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jueves, 15 de noviembre de 2018

La hora de los Fósforos - La Cope CARLOS HERRERA -Jeff Bridges Actor ,./ RADIO - TELEVISION -Da gusto ver cómo el público de Badajoz defiende su festival de jazz»,.

TITULO: La hora de los Fósforos -La Cope  CARLOS HERRERA -Jeff Bridges Actor   ,.

  La hora de los Fósforos -  La Cope  CARLOS HERRERA -Jeff Bridges Actor , fotos. 


Jeff Bridges,.

Jeff Bridges
Jeff Bridges by Gage Skidmore 3.jpg
Jeff Bridges en la Comic-Con de San Diego de 2017.
Información personal
Nombre de nacimiento Jeffrey Leon Bridges
Apodo Jeff Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 4 de diciembre de 1949 (68 años)
Bandera de Estados Unidos Los Ángeles, California, Estados Unidos
Residencia Holmby Hills y Nueva York Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Estadounidense
Religión Budismo Ver y modificar los datos en Wikidata
Características físicas
Altura 1,85 m (6 ft 1 in)
Familia
Padres Lloyd Bridges Ver y modificar los datos en Wikidata
Dorothy Bridges Ver y modificar los datos en Wikidata
Cónyuge Susan Geston (1977-presente)
Hijos Isabelle Annie (1981)
Jessica Lily "Jessie" (1983)
Hayley Roselouise (1985)
Educación
Educado en
Alumno de
Información profesional
Ocupación Actor, músico, productor, fotógrafo, dibujante, narrador, viticultor, activista
Años activo 1951-presente
Discográficas
Obras notables
Premios artísticos
Premios Óscar Mejor actor
2009 Crazy Heart
Globos de Oro Mejor actor - Drama
2009 Crazy Heart
Premios SAG Mejor actor
2009 Crazy Heart
Otros premios Premio de la Crítica Cinematográfica al mejor actor
2009 Crazy Heart
Premio Independent Spirit al mejor actor
1993 American Heart
2009 Crazy Heart
Distinciones
Web
Sitio web
Facebook
Twitter
Jeffrey Leon Bridges (Los Ángeles, 4 de diciembre de 1949), conocido como Jeff Bridges, es un actor, músico, productor, fotógrafo, dibujante, narrador y viticultor estadounidense ganador del premio Óscar, del Globo de Oro y del Premio del Sindicato de Actores. Es hijo del legendario actor Lloyd Bridges.
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Biografía

Hijo del igualmente famoso actor Lloyd Bridges y de la actriz Dorothy Dean Simpson, hermano del también actor, Beau Bridges. Al margen de Beau, Jeff tiene una hermana menor llamada Cindy y un hermano ya fallecido de nombre Gary. Precisamente en la película The Fabulous Baker Boys Jeff y Beau hacen también de los hermanos Baker. Sus padrinos fueron Betty Garrett y Larry Parks. A los dos años Bridges intervino, sin acreditar, junto a su madre y hermano Beau, en un título cinematográfico dirigido por John Cromwell, Libertad bajo palabra (1951). A finales de los años 1950 y durante la década de 1960 comenzó a aparecer en la pequeña pantalla, interviniendo en series protagonizadas por su padre, como Sea Hunt o The Loner.
Influido por su padre, Bridges se preparó para la actuación, estudiando interpretación en Nueva York con Herbert Berghof e hizo su debut en 1969 en una película producida para la televisión. Debutó en el cine con Odio en las aulas (1970), un drama dirigido por Paul Boga y en 1971 fue contratado por Peter Bogdanovich para la galardonada película La última película, con la que obtuvo una nominación al Óscar como mejor actor de reparto, y a partir de la cual se lo consideró una joven promesa del cine. Más tarde trabajó con John Huston en Fat City (1972), película en la que aparecía la actriz y modelo Candy Clark, quien se convirtió en su pareja sentimental. Tras romper con Candy, Bridges inició un noviazgo con Valerie Perrine, su compañera de reparto en El último héroe americano (1973), película dirigida por Lamont Johnson.
Por Thunderbolt and Lightfoot (1974) de Michael Cimino y co-protagonizado por Clint Eastwood, Bridges demostró de nuevo su registro dramático, siendo nominado nuevamente al Oscar a mejor actor secundario, pero sin fortuna.
En 1977 contrajo matrimonio con la fotógrafa Susan Geston, con quien todavía permanece casado. Susan y Jeff, que tienen tres hijas en común, se conocieron durante el rodaje de la película Rancho Deluxe (1975), film dirigido por Frank Perry. Durante la segunda mitad de los años 1970 Jeff intervino en títulos como la taquillera King Kong de (1976), remake de John Guillermin co-protagonizado por Jessica Lange, luego atravesó una etapa en la que sus películas no tuvierón el éxito esperado. Hizo Alguien mató a su marido (1978), film en el que Bridges volvió a coincidir con el director Lamont Johnson y en 1982 trabajo en el film de ciencia ficción Tron.
Hasta que en 1984 hizo primero Against All Odds y la clásica y aclamada Starman con la cual fue nominado al Oscar como mejor actor principal. Bridges cambió su suerte otra vez, ambas películas tuvieron elogios por parte de la crítica especializada y una gran acogida por parte del público. Desde entonces ha seguido una trayectoria ascendente y se ha ido convirtiendo con los años en uno de los actores más sólidos del cine norteamericano, demostrando en numerosas ocasiones su capacidad de interpretar de forma realista y convincente muy diversos personajes.
Luego trabajó en 8 Million Ways to Die (1986) de Hal Ashby, Nadine (1987), comedia co-protagonizada por Kim Basinger, Tucker: un hombre y su sueño (1988), película de Francis Ford Coppola, o The Fabulous Baker Boys (1989), uno de sus títulos más populares co-protagonizado por Michelle Pfeiffer (realizando en pantalla una química perfecta) y su hermano Beau.
En los años 1990 protagonizó Texasville (1990), una fallida secuela de La última película, The Fisher King (1991), fantasía dirigida por Terry Gilliam, Fearless (1993), drama psicológico realizado por Peter Weir, o El gran Lebowski (1998), título filmado por los hermanos Coen. Otras películas de la filmografía de Jeff Bridges, que suele dedicar su tiempo libre a tocar su guitarra y a practicar fotografía, son The Contender (2000), film que le valió su cuarta nominación al Oscar, luego hizo Seabiscuit (2003), título co-protagonizado por Tobey Maguire y Chris Cooper, y después The Door in the Floor (2004), adaptación de John Irving que volvió a emparejarlo con la actriz Kim Basinger tras su protagonismo en Nadine.
En Iron Man (2008), con la cabeza rapada y barba, era Obadiah Stane/Iron Monger, el socio y rival de Robert Downey Jr.
En 2010 (39 años después de su primera nominación), Bridges que había ganado el Globo de Oro dos meses antes, recibe su merecido Óscar de la academia como mejor actor, por la película Crazy Heart, en la cual interpreta magistralmente a Bad Blake, un cantante agobiado de country al que se le da la oportunidad de cambiar su vida. En el western de los hermanos Coen True Grit (2010) era Rooster Cogburn, personaje que ya había sido interpretado a fines de los '60 por John Wayne., etc.

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 RADIO - TELEVISION -Da gusto ver cómo el público de Badajoz defiende su festival de jazz» , fotos.


Da gusto ver cómo el público de Badajoz defiende su festival de jazz,.

Jorge Pardo, ayer en el Palacio de Congresos Manuel Rojas. :: Pakopí/
Jorge Pardo, ayer en el Palacio de Congresos Manuel Rojas.

Considerado el mejor músico de jazz europeo en 2013, toca mañana junto a la Orquesta de Extremadura Jorge Pardo Compositor, flautista y saxofonista,.

Resultat d'imatges de RADIO - TELEVISIONEl Festival Internacional de Jazz de Badajoz abrió ayer su trigésimo primera edición. Entra en el 'top diez' de los más longevos. Con tanta plancha a sus espaldas, los organizadores Javier Alcántara y Pablo Romero ya saben que para cerrar un cartel atractivo no hace falta irse fuera. El saxofonista y flautista Jorge Pardo (1956, Madrid) representa esa filosofía de trabajo. Pardo ha pasado dos veces por este certamen en los últimos diez años. En este tiempo ha crecido como artista. Se ha quitado la etiqueta flamenca por sus trabajos con Paco de Lucía o Camarón y la Academia de Jazz Francesa le otorgó en 2013 el premio al mejor músico europeo del género. Mañana tocará en el Palacio de Congresos con su banda y la Orquesta de Extremadura.

-Usted que se mueve por muchos festivales y ya conoce el de Badajoz, ¿cómo ve la evolución de este ciclo?

-Da gusto ver como el público de Badajoz defiende su festival de jazz. Con más o menos presupuesto, pero siempre los organizadores han mantenido esta aventura. La llama no se ha apagado nunca. Al fin y al cabo es riqueza para la gente. En festivales como éste el público tiene acceso directo a las tendencias actuales. Y mantener esa inercia siempre resulta gratificante. Por eso lo aplaudo y lo recomiendo.
«La música no implica solo técnica, también hay que darle un soplo de vida a lo que se toca»

-¿Qué le exige a un solista tocar junto a una orquesta?

-Me exige tocar con los oídos bien abiertos. Todo esto surgió hace cinco años. Toni Cuenca me llamó para organizar un concierto con la sinfónica de Baleares y a partir de esos arreglos arrancamos esta aventura sinfónica. Tenemos la banda con batería, bajo y piano más una orquesta sinfónica. Hay que ser más escuetos en el fraseo de la improvisación para que todo luzca mejor. Con la orquesta hay más contracantos, muchos instrumentos interviniendo a la vez. Todo suena ya muy adornado y nosotros tenemos que dedicarnos a lo esencial.

-¿Cuesta adaptarse a la Orquesta de Extremadura?

-Nos hemos encontrado una agrupación muy profesional. Un gustazo. Nadie tiene en casa para ensayar un instrumento como la Orquesta de Extremadura. Un disfrute y tratamos de aprovecharlo al máximo.

-Siempre que se habla de usted, le definen como el músico que fusionó el jazz con el flamenco.

-Es un sambenito que me cuelga. Pero tiene que ver con mi propia esencia. Yo miro al flamenco, al jazz, al rock, a la música clásica o a la electrónica. O a la oriental y a la del caribe. Pueden resultar diferentes en estética, pero si coges la esencia, al final, no cambia tanto. Silencios, ritmos, expresiones pueden variar en matices, pero es música tanto en un sitio como en otro. Entre los estilos hay muchos puntos en común.

-¿Cuesta popularizar el jazz?

-Gracias a los festivales y a los ciclos vamos ganando espacios. Hablamos de un género popular. Nada de algo para entendidos o para la elite. Cuando tocas jazz hablas al espíritu, al corazón de las personas, no te diriges al intelecto. Un espectador puede sentarse por primera vez en un concierto y disfrutarlo al máximo. No hay que explicarle nada. Lo único es tener un espíritu abierto, sentir lo que te da.

-¿Por qué cuesta atraer a los jóvenes?

-Los jóvenes se retraen mucho porque les gusta los 40 Principales y las tendencias. Van más a lo que se pone de moda en cada momento. Yo les diría que amplíen horizontes. El jazz no es joven ni moderno. La música en mayúscula no tiene antigüedad, ni modernidad. Se pueden encontrar alguna sorpresa si abren su mente y su corazón.

-Entre tanto concierto, ¿encuentra tiempo para meterse en la cocina y componer?

-A veces resulta complicado hallar el equilibrio. En los conciertos y en las giras te mueves en un ambiente público, con bullicio y gente. Para componer necesitas silencio y recogimiento. Y no siempre lo encuentras. Cuando te metes en el estudio trabajas pendiente de ultimar proyectos y contrataciones. O te pones a estudiar. En esta disciplina no paras de estudiar nunca. Por eso cuesta encontrar el momento de parar durante varios días y dedicarte a sacar tu música.

-¿Algún concierto del que guarde un recuerdo especial?

-No te puedes quedar con uno. Anduve varios años con Paco de Lucía, con Camarón y con otros grandes. Se aprende mucho de esa gente. Pero también tengo conciertos gloriosos en garitos pequeños para cien personas con acompañantes menos conocidos. Me topo con gente sin respaldo del público pero que derrocha talento y con ellos surge algo mágico. Yo intento estar atento a todos, a los grandes nombres y a los que empiezan.

-¿Le gusta impartir cátedra de veterano a los que empiezan?

-Ahora tenemos muchas escuelas de jazz y fluye más la información. La generación que viene trae una preparación muy, muy completa. Lo saben hacer todo y es una delicia escucharles. Pero no debemos perder la humildad de que en este género nunca nadie lo sabrá todo. La música no implica solo técnica. También hay que darle un soplo de vida a lo que se toca y para conseguirlo hay que vivir. Y para eso hace falta tiempo. Los jóvenes tienen que entender que no todo se basa en la técnica sobre el instrumento. Hay que aprender a vivir con la música y sacarle partido.

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