BLOC CULTURAL,

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domingo, 26 de febrero de 2023

EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO -CENA - DOMINGO -LUNES - EL ARBOL DE TU VIDA - Martes- 14 - Marzo - Eva Soriano. Cómica y presentadora ,. / LUNES - 13- Marzo - Imprescindibles - Bestias de acero ,. / ELLA & - El capitulo siete ,. / EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - PESADILLA EN LA COCINA -Jueves -9 -Marzo - Receta de torrijas a la andaluza,.

 

 TITULO:  EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO -CENA - DOMINGO -LUNES - EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES -14 - Marzo - Eva Soriano. Cómica y presentadora,.

EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES -  14 - Marzo ,. 

 
 Conducido por Toñi Moreno, el espacio investiga el árbol genealógico de los personajes más queridos de nuestro país. El martes- 14 - Marzo 
, a las 22:30 por antena 3, etc.


 
 EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - LUNES -Carmen Posadas -  Eva Soriano. Cómica y presentadora ,.

  EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - LUNES - Eva Soriano. Cómica y presentadora .,fotos.

 Eva Soriano. Cómica y presentadora,.

 

 

La comediante Eva Soriano, en el plató de su nuevo show.

La comedia debe estar en constante cambio, como la sociedad»,.

Conduce 'Showriano' en Movistar Plus+, un programa en el que la música e improvisación están presentes junto a invitados conocidos,.

 Anne Igartiburu: «Cada día tenemos más de 90.000 pensamientos, casi todos  malos. Hay que meditar»

( Desayuno,.)

Aprovechando su gran momento profesional tanto en radio como televisión, la cómica Eva Soriano (32 años, Reus, Tarragona) regresa a la pequeña pantalla con 'Showriano', un formato de Movistar Plus+ (estreno el miércoles 1 de marzo), producido por El Terrat (The Mediapro Studio), que contará con su sello personal y en el que reunirá cada semana en un plató convertido en discoteca a invitados conocidos, donde no faltarán la improvisación, el humor y la música junto a un piano. La presentadora asume su segundo reto profesional en solitario tras 'La noche D' en TVE. 

 

 El Barracón - Salchichas Con Huevo Frito

( Cena,.)

–¿Cómo la convencieron para presentar este proyecto?

–Me concedieron una carta blanca. Como el propio nombre del programa indica, la idea la desarrollamos El Terrat, Movistar Plus+ y yo. En este formato hay mucho de mí. Me gusta hacer entretenimiento y cuando me dijeron que si quería hacerlo, yo les contesté que por supuesto.

–¿En qué vamos a notar su sello?

–Para empezar, el nombre ya es una declaración de intenciones. Nadie puede presentar el programa sino fuera yo, porque entonces sería una locura. Formo parte de todo el engranaje y la concepción del espacio. Me siento genial porque me lo consultan y preguntan, y eso no sucede siempre. Aquí hay una propuesta en la que me dijeron que esto estaba hecho para mí, para que me lo pasara bien. Es como la fiesta de fin de curso más cara de toda la historia.

–Le vemos cantar en todos los programas que presenta. ¿Tiene esa espinita clavada de no haberse dedicado a la música?

–Soy una cantante frustrada. Todo parte de la frustración. Canto en todas las producciones que hago, tanto en teatro como en radio. Lo hago desde el cariño. No soy una cantante profesional, pero todas las producciones van a ser del programa, para que sea el hilo conductor para los espectadores.

–¿Es más complicado hacer humor y comedia a través de la música?

–Es complicado, es demencial y es una locura. ¿Que lo vamos a hacer? También. Hay una parte del programa que va a ser improvisada, y eso es completamente real. No vamos a saber la historia que nos va a traer la gente que quiere que le hagamos una canción a su medida. Creo que ahí está la base de la comedia. Algo improvisado que sale bien es la hostia e increíble, todo el mundo lo celebra, pero también sale a veces una mierda. El fracasar también es la base de la comedia. En el riesgo está la aventura y la improvisación es lo que tiene.

–¿Tiene algún truco por si se queda en blanco durante una improvisación?

–Básicamente, la salida que nunca me falla es una rima asonante con olla, coño o alguna cosa de estas. Hay ciertas herramientas que sabes que te van a generar risas. Si me veo entre la espada y la pared, las voy a utilizar.

–Es su segundo proyecto en televisión tras 'La noche D' (TVE). ¿Siente que ha aprendido para presentar un gran show como este?

–Sí y no. 'La noche D' me sirvió para conocerme como profesional y saber lo que me gusta y lo que no. Y, sobre todo, fue una escuela. No obstante, 'Showriano' tiene un riesgo añadido, que es que es un proyecto muy mío, en el que yo estoy encima y he participado de forma activa. Hay unos nervios añadidos que no tenía en TVE. Y aquí tengo una responsabilidad que no tenía en otros programas.

–Debutó en una cadena generalista, donde la batalla por la audiencia es más cruel. ¿Se trabaja mejor en una plataforma de pago sin esa presión tan alta por los datos?

–Creo que casi todos mis compañeros estarán de acuerdo con que nosotros no podemos trabajar con cifras. No es una ciencia matemática. Los números son los que son, y por supuesto tenemos que aceptar las audiencias, pero no puedes trabajar de esa manera pensando para que la gente lo vea porque al final estás matando la creatividad, que es el arte de esta profesión. No soy partidaria de darle muchísima importancia a las audiencias porque estaría haciendo cosas para agradar y eso no es bueno porque te mete en una dinámica que te deja sin personalidad.

Buen momento

–Cerró el año anterior sin parar de encadenar proyectos. ¿Está aprovechando su buen momento?

–Mi principal problema es que casi todo lo que hago me gusta. Cada proyecto que hago me compensa en algún aspecto. Si partes con una pizca de ilusión siempre se trabaja mejor. Pero es verdad, no lo voy a negar, en los que hay días en los que acabo agotada. ¿Que luego me hecho una siesta y tiro para adelante? Pues también. Creo que los buenos momentos hay que aprovecharlos, sin volverse majara, porque hay un punto de salud mental que hay que cuidar. Yo me lo tomo como una carrera de fondo en la que hay que estar y entrenar cada vez más, pero teniendo en cuenta lo que te gusta.

–Josema Yuste se quejó de que ya no podía hacer chistes con homosexuales. ¿Cree que el humor debe avanzar o ser un terreno sin límites?

–Como cómico no puedes ponerte unos límites subjetivos. Al final, lo que hacemos es un humor desde nuestras vivencias y vivimos en una sociedad. Hay un punto de revisión hacia tu persona que debe ser constante. Igual que digo ahora esto, yo también puedo patinar mañana porque soy humana, como diría Chenoa. Concibo la comedia como algo que debe estar en constante cambio como la sociedad. Si cambia, tu discurso también debe evolucionar. Como individuo tengo que hacer un trabajo en el que tengo que progresar. 

 

  • TITULO:  Lunes - 13- Marzo   - Imprescindibles - Bestias de acero,.




    LUNES -  13 - Marzo - Imprescindibles ,.

    Imprescindibles, serie de documentales sobre los personajes más destacados de la cultura española del siglo XX cada semana en La 2, el lunes -  13- Marzo -
     , a las 21:00, foto ,.
     Bestias de acero,.
     

    Los cuerpos de los militares del ejército ruso siguen tirados en bosques al norte de la capital y en Bucha los civiles fallecidos aún están en las calles,.

    Los combates por el control de Kiev dejan un reguero de destrucción |  BURGOSconecta

    Después de seis semanas de guerra bajo la constante amenaza de un asalto ruso, Kiev proclama victoria porque ya no hay presencia rusa en toda la región. La viceministra de Defensa, Hanna Maliar, declaró a los medios que «todo el Óblast (región) de Kiev está ahora libre de ocupantes rusos». Las tropas enemigas fracasaron en su intento de llevar a cabo una operación relámpago sobre la capital, tampoco pudieron cercarla y, finalmente, optaron por retirar sus tropas de forma acelerada de las posiciones más próximas a Kiev.

    Vladímir Putin se queda sin el golpe de efecto que buscaba en Kiev para acabar con el Gobierno de Volodímir Zelensky y sus hombres fueron incapaces de cruzar el río Irpín. Esta victoria, sin embargo, es parcial ya que miles de soldados rusos siguen invadiendo Ucrania, los combates se endurecen en los distintos frentes abiertos en el Donbás y, según el Pentágono, «las unidades que estaban en las zonas próximas a Kiev podrían estar reposicionándose para intentar un nuevo asalto».

    El norte de la capital se ha convertido en un cementerio de soldados rusos, cuyos cuerpos siguen tirados en bosques y trincheras. Circular por los caminos rurales y carreteras de la zona supone un recorrido por un museo de chatarra calcinada. Tanques y blindados rusos destrozados por el fuego ucraniano son la imagen de la derrota estratégica sufrida por Moscú a las puertas de Kiev.

    Ya no hay fuerzas rusas en Hostomel, Bucha e Irpín, los tres grandes núcleos urbanos. Esta última localidad ha sido el punto más cercano a Kiev, a 20 kilómetros de la capital, al que han llegado las tropas enemigas. Antes de la guerra tenía unos 60.000 habitantes, ahora apenas quedan unas decenas y, pese al final de los combates, mantienen una misma rutina diaria. A las doce del mediodía todo el que puede se acerca al sótano del hospital donde se enciende un generador durante una hora para poder cargar teléfonos móviles, linternas o cualquier aparato eléctrico. No hay luz, ni gas y cada uno sobrevive con los víveres que tenía guardados porque tampoco ha llegado ningún tipo de ayuda humanitaria.

    «Yo trabajaba en este hospital, soy médico y tengo experiencia militar porque me tocó servir en Afganistán en la época de la URSS. Necesitamos ayuda médica urgente porque hay muchos heridos y enfermos a quienes atender y yo apenas les puedo dar apoyo por teléfono», lamenta Vasilyi durante la recarga de sus teléfonos. Este doctor asegura que «no me sorprende la no intervención miliar europea porque Bruselas tiene miedo de Rusia, por eso quiero decir que son unos cobardes. Hay que ser mucho más activos para frenar a los rusos».

    A su lado está sentada Tatiana, quien asiente a cada palabra y quiere añadir que «esto no ha terminado, las tropas rusas ya no están en las calles de Irpín, pero los conocemos y sabemos que volverán». Tatiana se ha quedado junto a su marido y carga el móvil para poder hablar con su hijo, que vive en Letonia. Sus familiares les pidieron que salieran de su casa en busca de un lugar seguro, pero se negaron y han resistido en un sótano helador durante las seis semanas.

    Según los datos de la municipalidad unos 200 vecinos han muerto a causa de los combates, pero la cifra sube cada día porque los servicios de rescate encuentran cuerpos en sótanos y apartamentos. Los dejan junto al portal, tapados con un manta y luego pasan a retirarlos con una furgoneta para llevarlos a un depósito.

    En los días más duros de la contienda no se podía enterrar a los fallecidos y por ello los vecinos optaron por hacerlo de manera improvisada en jardines, parques o en la misma escuela municipal, que también fue atacada en varias ocasiones. Algunas de estas tumbas tienen una cruz con el nombre del difunto, otras no, son un simple montículo de tierra anónimo.

    En el parque central de Irpín, entre frondosos árboles y barbacoas, descansa María Sharapova. A esta mujer de 83 años un mortero le mató el 6 de marzo cuando estaba sentada en un banco. Ahora descansa a dos metros del agujero dejado por el proyectil y del banco en el que permanece su bolso con sus objetos personales desparramados. Oleksander pasa junto a la cruz de madera y maldice a Putin y a los rusos porque «son unas bestias, unas bestias de verdad. Mira lo que nos han hecho y lo peor es que estamos seguros de que volverán. Lo hicieron en Chechenia y lo harán aquí, por eso pido que dejen los cuerpos de sus soldados en el campo para que aunque sirvan de fertilizante para la tierra».

    Muertos en las calles

    Los rusos salieron hace una semana de Irpín y desde entonces los servicios de rescate no han parado de recuperar cuerpos y poco a poco los van retirando. En otras ciudades próximas recién liberadas como Bucha la imagen es aun más cruda porque no ha habido tiempo de hacerlo y siguen en las aceras.

    El alcalde de esta ciudad al noroeste de la capital aseguró que al menos 300 vecinos fueron enterrados estas semanas en una fosa común. El mandatario local, Anatoly Fedoruk, en declaraciones a AFP, sostuvo que «todas estas personas fueron asesinadas de un disparo en la nuca». Relató que entre las víctimas había hombres y mujeres. También aseguró haber visto a un niño de 14 años entre los muertos.

    Muchos de los cuerpos tenían vendas blancas «para mostrar que estaban desarmados». Las fuerzas ucranianas penetraron completamente en Bucha hace uno o dos días. La ciudad estuvo inaccesible durante casi un mes. Las autoridades anunciaron un toque de queda de 48 horas en todas las zonas liberadas con el objetivo de retirar cadáveres e intentar limpiar las ciudades de toda la munición sin explotar.

    Puentes provisionales para facililitar la vuelta a casa,.

    Irpín no es una ciudad reducida a escombros, pero tiene varios barrios afectados por los proyectiles y muchas calles están cortadas por vehículos y tanques calcinados. Los dos grandes puentes que le conectan con Kiev fueron destruidos por el ejército ucraniano para frenar el avance enemigo y ahora apenas quedan dos pasos menores para cruzar el río. Los militares se disponen a habilitar puentes provisionales para facilitar el regreso de los civiles que quieran ver cómo están sus casas.

    Valery Ivanovich se presenta como «ingeniero y ciudadano de honor de Irpín» y recuerda que «el 23 de febrero estábamos celebrando mi cumpleaños y estaba aquí toda mi familia. Al día siguiente estalló la guerra y mis hijos y nietos se fueron, pero yo decidí quedarme junto a mi mujer». Valery quiere mirar más allá de la guerra y hablar de la situación política porque «esta situación es consecuencia del mal trabajo de los políticos, del gobierno y de los diplomáticos de Ucrania y Rusia y ahora no sabemos cómo terminará».

    Desde Moscú venden esta retirada de la región de Kiev como un «cese drástico de la actividad militar» y aseguran que el objetivo primordial desde el comienzo es el Donbás, al este de Ucrania. En Moscú no utilizan la palabra guerra y hablan de «operación especial», pero digan lo que digan en Moscú, los ucranianos no les creen y por eso saben que el silencio que reina ahora en el cielo de la región de Kiev puede volver a romperse en cualquier momento.

    TITULO:  ELLA & - El capitulo siete ,.

    El capitulo siete ,.

     

    foto / Cormac McCarthy en una imagen de archivo,.

     El próximo jueves llega a las librerías españolas una doble entrega de Cormac McCarthy. De una de ellas, 'El pasajero' (Random House), adelantamos en exclusiva el arranque de uno de sus capítulos


    Estaba sentado bebiendo té caliente y arrebujado en una de las mantas de salvamento grises de la bolsa de emergencia. El mar oscuro chapaleaba a su alrededor. El barco de los guardacostas que se había detenido a un centenar de metros se bamboleaba a merced de las olas, las luces de navegación encendidas, y a lo lejos, unas diez millas al norte, se veían faros de camiones en la carretera elevada procedentes de Nueva Orleans en sentido este por la ruta 90 camino de Pass Christian, Biloxi, Mobile. En el reproductor de casetes sonaba el segundo concierto para violín de Mozart. La temperatura del aire era de siete grados y eran las tres y diecisiete de la mañana.El ténder estaba tumbado sobre los codos y tenía los auriculares puestos y observaba las oscuras aguas. De vez en cuando el mar parecía estallar con una suave luz sulfurosa allí donde doce metros más abajo Oiler estaba trabajando con el soplete. Western observó al ténder y sopló para enfriar el té y tomó un sorbo y contempló los faros en la carretera elevada, como un lento reptar de gotas de agua por un cable de tendido eléctrico. Un suave efecto estroboscópico a su paso por detrás de los balaústres de hormigón. Un viento que soplaba desde la punta occidental de Cat Island hizo que el mar se picara ligeramente. Olor a petróleo y el pestazo a manglares y salicornias de las islas. El ténder se incorporó y se quitó los auriculares y empezó a hurgar en la caja de las herramientas.

    ¿Qué tal le va?

    Bien.

    ¿Y ahora qué quiere?

    Los alicates grandes.

    Enganchó unas cizallas en un mosquetón y amarró este a la cuerda elástica y observó cómo las cizallas se deslizaban hasta el agua. Miró a Western.

    ¿Hasta qué profundidad se puede usar acetileno?

    Unos nueve o diez metros.

    Y a partir de ahí, corte oxieléctrico.

    Sí.

    El ténder asintió con la cabeza y volvió a ponerse los auriculares.

    Western se terminó el té y tiró los posos y devolvió la taza a su bolsa y luego cogió sus aletas y se las calzó. Dejó caer la manta en que estaba envuelto y se puso de pie y se subió la cremallera del traje de neopreno. Se inclinó para coger sus tanques y los levantó por las correas y se los cargó a la espalda. Ajustó las correas y se puso las gafas de buceo.

    El ténder se echó los cascos hacia atrás. ¿Te importa si cambio de emisora?

    Western se levantó las gafas. Es un casete.

    ¿Te importa que ponga otro?

    No.

    El ténder meneó la cabeza. Traernos aquí en helicóptero con un frío de cojones a la una de la noche. No sé a qué venía tanta prisa.

    O sea que están todos muertos.

    Sí.

    ¿Y tú cómo lo sabes?

    Es de pura lógica.

    Western miró hacia el guardacostas. La forma de las luces encabritada en el mar picado. Miró al ténder. ¿Pura lógica?, dijo. Vale.

    Se puso los guantes. El haz blanco del reflector corrió por el agua y volvió por donde había venido y luego oscuridad. Se puso el cinto y una vez abrochado se metió el regulador en la boca y se ajustó las gafas y bajó al agua.

    Penetrando poco a poco en la oscuridad rumbo al fulgor intermitente del soplete. Alcanzó el estabilizador y descendió hasta el fuselaje y giró y empezó a nadar despacio, resiguiendo con una mano enguantada la lisa superficie de aluminio. El relieve de los remaches. El soplete volvió a llamear. La forma del fuselaje como un túnel hacia la oscuridad. Dejó atrás las protuberantes góndolas donde se alojaban los motores a reacción y descendió por el costado del fuselaje hacia el charco de luz.

    Oiler había cortado ya el mecanismo de cierre y la puerta estaba abierta. Tenía medio cuerpo dentro del avión y estaba en cuclillas contra el mamparo. Hizo un gesto con la cabeza y Western se detuvo en la puerta. Oiler dirigió la luz hacia el pasillo de la nave. Los pasajeros en sus asientos respectivos, los cabellos flotando. La boca abierta, todos ellos, y en los ojos ni rastro de especulación. La cesta estaba en el suelo, junto a la puerta, y Western cogió la otra linterna de buceo y se propulsó hacia el interior del avión.

    Avanzó despacio por encima de los asientos, los tanques rozando el techo. Con la cara de los muertos a solo unos centímetros. Todo lo que podía flotar estaba pegado al techo. Lápices, cojines, vasos y tazas de plástico. Hojas de papel cuya tinta corrida dibujaba garabatos jeroglíficos. Claustrofobia en aumento. Giró doblándose sobre sí mismo y volvió por donde había venido.

    Oiler estaba buceando con su linterna por el exterior del fuselaje. La luz formaba una corola en la cámara de aire del vidrio doble. Western siguió adelante y penetró en la cabina.

    El copiloto seguía en su asiento con la correa ceñida pero el piloto se movía pegado al techo con los brazos y las piernas hacia abajo cual enorme marioneta. Iluminó el tablero de instrumentos. Las palancas gemelas de control totalmente en posición de off. Los cuantificadores eran analógicos y al producirse un cortocircuito por efecto del agua habían vuelto a posiciones neutrales. Alguien había retirado uno de los tableros de la aviónica y se veía un cuadrado vacío en la consola. A juzgar por los orificios, eran seis los tornillos que lo sujetaban y había tres clavijas colgando allí donde alguien había desconectado los cables. Western apoyó las rodillas contra el respaldo de los asientos, una en cada uno. Buen Heuer de acero inoxidable en la muñeca del copiloto. Examinó los paneles. ¿Qué faltaba? Altímetros e indicadores de velocidad vertical Kollsman. Combustible en libras. Velocidad del aire a cero. Por lo demás, aviónica Collins. Era el rack de navegación. Retrocedió para salir de la cabina. Las burbujas del regulador se ordenaron solas a lo largo del techo abovedado. Había buscado en todos los sitios posibles el sistema de visualización del piloto y casi pudo jurar que allí no estaba. Salió al exterior y buscó a Oiler. Estaba flotando encima del ala. Hizo un movimiento circular con la mano y señaló hacia arriba y aleteó hacia la superficie.

    Sentados en la pequeña cubierta de la zodiac se quitaron las casetas y escupieron cada uno su regulador y se recostaron sobre los tanques respectivos para aflojar las correas. En el reproductor de casetes sonaba Creedence Clearwater. Western sacó su termo.

    ¿Qué hora es?, preguntó Oiler.

    Las cuatro y doce.

    Escupió y se limpió la nariz con el dorso de la muñeca. Alargó un brazo y giró las válvulas de las bombonas para cerrarlas. Odio este tipo de rollo, dijo.

    ¿El qué, los cadáveres?

    Bueno, eso también. Pero no. Hablo de cosas que no tienen sentido. O a las que uno no les ve el sentido.

    Ya.

    Aquí no vendrá nadie más durante un par de horas. Puede que tres. ¿Qué quieres que hagamos?

    ¿Qué quiero que hagamos o qué creo que deberíamos hacer?

    No sé. ¿Tú entiendes algo de esto?

    Pues no.

    Oiler se quitó los guantes y descorrió la cremallera de su bolsa de buceo y sacó el termo que llevaba dentro. Retiró la taza de plástico del recipiente, desenroscó la tapa y se sirvió café en la taza y sopló. El ténder estaba cobrando el cabo y la cesta.

    Ni siquiera se ve el maldito avión. ¿Y se supone que un pescador lo descubrió? Y una mierda.

    ¿No crees que las luces pudieron estar un rato encendidas?

    No.

    Ya. Supongo que no.

    Oiler se secó las manos con una toalla de su bolsa y luego sacó su tabaco y el encendedor y extrajo un cigarrillo del paquete y lo encendió y se quedó mirando el vaivén de las negras aguas. ¿Todos sentados, así sin más? ¿Qué coño es esto? Yo diría que ya estaban muertos cuando el avión se hundió.

    Oiler dio una calada. Meneó la cabeza. Supongo que sí. Y no hay manchas de combustible.

    Falta un panel en el tablero de instrumentos. Tampoco está

    el sistema de visualización del piloto.

    ¿En serio?

    Sabes lo que significa eso, ¿no?

    Ni idea. ¿Y tú?

    Extraterrestres.

    Vete a tomar por saco.

    Western sonrió.

    ¿Tú qué autonomía dirías que tiene uno de esos?

    ¿El JetStar?

    Sí.

    Rondará las dos mil millas. ¿Por qué? Porque habría que saber de dónde venía. Ya. ¿Y qué más?

    Yo creo que llevan ahí abajo varios días.

    Joder.

    No es que estén muy bien conservados. ¿Cuánto tarda un

    cadáver en subir?

    No sé. Dos o tres días. Depende de la temperatura del agua.

    ¿Cuántos hay ahí dentro?

    Siete. Más el piloto y el copiloto. En total nueve.

    ¿Qué quieres hacer?

    Yo irme a casa y derecho al catre.

    Oiler sopló en el café y tomó otro sorbo. Sí, dijo.

    El ténder se apellidaba Campbell. Observó detenidamente a Western y luego miró a Oiler. Lo de ahí abajo tiene que ser un espectáculo muy desagradable, dijo. ¿Eso no os perturba?

    ¿Quieres bajar y así echas un vistazo?

    No.

    Yo te superviso. Western bajará contigo si lo necesitas.

    No me tomes el pelo. No te lo tomo.

    Vale. Pero que no bajo.

    Ya lo sé. Pero como no has visto lo que hemos visto nosotros quizá deberías pensártelo antes de decir lo que se supone que tenemos que sentir al respecto.

    Campbell miró a Western. Western inclinó las hojas de su té. Coño, Oiler. Gary no pretendía tocar las narices.

    Lo siento. Lo que pasa es que no veo cómo pudo llegar ahí abajo ese avión. Y cuanto más pienso en las cosas que no encajan, más larga se hace la lista.

    Estoy de acuerdo.

    A lo mejor nuestro apreciado doctor Western podría aportar algo parecido a una explicación.

    Western meneó la cabeza. Vuestro apreciado doctor Western está a dos velas.

    Ni siquiera sé qué mierda hacemos aquí. Ya. Todo esto huele a chamusquina.

    ¿Y qué nos queda, dos horas para que amanezca?

    Sí. Puede que hora y media.

    Yo no pienso subirlos.

    Yo tampoco.

    Supervivientes. ¿Qué coño significa eso?

    Permanecieron sentados con los rostros en la sombra del fanal. La balsa se bamboleaba a merced de las olas. Oiler alargó un brazo con el termo. ¿Quieres un poco, Gary?

    No. Estoy bien.

    Vamos, hombre. Está caliente.

    Vale.

    Yo no he visto ningún desperfecto.

    Es verdad. Parecía recién salido de fábrica.

    ¿Quién fabrica el...? ¿Cómo habéis dicho que se llamaba, JetStar?

    JetStar, sí. Lockheed.

    Pues es un aparato cojonudo. ¿Cuatro reactores? ¿Qué velocidad alcanzará eso, Bobby?

    Western tiró las hojas del té con una sacudida y volvió a enroscar la tapa del termo. Yo creo que seiscientas millas por hora.

    No veas.

    Oiler dio una última calada al cigarrillo y lo lanzó a la oscuridad de un capirotazo. Tú nunca has subido cadáveres, ¿verdad?

    No. Y me figuro que probablemente, si hay algo que a ti no te gusta hacer, a mí tampoco me va a gustar.

    Se suben con una cuerda y un arnés, pero antes hay que sacarlos del avión. Y los muertos parece que quieren abrazarte. Una vez sacamos cincuenta y tres fiambres de un Douglas frente a la costa de Florida y ahí dije que nunca más. Eso fue antes de ponerme a trabajar para Taylor. Llevaban allá abajo varios días y te aseguro que no apetecía que te entrara en la boca ni una gota de ese agua. Estaban hinchados y hubo que tirar de cuchillo para sacarlos de sus asientos. Y tan pronto quedaban libres empezaban a subir con los brazos para aquí y para allá. Como globos de circo.

    Los de aquí no tienen pinta de ejecutivos.

    Pues van de traje y corbata.

    Ya lo sé. Pero no es ese tipo de traje. Los zapatos parecen europeos.

    ¿Sí? Ni idea. Hace diez años que no me pongo unos zapatos como Dios manda.

    ¿Tú qué quieres hacer?

    Largarme de aquí cuanto antes. Nos conviene una buena ducha.

    De acuerdo.

    ¿Qué hora es?

    Las cuatro veintiséis.

    El tiempo vuela cuando uno lo pasa bien.

    Podemos darnos un manguerazo en el muelle cuando volvamos. Para limpiamos los trajes.

    No va a ser fácil encontrarme, Bobby. No pienso volver por aquí.

    Muy bien.

    Tú crees que alguien ya ha estado ahí abajo, ¿no?

    No lo sé.

    Vale. Pero eso no es una respuesta. ¿Cómo entraron en el avión? Tendrían que haber usado sopletes como hemos hecho nosotros.

    Quizá los dejó entrar alguien.

    Oiler meneó la cabeza. Joder, Western. No sé ni por qué te digo nada. Siempre haces igual, meterme el miedo en el cuerpo. Gary, ¿quieres encender esto?

    Y que lo digas.

    Western devolvió el termo a su bolsa de buceo. ¿Qué más?, preguntó.

    Te lo voy a decir. Yo creo que mi deseo de pasar olímpicamente de rollos que solo me pueden causar problemas es tan hondo como duradero. Fíjate que hasta diría que es casi una religión.

    Gary había ido al otro extremo de la lancha. Western y Oiler levaron las dos anclas. Con un pie en el espejo de popa, tiró de la cuerda del estárter. El gran motor Johnson fueraborda arrancó al instante. Zarparon dejando una estela de burbujas y tan pronto se hubieron alejado de la boya naranja Gary dio gas a tope y surcaron las oscuras aguas rumbo a Pass Christian.

     

    • TITULO: EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - PESADILLA EN LA COCINA -Jueves -9- Marzo -   Receta de torrijas a la andaluza ,. 

      Jueves -9 - Marzo - Pesadilla en la Cocina es un programa de televisión español de telerrealidad culinaria, presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves a las 22:30 en La Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos, etc.

      EL BAR ESQUINA -  REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO -  LA COCINA DOMINGO - LUNES   -   Receta de torrijas a la andaluza  ,.

      EL BAR ESQUINA -  REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO -  LA COCINA DOMINGO - LUNES   -   Receta de torrijas a la andaluza . , fotos .

       

       Receta de torrijas a la andaluza,.

       

      Receta de las torrijas. Cómo hacer torrijas paso a paso.

    • Igual de ricas que las que comías de pequeño, pero mucho más sabrosas,.
    • ¿Infusionar? Deja que la leche se impregne bien de los aromas cítricos y de la canela,.
    •  

    La guinda al menú de Menudos Torres corre a cargo del repostero Rafa Delgado. Que levante la mano quien disfrute de la Semana Santa única y exclusivamente por sus dulces. Para ti hay buenas noticias, las torrijas se hacen en el rato que tardas en decidir si te pones o no a cocinar y con esta receta de aprovechamiento, las puedes tener listas en cualquier mes del año.

     

    Otra alegría. Si tu también recordabas a tu abuela friendo las torrijas en cantidades industriales de aceite de oliva. Estas, están igual de buenas que las de la yaya, y solo se doran con un poco de mantequilla.

     

    Chequea todos los ingredientes y a rematar el menú andaluz de los Hermanos Torres.

     
    Receta de Torrijas a la andaluza
    Ingredientes Preparación
    • Brioche
    • 3 huevos
    • 50 g de mantequilla
    • 180 g de azúcar
    • Cáscara de limón y naranja
    • 1 rama de canela
    • 1 l de leche
    • Azúcar para quemar
    • Plátano
    • Canela en polvo
    1. Primero infusionamos la leche hasta que arranca el hervor. Mientras tanto, sacamos la piel a la naranja y al limón, ojo, sin la parte blanca que es la que amarga.
    2. Cortamos el pan de brioche en rebanadas de un dedo y medio y las añadimos en un recipiente grande
    3. Volvemos al cazo con la leche y le añadimos la rama de canela y la piel de los cítricos. Dejamos que se impregne de los aromas, y lo apartamos del fuego con la tapa puesta.
    4. Cuando la leche se haya atemperado, le añadimos el azúcar, los huevos y lo mezclamos bien para se integre
    5. Cubrimos el pan de brioche con la leche. Lo dejamos que se empape bien, unas dos o tres horas, y le vamos dando la vuelta.
    6. Escurrimos las rebanadas para sacarle el exceso de líquido y procedemos a caramelizar las torrijas
    7. Calentamos un trozo de mantequilla en la sartén y cuando esté deshecha, pasamos vuelta y vuelta las torrijas.
    8. Le vamos a dar un toque frutoso cortando un poco de plátano. Lo ponemos encima de las torrijas, espolvoreamos azúcar y le damos calor con el soplete para que caramelice
    9. Último toque de canela en polvo, emplatamos y a comer.

     

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