BLOC CULTURAL,

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miércoles, 16 de agosto de 2023

El Objetivo La Sexta - SALVADOS LA SEXTA - La noche encendida - Oficina - Economia - Colaboración pro bono entre Iberdrola y Save The Children España ,. / La hora de los Fósforos - La Cope - CARLOS HERRERA - El señor de los bosques - O talamos árboles o morimos de sed ,. / RADIO - TELEVISION - EL TRANVÍA DEL TIEMPO - EL BOTIJO - Cine Bigote - Dani Fernández: “Hay que tenerle cariño a las caídas, eres quien eres también gracias a eso” ,.

 

 TITULO: El Objetivo La Sexta - SALVADOS LA SEXTA -  La noche encendida  - Oficina - Economia - Colaboración pro bono entre Iberdrola y Save The Children España ,.

 
Resultat d'imatges de la noche encendida con pedro ruiz 
  La noche encendida,.
 
 
 'La noche encendida' no será solo un programa de charlas, espectáculo, música, comedia, sorpresas e invitados, presenta
do por Pedro Ruiz, por La 2,foto,. etc,.

 

Colaboración pro bono entre Iberdrola y Save The Children España,.

Andrés Conde, CEO de la ONG en España, destaca en Nueva York el Programa Pro Bono de los servicios jurídicos de la compañía,.

Andrés Conde, CEO de Save The Children España, durante una intervención
 
foto / Andrés Conde, CEO de Save The Children España, durante una intervención,.

En el marco del Congreso Mundial de Derecho, celebrado en Nueva York los días 20 y 21 de julio y organizado por la Asociación Mundial de Juristas o World Jurist Association, Andrés Conde, CEO de Save The Children España, destacó la calidad del Programa Pro Bono de los servicios jurídicos de Iberdrola.

Un servicio pro bono es aquel que se presta gratuitamente o sin la expectativa de recibir pago, y que beneficia principalmente a personas o comunidades pobres o menos privilegiadas y a las organizaciones que los asisten.

Este congreso ha reunido en Nueva York a varios jefes de Estado, autoridades, jueces de tribunales superiores supranacionales y nacionales, formuladores de políticas, académicos, abogados, activistas y estudiantes para discutir una amplia variedad de temas actuales a los que la comunidad jurídica debe proponer soluciones.

El CEO de Save The Children España participó en tres intervenciones durante el congreso, y aunque Save The Children ha contado en numerosas ocasiones con los servicios pro bono de la gran mayoría de despachos y bufetes de España, la experiencia con Iberdrola ha sido notablemente satisfactoria, según la opinión de Conde. «Han entendido muy bien y se han sensibilizado con el desasosiego que generaba en la organización tener problemas para los que no cuentan con medios suficientes para afrontarlos. El nivel de compromiso y de dedicación de sus profesionales nos han acompañado de principio a fin, haciendo un seguimiento persistente en cada caso y demostrando un alto nivel de empatía», comentó Conde.

Después de poner en valor importante la colaboración de Save The Children con la multinacional energética, Andrés Conde hizo un llamamiento a los profesionales del sector. «No se me ocurre mejor foro que el presente, la casa de las Naciones Unidas y en uno de los países más poderosos del mundo, Estados Unidos, para lanzar un mensaje alto y claro: los abogados y fiscalistas contáis con una herramienta única para conseguir una sociedad más justa, y os quiero animar a todos a que colaboréis con el tercer sector, porque os necesitamos y mucho», insistió el CEO de Save The Children para concluir una de las intervenciones del Congreso.

 

TITULO:  La hora de los Fósforos - La Cope - CARLOS HERRERA - El señor de los bosques - O talamos árboles o morimos de sed.,

  La hora de los Fósforos - La Cope - CARLOS HERRERA - El señor de los bosques  - O talamos árboles o morimos de sed ,fotos.

 

O talamos árboles o morimos de sed,.

La superficie forestal de nuestro país se multiplica, pero cuando escasea la lluvia disminuye el agua en los ríos y los acuíferos

Troncos de árboles cortados en Riba de Saelices (Guadalajara)
 
 
Troncos de árboles cortados en Riba de Saelices (Guadalajara),.

España lleva 50 años ininterrumpidos multiplicando su superficie forestal, al punto de que hoy es el tercer país de Europa con más masa forestal, tras Suecia y Finlandia. Un 37 por ciento del territorio está cubierto por bosques. A lo que habría que añadir otro 18,5 por ciento bajo el epígrafe de «otras tierras boscosas». Esto es, con cubierta vegetal copiosa aunque no sea estrictamente un bosque. En total, más del 50 por ciento. Sin contar la superficie agrícola, aunque fuera de olivares o cualquier otro cultivo arbolado. En teoría este balance es un buen indicador para mitigar el cambio climático. Pero en la práctica no es exactamente así. Ni mucho menos en un territorio, la Península, aquejado por una acuciante sequía. En particular, toda su cuenca mediterránea y el centro peninsular.

 

La sacralización del bosque ha contribuido a crear un espejismo acerca de un pasado verde que a menudo no es tal. La desforestación es un hecho en continentes como África o Suramérica. Pero no en América del Norte. Ni en Oceanía. Ni mucho menos en Asia o Europa. En estos últimos continentes no ha cesado de crecer la superficie boscosa las últimas décadas.

Cataluña es, junto a Castilla y León, la comunidad donde más ha crecido la superficie forestal. Hay más hectáreas que nunca. No es una opinión. Es una constatación. A mediados del siglo XX, los bosques catalanes tocaron fondo. Desde entonces, el bosque no ha dejado de crecer por el abandono progresivo de los cultivos. Tanto es así, que hoy dos tercios de Cataluña están cubiertos de superficie arbolada. Cataluña tiene de hecho más bosque que Suiza. El ritmo anual de nuevos árboles en la comunidad autónoma se ha cifrado en 30 millones, aunque la mayoría no llegan a prosperar. Hoy, el número de árboles en Cataluña se cifra en no menos de 2.600 millones de ejemplares. Tocaría a 400 árboles por persona. Lo que no es poco. Aunque tampoco hay que llevarse a engaño. De lograrse un aprovechamiento máximo de los bosques para biomasa solo se obtendría un 10 por ciento de la energía demandada en la actualidad.

En teoría, este frondoso país arbóreo debería tenerse por un dato positivo. Lo cierto es que no es exactamente así. Todo es infinitamente más complejo. Eso revela el alcalde de Moià, Dionís Guiteras, en «Lligar-se bé les espardenyes», un libro en el que glosa sus conocimientos tras años observando el bosque y acumulando experiencias.

El motivo es que el bosque está abandonado. Y han proliferado los bosques enfermos. Acechados por una sequía que se está acentuando tras dos años de escasa lluvia. Pero este 2023 es el peor de los últimos 15. Como se suele decir, llueve sobre mojado.

Basta con advertir que se ha llegado al extremo de cerrar para el regadío el Canal de Urgell, una megaestructura que en sus cerca de dos siglos de existencia siempre había proporcionado un flujo incesante de agua para un territorio agrícola de más de 50.000 hectáreas. Todos los cultivos que abastecía quedan ahora a la intemperie, esperando unas providenciales lluvias, lo que de no suceder amenaza con una catástrofe sin igual. No solo se puede perder la cosecha. Los agricultores advierten de que de seguir así se van a morir los árboles frutales con unas consecuencias económicas dantescas.

100 litros de agua por pino

Guiteras es un autodidacta que puede presumir de codearse con eruditos como el arqueólogo Eudald Carbonell o el doctor Martí Boada, consultor de la Unesco y Premio Nacional de Medio Ambiente. Sus lúcidas reflexiones, rehuyendo lo políticamente correcto, nos empujan a una asombrosa conclusión: si no cuidamos el bosque, si no lo esponjamos, si no lo recuperamos, la densidad de árboles y la precariedad de éstos nos va a dejar sedientos.

Cada pino de 40 centímetros de diámetro consume entre 80 y 100 litros diarios. El efecto –cuando escasea la lluvia y hay un exceso de árboles por hectárea– es que disminuye la cantidad de agua en las cabeceras de los ríos. Y en los acuíferos. Es un cóctel explosivo. Un bosque excesivamente denso debilita la arboleda, favorece las plagas, acumula combustible, seca el subsuelo y crea así las condiciones ideales para incendios devastadores. Los llamados de sexta generación. Cuando se desata un incendio que afecta a un bosque superpoblado, con cantidad de árboles inertes que se han ido acumulando con el paso de los años, no hay quien lo pare, porque la cantidad de combustible que es pasto de las llamas es imparable para los bomberos. No solo avanza a una velocidad endemoniada. También con un poder abrumador que sobrecoge a bomberos y sobrepasa todos los medios de extinción de incendios.

La conurbación urbana

El área metropolitana de Barcelona es de las mayores conurbaciones urbanas de la Península. Y deberá seguir confiando para abastecerse de agua en el río Llobregat. Además del agua trasvasada del Ter con un caudal menguante. ¿Cuál es la solución? No hay milagros. Más agua regenerada, más desalinizadoras y un mejor aprovechamiento y racionalización del agua evitando las pérdidas (hasta un 30 por ciento) a causa de una red de tuberías deficiente.

Pero si se obvia la gestión forestal, Llobregat y Ter aún sufrirán más, porque en sus cabeceras cada vez hay más árboles y en peores condiciones. Y esos árboles que no dejan de multiplicarse sin control reclaman agua y se perjudican unos a otros en un recíproco estrés hídrico que los deteriora, los seca y, en último término, los mata. Sobre todo los pinos, pese a ser los más resistentes a la sequía. Aunque cuando llegan al límite mueren sin tener la capacidad de volver a rebrotar que sí tienen, en cambio, encinas o robles.

En la cuenca mediterránea predominan, con mucho, los pinares. Lo que da buena cuenta del problema cuando esta especie prolifera sin control y abarrota de madera y matorrales el suelo de unos bosques que llegan a ser intransitables. Todo a merced del fuego cuando este hace acto de presencia.

Un bosque sostenible debería contar con un pie de bosque de entre 400 y 1.000 árboles esbeltos y robustos por hectárea. Pues bien, en la Cataluña Central –y en general aquellas zonas que sufrieron incendios– proliferan las hectáreas de un nuevo bosque que alberga hasta 30.000 pies por hectárea. Una auténtica desmesura que favorece la aparición de todo tipo de plagas, árboles pequeños y débiles. Además de una notable pérdida de la biodiversidad.

Otra cuestión, lo que dificulta la gestión forestal, es que la mayor parte de bosques son de propiedad privada. Y su rentabilidad suele ser nula. Sin embargo, antaño no era así. Un bosque era una suculenta fuente de ingresos gracias al aprovechamiento de la madera. Hoy escasea el valor de una superficie forestal al punto de que puede ser una carga para sus propios propietarios. Gastos y obligaciones. Y ningún aprovechamiento razonable. No solamente eso. Se ha invertido la selección natural darwiniana. Los mejores árboles se han ido cortando sin criterio alguno y se han dejado, por contra, los que son defectuosos. El resultado de todo ello es un bosque insano, débil y enfermizo.

 

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 RADIO - TELEVISION - EL TRANVÍA DEL TIEMPO - EL BOTIJO - Cine Bigote - Dani Fernández: “Hay que tenerle cariño a las caídas, eres quien eres también gracias a eso”  ,.    fotos,.

 Dani Fernández: “Hay que tenerle cariño a las caídas, eres quien eres también gracias a eso”,. 

 

El de Alcázar de San Juan repasa junto a LA RAZÓN su trayectoria y sus planes para este 2023, con la resaca emocional de su llenazo en el Wizink aún muy presente,.

Entrevista al cantante Dani Fernández.
 
Entrevista al cantante Dani Fernández.

No olvida el concierto que ha marcado su trayectoria musical –y posiblemente su vida–. Tras su etapa en grupo, Dani Fernández emprendió una carrera en solitario que no para de crecer. Dejó a Madrid sin asientos y empieza gira por toda España. Aquel 29 de diciembre, en el escenario, con el micrófono en sus manos y mirando al cielo, dejó claro lo presente que ha estado siempre su abuelo a lo largo de su vida. «Fue con mi abuelo cuando empecé a despertar inquietud por la música», confiesa a LA RAZÓN. «Mi familia me cuenta que todos los momentos especiales de mi vida los acompañaba con música. Si me pasaba algo feliz, me gustaba una chiquilla del colegio o sufría un desamor, necesitaba de su compañía. Desde muy pequeño mostraba especial interés en analizar las letras y entender sus significados», apunta. Esa sensibilidad ha sido el motor que empujó al artista a perseguir sus sueños.

 

Recordemos que el joven empezó formando parte de Auryn y, aunque él se resista a reconocerse valiente, en ese salto a ciegas que dio en 2016 corría riesgo: «Me di cuenta de que a mí lo que me gustaba era hacer la música. No fue algo premeditado o pensado, creyendo que me iba a ir bien solo, sino que hice la música que hago porque me sentía mejor. Lo pasé muy mal porque veía cómo compañeros avanzaban y yo no, les salían más contratos… Económicamente, estuve bajando muchísimo hasta el punto de no tener dinero ni para comprarme un amplificador. Y encima sabemos cómo es de cara la vida en Madrid, pero claro, aquí estaban las oportunidades. No quiero ir de víctima, lo que me pasaba es lo normal que le ocurre a quien está empezando». Apostó y le salió bien.

 

Quien haya ido a sus conciertos o escuchado sus canciones entiende que Dani siempre tira por lo emocional. «Me gustaba mucho cantar y sobre todo las baladas. Me incliné por lo que tenía dentro, saqué las canciones que me representaran a nivel de letra y composición. Saqué mi corazón. Esto es fruto mío pero gran importancia de un artista es la gente que tienes a tu alrededor, tener un equipo y una inspiración», detalla quien todavía cuenta con la agencia de representación de sus inicios y compartía piso con su actual bajista.

 

Madrid, caótica, pero acoge

Su familia siempre le apoyó: «Se dieron cuenta de qué era lo que me hacía feliz. Lo más difícil de ser padre es darse cuenta de que muchas veces tienes que apostar por lo que le hace feliz a tu hijo y no por si en algún momento va a ser infeliz, porque también puede pasar». Dani cogió el tren con 18 años para mudarse al lugar protagonista de la mayoría de sus canciones. Madrid. Aquí dio clases de canto en su infancia y, de alguna manera, supo que sería su destino. De un pueblo de 30.000 habitantes pasó a encontrarse con las dimensiones de una capital, grande y pequeña a la vez. «Para mí el emblema de Madrid es que tiene mucha esencia. Es una ciudad donde siempre hay vida. Donde te cruzas a tu gente. Donde conoces muchas culturas. Una ciudad muy liberal que en el momento en el que vine que no existía ni Instagram, era ese otro mundo donde podía ser yo completamente sin miedo a no ser aceptado», comenta. Y añade: «Muchas de las historias que he escrito me han pasado en Madrid. He odiado la ciudad y la he echado de menos. Eso es lo bonito, el quererla matar y estar enamorado de ella».

Entre las dudas y el azar

De Incendios (2019) a su último disco los procesos han sido muy diferentes. Aunque el cantante dice ser alguien que cocina a fuego lento, es cierto que el primero le llevó mucho más tiempo, principalmente por una cuestión de madurez: «Estaba perdido, tuve que hacer muchas pruebas para poder encontrarme y darme a conocer, estaba casi en bancarrota. Esa etapa fue muy diferente a la del segundo disco. Ya venía con una experiencia previa. Supe lo que era una gira, lo que le gustaba a la gente, qué tipo de música y producción necesitaba… ya contaba con un feedback y estaba preparado. Además quise enfocarme mucho en mi esencia, que se basa en el directo. El hecho de tener más claras las cosas ha hecho de este último disco mayor adultez. Y, por supuesto, compartir con personas que sientan pasión por el proyecto; para mí es preferible estar con gente que sienta de verdad amor por lo que hace que rodearse de los mejores, esto también lo he aprendido con el tiempo».

¿Hasta qué punto son importantes las vivencias propias para componer sus obras? En el caso de Dani, fundamental. «Es lógico que cuando vives una experiencia te sale solo. Hay artistas que saben imaginarse otras historias y hacer una canción a medida y creíble. No es mi caso, me cuesta cantar sobre lo ajeno y empatizar. Soy muy visceral y emocional», explica.

La importancia de saber parar

Ahora, con la salud mental en el centro del debate público, el artista reconoce la importancia de un entorno sano y seguro. Admite caídas, recaídas y piedras en el camino, aunque de eso saque moraleja: «En todos los trabajos hay altibajos, la clave está en saber gestionarlos. Yo lo he pasado muy mal, pero es algo normal para llegar a estar bien. Si todo es un camino de rosas luego la hostia es más grande. Me hice fuerte para poder sobrellevar lo que viene». «Contar lo bueno como lo malo es lo importante», manifiesta el cantante en una era donde el tiempo va sin frenos y las frustraciones por el quererlo todo aquí y ahora se acentúan. «Siempre digo en mis conciertos que soy un afortunado por tener a gente que quiera escucharme. Pero no me olvido de dónde vengo y de lo que me hacía feliz antes, que eran salas de 300 personas. No da tiempo a asimilar las cosas, de ahí el saber autogestionar nuestra cabeza y qué es lo que realmente nos llena y satisface. Yo reflexiono mucho sobre lo que me pasa en cada momento», cuenta.

Entrevista al cantante Dani Fernández.
 
 
Entrevista al cantante Dani Fernández.

Y así, sin esperarlo, llegó la noche de diciembre en la que 12.000 personas llenaron el Wizink Center. «Todavía me cuesta ver vídeos porque fue tan bonito que me entristece saber que ya ha pasado y no lo voy a vivir más», asegura emocionado. «Nadie te enseña a ser una persona pública, a separarte de tu gente y tampoco a saber si el siguiente Wizink será igual de especial», destaca. Lo veremos como parte de la gira que le llevará a recorrer toda España este año.


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