periodista, vengo del mundo del espectáculo, pero he terminado haciendo un trabajo que se parece más al del periodista. Sandra Sabatés da los datos y yo hago las gracietas, pero con todo, yo estoy recibiendo todo el rato.
Y no se encuentra...
No al cien por cien. Hay veces que digo cosas que no me apetece o se hace burla de compañeros que me caen bien y no me hace gracia que se metan con ellos…
¿Hay alguien a quien disfrute zurrando?
Yo soy de los que le gusta apuntar hacia arriba. Lo que está claro es que podríamos vivir en un mundo mejor.
El principal conglomerado de la industria del entretenimiento de EE UU se libera así de un extrano e imposible romance con la persona que, en su anterior etapa de agente de actores, fue definido como un implacable tiburón financiero y el individuo más poderoso de Hollywood.Michael Eisner, el ejecutivo en jefe de la Walt Disney Company, logró hace un año que Ovitz aceptara el cargo de segundo de a bordo, con un salario anual de un millón de dólares pero con otros muchos incentivos y bonificaciones. Pero los dos michaels no se entienden. El anuncio del jueves hizo temblar a Hollywood, pese a haber sido una ruptura ampliamente prevista. Las acciones de Disney bajaron dos puntos después de la dimisión, pero los analistas han adelantado que la tendencia pronto será al alza.
La práctica totalidad de los medios de comunicación de EE UU han estado vigilando de cerca la tarea del ex-agente de Hollywood en la Disney, sobre la que se ha dicho que carecía de definición y pecaba de un exceso de ambición a la hora de pisar el terreno de otros ejecutivos. En concreto, se acusó a Ovitz de querer meter demasiado el hocico en la ABC, la cadena de televisión que Walt Disney Company compró en 1995 por 19.000 millones de dólares. Otras fuentes le criticaban por su falta de experiencia como adniinistrador de una empresa, más amigo de la publicidad y el poder absoluto que de la laboriosidad humilde propia de su predecesor en Disney, Frank Wells (quien falleció en un accidente de aviación en 1994).
La saga Ovitz-Disney no ha sido especialmente fructífera en términos de productividad, y los proyectos y contratos que el ya ex-presidente llevó a cabo, como un acuerdo de publicidad con McDonald's, no fueron en su mayoría logros personales.
El The New York Times estima que Ovitz se va de Disney con 50 millones de dólares en metálico y otros 40 millones en acciones. Sin embargo. la revista Variety calcula que su primer año en Disney le saldrá a Ovitz por 140 o 160 millones.
En la tuya o en la mía', presentado por Bertín Osborne, acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en La 1 a las 22:30, el miercoles -31- Octubre , etc.
MI CASA ES LA TUYA -', presentado por Bertín Osborne, acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en Telecinco a las 22:00, el viernes -2 -Noviembre , etc.
foto / El ejército británico no utilizaba habitualmente el término No Man's land cuando llegó a Francia en 1914.,5
los términos más utilizados a comienzos de la Gran Guerra para
describir el terreno situado entre las líneas de trincheras eran 'entre
las trincheras' o 'entre las líneas'.5
El término 'no man's land' fue utilizado por primera vez en un contexto militar por el soldado e historiador Ernest Swinton en su breve historia The Point of View (El punto de vista).1
Swinton utilizó el término en la correspondencia militar del Frente
Occidental, mencionando específicamente el término en referencia a la
operación de la carrera al mar de finales de 1914.5 Durante la Tregua de Navidad
anglogermana de 1914 el término comenzó a utilizarse de forma común y
habitual, apareciendo con frecuencia en los comunicados oficiales,
noticias de los periódicos y en la correspondencia personal de los
soldados del ejército británico.5
Durante la Primera Guerra Mundial, atravesar la tierra de nadie a menudo resultaba una experiencia infernal para los soldados, que tenía que recorrer varias decenas o cientos de metros (en algunos casos una distancia de tan sólo 15 m) expuestos al fuego enemigo. La tierra de nadie estaba defendida por las ametralladoras y rifles de ambos bandos, y a menudo estaba repleta de minas y de alambre de espinos, así como de los cuerpos de soldados muertos y heridos que no habían sido capaces de atravesar la lluvia de explosiones y balas. La tierra de nadie a menudo quedaba devastada por las explosiones e impactos de artillería, expuesta al fuego de las trincheras enemigas que trataban de impedir cualquier avance del adversario. Sin embargo, los soldados no sólo se veían obligados a atravesar la tierra de nadie cuando trataban de avanzar, sino también cuando tenían que retroceder, o cuando tenían que salir de la protección de las trincheras para recoger a los heridos.
El poeta británico Wilfred Owen, que murió en servicio durante la Gran Guerra, escribió en un par de cartas:4
Es el equipo universal. Nunca conocí a un niño de mi edad al que no le gustara el fútbol o que no jugara.
¿Y en casa?
Mi padre era del Atleti a muerte. Pero a muerte. Y el hermano de mi madre, que era del Madrid, para que no fuéramos tan desgraciados como mi padre, nos hizo socios como regalo de comunión. A los tres hermanos. Y nos pagó las cuotas hasta que fuimos mayorcitos… Porque mi padre decía que nanai, que él no pagaba carnets al enemigo.
Sí que era del Atlético, sí...
Era el socio 125 fundacional. Habría sido el número uno, seguro, si no se quita en la época de Jesús Gil. Ahí se encabronó.
¿Y usted, sigue siendo socio?
Me borré cuando me hice hippie...
¿Y eso cuándo fue?
Después de un viaje a Ámsterdam que hice cuando estudiaba medicina. Volví siendo otro.
¿Qué vio allí?
Era el año 72, y aquí estaba Franco puro y duro. Esto era un mundo de represión total donde no pasaba nada porque la ciudad estaba tomada y tú no te dabas ni cuenta.
¿A qué se refiere?
A que estabas acostumbrado. La plaza de Atocha estaba llena de antidisturbios, de tanquetas, y Cibeles, y la Puerta del Sol. ¡Pero tú no los veías porque formaban parte del paisaje! Yo nací así, en una ciudad tomada.
Hablaba de Ámsterdam…
De repente me encontré allí con el mundo hippie en todo su esplendor. Antes de que pasaran a ser perroflautas, a los hippies se les trataba con mucho respeto. Y la ciudad les había cedido el Vondelpark para que estuvieran allí, porque era gente que en realidad iba de camino a la India.
¿Si no hubiera ido a Ámsterdam ahora sería médico?
Probablemente sí. Claro, allí estaba la gente tocando la guitarrita, fumando porros… ¿Pero esto qué cojones es? ¿Cómo puede existir este mundo tan distinto al que yo habito?
Volviendo al fútbol, ¿qué tipo de aficionado es usted?
Depende del ambiente. Grito menos si estoy solo y me exalto como un loco cuando estoy con gente, como en la última final de la Champions, porque además era mi cumpleaños, que yo soy de San Isidro y lo celebré en casa. Y, aparte de la intoxicación etílica, gritamos mucho, sí.
Hasta que Cristiano les dejó fríos, supongo...
Yo no soy muy cristianista. Para mí era como el hijo del director del cole o como el hijo del entrenador. El juego consistía en coger la pelota y echársela a él. Y, sin quitarle mérito, cuando él estaba me costaba ver un estilo de juego como tiene, o tenía, el Barça. Para mí, un paradigma de estilo de juego era, por ejemplo, el que tenía el Madrid de la Quinta del Buitre.
¿Le caía mal Cristiano?
No sentí pena cuando se fue. Y eso que yo entiendo el fútbol como algo más funcionarial, como en la época en blanco y negro en la que las estrellas se jubilaban cuando a ellas les daba la gana. Y a mí me parecía bien. Yo he visto a Gento en un campo cuando le echaban balones largos y no llegaba. Y el tío seguía jugando. Y se fue porque se retiró él. Y la afición les tenía como ídolos independientemente de que no estuvieran en su mejor momento.
¿Cuáles son los primeros recuerdos que tiene del fútbol profesional?
Pues son del Atlético. Me llevaba mi padre de la mano al Metropolitano y veía a Mendonça, Cardona, Ufarte… ¡A Collar!
¿Y cómo recuerda aquellos domingos?
Pues un poco en nebulosa. Iba acojonado, casi no veía el partido de tan chiquitín que era, muy pequeño. Pensaba que si soltaba la mano de mi padre y me perdía no le iba a ver nunca más, y eso me aterrorizaba. Había una multitud a la que yo le llegaría por la rodillas.
¿Dónde vivían?
En el barrio de la ‘Prospe’. Allí ni llegaba el metro ni nada, estábamos aislados. Era un microcosmos, y en la calle donde mi madre tenía la farmacia estaba la lechería, la panadería, la tienda de ultramarinos… Todo se solucionaba en una calle.
Dibuja una España en blanco y negro…
Y las calles eran de tierra. Estaba al lado del Bernabéu. Yo vivía en la calle Marcenado, que va de López de Hoyos a Pradillo. Ahora eso es el centro, pero yo le hablo de los primeros 60.
Hijo de la boticaria, no pasarían penurias…
Y mi padre era funcionario, clase media-bien. Cuando yo tendría 13 años mi padre se compró un Seat 1.500, que lo recuerdo gigante, y cuando veo alguno ahora es hasta chiquito. Y ahí nos metíamos mis padres, mis cuatro hermanos y alguna chica que venía a cuidarnos… y p’alante.
¿Y sus primeros recuerdos de ir al Bernabéu?
Pues entonces los socios íbamos a los fondos y no había asientos. Esto significaba que cuando abrían las puertas había que salir a toda leche y pillar barandilla, porque si no, no veías el partido. Tenías que estar en primera fila para verlo bien. En realidad abrían por las esquinas y entraban filas de carritos de minusválidos. Y detrás de ellos, empujando, toda la peña del barrio que se colaba. A cada carrito lo empujaban seis u ocho tíos (risas). Y esos luego saltaban la valla y ya se metían donde estábamos nosotros. Era una agonía…
¿Y sobre el césped?
¡Yo he visto a Di Stéfano! Era como una especie de dios...
¿El primer jugador que le fascinó?
En realidad fue Amancio. Tenía un regate… Antes se jugaba con cinco delanteros. Era un 3-2-5. Amancio era extremo. Un figura. Y luego había una cosa muy curiosa de aquel fútbol en blanco y negro. Que si te regateaban era como jugar a la Tula, estabas eliminado. El tío regateado se quedaba quieto y dejaba de participar (risas). La verdad es que se corría la décima parte de lo que se corre ahora.
¿Usted jugaba al fútbol?
Yo hacía lo que podía, era malillo. Llegué con cierto retraso porque en el Ramiro de Maeztu jugaba al baloncesto, aquello era otra pasión porque el equipo del colegio estaba en Primera.
¿Le corresponden sus hijos a su pasión por el Madrid?
A la mayor le da igual, y el niño y la más pequeña son del Madrid, sí. La pequeña ha salido futbolera…
¿Echa de menos un Madrid femenino?
Supongo que será por la era del fútbol como negocio. Florentino no verá dinero y dirá que es una pérdida de tiempo. Porque ahora el fútbol tiene eso, que haces un fichaje gordo y no lo puedes sentar porque automáticamente baja en la bolsa. Y tiene que jugar por huevos…
¿Habla de Bale en temporadas anteriores?
O de Benzema, o de otros que tienen el puesto fijo. Y eso dificulta mucho la labor del entrenador, que no puede dar continuidad al que sale diez minutos y se lo curra.
Claro…
Mire, yo ahora soy del Madrid y no soy madridista. Extraño, sí. Una de las cosas que me ha apartado del madridismo es el caso Casillas...
No me diga.
A muerte con él. El legado de Mourinho fue horroroso.
¿Qué le parecía el personaje?
Horroroso. Nefasto. No me interesa como ser. Pero le consintieron mucho. Y Casillas es alguien que ha hecho mucho por el Madrid. ¡Pero mucho! Y lo que le hicieron no es algo propio del Madrid que yo conocí toda la vida, que es precisamente lo que le diferenciaba de otros equipos.
¿Lo cree?
Yo me acuerdo de Zubizarreta en el Barça, que llegó de un Mundial y se enteró de que ya no formaba parte de la entidad. Y esto en el Madrid no pasaba, ni de coña.
¿Cuándo empieza a pasar?
Es esa época. Ni Raúl ni Hierro se fueron bien del Madrid, y el club jamás había tratado así a sus futbolistas, y esto es Florentino, evidentemente. Por esta cuestión es un personaje que no me cae bien. Lleva esto como si fuera una más de sus empresas. Y el Madrid tenía otra vinculación más emocional.
¿Y por qué cree que pasa esto?
Por dinero. El fútbol se ha convertido en una fuente de poder brutal. Tu ves el palco del Madrid de una final y ahí está todo contado. El Rey, el presidente del Gobierno, el de la Comunidad, el alcalde… Está todo dios. ¿Es realmente casual que en una época todos los presidentes de fútbol fueran grandes constructores? ¿Pero por qué leches es eso? Porque en el palco se habla de lo que se tiene que hablar.
¿A usted le han invitado al palco del Bernabéu?
No, pero es que yo no quiero ir. Me da mal rollo, mala vibración. Para mí eso es Halloween, la fuente del mal. Sinceramente creo que esa es la gente que jode a los paisanos…
Lo tiene claro.
Santiago Bernabéu, con todo lo que se dice de él, es un hombre que murió siendo pobre.
¿Sigue siendo el fútbol el opio del pueblo?
Usted me hablaba de la diferencia entre el fútbol de antes y el de ahora. Y aquel de antes, como mucho, era un sistema de alienación durante la dictadura que consistía en dar fútbol a todas horas. El 1 de mayo, sin ir más lejos, se ponía un partidazo de postín siempre. Pero no era una fuente de ingresos, un polo de poder real, como es ahora. El fútbol ha sido un medio de desarrollo brutal para muchos presidentes de equipos. Han hecho muchísimo dinero fuera del fútbol gracias al fútbol.
¿No tiene miedo Wyoming a hablar de esta manera?
Bueno, yo tengo una Constitución que me ampara, y como son todos constitucionalistas, todos van a dar la cara por mí y me van a defender a muerte.
¿Cómo interpreta el hecho de que Florentino diera la espantada del Madrid en 2006 y que en 2009 volviera?
No lo sé… Lo que sé es que la modificación de Estatutos que ha hecho le garantiza ahora su permanencia como presidente. Con el tiempo se acaba aprendiendo y acabas creando una estructura para perpetuarte.
¿Sigue esos temas?
Me llegan. Cuando veo la modificación que hizo, pienso: “Esto lo ha hecho a mayor gloria de su perfil. Voy a hacer unos Estatutos que digan que Florentino tiene que ser presidente para siempre”.
Hubo debate sobre ese tema.
Y sólo le faltó decir: “Y otra condición es que se llame Florentino”. Pero esa no la llegó a poner.
Pero son los socios compromisarios (poco más de 2.000 sobre el total de 93.606) los que votan esos Estatutos.
Y si quieres ser compromisario, o eres de la cuerda, o no vas a entrar. Y se crea una estructura de fieles.
¿Cómo explica que el socio no diga nada ante eso?
Yo es que al socio del Madrid no le entiendo bien. A veces renuncian a privilegios que tienen a cambio de nada. Puede que piensen que si tienen al hombre más poderoso al frente de la entidad, este terminará haciendo los mejores fichajes. Pero es que esto a mí me da igual...
¿No cree que el Madrid también ha perdido esa capacidad de fichar a los más grandes?
Y da la casualidad de que ahora el equipo me gusta más. Los Isco, Ceballos, Asensio y compañía me parecen unos cracks. Yo el fútbol con el que más disfruté fue con el de la Quinta del Buitre. Porque tenían un estilo definido. Y no ganaron la Champions, pero me da igual porque se inventaron un estilo, y eso es como yo qué sé, como cuando Picasso se inventa el cubismo. Y ahí hay que morir. ¡Estos tíos son unos genios, están inventando un nuevo fútbol! ¡Están echando la pelota donde no hay nadie, aparece un tío, y mete gol! Y cuando Butragueño pisaba la pelota y se quedaba quieto… ¡Aquello nunca se había visto!
¿Está a favor de reformar el Bernabéu por 575 millones?
Son pelotazos en los que se benefician los que lo hacen. Lo que pasa es que el Madrid, aunque aún se vive con pasión, se convierte en un objeto de consumo más. Antes, estaba muy incorporado al sentimiento de la ciudad, no tanto a la globalidad.
¿Por qué cree que se fue Zidane?
Creo que tenía una autoridad por encima que no le convencía, porque a él se le veía a gusto y estaba consiguiendo cosas.
Dígame, ¿se encuentra cómodo en la tele en el papel de azote de los políticos?
Estoy muy cansado, muy traumatizado. Yo no soy periodista, vengo del mundo del espectáculo, pero he terminado haciendo un trabajo que se parece más al del periodista. Sandra Sabatés da los datos y yo hago las gracietas, pero con todo, yo estoy recibiendo todo el rato.
Y no se encuentra...
No al cien por cien. Hay veces que digo cosas que no me apetece o se hace burla de compañeros que me caen bien y no me hace gracia que se metan con ellos…
¿Hay alguien a quien disfrute zurrando?
Yo soy de los que le gusta apuntar hacia arriba. Lo que está claro es que podríamos vivir en un mundo mejor.
TITULO: VUELTA AL COLE - Michael Ovitz,.
La dimisión de Ovitz abre una crisis en Disney tras un año de conflictos, foto.
La dimisión el jueves del presidente de Walt Disney Company, Michael Ovitz, puso fin a un año de conflictos en la compañía, a pesar de que anunciara que abandona su puesto de mutuo acuerdo con el número uno de la compañía, Michael Eisner. Ovitz explicó en un comunicado su deseo de "eliminar una distracción innecesaria para una gran empresa". Las acciones de Disney cayeron ayer ligeramente.El principal conglomerado de la industria del entretenimiento de EE UU se libera así de un extrano e imposible romance con la persona que, en su anterior etapa de agente de actores, fue definido como un implacable tiburón financiero y el individuo más poderoso de Hollywood.Michael Eisner, el ejecutivo en jefe de la Walt Disney Company, logró hace un año que Ovitz aceptara el cargo de segundo de a bordo, con un salario anual de un millón de dólares pero con otros muchos incentivos y bonificaciones. Pero los dos michaels no se entienden. El anuncio del jueves hizo temblar a Hollywood, pese a haber sido una ruptura ampliamente prevista. Las acciones de Disney bajaron dos puntos después de la dimisión, pero los analistas han adelantado que la tendencia pronto será al alza.
La práctica totalidad de los medios de comunicación de EE UU han estado vigilando de cerca la tarea del ex-agente de Hollywood en la Disney, sobre la que se ha dicho que carecía de definición y pecaba de un exceso de ambición a la hora de pisar el terreno de otros ejecutivos. En concreto, se acusó a Ovitz de querer meter demasiado el hocico en la ABC, la cadena de televisión que Walt Disney Company compró en 1995 por 19.000 millones de dólares. Otras fuentes le criticaban por su falta de experiencia como adniinistrador de una empresa, más amigo de la publicidad y el poder absoluto que de la laboriosidad humilde propia de su predecesor en Disney, Frank Wells (quien falleció en un accidente de aviación en 1994).
La saga Ovitz-Disney no ha sido especialmente fructífera en términos de productividad, y los proyectos y contratos que el ya ex-presidente llevó a cabo, como un acuerdo de publicidad con McDonald's, no fueron en su mayoría logros personales.
El The New York Times estima que Ovitz se va de Disney con 50 millones de dólares en metálico y otros 40 millones en acciones. Sin embargo. la revista Variety calcula que su primer año en Disney le saldrá a Ovitz por 140 o 160 millones.
TITULO:
EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA -En
la tuya o en la mía - Miercoles -31- Octubre - ENTREVISTA A AL PACINO,.
En la tuya o en la mía - Miercoles -31- Octubre,.
En la tuya o en la mía', presentado por Bertín Osborne, acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en La 1 a las 22:30, el miercoles -31- Octubre , etc.
EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - ENTREVISTA A AL PACINO,.
ENTREVISTA A AL PACINO,.
¿Jubilarme? No sé qué significa esa palabra”,.
foto / Al Pacino es uno de los grandes. A los 72 años, el actor no se plantea la retirada,.
El tiempo, el teatro y los amigos han sido su antídoto frente al peso de una fama que vivió como una carga,.
Bohemio o indigente? ¿Estrella por encima del bien y del mal o simplemente descuidado? Tiene las uñas negruzcas, la chaqueta de cuero raída y el aspecto algo desaseado. Pero ese que está colgado de su móvil en el hotel Four Seasons de Los Ángeles, en pleno corazón de Beverly Hills, es Al Pacino. Así que de indigente, nada. Estrella indiscutible, una de las mejores de su generación, uno de los pocos actores con mayúsculas que van quedando junto a Robert De Niro, Dustin Hoffman y, quizá, Robert Redford. Bohemio siempre, y más ahora, con esos pelos que parecen no haber visto un peine en años y que con toda seguridad intentan encubrir la calvicie que conlleva el paso de toda una vida, un último intento de conservar el aire de juventud desenfadada que sus 72 años dejaron atrás. Los dos libros que alberga en sus bolsillos, convertidos en alforjas de una cultura de la que no se separa, también contribuyen a su aire desmadejado. Los dos volúmenes, el Otelo de Shakespeare en el bolsillo derecho y la biografía de Edward G. Robinson en el izquierdo, están bien leídos. Su charla resulta salpicada con citas de otros. Porque Pacino, este hijo del Bronx neoyorquino y de la posguerra mundial, sobre todo es actor escondiendo su timidez en las palabras de otros. Allí encuentra su refugio de una fama que le ha perseguido a su pesar toda la vida. Porque uno no puede interpretar El padrino, Tarde de perros, Serpico o Esencia de mujer y pasar desapercibido. Por eso, si existía algún aire de frialdad y descuido, desaparece con el abrazo y el par de besos con que saluda.
A Pacino no le gustan las
entrevistas y suele evitarlas todo lo posible, pero hoy está juguetón.
Le divierte tanto su último trabajo, una película pequeña y casi independiente titulada Tipos legales
(estreno en España el 12 de abril), que trae en su pecho el tatuaje
grabado de su personaje, una cabeza de león que aflora bajo las cadenas
con crucifijos. El actor tiene ganas de hablar, de confesar que ha
vivido, y su último trabajo es su mejor excusa para echar la vista atrás
a toda una vida.
PREGUNTA: ¿Por qué rompe ahora su habitual silencio?
RESPUESTA: No me prodigo mucho en entrevistas,
pero eso lo hace ahora más entretenido. Me lo tomo como una novedad. Y
por una vez no me importa. Me pareció que sería divertido, y en los
tiempos que corren sé que Tipos legales es una película pequeña
que se perdería sin mi ayuda. Así que aquí estoy. Además, me gusta
hablar. Pero, como mi tatuaje, nada es permanente.
P: ¿Qué tiene Tipos legales para devolverle al cine?
R: Dicen que
algunos papeles son tu centro de gravedad, tu timón. A mí me resulta
difícil de decir, porque se me ha olvidado todo lo que hice antes, pero
estoy acostumbrado a leer guiones y la cadencia de esta historia de
tipos que han vivido, su autenticidad, hace fácil para un actor como yo
enamorarse del trabajo.
Los años setenta fueron un renacimiento. Tuve la suerte de estar allí”
P: ¿Qué le mueve a aceptar un papel a estas alturas de su carrera?
R: La historia, el
rodaje en Los Ángeles, que me permitía estar cerca de mis hijos
pequeños; mi amistad con Fisher [Stevens, su director], una persona muy
especial que conocí como actor y sabe cómo dirigir aunque esta sea su
primera película. Todo eso. Antes, mi única motivación era el guion.
Ahora hay un montón de factores.
P: ¿Qué tuvo la década de los setenta que no exista ahora? ¿Fue mejor o es pura nostalgia?
R: Yo también lo
pienso. ¿Fueron obras maestras o somos unos sentimentales? Es fácil
pensar que lo pasado fue mejor, pero también es cierto que se dan
momentos en los que confluyen factores que propician el nacimiento de
algo nuevo. Pero sí, el pasado siempre fue mejor, ¿no? Los setenta
fueron un renacimiento, ocurrieron cosas que han hecho correr ríos de
tinta. Yo tuve la suerte de estar allí, de participar en un par de
películas de esas que lo cambiaron todo. Lo que hacíamos en cine, dar
una visión sociopolítica de nuestro mundo o como lo quieras llamar, hoy
se hace en la televisión. O en la prensa. Pero nosotros estuvimos en el
centro de lo que pasaba.
P: ¿Fue consciente del momento que vivía?
R: Probablemente. Recuerdo el rodaje de Tarde de perros.
Todos sentimos que era el comienzo de algo. ¿Recuerda la escena del
repartidor de pizza, el circo mediático que le rodea y cómo sale
diciendo eso de “soy una estrella”? Recuerdo que en ese momento Sidney
Lumet se me acercó y me dijo al oído: “Se nos va de las manos. Esto se
nos escapa”. Sí, lo veíamos mejor que nadie, la sed de fama, aunque
fuera por un minuto, la invasión de los medios de comunicación. Lo vimos
con claridad porque lo estábamos viviendo.
El triunfo de un chico de barrio
'El padrino’ y su ‘ahijado’. El papel de Michael
Corleone en la cinta dirigida por Francis Ford Coppola en 1972 marcó la
carrera de un actor considerado como uno de los grandes.
Alfredo James Pacino, Al Pacino, nació en Nueva York el 25 de abril de 1940. Se crio en el barrio del Bronx, en un hogar roto. Fue mal estudiante y tuvo dificultades económicas. En 1966 puso los pies en el prestigioso Actors Studio de Lee Strasberg. El Método le marcó, igual que a otros muchos actores de la década de los setenta del pasado siglo.
Teatro y cine, ida y vuelta. Al Pacino debutó en el teatro. Rodó su primer largometraje en 1969, Yo, Natalie. Ha alternado escenarios y platós. Entre sus películas figuran Serpico (1973), Tarde de perros (1975) o Esencia de mujer (1992), que le valió el Oscar. Sobre las tablas ha representado piezas de Shakespeare como El mercader de Venecia.
Amigos, partidas de póquer. Pacino asegura que su vacuna contra el ego han sido el teatro, el tiempo y los amigos, con los que disfruta y juega a las cartas. Durante mucho tiempo se sintió superado por la fama, de la que huyó hasta que logró aceptarla.
Alfredo James Pacino, Al Pacino, nació en Nueva York el 25 de abril de 1940. Se crio en el barrio del Bronx, en un hogar roto. Fue mal estudiante y tuvo dificultades económicas. En 1966 puso los pies en el prestigioso Actors Studio de Lee Strasberg. El Método le marcó, igual que a otros muchos actores de la década de los setenta del pasado siglo.
Teatro y cine, ida y vuelta. Al Pacino debutó en el teatro. Rodó su primer largometraje en 1969, Yo, Natalie. Ha alternado escenarios y platós. Entre sus películas figuran Serpico (1973), Tarde de perros (1975) o Esencia de mujer (1992), que le valió el Oscar. Sobre las tablas ha representado piezas de Shakespeare como El mercader de Venecia.
Amigos, partidas de póquer. Pacino asegura que su vacuna contra el ego han sido el teatro, el tiempo y los amigos, con los que disfruta y juega a las cartas. Durante mucho tiempo se sintió superado por la fama, de la que huyó hasta que logró aceptarla.
P: Lumet le consiguió su primera candidatura al Oscar con Serpico, pero antes llegó El padrino. Le puso en el mapa pese a que los estudios no confiaban en su trabajo, al revés que Francis Ford Coppola.
R: Como suelo decir,
me gusta el riesgo, pero no el suicidio. Por eso arriesgo con
directores primerizos como Fisher. Le adoro, y me gusta jugármela con
alguien nuevo. Pero lo haría todo por alguien como Francis [Coppola],
el más independiente de todos los directores. Siempre lo fue y su
corazón estuvo siempre ahí, a contracorriente. Lo malo es que a la vez
que es independiente le gusta pintar grandes lienzos. Ese es su punto
fuerte y su punto débil. Siempre piensa a lo grande, y eso asusta. Es
alguien por quien siento toda la admiración y con quien me gustaría
trabajar más. Porque para mí, quien hace cine es el director. Es la
figura más importante. Podrás contar con buenos actores, con un buen
guion, pero al final las que cuentan son las manos del director. Y a mí
me gusta caer en las mejores.
P: Vuelve al teatro una y otra vez. ¿Qué le da un escenario que no acaba de encontrar en el cine?
R: Supongo que
allí empecé. Me siento más libre, más cercano a ese ambiente, y al
final me da un mayor placer a la hora de expresarme. Es un poco más
cansado. Bueno, un poco bastante, porque no es solo la sesión que
interpretas. Estás en la cuerda floja y te tiene la mente ocupada, la
obra está contigo todo el día. El mercader de Venecia fue agotador. Había rodado la película,
lo interpreté en el programa teatral de Shakespeare en el Parque, en
Nueva York, luego en Broadway. Fue una experiencia muy larga que tuve
que combinar con todas esas otras vidas que tengo como padre, director,
actor [risas].
P: Recientemente estuvo en Broadway con otra obra siempre presente en su carrera, Glengarry Glen Ross.
R: Lo bueno de las
grandes obras es que cada vez son diferentes, aunque yo también me
asombré cuando dije que sí. Hice la película. Ahora la obra… personajes
diferentes. Pero tampoco es tan raro, porque en los viejos tiempos los
actores solían interpretar dos o tres personajes y los repetían una y
otra vez a lo largo de sus carreras. Se hacían famosos por su
interpretación de ese papel. Siempre me gustó la idea y es una de las
grandes ventajas del teatro: cuanto más interpretas un papel, más
interesante lo haces. En Hollywood, el reloj siempre está en marcha.
Nunca hay tiempo.
P: Hablamos de dramas, pero Tipos legales tiene un cierto tono de comedia más cercano a ese filme que por fin le dio el Oscar llamado Esencia de mujer.
R: Es gracioso que
cite esa cinta, porque la idea es similar, personajes que tienen poco
que perder y se dejan llevar por el momento, que quieren vivir la vida
como es. Yo creo que soy una persona divertida. Eso espero. Empecé como
un cómico. Pero luego me atraparon los dramas. El trabajo en El padrino
se impuso sobre cualquier otro papel de mi carrera, sobre la forma en
que me vio el público o la industria desde entonces. Yo sigo pensando
que soy alguien divertido. Mira a De Niro. En esta segunda etapa de su
carrera se ha reinventado como un actor cómico. Es algo increíble y que
pasa con poca frecuencia, pero es muy interesante.
P: ¿Y la jubilación? ¿Alguna vez se le pasa por la cabeza? Hace años, después de Revolución, se distanció una temporada de Hollywood.
R: Esa película
marcó un momento interesante en mi vida. Había roto con alguien que
amaba y me atrajo un filme que hablaba de supervivencia y con un
director en el que creí, Hugh Hudson. ¡Y fue tal fracaso! No es que me
retirara, pero sí es cierto que me dejó sin hacer cine durante cuatro
años. Me sentí desilusionado con la industria. Pero era demasiado joven
para la jubilación.
Vengo de la calle, del bronx. Mi infancia fue siempre una aventura”
P: ¿Y ahora? ¿Qué mantiene viva la llama de la interpretación a los 72 años?
R: ¡Yo también me lo
pregunto! Parafraseando a Oscar Wilde, cada vez que la idea se me pasa
por la cabeza, me echo un rato hasta que se me pasa. Supongo que me
encanta verme en el ambiente que hace posible una buena interpretación.
¿Jubilarme? No sé ni lo que significa esa palabra. ¿Retirarme? ¿A qué?
Si un trabajo me interesa, ¿por qué no hacerlo? Aunque cada vez sean más
difíciles de encontrar.
Pacino es uno de los más claros
exponentes de los actores del Método. Lo suyo no es ni una cara bonita
ni un juego de niños. Sin embargo, su iniciación fue esa, una gracia de
niño para escapar de un hogar roto del que su padre se había marchado;
para huir de una casa con demasiada gente, compartida con sus abuelos,
su madre y algún otro familiar, y como salida a un carácter tímido y
solitario. Fue la película Días sin huella, de Billy Wilder,
que vio un día en el cine con su madre, la que ganó su atención, y su
imitación de un Ray Milland borracho, la que le consiguió un público y,
años después, una carrera. Con el tiempo, la interpretación también le
consiguió una nueva familia donde maestros como Lee Strasberg,
productores como Joe Papp o Marty Bregman, directores como Lumet o
Coppola y genios como Marlon Brando se convirtieron en sus nuevos
padres, especialmente Charles Laughton, actor y mentor a quien dice
debérselo todo.
P: ¿Qué recuerda de su infancia, de Alfredo James antes de convertirse en Al Pacino?
R: Vengo de la
calle, del Bronx, y mi infancia siempre fue una aventura. Una mezcla de
Tom Sawyer, Huckleberry Finn y un estilo de vida salido de una novela de
Dickens. Nos pasábamos el tiempo persiguiéndonos por los tejados. En
aquel entonces, el Bronx era el paraíso de los tejados, territorio
virgen y una mezcolanza de idiomas y cultura. Debía de sentirme muy
seguro de mí mismo porque saltábamos unas distancias considerables. Pero
prefiero no hablar de mis recuerdos, porque esto parecerá el diván de
mi psicoanalista.
P: ¿El ego se pasa con los años?
R: Hay una gran
diferencia entre tener éxito y ser famoso. Hasta lo dice la Biblia. En
ella no se afirma que el dinero sea la raíz de todos los males. Lo que
dice la Biblia es que el amor al dinero es la raíz de todos los males.
Hay una diferencia. Yo nunca creí en la fama. Al revés, hui de ella.
Luego aprendí a aceptarla, un proceso que te lleva años. O que me llevó
años, porque ahora es diferente de cuando empecé. Ahora la fama es algo
aceptable. La gente quiere ser famosa aunque sea por nada, algo que para
mí es poner la carreta delante del caballo. Pero en mi caso la fama era
una carga, una presión que no me dejaba sacar lo mejor de mí, liberar
mi interpretación, porque tenía que responder a esa imagen creada de mí
que llevaba el nombre de Pacino.
P: Marlon Brando
llegó a hablar en los mismos términos de su carrera, pero él nunca
pareció superar la sombra de su nombre. ¿Cuál fue su remedio?
R: El tiempo, el
teatro, los amigos. Brando nunca volvió al teatro. Yo siempre he contado
con gente a mi alrededor en la que puedo confiar. Siento esa cercanía.
El teatro también, porque cuando trabajas en un escenario se desarrolla
un vínculo que es más difícil de lograr en un rodaje. Y gracias a mi
infancia, algo que me gustaría que tuvieran mis hijos, ese círculo de
amistades de la calle que crecen contigo. Sin ellos hoy no estaría
sentado en esta mesa. Sería ese puro cliché de drogas y alcohol que es
tristemente real.
P: ¿Habla de alguien en particular?
R: De mi gran
amigo Charlie Laughton, quien desgraciadamente se vio afectado de
esclerosis múltiple y vivió los últimos años de su vida paralizado. Le
escribí todos los días y sigue en mi corazón. Francis [Coppola], a quien
llamo siempre que estoy por su zona para vernos. Sidney [Lumet]. Le
amo. Teníamos una relación especial. Le vi poco antes de morir.
Me senté con él y hablamos. Incluso mis compañeros de partida. O gente
con la que podía haberme casado y con la que ahora tengo buena amistad.
“No es amor el amor que cambia cuando un cambio encuentra o que se
adapta a la distancia al distanciarse” [cita a Shakespeare]. Disfruto de
la compañía de mis amigos. Uno tiende a sentirse atraído por aquellos a
los que ama, a disfrutar de la compañía por su forma de ver las cosas.
Son gente que te intriga, que te fascina por una u otra razón y que
forman así parte de tu vida.
El éxito es genial. lo malo es que se junta con la fama y se confunden”
P: ¿Ha leído la biografía de Diane Keaton, su expareja, Ahora y siempre?
R: Conozco el libro,
pero no lo leí, claro… Me da reparo. Pero he oído buenas cosas y que me
deja en buen lugar. Siempre pensé que era una chica estupenda y esto lo
confirma, ¿no? [se ríe]. Me gustan las biografías. Aquí llevo la de
Edward G. Robinson, y también me estoy leyendo la de Richard Burton.
Tuve el placer de conocerle. Para mí fue alguien a quien admiré tanto
como a Marlon Brando. Le vi en Camelot, ya mayor, y me dijo eso
de que le gustaría quedar conmigo un día, que le diera mi teléfono. Y
me puse tan nervioso que en lugar de mi número le garabateé un
autógrafo: “Con cariño, Al Pacino”.
P: No ha dicho nada sobre el éxito.
R: El éxito es
relativo, como todo. Bukowski decía que el dinero es mágico, porque
nunca lo ves, pero puedes pagar con él. Un milagro. El éxito es genial.
Lo malo es que se junta con la fama y se confunden. Pero, como decía
Lawrence Olivier, ¿qué es lo mejor de la interpretación? La copa que me
tomo cuando acaba la función.
P: ¿Se arrepiente de algo?
R: Me siento
afortunado de cómo me ha ido. Soy un tipo con suerte que tiene que dar
mucho las gracias, así que si volviera a nacer, lo volvería a hacer todo
de nuevo.
P: ¿Los años pesan?
R: Hombre, claro que
pesan. Pero después del shock inicial, hace unos 20 años, te empiezas a
acostumbrar, y ahora ya no significan nada. No le doy importancia. No
me veo diferente por la manera en que hablo. ¿Tengo la energía? La
tengo, y mientras la tenga todo está bien. Quizá me engañe. Es un tema
complicado, y más en este negocio. Hace siete años cargaba con mis hijos
en los hombros. Ahora no podría hacerlo aunque tuvieran dos o tres
años. Con mi hija mayor solía jugar a la pelota y lo que más me gustaba
era correr a por ella. Ahora, cuando vamos al parque y juego con mis
hijos, no dejo de preguntarme por qué los árboles van más lentos. ¿Qué
les pasa a los árboles?
P: ¿Qué relación mantiene con Julie ahora que ella también se dedica al cine?
R: Mi hija hace sus
películas y está muy bien. A veces me manda un guion para que le eche un
vistazo o quiere oír mi opinión, pero por lo general vive su propia
vida, y yo lo prefiero así. La apoyo en lo que quiera, y lo sabe, pero
ella también lo prefiere así y tiene su propio círculo de amigos.
P: ¿Y esa otra hija que descubrió, hablando en sentido figurado, en la figura de Jessica Chastain?
R: Hubiera estado
ciego de no haberla contratado. Lo hice en el mismo instante en que la
vi para Wilde Salome. No hice más que lo obvio, y cualquiera en mi
posición habría pensado lo mismo, que es un prodigio. Se lo dije a todo
el que me quiso escuchar. Le di el papel en la obra y lo siguiente fue
empezar a pasar imágenes suyas a un par de personas, dejar ver el filme a
Terence Malick,
y ahí está. Este es mi mundo y lo último que quiero evitar es ser un
diletante. A veces quizá no estoy tan al día como me gustaría, pero para
bien o para mal yo miro el mundo con ojos de actor. Así es como
encuentro la forma de expresarme.
P: ¿Ha pensado en escribir su biografía?
R: Mientras me pueda
seguir expresando con mi trabajo, ¿para qué? Prefiero seguir contando
así mis historias. Soy un tipo afortunado y no quiero estropear mi
baile.
TITULO: EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA -
VIERNES -2- Noviembre -LA TIERRA DE NADIE,.
MI CASA ES LA TUYA - VIERNES - 2- Noviembre ,.
MI CASA ES LA TUYA -', presentado por Bertín Osborne, acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en Telecinco a las 22:00, el viernes -2 -Noviembre , etc.
LA TIERRA DE NADIE,.
foto / El ejército británico no utilizaba habitualmente el término No Man's land cuando llegó a Francia en 1914.,5
los términos más utilizados a comienzos de la Gran Guerra para
describir el terreno situado entre las líneas de trincheras eran 'entre
las trincheras' o 'entre las líneas'.5
El término 'no man's land' fue utilizado por primera vez en un contexto militar por el soldado e historiador Ernest Swinton en su breve historia The Point of View (El punto de vista).1
Swinton utilizó el término en la correspondencia militar del Frente
Occidental, mencionando específicamente el término en referencia a la
operación de la carrera al mar de finales de 1914.5 Durante la Tregua de Navidad
anglogermana de 1914 el término comenzó a utilizarse de forma común y
habitual, apareciendo con frecuencia en los comunicados oficiales,
noticias de los periódicos y en la correspondencia personal de los
soldados del ejército británico.5
Durante la Primera Guerra Mundial, atravesar la tierra de nadie a menudo resultaba una experiencia infernal para los soldados, que tenía que recorrer varias decenas o cientos de metros (en algunos casos una distancia de tan sólo 15 m) expuestos al fuego enemigo. La tierra de nadie estaba defendida por las ametralladoras y rifles de ambos bandos, y a menudo estaba repleta de minas y de alambre de espinos, así como de los cuerpos de soldados muertos y heridos que no habían sido capaces de atravesar la lluvia de explosiones y balas. La tierra de nadie a menudo quedaba devastada por las explosiones e impactos de artillería, expuesta al fuego de las trincheras enemigas que trataban de impedir cualquier avance del adversario. Sin embargo, los soldados no sólo se veían obligados a atravesar la tierra de nadie cuando trataban de avanzar, sino también cuando tenían que retroceder, o cuando tenían que salir de la protección de las trincheras para recoger a los heridos.
El poeta británico Wilfred Owen, que murió en servicio durante la Gran Guerra, escribió en un par de cartas:4
"La tierra de nadie está hinchada como un cuerpo afectado por la enfermedad más repugnante y su hedor es el aliento del cáncer...la tierra de nadie bajo la nieve es como la cara de la Luna, caótica, recubierta de cráteres, inhabitable, terrible, la bóveda de la locura.
Paisajes horribles, sonidos viles...todo antinatural, devastado, roto; la distorsión de los muertos, cuyos cuerpos sin enterrar yacen fuera de los agujeros todo el día, toda la noche, las visiones más execrables sobre la Tierra."El infierno de la tierra de nadie constituyó un lugar casi impenetrable hasta cerca del final de la Primera Guerra Mundial, cuando los tanques fueron capaces de atravesarla con poca oposición y romper las defensas de las trincheras enemigas.
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