DESAYUNO CENA FIN SABADO -Los ojos de la noche , fotos,.
Los ojos de la noche,.
El inglés Lucas Burrand 'caza' con su cámara una pantera negra de ronda nocturna en una reserva de Kenia. El último rastro fotográfico de un felino similar en África data de 1909,.
La idea de emprender una expedición africana en busca de la leyenda felina, una suerte de unicornio en el continente negro, extremadamente sigiloso y huidizo, empezó a cobrar forma hace dos años, cuando «aparecieron unas fotos de un leopardo negro en la India. Se trataba de un ejemplar que había hecho su territorio en la zona turística del bosque de Kabini, en el estado de Karnataka. Aquellas imágenes aceleraron mi pulso», recuerda Burrard-Lucas, quien hasta entonces se había conformado con escuchar al calor de alguna fogata nocturna, a cielo abierto, en medio de un safari, historias «descabelladas» de poderosos gatos zaínos. «Nadie a quien conocía había visto una pantera negra en libertad y pensé que yo tampoco vería nunca una».
EL AUTOR
- Will Burrard-Lucas
Lejos de saciarle, aquel encuentro fortuito con la bestia más esquiva y hermosa «encendió mi imaginación. Soñé con encontrar y fotografiar una en África. Nunca había visto una imagen de alta calidad de un leopardo negro salvaje allí», relata. Aquel viaje resultaría providencial. «Alguien me contó una de esas historias en la que el amigo de un conocido había visto un ejemplar similar en Kenia». Sus pesquisas le llevaron hasta Laikipia, una pequeña reserva regentada por una pareja, que le confirmó el rumor. Lo siguiente fue desplazarse allí y desplegar en las zonas calientes una gran cantidad de sofisticadas trampas con cámaras de alta calidad dotadas de sensores infrarrojos pasivos. El propio Burrard-Lucas desarrolló en su día la BeetleCam, un dispositivo con control remoto que le permite tomar primerísimos planos sin que sus modelos se aperciban de ello.
Genotipo y luna llena
Pasaron varias noches en las que los disparos de su inocuo arsenal solo alcanzaron a hienas. Ni rastro del leopardo melánico, llamado así por un exceso de pigmentación oscura en las células de la piel sobre sus características motas y que obecede a un genotipo similar al que provoca el efecto contrario, el albinismo. Era cuestión de paciencia y de un caudal de suerte. Los astros se alinearon en torno a una noche de luna llena. La magia de su luz blanca para enmarcar los ojos de la noche. Por fin, allí estaba ese fabuloso animal, un macho joven, congelado en su cámara mientras emergía de la oscuridad. «No podía creerlo», asegura el autor, cuya pericia le ha permitido refrendar una idea que rumiaba desde niño: «Ningún animal está envuelto en más misterio; ninguno es más esquivo y hermoso».A la luz de su trabajo, publicado por 'National Geographic', científicos del zoológico de San Diego, en los Estados Unidos, aseguran que constituye la primera documentación científica de una criatura de este tipo en África en casi un siglo. En concreto, desde 1909, cuando se fotografió un leopardo negro en Addis Abeba.
Natural de Gran Bretaña (1983), pasó parte de su infancia en Tanzania. Se licenció en Física y trabajó para una empresa de contabilidad hasta 2010, cuando decidió dedicarse por entero a su pasión, fotografiar la vida salvaje. Posee una empresa donde fabrica y comercializa sofisticadas cámaras trampa para fotógrafos y cineastas con tecnología desarrollada por él mismo.
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