Así es hoy la familia Tejero: Treinta y ocho años después del Golpe del 23-F, la dinastía militar se mantiene,.
Tres de sus dieciseis nietos han seguido su carrera en la Guardia Civil, mientras uno de ellos quiere triunfar como monologuista,. ( fotos),.
Treinta y ocho años después del
Golpe de Estado, la familia del teniente coronel de la Guardia Civil
Antonio Tejero Molina, la cara visible del 23-F, siguen manteniéndose
fiel a las ideas de ultraderecha. Además, la tercera generación de
Tejeros ha optado mayoritariamente por otras profesiones fuera de la
Guardia Civil y el Ejército. El más llamativo es Javier, que intenta
triunfar como monologuista.
El
18 de febrero de 2014 en el cuartel del Grupo de Reserva y Seguridad
(GRS) número 1, con sede en Valdemoro (Madrid) se celebraba una paellada
entre varios Guardias Civiles. La fecha estaba cuidadosamente escogida, pero lo suficientemente lejos de una mucho más simbólica.
Sin embargo, en la era de las redes sociales, nadie escapa del foco y
mucho menos cuando la simpática reunión entre miembros de la benemérita
es en el fondo un homenaje a Antonio Tejero Molina, el hombre que un 23
de febrero irrumpió en el Congreso de los Diputados para durante casi 24
horas tener retenidos al Gobierno, la oposición y parte de la prensa.
La paellada golpista, a la que
también acudió el ex capitán Jesús Muñecas condenado a cinco años de
cárcel por su papel en el 23-F, estaba organizada por uno de los hijos
del golpista más famosos de los últimos años: Antonio Tejero Díez que
siguió sus pasos en el Cuerpo del Duque de Ahumada. El asunto creó un
gran escándalo en los medios de comunicación y en las redes y obligó al
Ministerio de Interior, que entonces tenía a Jorge Fernández Díaz al
frente, a tomar cartas en el asunto, aunque finalmente no sirvió de
nada.
El ministro del PP apartó a Tejero Díez
como jefe del GRS de Valdemoro alegando "pérdida de confianza", pero el
teniente coronel recurrió la decisión ante la Audiencia Nacional, que le dio la razón y dejó sin efecto el cese.
El juez argumentó que hubo un defecto de forma porque el relevo fue
firmado de forma irregular por el propio ministro, y no por el director
general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa,
es decir, por el responsable de su designación. Fernández Díaz asumió
su error, acató el auto judicial y envió a Tejero Díez en comisión de
servicio a otro puesto en la Subdirección General de Apoyo.
Antonio Tejero Díez.
Así, finalmente, Fernández Díaz dejó sin
castigo a Tejero Díez y dejó vía libre a su ascenso a coronel, ha
congelado ahora su promoción para no reavivar el escándalo, provocando un tapón en el escalafón del cuerpo que impide ascender y ocupar nuevo destino a otros 30 oficiales de la Guardia Civil.
La AUGC protestó contra el Ministro del Interior por el ascenso del hijo de Tejero y denunció que, además, en la paellada golpista de Valdemoro, Tejero Díez organizó una exhibición de vehículos oficiales, utilizó a varios guardias civiles como camareros para
preparar la comida y servir el ágape, y ordenó que la identidad de sus
invitados no quedara registrada a su llegada al acuartelamiento para que
no quedara constancia oficial de su asistencia al acto de conmemoración
de la intentona golpista.
La dinastía del 23-F
Sobre el Golpe de Estado de 1981 todavía
existen una serie de sombras y dudas, que parece difícil, que se
aclaren en fechas cercanas. Muchos nombres de los implicados han caído
en el olvido y otros nunca fueron descubiertos. Sin embargo, Antonio
Tejero Molina es la imagen viva del 23-F. Su tricornio, sus negros
bigotes y su frase “se sienten coño” ya forman parte del imaginario
colectivo.
Antonio Tejero Molina está casado con
Carmen Díez Pereira, hija de Guardia Civil y maestra de profesión. El
exteniente coronel es padre de tres chicos y tres chicas. Las
dos hijas mayores están casadas con militares, una con un General de
División y otra con un Coronel del Ejército de Tierra y posteriormente
comisario de Policía. El siguiente bástago es Antonio, el guardia civil. Es el único que ha seguido los pasos de su padre.
A Antonio le siguen Elvira y Ramón, este
último sacerdote. Por su parte, Juan, el último de los hermanos,
también optó por la carrera militar, y es sargento jefe en un puesto en
Ávila. El sentimiento castrense está fuertemente arraigado en los
Tejero.
Santificando la ultraderecha
El más mediático de los hijos del
golpista es sin duda Ramón, al que todos conocen como Moncho. El hijo de
Tejero es el párroco de la Iglesia de Santa Teresa en la Cala de Mijas,
localidad por donde suele verse mucho al ex teniente coronel de la
Guardia Civil paseando por su playa o por sus calles. Ramón
Tejero estudió Filosofía y Teología en el Seminario Mayor de Toledo y
posteriormente se desplazó a la localidad peruana de Cuzco, donde
permaneció casi dos años.
Ramón 'Moncho' Tejero.
Ramón es el hijo más cercano a su padre,
ya que el hombre que irrumpió en el Congreso hace 38 años, vive entre
Madrid y Málaga, su tierra, donde reside con Moncho en esas temporadas.
En enero de 1989 se ordenó sacerdote,
con 24 años, en el Convento de la Visitación de Santa María, en el
número 20 de la madrileña calle de Santa Engracia, en un acto que se
convirtió en una exaltación de la extrema derecha y que contó con la
presencia de su padre, que logró salir ex profeso de la prisión de
Figueras donde se encontraba interno esos días. Entre los asistentes al
acto religiosos estaban el dirigente ultraderechista, Mariano
Sánchez Covisa, o el capitán de navío Camilo Menéndez, también juzgado
por el 23-F. Fue ordenado sacerdote por Monseñor Alcides Mendoza Castro,
Arzobispo de Cuzco (Perú), y por el religioso agustino Giovanni
Salerno, fundador del movimiento Siervos de los Pobres del Tercer Mundo, al que el hijo del ex teniente coronel pertenece.
Hoy en día, Moncho se encuentra
en la diócesis de Fuengirola, como párroco de la citada Iglesia de
Mijas. No hay que olvidar que el cura “Don Ramón” fue candidato a
diputado por Valencia en las listas de Solidaridad Española, el partido
liderado por su padre y que dirigió asimismo la campaña electoral que
Tejero organizó en 1982.
En las últimas semanas la figura de
Ramón Tejero ha vuelvo al centro de la polémica ya que es el párroco
correspondiente de Totalán en Málaga, la localidad donde se produjo la
muerte accidental del pequeño Julen. Muchos acusaron al hijo del
golpista de aprovecharse de la tragedia para hacer proselitismo, máximo,
cuando la familia del niño pertenece a la fe evangélica y no a la
católica.
Las críticas a la labor pastoral de
Tejero se han sucedido por su filiación política ya que ha compaginado
su trabajo como sacerdote con hacer públicas sus opiniones
ultraderechistas.
Al conocer el fallecimiento del pequeño, el sacerdote ha escrito: “Aunque
el corazón nos encoja el alma, las campanas de gloria resuenan en
Totalán, porque desde la fe sabemos a ciencia cierta que la absoluta
inmensidad del cielo es la gran promesa de Jesús. La gran verdad de la
fe es el gozo de la Eternidad, el saber y sentir que estamos de paso y
que nuestra patria es el cielo”.
La tercera generación de los Tejero
Menos prolífica en lo militar está
resultando la tercera generación de los Tejero. De 16 nietos sólo tres
han seguido la tradición familiar. El primero, Antonio Tejero
Sande, de 32 años de edad, a quien la vocación le llevó a ingresar
primero en la Academia General Militar de Zaragoza, por donde pasaron
también su padre y su abuelo, y, posteriormente, en la Academia de
Aranjuez de Madrid. Otro de los hijos de Tejero Díez, Manuel Tejero
Sande, de 25 años, también es guardia civil. En su caso,
estudió en el Colegio de Guardas Jóvenes de Valdemoro (Madrid), donde
reciben su formación los descendientes de guardias civiles.
Manuel y Javier Tejero Sande con Alberto Chicote/ Facebook
Tras ellos destaca, Francisco Javier
Hernández Tejero, hijo de Carmen Tejero que sirve en la Unidad de
Escoltas de la Guardia Civil en Madrid tras incorporarse con una de las
notas más bajas de su promoción a la Escuela de Oficiales y Suboficiales
de Baeza (Jaén).
Manuel Tejero Sande estudió en
el colegio Leónes en León un centro privado elitista y con un punto
conservador, para después ampliar sus estudios en la Universidad pública
de la misma ciudad. También en el colegio privado estudió su hermano
pequeño Javier, el más sorprendente de los nietos del golpista, ya que se dedica a interpretar monólogos.
Aunque parece menos comprometido con las
ideas de ultraderecha que sus hermanos, sí que comparte en su perfil de
Facebook mensajes y enlaces de apoyo a la figura de su abuelo. Javier
Tejero tras acabar su educación secundaria estudió en Madrid en la
Escuela de las Artes de la Comedia, un centro dedicado a mejorar las
técnicas de clown y de stand up comedy.
Javier también comparte con su hermano
la afición por el deporte el rugby y acude a partidos tanto de
aficionados de cuerpos del ejército a este deporte como de profesionales
como el partido que enfrentó a España con Rumanía donde compartieron
tiempo con el cocinero Alberto Chicote.
Javier Tejero Sande durante un monólogo/ Facebook
El humor de Tejero no es especialmente
diferente al de otros cómicos de su generación. Javier parece ser el
heredero de una de las características más desconocidas del golpista:
las veleidades artísticas. En su etapa en prisión, Antonio
Tejero, se dedicó a pintar, además de cultivar un huerto, escribir sus
memorias y realizar algunos cursos de la carrera de Geografía e
Historia. Tejero fue muy buen estudiante en su juventud, con varias
matrículas de honor durante el bachillerato. Al obtener la
libertad continuó con su pasión de pintar paisajes y retratos; y cada
cuadro lo vendía por unas 400.000 pesetas (hoy 2.400 euros), tendiendo
cierto éxito entre la clientela más derechista de España.
TITULO: Premios Oscar 2019 Rodrigo Sorogoyen: "Trabajar en Hollywood no es mi prioridad" ,.
Premios Oscar 2019 Rodrigo Sorogoyen: "Trabajar en Hollywood no es mi prioridad" ,fotos.
- RTVE.es entrevista al director horas antes de la gala de los premios de Hollywood,.
- Su película Madre compite en la categoría a mejor cortometraje de ficción,.
Los 19 minutos de angustia de Madre, podrían coronar la buenísima racha de Rodrigo Sorogoyen si su corto gana el Premio Oscar en la gala de este domingo. Tras el subidón inicial al pasar el rasero de las exigentes nominaciones de la Academia de Hollywood, el cineasta que viene de triunfar en los Goya con El reino, navega entre la euforia contenida y el vértigo de la experiencia en la meca del cine.
“Estoy muy nervioso pero quiero intentar mirar con perspectiva lo bestia que es esto. Que hayamos hecho un corto hace dos años en casa de unos amigos y que ahora esté nominado al Oscar, imagínate. Estar en [Los Ángeles] como director algo que siempre he querido desde joven es un sueño y ya es un premio estar nominado”, asegura en una entrevista a RTVE.es poco antes de desembarcar de nuevo en California a horas de la ceremonia.
Son los últimos coletazos de la maratoniana y tediosa promoción angelina, con una apretada agenda cargada de encuentros, cenas y entrevistas. Un sistema publicitario en el que no todos los académicos visionan las películas candidatas. Son parte de las reglas el show business a las que el director madrileño quita hierro.
“Es un poco falso todo. Un poco engañoso porque hemos recibido la atención de un grupo minúsculo de gente no es como en España con la Academia de Cine que sabemos un poco como respira. Hemos conocido a x personas aquí y nos han dicho que están entusiasmadas con el corto, pero como te creas que por eso vas a ganar pues lo llevas claro”, señala el autor que debutó con la exitosa Stockholm financiada por crowdfunding.
Otros siete realizadores le han precedido en las candidaturas a los Oscar, sin alzarse con la ansiada estatuilla. El primero fue Juan Carlos Fresnadillo en 1996, con Esposados, y le siguieron Nacho Vigalondo (7:35 de la mañana, 2004); Javier Fesser (Binta y la gran idea, 2006); Borja Cobeaga (Éramos pocos, 2006); Esteban Crespo (Aquel no era yo, 2013) y Juanjo Giménez (Timecode, 2016).
A pesar de la cautela, Rodrigo Sorogoyen defiende con pasión los méritos de su criatura. El corto ha sumado más de cien premios nacionales e internacionales y narra la pesadilla de una madre cuando recibe la llamada de su hijo de siete años desde una playa solitaria.
Un proyecto muy personal que “ha conectado con el espectador desde los primeros visionados porque seas padre o no te llega”, señala sobre Madre que ha saltado al largometraje que se encuentra en fase poproducción, también protagoniza la actriz Marta Nieto y arrancará con la escena inicial del corto pero no seguirá su tono de thriller.
Y avanza un detalle muy propio de su. sorpresiva cinematografía: “Es una película muy distinta de lo que la gente esperará y eso me divierte y me gusta mucho”. Mientras, el realizador y su equipo se preparan para su desembarco en el Dolby Theatre donde sí escucharemos su discurso si gana, y que aún no se ha pensado aunque si habrá fiesta pase lo que pase, confiesa, tras la rectificación de la Academia que retransmitirá todos los premios en directo.
“Lo vivimos con estupefacción porque no entendíamos cómo se podía denigrar así cualquier categoría. Se armó tal revuelo que lo positivo es que una institución en este caso la Academia ha escuchado y ha rectificado y por lo menos significa que escuchan”, afirma.
Es el juego de la industria. Una ventana promocional a la que se ha asomado de par en par con la nominación. Ante tanta vorágine: ¿Le tienta el salto al Hollywood?
“Si la pregunta es: trabajar en Hollywood es lo que tú quieres pues no a priori. […] Depende de los términos y del proyecto pero considero que suelen ser muy leoninos y muy exigentes desde un punto de vista en el que yo necesito tener todo el control”.
Y se despide a ritmo frenético, al estilo Sorogoyen, deslizando otra gota de sensatez: "Sí, ha sido una temporada redonda solo puedo estar agradecido, pero solo puedo intentar mirarlo con perspectiva para ver lo importante que es y no dejar de trabajar que es lo que me mantiene y me apasiona. Estas rachas, sí ves las trayectorias de otros directores, las tienen y hay que saber vivirlas, saber disfrutarlas, pero que no te nublen la vista”.
“Estoy muy nervioso pero quiero intentar mirar con perspectiva lo bestia que es esto. Que hayamos hecho un corto hace dos años en casa de unos amigos y que ahora esté nominado al Oscar, imagínate. Estar en [Los Ángeles] como director algo que siempre he querido desde joven es un sueño y ya es un premio estar nominado”, asegura en una entrevista a RTVE.es poco antes de desembarcar de nuevo en California a horas de la ceremonia.
Son los últimos coletazos de la maratoniana y tediosa promoción angelina, con una apretada agenda cargada de encuentros, cenas y entrevistas. Un sistema publicitario en el que no todos los académicos visionan las películas candidatas. Son parte de las reglas el show business a las que el director madrileño quita hierro.
“Es un poco falso todo. Un poco engañoso porque hemos recibido la atención de un grupo minúsculo de gente no es como en España con la Academia de Cine que sabemos un poco como respira. Hemos conocido a x personas aquí y nos han dicho que están entusiasmadas con el corto, pero como te creas que por eso vas a ganar pues lo llevas claro”, señala el autor que debutó con la exitosa Stockholm financiada por crowdfunding.
Otros siete realizadores le han precedido en las candidaturas a los Oscar, sin alzarse con la ansiada estatuilla. El primero fue Juan Carlos Fresnadillo en 1996, con Esposados, y le siguieron Nacho Vigalondo (7:35 de la mañana, 2004); Javier Fesser (Binta y la gran idea, 2006); Borja Cobeaga (Éramos pocos, 2006); Esteban Crespo (Aquel no era yo, 2013) y Juanjo Giménez (Timecode, 2016).
"Creo que tenemos un 20% de posibilidades"
Sorogoyen que vive con intensidad su momento de “golden boy” del cine español confía en sus posibilidades, pero elogia la "altísima calidad" de sus rivales, entre las que suena como favorita Marguerite de la canadiense Marianne Farley sobre una historia de amor lésbico. “Creo que tenemos un 20% de posibilidades. Son muy buenos todos, en cada uno encuentro un motivo para que ganen. Están muy bien rodados, hay muy bien nivel. Están muy bien interpretados es como para hacer un programa de cortos solo con estos cinco.”A pesar de la cautela, Rodrigo Sorogoyen defiende con pasión los méritos de su criatura. El corto ha sumado más de cien premios nacionales e internacionales y narra la pesadilla de una madre cuando recibe la llamada de su hijo de siete años desde una playa solitaria.
Un proyecto muy personal que “ha conectado con el espectador desde los primeros visionados porque seas padre o no te llega”, señala sobre Madre que ha saltado al largometraje que se encuentra en fase poproducción, también protagoniza la actriz Marta Nieto y arrancará con la escena inicial del corto pero no seguirá su tono de thriller.
Y avanza un detalle muy propio de su. sorpresiva cinematografía: “Es una película muy distinta de lo que la gente esperará y eso me divierte y me gusta mucho”. Mientras, el realizador y su equipo se preparan para su desembarco en el Dolby Theatre donde sí escucharemos su discurso si gana, y que aún no se ha pensado aunque si habrá fiesta pase lo que pase, confiesa, tras la rectificación de la Academia que retransmitirá todos los premios en directo.
“Lo vivimos con estupefacción porque no entendíamos cómo se podía denigrar así cualquier categoría. Se armó tal revuelo que lo positivo es que una institución en este caso la Academia ha escuchado y ha rectificado y por lo menos significa que escuchan”, afirma.
Es el juego de la industria. Una ventana promocional a la que se ha asomado de par en par con la nominación. Ante tanta vorágine: ¿Le tienta el salto al Hollywood?
“Si la pregunta es: trabajar en Hollywood es lo que tú quieres pues no a priori. […] Depende de los términos y del proyecto pero considero que suelen ser muy leoninos y muy exigentes desde un punto de vista en el que yo necesito tener todo el control”.
Y se despide a ritmo frenético, al estilo Sorogoyen, deslizando otra gota de sensatez: "Sí, ha sido una temporada redonda solo puedo estar agradecido, pero solo puedo intentar mirarlo con perspectiva para ver lo importante que es y no dejar de trabajar que es lo que me mantiene y me apasiona. Estas rachas, sí ves las trayectorias de otros directores, las tienen y hay que saber vivirlas, saber disfrutarlas, pero que no te nublen la vista”.
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