EL PAPEL HIGIENICO ROJO - Muere William Goldman, ganador de dos Oscar por «Dos hombres y un destino» y «Todos los hombres del presidente» ,. fotos,.
Muere William Goldman, ganador de dos Oscar por «Dos hombres y un destino» y «Todos los hombres del presidente»
El prestigioso guionista ha fallecido a los 87 años,.
Si el legado de un guionista se puede medir a partir de un puñado de frases brillantes, el de William Goldman es tan dorado como su apellido. Pero esos diálogos hoy recordados por todos –«Sigue el dinero», «Me llamo Íñigo Montoya.
Tu mataste a mi padre… ¡prepárate a morir!»– son solo el toque de genio
a unos personajes que se convirtieron en los pilares de sus grandes
historias. Ahí están, entre otras tantas obras fundamentales, «Un puente
lejano», «Marathon Man», «Misery»,«La princesa prometida», «Todos los hombres del presidente» o «Dos hombres y un destino». Estas dos últimas le valieron sendos Premios Oscar.
Padrino
y maestro para varias generaciones de escritores de Hollywood, sus
libretos son el espejo de una época tan compleja como desacomplejada.
Tanto como sus libros son el reflejo de una industria donde la fachada
es más importante que los pilares, algo que él nunca quiso compartir.
«Nadie sabe nada en el negocio del cine», dejó escrito en su libro «Las aventuras de un guionista en Hollywood», según recordaba ayer «Variety».
Pese
a estar alejado de los focos en una profesión no siempre reconocida,
fue una estrella respetada desde sus inicios, como si su apellido le
hubiera predestinado a un futuro de oro. Su primer guión para la gran
pantalla lo escribió en 1965, y solo tres años después ya se embolsó 400.000 dólares por el libreto de «Dos hombres y un destino».
Y eso que el cine no era su primera opción, llegó a él «de casualidad»,
pero no fue coincidencia que estuviera escribiendo películas hasta los
84 años.La última, «Jugada salvaje», en 2005, inspirada en su libro
«Heat». Porque Goldman quería ser antes que nada novelista, algo para lo
que se formó en la Universidad de Columbia. De sus libros salieron
buena parte de sus guiones, entre ellos «La princesa prometida», «Marathon Man» o «Control».
A
la muerte de un hombre de éxito, las loas se expanden sin límite. Pero
en el caso de William Goldman no es exagerado aventurar que las
historias de Hollywood en los últimos 50 años hubieran sido bien
diferentes sin su aportación. Además de sus novelas, guiones y libros
sobre la profesión, apadrinó a varios jóvenes que demostraron después
que su ojo era tan bueno como su pluma. Entre otros, ayudó a Matt Damon y
Ben Affleck en el libreto de «El indomable Will Hunting», película por la que ganaron el Oscar a mejor guion original y que les sirvió para ganarse un nombre en Hollywood.
En
2015, el sindicato de guionistas escribió sobre Goldman que lo más
brillante dentro de su carrera repleta de logros es que «Dos hombres y
un destino» y «Las aventuras de un guionista en Hollywood» eran
reconocidas como los trabajos que más han influido a sus compañeros de
profesión para estudiar guion. Y el legado de frases ingeniosas,
personajes icónicos e historias premiadas resplandece aún más.
TÍTULO: EL D.N.I. - Crítica de «Colette»: Escritora de sí misma ,.
EL D.N.I. - Crítica de «Colette»: Escritora de sí misma ,.fotos,.
Crítica de «Colette»: Escritora de sí misma ,.
El
director británico Wash Westmoreland recrea con gusto y tacto visual la
biografía de una de las figuras más polémicas de su época, la escritora
francesa conocida como Colette,.
El director británico Wash Westmoreland
recrea con gusto y tacto visual la biografía de una de las figuras más
polémicas de su época, la escritora francesa conocida como Colette
(Sidonie-Gabrielle Colette), y enfoca esencialmente su retrato a sus
años juveniles, a la construcción de su personalidad y espíritu rebelde,
y a su relación con su primer marido, el vividor y cara dura Henry
Gautheir-Villas, conocido como «Willy» en los licenciosos ambientes
parisinos de principios de siglo XX.
La ambientación, la
atmósfera y la moral de le época forman una perfecta letra pequeña para
comprender los extraños vínculos que unen a Colette con la literatura,
el matrimonio de conveniencia (en especial, para el marido exprimidor),
la liberación intelectual y sexual, y la vindicación de sí misma como
mujer, autora y guionista de su propia vida.
Colette adquiere en
el físico de Keira Knightley toda la fragilidad, determinación y malicia
que el personaje exige, al menos entre las cuatro paredes de una
pantalla; es decir, lo llena aunque sin convertirlo en una supuradora de
ácidos corrosivos, y nadie en la sala se pondrá de parte de Dominic
West, que encarna a un «Willy» tan nefasto como infantiloide. La
película, en fin, no es agotadora, ni de la figura de Colette ni de la
paciencia del espectador, y aunque no profundiza en su obra, sí lo hace
en su época y circunstancia, y da qué pensar: hace un siglo Colette ya
representaba algo que ahora, por decir algún nombre, representarían Emma
Watson, Asia Argento o Leticia Dolera.
La ambientación, la atmósfera y la moral de le época forman una perfecta letra pequeña para comprender los extraños vínculos que unen a Colette con la literatura, el matrimonio de conveniencia (en especial, para el marido exprimidor), la liberación intelectual y sexual, y la vindicación de sí misma como mujer, autora y guionista de su propia vida.
Colette adquiere en el físico de Keira Knightley toda la fragilidad, determinación y malicia que el personaje exige, al menos entre las cuatro paredes de una pantalla; es decir, lo llena aunque sin convertirlo en una supuradora de ácidos corrosivos, y nadie en la sala se pondrá de parte de Dominic West, que encarna a un «Willy» tan nefasto como infantiloide. La película, en fin, no es agotadora, ni de la figura de Colette ni de la paciencia del espectador, y aunque no profundiza en su obra, sí lo hace en su época y circunstancia, y da qué pensar: hace un siglo Colette ya representaba algo que ahora, por decir algún nombre, representarían Emma Watson, Asia Argento o Leticia Dolera.
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