TÍTULO: DESAYUNO - CENA - LUNES - Nadal amenaza a Nadal en Paris,.
DESAYUNO - CENA - LUNES - Nadal amenaza a Nadal en Paris, fotos.
Djokovic amenaza la tierra de Nadal,.
Roland Garros Djokovic amenaza la tierra de Nadal
El español, con dudas, aspira al décimo título en Roland Garros ante un serbio desatado
Después de tantas gestas, tantas tardes de felicidad ininterrumpida exhibiendo músculo y dominio en la tierra de París, Rafael Nadal se adentra en el frondoso Bois de Boulogne
con una desconocida sensación de vulnerabilidad. Empieza este domingo
Roland Garros y por primera vez, justificada la afirmación por los datos
y por las formas, el español no es favorito, relegado al sexto escalón entre los cabezas de serie
después de un año demasiado irregular. Se dice y se escribe sin más que
Nadal no es favorito porque luego, a la hora de la verdad, sirve de muy
poco cargar con el cartel, un titular manido para rellenar papeles y
trasladar la presión de un lado al otro. En estos tiempos, y sin que
nadie se atreva a cuestionarlo, Novak Djokovic aspira a todo torneo en el que está inscrito
y sucede lo mismo en París, última gran plaza que le falta para ser
grande de verdad. Sin embargo, y pese a ese dominio abrumador, pese a
los cinco títulos de postín que acumula en su raquetero en 2015, pese a
su evidente mejoría en el aspecto físico, sigue dependiendo de lo que
haga Nadal. Porque Nadal, y he ahí su grandeza, siempre será Nadal, y Roland Garros, hasta nueva orden, es suyo. La batalla es apasionante.
No hay evento que más sentimientos despierte en el
mallorquín que el Abierto de Francia, un torneo que le consagró cuando
desafiaba a los clásicos con pantalones piratas, camisetas sin mangas y
pelo asilvestrado. En 2005 se rebozó por la tierra de la Philippe Chatrier
por primera vez y acumula ya nueve mordiscos, un récord estratosférico
que le concede la eternidad, ya que jamás se ha visto algo igual. Dejó
atrás la estela de Bjorn Borg cuando superó el sexto, destrozó la
leyenda de Roger Federer y sus siete Wimbledon y ahora simplemente lucha
contra él y su propia historia. La Décima tiene fecha: el 7 de junio.
Pero Nadal nunca ha llegado así a París, tan necesitado de
fuerzas y autoestima. En este camino hacia el Nadal de antes, el zurdo
no endereza el rumbo y le falta continuidad a su juego, del que sólo
destacan destellos y alguna que otra buena tarde aislada. Ganó un título
menor como Buenos Aires, falló en la gira americana por el cemento y en
su vuelta a la tierra únicamente encuentra buenas noticias en Montecarlo y en Madrid,
salvadas las citas con una semifinal y una final insuficientes. Nunca
había aterrizado en Roland Garros sin un botín de los buenos, pero Nadal
ve motivos para creer. «En comparación con otros años mi estado de
forma es peor, pero estoy listo. Las comparaciones siempre llegan cuando
has conseguido mucho en el pasado. Cuando pierdes más que en otros años
tienes menos confianza. Últimamente he tenido sólo algún día malo, soy
un poco más consistente», afirma.
Una derrota en diez años
Ahora bien, si se atiende al historial y a su hoja de
servicios en estas pistas, cualquiera queda boquiabierto con la
estadística. Son 66 victorias con la única mancha de 2009, cuando perdió
con Robin Soderling en una situación física y personal complicada. Son
sobremesas con una superioridad escandalosa, lecciones en la tierra independientemente del rival.
Y de ahí que tenga el respeto de todos, venerado hasta por su enemigo
más íntimo. «En París no ha dejado de jugar su mejor tenis. Ha perdido
sólo un partido aquí en toda su carrera. Ese récord habla bastante de su
nivel de juego», apunta Djokovic.
Del mismo modo que Nadal se ha ganado el respeto por parte
de todos, incapaz el vestuario de descartar al rey, también el número
uno tiene motivos para creer. Se dio un respiro en Madrid para llegar en
condiciones óptimas y confirmó su superioridad en el Foro Itálico de
Roma, última estación antes del asalto a la victoria de su vida. «He
vivido esta situación antes, especialmente los dos años anteriores, con
la gente especulando sobre si este será o no mi año», insiste el
balcánico. «Siempre hay una motivación extra para mí al venir aquí. Llegar con esa cantidad de confianza ayuda». Lo dice después de sumar el Abierto de Australia, Indian Wells, Miami, Montecarlo y Roma.
Hay final a la vista, pero en cuartos. Tanto Nadal -debuta contra el desconocido Quentin Halys- como Djokovic -estreno con Jarkko Nieminen- se verían las caras mucho antes de lo esperado, pues el sorteo les ha embarcado en la misma parte del cuadro. También viajan por ahí David Ferrer y Andy Murray,
dos favoritos expuestos a otros hipotéticos cuartos. Mientras, Roger
Federer, Kei Nishikori, Tomas Berdych y Stanislas Wawrinka entienden que
se les presenta una buena oportunidad para llegar a la meta ante un
bosque con menos árboles. Una lista de candidatos contra un favorito,
que es Djokovic. Pero con permiso de Nadal, claro.
Carla Suárez, la gran esperanza femenina,.
TÍTULO: Cristiano Ronaldo pide que siga Ancelotti en el Real Madrid,.
"Gran entrenador, increíble persona. Espero que podamos estar juntos la próxima temporada", dijo Ronaldo en su cuenta de Twitter,.
Tras la victoria holgada del Real Madrid ante el Getafe en la última jornada de la liga española,
Cristiano Ronaldo
usó la red social de Twitter para mandar un mensaje de apoyo y de agradecimiento a su entrenador
Carlo Ancelotti
, quien podría dejar de ser técnico del conjunto blanco en las próximas horas.
En un mensaje escrito en inglés, Cristiano dice: "
Gran entrenador, increíble persona. Espero que podamos estar juntos la próxima temporada
."
En los últimos días se ha especulado con la marcha de Carlo Ancelotti.
La prensa española asegura que la etapa del entrenador italiano podría
haber llegado a su fin.
Sin embargo, la plantilla del Real Madrid se niega a decir adios a
Ancelotti. Ya han sido varios los jugadores que ha mostrado su apoyo al
italiano. Entre ellos, Sergio Ramos y Cristiano Ronaldo.
- Reparto
- Cornel Wilde, Gert Van den Bergh, Ken Gampu, Patrick Mynhardt, Bella Randles, Morrison Gampu, Horace Gilman,.
- A finales del siglo XIX, en la selva africana, un tal Wilde ejerce de guía en un safari cuyo objetivo es traficar con el marfil de los colmillos de elefante. Tras encontrarse con una tribu belicosa, Wilde aconseja apaciguar a los guerreros ofreciéndoles un regalo simbólico, pero el arrogante jefe de la expedición, se niega, ofendiendo así al jefe de la tribu. A continuación, los cazadores son capturados y asesinados. A Wilde el jefe le ofrece la oportunidad de salvarse: armado tan solo con un cuchillo, lo abandonan en la jungla y lo persiguen. Pero Wilde no sólo tendrá que huir de los guerreros, sino que además habrá de defenderse de las fieras que le salgan al paso.
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