-foto--Teresa Fernández-Valdés, en el 'top 5' de Europa de 'showrunners',.
La gallega que 'reina' en la ficción de Europa
Quería acercar a los demás lo que sucedía en el mundo. Contar la realidad a través de sus ojos, sus textos y su voz. Estudió Periodismo en Madrid. Hizo prácticas. Pero no se veía trabajando en un medio en su Galicia natal. Venció a la pereza y cursó un Máster en gestión y producción audiovisual en La Coruña. Conoció al sector audiovisual gallego. Teresa Fernández-Valdés cuenta el mundo, su mundo, a la gente. Y lo hace con éxito. Ha sido elegida ente los cinco mejores showrunners (productores ejecutivos, y algo más) de Europa. Es la única mujer.Fue la casualidad. Un marco con glamour. Fernández-Valdés estaba en Cannes, en el Mipcom, cerrando acuerdos que afectaban a series de su productora, Bambú. Velvet (Antena 3 emite mañana, 22.40 horas, la segunda temporada) era una de las estrellas. La prestigiosa publicación The Hollywood Reporter, una referencia en el sector, publica el top 5 de showrunners en Europa. Uno de los nombres es el suyo. La publicación habla de Gran hotel y Velvet como ejemplos de ficciones que "se han adentrado en la tradición española del melodrama filtrándola bajo una sensibilidad cómica que impulsa toda la mezcla", describe la publicación.
"Fue gracioso. La revista la leía todo el mundo allí. En tono de broma, en alguna reunión me presentaban como uno de los mejores showrunners de Europa", bromea Fernández-Valdés. Aclara cuál es la diferencia entre productor ejecutivo y showrunner: "El primero fundamentalmente financia. El segundo toma también decisiones creativas. Coordina, está involucrado en todo el proceso de una serie, desde el guión, pasando por el montaje, hasta la música".
En Bambú apuestan por la libertad del director en el rodaje. Eso sí, con matices. "En una serie, suele suceder que varios directores firmen los capítulos. El showrunner es el responsable de que el espectador no acuse los cambios, que haya continuidad. Por eso, lo más coherente es que haya consenso entre director y productor, porque ambos se ven la cara después de la grabación en la sala de montaje".
Fernández-Valdés fundó la productora Bambú junto a su pareja, Ramón Campos, al que conoció en aquel máster en La Coruña que cambió su vida. Ella se dedica más a la gestión, coordinación y presupuestos, pero participa en todo el proceso de una serie. "Me encanta la parte creativa de escribir un guión, pero nunca me he enfrentado a ello", reconoce. Sí participa activamente en la construcción de personajes, de tramas. "Leo las versiones de guión y hago correcciones si considero que un personaje no está bien, falta comedia...".
Esta showrunner considera que para ejercer bien su trabajo se debe tener creatividad, capacidad de improvisación y mano izquierda. "Debe involucrarse en muchos frentes a la vez, reaccionar ante los imprevistos y saber coordinar un equipo de gente". Echa la mirada para atrás y recuerda Hispania -la serie sobre romanos con Viriato como protagonista- como la serie más difícil. "Tuvimos que trasladarnos a Extremadura, nunca habíamos hecho acción, rodado todo el tiempo con animales... Fue brutal". En el lado opuesto, Gran reserva -sobre vinos y la guerra entre familias-. "Los exteriores en la Rioja eran magníficos, rodamos casi todo en una finca, había un ambiente estupendo, cenábamos todos los días el equipo junto".
Fernández-Valdés considera que estar en este top 5 ayudará a la expansión internacional de su productora. Y aprovecha para pedir ayuda al Gobierno. "En EEUU la ficción es una industria y se ve como un vehículo para exportar cultura. En España no es una preocupación primordial. En los ministerios no se entiende que con las series se crea una imagen de país. Productores y Gobierno no nos entendemos y es importante que lo hagamos. A lo mejor es que nosotros no nos comunicamos bien, pero los prejuicios de las instituciones también son un obstáculo".
Esta showrunner es la única mujer entre el selecto grupo elegido por The Hollywood Reporter.
- ¿Cómo lleva lo de conciliar?
- Se puede, eso sí, con mucho esfuerzo, ayuda y dejándote casi la vida en ello. Recojo a mis hijas todos los días en el colegio. Trabajas fines de semana, alargo la jornada cuando ellas se acuestan... Estoy viéndolas crecer, pero requiere mucho esfuerzo. Ahora veo un poco más la luz que hace un par de años.
TITULO: SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO - ESPAÑA LUCHARA POR EL EUROPEO,.
España saca el orgullo y luchará por el oro,.fotos
Tras un gran arranque y el bache posterior, los de Cadenas vencen a Croacia (33-29) y aspiran a conquistar su primer Europeo en la final del domingo (17.30), frente a Alemania (33-34 con Noruega),.
Una década después, España volverá a disputar una final de un
Europeo. El equipo de Manolo Cadenas luchará por el oro tras vencer a
Croacia (33-29) y se sitúa a un solo paso de sellar su acceso a los
próximos Juegos Olímpicos. El triunfo, de momento, le garantiza ya una
plaza para el próximo Mundial (Francia 2017). Pero antes, el escollo
continental de mañana (17.30, La1) será Alemania, superior en la otra
semifinal a Noruega (33-34); la primera piedra con la que se toparon los
Hispanos en este rocambolesco torneo de Polonia. En ese primer pulso, muy rudo, el marcador fue favorable: 32-29.
Necesitaba España hilvanar una buena secuencia de juego para ser de
nuevo ella misma, para creérselo y recuperar la plenitud, porque desde
el arranque del torneo había avanzado a trompicones y, por encima de
todo, a base de oficio. Y un Europeo requiere un poco de eso, de saber
progresar entre mandobles y bosques de brazos, faltaría más, pero cuando
llegan los momentos decisivos también exige un golpe de cadera, un
despegue en el juego que trasciende a lo anímico.
Llegó ante Croacia, que de arranque no puso nada fáciles las cosas. Su planteamiento de 5-1, con el periférico Duvnjak en el avanzado, complicó a España en el inicio. Mientras los de Cadenas tejían la jugada y elaboraban, los balcánicos pusieron el turbo desde el principio: agresividad defensiva, forzar el robo o la pérdida y transiciones rapidísimas. Así se puso por delante y así comenzó a fabricar rentas de tres goles. Además, durante esos primeros 20 minutos de vértigo también le funcionó el lanzamiento exterior, con Kopjlar y Sliskovic como bombarderos.
Ante esa tónica, el capitán Raúl Entrerríos dio un paso al frente y se jugó el tipo en un par de penetraciones para lanzar una arenga. La atendieron sus compañeros, que se retiraron el corsé y entraron poco a poco en calor, antes de que prendiese la chispa colectiva y llegase la combustión. Cañellas y Maqueda cedieron sitio a Dujshebaev y Antonio García, que aportaron frescura y descaro en la primera línea; Ugalde, ese depredador con aspecto de alumno aplicado, comenzó también a hacer mucho daño a la carrera; y tanto Sterbik como Gonzalo, dos pulpos, pusieron una pantalla en el marco.
De ahí al final del primer acto, España desplegó su mejor juego en
todo el campeonato. Mucha velocidad, buena circulación de balón y mayor
intensidad defensiva, con el mariscal Morros soberbio. Mejor controlado
Duvnjak, el seleccionador croata, Zeljko Babic, introdujo la variante de
Karacic como elemento desestabilizador y este hizo de las suyas. Se
aterrizó en el descanso con una sensación creciente y cuatro goles por
encima para España (18-14), pero la dinámica cambió en el tramo inicial
del segundo periodo.
En esa fase, los Hispanos perdieron poco a poco el sitio y Croacia regresó de lleno al partido. La renta menguó a solo un tanto (24-23) y se había roto la correa de transmisión. Luz roja. Hipertensión y sudores fríos. Sin noticias de Cañellas, el hombre que de tantos momentos difíciles ha sacado a España, ahora en un discreto segundo plano. Oscureció de repente para España, que sufrió un achuchón de aúpa, pero que no llegó a perder las constantes vitales en ningún momento. Cadenas pedía serenidad desde el banquillo, pausa, temple. “Cabeza, cabeza, cabeza!”. Digerir correctamente las situaciones críticas es un peaje imprescindible para hacer algo grande en este tipo de torneos tan curvilíneos.
Croacia olió la sangre y fue limando las diferencias (24-23,
26-25...), consciente del mal trago de su rival. Se reenganchó al duelo a
dentelladas y arrinconó a España, pero esta supo sortear golpes y salir
de las cuerdas para coger aire y armar de nuevo el brazo. Y así llegó
la reacción, un levantamiento de orgullo. Hombre a hombre, todos fueron
poniendo su granito de arena. Irrumpió Maqueda con un lanzamiento
tremendo que sirvió para decir: hasta aquí. Acto seguido, Antonio
García, siempre al quite; e igualmente Víctor Tomás, el cuchillo que
blande desde el costado derecho. Y en la recta final apareció el ángel,
Gonzalo.
En definitiva, el colectivo, la manada. El grupo mayúsculo que conforma esta histórica selección de balonmano, que colecciona dos oros mundiales, pero nunca ha logrado uno continental –tiene tres platas (1996, 1998 y 2006) y dos bronces (2000 y 2014)–. Mañana espera la gloria ante Alemania. España se la ha ganado por derecho propio. Por todos estos años.
España, 33 - Croacia, 29
España: Sterbik; Víctor Tomás (5), Maqueda (2),
Guardiola (1), Morros (-), Cañellas (-) y Rivera (6, 5p) -equipo
inicial- Pérez de Vargas (ps), Gurbindo (-), Raúl Entrerríos (4),
Aginagalde (5), Ugalde (3), Antonio García (6), Baena (-), Del Arco (-) y
Dujshebaev (1).
Croacia: Alilovic; Cupic (2), Kopljar (4), Duvnjak (1), Sliskovic (6), Strlek (4, 1p) y Maric (4) -equipo inicial- Stevanovic (ps), Gojun (-), Horvat (3, 1p), Karacic (3), Kozina (-), Kovacevic (-), Mamic (-), Sebetic (2) y Cindric ().
Marcador cada cinco minutos: 1-4, 4-6, 6-8, 9-12, 13-13 y 18-14 (Descanso) 21-18, 23-20, 24-22, 26-24, 30-27 y 33-29.
Árbitros: Horacek y Novotny (CZE). Excluyeron por dos minutos a Morros y Guardiola por España; y a Strlek, Maric y Cupic por Croacia.
Tauron Arena de Cracovia. 9.000 espectadores.
Croacia: Alilovic; Cupic (2), Kopljar (4), Duvnjak (1), Sliskovic (6), Strlek (4, 1p) y Maric (4) -equipo inicial- Stevanovic (ps), Gojun (-), Horvat (3, 1p), Karacic (3), Kozina (-), Kovacevic (-), Mamic (-), Sebetic (2) y Cindric ().
Marcador cada cinco minutos: 1-4, 4-6, 6-8, 9-12, 13-13 y 18-14 (Descanso) 21-18, 23-20, 24-22, 26-24, 30-27 y 33-29.
Árbitros: Horacek y Novotny (CZE). Excluyeron por dos minutos a Morros y Guardiola por España; y a Strlek, Maric y Cupic por Croacia.
Tauron Arena de Cracovia. 9.000 espectadores.
Llegó ante Croacia, que de arranque no puso nada fáciles las cosas. Su planteamiento de 5-1, con el periférico Duvnjak en el avanzado, complicó a España en el inicio. Mientras los de Cadenas tejían la jugada y elaboraban, los balcánicos pusieron el turbo desde el principio: agresividad defensiva, forzar el robo o la pérdida y transiciones rapidísimas. Así se puso por delante y así comenzó a fabricar rentas de tres goles. Además, durante esos primeros 20 minutos de vértigo también le funcionó el lanzamiento exterior, con Kopjlar y Sliskovic como bombarderos.
Ante esa tónica, el capitán Raúl Entrerríos dio un paso al frente y se jugó el tipo en un par de penetraciones para lanzar una arenga. La atendieron sus compañeros, que se retiraron el corsé y entraron poco a poco en calor, antes de que prendiese la chispa colectiva y llegase la combustión. Cañellas y Maqueda cedieron sitio a Dujshebaev y Antonio García, que aportaron frescura y descaro en la primera línea; Ugalde, ese depredador con aspecto de alumno aplicado, comenzó también a hacer mucho daño a la carrera; y tanto Sterbik como Gonzalo, dos pulpos, pusieron una pantalla en el marco.
En esa fase, los Hispanos perdieron poco a poco el sitio y Croacia regresó de lleno al partido. La renta menguó a solo un tanto (24-23) y se había roto la correa de transmisión. Luz roja. Hipertensión y sudores fríos. Sin noticias de Cañellas, el hombre que de tantos momentos difíciles ha sacado a España, ahora en un discreto segundo plano. Oscureció de repente para España, que sufrió un achuchón de aúpa, pero que no llegó a perder las constantes vitales en ningún momento. Cadenas pedía serenidad desde el banquillo, pausa, temple. “Cabeza, cabeza, cabeza!”. Digerir correctamente las situaciones críticas es un peaje imprescindible para hacer algo grande en este tipo de torneos tan curvilíneos.
Brillaron Entrerríos y Antonio García, pero la
clave es el colectivo. El grupo mayúsculo que conforma esta histórica
selección de balonmano
En definitiva, el colectivo, la manada. El grupo mayúsculo que conforma esta histórica selección de balonmano, que colecciona dos oros mundiales, pero nunca ha logrado uno continental –tiene tres platas (1996, 1998 y 2006) y dos bronces (2000 y 2014)–. Mañana espera la gloria ante Alemania. España se la ha ganado por derecho propio. Por todos estos años.
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