TITULO: Maneras
de educar -Había una de gente ,. ,. SABADO -6-ABRIL ,.
Maneras de educar - SABADO -6- ABRIL ,.
Programa que descubre los proyectos educativos más
innovadores del país de la mano del profesor James Van der Lust. El
espacio recorre diferentes colegios . El sabado -6- ABRIL ,.a las 10:15 por La 1, etc.
En
provincias, no hay actos culturales, hay actos sociales. Vamos a las
conferencias, las inauguraciones, los estrenos y las presentaciones no
tanto porque nos interesen cuanto porque quien inaugura exposición,
presenta libro, estrena obra o conferencia sobre cualquier tema es
amigo, pariente o allegado y se impone el cumplimiento: cumplo y miento.
A veces, protagonizas alguno de estos actos y te das
cuenta de que aquello no se trata de tu libro, tu conferencia o tus
cuadros, sino que se parece más bien a un entierro. Quienes no pueden
acudir, te llaman para excusarse y darte ánimos y quienes van, se
preocupan fundamentalmente de que los veas, solo falta que al final
pasen por el estrado dando la cabezada.
En
los entierros y en los actos culturales, es muy importante la
aglomeración. De hecho, el cariño al finado, al artista o al
conferenciante se mide en cantidad de gente, no en calidad de obra o
discurso. Así, al volver a casa te preguntan por el entierro y lo que
esperan es que informes del público asistente. «¡Había una de gente!»,
exclamas y de esta manera queda confirmado que quien se fue era un ser
verdaderamente querido.
Con los actos culturales pasa lo mismo.
Vuelves a casa, te preguntan que qué tal estuvo y respondes que en
realidad no sabes de qué habló el pariente ni tampoco has leído el libro
ni lo leerás, «pero oye, había una de gente». Y habiendo gente, todo
está bien porque quiere decir que el protagonista ha tenido éxito entre
los suyos, aunque luego nadie se fije en sus cuadros ni entienda sus
conferencias. En provincias, lo importante es que te quieran los tuyos y
hay quien prefiere triunfar en su pueblo a triunfar en el mundo. En el
lado opuesto, están quienes no presentan sus libros en provincias porque
saben que no sirve para nada salvo para que tu madre se sienta
orgullosa.
Además de parientes, amigos y allegados, a los actos
culturales acuden los afines. Si estrena una obra teatral alguien
relacionado con las cofradías de Semana Santa, el patio de butacas se
llenará de cofrades, si estrena un 'podemita', serán los círculos de
Podemos quienes estarán en el teatro como un clavo y lo mismo vale para
los actos relacionados con el PSOE, el PP, la música irlandesa o el
teatro japonés. Después están los temas estrella en cada momento: charla
sobre caza o toros, allí están los afines; conferencia sobre árboles y
naturaleza, no faltarán los otros afines... Y así con todo.
La
cultura ha perdido su carácter transversal para convertirse en algo
sesgado y específico, como si los algoritmos que controlan nuestras
preferencias se extendieran a todo y cada vez que se programa una
actividad cultural fuera imposible sorprender y ya supiéramos de
antemano quiénes asistirán: los afines y los parientes, es decir,
quienes tienen un compromiso con el activista cultural y bien van para
que los vean, bien van para sentir la fuerza solidaria de quienes
piensan como ellos y así reforzar el bloque monolítico.
¿Pero es
esto cultura? Si se fijan, acudir a uno de estos actos no se diferencia
mucho de acudir a una comida. «¿Y qué tal el menú?»... «Pues lo normal,
entrantes y solomillo con salsa, pero oye, estaba el restaurante hasta
arriba». Repito: ¿Es esto cultura? Pues no, claro que no. Son actos
sociales que podemos agrupar con los cumpleaños, las bodas de oro y
plata, las jubilaciones... Y lo peor es que es imposible liberar la
agenda de estos eventos (evento, ¡qué gran palabra!). En Madrid, a las
ocho das una conferencia o te la dan, decía Eugenio D'Ors, y en
provincias, a las ocho tienes, además, una presentación, un entierro,
una inauguración, un cumpleaños, un concierto, un estreno y siempre hay
un pariente, un afín o un amigo por el medio y hay que cumplir. La
cultura ya llegará después, en casita, con un libro, una película o, si
preferimos una conferencia, ahí están las 2.000 dictadas en la fundación
Juan March por Cela, Alberti, Laín, Chacel, Marías padre e hijo...
Todas ellas se pueden descargar en MP3 en la dirección march.es y
podremos escucharlas en casa. Lo malo es que no te ve nadie y no te
enteras de si «había una de gente».
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