La cruz del Papa Francisco,.
La crisis de la pederastia en la Iglesia amenaza con monopolizar el pontificado de Bergoglio. La respuesta llega esta semana con una conferencia inédita en el Vaticano,.
La cumbre
- Cuatro días de ponencias
- Cuatro días durará la cumbre en Roma sobre la pederastia en la Iglesia católica. Las sesiones comenzarán y concluirán con una oración y se repartirán entre ponencias de expertos y grupos de debate según las distintas lenguas.
- 170
- participantes tendrá la conferencia sobre protección de menores que se celebrará en el Vaticano la próxima semana. Será una cumbre inédita en la que habrá 115 presidentes de conferencias episcopales de todo el mundo, veinte representantes de las Iglesias orientales, superiores de congregaciones religiosas masculinas y femeninas y varios jefes de dicasterios de la Santa Sede.
- El discurso final
- Hay una gran expectación por conocer lo que pueda decirle el Papa Francisco a los participantes en su discurso conclusivo del próximo domingo.
- Protestas
- Las víctimas de abusos también van a tener un papel protagonista en el simposio, tanto dentro del aula vaticana donde se desarrolla como en el exterior. A lo largo de las cuatro jornadas de debate se producirán continuas manifestaciones convocadas por la red de asociaciones Fin de los Abusos del Clero.
- 12
- mujeres solamente habrá entre los participantes en la cumbre, uno de sus grandes lunares. Dos integrarán el grupo de trabajo encargado de la organización y otras diez representarán a más de medio millón de monjas repartidas por el mundo.
En el tortuoso recorrido para que la Iglesia recupere la credibilidad hay una etapa crucial la semana que viene: la conferencia sobre protección de menores en instituciones eclesiásticas convocada en el Vaticano desde el próximo jueves y hasta el domingo. Estarán presentes los presidentes de las conferencias episcopales de todo el mundo, las máximas autoridades de las Iglesias orientales, un grupo de superiores de las congregaciones religiosas y los 'ministros' de la Santa Sede implicados en esta cuestión. Serán entre 170 y 180 participantes en una cita inédita con la que el Papa pretende que todos los episcopados se convenzan de una vez de que el problema es global, está presente en todas las culturas y ya no vale mirar hacia otro lado. «Es una etapa importante en largo camino que la Iglesia empezó hace 35 años en países como Australia o Estados Unidos, 9 años en Alemania y en Europa Central y al que poco a poco continúan sumándose otros países», explica el jesuita alemán Hans Zollner, presidente del CPM y uno de los organizadores del simposio. «Todas las realidades eclesiales deben darse cuenta de la necesidad de proteger a los menores y esforzarse para hacer justicia a las víctimas y empezar a hablar de los crímenes sucedidos».
En el Vaticano hay conciencia de que Jorge Mario Bergoglio se la juega con este asunto. Pasada ya la 'luna de miel' de los primeros años tras su elección como obispo de Roma, el Papa argentino corre el riesgo de que la crisis de los abusos acabe eclipsando las grandes aportaciones del pontificado, como su apuesta por una Iglesia sencilla, abierta a todos y cercana a los más desfavorecidos o su enconada defensa de los inmigrantes y de la protección del medio ambiente, entre otros temas. «Si no logramos ir hasta el fondo en la cuestión de los abusos, no recuperaremos la credibilidad y la pureza de la misión de la Iglesia», reconoce el jesuita Federico Lombardi, antiguo portavoz de Benedicto XVI y de Bergoglio y al que ha echado mano el Vaticano para moderar el encuentro de la semana que viene. «Debemos encontrar las causas, las manifestaciones y los remedios. Francisco relaciona el abuso sexual con el de poder y de conciencia, con el ejercicio de la autoridad y de las relaciones dentro de la Iglesia. Es verdad que es una cruz y algo doloroso sobre lo que nadie quiere hablar. No es divertido, por eso se trata de esconder».
Francisco sabe que se la juega en este asunto y quiere convencer a la
Iglesia de que el problema es global y no vale mirar hacia otro lado
Lombardi confiesa que él mismo siente
una «resistencia interior» a tratar los abusos y reconoce que hay un
sector eclesial que «no lo soporta más», pero tiene claro que no existe
otra alternativa que «ir hasta el fondo» de la cuestión.«Todavía hay muchos en la Iglesia, sobre todo en los países donde la crisis está emergiendo ahora, que están más preocupados por proteger la reputación de la institución que a las víctimas», lamenta por su parte la irlandesa Mary Collins, que sufrió abusos de un sacerdote durante su niñez y fue miembro de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores (PCPM). La abandonó en marzo de 2017, hastiada de la falta de medidas concretas. Creada por Bergoglio hace cinco años, la PCPM supuso en cualquier caso un significativo paso adelante para intentar que el rechazo de la pederastia y la persecución a quienes la practican fueran calando dentro de la jerarquía. Es el mismo objetivo de la inminente conferencia que, según detalla Zollner, tiene un carácter «educativo». «Hay muchos que quieren que se hable lo menos posible porque sienten que sólo ya reconocer el problema les hace perder el respeto», denuncia Collins. «Ven a las víctimas que denuncian como a enemigos de la Iglesia, sin darse cuenta de que tratando de forma adecuada este asunto lo que consiguen precisamente es recuperar la credibilidad».
«Debemos asumir la necesidad de esforzarnos para hacer justicia»
Hans Zollner - Organizador de la cumbre
Los
supervivientes de abusos van a tener un papel protagonista en el
simposio, tanto dentro del aula vaticana donde se desarrollarán las
reuniones como fuera, pues habrá continuas manifestaciones de la red de
asociaciones ECA ('Ending Clergy Abuse', Fin de los Abusos del Clero), a
la que pertenece Infancia Robada. Los participantes en la cumbre, a los
que el Papa invitó a reunirse con víctimas en sus países antes de
viajar a Roma para ir entendiendo el problema, comenzarán sus sesiones
viendo un vídeo en el que contarán su experiencia personas de diversas
partes del mundo vejadas por eclesiásticos cuando eran menores. También
habrá en las sesiones de trabajo supervivientes de África y Asia, dos
continentes donde suele negarse la existencia de esta lacra, pues se
considera que sólo afecta a países occidentales. Todos los implicados en
combatir y prevenir la pederastia coinciden en que el encuentro con las
víctimas es un paso imprescindible para entender la magnitud del
problema y concienciarse sobre cómo actuar. «Sin la experiencia de
escuchar y ponerte en el lugar de alguien que ha sufrido un abuso es muy
difícil comprender la cuestión e intentar cambiar de actitud», explica
Carrón, que se ha reunido con supervivientes de eclesiásticos pederastas
tanto en el curso del CPM como en otros contextos. Expectativas defraudadas
El mayor desafío al que se enfrenta la cumbre 'antipederastia' del Vaticano es cómo responder a la gigantesca expectación. Preocupado por la desilusión que podía generarse luego, el propio Papa pidió el pasado 28 de enero en el vuelo de vuelta a Roma tras su viaje a Panamá que había que «desinflar» las expectativas porque el problema de los abusos «va a continuar». «Es terrible. Es un drama humano del que tenemos que tomar conciencia. Resolviendo el problema en la Iglesia, ayudaremos a resolverlo en la sociedad y en las familias», dijo.
«El Vaticano carece de credibilidad cuando habla de protección a niños»
Miguel Hurtado Víctima de abusos
Lombardi
reconoce que está «fuera de la realidad» quien piense que en tres días y
medio de reuniones se puede atajar definitivamente la cuestión. «Las
expectativas excesivas y no realistas provocan luego una decepción y una
idea de fracaso. Si en cambio se tienen expectativas proporcionadas a
lo que efectivamente se puede alcanzar, se puede valorar de modo
objetivo el resultado». Las víctimas como Miguel Hurtado no aceptan esta
justificación. «Si en cuatro días no da tiempo, que organicen un sínodo
de tres semanas para hablar sobre abusos, como hicieron para debatir
sobre los jóvenes el año pasado», se queja este miembro de Infancia
Robada. También en la comunidad internacional el interés por la conferencia es enorme. «Tenemos grandes expectativas de que sea un punto de inflexión y lo seguiremos con atención», asegura Marta Santos Pais, representante especial del Secretario General de las Naciones Unidas sobre la Violencia contra los Niños, que se reunió el año pasado con el Papa para tratar este problema. «El Santo Padre está comprometido. Soy optimista, muchas comunidades religiosas están afrontando el desafío y son conscientes de que hay que dar este primer paso».
La pederastia
- «Clima de impunidad»
- En 2014 Naciones Unidas emitió un durísimo informe en el que criticaba al Vaticano por haber creado un supuesto «clima de impunidad» en el que se permitió durante décadas el abuso sexual a menores por parte de eclesiásticos. La ONU exigía el cese inmediato de los curas y religiosos pederastas, su entrega a la justicia civil y la apertura de los archivos relativos a este problema. El asunto es tan grave que, si no se ataja con la mayor severidad, amenaza con eclipsar los grandes logros del pontificado de Francisco.
- 3-4
- por ciento de los sacerdotes católicos entre 1945 y 2018 se habrían visto envueltos en episodios de pederastia. El dato lo facilitó el jesuita Hans Zollner, uno de los mayores expertos en la materia, de acuerdo a las cifras barajadas en los países donde se ha estudiado el fenómeno, como EE UU, Irlanda, Alemania o Australia.
- España, «aún muy verde»
- «En España estamos todavía muy verdes a la hora de afrontar el problema», reconoce el agustino recoleto Antonio Carrón, recién diplomado en el curso de protección de menores ofrecido por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Para Miguel Hurtado, fundador de la asociación de víctimas Infancia Robada, los obispos de nuestro país «están muy perdidos» en la gestión de los casos de pederastia y en la prevención de los mismos.
Protagonistas
Considerado el 'cazapederastas' del Vaticano, Francisco le nombró en
noviembre secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la
Fe. Es uno de los organizadores de la cumbre.
Charles J. Scicluna
Fue el 'zar' de la comunicación vaticana durante el pontificado de
Benedicto XVI.Ahora, a sus 76 años, Francisco le ha encargado ejercer
como moderador en la conferencia vaticana sobre pederastia.
Federico Lombardi
Este jesuita alemán, integrante del comité organizador de la cumbre,
es el presidente del Centro para la Protección de Menores de la
Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, de la que también es
profesor.
Hans Zollner
Arzobispo de Chicago, es uno de los hombres de confianza del Papa
Francisco en EE UU, cuyo episcopado ha dado importantes pasos adelante
en la prevención de la pederastia tras el estallido de la crisis.
Blase C. Cupich
Arzobispo de Bombay y miembro del Consejo de Cardenales, encarna la
preocupación de Francisco por que las Iglesias asiáticas tomen
conciencia de que no son inmunes a la pederastia.
Oswald Gracias
Es el símbolo de la pederastia en EE UU, donde fue arzobispo de
Washington. Ayer fue expulsado del sacerdocio debido a varios casos de
abusos, una medida inédita en la historia contemporánea de la Iglesia.
Theodore McCarrick
El escándalo por llegar
«¿Por qué no se habla de los obispos que violan a monjas?»
Las monjas venden lo que tienen: la parte que entregaron al
Señor la tienen que coger y comerciar con ella para poder vivir». Han
tenido que pasar más de tres años desde que la religiosa congoleña Rita
Mboshu Kongo, profesora de la Pontificia Universidad Urbaniana, hiciera
esta denuncia en la revista 'Vida Nueva' para que el Papa por fin
afronte en público la próxima crisis que acecha a la Iglesia católica:
la violación de monjas por parte de sacerdotes y obispos.El guante lanzado por Mboshu Kongo, que desveló cómo muchas congregaciones africanas mandan a estudiar a Roma a sus religiosas sin medios para su sustento, por lo que quedan a merced de benefactores que las «someten y explotan», fue recogido hace unas semanas por Lucetta Scaraffia, directora de 'Donne Chiesa Mondo' (Mujeres, Iglesia, Mundo), el suplemento femenino de 'L'Osservatore Romano', el diario de la Santa Sede. En un demoledor artículo, Scaraffia se preguntó: «¿Por qué no se habla de los obispos que violan monjas?».
«El silencio da impunidad»
Profesora de Historia Contemporánea en la Universidad La Sapienza de Roma, Scaraffia tiene una pluma valiente que ha aprovechado el altavoz de 'Donne Chiesa Mondo' para criticar los atropellos que sufren las mujeres dentro de la Iglesia católica. En esta ocasión denunció que muchas religiosas se ven obligadas a abortar o a abandonar la vida consagrada después de sufrir abusos sexuales por parte de sacerdotes y obispos y pidió a la Santa Sede que intervenga de una vez frente a este problema. «No se ha planteado ninguna comisión para verificar los hechos. Es cierto que no habría dado grandes resultados, pero al menos podría ser un signo de responsabilidad ante esta situación explosiva», lamentó Scaraffia, que hizo un paralelismo con los abusos sexuales a menores cometidos por eclesiásticos. «El silencio tranquiliza con impunidad a los culpables y los deja en libertad de cometer otros actos de violencia».A Francisco le tocó afrontar este espinoso asunto en el vuelo de vuelta a Roma el pasado 5 de febrero tras concluir su viaje a Emiratos Árabes Unidos. Al ser preguntado por una reportera si la Santa Sede iba a hacer algo para afrontar el problema, reconoció que hay eclesiásticos «que hicieron eso» y dijo que las violaciones a monjas se dan «en todas partes», si bien son más frecuentes en «algunas congregaciones nuevas y en algunas regiones». África e India son los territorios donde este fenómeno es más habitual. En este último país, un grupo de religiosas destapó recientemente los abusos sexuales sufridos durante diez años a manos de algunos sacerdotes e incluso del obispo de Kerala. Harta de que no le hicieran caso en las instituciones eclesiásticas, una de las monjas acudió a la Justicia civil para denunciar al prelado por violarla trece veces en los últimos dos años.
Bergoglio aseguró que «varios clérigos» han sidos apartados por este motivo y se comprometió a «hacer más» para afrontarlo. Aunque el Papa no quiso citar casos concretos, en Roma se recuerda el escándalo de la Comunidad de San Juan, una congregación creada por el dominico francés Marie-Dominique Philippe que se vio en el ojo del huracán por el maltrato que sufrían sus consagradas, sometidas a una auténtica esclavitud sexual por parte del fundador y de sus acólitos.
TITULO: LIBRO - LOS TRES MOSQUETEROS,.
LOS TRES MOSQUETEROS,.
foto / La historia comienza en 1625 en Francia. El protagonista, d'Artagnan, nacido en una familia noble empobrecida de Gascuña, abandona su hogar y marcha a París para cumplir su gran sueño: convertirse en un mosquetero de la «Compañía de Mosqueteros del Rey». A tal efecto, lleva consigo una carta escrita por su padre al capitán de la compañía de mosqueteros, el señor de Tréville, que también es gascón y fue compañero suyo en las guerras de Enrique IV. Al pasar por la aldea de Meung, el joven gascón se ve envuelto en una pelea con un caballero misterioso (que más adelante se revelará como el conde de Rochefort), quedando herido e inconsciente. Cuando D'Artagnan recupera la conciencia, se da cuenta de que el caballero ha robado su carta de presentación, a consecuencia de lo cual nace en él un deseo de vengarse del misterioso personaje.
Ya en París, D'Artagnan, tras una breve y poco cálida entrevista con el Señor de Trèville, que, sin embargo, le previene contra el personaje que se encontró en Meung, es retado a duelo por los tres mosqueteros: Athos, Porthos y Aramis. Los cuatro hombres se encuentran y cuando D'Artagnan está a punto de comenzar a luchar contra Athos, son interrumpidos por los guardias del cardenal Richelieu que amenazan con arrestarlos, porque los duelos están prohibidos. Los tres mosqueteros y D'Artagnan se unen para derrotar a los guardias del cardenal. Gracias a este hecho, el gascón se gana el respeto y la amistad de Athos, Porthos y Aramis, volviéndose inseparables camaradas, así como el favor del Señor de Trèville. Después de una entrevista con el rey Luis XIII, quien por su rivalidad con el cardenal queda encantado con D'Artagnan, este último es aceptado como cadete de un regimiento de la Guardia Real, al mando del señor des Essarts, esperando la posibilidad de llegar a ser mosquetero.
Después de obtener alojamiento y tomar un criado, llamado Planchet, conoce a la joven y bonita esposa de su maduro casero, Constance Bonacieux, de la que inmediatamente se enamora. Constance y D'Artagnan ayudan a la reina de Francia, Ana de Austria y al duque de Buckingham a mantener una cita secreta en el palacio del Louvre. En la cita, la reina regala a su amante una caja de madera que contiene doce herretes de diamantes, que originalmente se los había regalado su esposo Luis XIII. El cardenal Richelieu, informado del regalo por sus espías, persuade al rey para que invite a la reina a un baile donde se espera que ella luzca los herretes, con la esperanza de descubrir al rey su historia de amor con Buckingham.
Constance intenta persuadir a su esposo, el señor Bonacieux, para ir a Londres y recuperar los herretes, pero éste, que había sido detenido, llevado a presencia del cardenal y convencido por éste de espiar a su esposa, se niega y la delata al Conde de Rochefort. D'Artagnan y sus amigos deciden asumir la misión en su lugar. Parten los cuatro amigos con sus lacayos y después de una serie de aventuras y de quedar Porthos, Aramis y Athos fuera de combate y heridos por el camino en emboscadas de los agentes del cardenal, D'Artagnan logra llegar a Inglaterra tras herir y dejar fuera de combate a otro de los enviados del cardenal, el Conde de Wardes. Al notar Buckingham que le han robado dos de los doce, y teniendo la certeza que ha sido obra de la condesa de Winter, cierra los puertos ingleses para evitar que los herretes robados lleguen al cardenal y ordena a su joyero realizar dos réplicas de los faltantes, y los entrega a D'Artagnan junto con los originales, quien parte para Francia y logra devolverlos a la reina Ana, justo a tiempo para salvar su honor y para vergüenza del cardenal, que es puesto en evidencia delante del Rey.
La venganza del implacable Richelieu llega rápidamente. La noche siguiente Constance es secuestrada. D'Artagnan parte para encontrarse con sus amigos y en Amiens, donde había quedado Athos, recibe como confidencia de éste la historia de un noble y su mujer, a la que había ahorcado al descubrir que estaba marcada con una flor de lis en el hombro. Poco después y a causa de una borrachera, Athos reconoce sin quererlo que el noble de la historia en realidad es él. Poco después se batirá con Lord de Winter, barón de Sheffield, y tras vencerle y perdonarle la vida, se hace amigo del barón.
Mientras preparan la adquisición del equipo que necesitarán en la campaña del sitio de La Rochelle, D'Artagnan reanuda relaciones con Lord de Winter, que le presenta a su cuñada, Milady de Winter. D'Artagnan rápidamente se enamora de la linda noble, pero pronto se entera de que ella no le ama, siendo en realidad una agente del cardenal. Con la ayuda de una criada llamada Ketty (a la que previamente ha seducido) se las arregla para pasar una noche con Milady, haciéndose pasar en la oscuridad por su amante, el Conde de Wardes. Pero poco después y tras haber tenido relaciones sexuales con ella (esta vez sin disfraces), D'Artagnan se entera de un terrible secreto: Milady tiene una flor de lis grabada a fuego en su hombro, marcándola como una delincuente. Milady reacciona intentando matar a D'Artagnan, que logra escapar de su casa y acude a Athos, donde le cuenta que Milady tiene una flor de lis en el hombro, con lo que el mosquetero tiene la certeza de que se trata de la misma mujer a la que supuestamente había matado años antes. D'Artagnan se alivia cuando todos los guardias del rey son enviados a La Rochelle, donde el asedio de la ciudad protestante está teniendo lugar.
Milady hace varios intentos para matar a D'Artagnan dentro y alrededor de La Rochelle (primero mediante dos asesinos a sueldo, luego mediante un envío de vino de Anjou que hace pasar como proveniente de sus amigos), pero fracasa una y otra vez. Al mismo tiempo, y gracias a la ayuda de Aramis, que es amante de la duquesa de Chevreuse, confidente de la reina, D'Artagnan se entera de que la reina ha logrado salvar a Constance de la prisión, donde el cardenal y Milady la habían arrojado, y que su amada está escondida en un convento.
Una noche, los mosqueteros escuchan por casualidad una conversación entre el cardenal y Milady, en la que Richelieu le pide asesinar al duque de Buckingham (un partidario de los rebeldes protestantes rocheleses). Ella pide a cambio la muerte de D'Artagnan. El cardenal expide entonces un salvoconducto general a Milady ("Por orden mía y para bien del Estado, ha hecho el portador de la presente lo que ha hecho"), dándole así permiso para matar a D'Artagnan. Athos, revelado ahora como el conde de la Fére, rápidamente se enfrenta a su exesposa y la obliga bajo amenaza de muerte a abandonar el salvoconducto del cardenal.
Tras una hazaña bélica, el cardenal permite a D'Artagnan ingresar por fin en los Mosqueteros. Debido a la guerra entre Francia e Inglaterra, cualquier intento por parte de los mosqueteros para advertir al duque de Buckingham sobre Milady sería considerado delito de traición a la patria, pero son capaces de enviar a Planchet con una carta al cuñado de Milady (lord Winter), que por su parte siempre ha sospechado que Milady mató a su hermano.
Milady es encarcelada por lord Winter al enterarse de su pasado y de sus planes relativos a Buckingham al llegar a Inglaterra. Pero pronto seduce a su puritano carcelero John Felton y lo convence, no sólo para ayudarla a escapar, sino también para asesinar al duque de Buckingham, a quien aborrece desde hace muchos años. Mientras el ingenuo Felton asesina con un cuchillo al primer ministro en Portsmouth, Milady logra embarcar rumbo a Francia. Tras avisar al cardenal de lo ocurrido, se esconde en el monasterio de Béthune, al norte de Francia. Para sorpresa suya, encuentra allí a Constance, la cual había sido enviada por la Reina. Fingiéndose amiga de Constance, Milady averigua que su enemigo D'Artagnan llegará al monasterio en cualquier momento para rescatarla. Logra escapar justo antes de la llegada de los cuatro mosqueteros, pero no antes de tomar su venganza: envenenar a Constance, que muere minutos después en los brazos de su amado D'Artagnan.
En ese momento aparece Lord de Winter, y todos juntos deciden encontrar a Milady y juzgarla. La expedición queda a cargo de Athos, que revela a Lord de Winter que es el marido de Milady, componiéndose la expedición de los cuatro mosqueteros, sus cuatro lacayos, Lord de Winter y un misterioso hombre enmascarado, con una capa roja. Tras encontrar a Milady, organizan un simulacro de juicio contra ella en el que la acusan del envenenamiento de Madame Bonacieux; los intentos de asesinar a D'Artagnan; la instigación y complicidad en el asesinato del duque de Buckingham (del que son informados en ese momento por lord de Winter); la corrupción, traición y posterior muerte de Felton, el siervo de Lord de Winter; el asesinato de su difunto marido, Lord de Winter (Conde, hermano mayor del Barón). El cargo final viene cuando Athos afirma que Milady, su esposa, es una criminal marcada con una flor de lis en el hombro. Cuando la condesa exige que Athos presente al verdugo que la marcó, el hombre con la capa roja se adelanta y se descubre. Ella lo reconoce inmediatamente como el verdugo de Lille, el cual narra las primeras fechorías de Milady que llevaron a su marca, tras seducir y corromper a un sacerdote, su hermano, que después se ahorcó por remordimientos cuando Milady lo abandonó por el Conde de la Fère (Athos). Tras ser condenada a muerte por los improvisados jueces, Porthos y Aramis, es ajusticiada (decapitada por espada) en la otra orilla del Lys, fuera del territorio de Francia (en la actual Bélgica).
Tras la ejecución de Milady, los cuatro mosqueteros regresan a La Rochelle. En el camino se encuentran con el conde de Rochefort, principal agente del cardenal y viejo némesis de D'Artagnan, quien viajaba a Armentiéres para encontrarse con Milady. Rochefort también tiene una orden de arrestar a D'Artagnan por alta traición y espionaje. Cuando el gascón se presenta ante Richelieu, le cuenta toda la verdad sobre Milady, y admite que él y sus amigos ya han juzgado, condenado y ejecutado a esa malvada mujer. A continuación le presenta a Richelieu el papel con el perdón total escrito por la propia mano del cardenal, que Athos le había entregado semanas antes tras quitárselo a Milady. Richelieu, impresionado por el ingenio de D'Artagnan y ya que ha conseguido lo que quería de Milady, ofrece al joven mosquetero un despacho como teniente de mosqueteros, con el nombre en blanco. El cardenal hace entrar a Rochefort y pide a los hombres que estén en buenos términos y se hagan amigos.
El libro termina con D'Artagnan ofreciendo el despacho de teniente a cada uno de sus amigos, pero ninguno acepta y Athos escribe el nombre de D'Artagnan en él. Athos continuará siendo mosquetero, a las órdenes de D'Artagnan, hasta que entra en posesión de una herencia y se retira a sus propiedades. Porthos ha decidido casarse con Madame Coquenard, la viuda de un rico procurador, y deja el servicio y Aramis cumple su sueño de hacerse sacerdote, por lo que abandona también el servicio y entra en un monasterio.
D'Artagnan se bate tres veces con Rochefort, hiriéndole las tres, pero tras eso y decirle que seguramente le matará a la cuarta, hacen definitivamente las paces y se abrazan de todo corazón y para siempre.
Sus vidas, sin embargo, se cruzarán una vez más, en Veinte años después.
TITULO: DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - Octava edición del Turuta de plata ,.
DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - Octava edición del Turuta de plata , fotos,.
El
Badajoz convoca la octava edición del Premio Turuta de Plata, una
iniciativa creada por la Peña Baluarte Blanquinegro. Este certamen
premia a la mejor copla o letra dedicada al club pacense durante el
Concurso Oficial de Murgas de Badajoz. También se valorará que se
incluyan referencias al Badajoz en la vestimenta o escenografía. El
premio se entregará durante el partido ante el Granada B el 17 de marzo.
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