Diez establecimientos participan en la VI Senda de la Tapa

La cita tendrá lugar el fin de semana del 28 y 29 de marzo.

Cartel promocional de la sexta edición de la Senda de la Tapa..:

Un año más por estas fechas, Zalamea de la Serena ya calienta motores para celebrar una nueva edición de la Senda de la Tapa.
En concreto, un total de diez establecimientos locales participaran en la sexta edición para competir por el título que le acredite como el bar o restaurante con mejor tapa de la localidad.
Como en otras ocasiones, la VI Senda de la Tapa está organizada por el Ayuntamiento ilipense. El objetivo principal es conseguir promocionar Zalamea, así como las empresas del sector de la restauración del municipio, y lograr dar a conocer la gran variedad y riqueza gastronómica de este territorio.
En esta ocasión la cita tendrá lugar el fin de semana del 28 y 29 de marzo, coincidiendo con el inicio de la Semana Santa, con el Domingo de Ramos.
En cuento a las bases de participación resaltar que se elegirá por votación popular la mejor tapa de la Ruta, para la cual los clientes tendrán a su disposición un documento en el que podrán la tapa que crean que sea merecedora de ser ganadora, siempre que haya sellado, como mínimo, siete de los diez establecimientos que componen la Senda de la Tapa.
Una vez probadas las tapas y puesto el sello por los diferentes establecimientos, el cliente podrá votar la tapa que más le haya gustado o llamado su atención. Para ello tendrá que depositar la cartilla en los lugares indicados en cada establecimiento.
Entre todos los clientes que hayan participado en la votación, se sorteará una Paleta Ibérica y un Queso de la Serena. El nombre del ganador se dará el 30 de marzo a las 12.00 horas en el Ayuntamiento, por lo que todos los participantes deben escribir su número de teléfono en la cartilla.
El precio de la tapa será de 1,50 euros, siendo similar al de años anteriores.
Desde el Consistorio animan a todos los ilipenses y vecinos de los pueblos de alrededor a participar en esta nueva edición, que sin duda será un éxito como en años anteriores,.

TÍTULO: TAPAS Y BARRAS, MERIDA CONTRA EMERITA,.

En 1951 no existía el pádel, pero sí las polémicas arqueológicas,.foto

Es un tema antiguo. Lo del pádel en el anfiteatro romano de Mérida, digo. La pasada semana, el HOY publicaba de nuevo el último artículo escrito para este periódico por el poeta Jesús Delgado Valhondo. Salió en el HOY el 30 de julio de 1993 y en él reflexionaba sobre el Teatro Romano de Mérida y advertía a la ciudad sobre los peligros que entraña no respetar sus monumentos.

Técnicos del Consorcio afirman no haber emitido ningún informe sobre el torneo de pádel

Yo me voy a ir unos años más atrás, en concreto, al mes de marzo del año 1951. En esa fecha se celebró en Madrid el II Congreso Nacional de Arqueología. Fue una reunión científica tranquila y moderada hasta que, tras presentarse una comunicación descriptiva sobre unos restos romanos aparecidos en el entorno de Mérida, pidieron la palabra seis congresistas, uno de ellos portugués, y se despacharon a gusto denunciando el abandono y la «abierta hostilidad» de la ciudad de Mérida hacia sus ruinas romanas. Los congresistas se quejaban de que en Extremadura, «una colectividad entera perseguía con saña los vestigios de un pasado glorioso» y tachaban a unos y a otros de activos agentes destructores y de cómplices de los atentados contra la historia antigua de España.
Quien relata lo ocurrido en ese II Congreso Nacional de Arqueología es uno de los asistentes, el arqueólogo Carlos F. Posac Mon, que denuncia cómo la ciudad nueva de Mérida ansía crecer aplastando a la antigua. La denuncia se realiza en el número 44 de la revista 'Alcántara', editada por la Diputación de Cáceres, y en él se refleja ya el problema de la expansión de Mérida y se recomienda que se construya un nuevo puente sobre el Guadiana y se edifique la nueva ciudad en la orilla izquierda del río para evitar la destrucción de los restos romanos.
El artículo de Posac se titula 'Mérida contra Emérita Augusta' y aparece en junio de 1951. Dos meses después, en el número 47-48 de 'Alcántara', un grupo de insignes emeritenses (Santos Díaz, Félix Valverde Grimaldi, Luis Matute, Pedro Piquero, Andrés Valverde, Demetrio Grande, Alfredo García de Vinuesa y Ángel Pacheco) firman una réplica conjunta al escrito de Posac. Se titula igual, pero con interrogaciones: '¿Mérida contra Emérita Augusta?'. Los firmantes presiden el Círculo Emeritense, el Liceo de Mérida y Acción Católica y dirigen el Hospital Municipal y el Psiquiátrico.
En primer lugar, refutan las acusaciones de salvajismo detallando las actividades culturales organizadas en Mérida entre febrero y junio de 1951: charlas, conciertos, zarzuela, fiestas literarias, exposiciones, ciclos culturales y conferencias del Marqués de Lozoya y del Gobernador Civil de Cáceres. También destacan que la Biblioteca Municipal prestaba 40.000 libros al año.
Pasan después al ataque asegurando que el señor Posac vivió seis meses en Mérida y solo se echó un amigo, «anduvo por ahí en alpargatas y en mangas de camisa, vistiendo a veces raramente», sin hacer una vida de sociedad que lo hubiera puesto en contacto con gentes de carrera y de cultura, verdaderos emeritenses que aman las reliquias históricas. Defienden, a continuación, la veneración por los restos arqueológicos que se manifiesta en la rotulación de las calles con los nombres de Trajano, Adriano o Marco Agripa.
Reconocen los firmantes de la réplica que en Mérida existe un pavoroso problema de hacinamiento por haber triplicado su población entre 1900 y 1951. Por ello, en las calles cercanas al teatro hay casas en las que cinco familias viven en cinco habitaciones. Pero lo de tener una casita en la orilla izquierda con un puente nuevo les parece una utopía porque el puente costaría 60 millones de pesetas, cantidad desorbitada. La solución, para ellos, es hacer calicatas cada vez que se vaya a levantar una vivienda y, si no hay restos importantes en el subsuelo, se construya. Terminan pidiendo que Mérida sea una Roma viva y con futuro, no una Pompeya petrificada y convertida en osario. Esta polémica tuvo lugar hace 64 años, pero las bases de sus argumentos siguen vigentes.