-foto- CONCHI Y LALY BURLAN LA JUBILACION,.
Las mellizas del Badajoz Olivenza siguen en activo a sus 49 años con opciones de ascenso para regresar a la Superliga Femenina y jugarla con 50,.
badajoz. Comenzaron a jugar al fútbol antes de que Naranjito viera la luz y España celebrara el Mundial del 82. Incluso algunas de sus actuales compañeras en el Badajoz Olivenza ni siquiera habían nacido cuando debutaron en Primera Nacional Femenina. A sus 49 años recién cumplidos (12 de febrero), Conchi y Laly continúan en primera línea y no piensan en la retirada. «Hasta que el corazón pueda y las piernas le sigan», sonríe Conchi. «Todavía nos queda mucho. Tenemos cuerda para largo, si no tenemos una lesión importante, claro», añade Laly. Hay mellizas hasta el infinito.Unas rivales que no dejan de asombrarse cuando les toca enfrentarse y las ven con el dorsal '4' y '11' en la espalda. «Nos ven y se sorprenden. Nos dicen: 'todavía aguantáis, cuándo nos pensamos retirar'». Concepción y Eulalia González Cantero (Olivenza, 1966) han visto retirarse a muchas en estos 34 años de fútbol, incluso ahora juegan contra algunas de sus hijas. «Algunas son ahora ayudantes de los equipos y se alegran de vernos». Otras también continúan en la brecha. «Hace unos partidos coincidimos con una o dos que jugaron en el Levante cuando estábamos en Primera con el Puebla y nos volvimos a enfrentar. Estuvimos hablando y recordando aquella época». Pero ninguna alcanza su edad de oro. Casi medio siglo y en activo al máximo nivel. Son un caso único de longevidad en el deporte de alta competición.
Mérito deportivo
Una trayectoria que bien merece ser reconocida con su candidatura al
mérito deportivo en los Premios Extremeños del Deporte. Pero en su
extensa y prolífica carrera sólo han recibido la distinción de la
Federación Extremeña de Fútbol con un trofeo en forma de bota cuando
estaban en el Puebla y algún detalle de sus clubes. «Creo que deberían
hacer más caso al fútbol femenino y reconocer a la gente que ha hecho
mucho por este deporte. No sólo por nosotras, pues se han retirado
compañeras que han estado muchos años jugando y no se merecían irse sin
una despedida», sostiene Conchi.Han ascendido dos veces a Superliga (Puebla y Comarca Llanos de Olivenza) y permanecido más de una década en la máxima competición del fútbol femenino entre los dos clubes. Esta temporada van camino de su tercer ascenso con el Badajoz Olivenza y de lograr ese objetivo jugar con 50 años en Superliga. Conchi y Laly son eternas y también inseparables. «Siempre hemos estado juntas. Cuando un equipo nos quería fichar tenía que ser a las dos o no fichábamos», señala Laly. Y en todos estos años siempre en equipos extremeños. Aunque tuvieron la oportunidad de salir de la región. En sus primeras campañas con el Badajoz se interesó el Sabadell. «La presidenta nos llamaba todos los días, pero por circunstancias de la vida no pudo ser. Éramos pequeñas y mi padre no nos dejó. Tendríamos 17 años y no nos dejaron salir porque antes era distinto, había más miedo. Ahora hay más libertad», relata Conchi. Incluso ahora se sienten tan a gusto entre Olivenza y Badajoz que rechazarían a clubes como Barcelona o Athletic. «Hasta que termine el contrato con mi equipo no hay nada que hacer y aún así ya veríamos a ver. Pero no creo. No somos como otra gente que viene con dinero y se va. Como nos guste un equipo ahí nos quedamos», asegura Laly.
Comenzaron a jugar con 15 años y 34 después ahí siguen, sin fecha de caducidad. Tienen una vitalidad y espíritu enorme. A sus 49 años se mantienen fiel a su ritual de celebrar sus goles con volteretas a lo Hugo Sánchez. «No, no, yo lo hago mejor que Hugo Sánchez porque doy la vuelta arriba», puntualiza entre risas Conchi.
Mucho ha cambiado la vida desde el lejano 1981 cuando descubrieron el fútbol. «Entrenábamos todos los días, pero sin jugar, sólo de feria en feria de los pueblos. Había otras chicas y algunas veces jugábamos partiditos en Olivenza con chicos», recuerda Laly. Por aquel entonces, en la escuela las niñas tenían costura y los niños, fútbol. «En el colegio se daba un taller de costura y teníamos amigas mayores que les gustaba mucho el fútbol, se acordaron de nosotras y nos lo comentaron. Probamos por afición y ya no lo dejamos», añade. Aunque también lo compaginaban con el balonmano y baloncesto. «Hacíamos tres cosas al día, salíamos de un entrenamiento y nos íbamos a otro. Siempre nos ha gustado».
Dieron sus primeras patadas a un balón en el Olivenza FC. Cuatro años después probaron con el fútbol sala en el San Roque de Badajoz. El Badajoz creó una sección de fútbol femenino y Manolo Borrallo les reclutó. Allí rompieron todos los esquemas, pero tras un meteórico ascenso a Liga Nacional se disolvió por falta de dinero. El San Roque recogió el testigo del club blanquinegro y mantuvieron la base del equipo con las mellizas incluidas. «Después nos preguntaron si queríamos jugar en Puebla de la Calzada y fichamos, ahí pasamos casi diez años en Superliga». Pasada esa década gloriosa del fútbol extremeño rubricada con el título de liga, otra vez de vuelta a Olivenza. Ascenso y dos temporadas en Superliga con el Comarca Llanos. Tras el descenso del equipo oliventino, Laly se tomó un año de descanso, mientras que su hermana se incorporó al Femenino Badajoz. «No quise jugar, pero nunca pensé que sería mi retirada».
Las mellizas del Badajoz Olivenza no entienden su vida sin un balón. «Se puede pasar sin fútbol, pero te faltaría algo. Echaría de menos el ejercicio físico, la vitalidad que te da. Con mucha menos edad se han retirado. Yo les diría que siguieran haciendo deporte, aunque no jueguen al fútbol, que no se acomoden».
Laly trabaja en una empresa de repuestos de materiales y gomas. Conchi de temporera en el campo. «A lo que sale, recoger fruta o podar árboles», apunta. Son historia activa del fútbol extremeño y español.
TÍTULO: LA NOCHE DEL VIERNES CON AMANDA HARRINGTON MODELO,.
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