La ermita de los Remedios de Fregenal es un lugar mágico y perfecto, foto,.
La perfección existe. Me topé con ella el sábado, a las 12 de la mañana, en el chiringuito de la ermita de la Virgen de los Remedios, en Fregenal de la Sierra. Hacía sol, el cielo estaba azul radiante, la temperatura rondaba los 20 grados, el aire se movía con indolencia de brisa y el camarero me sirvió un café de puchero que olía a sobremesa infantil con abuelos. Ante mí, un paisaje ondulado de dehesas sin final. Dos veladores más allá, la conversación educada, moderada y feliz de tres ciclistas en ruta por la sierra. Paz, luz, tibieza, armonía, color. Lo dicho, la perfección existe.Turismo de ermitas. Le regalo la propuesta al partido político que la quiera llevar en su programa. No la recogerán porque nos puede la moda. Parece que viajar es sofisticación, 'low-cost', 'check in', 'booking', 'brunch', 'trip advisor', 'spa', 'king size'. ¿Cómo incluir en ese universo tan 'cool' un concepto tan rural, antiguo y cercano como ermita? Pero la perfección está ahí, no se engañen, no la busquen en Berlín ni en Pekín porque nunca hallarán una placidez mágica, telúrica y espiritual como la que se regala en las ermitas extremeñas.
Reconozco que impresiona más la carta de Diverxo, el restaurante de moda, cuyo menú más barato se llama El Xou y cuesta 145 euros, que la pizarra del chiringuito del santuario mariano de Fregenal, que propone un pestorejo por 6 euros y un elaborado arroz con langostinos al que le quitan todo el misterio al cobrar la tapa a 2.50 euros. ¿Cómo va a anidar la perfección en un sitio donde el café cuesta un euro y el resto es gratis?
Sin embargo, les aseguro que ni en Diverxo ni en Berlín, ni tan siquiera en un vuelo de Ryanair se estremecerán ustedes como en El Cuarto de los Milagros de la ermita de la Virgen de los Remedios de Fregenal. Se trata de un pasillo situado en la escalinata que sube al camarín de Nuestra Señora. De sus paredes cuelgan todo tipo de fotografías y detalles en los que los fieles piden amparo a su virgencita.
Hay cientos de retratos y mensajes, pero lo que más estremece son las trenzas de pelo, los escapularios y los pijamitas de bebé. De vez en cuando, del yuyu pasas al ¡ooooh! al descubrir unas rastas enmarcadas como ofrenda o un montón de eles de conductores noveles que encomiendan su destreza a la patrona. También hay lugar para la sonrisa al reparar en un mensaje de agradecimiento a la Virgen por ayudar a los propietarios del bar equis a traspasarlo o un temario de oposiciones a la Policía Nacional, que no sabemos si la Virgen de los Remedios ayudó a aprobar.
Acabado este recorrido sorprendente por el corredor de los milagros, uno asciende a ver a la Virgen y se queda asombrado ante la imagen y el espectacular camarín. La iglesia es poderosa y bella y la arquitectura del templo, tan rural y popular como solemne, impresionan. Alrededor, diversas viviendas de arquitectura ecléctica, lo mismo inspiradas en el mundo árabe que en la tradición extremeña, componen un conjunto donde solo rechina algún extraño chalet con aire de chapuza.
La ermita queda a siete kilómetros de Fregenal y la carretera que lleva hasta ella es un hermoso y esforzado paseo del colesterol. Pero lo mejor es que el caso de Fregenal se repite en 184 pueblos de Extremadura, que cuentan con ermitas tan bonitas como la frexnense. En algunos municipios hay más de una y el número total es de 247.
Estas ermitas son un singular caso de sincretismo: normalmente, antes de levantar el templo en honor a la patrona, en ese lugar existía algún templo prerromano, que aprovechaba la armonía y las características de esa loma o de ese valle. Por eso, en las ermitas extremeñas y en su entorno se está tan a gusto. Esos lugares tienen magia desde hace más de 2.000 años por el clima, por el suelo, por la naturaleza. La perfección existe y está en las ermitas de Extremadura.
TÍTULO: UN PAIS PARA COMERSELO, una pelicula Extremeña rodada en Badajoz compite en el festival de Malaga,.
Francisco Espada, de Tragaluz, adapta el libro de Isaac Rosa 'El país del miedo' y entra en la sección oficial,. foto,.
Cuando un productor y director de cine se engancha a un libro es muy probable que al final acabe en película. A Francisco Espada, el fundador de la productora Tragaluz, le fascinó 'El país del miedo', la novela en la que el escritor pacense Isaac Rosa cuenta cómo un niño de trece años es capaz de amedrentar sin escrúpulos al padre de un compañero de instituto.Le gustó tanto la trama que compró los derechos para adaptar el guión y llevarla al cine. El año pasado por fin pudo rodarla y el 21 de abril se estrenará en el Teatro Cervantes del Festival de Málaga.
'El país del miedo' entra en la sección oficial de uno de los principales referentes del cine español, Málaga forma junto a Valladolid y San Sebastián el tríptico más selecto y la vía rápida a las salas comerciales.
El comité de selección del certamen eligió la producción extremeña entre más de un centenar de propuestas y será una de las trece que pelee por la Biznaga de Oro.
La organización ha ido desvelando en las últimas semanas algunas propuestas que se proyectarán entre el 17 y el 26 de abril, pero hasta ayer, en la presentación oficial, no se conoció la inclusión de 'El país del miedo'. Entre las competidoras de la cinta extremeña se encuentran 'Los exiliados románticos', de Jonás Trueba, 'Requisitos para ser una persona normal', de Leticia Dolera o 'Hablar', de Joaquín Oristrell, que abrirá el certamen.
El equipo de Tragaluz grabó el año pasado durante cinco semanas en Badajoz y es el segundo largometraje que transcurre íntegramente en la ciudad. El único precedente hasta ahora se remonta a 1956 y a 'La guerra empieza en Cuba', de Manuel Mur Oti y protagonizada por la gran Emma Penella.
La productora ya localizó en 2007 algunas tomas de 'Un novio para Yasmina', que también se proyectó en Málaga, pero no en la sección oficial. El productor de entonces, Francisco Espada, se ha encargado ahora de adaptar y dirigir la obra de Rosa, aunque en un principio su intención era trabajar con un guionista y un director. Tenía tan claro cómo quería contar la historia que optó por sentarse en la silla de la dirección. «Hubiera sido un infierno para otro aguantarme a mí. Lo tenía muy claro».
A Espada no le ha costado mucho asumir este nuevo rol cinematográfico. «Es mucho más gratificante que la producción, yo he disfrutado muchísimo» y agradece las facilidades del Ayuntamiento y la colaboración de los vecinos durante todo el proceso. «Los extras son gente de aquí y todo el mundo colaboró. En temas de permisos y autorizaciones no hubo problemas».
La película la protagonizan José Luis García Pérez (Guante blanco, Fuera de lugar o El comisario) y Cristina Plaza (Velvet o Los hombres de Paco), dos intérpretes consagrados, pero parte de los enredos también recaen sobre Marina Recio y Moisés Ortega, dos jóvenes de la ciudad que debutan en este mundo y sobre los que el director augura una sorpresa mayúscula para los espectadores.
Marina Recio interpreta a una joven violenta (en el libro era un chico) sin escrúpulos. «La construcción de este personaje ha sido apasionante». La chica recibió clases de un entrenador personal para aprender técnicas de lucha callejera y hacer más creíble su agresividad.
En Tragaluz reconocen que no tuvieron mucho tiempo, un largometraje suele rodarse en siete semanas y no en cinco, lo que obligó a una programación milimétrica. «Todo eso se salvó con un equipo muy profesional».
Presupuesto
'El país del miedo' ha contado con un presupuesto de poco más de
900.000 euros y llegar a la sección oficial de Málaga es más un medio
que un fin. La idea echó a andar en el 2010 gracias a una ayuda del
Ministerio de Cultura para que los productores buscaran financiación,
más tarde la Junta se sumó y aportó el 20% del presupuesto. «Hemos
asumidos un riesgo altísimo, pero creemos que la película lo vale».
Ahora esperan que Málaga ayude a cuadrar las cuentas. «Es el gran
escaparate del cine español, la industria conoce las novedades y apuesta
por ellas», explica el director. El mismo camino siguieron con
'Yasmina', pero no entró en concurso y se quedó en Zona Cine, el
certamen paralelo. Se llevó tres premios en esa categoría y Alta Films,
la distribuidora de González Macho, se interesó por ella. Ahora esperan
un resultado similar, a pesar de que Alta Films cerró el año pasado
-«Eso es un drama para todos los productores españoles»-. La exhibición
en el concurso principal y la posibilidad de llevarse algún premio abre
más posibilidades para que una distribuidora decida llevarlas a las
salas. «Es una historia muy distinta a lo que vemos habitualmente, el
espectador se pone en el papel del cobarde y estamos convencidos de que
funcionará». El resultado también cuenta con el beneplácito de Isaac Rosa. El escritor fue uno de los primeros en ver el montaje final. «Me dijo que estaba encantado de cómo habíamos tratado su novela». Ahora falta el veredicto de Málaga.
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