Especial Moda
( foto )Alicia Borrás: "La moda ya no es chic"
Acaba de cumplir 70 años, y lo confiesa
sin reparos. Pero sigue siendo una modelo prodigiosa, como lo fue hace
cinco décadas. Aunque su porte es impresionante, nada es comparable a su
amena conversación. Un paseo por la moda más elegante, de la mano de
LOréal Paris.
Es difícil decir si Alicia Borrás está más guapa con
maquillaje o sin él. Con la cara lavada y apenas un toque de rosa en los
labios «para no verme tan pálida» está resplandeciente. Su piel es de
una palidez nórdica. «Genética repite con humildad. Soy una mujer
activa, hago yoga, juego al golf. Nunca me he quitado años, eso es como
querer negar tu vida, ¡además a la gente le da igual que les digas 70 u
80!». Y se ríe casi con travesura. Además de una belleza deslumbrante
sin quirófano, es una de las modelos míticas de Pertegaz. Desfiló para
todos los maestros españoles de la alta costura y para las colecciones
de Chanel, Dior o Yves Saint-Laurent. Se retiró en 1973, tras casarse
con un alto ejecutivo alemán, en lo más alto de su carrera. Ha vivido en
Italia, Alemania y Luxemburgo, hasta que hace unos años regresó a
Barcelona. Ya nada es igual ni en la moda ni en España, pero Alicia
conserva sus medidas: 1,74 de estatura y una talla 36-38.
XLSemanal. Mucha gente le reclama que vuelva.
Alicia Borrás. Bueno, siempre hay que dejar una puerta abierta... ¿quién sabe? A veces me digo: «Ay, Alicia, que no te llamen más, déjalo correr, que yo ya tengo mi vida y mi rutina».
XL. Su aparición el pasado otoño, en el desfile de Andrés Sardá, dejó a todo el mundo boquiabierto.
A.B. Cuando me lo propusieron, lo consulté con mi marido: si te han llamado, es porque te quieren como eres, me dijo. Los estilistas me dijeron que en la pasarela tenía que ir recta, nada de vueltas, y luego plantarme donde estaba la prensa. Pero yo me dije: «Alicia, tú vas a desfilar como antes». Yo no puedo salir como un autómata, tengo que darle valor al vestido... y desfilé a mi manera, con mis giros. Antes tu trabajo era dar vida a lo que llevabas puesto, fuera un vestido de noche o unos jeans.
* CAMISA y FALDA, de Dsquared2; y COLLAR y SORTIJA, de Suárez.
XL. ¿No se ha hecho ningún arreglillo?
A.B.
Bueno, no voy a mentir, me hice los párpados, pero hace muchos años,
porque mi hermana, mis sobrinas, todas hemos heredado los párpados
caídos de la familia. Pero tengo una cara muy angulada, buena estructura
ósea y aguanta muy bien. Me he puesto un poco de bótox [y señala las
comisuras de los labios y las cejas]. Dicen que te dura cuatro meses,
pero en realidad dura tres... [risas].
XL. Tiene un físico poco español. ¿Eso la ayudó en su carrera?
A.B. Sí. Yo, sin embargo, tenía un gran complejo, ¡los chicos me llegaban al hombro! Mi padre era sastre y fue él quien escribió a un anuncio de Pertegaz en el que solicitaba maniquís, y mandó mi foto. Yo no tenía ninguna experiencia, tenía 17 años.
XL. Las maniquís estaban al servicio del couturier. En su cuerpo se construía el vestido.
A.B. Sí. Con Pertegaz, éramos tres maniquís fijas. Cuando él preparaba la colección, nos llamaba y allí nos pasábamos horas de pie. Íbamos con un fourreau [forro] negro, muy estrecho, de corte palabra de honor. Y llevábamos una faja muy ceñida. Pertegaz entonces sacaba sus telas, te las ponía con las agujas y luego estaban el sastre y la modista. Después venía el patronaje y luego probar. Y así se hacía el vestido.
* ABRIGO y PANTALÓN, de Tete by Odette; JERSEY, de Max Mara; y BRAZALETES y PENDIENTES, de Bvlgari.
XL. También pasaban los modelos para las clientas en el atelier.
A.B. Sí.
Venían clientas de toda España y muchas de Estados Unidos. Pero no se
hacían fotos. No había prensa. Y dos veces al año desfilábamos en el
Ritz de Barcelona para los profesionales. Pertegaz nos cubría con una
capa blanca hasta la pasarela para evitar que alguien copiara los
modelos.
XL. ¿Ganaban dinero?
A.B. Muy poco. Yo vivía con una familia, porque era menor de edad. Le pagaba mi manutención y luego no me quedaba casi nada. Por eso, la mayoría nos dedicamos a la publicidad cuando empezó. Con una cosa de publicidad ganabas lo de todo un mes.
XL. Entonces no había estilistas...
A.B. ¡Ni pensarlo! Tampoco maquilladores. Siempre me he maquillado yo misma. Es más, hice una campaña en exclusiva para las medias Glori ¡con mi propia ropa!
* TRAJE, de Benjamín Friman; JERSEY, de Max Mara; COLLAR y BRAZALETE, de Joaquín Berao; y CINTURÓN; de Salvatore Ferragamo.
XL. ¿Conoció la gauche divine?
A.B.
Sí. Era una época muy loca... la discoteca Up&Down, la vida
nocturna, que era muy divertida, gente joven de la alta sociedad. Se
fumaba algún porro... ¡Pero a mí no me gustó nada! Mis padres, por
supuesto, no se enteraban. Imagínese, una niña como yo, de un colegio de
monjas... Fui la primera menorquina que se puso bikini, uno que compré
en Perpiñán, mi madre estaba escandalizada. Yo le decía: «Mira, a mí
nadie me da de comer, así que puedo ir como quiera...». Siempre fui muy
independiente.
XL. ¿Ha seguido las tendencias?
A.B. Sí, pero siempre adaptándolas a mi edad, lo cual es difícil, porque no puedo ir sin mangas, con faldas estrechas...
XL. ¿Cómo ve el mundo de la moda de hoy, con las modelos multimillonarias, las blogueras...?
A.B. Todo ha cambiado. Tampoco se parece la calidad del prêt-à-porter a la de antes. Ni en las grandes marcas. Ahora no hay forros, todos los diseños son rectos y anchos. Entiendo que es más barato y más fácil para adaptar a distintas tallas. Hay que evolucionar, claro, pero la moda ya no es... chic.
* VESTIDO negro, de Max Mara; ABRIGO rojo con cuello de pelo, de Max Mara Atelier, y COLLAR y ANILLOS, de Bvlgari.
XL. ¿Y la elegancia sigue existiendo?
A.B. Sí.
No significa tener dinero ni ser rica, sino una forma de ser, de
hablar. Que digan: «¡Qué mujer tan interesante!». Y luego saber qué te
va bien. Hay mujeres con unas posibilidades maravillosas, y te
preguntas: «¿Cómo ha podido ponerse eso?».
XL. ¿Qué les dice a las chicas jóvenes?
A.B. Pues no les digo nada, ¡porque me ven mayor! [risas]. Es normal.
* VESTIDO, de Andrew GN; y CRUZ y ANILLO, de Rabat.
Sus básicos
Colorete rosa Accord Perfect, de L'Oréal Paris (13,95 ¬). Un toque de color saludable que realza tu belleza natural.
Maquillaje fluido Le Teint Accord Perfect (15 ¬), de L'Oréal Paris. Realza el color natural y se funde con la textura de la piel.
Barra de labios tono 335Color Riche, de L'Oréal Paris (13,95 ¬). Aporta color intenso, hidratación y cremosidad.
Superliner Perfect Slim marrón (9,95 ¬) y máscara de pestañas Volumen Millón de Pestañas (13,95 ¬), de L'Oréal Paris.
Desayuno .
«Tomo unas pasas maceradas en ginebra, tres o cuatro pastitas, un trozo de cake, unas tostadas de pan del día anterior con mantequilla y mermelada casera, y té».
Cena: Judías (cocidas) u otra verdura y un poco pescado (blanco) o fiambre cocido también puede ser queso, a se posible fresco.
TÍTULO: ¿Harto de campañas electorales?,
Las campañas electorales le parecen largas y pesadas? Pues
consuélese: peor sería si viviese en Estados Unidos. Las elecciones a la
presidencia son en noviembre... ¡del año que viene! Y la carrera
electoral comenzó hace ya dos meses. Y allí eso incluye sesión intensiva
de televisión. Mientras el Partido Republicano se aclara sobre quién
será su candidato -hay hasta quince que comparten parrilla-, Hillary Clinton es prácticamente la única candidata del Partido Demócrata.
Y eso le exige hacer campaña full time, lo que incluye visitar
programas de coches, bailar en directo y hasta dejar que le tiren del
pelo para demostrar que es tan real como, dicen, el de Donald Trump...
* Con Jimmy Fallon. Clinton preguntó al famoso presentador si ha tocado alguna vez el pelo de Donald Trump, en su The tonight show. «El mío es real».
* Iowa: km 0 Clinton en un programa de coches en Iowa, estado en el que lanzó su campaña.
XLSemanal. Mucha gente le reclama que vuelva.
Alicia Borrás. Bueno, siempre hay que dejar una puerta abierta... ¿quién sabe? A veces me digo: «Ay, Alicia, que no te llamen más, déjalo correr, que yo ya tengo mi vida y mi rutina».
XL. Su aparición el pasado otoño, en el desfile de Andrés Sardá, dejó a todo el mundo boquiabierto.
A.B. Cuando me lo propusieron, lo consulté con mi marido: si te han llamado, es porque te quieren como eres, me dijo. Los estilistas me dijeron que en la pasarela tenía que ir recta, nada de vueltas, y luego plantarme donde estaba la prensa. Pero yo me dije: «Alicia, tú vas a desfilar como antes». Yo no puedo salir como un autómata, tengo que darle valor al vestido... y desfilé a mi manera, con mis giros. Antes tu trabajo era dar vida a lo que llevabas puesto, fuera un vestido de noche o unos jeans.
* CAMISA y FALDA, de Dsquared2; y COLLAR y SORTIJA, de Suárez.
XL. ¿No se ha hecho ningún arreglillo?
A.B.
Bueno, no voy a mentir, me hice los párpados, pero hace muchos años,
porque mi hermana, mis sobrinas, todas hemos heredado los párpados
caídos de la familia. Pero tengo una cara muy angulada, buena estructura
ósea y aguanta muy bien. Me he puesto un poco de bótox [y señala las
comisuras de los labios y las cejas]. Dicen que te dura cuatro meses,
pero en realidad dura tres... [risas].XL. Tiene un físico poco español. ¿Eso la ayudó en su carrera?
A.B. Sí. Yo, sin embargo, tenía un gran complejo, ¡los chicos me llegaban al hombro! Mi padre era sastre y fue él quien escribió a un anuncio de Pertegaz en el que solicitaba maniquís, y mandó mi foto. Yo no tenía ninguna experiencia, tenía 17 años.
XL. Las maniquís estaban al servicio del couturier. En su cuerpo se construía el vestido.
A.B. Sí. Con Pertegaz, éramos tres maniquís fijas. Cuando él preparaba la colección, nos llamaba y allí nos pasábamos horas de pie. Íbamos con un fourreau [forro] negro, muy estrecho, de corte palabra de honor. Y llevábamos una faja muy ceñida. Pertegaz entonces sacaba sus telas, te las ponía con las agujas y luego estaban el sastre y la modista. Después venía el patronaje y luego probar. Y así se hacía el vestido.
* ABRIGO y PANTALÓN, de Tete by Odette; JERSEY, de Max Mara; y BRAZALETES y PENDIENTES, de Bvlgari.
XL. También pasaban los modelos para las clientas en el atelier.
A.B. Sí.
Venían clientas de toda España y muchas de Estados Unidos. Pero no se
hacían fotos. No había prensa. Y dos veces al año desfilábamos en el
Ritz de Barcelona para los profesionales. Pertegaz nos cubría con una
capa blanca hasta la pasarela para evitar que alguien copiara los
modelos.XL. ¿Ganaban dinero?
A.B. Muy poco. Yo vivía con una familia, porque era menor de edad. Le pagaba mi manutención y luego no me quedaba casi nada. Por eso, la mayoría nos dedicamos a la publicidad cuando empezó. Con una cosa de publicidad ganabas lo de todo un mes.
XL. Entonces no había estilistas...
A.B. ¡Ni pensarlo! Tampoco maquilladores. Siempre me he maquillado yo misma. Es más, hice una campaña en exclusiva para las medias Glori ¡con mi propia ropa!
* TRAJE, de Benjamín Friman; JERSEY, de Max Mara; COLLAR y BRAZALETE, de Joaquín Berao; y CINTURÓN; de Salvatore Ferragamo.
XL. ¿Conoció la gauche divine?
A.B.
Sí. Era una época muy loca... la discoteca Up&Down, la vida
nocturna, que era muy divertida, gente joven de la alta sociedad. Se
fumaba algún porro... ¡Pero a mí no me gustó nada! Mis padres, por
supuesto, no se enteraban. Imagínese, una niña como yo, de un colegio de
monjas... Fui la primera menorquina que se puso bikini, uno que compré
en Perpiñán, mi madre estaba escandalizada. Yo le decía: «Mira, a mí
nadie me da de comer, así que puedo ir como quiera...». Siempre fui muy
independiente.XL. ¿Ha seguido las tendencias?
A.B. Sí, pero siempre adaptándolas a mi edad, lo cual es difícil, porque no puedo ir sin mangas, con faldas estrechas...
XL. ¿Cómo ve el mundo de la moda de hoy, con las modelos multimillonarias, las blogueras...?A.B. Todo ha cambiado. Tampoco se parece la calidad del prêt-à-porter a la de antes. Ni en las grandes marcas. Ahora no hay forros, todos los diseños son rectos y anchos. Entiendo que es más barato y más fácil para adaptar a distintas tallas. Hay que evolucionar, claro, pero la moda ya no es... chic.
* VESTIDO negro, de Max Mara; ABRIGO rojo con cuello de pelo, de Max Mara Atelier, y COLLAR y ANILLOS, de Bvlgari.XL. ¿Y la elegancia sigue existiendo?
A.B. Sí.
No significa tener dinero ni ser rica, sino una forma de ser, de
hablar. Que digan: «¡Qué mujer tan interesante!». Y luego saber qué te
va bien. Hay mujeres con unas posibilidades maravillosas, y te
preguntas: «¿Cómo ha podido ponerse eso?».XL. ¿Qué les dice a las chicas jóvenes?
A.B. Pues no les digo nada, ¡porque me ven mayor! [risas]. Es normal.
* VESTIDO, de Andrew GN; y CRUZ y ANILLO, de Rabat.
Sus básicos
Colorete rosa Accord Perfect, de L'Oréal Paris (13,95 ¬). Un toque de color saludable que realza tu belleza natural.
Maquillaje fluido Le Teint Accord Perfect (15 ¬), de L'Oréal Paris. Realza el color natural y se funde con la textura de la piel. Barra de labios tono 335Color Riche, de L'Oréal Paris (13,95 ¬). Aporta color intenso, hidratación y cremosidad.
Desayuno .
«Tomo unas pasas maceradas en ginebra, tres o cuatro pastitas, un trozo de cake, unas tostadas de pan del día anterior con mantequilla y mermelada casera, y té».
Cena: Judías (cocidas) u otra verdura y un poco pescado (blanco) o fiambre cocido también puede ser queso, a se posible fresco.
TÍTULO: ¿Harto de campañas electorales?,
¿Harto de campañas electorales? ( fotos )
Las campañas electorales le parecen largas y pesadas? Pues
consuélese: peor sería si viviese en Estados Unidos. Las elecciones a la
presidencia son en noviembre... ¡del año que viene! Y la carrera
electoral comenzó hace ya dos meses. Y allí eso incluye sesión intensiva
de televisión. Mientras el Partido Republicano se aclara sobre quién
será su candidato -hay hasta quince que comparten parrilla-, Hillary Clinton es prácticamente la única candidata del Partido Demócrata.
Y eso le exige hacer campaña full time, lo que incluye visitar
programas de coches, bailar en directo y hasta dejar que le tiren del
pelo para demostrar que es tan real como, dicen, el de Donald Trump...* Con Jimmy Fallon. Clinton preguntó al famoso presentador si ha tocado alguna vez el pelo de Donald Trump, en su The tonight show. «El mío es real».
* Iowa: km 0 Clinton en un programa de coches en Iowa, estado en el que lanzó su campaña.
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