TÍTULO: TAPAS Y BARRAS, Bienvenidos al Candy Bar,.
La aburrida ceremonia de la política debería aprender de la imaginativa evolución de las bodas, foto,
La vida es un aburrimiento salpicado por ráfagas de diversión. Lo descubrieron los románticos, lo explicaron los existencialistas y lo encarnó Celia Villalobos mientras hablaba Rajoy. Nescafé y Coca-Cola, con sus buenos momentos y su chispa de la vida, lograron ponerse de moda al identificar en un producto esas ráfagas de diversión que los mortales sin marca ni capacidad para sustanciar teorías filosóficas resumimos en una frase: «Si no fuera por estos ratitos».Hasta el siglo XIX, la vida era un valle de lágrimas en el que no cabía el aburrimiento: bastante divertido era ya procurar que no te mataran y buscar la manera de comer cada día. Después, a medida que nos saciábamos y descubríamos que el tiempo también podía ser libre, empezó a preocuparnos eso de realizarnos, trascender y ser algo en la vida, ergo llegaron la frustración, el hastío, el vacío, la nada, la náusea y el aburrimiento.
La falta de perspectivas, que nos ha regalado la crisis, nos ha abocado a un mundo sin grandes sueños, hemos rebajado el nivel de expectativas y hemos convertido nuestras vidas en aburrimientos entreverados de buenos ratitos. Por un instante de escapismo, somos capaces de hacer lo que sea y si antes nos aburríamos en silencio y con educación, ahora lo hacemos groseramente. Somos de teléfono fácil. Antes, seguíamos poniendo cara de atención al escuchar al profesor, al conferenciante o a nuestra tía abuela relatando achaques mientras nuestra mente vagaba por una playa de Lanzarote. Ahora, sacamos el móvil y vivan los ratitos.
Una forma sencilla de evadirse, antes y después de los móviles y las tablets, era y es tomar golosinas, que por aquí llamábamos y llamamos guarrerías o chucherías. Una bolsa de gominolas, esponjitas y regalices basta para entretener la náusea entre las siete y las nueve de la tarde, que, como todo el mundo sabe, son las horas del hastío: cuando el mundo se nos viene encima, sube la fiebre y se muere más gente. Hay extremeños, como el señor Sánchez Cortés, que han montado un pequeño imperio a partir del buen ratito de las chuches. Es más, nuestro emperador de las golosinas tiene su particular medidor de la crisis: el índice gusanitos. A mayor consumo, más intensidad crítica.
La modernidad última ha traído un nuevo vocablo, inglés, naturalmente, para referirnos a las castizas 'guarrerías'. Ahora, las golosinas, caramelos y gominolas se llaman candy y la sublimación absoluta de los buenos ratitos es la unión de las candy y los móviles o las tablets en un juego entretenido, adictivo y simple llamado Candy Crush.
La jugada de Celia Villalobos, presidiendo el Congreso mientras le daba al Candy Crush y hablaba el presidente del Gobierno de España, es la síntesis de nuestro aburrimiento mortal y de nuestro escapismo grosero. Si quien preside el Parlamento busca su buen momento, su chispa de la vida, su ratito jugando a las golosinas en la tablet, ¿cómo no vamos a tirar nosotros del móvil mientras un conferenciante nos duerme, un profesor nos amuerma y un colega nos describe su fin de semana familiar en el campo?
Aunque a lo peor, la culpa no es nuestra, sino de quienes nos aburren. Mientras los actos sociales, políticos o académicos siguen celebrándose con la misma concepción que hace 30 años, el resto del mundo se devana los sesos para encontrar buenos ratitos como sea. Yo pondría como ejemplo a seguir las bodas, un evento social que no deja de evolucionar buscando entretener a los participantes. Los urdidores de lo nupcial no paran. Pasaron de trocear corbatas a pasear camareros entre bengalas. Ahora, han sustituido las cajitas de cigarrillos y el puro por un bodegón tabaquero, cuelgan babuchas morunas de un árbol y el culmen del buen ratito es, lo han adivinado, el Candy Bar, o sea, un self service gigante de golosinas, que es algo así como una tablet viviente con un Candy Crush real al que solo le falta Celia Villalobos para que la vida sea una chispa perfecta.
TÍTULO: UN PAIS PARA COMERSELO, Guía para usar bien los tuppers en el trabajo,.
Respondemos a todas tus dudas para que no mueras intoxicado-foto,.
Son la vajilla que más usas. Te pasas media vida
llevándolos de tu nevera al trabajo y del comedor de la oficina a tu
casa. Los utilizas para guardar comida, para transportarla y como
recipiente para comerla. ¿Te has planteado alguna vez si estás usando
los tuppers correctamente?
Aclaración: Por tupper en realidad deberíamos utilizar “tartera”, que es la palabra aceptada por la RAE.
Tupper se refiere exclusivamente a la marca Tupperware, cuyos productos
no se encuentran en tiendas y se venden exclusivamente mediante
demostraciones a domicilio solicitadas por clientes, pero como estamos
ante uno de esos casos en los que el lenguaje popular le ha ganado la
batalla a la academia, utilizaremos el nombre de la marca para
referirnos al producto genérico.
¿Después de cocinar, hay que guardar la comida directamente en la nevera? Nos contesta Mónica Escudero, Comidista adjunta:
“Siempre hay que dejar enfriar antes de meter un plato en el tupper; si
no, nos cargamos la textura de los alimentos porque chupan vapor”. Para
Sergio Garrosa, técnico de seguridad alimentaria en una importante
industria alimentaria, lo ideal es dejar enfriar la comida en el
utensilio donde la hayamos cocinado, luego pasarla al tupper y guardarla
en la nevera, pero (y aquí empiezan las diatribas), el lapso de tiempo
de pasar por ejemplo de 80 grados a 8 puede ser muy largo, así que si
queremos ser especialmente rigurosos, habría que guardar los alimentos
directamente en la nevera sin esperar a que enfriasen. Sobre la
advertencia clásica de que meter comida caliente en el frigorífico puede
estropear el electrodoméstico, con las nuevas neveras no hay peligro de
que ocurra porque son más eficientes energéticamente, aunque como dice
Mónica Escudero “haces trabajar más a la nevera por nada”.
¿Hay que guardar los tuppers en la nevera otra vez al llegar a la oficina?
La respuesta sería utilizar el sentido común. O sea, que si estamos en
invierno y vamos a tomar una ensalada a temperatura ambiente, no sería
imprescindible guardar el tupper en la nevera. Lo mismo ocurre si lo que
estamos transportando son embutidos o alimentos que aguantan
perfectamente una ruptura de la cadena de frío. Sin embargo, otros que
han sido muy manipulados previamente (como la carne picada) se degradan
con rapidez y es preferible conservarlos en la nevera; en cuanto a la
mayonesa o al huevo crudo de una tortilla poco cuajada (alimentos
susceptibles de estropearse con facilidad), mejor abstenerse de
llevarlos en tupper.
¿Cómo sé si mi tupper es adecuado para microondas?
Hay muchos tipos de tuppers y sólo algunos son aptos para utilizar en
el microondas. Para reconocerlos hay que fijarse en que lleven este símbolo
o una variante de las rayas en zigzag en la base. Calma, no supone un
peligro utilizar en microondas un recipiente que no tenga este símbolo
-siempre que esté homologado como apto para uso alimentario (este otro símbolo)
y en principio todos los que están a la venta lo están-, pero la vida
del producto y los resultados que se obtengan con él mermarán.
¿Al calentar en el microondas, hay que destapar el recipiente o es mejor mantenerlo tapado?
Nos explica Fernando Sierra de Tupperware España: “Los productos
Tupperware para calentar en el microondas (Líneas Microflash y
Microserver) llevan en las tapas una válvula que debe permanecer abierta
durante su uso en el microondas. La potencia adecuada del microondas
para calentar la comida en los productos Tupperware ha de ser 500 W como
máximo". Para Mónica Escudero, “tapar evita que la comida se reseque,
pero también puede ablandurriarla. Normalmente las texturas crujientes y
el tupper se llevan mal, pero por ejemplo un gratinado puede aguantar
estupendamente, y si se calienta sin tapar puede (esto no es una ciencia
exacta, depende de factores como lo líquida que sea la salsa que lo
acompaña) seguir crujiente en el momento de comerlo".
Sergio Garrosa recomienda calentar con tapa, porque esa
barrera evita que la comida se seque o caliente demasiado. Además, el
vapor de agua que se forma en el interior de la tapa facilita que el
calentado sea más uniforme, sobre todo si, una vez calentado, se espera
cinco minutos a abrir el recipiente (algo que en realidad difícilmente
haremos al estar precisamente empleando para calentar la comida un
microondas, cuya principal virtud es la rapidez).
¿Es mejor emplear un tupper de plástico o de cristal?
Nos responde Mónica: “El plástico homologado no tiene mayor problema,
pero es mucho menos agradable para comer directamente del recipiente. El
de cristal es más frágil ante un golpe directo, pero se come
estupendamente en él. La respuesta sería depende de lo bruto/cuidadoso
que seas y de si tienes platos en el sitio donde vayas a comer".
Sergio Garrosa nos explica que no hay ninguna diferencia a
la hora de meter un recipiente de plástico o de cristal en el
microondas, porque este electrodoméstico actúa calentando las moléculas
de agua de la comida, no sobre el material que la contiene. El miedo a
los peligros del microondas y a mezclar plásticos con comida es un viejo
conocido del mundo de los mitos alimentarios; en este post del blog Gominolas de petróleo lo explican y desmienten.
¿Se pueden usar papel film y papel aluminio? En el microondas NO; sí son adecuados para envolver y transportar la comida.
¿Qué hay de las comidas preparadas que vienen en su propio envase?
Hay que leer el etiquetado de cada envase y seguir lo que se nos
indique en él especialmente en lo referente a si puede introducirse o no
en un microondas, pero no hay problema en, por ejemplo, guardar los
envases una vez abiertos en la nevera. Otra cosas son las latas: si ya
se han abierto y están a medio consumir debería volcarse su contenido en
otro recipiente a la hora de guardarlas en la nevera porque su interior
puede oxidarse con facilidad.
¿Qué recetas o productos deberían evitarse a la hora de comer de tupper porque no aguantan bien la espera y el recalentado? Nos responde Mónica Escudero, autora del libro de cocina de recetas especialmente pensadas para ser transportadas A vueltas con la tartera:
“El crujiente lleva mal el paso del tiempo; las patatas y el frío se
llevan regular; el arroz tipo redondo, si no está previamente nacarado y
está rodeado de líquido quedará tipo pelota; convendría evitar
cualquier cosa susceptible de estropearse durante el transporte si está
al punto o resecarse durante el calentado (por ejemplo, ciertos de tipos
de pescado o la típica "pechuguita fina vuelta y vuelta)". Los aliños
tienen que transportarse siempre aparte y no mezclarse hasta el último
momento. En cambio potajes, estofados y los típicos platos que mejoran
al día siguiente son perfectos para la tartera, y si encima funcionan
como plato único todavía nos harán la vida más fácil (siempre
acompañados de un tomate aliñado, algo de fruta o cualquier alimento
fresco, por aquello de equilibrar). PD: Las verduras y las legumbres son
nuestras amigas".
¿Cómo se limpia un tupper? Igual que un plato o una
olla: con agua y jabón o detergente para vajillas. Eso sí, para evitar
que la grasa se convierta en la pesadilla de cualquier estropajo, hay
que intentar lavarlos nada más terminar de comer. Y cada cierto tiempo,
para evitar la acumulación de bacterias en las ranuras y tapas, conviene
dejarlos en remojo con vinagre o limón (y luego lavarlos normalmente).TÍTULO: A QUEMARROPA, Dora Noemí Kerchen, MODELO,.
Dorismar--foto
Dorismar | ||
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Dorismar |
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Nombre real | Dora Noemí Kerchen | |
Nacimiento | 14 de marzo de 1975 (39 años) Buenos Aires, Argentina |
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Características físicas | ||
Medidas | 92-60-93 | |
Estatura | 1,78 m (5 ft 10 in) | |
Color de cabello | Castaño | |
Color de ojos | Cafés | |
Sitio oficial Ficha en IMDb |
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Trabajó primero en Argentina y en 2000 se trasladó a Miami. En ese año empezó a trabajar en el programa El gordo y la flaca de la cadena Univisión.1
En el 2002 el fotográfo y cineasta Frank Kleriga le realizó su primer calendario en Los Ángeles, California, con la dirección de arte de Yullisa Rivera y el fotógrafo de Penthouse Alec Middleton. Entre las fotos posó desnuda junto a uno de los caballos del cantante Ezequiel Peña en su rancho de Rialto, California.2
En marzo de 2003 apareció en la portada de la edición estadounidense de Playboy, como integrante de Las más bellas mujeres de la TV Latina.
Para el 2004 participó en el reality show Protagonistas de la fama VIP.
Durante el 2005 formó parte de una campaña para detener la depredación de huevos de tortuga en el estado de Guerrero, México. Entre otras acciones de la campaña fue imprimir pósters y mantas donde aparecía la imagen de Dorismar, pero un grupo de mujeres protestó por la difusión de carteles donde la calificaron de "encuerada". El gobierno mexicano, para evitar conflictos, decidió optar por la censura e impidió se colocaran los carteles de la modelo.3
El 5 de enero de 2006, Dorismar fue deportada de Estados Unidos, porque entró a ese país a través del programa Waiver, con el que no necesitó visa para ingresar, pero no podía permanecer por más de tres meses.4 5
En 2007 trabajó en el programa La parodia de Televisa y junio de 2007 apareció en la edición mexicana de Playboy.6
Su carrera como cantante dio inicio en México, grabando su primer álbum en Los Ángeles. Desde 2007 trabaja en el programa Desmadruga2, donde presenta la sección "Tu fantasía con Dorismar".
En 2009 salió en la revista H mes de Febrero y en 2009 volvió a desnudarse, ahora para H Extremo en el mes de junio.
En 2010 participa en la telenovela mexicana Triunfo del amor, bajo la producción de Salvador Mejía, cuya telenovela es protagonizada por Victoria Ruffo, Maite Perroni, William Levy y Osvaldo Ríos.
En 2011 posó desnuda en la revista H Extremo del mes de enero.
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