BLOC CULTURAL,

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martes, 21 de septiembre de 2021

Domingo-19, 26- Septiembre - LIARLA PARDO - Javier Rey ,./ ESPAÑOLES POR EL MUNDO - Tres décadas dando cobijo en Cáceres a estudiantes americanos ,. / Donde viajan dos - Jeremy Wade: «El pez no tiene la culpa»,. / Escala humana - Mariela, la mujer de Luis Tudanca, se lleva 56.000 euros en el duelo final de '¡Ahora caigo!,. . Miercoles -15, 22- Septiembre . / LA MAQUINA DE ESCRIBIR - Esta noche, 'En primera línea - 11-S, el final de la inocencia,.

 

 TITULO: Domingo -19, 26 - Septiembre - LIARLA PARDO -  Javier Rey  ,.

El domingo -19, 26 - Septiembrea las 18:00 por La Sexta, foto,.

 Javier Rey ,.

Javier Rey. /Movistar

Javier Rey: «Grabar 'Velvet' es como andar en bici»,.

«Es imposible escoger entre Mateo y Sito Miñanco», dice el actor,.

Javier Rey (Noya, La Coruña, 39 años) le ha dado el adiós definitivo a Mateo en 'Velvet', la serie que comenzó a emitirse en Antena 3, continuó en Movistar, como 'Velvet Colección', y que esta Navidad termina con un único episodio final, de hora y media de duración. Como una película de cine, género donde, por cierto, el actor también se ha prodigado mucho, sobre todo este año, al margen de sus anteriores series de éxito como 'Fariña'. De hecho, este verano se ha quedado sin vacaciones por el rodaje de 'El verano que vivimos', que cuenta «una gran historia de amor ambientada en los viñedos de Jerez». A ella se suma también 'El silencio de la ciudad blanca', donde Rey encarna a «un ertzaina con un carácter particular y un pasado bastante complicado que se ve envuelto en la investigación de una serie de crímenes que hay en Vitoria». Y más asesinatos hay además en 'Orígenes secretos', que terminó de rodar hace unos meses, y que mezcla géneros como el 'thriller' y el cómic.

- ¿Cómo ha sido volver a ponerse en la piel de Mateo y rodar de nuevo con Marta Hazas?

Es como andar en bici. Hay mucha química. Las secuencias que hemos tenido Marta y yo, con todo lo que son nuestros personajes, con todo el pasado que tienen, de idas y venidas, es como que no hay mucho que pensar. Nuestros cuerpos van solos ya. Es maravilloso.

- Creadores y actores coinciden en que es un final muy 'Velvet', muy de cuento. ¿Le ha gustado?

Yo creo que lo han clavado. Me gusta como está, pero no puedo contar cómo es, claro.

- En principio iba a ser una temporada completa, pero finalmente se redujo a un capítulo. ¿Cómo recibió la noticia?

Fue una idea que surgió rápido, y yo creo que a nosotros, a todos en general, lo que nos pasa con 'Velvet' es que es como volver a casa por Navidad. Con lo cual, sean más capítulos o uno solo largo, formato peli o como se quiera llamar, siempre es una maravilla volver a coincidir con amigos tuyos, con los que has estado un montón de años. Yo recibí la noticia con muchísima alegría, porque tampoco hubo un gran momento de 'impasse'. No sé cómo funcionan esas cosas, pero daba la sensación de que lo tenían claro.

- ¿Le da 'morriña' que termine la serie?

Voy a echar de menos a mis compis, porque todos tienen unas agendas de ministros y es imposible verlos. Creo que estamos haciendo esto para vernos, de hecho. Afortunadamente, hay mucho talento y a la gente le va muy bien. Entonces, es muy complicado coincidir. Ahora que terminamos, creo que somos conscientes de lo que ha ocurrido aquí. Las cosas han sido fáciles, pero porque la gente era muy buena. Hemos aprendido todos muchísimo de todos, y no es fácil encontrar a gente así, un elenco tan potente, en un sitio tan potente, que salgan secuencias tan increíbles con relativa facilidad. Eso lo voy a echar muchísimo de menos.

- ¿Y cómo es este adiós definitivo a su personaje?

Bueno, los anteriores también lo parecían. En realidad, yo ya me he despedido cuatro veces de la serie, con lo cual, a lo mejor no es la última. Ya veremos (risas).

- ¿Se queda con Mateo Ruiz Lagasca o con Sito Miñanco ('Fariña', de Antena 3)?

Es imposible decidir. Son cosas distintas. Amo a los dos proyectos y no podría quedarme con uno. Me han marcado muchísimo ambos, y con ellos he aprendido muchísimo también. Siento con los dos que me voy siendo mejor actor que como entré. Es una fortuna. 

 

TITULO:  ESPAÑOLES POR EL MUNDO -Tres décadas dando cobijo en Cáceres a estudiantes americanos ,.

 Tres décadas dando cobijo en Cáceres a estudiantes americanos ,.

 

Inmersión. El programa de la UEx y la Universidad de Kalamazoo celebra el 30 aniversario desde su puesta en marcha en Cáceres,.

 Paco, Mari Carmen y Nuria acogen este año a Fiona y Melissa, estudiantes de Kalamazoo. /JORGE REY

 Hay muchas formas de recibir a un huésped en casa, pero la de Francisco Amarilla deja huella. «Hago una paella buenísima, que les encanta». Puede que sea por la paella, por la simpatía o por convertirse en atentos padres temporales de alumnas (son chicas en su mayor parte) que viven a miles de kilómetros de su casa, etc,.

 

TITULO:   Donde viajan dos - Jeremy Wade: «El pez no tiene la culpa»,.

 

Jeremy Wade: «El pez no tiene la culpa»,.

DMax estrena este sábado 'Grandes ríos (con Jeremy Wade)', un nuevo formato del ilustre pescador y divulgador británico que enseña a «comprender a las criaturas»,.

foto / No tenía suficiente con los 'Monstruos de río', y ahora Jeremy Wade (Ipswich, Reino Unido, 63 años) regresa a DMax para recorrer y examinar con lupa los 'Grandes ríos (con Jeremy Wade)'. El biólogo, pescador y divulgador vuelve al canal este sábado a las 22.00 horas con una nueva serie, en la que visita los territorios próximos a los cauces del Ganges, Danubio, Yangtsé, Zambeze, Misisipi y Amazonas para observar y analizar los efectos de la contaminación y la sobreexplotación en la naturaleza, pero también los problemas que ha provocado entre los habitantes de estas zonas.

Wade reconoce que nadie en su familia pescaba y que comenzó viéndolo como algo «estúpido», sin poder dejar de pensar que «podría estar aprovechando mejor el tiempo». Sin embargo, todo cambió cuando, tras recibir los consejos de un compañero de clase cuyo abuelo sí pescaba, logró hacerse con su primer pieza.

Pescador, pero sensible con las especies, sostiene que, «normalmente, si alguien es mordido o herido por un pez, no es culpa del pez, y sí de la persona que no sabía que ese pez estaba ahí, o que no entendía su comportamiento». De hecho, también asegura que, al final de cada programa, no mata sus capturas, sino que las pone nuevamente en el agua: «Las dejo ir».

El programa que ha hecho famoso a Jeremy Wade se llama 'Monstruos de río', pero él explica que, en este tipo de formatos, el espectador acaba perdiendo esa percepción y empieza a «comprender a las criaturas» de la naturaleza. Y en el río, precisamente, encuentra muchas claves para entenderlas. Este es el argumento del biólogo: «Muchos de los peces que viven en el mar son muy bonitos, algo muy distinto a lo que ocurre en agua dulce, que puede ser muy fangosa y donde no se ve nada». Es un hecho que «dificulta la realización de los programas», pero le sirve para 'quitar' a sus habitantes el complejo de feos.

Misterios bajo el agua

«Si eres un pez que vive en aguas turbias y te quieres aparear con otro, no importa cómo seas, porque no pueden verte, así que no tiene sentido ser guapo», bromea. Y pone el ejemplo de los siluros, bagres o peces gato, «una especie de babosas gigantes, pero con tentáculos». Para Wade, son «feos y hermosos al mismo tiempo». Feos, desde «un punto de vista artístico y estético»; y hermosos, ateniéndose a «la visión de un biólogo». Su animal de río favorito es el paiche, por su tamaño (mide más de tres metros) y lo que impresiona, «casi tanto como haber estado haciendo programas de televisión tanto tiempo».

El nuevo formato arranca hoy en el río Ganges, venerado por millones de hindúes y afectado por altísimos niveles de contaminación, y el Danubio, cuyos peces están a punto de desaparecer. Tras las seis entregas, que se emitirán en tres semanas, el sábado 24 de agosto Wade estrenará también en DMax 'Aguas profundas'. A la misma hora (22.00), el pescador y biólogo volverá a sumergirse en los fondos marinos para investigar las causas y consecuencias de algunos de los fenómenos más misteriosos y desconcertantes que se producen bajo las aguas de ciertos puntos remotos del planeta. Entre ellos, la leyenda de un monstruo en el italiano lago de Garda, cuya historia se remonta al siglo XVI, cuando fue descrito como «enorme bestia jorobada: mitad serpiente y mitad dinosaurio». 

 

TITULO : Escala humana -Mariela, la mujer de Luis Tudanca, se lleva 56.000 euros en el duelo final de '¡Ahora caigo! ,. .  , Miercoles   -15, 22- Septiembre  ,.

El Miercoles -15, 22- Septiembre  a las 21:00 por La 2, foto,.

 

Mariela, la mujer de Luis Tudanca, se lleva 56.000 euros en el duelo final de '¡Ahora caigo!,.

Tras dos días quedándose a sólo una respuesta del premio Mariela se ha hecho con uno de los premios más elevados de este programa - Mariela es una habitual de este tipo de concursos,.

Mariela, leonesa, es una apasionada de los concursos de televisión. Ya se la pudo ver con Jesús Vázquez en el programa 'Allá tú' y ahora ha retomado todo el protagonismo en Antena 3 en el programa '¡Ahora caigo!'

En su cuarto programa de '¡Ahora caigo!', la concursante ha podido estrenar su marcador dinero al ganar el Duelo Final. «¡Ha ganado 56.000 euros!», según informa la cadena a través de su web.

Lo cierto es que la mujer del político Luis Tudanca ha protagonizado un gran programa en el que sólo ha perdido dos comodines.

Ya en el duelo final, ha respondido correctamente ocho de las diez preguntas a la primera y, en la segunda vuelta y con un minuto por delante, ha rematado la prueba final y ha resuelto las dos que le quedaban.

El premio a tanto empeño, 56.000 euros.

TÍTULO: LA MAQUINA DE ESCRIBIR - Esta noche, 'En primera línea  -11-S, el final de la inocencia ,.

LA MAQUINA DE ESCRIBIR - Esta noche, 'En primera línea -11-S, el final de la inocencia ,.  , fotos,.

El Miercoles -15, 22 - Septiembre a las 22:00 por antena 3,.

 

11-S, el final de la inocencia,.

Radiografía de Nueva York a los veinte años del atentado que provocó la invasión de Afganistán y mostró la vulnerabilidad de Estados Unidos y sus aliados,.

Cuándo fue que el humo se disipó y volvimos a caminar por las calles de este hormiguero llamado Nueva York sin mirarnos? En la hoguera de las vanidades, la regla de oro es ignorarse. Caminar a paso neoyorquino como si no hubiera nadie más en la acera, disimular si alguien pasa medio desnudo o grita despavorido. Salvo en un breve momento de la historia llamado 11-S en el que miramos al cielo con tanto horror que no pudimos dejar de abrazarnos. 

 Resultat d'imatges de la maquina escribir

Fueron días en los que hasta los aviones se pararon y un silencio sepulcral nos perturbó el sueño. En un atentado planificado durante años, 19 yihadistas dirigidos desde Afganistán por Osama Bin Laden, cabeza de Al-Qaeda, secuestraron cuatro aviones en suelo norteamericano a punta de cuchillo. Los pilotos -Mohamed Atta y Marwan al Shehhi, que embarcaron en Boston, Hani Hanyur en Washington y Ziad Yarrah en Newark- enfilaron hacia las dos torres del World Trade Center, el Pentágono y el Capitolio. Los tres primeros impactaron en sus objetivos e infligieron el mayor daño que un grupo terrorista ha causado a una potencia mundial, con 2.983 víctimas y una larga cadena de prejuicios humanos y económicos.

Secuencia del ataque a las Torres

En particular, la imagen de las Torres Gemelas ardiendo en el horizonte cambió para siempre el horizonte de Manhattan y el mundo en que vivimos. Desde que los Boeing 757 y 767 de las aerolíneas American y United se usaron como misiles, se extendió el miedo a las matanzas indiscriminadas contra la población civil en una parte del mundo que se creía a salvo. Esa mañana, el olor a quemado se nos hacía insoportable, porque sabíamos que entre esas llamas ardían cientos de seres humanos a los que ya nunca podríamos evitar cuando nos cruzásemos en un vagón atiborrado.

Las heridas sin cicatrizar de testigos y familiares de la caída de las Torres Gemelas

Nos clavaban sus ojos desde los mosaicos de desaparecidos con los que sus familias habían empapelado la ciudad. Sonrientes, vestidos de boda o abrazando a sus hijos, siempre posando para la cámara, sin imaginar que esa imagen les perseguiría hasta después de muertos. Porque todos sabíamos que estaban muertos, pero nadie se atrevió a arrancar un cartel de la pared. Dejamos que pasaran las primaveras y los inviernos hasta que los elementos se encargaron de lavar las paredes y borrar la esperanza.

Al-Qaida había dado un gran golpe a uno de los símbolos de la economía mundial, el World Trade Center (WTC), y desataría la ofensiva de Estados Unidos. La respuesta para neutralizar a sus atacantes se ha extendido dos décadas, con la intervención armada en países musulmanes, como Afganistán, Irak o Siria, y la captura y ejecución de sus enemigos, estuvieran o no relacionados con el 11-S.

Veinte años de cambios cruciales para un mundo bajo control

Algunos sobrevivientes del WTC salen de los escombros. / AP

Aturdimiento

El día que cayeron las Torres Gemelas por primera vez nos miramos a los ojos y vimos quién estaba detrás de esas pupilas suplicantes y aterrorizadas que nos rodeaban. En el aire flotaba el miedo, el olor a polvo y una gran necesidad de afecto. Manhattan se transformó en zona de guerra. Ninguno estábamos preparados para rendir nuestras vidas al apocalipsis, pero aceptamos entregar nuestras libertades a cambio de la seguridad prometida.

En esos primeros días de septiembre de 2001 la Zona Cero llegaba hasta la calle 14, donde la Policía había erigido barricadas y los helicópteros militares se colaban de noche en los dormitorios con sus haces de luz y el insoportable zumbido de las hélices.

Al sur de esa franja artificial, la vida se había detenido, igual que luego se paralizarían en otras ciudades, como Madrid y París, donde los ataques suicidas se repetirían con diferentes modalidades en años posteriores. Los comercios del Soho estaban cerrados. El Bowery, desierto. Los adoquines del Greenwich Village parecían esperar coches de caballo y solo Chinatown se atrevió a seguir vendiendo pescados vivos en las aceras, cubiertas de una fina capa de cenizas. De Canal para abajo no pasaban más que los cuerpos de rescate y era una gigantesca escena del crimen acordonada por la Guardia Nacional.

Los 15 acontecimientos que marcaron la guerra global al terrorismo

El edificio One World Trade Center, en 2016.

Desde el primer impacto a las 8:45 en la Torre Norte, se tardarían nueve meses en limpiar los 1,8 millones de toneladas de escombros en que quedaron reducidas las Torres Gemelas y quince años en devolverle la vida al complejo, todavía incompleto. Durante la siguiente década se asomarían los turistas para curiosear el gigantesco socavón.

Cuando el 7 de octubre cayeron las primeras bombas sobre Afganistán para castigar a los que alumbraron el plan «todavía estábamos en estado de shock», recuerda Jack Saul, un experto en traumas colectivos que vivía en esa frontera militarizada del Soho con Canal St. A pesar de los intensos esfuerzos de día y de noche, solo 18 personas fueron rescatadas con vida de entre los escombros, la última 27 horas después de que se desplomase la segunda torre, a las 10:28 horas.

Fue el miedo envuelto en la bandera de las barras y las estrellas el que permitió que solo dos meses después Michael Bloomberg, un multimillonario republicano en una ciudad demócrata, ganase las elecciones por solo 30.000 votos de ventaja. Su victoria no hubiera sido concebible sin los atentados.

Pocos pensaban entonces que Nueva York se recuperaría del mazazo terrorista, pero el patriotismo americano requería reconstruir más y más fuerte. A los dos días Larry Silverstein, el inversor inmobiliario que había comprado el WTC por 3.200 millones de dólares apenas seis semanas antes, se comprometió con el gobernador George Pataki a reconstruir las torres «cuanto antes» para amortizar el contrato de 99 años que había firmado.

No fue tan rápido como pensaban. Veinte años después todavía faltan por completar los edificios 2 y 5 del WTC. La Torre de la Libertad, oficialmente One World Trade Center, con sus desafiantes 541 metros que la convierten en el edificio más alto de EE UU, no se inauguró hasta finales de 2014.

La memoria es corta, el miedo se ha desvanecido con la misma facilidad con la que se desdibujaron las imágenes de los desaparecidos. Hace veinte años hubiera sido impensable alquilar casi un millón de metros cuadrados en la diana del peor atentado de la historia, pero el dinero y la política convencieron a Conde Nast para ser la pica de Flandes, a cambio de diez millones de dólares en descuentos fiscales.

Mohamed Atta en un vídeo, en enero de 2000. / ap / the Sunday Times

Triunfos y temores

Tras la devastación del Bajo Manhattan de 2001 las empresas financieras buscaron oficinas para reubicar a 50.000 empleados, la mayoría en la zona de Midtown que se pulió en la era Bloomberg con la construcción del Hudson Yard y la extensión de la línea 7 del metro. La mayoría decía marcharse por temor a un nuevo atentado terrorista, un fantasma que otra vez se ha cobrado vidas norteamericanas duranta la evacuación de Afganistán.

Si los kamikazes vuelven, se encontrarán un Nueva York muy distinto entre los rascacielos. Decía Bloomberg que en la ciudad que nunca duerme una buena parte del Bajo Manhattan se va a la cama «puntualmente a las seis de la tarde», la hora a la que cierran las oficinas. Se propuso darle un soplo de vida a un barrio que se quedaba muerto al cerrar el corazón financiero, y lo consiguió. Si en 2001 el 55% de las oficinas las ocupaban empresas del entorno de Wall Street, hoy ese porcentaje se ha reducido al 30%.

De regreso

También Robert de Niro revitalizó su barrio con la fundación del Festival de Tribeca, un año después de los atentados. Desde entonces la población residencial del Bajo Manhattan se ha duplicado, según 'The Wall Street Journal'. Unos 200 edificios de oficinas se han reconvertido en viviendas sin que nunca falte demanda. Vivir en Wall Street era antes una extravagancia de los más avezados, pero hoy el 28% de sus habitantes trabajan en el barrio, el porcentaje más alto de ningún otro 'downtown'.

El orgullo patriótico de desafiar a los agresores reconstruyendo más y mejor ha sanado las heridas excavadas en el corazón de la isla, pero desperdició el momento de reflexión y la oportunidad de humanizar la cuna del capitalismo.

Un país «adicto» a la guerra que planeó la invasión al día siguiente

Al día siguiente del atentado, el vicepresidente Dick Cheney ya estaba pensando en invadir Irak, «pero no antes de que lidiáramos con Afganistán, donde los terroristas del 11-S se habían entrenado y habían preparado el golpe», contó en sus memorias.

Afganistán sirvió para abrir el apetito bélico del país, sediento de venganza. Encajaba con la narrativa de la II Guerra Mundial que todavía fascina a EE UU, al considerarse el ejército que salvó a Europa de los nazis. El 11-S fue el Pearl Harbor de esta nueva guerra que muchos creían totalmente justificada y contaba con el apoyo de los aliados de la OTAN.

Con los talibanes convertidos en los nuevos nazis, tenía todos los elementos para glorificar la contienda que engrasó la maquinaria de guerra al ritmo de 300 millones de dólares diarios. Solo que esta vez el Plan Marshall no dio lugar a una próspera democracia. «Todas las guerras son una operación de malversación de fondos públicos», opina Sami Rasouli, fundador de Muslim Peacemaker Teams, que ha visto de primera mano el despilfarro.

Jack Saul, director del Programa Internacional de Traumas Colectivos (ITSP), cree que su país es adicto a las guerras. «Es parte de nuestra cultura e identidad como estadounidenses y lo que define nuestra posición en el mundo», explica. Al glorificar el «sacrificio» con esa cultura patriótica de Hollywood, toda una generación de jóvenes que vio caer las Torres Gemelas por televisión se alistaron al ejército para defender a su patria. «Los que vivíamos en la zona afectada estábamos demasiado ocupados en ayudarnos unos a otros».

Pero quienes se dejaron influir por la propaganda mediática del Gobierno acabaron comprando la teoría de «la guerra justa» que, veinte años después, ha terminado sin la gloria prometida.

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