DESAYUNO - CENA - VIERNES - EL ENTORNO DEL CLUB DE PIRAGÜISMO GANA PÚBLICO TRAS LA RECUPERACIÓN DEL RÍO,./ Philippe murió donde quería,. / VIERNES CINE, EL REINO DE LOS CIELOS,.
TÍTULO: DESAYUNO - CENA - VIERNES - EL ENTORNO DEL CLUB DE PIRAGÜISMO GANA PÚBLICO TRAS LA RECUPERACIÓN DEL RÍO,.
DESAYUNO - CENA - VIERNES - EL ENTORNO DEL CLUB DE PIRAGÜISMO GANA PÚBLICO TRAS LA RECUPERACIÓN DEL RÍO,.fotos,.
El piragüismo rescata el azud del río,.
El Ayuntamiento espera que la cita deportiva sirva de punto de inflexión para ganar visitantes a corto plazo,.
Gracias al campeonato de España tendrá acceso asfaltado y se limpiará en profundidad el entorno,.
Más allá de las marcas y de los resultados, el fin de semana del 10 y
el 11 de mayo puede marcar un antes y un después para el azud de la
Granadilla.
Acogerá un campeonato de España de piragüismo -en la modalidad
maratón- en la que participarán más de seiscientos piragüistas de toda
España.
Pero en lo que a organización se refiere, el enclave frente a la
Granadilla puede experimentar algo parecido a lo que ocurre con las
sedes olímpicas, que gracias a las pruebas deportivas ganan
infraestructuras.
El símil lo explica Adrián Ribera, presidente del club de piragüismo
de Badajoz, organizador de la competición. Ribera lleva semanas de
reuniones, presentaciones, visitas y demás citas que acarrea una cita de
este tipo.
Dicen que trabaja para «bordarlo» con los visitantes, pero que
igualmente supone un esfuerzo para que por fin se rescate una zona
olvidada durante años.
En las próximas semanas el azud se transformará. Contará, por ejemplo, con accesos peatonales.
Desde el puente Real y desde la explanada donde se instala el
mercadillo se asfaltarán dos viales que conectan directamente con el
paseo del río. El nuevo paseo de la margen izquierda paralelo al río
tendrá continuidad hasta la caseta del club. Gracias a este evento
deportivo se corrige el principal inconveniente por el que muchos
vecinos no se atreven a adentrarse: un solar en mal estado repleto de
maleza.
Además del acceso, equipos de limpieza de la Confederación
Hidrográfica y del Ayuntamiento trabajaran a fondo para limpiar la
vegetación del río y despejar el entorno. Se trata de la campaña más
intensa que se recuerda.
En el entorno de la caseta del club se instalarán gradas, carpas y
una rampa para portear las embarcaciones. En el club esperan que el
ambiente y los esfuerzos sirvan para que muchos vecinos se acerquen más a
menudo por allí. «Estamos convencido de que casi el 40% de la población
de Badajoz no sabe llegar hasta el azud, por eso esto ayuda a paliar
ese desconocimiento», afirma.
La competición no puede llegar en mejor momento, justo cuando la
ciudad estrena la obra que ha transformado el tramo urbano el río y a la
que ya solo le quedan algunos remates. En la margen izquierda, por
ejemplo, los operarios de una empresa de jardinería plantan cientos de
yedras en el talud del nuevo paseo junto a la orilla del río.
Adrián Ribera, en el centro, con miembros de la organización. /
PAKOPÍ
El objetivo del club de piragüismo es que la integración del río en
la ciudad se prolongue hasta el azud y no se termine en el puente Real.
Con los accesos, por ejemplo, ahora ciclistas y paseantes van a poder
cruzar sin problemas desde la torre de Caja de Badajoz hasta el inicio
del vial.
La zona la frecuentan deportistas, pescadores y algunos
excursionistas, pero el abandono del vial, sin luz y lleno de maleza,
frena a los vecinos a seguir hasta el final. Con la mejora del camino se
espera más paso de gente a diario.
En un futuro inminente se actuará también en el azud, se construirá un nuevo edificio junto a la sede.
El proyecto contempla un inmueble de color azul con un amplio
ventanal con vistas al Guadiana que urbanizará parte del entorno, hasta
400 metros cuadrados.
La parte baja se reserva para almacén y la principal para gimnasio,
oficinas y vestuarios con vistas al río. «Tenemos que ser responsables,
tampoco podemos exigir que se invierta aquí un dinero que cualquier
vándalo pueda destrozar en una noche».
Viejo anhelo
El rescate del azud de la Granadilla es un viejo anhelo que
periódicamente se repite en la ciudad. En el año 2009, cuando se
presentó el proyecto para restaurar los márgenes del río en el tramo
urbano, el propio club de piragüismo presentó en la Económica un
proyecto para aprovechar la inversión y levantar allí un club náutico de
uso deportivo y cultural. La iniciativa no salió adelante porque se
trata de una ZEPA (especial protección para las aves) que limita mucho
las obras que se pueden ejecutar.
La otra alternativa, aunque también lejana, pasa por la urbanización
definitiva del PIR de la Granadilla. Junto a las mil viviendas que se
proyectaron en su día entre la residencia de ancianos y el pabellón
deportivo, se articularía también un vial y varias calles que conecten
la nueva urbanización con el azud.
Pero de este proyecto no hay noticias desde hace mucho tiempo. En su
momento hubo hasta 8.500 personas que se apuntaron para comprar una
casa. Desde la Inmobiliaria Municipal explicaron en su día que la
urbanización sigue en hibernación. Tanto las aves como la crisis han
dado al traste con los proyectos del azud.
Este parisino explorador de la mente ha fallecido en Acebo,
Philippe Camus - foto,.
Acaba de morir, a los 77 años, Philippe Camus, uno de los personajes
más singulares que vivían en la sierra de Gata, en un singular paraíso
llamado La Lalita. Había nacido en una familia de constructores y
arquitectos y, tras intentar seguir el camino que su familia tenía
trazado para él, se fue a la India, donde un lama tibetano le señaló
otro camino, el del desarrollo personal. De allí se vino a Ibiza, pasó
por París, por las Alpujarras y un buen día llegó a Acebo.
«Me había hablado de este pueblo un chico llamado Luis, que tiene un
molino aquí. Era periodista en Madrid y había hecho la primera revista
New Age: 'El Mago'. Llegué a Acebo de noche, fui a una casa que está en
otro valle cercano a este, dormí 48 horas y cuando desperté, me dije: Ya
está, es aquí. Este es el primer sitio donde compré algo. Era el año
1987, más o menos. Fui recorriendo los valles y tuve un flash: Aquí
quiero morir. Primero compramos un prado y hemos acabado teniendo 20
hectáreas de prados, bosques robles y olivares», me contaba durante el
verano de 2012 en su casa de la sierra, situada en lo más intrincado de
un bosque de cuento en las faldas del mítico monte Jálama.
Recuerdo que Philippe me recibió vestido con una larga falda y una
camisa tibetana. Estaba rodeado de sus nietos, que vivían y viven con
sus padres en las casas de este paraje indescriptible salpicado de
árboles, valles y arroyos. Un paraje donde Philippe hizo realidad su
sueño: «Recibir gente y meditar, bailar y vivir de una manera más
natural, no tanto con una visión ecológica de autosuficiencia, aunque
tenemos un huerto, un establo con vacas para la leche y el queso, un
horno para hacer el pan. Nuestra meta principal es facilitar a la gente
un cierto despertar, un crecimiento personal. La concepción de los
edificios ya ayuda a cambiar el chip. Quienes nos visitan nos dicen que
aquí los sueños son increíbles. Es que no hay polución y estamos casi
sin ondas para los teléfonos móviles».
Philippe consideraba que todas las religiones tienen una parte de
verdad y recibía gente de todas las tradiciones. Una de sus
preocupaciones era impedir que alguna secta en particular tomara el
poder en La Lalita, a la que llegaban viajeros de cualquier lugar del
mundo, también muchos extremeños.
Philippe creía que meditar en silencio era muy importante. «La
primera condición para el progreso interno y personal es el silencio y
la soledad. El silencio no es un silencio físico, sino el silencio de
parar tu mente, que no para nunca», explicaba. Otro de sus
planteamientos fundamentales era la importancia de hacer casi todo con
las propias manos. «En Ibiza, hice una alfombra desde cero. En Acebo,
hemos hecho igual plantando trigo, trillándolo, segándolo a mano,
moliéndolo y haciendo el pan», contaba.
A veces, en su perpetuo retiro serrano, Philippe tuvo dudas. «Si todo
es rosa, es porque algo no va. La gente viene, es fantástico, pero
después de un tiempo, se encuentran solos, con muchos recursos cortados,
la tele, etcétera, empieza el trabajo interno y hay mucha gente que no
aguanta. Yo también he pasado esas crisis hace mucho», recordaba.
Philippe Camus había muerto clínicamente un par de veces. Narraba así
su percepción del más allá: «Primero era un paisaje como de tubos
enormes que subían al cielo, había gente y al final, antes de despertar,
me fundí con un ser de luz y luego me desperté y grité: ¡Merde! Pasé
cinco minutos verdaderamente mosqueado. Pero no sentía dolor, había sido
una operación de corazón y me dije: Bueno, seguiremos». Y siguió hasta
que esta semana se fundió, definitivamente, con su ser de luz.
Siglo XII, las Cruzadas. Godofredo de Ibelin (Liam Neeson), caballero
respetado por el rey de Jerusalén y comprometido con el mantenimiento de
la paz en Tierra Santa, emprende la búsqueda de su hijo ilegítimo
Balian (Orlando Bloom), joven herrero francés que llora la pérdida de su
mujer y su hijo. Godofredo convence a su hijo para que lo acompañe en
su misión. Tras la muerte de su padre, Balian hereda sus tierras y su
título de caballero en Jerusalén, ciudad en la que cristianos,
musulmanes y judíos han conseguido convivir pacíficamente durante la
tregua entre la Segunda y la Tercera Cruzada. Con una fidelidad
inquebrantable, Balian sirve a su rey y, además, se enamora de la
princesa Sibylla (Eva Green), la enigmática hermana del monarca.
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